Tal como se vio en la sección inicial de Desarrollo de Cliente, esta metodología
se divide en cuatro fases, de las cuales abordaremos en detalle las dos iniciales, pues se enfocan en las etapas tempranas de los emprendimientos. Estas son Descubrimiento de Clientes y Validación de Clientes.
Como se explicó en la cápsula anterior, las 4 fases del Desarrollo de Clientes se
dividen en 2 etapas, una inicial que se denomina “Búsqueda” y una segunda, a la cual se le llama “Ejecución” (véase la imagen a continuación).
En la etapa de “Búsqueda”, los esfuerzos se centran en el aprendizaje y en poder
buscar un modelo de negocio que pueda ser escalable para poder ejecutar el aprendizaje adquirido en la siguiente etapa y hacer crecer el negocio hasta crear una compañía. Este proceso, si lo observamos con detención, es un proceso que por una parte es cíclico y por otra, secuencial. En otras palabras, una etapa está claramente después de la otra, no obstante, en cada una se puede volver al inicio. Esto se da, porque la metodología propone que en cada etapa se planteen dinámicas para poder aprender respecto a las hipótesis planteadas, aprendizaje en el que está la posibilidad de retroceder cuando el resultado no es el esperado.
Para explicar esta metodología de manera simple, podríamos decir que es el
“método científico” aplicado al mundo de los negocios y, por lo tanto, van surgiendo conceptos que así lo explican. Se les llama “experimento” a cada uno de los ejercicios que se hacen para poder poner a prueba las hipótesis planteadas, confrontándolas con el mercado o la realidad. Se le llama iteración a cada una de los pequeños cambios que ocurren a partir del aprendizaje adquirido. Por último, si en el proceso se llega a identificar que una de las hipótesis no se cumple, lo que se realiza es un cambio radical en el modelo de negocio. A esto se le llama pivot y puede pasar que este “pivoteo” genere una vuelta al principio, para conectarse nuevamente con los clientes y su problemática o para plantear una solución sustancialmente diferente. Lo anterior se puede entender mucho mejor con un ejemplo: es el caso de un emprendimiento de Chrysalis, quienes en las definiciones iniciales identificaron un segmento de mercado específico, el que a la hora de comercializar no fue el que mejor percibió como atractiva su propuesta de valor. Fue aquí donde tuvieron que “pivotear” y enfocarse en el nuevo segmento de mercado, conociéndolo y entendiendo a cabalidad sus necesidades para que la solución se pudiera adaptar a sus requerimientos.
Bajo la premisa y el ejemplo anterior, se puede exponer claramente el principio
de esta metodología, el que asume que, en los periodos de búsqueda, donde las inversiones son menores, es donde se puede fallar y donde se debe aprender. Lo anterior se debe a que, con una empresa grande, darse cuenta de que el cliente no es tal y no ser capaz de adaptarse al cambio, lo más probable es que lleve a la quiebra al emprendimiento.