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PARCIAL DE HISTORIA

MUNDIAL S XX
ISFD y T N° 10 “Dr. Osvaldo Zarini”

ALUMNA: FIGUEROA, CAMILA


DOCENTE: HEFFES, ALEJANDRA
INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACION DOCENTE Y TECNICA Nº10
HISTORIA MUNDIAL XX
EVALUACION PARCIAL

CANTIDAD DE DOLARES POR HABITANTE GASTADO EN


ARMAMENTO

ESTADOS 1900 1910


1914 1914
Gran Bretaña 12 7 8
Francia 5 6 7
Rusia 1 2 3
Alemania 3 4 8
Austria- Hungría 1 2 3
Italia 2 3 3

1.- A partir de la observación de la imagen presentada y el análisis del cuadro propuesto,


elabora un texto completo donde quede explicitada la relación entre ambos. Crea un título
acorde para el texto.

“El campeón y el retador”

Si bien todos los países industrializados de Europa, y Rusia con su industrialización


incipiente, se armaron progresivamente durante la época de la Paz Armada en Europa y de la
expansión de sus imperios en África, Asia y Oceanía, hubo dos potencias que realizaron
caminos distintos.
Por un lado estaba Gran Bretaña, potencia que desde fines del siglo XIX y principios del
siglo XX invirtió mucho más en armamento que el resto de los estados, debido a su interés por
acentuar su poderío en las colonias que logró en el resto de los continentes pero sobre todo en
África, donde su poder no fue aceptado pacíficamente por la sociedades nativas, a las cuales,
según ideólogos ingleses, tenían la obligación de civilizar. Los factores que lograron convertir a
Gran Bretaña en el gran campeón del mundo fueron su insularidad, su Imperio y su temible
flota de guerra que usó para asegurar sus rutas mercantiles y estratégicas en el Mediterráneo
a través de Suéz o por el Cabo en el Atlántico Sur.

1
Fue para reforzar su imperialismo y poderío que Inglaterra concentró su potencial y
esfuerzo bélico durante los últimos años del siglo XIX y primera década del XX usándolo contra
las fuerzas de las demás potencias con pretensiones sobre sus colonias y contra estas últimas,
que en ocasiones no fueron fáciles de colonizar.
El espíritu nacionalista inglés cobró fuerzas, sobre todo con la llegada al poder en 1895 del
aristócrata marqués de Salisbury y el ministro de colonias, Joseph Chamberlain impulsaron
este orgullo nacional “exigiendo vínculos imperiales más estrechos con todos los integrantes
del Imperio, mayor armamento y una audaz política exterior” 1
Este ímpetu por mejorar su situación en el mundo también se reflejó en sus
pretensiones expansionistas, representadas en la figura de Cecil Rodhes, el “ardiente apóstol
de la supremacía- anglosajona” que predijo la construcción de un ferrocarril inglés desde el
Cairo hasta Ciudad del Cabo.
Este orgullo inglés y su imperialismo fueron únicamente heridos en el extremo sur del
continente africano en donde chocó contra las resistencias de las Repúblicas de Boers. Cecil
Rodhes intentó hacer de toda África austral una unidad política autónoma, encontró la excusa
para atacar a las Repúblicas por la negación de las autoridades de Johannesburgo a otorgar
derechos políticos a los trabajadores mineros, preparando la sublevación de estos contra el
gobierno de Transvaal. Alemania, por su temor a perder las pocas posesiones conquistadas en
el continente africano, envió apoyo a las Repúblicas. Estalló la guerra anglo-boer, la cual le
costó al imperio 22000 muertos, armamento, dinero y una gran humillación a su imperialismo,
pero sin duda permaneció como número uno en el ring.
Siendo Inglaterra el imperio hegemónico por excelencia del siglo XIX, desde su
unificación en 1966 otra potencia se gestó en la Europa Continental: Alemania.
Con el desarrollo de su industria y ciencia acelerado, Alemania buscó hacerse un lugar
en el mundo que ya estaba repartido sin ella. Entre 1880 y 1914 consiguió hacer un salto
prodigioso pero estaba lista y casi a la altura de Inglaterra y Francia sin poder encontrar su
“lugar bajo el sol. Con su enorme potencia económica concentrada en un territorio pequeño y
su campo de expansión estrechamente limitado por sus rivales, Alemania no pudo satisfacer
las necesidades de su cuerpo en pleno crecimiento cuando su economía llegó a ser plenamente
competitiva”2 Ante estos evidentes límites a su expansión, se convierte en el retador del gran
campeón, armándose como se puede comprobar en sus gastos en armamentos cuatro años
antes de la Gran Guerra, siendo duplicados con respecto a la década anterior.

1
Bruun, Geoffrey La Europa del Siglo XIX 1815-1914 Cap. 4 Pág. 196-197
2
Ferro, Marc. La Guerra Mundial. Cap. 3 Pág. 50

2
Lograr obtener más territorios y mercados era “requisito indispensable para proseguir
su desarrollo industrial, sin duda constreñido por la situación internacional, y que interesaba a
la alta burguesía y al estado”3
En síntesis: la imagen y el cuadro comparativo reflejan el gasto en armamento
progresivo de todas las potencias, pero sobre todo de Gran Bretaña durante el apogeo de su
imperialismo colonial, en 1890-1900 y sus deseos expansionistas y ambiciosos representados
en la imagen de Cecil Rodhes manejando con sus riendas a Sudáfrica y el canal de Suez,
predominando Inglaterra en toda esta época como el gran campeón mundial, mientras desde
las sombras se asomaba un retador que dio saltos prodigiosos en la industria y ciencia,
apresurándose en la preparación militar para derribar los poderes hegemónicos en 1914, en
búsqueda de su ascenso como imperio mundial: Alemania.

3
Romero, José Luis. El ciclo de la Revolución contemporánea. Bajo el Signo del 48. Cap. IV. Pág. 102-103

3
2.- Analiza la incidencia que tuvieron los problemas étnicos en el inicio de la Gran Guerra.
Desarrolla la relación existente con las resoluciones tomadas por el Congreso de Viena en
el siglo anterior.

Si bien la guerra de los Balcanes era un conflicto distinto de querellas ancestrales,


terminó siendo el desencadenante del escenario que estaba predispuesto, esperándolo: la
Gran Guerra.
“Cuando el Imperio Austro-Húngaro le declaró la guerra a Servia en 1914 y cuando
Rusia movilizó sus fuerzas al lado de Servia, la cuestión Oriental de la diplomacia del siglo XIX
había alcanzado su culminación (…) El imperio dinástico plurinacional de Austria-Hungría no
podía tolerar el crecimiento de Servia sin incurrir en el riesgo de seguir desintegrándose en sus
componentes nacionales. El Imperio zarista de la Rusia no podía tolerar la expansión austríaca
en los Balcanes sin perder su propia atracción sobre los pueblos eslavos en la Europa Oriental” 4
Estas pujas surgen desde las modificaciones del Congreso de Viena, en donde Austria-
Hungría se convierte en un estado pluriétnicos con gran porcentaje de elementos eslavo, al igual
que el imperio ruso de los zares “Desde 1815 que Rusia había obtenido desde el Congreso de
Viena los territorios de Polonia, Finlandia, tierras bálticas y Besarabia (…) de todos modos, en
los años que van de 1890 a 1904 no pudo ocuparse de la región báltica 5”, por estar absorbida
en la guerra Chino-Japonesa, en donde había intervenido tratando de mantener fuerzas en
Manchuria y Corea, siendo vencida por Japón.
Además, en el Congreso de Viena no solo se crearon estos estados plurinacionales, sino
que a partir de 1789 las ideas del principio de autodeterminación de los pueblos fueron
impulsadas por los franceses al mundo, volviéndose el anhelo de todas las minorías étnicas
subordinadas por Estados y potencias mayores, que impidieron la realización de dichos
principios.
Por lo tanto “rusos y austríacos estaban dispuestos a considerar ilegitimas las
pretensiones de constituir una “nación” que abrigaba cada una de las minorías e inclinados a
glorificar la grandeza de la suya, al mismo tiempo que se veían llevados a dominar por el
terror a estas minorías, mostrándose agresivos con respecto a sus eventuales protectores:
Servia y el Imperio Ruso para los eslavos de la doble monarquía; Turquía y Austria-Hungría
para musulmanes y otras minorías del Imperio Ruso”6
La idea de los zares rusos de conformar un estado eslavo y lograr el paneslavismo regía
sus políticas de defensas de derechos de los pueblos ancestralmente familiares, los que estaban

4
Thomson, David La Primera Guerra Mundial De 1914 a 1968. Cap. II Pág. 70-71
5
Miralles, Ricardo Equilibrio, hegemonía y reparto. Las relaciones internacionales entre 1870 y 1945.
Cap. 4 Pág., 92
6
Ferro, Marc La Guerra Mundial Cap. II Pág. 43

4
“oprimidos”: checos, bosnios, rutenos y servios, pero este ideal es truncado por el adelanto de
Austria al anexarse Bosnia y Herzegovina.
Las protestas rusas no sirvieron de nada y además Austria sabía que anulaba de este
modo la creación de la gran Servia con salida al mar Adriático la cual era apoyada por Rusia.
Pero, la mitad de los habitantes del imperio Habsburgo eran eslavos; muchos estaban
descontentos y ansiaban la aparición de ese imperio paneslavo que derrumbaría las ruinosas
fronteras del reino austro-húngaro, teniendo como madre a Rusia, protectora de Servia.
Es en esta búsqueda de su autonomía, despertado desde el principio de
autodeterminación de los pueblos que igualaban teóricamente la nación alemana, inglesa o
francesa a la servia o la de Bosnia, que se termina de eclipsar el detonante de la Gran Guerra.
El 28 de junio de 1914, el Archiduque Francisco Fernando, heredero del trono de
Austria y sobrino de Francisco José, el emperador, fue asesinado en Bosnia, nación dependiente,
anexada obligadamente al imperio, por un joven bosnio apoyado por servios y por el Imperio
Ruso.
Así comienza la movilización de tropas y la activación de los sistemas de alianzas,
conformado por las potencias que siempre se habían disputado los territorios estratégicos.
No se puede pasar por alto que detrás de la idea de Rusia de conformar el paneslavismo
en el continente, se hallaba la pretensión de dominar el Mediterráneo y los estrechos turcos,
puntos geográficos considerados importantes también por Alemania e Inglaterra.

5
3.- Establece la continuidad entre los Catorce Puntos de Wilson y los
fundamentos manifiestos en la firma de Versalles al finalizar la Primera Guerra. Describe
el sentido de esa continuidad. Teniendo en cuenta los distintos objetivos planteados por
los estados firmantes, identifica qué argumentos permiten concebir el contenido de sus
artículos como un “Dikttat”.

Luego de la Primer Guerra Mundial los estados beligerantes debieron concertar la paz.
“concertar” es un término poco aplicable a este hecho histórico, porque los estados aliados
“vencedores” solo redactaron los tratados e invitaron a firmar a los “vencidos”. Se firmaron
cinco tratados: Saint-Germain con Austria, Trianón con Hungría, Neuilly con Bulgaria, Sevres
con Turquía y el más importante de ellos, el de Versalles con Alemania. Este tratado consistió
en 440 artículos distribuidos en 14 secciones y abarcaba todos los aspectos referidos entre
Alemania y los 32 estados aliados firmantes.
En la sección uno, establecía la creación de la Sociedad de las Naciones, punto ya
previsto en los de Wilson: 14) debe crearse por conciertos particulares una unión general de
las naciones, de suerte que se establezca una seguridad mutua para la independencia política y
la intangilibildad territorial de las naciones grandes y pequeñas.
“Luego, las secciones dos y tres correspondian al aspecto territorial de Alemania y sus
nuevos límites: debía ceder Alsacia y Lorena a Francia, territorios a Bélgica, a Dinamarca, la
Prusia Occidental y la Alta Silesia a Polonia; Danzing quedaba como ciudad independiente bajo
garantia de la Sociedad de las Naciones, al igual que la cuenca del Sarre, y por último se
prohibía la union de Alemania y Austria 7”. Pudieron estas secciones tomar los puntos 5, 7 y 8
de Wilson que plasmaron estas ideas de abandonar pretenciones coloniales ( EEUU nunca lo
hizo) devolverle a Francia Alsacia y Lorena que habían sido el origen del conflicto con Prusia
hacia ya cincuenta años, la restauración de Bélgica y su restitución como estado independiente
y soberano.
Se sección IV y V disponía la renuncia de Alemania a sus derechos en el exterior y a sus
colonias. El ejército sería desmovilizado bajo el control de comisiones aliadas, no puddieron
existir más que una fuerza de 100.000 hombres con una misión meramente policíaca. Se
entregaria a los aliados todo el material de guerra pesado, se disolvería el Gran Cuartel
General y se desmantelaban todas las fortalezas al este del Rin en una profundidad de unos 50

7
Liquidación de la I Guerra Mundial. Pág. 115

6
km.Se prohibía fabricar más armas y municiones de las que necesitara el reducido ejércuto
fijado, y se le negaba libertad para producir armamento pesado(…) 8
Estas medidas pudieron tener continuidad del punto 4 de Wilson, en el que se
proclamaban las garantias mutuas adecuadas para reducir los armamentos de cada país al
minimun compatible con la seguridad interior y claramente retoma las ideas del punto 5, con
la obligación de abandonar las pretenciones coloniales.
La parte VIII pretendía fijar las reparaciones de guerra, que recaerian sobre Alemania,
pero sobre este asunto Wilson no emitió punto alguno, solo el punto 3 en que llamaba a
eliminar cualquier tipo de barrera comercial, con lo cual se preparaba para lograr los máximos
beneficios convenientes a EEUU en la reconstrucción del mundo luego de la guerra.
“Por último, en las secciones IX a XIV se disponía una minucionsa reglamentación de
cuestiones financieras, económicas, sobre la navegación aérea y fluvial, funcionamiento de la
Sociedad de Naciones, sanciones y reconocimiento de los límites que se establecerían en la
firma de los Tratados con los demás países integrantes del bloque de las potencias centrales. “
Acá continuan las peticiones de Wilson establecidas en el punto 2 y 3, sobre la completa
libertad de navegación y cancelación de barreras económicas. Desde los puntos tomados,
predominan las intenciones del poderío norteamericano de asegurarse los mercados, libre
navegación y contención de las demás potencias europeas limitando su capacidad militar y sus
extenciones coloniales. De todos modos, los 14 puntos de Wilson, imprecisos, poco prácticos e
inaceptables para sus aliados fueron un esbozo de lo que pretendió establecer como nuevo
órden del mundo, y en donde sus contemporáneos pasaron por alto sus ganas de castigar a
Alemania y que la Sociedad de Naciones estaba diseñada para refrenarla.
Este Tratadao de Versalles fue calificado por los alemanes como un Dikttat, es de decir
una paz obligada e impuesta por los Estados Aliados por considerar a Alemania como la única
culpable de la Guerra que se llevó millones de muertos de todos los países beligerantes y la
crisis económica post catástrofe debido la concentración de esfuerzo económico de cuatro
años lucha. Sin embargo, a pesar de creer que los alemanes también se consideraban
culpables, estos últimos indignados acusaron a los Aliados de modificar la verdad,
proclamando su inocencia.
Logicamente, Lloyd George de Inglaterra, Clemenceau de Francia y Wodroow Wilson
de EEUU consideraban que el castigo no seria igual para Alemania, la culpable, que para las
víctimas. Pero sobre todo, los franceses querian aplastar definitivamente a Alemania, aunque
eso condujera a las rupturas con Norteamerica y con Inglaterra.

8
Óp. Cit.

7
Una mirada más moderada como ya se vio fue la inglesa. Lloyd George podía mirar el
mundo de postguerra, aceptarlo, además de buscar una Alemania más pacífica y alejarla del
bolchevismo, disminuyendo la crudeza de la paz.
Siendo conscientes de que una paz demasiado dura podría alimentar los deseos de
venganza de Alemania y que devolverle las tierras de Francia ,ocupadas por esta, fomentaria el
ascenso de una nueva potencia, cuestion por la que habia luchado cuatro largos años, los
ingleses representados por Lloyd George aceptaron la desmilitarización de Renania y la
ocupación aliada por 15 años.
Todo el mundo quedó de acuerdo con desarmar a Alemania pero la cuestión que más
discusiones creó fue el de las reparaciones e idemnizaciones, como medio de saldar los gastos
para Inglaterra, como medio para garantizar a su enemigo empobrecido y en crisis durante
años para Francia y una postura más benevola en cuanto al plazo a pagar lo que pudiera de
parte de Norteamerica. A ningún Estado capitalista le convenía una Alemania lo
suficientemente pobre como para ser tierra fértil de la semilla del comunismo.
A su vez, la anexión con Austria tambien le fue imposibilitada, sobre todo por franceses
e italianos.
En todas los temas discutidos por los representantes aliados, Alemania perdió por
goleada: en colonias, limites territoriales, en desarme y en pago de idemnizaciones de guerra,
sin olvidar que abolieron su estatus de imperio, creando la República de Weimar.

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