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ALGUNOS DELITOS DE MONSEÑOR ANGELELLI, VISTOS POR UN CURA DE PUEBLO

“No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien
a aquel que puede arrojar el alma y el cuerpo a la Gehena” Mateo 10, 28
Monseñor Angelelli es una figura y una bandera discutida, lo que el Evangelio llama
“signos de contradicción”. Habiéndolo conocido de cerca, se me ocurre enumerar algunos
de sus “delitos”.

• Hacer creído mucho en Dios Padre, en Jesucristo Salvador y Mesías, y en el Espíritu


Santo que impulsa la historia humana hacia un feliz desenlace.
• Haber querido mucho a la Virgen María, a San Nicolás y a los santos, testigos
cualificados del Evangelio
• Haber comprendido y amado mucho a la Iglesia tal como es: santa en su origen y
pecadora en sus miembros, pero llamada a una constante renovación.
• Haber sido comprensivo con los problemas de la gente, cultivando una enorme
capacidad de dialogo y valoración del modo de pensar de los demás.
• Haber vivido un gran respeto por las personas, apreciándolas, valorándolas,
escuchándolas y teniendo en cuenta los diferentes pareceres.
• Haber sentido un fuerte entusiasmo por el Concilio Vaticano II, el acontecimiento
eclesial más importante del siglo XX.
• Haber cultivado una inteligencia muy aguda para discernir y leer los signos de los
tiempos y descubrir los caminos de Dios para el momento presente.
• Haber querido mucho a los curas, siendo amigo sincero y animador de la pastoral de
la Diócesis.
• Haber practicado y enseñado vivencialmente lo que es una auténtica dinámica de
grupos, para pensar discernir y orar juntos todos los problemas, trabajos e iniciativas
pastorales, y compartido la carga con los curas y agentes pastorales.
• Haber comprendido en profundidad que no debía predicarse a sí mismo, sino a
Cristo Jesús, el Señor; y que el misterio apostólico haber “es don y tesoro de Dios que
llevamos en vasijas de barro” 2Cor. 4,7
• Por último, otro delito notable de Monseñor Angelelli es haber servido a los pobres,
reconociendo en ellos la persona misma de Jesucristo, y haber arriesgado su propia vida
por el Evangelio.
Por todo esto y por muchos mas, gracias, Enrique Angelelli, y sobre todo por ser
evangélicamente hablando, UN GRNA TIPO.
Nonogasta, La Rioja, Julio de 1996
Pbro. Lorenzo González

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