Está en la página 1de 31

En Roma se acordó a los extranjeros el movieron el desplazamiento de poblaciones

jus hospitii que regulaba el derecho de adop- y la incorporación de nuevos países a la co-
tar un patrono y la institución de una ma- munidad internacional.
gistratura especial desempeñada por el Desde fines de la Edad Media, algunos
praetcr peregrinus o juez para los extran- países contemplaron en sus legislaciones
jeros. A partir del siglo ni a. C. se contem- ciertos derechos a favor del extranjero, co-
plaron ciertos derechos civiles en disposi- mo el de casarse y el de contratar y a veces
ciones contenidas en el jus gentium, lla- hasta de adquirir propiedades para heredar
mándose a los extranjeros asi beneficiados y recibir donaciones ínter vivos (").
peregrinos ordinarios. En la misma época Con el advenimiento de la Revolución
se implantó el jus comercii que facultaba a francesa que instauró los nuevos principios
extranjeros a ejercer el comercio; pero como jurídicos sobre la libertad y los derechos
este derecho se otorgaba solamente en vir- humanos y la igualdad civil, comenzó a
tud de tratados internacionales, sus bene- formalizarse desde principios del siglo xix
ficiarios formaron otra categoría denomi- el reconocimiento de la personalidad jurí-
nada peregrinos privilegiados. dica del extranjero y su efectiva protección
En la Edad Media la situación del extran- por el derecho. Tanto la igualdad civil como
jero fue transformándose en un problema el derecho de heredar que fueron impuestos
importante en el desenvolvimiento de las expresamente por la Asamblea constituyente
relaciones internacionales, aunque continuó francesa en favor de los extranjeros fueron
primando el criterio fundado en un naciona- los primeros en ser otorgados en las nuevas
lismo cerrado y en el recelo al extranjero. legislaciones dictadas al amparo del consti-
En este sentido fueron instituciones típi- tucionalismo del siglo xix. Al poco tiempo,
cas del derecho feudal el jus albinagii, el la legislación terminó también adhiriéndose
jus detractus y el jus naufragii, algunos de a la tesis de la doctrina de los internaciona-
cuyos principios se mantuvieron en ciertas listas de integrar el cuerpo- de principios
legislaciones hasta el siglo xix. El jus albi- del Derecho de extranjería, con la concesión
naaii preceptuaba el derecho del rey o del de aquéllos derechos civiles considerados
señor feudal a la sucesión y herencia de necesarios para asegurar la existencia hu-
un extranjero fallecido en sus dominios te- mana y digna del extranjero.
rritoriales. Este nombre provino de la expre- Por último, fue también notoria la in-
sión latina alibi natus. que significa nacido fluencia de los movimientos migratorios y
en otra parte, y luego se transformó en ya desde la primera guerra mundial de los
aibinagio y también en derecho de aubín años 1914-1918, la condición jurídica del
o avbann. El jus detractus sumió en substi- extranjero llegó a asimilarse en sus aspectos
tución del anterior pero cumnlía idéntica fundamentales a la del nacional; vale decir
finalidad al establecer un imouesto confís- con respecto al mínimo de derechos consa-
catom sobre \* salida del pnís de los bienes grados por el Derecho internacional y que
hereditarios. En cuanto al jus naufrciaii se refieren a la seguridad personal, a la
declaraba legítimo el atDoderamierito de bie- libertad individual y la propiedad privada.
nes de náufragos extranjeros arrojados so- 4. Contenido del Derecho internacional
bre la costa del país. de extranjería. Según el origen de las nor-
Por otra parte, ciertos hechos históricos mas que forman el derecho de extranjería,
que se sucedieron desde el si^lo xi coadyu- se distinguen las que corresponden al Dere-
varon a la evolución lenta del Derecho de cho internacional público y las que pertene-
extraniería. Al respecto cabe mencionar el cen al ámbito del Derecho interno de cada
contacto entre los pueblos occidentales y uno de los Estados. Esta distinción en su
orientales logrado merced a las cruzadas, y contenido determina las dos partes o ramas
sobre todo a partir del siglo xn el régimen adjetivas en que se divide el Derecho de
de capitulaciones imnuesto a los países del extranjería, internacional e interno, respec-
Cercano Oriente, donde se concedían ciertos tivamente.
derechos en favor de los extranjeros. Tam- En el Derecho internacional de extranje-
bién influyeron los grandes descubrimientos
geográficos de siglos posteriores, que pro- (7) En el caso de la legislación francesa, la
Asamblea Constituyente derogó el antiguo Dere-
a los nueve días en votación secreta y por un mí- cho de aubana, pero luego fue restituido por el
nimum de seis m'l sufragios sobre los nueve mil Código civil Napoleón. Persistió hasta 1819 la pro-
electores que integraban la asamblea. Aun cuan- hibición absoluta que figuraba en los arts. 726
do quedase asi probada la concesión de la ciuda- y 912 del Código civil francés, y aun su espíritu se
danía, todo ciudadano podía oponer su veto me- mantuvo en el art. 11 del Código vigente, pero que
diante un recurso de nulidad ante la justicia, fun- en la práctica ha quedado anulado en sus efec-
dándose en que el acto se oponía a las antiguas tos Jurídicos por obra de la doctrina y sobre todo
leyes del país. de la jurisprudencia.
ría se encuentran todas las normas que en mayoría de los Estados, de una legislación
virtud del Derecho convencional o consuetu- especial tendiente a regular los movimien-
dinario y de los principios generales del tos de inmigración y emigración, de acuerdo
Derecho tienden a garantizar en la persona a los principios del derecho de extranjería.
y en los bienes del extranjero, a garantir En el Derecho internacional positivo, no
el tratamiento del extranjero según las re- existen normas que impongan a los Estados
glas comúnmente admitidas por la comuni- la obligación de admitir a los extranjeros
dad internacional. Esta protección va refe- con propósitos de residir en forma perma-
rida a la persona y a los bienes de los nente en sus respectivos territorios; excep-
extranjeros y sus disposiciones tienen el to si el deber internacional ha sido conve-
carácter de obligaciones internacionales pa- nido entre dos o más Estados por la vía
ra los Estados. Entre las normas de Derecho contractual. Sin embargo, en la práctica in-
convencional, se encuentran las de carácter ternacional ha prevalecido el criterio de re-
más bien particular, fundadas en tratados ' conocer la existencia de un derecho de in-
internacionales. migración con ciertos límites en su ejercicio.
El Derecho de extranjería inferno está Con respecto a la admisión en si del
formado por las normas del Derecho interno extranjero, los Estados aplican diversos sis-
o local dictadas por cada Estado en parti- temas cuya rigidez depende de los fines res-
cular, sobre los derechos y deberes que co- trictivos o liberales, perseguidos en su po-
rresponden a los extranjeros dentro de ?u lítica inmigratoria. Al respecto, las reglas
jurisdicción territorial. del Derecho internacional distinguen dos
El Derecho territorial de extranjería ex- situaciones, según que el extranjero llegue
tiende su comprensión a los problemas que al país simplemente en tránsito, o bien,
suscita, dentro del orden jurídico-interna- para establecer su residencia permanente.
cional, el trato oí extranjero en tiempos de En el primer caso, se considera eme no debe
paz, cuyo estudio subdivide en tres partes ser impedido el transito de extranjeros y
fundamentales: la admisión del extranjero, que el Estado está facultado para determi-
la situación íurídica del extranjero en el nar las medidas más efectivas a fin de ase-
Estado de residencia, y la expulsión del ex- gurar su salida del país al expirar el plazo
tranjero del permiso acordado. Cuando la admisión
El tratamiento de los extranjeros en íiew- de los extranjeros importa autorizar su re-
VOR de guerra, es un tema incluido en el sidencia permanente, los regímenes restric-
capítulo "Estado de guerra", examinado en tivos siguen una política de inmigración
la segunda parte del Derecho internacional seleccionada prohibiendo la entrada de in-
público, bajo el título de "Derecho de gue- dividuos de ciertas razas, o bien fijando
rra". Los autores en renera! mantienen estp cuotas con el número máximo anual ad-
olanteo, pero sin deiar de mencionar oue misible según la nacionalidad del individuo
sus disposiciones podrían constituir la rama Por último, se acepta en Derecho interna-
del Derecho internacional de extranjería cional que el Estado es libre de no admitir
en tiempos de ffuerra. el acceso a su territorio de ciertos extran-
I) Admisión de los extranjeros. Sepún jeros o grupos de extranjeros, cuya presen-
los principios generales que el Derecho in- cia pueda llegar a afectar el derecho fun-
ternacional ha consaprado para asegurar damental de conservación reconocido a los
el desarrollo armónico de las relaciones en- Estados en la comunidad internacional (°).
tre los miembros de la comunidad interna- Esta exclusión, que determina la clasifica-
cional, predomina en la doctrina la opinión ción de no deseable al extranjero, debe ser
de que un Estado no puede prohibir en for- siempre individual y fundada en razones
ma arbitraria y absoluta la entrada de ex- de orden público y de salud física o moral;
tranjeros en su territorio, sin incurrir en una como por ejemplo: en el caso de inhabilita-
política de aislamiento hostil substancial- ción del extranjero, ya sea por haber sido
mente opuesta a las normas de convivencia expulsado del país con anterioridad o por
internacional Pero al mismo tiempo, el Es- motivos de incapacidad física o mental pro-
tado puede en ejercicio de su potestad vocada por enfermedad contagiosa, invali-
jurisdiccional y fundado en razones de or- dez, demencia, o bien, por tratarte de uu
don público interno, establecer un régimen delincuente, agitador profesional, vago, su-
di' adimisión para los extranjeros que de- jeto de vida inmoral, etcétera.
termine ¡as condiciones de entrada, residen- Cuando la negativa de un Estado para la
cia o tránsito. Este problema constituye uno admisión del extranjero provenga de rio-
uno de los temas tratados en materia de
migraciones ( " < ) , y suele ser objeto en la (9) Esta doctrina fue propugnada por el Ins-
tituto de Derecho Internacional, en su besión de
(H) V la vo?, Ginebra clp 1 .iño 1892.
tivos arbitrarios aplicados indiscriminada- miento al extranjero, para no incurrir en
mente, en especial desde el punto de vista responsabilidad internacional.
político, racial o religioso, y también en el Con respecto al derecho interno o local,
supuesto de que la prohibición carezca de las normas prescriptas por el Derecho inter-
fundamento razonable y se trate de un país nacional público sobre los derechos que
poco poblado con evidente demanda de nue- deben ser reconocidos al extranjero, tienen
vos habitantes útiles; tanto la doctrina mo- validez general y por lo tanto son indepen-
derna como la jurisprudencia internacional dientes de las reglas del derecho o legisla-
coinciden en afirmar que pueden conformar ción local. En consecuencia, el Derecho in-
un caso de abuso de derecho ( 10 ). ternacional no exije la equiparación o igual-
Por último, entre los medios más común- dad de derechos en sí, de los extranjeros
mente aceptados entre los Estados para ha- con los nacionales —por cuanto es una fa-
cer efectivo el control de la admisión del cultad inherente al ejercicio de la potestad
extranjero, se encuentra el documento in- jurisdiccional del Estado— sino que señala
ternacional llamado pasaporte extendido la obligación internacional de los Estados
por el país de origen o de residencia y que de conce 1or a los extranjeros un minimun
debe contar con la visación de los funciona- de derechc conforme a las prácticas vigen-
rios del servicio exterior del Estado hacia tes en la comunidad internacional. Dicho
donde se dirije el extranjero. deber u obligación internacional que se con-
II) Situación jurídica del extranjero en creta en aquel minimun jurídico-internacio-
el Estado de residencia, a) Reglas gene- nal de derechos, participa de la esencia del
rales. El extranjero que ha sido admitido principio general del Derecho internacional
para fijar su residencia en el territorio de acerca del respeto de los atributos inhe-
un Estado, queda sometido a su régimen rentes a la persona humana y de las normas
jurídico interno pero al mismo tiempo, su básicas para asegurar la convivencia entre
nueva situación es contemplada por el De- los Estados que integran la comunidad in-
recho internacional, y también, por el De- ternacional.
recho diplomático y por el Derecho consular Tanto la opinión predominante en la doc-
que examinan la institución de la Protec- trina como la jurisprudencia internacional
ción diplomática y consular que compete al han coincidido en afirmar que, la inobser-
Estado de origen, en su cumplimiento de vancia de esa obligación o deber internacio-
su deber internacional de proteger a sus nal de respetar las normas mínimas impues-
subditos en el exterior. tas por el Derecho internacional pr»r? el
En el Derecho de extranjería, la situa- tratamiento de los extranieros que deter-
ción jurídico-internacional del extranjero mina la responsabilidad internaciontl del
se vincula específicamente, a las normas Estado. La transgresión al Derecho interna-
que deben regular su tratamiento en rela- cional subsiste aun cuando el Estado alPttue
ción con el derecho local del Estado de re- en defensa que su ordenamiento jurídico,
sidencia y con las reglas admitidas al res- que establece la equinaración entre nacio-
pecto por la comunidad internacional. nales y extranjeros, observa un tratamiento
El principio general en esta materia se distinto mra sus propios subditos.
fundamenta en el deber fundamental de Los problemas de la equiparación de de-
los Estados, proscripto por el Derecho inter- rechos entre extranieros y nacionales, y
nacional, de observar en su trato al extran- el mínimo de derechos para el extranjero
jero ciertas normas esenciales surgidas del consagrado por el Derecho internacional:
Derecho consuetudinario o convencional y hin encontrado el criterio más justo pira
de los principios generales del Derecho, con su adec\iada solución, en los tratados y con-
el objeto de proteger la persona y los bienes venciones internacionnles eme se vienpn ce-
de! extranjero. Se trata de un conjunto de lebrando desde el último tercio del siglo xix
condiciones mínimas exigidas por la justicia y en donde las partes tratan de asegurar
civilizada, o de un mínimo jurídico-interna- la protección jurídica de sus subditos en el
cional, que tiene el carácter de deber inter- extranjero. Estos instrumentos internacio-
nacional para todos los Estados en su trata- nales consignan la cláusula de paridad
cuando se ha convenido la equioaración de
(10) Así lo lia sostenido reiteradamente el Tri-
derechos entre nacionales y extranjeros, o
bunal Permanente de Justicia Internacional, de bien, la cláusula de establecimiento que crea
La Haya, en numerosos fallos, y el mismo criterio un verdadero estatuto para el extranjero y
Jurisprudencial ha fundamentado numerosas sen- que generalmente se pacta en el caso de
tencias arbitrales. Cfr. Publications de la Cour Per- que la parte, que concede los derechos de
manente de Justice Internationale, esp. "Serle A".
págs. 27 y 33. y "Serle A-B", pag. 24; y Recudí des extranjería en favor de los subditos del otro
sentence;, arbitrales, publlc. por TJnlted Natíons Estado contratante, no contempla en su
Publications, esp. t. 2. pág. 1123. ordenamiento jurídico alguno o todos los
derechos esenciales prescriptos por el De- pertenecen a la persona por su propia na-
recho internacional público. turaleza y con abstracción de su condición
b) Los derechas del extranjero. La pro- de nacional o de extranjero, pertenecen a
tección jurídica que el Derecho internacio- la categoría que en Derecho internacional
nal público determina para el extranjero, se distinguen con los nombres de derechos
tiene por objeto posibilitarle el desenvolvi- de la libertad humana o derechos humanos.
miento normal de su existencia como co- De acuerdo con estos principios se encuen-
rresponde a todo ser humano que vive en tran el derecho a la vida o la misma exis-
sociedad. Con tal fin instituye un régimen tencia de la persona del extranjero, que se
de garantías esenciales para la vida en so- concreta especialmente a través de las ga-
ciedad, que dimanan de la propia condición rantías de la libertad individual o personal;
humana de la persona y que los Estados el derecho a la justicia, de modo que el
están obligados a respetar aun con pres- extranjero goce de la igualdad civil, social
cindencia de la nacionalidad del hombre. En o ante la ley que es común o todas los ha-
este régimen se incluyen ciertos derechos bitantes de un Estado; y la libertad de con-
que se relacionan con la libertad del hom- ciencia, particular para profesar cualquier
bre y otros referentes a la capacidad jurí- religión.
dica y económica del extranjero. El Estado Dentro de esta categoría de derechos, el
tiene el deber internacional de hacer efec- extranjero por su condición y calidad de tal.
tivos los derechos determinados por el De- tiene el derecho de conservar el vínculo de
recho internacional y reglamentados de fidelidad para su Estado de origen y preser-
acuerdo al ordenamiento jurídico vigente var de esta manera sentimientos patrió-
en su territorio. Esta obligación interna- ticos.
cional nace del principio del Derecho inter- Los derechos previstos dan origen a obli-
nacional que impone a los Estados el res- gaciones internacionales cuyo respeto im-
peto en la persona del extranjero de los pone el Derecho internacional a todos los
atributos inherentes a su condición huma- Estados y que suelen concretarse en el de-
na. Su transgresión, es un acto ilícito y con- ber de respetar en los extranjeros su liber-
trario del Derecho internacional que hace tad personal y proveer los medios para
pasible al Estado infractor de grave respon- salvaguardar su integridad física o su ho-
sabilidad internacional y que también puede nor; o en la prohibición de todo trato in-
ser sancionado por los demás Estados con humano, de detención arbitraria o ilegal,
el na reconocimiento de todo nuevo gobierno de intervenir en actos contra su propio
que se constituye en el Estado infractor. país, etcétera. En orden a la libertad de
Por su parte el extranjero está sujeto a conciencia, el Derecho internacional esta-
los deberes que el Derecho internacional blece esta obligación al Estado residente
señala y de cuyo efectivo cumplimiento de- pero sólo en el aspecto privado o personal
pende la protección jurídica internacional de la creencia o religión, pero instituye el
instituida en su beneficio. deber general de permitir el ejercicio pú-
Los derechos del extranjero que el Dere- blico de su culto.
cho internacional determina como funda- 2) Derechos del extranjero como persona
mentales para la institución de las garan- jurídica privada. En esta categoría se in-
tías necesarias para la protección jurídica cluyen aquellos derechos que el Derecho
Internacional, toman en cuenta la perso- internacional señala.
nalidad humana del extranjero y a partir El Derecho internacional determina en
de esta idea agrupa a los derechos según esta categoría la situación legal de los ex-
ciertas categorías que corresponden a las tranjeros.
garantías principalmente, como persona hu- El Derecho Internacional prescribe en
mana y como persona jurídica privada, y principio el derecho a los bienes en favor
substancialmente se refieren a la seguri- del extranjero, aunque limitando su exten-
dad personal, a la libertad individual y a la sión a ciertos derechos civiles, especial-
propiedad. mente en la adquisición de determinados
En la enumeración de los derechos, se bienes. Al respecto, el régimen jurídico de-
encuentran: termina la condición de sujeto de derecho
1) Derechos y libertades propios a su del extranjero, su capacidad jurídica, sus
condición humana. Comprende aquellas de- derechos sobre los bienes adquiridos y las
rechos que nacen con la misma existencia limitaciones en el ejercicio del derecho a
del individuo y que son esenciales para pro- los bienes.
teger su condición humana y el tratamiento En primer lugar, el extranjero debe ser
que como miembro de la sociedad le corres- reconocido como sujeto de derecho o per-
ponde según las más elementales normas de sona jurídica privada, con la capacidad ju-
convivencia civilizada. Estos derechos, que rídica necesaria para ser titular de ciertos
derechos y obligaciones en materia civil de la libertad individual y de la propiedad
que son reputados esenciales para el desen- de los extranjeros.
volvimiento normal de su existencia. Estos Este deber internacional comprende tan-
derechos se refieren a la capacidad jurídica to las medidas preventivas propias de los
para celebrar contratos, contraer matrimo- organismos de policía y de seguridad, en-
nio, para testar y para heredar. cargados de velar por el orden público in-
En materia de limitaciones del derecho terno, corno también las medidas represi-
a los bienes, el Derecho internacional reco- vas, de modo que la imposición de la pena
noce la reserva en favor de los nacionales sea efectiva j proporcional a la gravedad
para la adquisición de inmuebles; pero no del hecho. Al respecto el Derecho interna-
así para las cosas muebles cuya limitación cional señala que en esta materia el Estado
será válida si se impone a los extranjeros de residencia cumplimenta este deber in-
al igual que los nacionales, con carácter ternacional, si procede de igual forma que
general y por causas de fuerza mayor, como para ia protección de los nacionales; pero
ocurre por ejemplo, con la adquisición de que si por su deficiente organización está
los bienes de consumo en circunstancias imposibilitado de ofrecer esa protección
anormales. a sus propios subditos, incurre de igual
Existe también una limitación relaciona- modo en grave responsabilidad interna-
da con los derechos privados adquiridos con cional.
anterioridad a su condición actual de ex- 4) Derecho al amparo judicial. El Dere-
tranjero. La norma general al respecto es cho internacional determina, como medio
que el extranjero tiene derecho al recono- necesario para completar el régimen de pro-
cimiento de esos títulos jurídicos, pero a tección jurídica del extranjero, la obliga-
su vez el Estado de residencia tiene facultad ción internacional emergente impuesta a los
para restringir o prohibir el ejercicio de ta- Estados para que le sea garantizado el libre
les derechos privados cuando resultan con- acceso a las instancias judiciales, el cuidado
trarios a su orden público interno. Por del desarrollo de las formas procesales y
ejemplo, cuando el extranjero pretenda el de la ejecución de las sentencias firmes.
reconocimiento de los derechos emergentes En primer lugar, todo extranjero debe te-
a contratos como de tráfico de esclavos, ner libre acceso a los tribunales de justicia
celebrados en el Estado de origen, pero que instituidos dentro del territorio del Estado
en el Estado de residencia están expresa- de residencia. De esta manera, este derecho
mente prohibidos. se funda en la necesidad de que el extran-
Por último, también protege al extran- jero pueda recurrir a la vía judicial para
jero el principio de la inviolabilidad de Zos reclamar las garantías jurídicas prescrip-
bienes. Al respecto, el Derecho internacio- tas. en caso de una lesión en los derechos
nal estatuye que la confiscación de los bie- instaurados en el régimen de protección ju-
nes privados del extranjero es una medida rídica.
ilegítima y contraria a sus normas. Sin em- Este derecho le confiere capacidad para
bargo, el Estado de residencia puede llegar actuar como actor, demandado, acusado,
a disponer do esos bienes si rige en sa le- testigo, etcétera.
gislación la regla de la expropiación por En segundo término, el Estado de resi-
causa de utilidad pública y previa indem- dencia debe cuidar las formas del procedi-
nización. Esta doctrina sobre la inviolabi- miento judicial, especialmente en el estric-
lidad de los bienes del extranjero, ha sido to cumplimiento del orden y de los plazos
reiteradamente sostenida por los interna- judiciales: y tomar las providencias nece-
cionalistas y por la jurisprudencia interna- sarias para el estricto cumplimiento o ete-
cional, tanto en las causas arbitrales como cución de las sentencias firmes.
en las sentencias del Tribunal Internacio- c) LOÍ, deberes del extranjero. En el ré-
nal de La Haya. En el Derecho convencional gimen de ios derechos de extranjería se
existen también numerosas disposiciones al contemplan también los deberes que el De-
respecto, sobre todo en tratados internacio- recho internacional público impone al ex-
nales de carácter bilateral, aunque en la tranjero observar, mientras reviste esa ca-
práctica constituye una de las obligaciones lidad o condición dentro de la jurisdicción
internacionales violadas con más frecuencia territorial del Estado de residencia El cum-
por los Estados. plimiento de tales deberes puede ser legí-
3) Derecho a la seguridad personal. El timamente exigido por el Estado de resi-
Estado tiene el deber de instituir las medi- dencia, a q u i e n compete reglamentarlos
das de seguridad necesarias a la protección aunque ateniéndose a los principios gene-
de la persona y de los bienes del extranjero rales y circunstancias concurrentes especi-
contra todo ataque delictivo. Entre ellas se ficadas por el Derecho internacional públi-
incluyen la defensa de la vida, del honor, co, para asegurar al extranjero un trato
conforme a las prácticas comúnmente acep- materia y que se refiere a aquellos impues-
tadas por la comunidad internacional. tos o empréstitos que a título de extraor-
En primer lugar, se le impone el deber dinarios y carácter forzoso, se impongan
de abstenerse en participar de actividades exclusivamente a los extranjeros en condi-
políticas, ya sea que se relacionen con las ción de tales. En este caso exime de la
del Estado de residencia, o bien respecto al obligación al extranjero y establece que la
Estado de origen. En este sentido, el Dere- medida es ilegítima y contraria al Derecho
cho internacional señala al extranjero una internacional.
obligación negativa consistente en no inter- Otro de los deberes que puede ser legíti-
venir en la vida política local, que implica mamente exigido al extranjero, se encuen-
la negación de ciertos derechos como el tra en la obligación de prestar cargas pú-
electoral, el de reunión, el de asociación, blicas en situaciones anormales en la vida
etcétera ( " > ; por cuanto su ejercicio im- del país de residencia Constituye en reali-
plica una forma de acción colectiva o polí- dad una excepción en la prestación de cier-
tica que interesa al orden publico interno. tos servicios que ordinariamente están re-
Sin embargo, como el Derecho internacio- servados a los nacionales, pero que, ante un
nal no impone al Estado de residencia nin- estado de emergencia provocado por catás-
guna obligación internacional, la prohibi- t r o f e s naturales, epidemias, calamidades
ción citada suele tener atenuantes en algu- públicas o graves peligros comunes; es ne-
nas legislaciones nacionales, que al regla- cesario requerir los servicios de todos los
mentar la materia otorgan alguno o algunos habitantes. Entre esta¿> cargas públicas se
de dichos derechos políticos, pero con res- encuentran las funciones en cuerpos de po-
tricciones expresas licía, sanidad o socorros de emergencia,
Con respecto a las actividades que se re- bomberos, etcétera, que aun cuando se trate
lacionen directa o indirectamente con la de servicios en cuerpos semirniiitarizados o
vida política del Estado de donde procede directamente bajo control militar, no altera
el extranjero, la prohibición es más estricta la norma general de la exención del ser-
puesto que el ejercicio de tales actividades vicio militar del extranjero, que es la regla
se considera siempre de carácter subversivo comúnmente admitida en la práctica in-
y afectan el orden público interno, o bien, ternacional.
el orden público internacional. En este pri- Por último, existen otras inhabilitaciones
mer caso se incluyen las actividades polí- que el extranjero tiene el debor de respetar
ticas que el extranjero realice contra las y que se refieren al ejercicio de funciones
autoridades o las instituciones del Estado o cargos núblicos, a la asistencia hospita-
de residencia y que asumen mayor grave- laria gratuita, al derecho dt> pesca y de
dad por su trascendencia internacional, navegación de cabotaje, y al ejercicio de
cuando su acción lleva implícita la inten- profesión, arte o comercio. Pero e.stas pro-
ción oculta de favorecer los intereses polí- hibiciones no tienen carácter absoluto y
ticos, ideológicos o económicos del gobierno pierden su vigencia cuando los Estados, en
de su país de origen, o también de un ter- base a tratados de reciprocidpd. convierten
cer Estado. La violación del orden público pstas inhabilitaciones en derechos que se
internacional se produce por la participa- conceden al extranjero bajo ciertas condi-
ción del extranjero en actividades dirigidas ciones reglamentadas por el derecho inter-
contra las autoridades constituidas del Es- no de cada Estado.
tado de origen, que ponen en peligro las Con respecto a la habilitación del ex^rnn-
relaciones diplomáticas entre este país y el jero para ejercer una profesión en el Estado
Estado de residencia. de residencia, los modernos tratados o con-
En segundo término, el extranjero tiene venciones internación!1 les contienen cláu-
la obligación de contribuir a las cargas fi- sulas especiales sobre la materia, en modo
nancieras del Estado de residencia; vale particular tratándose de profesiones libe-
decir que queda sometido al mismo deber rales, se estipulan las condiciones dentro
impuesto a la generalidad de los habitantes de las cuales procederá la reválida de títu-
df sufragar los impuestos, contribuciones, los universitarios. En el mismo sentido, tra-
tasas y demás gravámenes que tienen por tándose del ejercicio del comercio o indus-
ol»eto el bien comiin. El Derecho interna- tria suelen convenirse los requisitos que en
cional considera una sola excepción en esta base a la reciprocidad, permitirán al ex-
tranjero dedicarse a estas actividades. En
(11) Se trata de los llamados "derechos pú- los recientes convenios inteinacionales so-
blicos" en general que ademas de los citados In- bre inmigración, se establece la protección
cluyen los de libre transito y circulación, libertad jurídica del trabajador extranjero respecto
cíe pensamiento de culto, de idioma, de educación:
pi ro en la. medida que su ejercicio tenga la finali- a la eficacia legal de los derechos que ad-
dad de reulizar actividades políticas. quiere por medio de las condiciones ¡abo-
rales que se pactan en dichos instrumentos como el vagabundeo o la mendicidad ejer-
internacionales C 2 ). cida como medio normal de la existencia.
En la más moderna terminología jurídi- En cuanto a los motivos de expulsión
co-internacional, algunos autores suelen fundados en actos del extranjero que com-
agrupar las reglas generales sobre el ejer- prometan o alteren el orden público inter-
cicio profesional, bajo el título común de nacional, se encuentran aqueílas activida-
derecho1 de extranjería en materia econó- des que afecten el curso de las buenas rela-
mica (i '). ciones entre el Estado de residencia y ter-
III) Expulsión del extranjero. La norma ceros Estados.
general del Derecho internacional en esta La segunda condición de legitimidad que
materia, prescribe la prohibición a los Es- debe reunir la expulsión de extranjeros,
tados de ejercer en forma arbitraria la ex- determina que debe ser decretada u orde-
pulsión de los extranjeros residentes en sus nada en forma individual. Esta regla ha
territorios; pero también señala que es una merecido unánime sanción en la práctica
regla admitida en la práctica internacional internacional de los Estados, considerán-
que los extranjeros carecen de un derecho dose que una expulsión en masa, aun en
incondicional a la residencia. Tales princi- caso de guerra, es además de ilícita total-
pios han sido desarrollados en el Derecho mente inadmisible en las condiciones ac-
convencional o consuetudinario, particular- tuales de civilización.
mente en tratados internacionales, y han En cuanto a la tercera condición, el De-
coincidido en su interpretación la doctrina recho internacional exige que el procedi-
y la jurisprudencia internacional; en par- miento o la manera de ejecutarse la expul-
ticular sobre los requisitos o condiciones sión de un extranjero una vez decretada
que deben satisfacerse para que la expulsión por el Estado de residencia, se ajustan a las
de un extranjero no resulte una medida demandas mínimas de un tratamiento con-
contraria al Derecho internacional. forme a la condición humana del extran-
Al respecto, se considera que la legitimi- jero sancionado con la expulsión.
dad de la expulsión depende de la exis- La legitimidad de la expulsión puede ser
tencia de alguna de las causas común- cuestionada por el Estado de origen del- ex-
mente admitidas por el Derecho interna- tranjero, cuando éste así lo haya solicitado,
cional; de que sea decretada en forma indi- por cuanto el Derecho internacional no
vidual y de que su ejecución sea llevada a prescribe la obligación del Estado de resi-
cabo dentro de las condiciones de huma- dencia de conceder al extranjero un re-
nidad y de higiene requeridas por las reglas curso jurídico contra su expulsión. Corres-
de conducta de la justicia civilizada. ponde en consecuencia al Estado de origen
En orden e, las causas lícitas de expulsión, requerir los motivos de expulsión al Estado
se distineuen las que, teniendo por origen que ha decretado esa medida contra el ex-
c o m ú n el comportamiento del extranjero, tranjero. En esta instancia, el Estado al
causen un grave peligro al orden público in- cual pertenece el expulsado puede inter-
terno o internacional. Se consideran deli- poner una reclamación fundada contra la
tos imputables al extranjero que atentan legitimidad de la expulsión y someter la
contra c! orden público interno del Estado decisión a un tribunal arbitral, si esta nor-
de residencia, ya sea en lo político, lo so- ma procesal estuviese prevista en un tra-
cial o lo sanitario: las actividades políticas tado entre los Estados interesados: o bien,
subversivas o simplemente prohibidas a los deberá apelarse al procedimiento jurídico
extranjeros, cue pongan en peligro la se- internacional común. La reclamación por
guridad del Estado o la estabilidad de sus ilegitimidad procede también cuando se ob-
instituciones políticas; lf>s ofensas al honor, jete la ejecución de la expulsión por no
a los símbolos o los proceres nacionales; la haberse cumplimentado las exigencias del
transmisión de enfermedades infecciosas respeto a las condiciones de humanidad,
extrañas al medio, etcétera. También den- prescriptas por el Derecho internacional.
tro de esta categoría, pero integrando un 5. La legislación internacional sobre ex-
grupo especial, son motivos suficientes para tranjería. Desde principios de siglo se han
la expulsión del extranjero: la comisión de realizado esfuerzos en favor de la codifi-
delitos comunes, la entrada ilegal en el cación internacional del derecho de extran-
país, la vida inmoral o simplemente ociosa, jería, aunque hasta ahora solamente se han
(12) En principio, e! Derecho internacional no
concretado los acuerdos regionales suscrip-
considera un deber u obligación internacional para tos por los Estados de la comunidad inter-
f-1 Estado de residencia, reconocer al extranjero el nacional americana.
ejercicio de su profesión habitual dentro de su ju- En efecto, el primer antecedente legisla-
risdicción territorial.
(13) En este sentido se expresa Verdross, A., tivo sobre la materia fue la Convención so-
op. cit. bre derechos de extranjería aprobada en la
Segunda Conferencia Panamericana, que se En Europa también existieron iniciativas
reunió en México en 1901-02. Más tarde, para'la codificación del derecho de extran-
en la Sexta Conferencia Internacional Ame- jería, pero no arribaron a resultados con-
ricana que sesionó en La Habana en el año cretos. Por iniciativa de la Sociedad de las
1928, se aprobó otra Convención codificando Naciones, se reunió en París en 1929 una
en varios artículos el Derecho internacio- conferencia internacional para codificar los
nal de extranjería. Esta Convención fue derechos de los extranjeros en materia de
completada con disposiciones contenidas en ejercicio del comercio; sin que llegara a rea-
dos artículos del "Código Bustamante de lizar sus propósitos. En 1930, la conferencia
Derecho internacional privado", también sobre Codificación del Derecho internacio-
sancionada en la Sexta Conferencia ínter- nal reunida en La Haya, incluyó algunas
americana de La Habana, y con la Resolu- disposiciones sobre extranjería al tratar la
ción aprobada en la Octava Conferencia responsabilidad internacional del Estado.
Interamericana, reunida en Lima en 1938, En la práctica internacional de los Esta-
referente al ejercicio de los derechos polí- dos, figuran numerosas disposiciones sobre
ticos de los extranjeros (i*). el derecho de extranjería en los tratados
bilaterales. A veces se trata de ciertas nor-
.(14) El texto de la Convención sobre derechos
de'extranjería (La Habana, 1928), dispone: mas concretas referentes a la materia
"Convención sobre derechos de extranjería apro- —aunque contenidas en una o más cláusulas
bada en la Sexta Conferencia Internacional Ame- de tratados internacionales de comercio o
ricana (La Habana, 1928) : de establecimiento—, o bien, de principios
"Artículo 1« Los Estados tienen el derecho de
establecer por medio de leyes las condiciones de jurídico-interncionales aplicables a los ex-
entrada y residencia de los extranjeros en sus te- tranjeros que se dan como vigentes en al-
rritorios. gunas cláusulas de los instrumentos inter-
"Art. 2v Los extranjeros están sujetos tanto co- nacionales. Todo ese conjunto de principios,
mo los nacionales a la jurisdicción y leyes locales,
observando las limitaciones estipuladas en las con- normas o reglas sobre extranjería, ha sido
venciones y tratados. expresamente reconocido como un aporte
"Art. 3" Los extranjeros no pueden ser obliga- legislativo a la materia, por el Tribunal
dos al servicio militar, pero los domiciliados, a me- Internacional de Justicia de La Haya, cuya
nosi que prefieran salir del país, podrán ser com-
pelidos en las mismas condiciones que los nacio- jurisprudencia lo cita bajo la denominación
nales al servicio de policía, bomberos o milicia para de un derecho internacional común de los
la protección de la localidad de sus domicilios, con- extranjeros o de extranjería.
tra catástrofes natxirales o peligros que no proven- 6. Estado de guerra y derecho de extran-
gan de guerra.
"Art. 4" Los extranjeros están obligados a las jería. El hecho de que el Derecho interna-
contribuciones ordinarias o extraordinarias, así co- cional público deja de aplicarse durante el
mo a los' empréstitos forzosos, siempre que tales estado de guerra, en virtud de la ruptura de
medidas alcancen a la generalidad de la población.
"Art. 5™ Los Estados deben reconocer a los ex- las relaciones pacíficas que venían mante-
tranjeros domiciliados o transeúntes en su territo- niendo los Estados hasta adquirir la condi-
rio, todas las garantías individuales que reconocen ción de beligerantes; alcanza desde luego
a favor de sus propios nacionales, y el goce de los a la suspensión de las garantías prescrip-
derechos civiles esenciales, sin perjuicio, en cuanto
concierne a los extranjeros, de las prescripciones tas en el Derecho internacional de extran-
legales relativas a la extensión y modalidades del
ejercicio de dichos derechos y garantías. públicas americanas que consideren la convenien-
"Art. 6» Los Estados pueden, por motivos de or- cia de adoptar medidas prohibitivas del eiercicio
den o de seguridad pública, expulsar al extranjero colectivo, dentro de sil territorio por parte de resi-
domiciliado, residente o simplemente de paso por dentes extranjeros, de derechos políticos que con-
su territorio. fieren a tales extranjeros las leyes de sus respec-
"Art. 7™ El extranjero no debe inmiscuirse en tivos países". (Aprobada el 23 de diciembre de 1938,
las actividades políticas privativas de los ciudada- en la Octava Conferencia Internacional America-
nos del país en que se encuentre; si lo hiciere, que- na, que sesionó en la ciudad de Lima.)
dará sujeto a las sanciones previstas en la legis- El Código Bustamante de Derecho internacional
lación local. privado (sancionado en La Habana, el año 1928)
"Art. 8? La presente convención no afecta los dispone:
compromisos adquiridos anteriormente por las par- "Artículo 1' Los extranjeros que pertenezcan a
tes contratantes en virtud de acuerdos Interna- cualquiera de los Estados contratantes gozan en
cionales". el territorio de los demás de los mismos derechos
Resolución aprobada en la Octava Conferencia civiles que se conceden a los nacionales.
Interamericana, reunida en Lima (1938-1939): "Art. 2' Los extranjeros que pertenezcan a cual-
"Considerando: Que los extranjeros residentes quiera de los Estados contratantes gozarán asimis-
en un Estado americano están sometidos a la ju- mo en el territorio de los demás de garantías indi-
risdicción local, y por tanto es incompatible con la viduales idénticas a las de los nacionales, salvo
soberanía de cada Estado toda acción oficial de los las limitaciones que en cada uno extablezcan la
gobiernos de los países de que son nacidos dichos Constitución y las leyes. Las garantías individuales
extranjeros, que tienda a interferir en la vida idénticas no se extienden, salvo disposición espe-
nacional para regir la situación o las actividades cial de la legislación interior, al desempeño de
de aquellos extranjeros. funciones públicas, al derecho de sufragio y a otros
"Resuelve: Recordar a los gobiernos de las Re- derechos públicos".
jería para tiempos de paz. Además, esta cir- PÚBLICO. POBLACIÓN. PROTECCIÓN CONSULAR.
cunstancia que afecta al extranjero, cons- PROTECCIÓN DIPLOMÁTICA. PROTEGIDOS o SUB-
tituye uno de los principales efectos jurídi- DITOS DE FACIÓ. REFUGIADOS. RESIDENCIA. RES-
cos inmediatos del estado de guerra. PONSABILIDAD DEL ESTADO. SUBDITOS. TRASLADO
Las nuevas situaciones que surgen a raíz FORZOSO. VISACIÓN.
de la guerra internacional^), que com-
prenden tanto a las hostilidades o hechos BIBLIOGRAFÍA.—Accloly, H., Tratado de Derecho
internacional público, Rio de Janeiro, 1845. — Ba-
bélicos en sí como a la situación de la po- lladore Palllerl, G., Trattato di Diritto internazio-
blación civil, de las personas privadas ene- nale, Padua, 1935. — Diena, G., Derecho interno-
migas, etcétera, son reguladas por el "De- nacional público, Barcelona, 1941. — Pauchllle, P.,
recho de guerra" (Jus in bello) cuyas nor- Traite de Droit international public, París. 1922-
1926. — Hershey, A., The Essentials of Internatio-
mas constituyen el Derecho internacional nal Public Law and Organization, Nueva York,
público en tiempos de guerra. 1839. — Le Pur, L., Precia de Droit international
Regido por los principios del Derecho de la pubhc, París, 1939. — Llszt, P. von, Derecho inter-
nacional público, Barcelona, 1941. — Moreno Quin-
guerra, aparece en consecuencia, la nueva tana y Bolllnl Shaw, Derecho internacional públi-
situación que el estado de guerra determina co, Bs. Aires, 1950. — Oppenhelm, L., International
con respecto al subdito o extranjero con Law, Londres, 1948. — Podestá Costa, L., Manual
relación al Estado de residencia y al Es- de Derecho internacional público, Bs. Aires, 1943.
— Sánchez de Bustamante, A., Derecho interna-
tado de origen. De allí que, por su íntima cional publico. La Habana, 1938-1939. — Sce-
vinculación con el estado de guerra, la doc- lle, G, Cours de Droit inlernational public. Pa-
trina se ha inclinado por mantener el estu- rís, 1948. — Strupp, K., Elementa de Droit inter-
dio de la nueva situación del extranjero, national pubhc, París, 1930. — Miaja de la Muela,
Introducción al Derecho internacional público, Ma-
dentro de los efectos jurídicos de la guerra drid, 1953. — Truyol y Berra, Fundamentos de De-
internacional, y por lo tanto excluyendo su recho internacional público, Barcelona, 1955. —
estudio del "derecho internacional de ex- Monaco, G., Manuale di Dintto mternazionale pub-
blico e pnvato, 1949 — Aguilar Navarro, M., Dere-
tranjería", sobreentendiendo que se refiere cho internacional publico, Madrid, 1952. — Ver-
a los tiempos de paz. dross, A., Derecho internacional público, Madrid,
La denominación de "derecho bélico de 1955. — Sibert, M., Traite de Droit international
extranjería", o aun, "derecho internacional pubhc, París, 1951. — Bedslob, Traite de Droit des
gens, 1950. — Quadri, Diritto internazionale pub-
de extranjería en tiempos de guerra", se blico, 1949. — Alvarez. A., Le Droit international
utiliza en la terminología pero generalmente amencain, París, 1910. — HoímanSthal, E., "La
dentro de los alcances previstos preceden- Igualdad del extranjero con el nacional", en Re-
temente. vista Argentina de Derecho Internacional, Bs. Ai-
res, sept. 1939. — Bacqué, N. C., Estatuto legal del
Por último, cabe consignar que la norma extranjero, 1938. — Zorraquln Becú, H., El pro-
general que rige la situación del extranjero blema del extranjero, Bs. Aires, 1943. — Blelsa, R.,
bajo el estado de guerra, depende de la "Los reglamentos administrativos sobre policía de
calidad de enemigo que la ley del Estado extranjeros", en Estudio de Derecho público, t. 3,
Bs Aires, 1952, y "La situación jurídica del extran-
de residencia imponga para la persona y los jero en la República Argentina. La cuestión de la
bienes del extranjero. En principio, es legí- ciudadanía", en Derecho administrativo, t. 5, Bs.
tima la suspensión del status jurídico del Aires, 1955. — Lessing, J. A , Problemas de nacio-
extranjero-enemigo por el Estado de resi- nalidad, Bs. Aires, 1947. — Romero, R., La nacio-
nalidad en las relaciones internacionales, Cuenca,
dencia; pero predomina la opinión de que 1913. — Gómez, E., Admisión y expulsión de ex-
las normas de extranjería en tiempos de tranjeros, Bs Aires, 1907. — González Calderón,
paz, deben ser sustituidas por otras que J. A , Ciudadanía y naturalización, Bs. Aires, 1916.
contemplen necesariamente el respeto de — Bidabehere, P. A., El problema inmigratorio,
Bs. Aires, 1938. — De Boek, L., "L'expulsion et les
su persona, su honor, sus derechos familia- diíficultes ínternationales qu'en souléve la prati-
res y su religión, mereciendo en todo mo- que", en Recueü des Cours, etc, 1927, t. 18, págs. 479
mento un trato humano y digno. Esta doc- y sigs — Irizarry y Puente, "Exclusión and ex-
trina fue proclamada en el artículo 27 del pulsión of aliens in Latín America", en The Ame-
rican Journal of International Law, 1942, t. 36,
Convenio de Ginebra sobre la protección de pág. 242.
las personas civiles en tiempos de guerra,
aprobado el 12 de agosto de 1949,. (V. DE- EXTRANJEROS. (V. EXTRANJERÍA.)
RECHOS HUMANOS [DECLARACIÓN UNIVERSAL DE
LOS]. EMIGRACIÓN. EXTRADICIÓN. GUERRA IN- EXTRAÑAMIENTO. (V. DESTIERRO.)
TERNACIONAL. GUERRAS CIVILES ANTE EL DERE-
CHO INTERNACIONAL. INMIGRACIÓN. INTERNACIÓN EXTRATERRITORIALIDAD.* SUMARIO:
MINORÍAS [EN DERECHO INTERNACIONAL PÚ- I. Concepto y definición. II. La aplicación
BLICO]. OCUPACIÓN [EN DERECHO INTERNACIO- del Derecho extranjero hasta la Edad Me-
dia. III. Evolución del sistema de la cortesía
NAL PÚBLICO]. OPCIÓN [DERECHO DE]. PASA- y la utilidad recíproca (comitas gentium).
PORTES. PERSONAS DEL DERECHO INTERNACIONAL IV. Las escuelas estatutarias: 1) Escuela es-
(15) V. la voz GTJEBRA INTERNACIONAL. • Por el Dr. JUAN CARLOS SMITH.
tatutarla italiana; 2) Escuela estatutaria mientras la legislación espartana rechazaba
francesa; 3) Escuela holandesa; 4) Escuela no sólo la invocación de normas extralocales
francesa del siglo XVIII. V. Critica a la doc-
trina estatutaria. VI. La teoría neoestatu- sino, incluso, todo trato jurídico con ex-
taria. VII. El sistema de la reciprocidad. tranjeros, las leyes atenienses, en cambio,
VIII. La nacionalidad como fundamento de inspiradas en distintas tradiciones, regla-
la extraterritorialidad normativa. IX. El mentaron de tal modo las relaciones civiles
sistema de la comunidad jurídica. X. Las
concepciones de Jitta y Pillet. XI. La doc- en que los extranjeros eran parte, que lle-
trina angloamericana. XII. La aplicación del garon a instituir jueces especiales —los pole-
Derecho extranjero en el régimen del Código marcas, tesmotetas y nautodicos— para di-
civil argentino. lucidar los litigios suscitados entre aquéllos.
I. CONCEPTO Y DEFINICIÓN En ocasiones, estos jueces decidían deter-
minadas cuestiones por aplicación de los
Denomínase, en general, extraterritoria- usos y costumbres del país de origen de los
lidad de una norma jurídica a la validez que extranjeros.
se confiere a esa norma dentro de un orde- Los romanos, por su parte, no admitían
namiento jurídico-estatal distinto al que en principio sino la aplicación de normas
ella integra. jurídicas estrictamente propias. Pero fren-
Puesto que todo orden jurídico-estatal te a la necesidad —derivada de la conquis-
estructúrase en modo efectivo sobre la base ta— de tener que dirimir sus jueces, con-
de un territorio determinado, la expresa o troversias entre extranjeros o entre éstos
consuetudinaria convalidación por parte de y ciudadanos romanos, fue integrándose en
aquél, de una norma que pertenezca a otro Roma, paralelamente al jus civile, un siste-
ordenamiento, implica, de suyo, extender
el ámbito espacial de validez de esa norma ma de normas jurídicas —el jus gen-
o, como se expresa en el lenguaje tradicio- tium—o, en cuya formación se advierte
nal, significa conferirle extraterritorialidad. la profunda influencia ejercida por el De-
recho entonces vigente en los pueblos
II. LA APLICACIÓN DEL DERECHO EXTRANJERO extranjeros.
HASTA LA EDAD MEDIA A partir de la desmembración del Impe-
El régimen político-teocrático adoptado rio Romano y hasta la consolidación del
por las civilizaciones del antiguo oriente régimen feudal de la Edad Media, sucedié-
excluyó, como regla general, el reconoci- ronse, con relación a la aplicación del De-
miento del Derecho extranjero. Empero, recho extranjero, dos distintos sistemas, a
como excepción, junto con el trato prefe- saber:
rencial que se acordaba a ciertos extranje- a) Sistema de la personalidad de las
ros, admitíase en algunos pueblos que aqué- leyes. Generalizado como consecuencia de
llos actuasen entre sí según sus propios la invasión y ocupación de Europa por los
usos y costumbres. pueblos "bárbaros" en el advenimiento de
Así, por ejemplo, a partir del éxodo de la Edad Media, este sistema se caracterizó
Egipto, los hebreos concedieron en ciertos por la falta de subordinación de las nor-
casos determinadas funciones públicas a ex- mas jurídicas a un ámbito territorial de va-
tranjeros, permitiéndoles, paralelamente, lidez determinado. Cada individuo estaba,
desposarse según sus propios rituales. en esa época, sometido exclusivamente a la
ley de su tribu o grupo dondequiera se en-
Por su parte, los egipcios admitieron asi- contrase. Las normas jurídicas adquirían
mismo —en modo excepcional y en virtud así, una ilimitada extraterritorialidad, con
de necesidades históricas—, un buen núme- los inconvenientes derivados de la coexis-
ro de normas consuetudinarias extranjeras. tencia, en un mismo lugar, de varias leyes;
Tales, por ejemplo, las que rigieron las re- y de la falta de unidad para organizar un
laciones de los integrantes del mismo pue- régimen punitivo y un sistema de propiedad
blo hebreo durante la -prolongada radica- privada estables.
ción de éste en Egipto y las que regularon
los actos comerciales en la colonia griega b) Sistema de la territorialidad absolu-
de Naucratis. Otro tanto cabe decir, aunque ta de las leyes. Una de las consecuencias
en menor extensión, de la legislación ba- más notables del feudalismo fue la de ha-
bilónica que permitía a algunos extranje- ber introducido en el ámbito de las rela-
ros privilegiados pactar en comercio de ciones juridicas un estricto concepto de
acuerdo con sus propias costumbres. territorialidad. En efecto: la extraordina-
ria proliferación de señoríos, principados,
La admisión de normas jurídicas extran- feudos, burgos, etcétera, produjeron una
jeras en la antigua Grecia constituyó un correlativa multiplicidad de distintos orde-
problema resuelto de manera diversa por
los distintos pueblos que ejercieron su hege- (1) V la voz DERECHO DE GENTES..! 7, g. 94
monía en cada región. Así, por ejemplo, de esta misma Enciclopedia.
namientos jurídicos con contenidos norma- se careciese de un criterio general concilia-
tivos propios. torio en las distintas soluciones y sólo se
En Francia, por ejemplo, aún hasta mu- aceptase, como un principio de orden Ínter -
cho después de la consolidación del poder loeal, el axioma leges non valent extra te-
real de los Capetos, una buena parte del rritorium.
territorio encontrábase en manos de ex-
tranjeros. Debido a ello el reino ofrecía III. EVOLUCIÓN DEL SISTEMA DE LA CORTESÍA Y
gran variedad legislativa. La Normandía te- LA UTILIDAD RECÍPROCA. ("COMITAS GENTIUM")
nía sus leyes propias; Bretaña, otras por Con el desarrollo de los nexos económicos
completo diíerentes; Anjou, a su vez, otras derivados del surgimiento de grandes esta-
distintas y Bcrry, por su parte, otras suyas, blecimientos urbanos en el Mar Báltico ha-
de profundo arraigo. cia los siglos xiii y xrv; con la importancia
Otro tanto ocurría con las ciudades-Es- creciente de los centros comerciales italia-
tados italianas. Florencia, que había logra- nos que irradiaban su actividad por el Mar
do extender su dominación sobre toda la Mediterráneo; y, sobre todo, como conse-
Toscana transformó5e bien pronto en una cuencia de los estudios realizados por los
fuerte plaza bancaria con usos y costum- juristas de la época, comenzó a advertirse
bres originales. Venecia y Genova, que do- en Europa la necesidad de flexibilizar el
minaron el Mediterráneo, crearon también rígido sistema territorialista implantado por
su propio Derecho. Y, de la misma manera, el feudalismo.
Milán, Parma y Módena tenían, cada uno, Consideróse entonces que si bien la ley
sus leyes propias y distintas entre sí. extranjera no podía Invocarse con fuerza
Junto a este fenómeno advertíase —so- compulsoria en el territorio de un Estado,
bre todo entre los pueblos germanos—, otro convenía a éste admitir su aplicación a fin
de mayor proyección: el de la diferencia- de mantener una relación de cortesía con
ción creciente de las legislaciones locales los otros Estados y obtener en ellos igual
con el Derecho romano que se había gene- tratamiento.
ralizado por casi toda Europa a la época La creciente intensidad de las relaciones
de la desmembración del Imperio. interhumanas imponían, por ejemplo, la
Así, por ejemplo, el jus gentium, adop- necesidad de aceptar ciertas normas extran-
tado por muchos pueblos —o impuesto a jeras vigentes relativas a la capacidad y al
ellos por Roma— como Derecho privado co- estado de las personas.
mún, fundábase en el reconocimiento de Si bien en un principio —y, sobre todo,
una igualdad absoluta de las personas, en en los principados y burgos no dependien-
tanto que el Derecho germano clasificaba a tes del Sacro Imperio Romano Germáni-
éstas en orden a importancias y privilegios co—, la práctica de aplicar la ley extran-
distintos. Además, mientras el Derecho ro- jera fue intensamente resistida por los go-
mano permitía la libre enajenación de la bernantes en razón de que ella parecía vul-
tierra y admitía la propiedad individual, el nerar la integridad de su poder, los resulta-
Derecho germano restringía al máximo la dos que se consiguieron fueron tan satis-
enajenación inmobiliaria y sostenía la idea factorios que esa práctica generalizóse en
de la propiedad familiar. Y, finalmente, Europa con el advenimiento de la Edad
mientras el Derecho penal romano tenía un Moderna. A ello contribuyó también, en no
marcado carácter público predominando en despreciable medida, el fortalecimiento de
él un criterio señaladamente subjetivista la autoridad de los monarcas y el propósito
—a tal punto que a un hecho doloso se san- de éstos de consolidar un régimen de segu-
cionaba con la poenitio y a uno culposo se ridad jurídico-estatal. Una elemental razón
aplicaba la castigatio—, el Derecho penal de cortesía exigía al monarca admitir en el
germano conservaba, aún en su período territorio de su Estado la validez de una
evolucionado, notorios elementos del Dere- ley extranjera para tener, en esa forma, la
cho primitivo y se caracterizaba por el cri- fuerza moral de reclamar a otro soberano
terio objetivista con que se aplicaba la san- un idéntico comportamiento.
ción. En efecto: tanto en los primitivos sis- El sistema de la comitas gentium surge
temas de la venganza y de la falda, como doctrinariamente con los trabajos de la Es-
tn los regímenes composicionales del wer- cuela estatutaria holandesa integrada en el
geld o del jriedensgeld, lo que importaba era siglo xvn por Paulo Voet, Ulrico Huber,
el daño causado y no el estado subjetivo in- Juan Voet, Nicolás de Bourgoigne y Ro-
tencional de quien lo causaba. demburgo.
No es de extrañar que en aquella multi- De la misma manera —decían los Voet—
plicidad de ordenamientos jurídicos —in- que un individuo no está obligado a ser
dependientes unos de otros— que sólo con- cortés, pero le conviene serlo, un Estado no
templaban intereses y tradiciones locales, está obligado a aplicar, dentro de su terri-
torio, normas extranjeras pero le es útil y mitas gentium en lo siguiente: la aplica-
políticamente conveniente hacerlo. Tal tem- ción de la ley extranjera ha de consultar,
peramento contribuirá en gran medida, a para este autor, no solamente el interés
permitir la aplicación de sus propias leyes del Estado que la aplica, sino el interés de
más allá de sus fronteras. iodos Zos Estados.
En sus Comentarios sobre el conflicto de Según Story, cuando en la legislación po-
las leyes de los diversos Imperios, es Huber sitiva de un Estado faltare una norma que
quien sistematiza, por vez primera, una se- expresamente admita o prohiba la aplica-
rie de reflexiones en apoyo de la doctrina ción de leyes extranjeras, los jueces han de
de la comitas gentium. interpretar esta laguna en sentido positivo;
Comienza Huber sosteniendo que las leyes es decir, como el consentimiento tácito de
dictadas en cada reino o imperio tienen la legislación en admitir la extraterritoria-
fuerza obligatoria solamente dentro de los lidad de las normas extranjeras mientras
límites de su territorio pero no fuera de él. éstas no sean violatorias de su sistema po-
Así, pues, todos los individuos que se en- lítico ni perjudiquen a los generales inte-
cuentren transitoria o permanentemente en reses de los indviduos.
un país, deben considerarse subditos del Otro autor que en la época contemporá-
gobierno de éste. No obstante —afirma—, nea ha apoyado el fundamento de la cor-
cabe a los reyes y emperadores admitir, por tesía y utilidad recíproca es Foelix, para
razones de cortesía, que las leyes vigentes quien la necesidad del bien público y gene-
en otros países tengan la misma vigencia ral de las naciones demuestra, en cada Es-
en el territorio subordinado a sus gobiernos, tado, la conveniencia de conceder a las le-
siempre que no atenten contra sus poderes yes extranjeras efectos más o menos ex-
ni afecten a los intereses de sus subditos. tensos y perdurables. Las múltiples relacio-
La doctrina de la comitas gentium ha ido nes que los subditos de los diferentes Es-
generalizándose a través del curso de la tados mantienen entre sí; la intensidad de
Edad Moderna corno un fundamento po- los negocios que celebran y la importancia
lítico de la extraterritorialidad de las nor- económica de ios bienes que adquieren exi-
mas jurídicas. Así, por ejemplo, Bouhier, al gen el reconocimiento recíproco de la con-
adherirse a esa doctrina, expresa que no dición jurídica de las personas extranjeras
sólo razones de cortesía y utilidad, sino tam- y de la validez de los actos celebrados en
bién de necesidad publica exigen la admi- otros países.
sión, en un Estado, de algunas leyes extran- Ahora bien: Si es innegable que la doc-
jeras. Esta costumbre no es desde luego es- trina de la cortesía y la utilidad recíproca
trictamente obligatoria —agrega Bouhier— ha constituido, durante largo tiempo, el ar-
pero se la admite en modo general "como gumento fundamental para la posibilidad
una especie de Derecho de gentes" en vir- de invocación y aplicación de leyes extran-
tud de las ventajas y conveniencias que re- jeras, es del todo evidente que ella es insu-
porta a los diferentes pueblos. ficiente para conferir una base firme a la
Con más amplia fundamentación, el siste- extraterritorialidad de las normas jurídicas.
ma de la comitas gentium también ha tenido Toda aplicación de leyes extranjeras queda
acogida durante el siglo xix en el Derecho subordinada, en este sistema, al arbitrio
anglosajón a través de los trabajos de Story. político del país que ha de aplicarlas y a
Sostiene, en efecto, este autor, que el fun- la unilateral valoración de la conveniencia
damento último de la aplicación de la ley y oportunidad de su aplicación.
extranjera descansa, por un lado, en la uti- Bien dice sobre el particular Romero del
lidad y en el interés mutuo de las naciones Prado: "El juez, en definitiva, seria quien
y, por otro, en los insalvables inconvenien- juzgaría de la cortesía o conveniencia, por-
tes que surgirían de la adopción de un tem- que ante él se plantearía el caso en el que
peramento contrario. Subyace en este pos- se invoca una ley extranjera. Siendo así,
tulado, según Story, una especie de necesi- como no está obligado a aplicar a ésta, po-
dad jurídica: la necesidad de hacer justi- dría seguir la suya propia, más fácil de
cia para adquirir el derecho de que se nos conocer, desechando esa extranjera que se-
haga, justicia. ría la normalmente competente para decidir
Empero, el reconocimiento y admisibilidad la cuestión. Sería llevado, entonces, a apli-
de las leyes extranjeras tiene también, para car la lex fori siempre, y así llegaríamos a
Story, un límite: es el límite impuesto por la territorialidad absoluta, nuevamente al
el interés público que ha de prevalecer aislamiento, en pugna con el estado de con-
cuando aquellas leyes sean contrarias a és- vivencia internacional.
te. La recíproca utilidad de las naciones, que "Por otra parte, si dos o más leyes con-
fundamenta a la tesis de Story, difiere de curren a regir la misma relación jurídica,
la invocada en la antigua teoría de la co- débese por igual a todas la cortesía, pero
como no puede aplicarse más que una, se b) un -periodo de organización representa-
llegaría a esta situación: se sería cortés con do por la aparición y desarrollo de la es-
una y descortés con las demás, necesaria- cuela francesa del siglo xvi. c) un periodo
mente. de crítica en el cual la escuela holandesa
"Además, hoy puede aplicar el juez la ley determina los fundamentos doctrinarios de
extranjera por cortesía; mañana, para la la extraterritorialidad (siglo xvn); y d) un
misma relación jurídica no hacerlo; o an- periodo de transición entre las teorías es-
te dos casos idénticos que deben ser solu- tatutarias y las modernas teorías de la co-
cionados por una misma ley extranjera, a munidad jurídica. Este período está repre-
uno aplicar esa extranjera como.normal- sentado por la aparición de la escuela esta-
mente competente y al otro la ley fori, por tutaria francesa del siglo xvm.
capricho, arbitrariamente, o ventilarse ante 1. Escuela estatuaria italiana. En las
dos jueces del mismo país y uno seguir la Dissensionis Dominorum, compiladas en el
extranjera y el otro la lex fori" (2). siglo xn, el comentarista Aldricus planteó
temáticamente la cuestión sobre qué cos-
IV. LAS ESCUELAS ESTATUTARIAS tumbre correspondía aplicar en el caso de
Según hemos dicho, una de las consecuen- que dos o más personas pertenecientes a dis-
cias jurídicas más notables del feudalismo tintas regiones litigasen ante un mismo juez,
fue la de haber introducido en el ámbito sentando la siguiente premisa: "ludex de-
de las relaciones interlocales un estricto bet sequi consuetudinem quae potior et uti-
concepto de territorialidad. Durante el pe- lior videtur". (El juez debe seguir la cos-
ríodo en que los pueblos europeos vivieron tumbre que considere más poderosa y útil).
aislados, el régimen de la territorialidad Actualizaba así en el campo del Derecho
absoluta de las leyes no produjo mayores interregional, con nuevas proyecciones, un
consecuencias. Mas en la medida en que las antiguo fundamento del Derecho romano:
relaciones comerciales se intensificaron, los el de la actio utilis pretoriana, que daba
inconvenientes prácticos fueron multipli- preferencia a la aplicación de un criterio
cándose. Con ello fue haciéndose patente la de equidad allí donde el Derecho escrito no
necesidad de hallar una solución interme- regulaba determinado caso.
dia entre el sistema de la territorialidad y La misma cuestión es replanteada y re-
el de la personalidad estricta. suelta en el siglo xni desde un punto de
Es así como a partir del siglo xm surge vista distinto por el glosador Acursio, quien
en Italia una corriente doctrinaria dedica- al comentar la Ley I del título I del libro I
da especialmente a resolver los frecuentes del Código de Justiniano, encuentra que di-
conflictos suscitados entre las leyes, usos y cha norma fundamenta la extraterritoriali-
costumbres (estatutos) de las diversas ciu- dad del Derecho de la misma manera que
dades italianas. La tarea de estos juristas postula para todos los pueblos del Imperio
—estatutarios— consistió, en principio, en sometidos a la jurisdicción de éste, una mis-
estudiar, interpretar y comentar los textos ma religión: la predicada por el apóstol
del Derecho romano (especialmente los que Pedro («). Sostenía así Acursio que si un
integraban el Corpus luris de Justiniano) individuo natural de Bolonia contrata con
con el fin de encontrar la unidad del sen- otro originario de Módena y es demandado
tido de cada institución jurídica y propor- en esta ciudad, no debe ser juzgado según
cionar un criterio coherente para su regu- el estatuto de Módena por no ser subdito
lación práctica. de ella. Siéntase, con esto, el principio per-
Esta tendencia generalizóse en Europa sonalista de que la autoridad sólo es impe-
surgiendo, así, en Francia y en Holanda rativa para el subdito, de lo cual se infiere
otras escuelas estatuarias que ejercieron que los mandatos emanados de aquélla de-
notable influencia en la integración de las ben extraterritorializarse cuando se refie-
modernas teorías. ren a materias propias del Derecho privado.
Según Machado Villela pueden distin- Este criterio fue sin' embargo revisto y
guirse, en este proceso de difusión doctri- controvertido en el siglo xiv por el profesor
naria, cuatro períodos que corresponden a de Pisa, Bartolo de Saxoferrato quien al
las cuatro principales escuelas estatutarias, retomar el problema tratado por Acursio,
a saber: a) un periodo de origen o forma- procura resolver prácticamente los conflic-
dor que comienza en el siglo xm y finaliza (3) Prescribía dicha ley: "Cunctos populos quos
en el siglo xvi. Es la época de la aparición clementiae nostrae regit imperium in tali volumus
y el auge de la escuela estatutaria italiana. religione versar! quam divinum Petrum apostolum
tradisse romanis religio..." (Mandamos que los
pueblos que rige el imperio de nuestra clemencia,
(2) • Romero del Prado, V., Manual Ae Derecho adopten la religión que enseñó a los romanos el
internacional privado, t. 1, pág. 296, Ed. La Ley, divino apóstol Pedro, según lo prescribe la misma
Es. Aires, 1944. religión por él predicada...)
tos de estatutos mediante un principio de por sus características, puede ser conocido
justicia. en modo general, como delito, debe ser re-
Bartolo adopta como criterio fundamen- gido por la ley local; si, por el contrario,
tal de clasificación el que divide al Derecho ese hecho puede dar lugar a ignorancia
romano privado según los objetos de la re- acerca de sus caracteres delictuosos, enton-
gulación: la persona y la res. Distingue así, ces es aceptada la ley personal del sujeto
en la teoría de las reglas jurídicas (estatu- agente.
tos), entre los que se refieren a cosas (es- Las soluciones propuestas por la escuela
tatutos reales) y los que se refieren a per- italiana ejercieron notable influencia en
sonas (estatutos personales). Europa, sobre todo a través de los trabajos
Ahora bien: Dentro de cada ciudad, los de Baldo de Ubaldis, Saliceto y Carlos Du-
estatutos reales son imperativos para todo moulin,
el que se encuentre accidental o perrrianen- 2. Escuela estatutaria francesa del si-
temente en ella; los personales, en cambio, glo xvi. Los comentarios hechos por Car-
son imperativos únicamente para los sub- los Dumoulin al título "De Summa Trinita-
ditos. Fuera de cada ciudad, los estatutos te et de fide catholica" del Código de Jus-
reales no tienen efecto extraterritorial. En tiniano, constituyen el primer antecedente
lo que respecta a los estatutos personales, temático de la escuela estatutaria francesa
Bartolo postula distinguir entre estatutos en materia de extraterritorialidad.
personales prohibitivos —que establecen in- Prevalente en Francia, aún en el siglo xvi,
capacidades o prescriben nulidades— y es- el principio territorialista impuesto y di-
tatutos personales permisivos —que con- fundido por el feudalismo, la doctrina de
fieren facultades—. Los primeros son extra- Dumoulin, al conferir una efectiva función
territoriales cuando son favorables, es decir, jurídica a la autonomía de la voluntad en
cuando las prohibiciones que establecen la solución de determinados conflictos de
tienden a proteger a las personas y, por el leyes, manifiéstase sin duda como el paso
contrario, son territoriales cuando son des- inicial hacia la atenuación de aquel estricto
favorables u odiosos, esto es, cuando res- territorialismo.
tringen determinadas facultades. Los últi- Dumoulin comienza dividiendo a los es-
mos sólo son territoriales y rigen por tanto, tatutos en dos grandes grupos a saber: 1)
únicamente dentro de la Ciudad, cuando Estatutos que rigen a la forma de los actos
implican una derogación específica del De- y 2) Estatutos que rigen a la sustancia o
recho romano. contenido de los actos. Respecto de los pri-
Bartolo analiza, además, las diferentes re- meros considera dos situaciones: Si se tra-
laciones jurídicas —a las que distingue en ta de la forma de los actos jurídicos en ge-
contratos, testamentos y actos que no son neral, ella es sometida a la regulación de
contratos ni testamentos—, adoptando las la ley del lugar de celebración de éstos,
siguientes soluciones: Contratos realizados aplicando así este autor, el principio locus
entre extranjeros: Las cuestiones relativas regit actum reconocido por la escuela ita-
a las formas del contrato se deciden por la liana. Si se trata de las formas del proceso,
ley o costumbre del lugar de su celebración se adhiere a la prevalencia, ya generaliza-
y las relativas a las formas del proceso en da en la época, de la lex fori. Respecto de
que son discutidos los contratos, se dirimen los estatutos que rigen a la sustancia o
según la lex fori. En cuanto al fondo o con- contenido de los actos, Dumoulin introduce
tenido de los contratos, las consecuencias una innovación doctrinaria al distinguir en
previstas en ellos se rigen y resuelven por este grupo: I) Estatutos supletorios, que
la ley del lugar de su celebración; y las ac- comprenden la regulación de actos jurídicos
cidentales o imprevistas, por la ley.del lu- de realización facultativa: En estos casos,
gar de su ejecución —cuando ese lugar es la elección de la ley que ha de regir la rela-
conocido— o por la lex fori —cuando es des- ción jurídica queda subordinada a la vo-
conocido—. Testamentos: Respecto a su luntad expresa o tácita de las partes. El
forma y a la interpretación de sus disposi- principio de la autonomía de la voluntad en
ciones, aplicase el estatuto del lugar de su lo relativo a la elección de una ley aparece
otorgamiento. Tocante a la capacidad para así, por vez primera, consagrado. II) Esta-
testar, es aplicable el estatuto de la ciudad tutos imperativos, que comprenden la regu-
a que el testador pertenece. Hechos delic- lación de actos obligatoriamente impuestos
tuosos: En lo relativo a delitos previstos por la ley: si son reales, es decir, si se re-
por el Derecho romano, aplícase, en modo fieren directa o pricipalmente a los bienes,
exclusivo, la ley del territorio donde el he- son territoriales. Si, en cambio, son perso-
cho fue cometido. En lo atinente a delitos nales, esto es, si regulan la situación jurí-
sólo previstos por leyes locales, la escuela dica de las personas, tienen alcance extra-
bartolista distingue dos casos: Si el hecho, territorial.
Otro notable representante de la escuela relativas a la condición jurídica de las per-
francesa del siglo xvi fue Bertrand D'Ar- sonas), con el fundamento de la cortesía
gentré cuya doctrina, si bien careció de in- y utilidad reciproca al que nos hemos re-
fluencia en Francia por motivos políticos, ferido en el capítulo III de esta misma voz.
adquirió extraordinarias proyecciones en los La adopción de la doctrina de la comitas
Países Bajos, en Flandes, en Inglaterra e gentium por parte de la escuela holandesa,
incluso en los Estados alemanes. significó solucionar, mediante un método
Este autor se pronuncia en favor de la crítico comparativo, los graves problemas
territorialidad estricta de todos los estatu- jurídicos suscitados, de una parte, por las
tos; y aun cuando acepta la división de diferencias de legislación de los distintos
éstos en reales y personales, subordina los Estados, y de otra, por la necesidad política
segundos a los primeros considerando a los de mantener el principio de la territoriali-
personales como una aplicación excepcio- dad en función del sentimiento de indepen-
nal del principio básico integrado por los dencia que prevalecía en los Países Bajos.
estatutos reales. 4) Escuela francesa del siglo xvni. Esta
Según D'Argentré —en quien ha gravi- escuela estatutaria tiene su primera mani-
tado poderosamente la necesidad de defen- festación en los trabajos del jurista Boulle-
der la autonomía de cada una de las regio- nois (1680-1672), cuya doctrina representa
nes de Francia contra el poder centraliza- un notable avance sobre el rígido concepto
dor del rey—, son reales y, por tanto, es- territorialista prevalente hasta el siglo xvn.
trictamente territoriales, los estatutos que Sostiene Boullenois que todos ios estatutos
determinan la calidad jurídica de las co- son, por igual, personales o reales. No puede
sas en general y de los inmuebles en espe- darse a los de una especie, una preeminen-
cial; los ciue regulan el régimen de las he- cia genérica y permanente sobre los de la
rencias, donaciones, etcétera; y 1los que se otra porque ello significaría forzar la natu-
refieren, a la vez, a personas y a cosas (es- raleza de la propia regulación jurídica.
tatutos mixtos), a saber: leyes que esta- El carácter personal o real que puede te-
blecen, modifican o restringen capacidades ner una ley está determinado, en primer
e incapacidades para adquirir o enajenar lugar, por el mismo objeto que ella regula
bienes; leyes impositivas y leyes que, de un y, en segundo lugar, por la intención ma-
modo general, relacionan a la persona con nifiesta del legislador. Si ninguno de estos
un bien. dos elementos permitiese la determinación
Sólo son personales y tienen, por tanto, de aquel carácter, debe entonces conside-
alcance extraterritorial, los estatutos que rarse que la ley es real.
establecen capacidades o incapacidades ge- Por regla general son personales, según
nerales; pero no lo son los que las deter- Boullenois, las leyes que establecen el estado
minan en modo especial, es decir, referidas y la condición jurídica de las personas. Pero
a ciertos actos jurídicos. estas leyes pueden ser: 1) Universales,
3) Escuela holandesa. Profundamente cuando prescriben capacidades generales
influenciados por la doctrina de D'Argen- sin referencia a bienes, como las que deter-
tré, los juristas de los Países Bajos adhi- minan las condiciones de la mayoridad o
riéronse al principio territorialista funda- la emancipación. En este caso son siempre
dos en que las normas jurídicas sólo tienen extraterritoriales. 2) Particulares, cuando
validez en el territorio en que fueron dic- determinan capacidades o incapacidades
tadas. específicas, como las que se refieren a las
La escuela holandesa, constituida por Pau- facultades que tienen las personas para re-
lo y Juan Vóet, Ulrico Huber,
1
Nicolás de alizar ciertos actos. Estas leyes tienen efec-
Bourgoigne y Rodemburgo, acepta la divi- to extraterritorial sólo cuando afectan a
sión ya tradicional de los estatutos, en rea- las personas y no a los bienes.
les y personales, al tiempo que desarrolla Tienen, en cambio, carácter real y son
la doctrina de los denominados "estatutos por ello, puramente territoriales, las leyes
mixtos" en los que incluye principalmente que regulan la condición jurídica de los bie-
los relativos a la forma de los actos y los nes, los cuales están subordinados en modo
procesos. Pero, en todo caso, como regla exclusivo al estatuto del lugar de su situa-
general, los subordina al principio territo- ción. Con respecto a los muebles que care-
rialista. cen de asiento permanente, Boullenois con-
Apremiados sin embargo por la necesidad sidera que del hecho de que el lugar de
de conferir seguridad a los negocios jurí- situación de los mismos coincida con el do-
dicos —que en no despreciable medida eran micilio de su propietario no puede con-
realizados con extranjeros—, los estatuta- cluirse que el estatuto que los rige tenga
rios holandeses admitieron la extraterrito- carácter personal sino que este estatuto es
rialidad de ciertas leyes (en especial, las siempre real.
Tocante a las convenciones en general, rritoriales, los estatutarios clasificaron a
este autor subordina su validez a un triple las normas jurídicas en dos principales gru-
régimen: Con relación a la capacidad de pos, a saber: leyes o estatutos reales y leyes
los contratantes, rige la ley del domicilio o estatutos personales. En estos dos grupos
de éstos; con referencia a la naturaleza, incluyéronse todo conjunto, todo sistema
formación y formalidades extrínsecas del normativo positivo, hasta que D'Argentré
contrato, rige la ley del lugar de celebra- y la escuela holandesa crearon una nueva
ción; y en punto a los efectos del contrato categoría: la de los estatutos mixtos. Aho-
en relación a los bienes, rige la ley del lugar ra bien: la mayor dificultad consistió, como
•de la situación de éstos. queda dicho, en la falta de un criterio
Otro integrante de esta escuela es Bou- uniforme para lograr una clasificación ob-
hier -quien, como Boullenois sostiene que los jetiva; pues mientras una escuela consi-
estatutos son reales o personales según el deraba a determinadas instituciones regu-
carácter del objeto que regulan y la inten- ladas por el estatuto real, otras, en cambio,
ción cierta del legislador. Pero Bouhier am- las concebía regidas por el estatuto perso-
plía más aún el ámbito de la extraterrito- nal (*).
rialidad normativa en cuanto sostiene que
en caso de duda sobre el carácter real o (4) Desde el punto de vista de una critica In-
personal de un estatuto,, debe prevalecer terna —expresa Werner Goldschmldt— no es po-
este último. Afirma en punto a esto que el sible distinguir reglas que tienen por objeto cosas
principio territorialista cuya difusión con- y reglas que se refieren a personas, puesto que las
primeras, desde luego, no son nunca puras, ya que
duce a dar prevalericia a la realidad de los el Derecho sólo se ocupa de las cosas para repar-
estatutos, no hace sino fraccionar el régi- tirlas entre personas. La quiebra de este desdicha-
men legal de un mismo patrimonio multi- do distingo se puso de relieve con ocasión de en-
plicando los inconvenientes para su admi- marcar el estatuto inglés: "El primogénito hereda
todos los bienes del causante". Evidentemente este
nistración y transmisión. estatuto se refiere tanto a cosas (los bienes del cau-
Por su parte, Froland, otro representante sante) como a personas (el primogénito favorecido
de esta escuela, confiere aún mayor ámbito y los hermanos pospuestos); pero como la división
de validez al estatuto personal aplicándolo bipartita, cual otro lecho de Procusto, obligó a
los autores a Incluir el estatuto en una de las dos
incluso al régimen de los bienes. Basta que categorías, Bartolo Indica como criterio decisivo la
una ley legisle sobre la situación jurídica redacción léxica del mismo: el estatuto es perso-
de una persona para que sea considerada nal, si reza: «Primagenitus succedat In ómnibus
como estatuto personal aún cuando sus bonis»; y es real, si dici «Bonn decedentium venlant
ín primogenítum». Argentré dice despectivamente
prescripciones se refieran también a bienes. con esta ocasión: «Pudeat pueros talla aut sentiré
Para Froland, la persona adquiere siem- aut docere». La misma categoria del «estatuto mix-
pre primacía jurídica frente a los bienes y to» demuestra la imposibilidad de la división, pres-
a la organización de las riquezas. Es la cindiendo de la ambigüedad de los términos, ya
que algunos estatutarios entendían por ellos los
nueva concepción humanista que aflora en estatutos referentes a los actos. Si, no obstante, la
la doctrina con el advenimiento de la Re- diferencia entre «estatutos reales» y «estatutos per-
volución Francesa. Es la culminación de un sonales» se mantuvo durante cinco siglos e inclu-
largo proceso histórico y el comienzo de sive resucitó en obras neoestatutarlas después que
Savigny había dado muerte al dragón, la causa
una nueva etapa que ha de dar nuevo sen- consiste en que en aquel distingo se Introdujo su-
tido a las instituciones jurídicas y nuevos brepticiamente otra división bipartita lógicamente
fundamentos a la legislación. fundada: la entre estatutos con efectos intraterri-
toriales y estatutos con efectos íntra y extraterri-
V. CRÍTICA A LA DOCTRINA ESTATUTARIA toriales. Sí Argentré y los partidarios de la Escuela
Holandesa declaran que todos los estatutos son
Un análisis de la labor desarrollada por reales, no quieren decir que todas las reglas Jurídi-
¡os estatutarios pone de relieve una serie de dicas se refieran a cosas, sino que todas las reglas
errores y contradicciones en su doctrina Jurídicas poseen validez sólo en el territorio en el
que fueron emitidas. En otras palabras, los estatu-
pero también demuestra la existencia de tarios mezclan una división en atención al objeto
un saldo positivo. con otra en atención a los efectos. La distinción
El primer inconveniente que plantea la entre los estatutos según que sean meramente in-
doctrina estatutaria surge, por un lado, de traterritorlales o a la vez extraterritoriales, es in-
dudablemente fundamental y lógicamente impeca-
la diversidad de criterios aplicados por sus ble; pero esta distinción contiene toda la proble-
representantes para clasificar a los estatu- mática del Derecho Internacional privado; en cam-
tos y, por otro, de la falta de unidad para bio, no Implica su solución. Por el otro lado, la
fusión entre ambos grupos de divisiones bipartitas
determinar cuales elementos debían consi- es infundada. Estatutos referentes a cosas pueden
derarse a objeto de establecer la territoria- ser extraterritoriales (si, p. ej., se refieren a mue-
lidad o la extraterritorialidad de los mismos. bles, y, desde la disolución de jurisdicción y ley
Con el fin de sentar una regla general aplicable, también si se refieren a Inmuebles); y,
al revés, estatutos referentes a personas pueden
que permitiese resolver la cuestión de si una resultar rigurosamente Intraterrltorlales (así, p. ej.,
ley debía tener o no consecuencias extrate- los estatutos permisivos y los prohibitivos odiosos
Por lo demás, cuando se observó que al- En lo que respecta a la condición jurídica
gunas leyes —por ejemplo, las que deter- de los bienes muebles en relación a los de-
minaban la relación jurídica entre una per- rechos de sucesión y preferencia, Vareilles-
sona y una cosa, o las que regulaban la Sommiéres los considera regidos por la ley
forma de los actos, la ejecución de las sen- del domicilio del propietario. Y tocante a
tencias o los efectos de las obligaciones—, las formalidades extrínsecas de los actos, su
no podían ser comprendidas ni en los esta- regulación depende de la ley del lugar de
tutos reales ni en los personales y se las celebración. Finalmente Vareilles-Sommié-
agrupó, por ello, en la especie de "estatutos res acepta en su sistema territorialista un
mixtos", el problema de si correspondía o principio de excepción relativo a las leyes
no concederles extraterritorialidad, subsis- supletorias e interpretativas: estay no se
tió, lo cual trajo aparejada, durante largo aplican en caso de que las partes mani-
tiempo, una irremediable inseguridad en las fiesten, de un modo expreso o tácito, su
decisiones judiciales. voluntad de hacer regir una convención por
A pesar, empero, de estos inconvenientes, las leyes de otro Estado. Actualízase aquí el
las escuelas estatutarias tuvieron el gran principio de la autonomía de la voluntad en
mérito de introducir en las legislaciones de materia de elección de leyes, postulado por
occidente una mayor movilidad, una mejor Dumoulin.
adaptación a las necesidades ambientes. Criticando la posición de Vareilles-Som-
No debe desatenderse, por otra parte, la miéres, Romero del Prado se adhiere a una
poderosa influencia ejercida por las teorías oportuna observación de Pillet: "La ley,
de los estatutarios en la moderna doctrina para Vereilles —comenta Pillet— es terri-
jurídica. Tan notable ha sido esa influencia torial; pero esta territorialidad, en cuanto
que muchos autores modernos como Lau- constituye un principio internacional, se
rent, Vareilles-Sommiéres, Von Bar y Ca- impone no sólo al Estado de cuya ley se
landrelli consideran que incluso los redac- trata sino a cualquier otro. Tiene lugar un
tores del Código civil francés siguieron en acto jurídico en un país determinado; se
muchos aspectos, los lineamientos tradicio- le somete (exceptuando la capacidad de
nales de las escuelas estatutarias aunque las partes) a la ley de ese país; y si más
sensiblemente modificados en función de las tarde la validez de ese acto se discute ante
evolucionadas concepciones jurídicas. los jueces de otro Estado, la ley de origen
de ese acto es a la que los jueces deben
VI. LA TEORÍA NEOESTATTJTARIA referirse en virtud del principio mismo de
Vareilles-Sommiéres ha tratado de actua- la territorialidad. No era éste el sentido que
lizar en su obra La Synthese Du Droit In- daban los antiguos a la palabra territoriali-
ternational Privé, la doctrina de los estatu- dad y jamás entendieron por tal sino la
tos, intento que ha valido- a su trabajo la facultad que pertenecía a los jueces de apli-
denominación de teoría neoestatutaria. car su propia ley en las relaciones de De-
Sostiene, en efecto, el citado autor, que recho planteadas ante su tribunal. Pero hay
las leyes de un Estado son obligatorias para además una contradicción. Esta misma te-
todas las personas que se encuentren en su rritorialidad que somete a la ley de un país
territorio sean éstas nacionales o extranje- el acto realizado por un extranjero en ese
ras, ya que tanto unas como otras forman país, Impide a esta ley proyectar su efpcto
parte, permanente o transitoriamente, de fuera del territorio en que ha s'do promul-
la sociedad civil que integra a dicho Estado. gada por el soberano y autoriza al juez ex-
Pero las leyes de un Estado —agrega— no tranjero a aplicar la ley extranjera en to-
son obligatorias fuera de su territorio ex- dos los procesos que está llamado a juagar.
cepto las que regulan al estado y capacidad Admitido el principio, resulta forzosamente
de las personas, que siguen a éstas y tienen, que no es posible aplicar en el Estado sino
por consiguiente, un constante alcance ex- su ley propia; podrá torturarse todo lo que
traterritorial. se quiera la palabra territorialidad, pero
jamás se podrá hacer surgir de ella un prin-
de Bartolo). Tampoco las subdivisiones de los es- cipio de extraterritorialidad" (^).
tatutos eran más acertadas. En efecto, un estatuto
puede ser favorable a un grupo y odioso a otro VII. EL SISTEMA DE LA RECIPROCIDAD
grupo de personas. Pero aun prescindiendo de ello
«xisten dudas acerca del particular. Asi por ejem- A partir del proceso de consolidación de
plo opina Bartolo que el estatuto que prohibe la la política de equilibrio interestatal, que se
herencia de las mujeres, es odioso, mientras que
Baldo cree que es favorable por no haberse dado inicia en 1648 con la Paz de Westfalia, fue
con el ánimo de perjudicarlas" (Werner Gold- tomando cuerpo en Europa, para la aplica-
schmldt. Sistema y filosofía del Derecho Interna-
cional privado, t. 1, págs 169 a 171, Ediciones Ju-
rídicas Europa-América, Bs. Aires, 1952). (5) Hornero del Prado, V., ob. clfc., t. 1, pág, 444.
ción extraterritorial de las leyes, el sistema extradición y la 8867 (modificatoria del
de la reciprocidad. art. 287 del Código de comercio) que regula
Del mismo modo que la comitas gentium, el funcionamiento en el país, de sociedades
tiene la reciprocidad un fundamento utili- anónimas extranjeras (?).
tario, pero difiere de aquélla en que postu- Criticando el sistema de la reciprocidad,
la un régimen retributivo cuyo rígido ex- dice Romero del Prado: "No es posible ne-
pediente impide, las más de las veces, arri- gar la aplicación de la ley extranjera en un
bar a la solución de casos concretos con un Estado por el hecho de que la ley de éste
criterio equitativo. no sea admitida en el primero o en aquél
Tres son las formas que ha adoptado la cuya ley se invoca, en el segundo. No es
reciprocidad: ío legislativa, la diplomática posible argumentar que la reciprocidad fa-
y la consuetudinaria. La primera de ellas cilita la represalia y que es así un medio de
subordina la aplicación de las leyes de un obtener para lo propio lo que se niega en
Estado en el territorio de otro, a la sanción, el exterior, negando a su vez al extraño
por parte del primero, de leyes que admitan hasta tanto se conceda lo mismo a lo de
en su territorio, la aplicación de normas del uno. El talión no fue nunca una regla de
segundo. Esta forma presenta el inconve- derecho, porque la conducta de uno no se
niente, a veces insalvable, de las fluctua- regula por la conducta del otro, sino en tan-
ciones legislativas consecuentes de los cam- to no se tiene principio alguno de jus-
bios políticos. La segunda, en cambio, más ticia".
flexible y adaptable a las contingencias "Si un Estado no debe admitir en su te-
históricas internacionales, toma como fun- rritorio las leyes de otro, si éste a su vez
damento de una extraterritorialidad exigi- no admite las suyas de la misma naturale-
ble para los Estados, la existencia entre ellos za, giraríamos en un circulo vicioso: Yo no
cié tratados, Esta forma supera a la prime- concedo si no se me concede, y ¿quién con-
ra, al establecer un régimen de seguridad cede primero? Si espero que el otro lo haga
derivado de la norma de Derecho interna- para hacerlo yo, el otro esperará que yo lo
cional pacta sunt servanda que obliga a los haga para hacerlo él. Mutuamente espera-
distintos Estados a cumplir los pactos for- remos y en esta forma, en definitiva, nin-
malizados entre ellos. Y, por último, la ter- guno lo hará. Resultado: volveríamos a la
cera, es la fundamentada en situaciones de época del desconocimiento absoluto de la
hecho, esto es, en la costumbre seguida por aplicación del derecho extranjero, al aisla-
los Estados de reconocerse recíprocamente miento feudal" ( » ) .
la extraterritorialidad de determinadas le- VIII. LA NACIONALIDAD COMO FUNDAMENTO DE
yes. Es, más bien, una modalidad de la co- LA EXTRATERRITORIALIDAD NORMATIVA
mitas gentium. La forma más difundida La idea de que el principio de la naciona-
del sistema de la reciprocidad es la diplo- lidad debía presidir a la organización po-
mática. Y en punto a su aceptación por las lítica del Estado, fue difundiéndose, sobre
legislaciones internas, esa forma ha sido todo en Francia, después que Bodin preten-
por primera vez sistemáticamente consa- dió fundamentar el concepto de soberanía
grada en el artículo 11 del Código civil fran- en la autoridad absoluta del monarca. Y
cés que establece: "El extranjero gozará en esa idea se hizo patente en las generaciones
Francia de los mismos derechos civiles posteriores proyectándose a través del idea-
acordados a los franceses por los tratados rio que informó a los acontecimientos de la
con la nación a la cual ese extranjero per- Revolución Francesa.
tenezca" f o). Pero la idea de la nacionalidad no quedó
Aun cuando en modo extrasistemático, la circunscripta en esta época al Derecho pú-
reciprocidad ha llegado a ser admitida en blico sino que también se extendió a mu-
la legislación argentina. Así, por ejemplo, chas concepciones del Derecho privado.
en materia de ejecución de sentencias ex- Así, el artículo 3' del Código civil francés
tranjeras, el artículo 558 del Código de pro- recogió el principio para fundamentar la
cedimientos civil y comercial de la Capital extraterritorialidad de las normas deter-
Federal y el artículo 569 del de la provin- minantes de la condición jurídica de los
cia de Buenos Aires subordinan dicha eje- franceses. Establece este precepto: "Las le-
cución a lo convenido en los tratados cele- yes relativas al estado y capacidad de las
brados con otros países. Y el mismo fun-
damento tienen la ley nacional 1612 sobre (7) El art. 2' de la ley 8867 determina la vigen-
cia del art. 1': "para las sociedades cviyo país de
(6) El primitivo proyecto de este articulo pos- origen admita la reciprocidad". Pero en modo al-
tulaba la reciprocidad legislativa. Pero, discutido
el mismo, adoptóse la (orma diplomática por con- guno se refiere a la preexistencia de tratados sobre
siderársela mas Independiente de los cambios polí- el particular.
tico-legislativos (8) Romero del Prado, V., ob. clt., t. 1. pag. 300.
personas rigen a los franceses aun cuando no y el del Derecho internacional. Para este
residan en país extranjero". autor, todo ordenamiento jurídico estatal se
Se advierte, sin mayores explicitaciones, integra mediante el equilibrio entre el po-
que este artículo resulta criticable desde el der del Estado y los derechos subjetivos de
punto de vista del Derecho internacional los individuos. Por su parte, el orden jurí-
privado, ya que lejos de dar una solución dico internacional surge del equilibrio entre
genérica a los problemas de estado y capa- la comunidad universal y la soberanía de
cidad de las personas en general, se cir- cada Estado.
cunscribe a determinar unilateralmente un Toda institución, toda situación de hecho
.criterio de regulación para los propios na- o relación jurídica que de alguna manera
cionales. afecte o se vincule con la soberanía de un
Algunos autores sostienen que en el Código Estado, es regida por leyes de estricto ca-
civil francés se identifican las nociones de rácter territorial.
domicilio y nacionalidad. Así, por ejemplo, Ahora bien: la independencia política de
Foelix, al comentar el referido cuerpo legal cada Estado presupone necesariamente su
sostiene que las expresiones de nacionalidad autonomía, esto es, la capacidad de dictarse
y domicilio del individuo y de territorio de sus propias leyes, capacidad que no puede
su nación o patria, pueden ser empleadas ser restringida ni coartada. La indepen-
indiferentemente. dencia mutua de los Estados tiene así el
Pero, tanto por la distinción que ya se mismo carácter inviolable de la libertad
hacía en doctrina entre nacionalidad y do- mutua de los individuos. Cada Estado tiene
micilio en la época de la sanción de dicho el deber de reconocer y respetar la sobera-
Código, como por la típica significación nía de otro Estado.
que se confirió a cada uno de esos concep- De esta premisa infiere Mancini que la
tos a través de ulteriores interpretaciones, aplicación de normas jurídicas extranjeras,
no cabe hoy sostener que el pensamiento lejos de estar subordinada a la cortesía de
de los codificadores franceses haya iden- cada Estado, constituye un deber jurídico
tificado nociones tan diversas. Es más internacional cuyo cumplimiento resulta
aceptable la tesis que sostiene que la san- ineludible. Surge así, como una estricta obli-
ción del Código civil francés representaba, gación de los Estados, el reconocimiento deJ
en su momento histórico, una tendencia derecho que tienen los extranjeros de in-
unificadora de costumbres diversas, para vocar las normas jurídicas de sus respecti-
cuya concreción no se halló mejor solución vos países en lo que concierne a la regula-
que adoptar, por sobre la diversidad de cri- ción de sus situaciones y condiciones jurí-
terios imperantes en las distintas legisla- dicas fundamentales (»).
ciones locales de Francia, un único criterio: Pero, ¿cuál es el criterio de distinción de
el de la nacionalidad francesa. estas situaciones y condiciones? ¿Qué nor-
La doctrina de la nacionalidad como fun- ma jurídica corresponde aplicar ante el
damento de la extraterritorialidad de las caso concreto en que un extranjero invoca
normas jurídicas, ha sido desarrollada y ex- su propia ley y su colitigante la rechaza?
puesta por el jurisconsulto italiano Pascual El mismo Mancini postula la solución soste-
Estanislao Mancini. Surgida su labor a me- niendo la necesidad de distinguir en el De-
diados del sijlo pasado, en consonancia con recho privado del individuo extranjero dos
el propósito de unificar políticamente a partes fundamentales: una necesaria y otra
Italia, Mancini atrajo en torno suyo la voluntaria. La parte necesaria es la consti-
atención de numerosos juristas de su época tuida por leyes que rigen el estado personal,
siendo uno de los fundadores de la Escuela el orden y las relaciones de familia. Tales
Italiana de Estudios Jurídicos. situaciones jurídicas no dependen de la
Frente al presupuesto filosófico de la voluntad de los individuos. Nadie puede
comitas gentium que subordina la extrate- renunciar al estado y a las relaciones fa-
rritorialidad de las normas jurídicas a la
voluntad de los Estados, Mancini propugnó
un principio por él denominado de la jus- (9) Sostiene Mancini, empero, que de la mis-
ma manera que un extranjero puede reclamar, en
ticia internacional fundamentado en el De- nombre del principio de nacionalidad, el reconoci-
recho de gentes y derivado de la constante miento y respeto de su Derecho privado, el Estado
vinculación de los pueblos en una única puede, en nombre de su independencia política,
comunidad jurídica. impedir la aplicación dentro de su territorio de
toda norma contraria a su Derecho público o al
La teoría de Mancini, impregnada de pro- orden público en él constituido. Es de notar, por
fundo matiz político, se manifiesta como lo demás, que Mancini se refiere a las personas en
un intento de sistematizar en una sola con- general y no sólo a los connacionales, como ocurre
cepción dos ámbitos jurídicos en ese mo- con el art. 3? del Cód. civil francés. En esto, la
teoria del profesor italiano supera con amplitud
mento inconciliables: el del Derecho inter- a su antecedente doctrinarlo.
miliares que le son atribuidos por la ley de muebles, sólo lo acepta en tanto no exista
su patria. La extraterritorialidad de estas disposición en contrario establecida por la
leyes es, por tanto, evidente. La parte vo- ley del lugar de su situación.
luntaria es la que concierne a los bienes y A pesar de que la doctrina de la naciona-
su goce, a la formación de los contratos y, lidad ha sido sostenida, entre otros, por
en modo general, a toda obligación de fuen- Piori, Catellani y Fedozzi, en Italia; Audi-
te convencional. En estos supuestos Mancini net, Durant y Weiss en Francia; Laurent en
admite la opción entre la ley nacional co- Bélgica; Zitelmann en Alemania y Bevila-
mún de las partes y la del lugar de cele- qua en Brasil, adviértese en los últimos años
bración del acto con excepción de los casos una general tendencia a abandonarla para
en que el Estado, por razones de orden pú- ser sustituida por la del domicilio. Ello ha
blico o en resguardo de su soberanía, im- ocurrido ya en Brasil, país que en 1942 ha
pida la aplicación de normas extranjeras. adoptado —en sustitución del sistema de la
La influencia del sistema de la naciona- nacionalidad— la ley del domicilio para
lidad propugnado por Mancini manifestóse determinar las normas sobre el comienzo y
en el Código civil italiano de 1865, en el es- el fin de la personalidad jurídica; el nom-
pañol de 1888, en el japonés de 1898, en el bre, la capacidad y los derechos de familia.
alemán de 1900 y en el brasileño de 1917. Asimismo, en Alemania, Von Simons se ha
Asimismo, Holanda, España y Portugal en pronunciado en igual sentido; y otro tanto
Europa como Brasil, Chile y Perú en Amé- ha ocurrido en la sesión realizada por el
rica siguieron esta rnisma orientación. Instituto de Derecho internacional en Cam-
El capital reproche que se formula en bridge en 1931, donde se sugirieron y adop-
doctrina al sistema de la nacionalidad es taron reglas de solución fundadas en la
el de postular, con trascendencia universal, doctrina del domicilio.
soluciones particulares. Ya Savigny, antici-
IX. El. SISTEMA DE LA COMTTNIDAD JURÍDICA
pándose al desarrollo teorética de esta doc-
trina expresaba que si la comunidad jurídica En su Sistema de Derecho Romano Actual,
internacional da por sentado y constituido Federico Carlos de Savigny sostiene que el
un sistema de principios jurídicos de uni- fundamento esencial de la extraterritoria-
versal vigencia, resulta imposible armoni- lidad de las normas jurídicas reside en la
zar soluciones internacionales —que deben comunidad de Derecho existente entre los
contemplar a los intereses generales de los diversos Estados cuyos pueblos, dentro de un
Estados—, con un criterio nacionalista. mismo grado de civilización, encuéntranse
Por lo demás, cabe señalar que, en la en contacto frecuente.
práctica, la doctrina de la nacionalidad Tal comunidad torna posible, según este
ofrece notables inconvenientes. El primero autor, que los Estados puedan admitir —y
de ellos resulta de la necesidad de estable- admitan efectivamente— los mismos prin-
cer en cada caso, como cuestión prejudicial, cipios jurídicos y organizar, en base a ellos,
cuál es la nacionalidad de la persona cuya instituciones análogas y concordantes.
lex patriae ha de aplicarse; cuestión esta Afirma asimismo Savigny que esa comu-
que resulta particularmente dificultosa en nidad no es, empero, del todo completa sino
el caso de que una legislación atribuya al que tiene sus límites. Y estos límites se
hijo de un extranjero la nacionalidad del presentan cuando las instituciones de un
padre y otra legislación desconozca tal atri- país han sido organizadas bajo diferentes
bución. principios fundamentales. Tal el caso de un
Otro inconveniente notable surge en el pueblo que admite la poligamia o la escla-
caso de una relación jurídica constituida vitud, frente a otro que las desecha. Por
entre dos o más individuos de nacionalidad consiguiente, cuando en determinado as-
diferente que invocan, cada uno, su propia pecto no existe Comunidad de Derecho, no
ley. Habría que admitir, en este supuesto, la puede tampoco existir fundamentos para la
posibilidad de dos o más soluciones even- extraterritorialidad normativa (» bis).
tualmente dispares o negar toda eficacia al (9 bis) Las excepciones que acepta Savigny al
principio. principio de la comunidad Jurídica, son de dos
Es interesante destacar, por lo demás, clases.
que el mismo Código civil italiano de 1865 a) Leyes de naturaleza positiva rigurosamente
—entre cuyos redactores contóse el mismo obligatorias dentro del territorio de un Estado,
cuyo contenido excluye imperativamente la apli-
Mancini—, no ha seguido, desde el punto de cación de otras leyes;
vista del Derecho internacional privado, una t>) Instituciones de un Estado extranjero, cuya
sistemática- estrictamente fundada* en ia existencia no se encuentra, en general, reconocida
nacionalidad. Así, en lo relativo a bienes en el otro. Esta excepción refiérese a toda disposi-
ción legal extranjera cuyo contenido resulte in-
inmuebles dicho Código se aparta totalmen- compatible con el "espíritu de la legislación posi-
te del orincipio y, en lo atinente a bienes tiva" de un Estado.
Con el fin de establecer un criterio lógico su asiento, Savigny recurre a un nuevo con-
para la solución de los conflictos de leyes, cepto fundamental: el de la sumisión vo-
Savigny invierte el método seguido por los luntaria de la persona a una ley. Sostiene,
estatutarios (i»). Mientras éstos partían en punto a esto, que el Derecho aplicable a
del estudio y clasificación de las leyes o es- cada relación jurídica encuéntrase bajo el
tatutos para determinar su campo de apu- influjo —por cierto limitado— de la libre
ración, Savigny analiza primeramente, me- voluntad de las personas interesadas quie-
diante un examen comparativo, las institu- nes, al actuar jurídicamente, se someten
ciones afines existentes en los distintos or- por su propio arbitrio al imperio de una ley
denamientos jurídicos, para establecer, en y una jurisdicción determinadas. Esta su-
un segundo momento metódico, la ley apli- misión voluntaria se presenta bajo formas
cable a ellas. y en grados diversos: Unas veces la persona
Considerando aisladamente, en su univer- se subordina a un Derecho local pudiendo
salidad, a las distintas relaciones jurídicas elegir otro. Es lo que ocurre generalmente
con abstracción de las reglas de Derecho en materia de obligaciones contractuales,
que las establecen concreta y positivamen- en las que el Derecho local libremente ele-
te, Savigny postula un principio fundamen- gido debe ser considerado como parte inte-
tal: Para cada relación de Derecho debe grante del contrato. Otras veces la persona
determinarse y aplicarse el dominio jurídico se somete a un determinado ordenamiento
que esté más conforme con la naturaleza jurídico como consecuencia de la propia ad-
•propia y esencial de esa relación indepen- quisición de un derecho: Tal el caso de
dientemente de que la norma aplicable sea quien adquiere un inmueble situado en te-
nacional o extranjera. rritorio extranjero y, por virtud de dicha
Ahora bien: como toda relación jurídica adquisición, acepta el Derecho local que
—ya sea ésta de carácter personal, real, con- rige al inmueble.
tractual o procesal— tiene por condición Diversas situaciones de hecho pueden ser-
necesaria a un determinado ámbito espa- vir, según este autor, para establecer esa
cial, la propia naturaleza de la relación exi- sumisión voluntaria y, consecuentemente,
ge, según Savigny, que se atribuya a ésta el asiento de una relación jurídica. Así, el
un asiento legal, una radicación en el es- domicilio de las personas puntualiza el
pacio («siége»). Este asiento permitirá de- asiento de las relaciones en que ellas sean
terminar, por un lado, la ley aplicable y, partes; el lugar de ubicación de un bien
por otro, la jurisdicción pertinente. permite establecer el asiento de la relación
Pero, para poder establecer con rigor me- en la cual ese bien sea objeto; el lugar de ce-
tódico, dónde una relación jurídica tiene lebración de un acto conduce a la localiza-
ción del asiento de la relación que ese acto
(10) "Los estatutarios —dice Vico— vivieron implica; y, análogamente, la sede del Tri-
y elaboraron su doctrina en una época en que el bunal determina el ámbito espacial de su
concepto del Estado era distinto al que Imperaba jurisdicción.
en la época de Savigny. Entonces era una entidad Con estos fundamentos Savigny postula
propietaria del hombre y sus derechos; en la Edad
Media habla siervos, Intolerancia religiosa, falta el sometimiento de cada grupo de relacio-
de libertades políticas; todo eso desapareció con el nes jurídicas, a una ley determinada en la
movimiento de fines del siglo XVIII, y Savigny. que siguiente forma:
escribió casi a mediados del siglo XIX, se encontró a) Estado y capacidad de las personas.
con esa transformación profunda: el hombre es el
propietario de esa entidad que se llama Estado; Se regula según el Derecho local del lugar
por consiguiente, es el sujeto de las relaciones Ju- de su domicilio.
rídicas y la ley que las regula también es propie- b) Cosas. La adquisión, ejercicio, mo-
dad del hombre. Tal concepción Importa una re- dificación o extinción de derechos reales
versión absoluta del concepto antiguo, y de ahí
que Savigny estudie la naturaleza de cada grupo están regidos por la lex reí sitae, es decir,
de relaciones Jurídicas, para determinar el domi- por el Derecho vigente en el asiento legal
nio del Derecho que le debe ser aplicable, a dife- de los bienes que son objeto de la relación.
rencia de los estatutarios que estudiaban y clasi- Quien adquiera y ejerza un derecho sobre
ficaban las leyes para subordinar a ellas las rela-
ciones Jurídicas. una cosa —dice Savigny— se transporta
"Como el hombre es el sujeto de las relaciones con la intención al lugar ocupado por la
Jurídicas, la doctrina de Savigny viene a concor- misma sujetándose así voluntariamente
dar con el concepto nuevo del Estado creado por al Derecho imperante en ese lugar.
la Revolución Francesa: el Estado es para el hom-
bre, no el hombre para el Estado. El Estado no es c) Obligaciones. Para esta categoría de
un fetiche que tenga la propiedad del hombre, sino relaciones jurídicas que, en sí mismas con-
que es una creación hecha por el hombre, que es sideradas, no ocupan un lugar en el espacio,
el soberano, para manejarse en la vida de relación Savigny postula elegir —a los fines de lo-
social" (Vico, C. M., Derecho internacional privado.
t. 1, pág. 149, Ed. Biblioteca Jurídica Argentina, calizar su asiento— entre el lugar de su
Bs. Aires, 1954). celebración y el de su ejecución. El primero
—sostiene— es indefinido, accidental y ex- Aun cuando criticable en muchos aspec-
traño a la esencia misma de la relación. El tos, la doctrina de Savigny ha ejercido una
segundo, en cambio, es cierto y seguro. Y poderosa influencia en las concepciones con-
puesto que la obligación sólo tiene valor temporáneas. Y tal influencia se explica y
Jurídico en tanto es o puede ser ejecutada, el justifica toda vez que su sistemática
lugar de su ejecución surge como el criterio ha contribuido en forma ponderable a am-
necesario para la determinación de su sede. pliar el campo de investigación del fenó-
Estas relaciones son, por tanto, regidas por meno jurídico en general y de la extrate-
la ley de su ejecución ("). rritorialidad normativa en particular, des-
d) Sucesiones. Puesto que las relaciones de un punto de partida universalista y
Jurídicas pertinentes están por completo sin perder de vista el carácter eminente-
sujetas a la persona del extinto, Savigny mente axiológico de toda regulación ju-
postula que el derecho de sucesión debs ser rídica (i*).
regido por la ley del domicilio del causante
a la época de su muerte. X. LAS CONCEPCIONES DE JlTTA Y PlLLET
e) Familia. Tocante a las relaciones co- Criticando la teoría de Savigny, J. Jitta
rrespondientes al Derecho de familia, Sa- sostiene que la doctrina de la comunidad
vigny las subordina a la ley del domicilio jurídica formulada por dicho autor, al to-
de la persona principal de la vinculación mar sólo en consideración la concordancia
familiar, criterio que exige una investiga- de instituciones entre Estados integrados
ción previa a efectos de establecer quién es, por pueblos de una misma civilización, deja
en cada relación, esa persona principal. flotante, indecisa, la situación de indivi-
Para las relaciones matrimoniales, este duos pertenecientes a grupos sociales que
autor considera que deben ser regidas por carecen del reconocimiento de una perso-
la ley del domicilio conyugal o sea, la del
domicilio del marido. (12) En casi todas las doctrinas y legislaciones
contemporáneas que se fundan en el sistema ro-
La patria potestad está subordinada al manista prevalece la preocupación de encontrar,
Derecho local del domicilio del padre a la para cada relación Jurídica que pueda estar regu-
época del nacimiento jdel hijo. En cambio, lada por leyes diferentes, la norma más adecuada
las relaciones patrimoniales entre padre e a sus caracteres esenciales.
hijo quedan sujetas a la ley del domicilio propias La Influencia de Savigny, en punto a materias
del Derecho Internacional privado, se ma-
actual del padre. De esta manera, cada nifiesta en los siguientes artículos del Código civil
cambio de domicilio implica una muta- argentino:
ción en el régimen leeal de dichas relaciones. Arts. 6» y 7», que adoptan la lex Aomicilli para
La legitimación por subsiguiente matri- regular la capacidad o incapacidad de las perso-
nas, sean éstas nacionales o extranjeras.
monio es regida por la ley del domicilio del Art. 10, que regula el régimen legal de los bienes
padre en el momento de celebración del raices situados en la República. Para' fundamentar
matrimonio. ese régimen, Vélez S&rsfleld transcribe, en la nota
pertinente, la siguiente afirmación de Savleny:
En punto a la tutela, ella es considerada "El que quiere adquirir o ejercer un derecho sobre
por Savieny con un triple criterio: Su una cosa, se transporta, con esta Intención, al lu-
constitución es subordinada a la ley del do- gar que ella ocupa; y por esta relación del derecho
micilio del pupilo; su administración queda especial se somete voluntariamente al Derecho de
la localidad. Asi pues, cuando se dice que los de-
suleta a ley del Tribunal en cuya jurisdic- rechos reales se juzgan según el Derecho del lugar
ción se ejerce; y los derechos y deberes del donde la cosa se encuentra, lex reí situé, se parte
tutor son repidos por la ley del domicilio del mismo principio que cuando se aplica al es-
de éste cuando se tratan de la aceptación tado de las personas la lex domicilii. Este principio
es la sumisión voluntarla".
o excusación del discernimiento y por la Art. II, que determina el régimen de los bienes
ley del luetar de la gestión, cuando se refie- muebles.
ren a actos jurídicos de ejercicio aislado. Art. 14, inc. 6'. que consagra la doctrina del fa-
f) Forma de los actos. Sobre este par- las vor negottt con relación al limite de aplicación d»
leyes extranjeras y en los casos en que las pres-
ticular Savigny acepta la regla locus regit cripciones del Código, en colisión con ellas, sean
actum. más favorables a la validez de los actos.
Art. 3283, que considera al patrimonio del di-
(11) No obstante esta determinación. Savlgny funto como una universalidad, de contenido inde-
admite, en punto a obligaciones convencionales, terminado, al tiempo que subordina el derecho de
una amplia efectividad del principio de la auto- sucesión a la ley local del último domicilio del
nomía de la voluntad. Dichas obligaciones deben causante.
estar, por consiguiente, subordinadas a la ley acep- Art. 3284. que determina la Jurisdicción en ma-
tada por las partes al constituirlas. teria de sucesiones.
Respecto de las obligaciones sinalagmáticas cu- Art. 3286, que legisla sobre la capacidad para
yos lugares de ejecución son distintos, ellas pre- suceder.
sentan, como afirma Alols Brinz, el grave Inconve- Art. 3611, que subordina la capacidad para tes-
niente de no permitir su subordinación a un régi- tar a la ley del domicilio del testador en el instante
men legal determinado. de otorgar el testamento, etc.
nalidad internacional en virtud de su infe- nimiento del fin social que la ley persigue.
rior grado de civilización. Estos conceptos orientan la siguiente inves-
A partir de esta critica, Jitta postula la tigación metódica:
ampliación del concepto de comunidad ju- 1") En un primer análisis, cuando existe
rídica de los Estados al de comunidad ju- un conflicto de leyes —que, como tales, son
rídica del género humano. la expresión de la soberanía de los respec-
La aplicación del principio de la comuni- tivos Estados que las dictaron— debe inves-
dad jurídica debe comprender, en concepto tigarse, con el objeto de dar preferencia a
de este autor, tanto a las normas jurídicas la aplicación de una de ellas, cuál es el ma-
de los modernos países civilizados como a yor interés estatal que esas leyes represen-
las rudimentarias costumbres de los pue- tan. Debe preferirse, consiguientemente, la
blos que no lo son. El Derecho internacio- que represente el interés más ponderable.
nal privado —agrega— se íunda en la aso- criterio este que implica un máximo res-
ciación jurídica del género humano la cual peto hacia las soberanías puestas en con-
deriva, a su vez, de la naturaleza social del sideración.
hombre. 2») En un segundo momento metódico,
Dos métodos postula Jitta en punto a la deben analizarse los caracteres de las leyes
solución de conflictos de leyes: El primero, en conflicto con relación al fin social que
que denomina método individual del Dere- persiguen. Según el carácter que prevalez-
cho internacional privado, se coloca en el ca, la ley tendrá o no efectos extraterrito-
punto de vista de un Estado determinado y riales.
tiene por finalidad, el cumplimiento del de- Los caracteres que desde este punto de
ber que tiene ese Estado para con todos los vista puede presentar una ley son: a) La
individuos que integran la comunidad jurí- permanencia, derivada de la necesidad que
dica universal. Este deber es cumplido a implican ciertas normas jurídicas de ser
través de la aplicación del siguiente prin- aplicadas a los individuos de un modo per-
cipio: "El legislador de cada Estado debe manente y constante. Tal carácter revisten
aplicar a toda relación jurídica, considera- las leyes que regulan el estado y la capa-
da bajo todas las fases que pueda presen- cidad de las personas, normas que, referidas
tar en el estado actual de la humanidad, al plano internacional, tienen efecto extra-
el Derecho que conviene a su naturaleza, es territorial, b) La generalidad o sea la ca-
decir, al objeto o fin que aquélla cumple racterística que tienen ciertas leyes de po-
en la sociedad universal de los individuos". der ser aplicadas a todos los individuos o
La ley dictada por los órganos competentes situaciones jurídicas dentro de un territorio
de cada Estado, la jurisprudencia de sus determinado y sólo en él. Estas leyes —cuyo
tribunales y la doctrina son las formas po- típico ejemplo es la norma penal— tienen,
sitivas del método individual. El segundo con relación al plano internacional, un es-
método, que Jitta desiena con el nombre tricto carácter territorial. En resumen:
de método universal del Derecho interna- cuando las normas jurídicas persiguen, co-
cional privado enfoca y resuelve los proble- mo fin social, la protección del individuo,
mas de colisión de leyes en general y las deben seguir a éste más allá de los límites
cuestiones de extraterritorialidad en parti- del Estado que las dictó; son, por lo tanto,
cular, desde el punto de vista de la colec- extraterritoriales. Cuando, en cambio, tie-
tividad que los Estados forman. La aplica- nen por finalidad asegurar el orden social,
ción de este método presupone también la son territoriales y se aplican a todos los
aplicación de un principio fundamental: El habitantes de un territorio, sean naciona-
conjunto de los Estados, inspirándose en un les o extranjeros, domiciliados o transeún-
deber común, "tiende a asegurar el mante- tes.
nimiento del Derecho privado mediante re-
glan jurídicas destinadas a obtener su apli- XI. LA DOCTRINA ANGLOAMERICANA
cación en toda la humanidad". La ley inter- Todo problema de extraterritorialidad de
nacional, la legislación uniforme y los tra- las normas jurídicas es enfocado, por la
tados internacionales son, según Jitta, las doctrina angloamericana, desde el punto de
formas positivas del método universal. vista de las teorías de la incorporación, las
Por su parte, el jurista Antonio Pillet, cuales, al negar validez a las leyes extran-
formula, en punto al problema de la extra- jeras en tanto no sean incorporadas o ad-
territorialidad de las leyes, su teoría del mitidas como Derecho interno, reconocen
mayor Interés comprometido. un fundamento esencialmente territorialista.
El efecto extraterritorial de una ley —afir- En Inglaterra la cuestión ha sido abor-
ma Pillet— debe responder a dos conceptos dada en el terreno de la jurisprudencia y
fundamentales• el respeto de la soberanía resuelta en modo más o menos general por
del Estañe que la ha dictado y el mante- la teoría de los derechos adquiridos (Vested
Rights) la que postula no la aplicación situación jurídica puramente interna, no
propiamente dicha de normas jurídicas ex- conteniendo ningún elemento extranjero
tranjeras, sino únicamente el reconocimien- desde el punto de vista de este tribunal
to de derechos subjetivos adquiridos en otro extranjero".
país en virtud del Derecho positivo de éste. Subyace, pues, en este sistema de crea-
El expositor más notable de esta teoría ción de una norma general por parte del
es Dicey para quien, el reconocimiento de órgano judicial, que postula la escuela de
ciertos derechos adquiridos por extranjeros Yale, no sólo la incorporación por analogía
al amparo de normas vigentes en sus res- de ciertas normas jurídicas extranjeras
pectivos países, no procede del deseo del que regulan determinado hecho, sino asi-
soberano de Inglaterra de testimoniar cor mismo, la adopción de los propios criterios
tesía a los demás Estados, sino de la impo- y métodos con que interpretan a estas nor-
sibilidad de resolver de otro modo los pro- mas los tribunales del lugar de su origen.
blemas jurídicos sometidos a la decisión
de los tribunales ingleses. XII. LA APLICACIÓN DEL DERECIÍO EXTRANJERO
En los Estados Unidos de Norteamérica EN EL RÉGIMEN DEL CÓDIGO CIVIL ARGENTINO
la solución del problema se diversifica a Estrechamente vinculado con el problema
través de dos grandes tendencias doctrina- de la extraterritorialidad encuéntrase el
rias: la de la escuela de Harvard y la de la del procedimiento de aplicación, dentro de
escuela de Yale. un ordenamiento jurídico positivo, de leyes
La primera de ellas, desarrollada por extranjeras.
Beale, constituye una ampliación de la teo- Este problema gira en torno a la cuestión
ría de los derechos adquiridos aun cuando central de si el Derecho extranjero debe
supera a ésta por fundarse en la idea de la ser aplicado de oficio o a petición de parte
incorporación material del derecho subje- interesada. Mientras que Savigny, Audinet,
tivo del extranjero. Asser, Pillet, Rolin, Weiss, Laurent, Von
Para el profesor de Harvard, todo dere- Bar, etcétera, se han pronunciado por la
cho subjetivo acordado a un extranjero por primera solución, Story, Foelix, Westlake,
su propia ley, constituye un hecho. Pero este Freitas y Vélez Sársfield se han decidido
hecho, en tanto mera realidad, carece de por la segunda.
fuerza legal, pues sólo puede hablarse de El artículo 13 del Código civil argentino
fuerza legal en caso de que exista una ley. prescribe, en punto a esto, lo siguiente: "La
Ese hecho podrá no obstante transformarse aplicación de las leyes extranjeras, en los
en un auténtico derecho subjetivo dentro casos en que este Código la autoriza, nunca
del Estado en que el extranjero se encuentra, tendrá lugar sino a solicitud de parte inte-
cuando el legislador de este Estado le acuer- resada, a cuyo cargo será la prueba de la
de plenos efectos incorporándolo al orden existencia de dichas leyes. Exceptúanse las
jurídico mediante una ley. leyes extranjeras que se hicieren obligato-
Por su parte, la escuela de Yale, cuyo re- rias en la República por convenciones di-
presentante más notable es Lorenzen, tam- plomáticas, o en virtud de ley especial".
bién admite, al formular su local law theory, Este texto está tomado literalmente del
la incorporación del derecho subjetivo ex- proyecto de Freitas que, a su vez, está fun-
tranjero, pero sostiene que esa incorporación dado en la doctrina de Story. La ley extran-
sólo puede ser realizada por vía judicial toda jera es un hecho que debe probarse como
vez que el Derecho es creado por el juez. tal. La lex /orí, en cambio, constituye un
Fundamentándose en el principio judge derecho no subordinado a prueba alguna.
made law, la escuela de Yale llega así, a Se sostiene, en apoyo de esta doctrina, que
sostener que la competencia judicial tiene resulta prácticamente imposible para un
la misma extensión que la competencia le- juez conocer las múltiples leyes de los dis-
gislativa. Cuando un tribunal debe juzgar tintos países e interpretarlas en modo co-
un caso que contiene elementos extranjeros, rrecto. Pero se observa, en contra de la mis-
ese tribunal aplica siempre su propia ley. ma, que la difusión bibliográfica conse-
Pero adopta, como .SM propia ley una norma cuente del intenso intercambio cultural que
jurídica idéntica o muy semejante a la que se mantiene en la actualidad entre los di-
rige el mismo caso en el Estado o en los versos países, allana esa dificultad. Por otra
Estados extranjeros a que pertenecen los parte —se critica— aún en el orden inter-
elementos implicados en la situación juz- no, los jueces de un mismo país interpretan
gada. "Esta ley, así elegida —expresa Cook, de distinto modo una misma ley, sin que
otro integrante de esta escuela— es nor- por ello ésta pierda fuerza compulsoria o
malmente, salvo excepciones, aquélla que en fundamente un motivo para su no apli-
el país extranjero se aplicaría, no precisa- cación.
mente a la especie considerada, sino a una Es concepto generalizado en nuestro país,
que la prueba de la ley extranjera que se observarse que no es correcta la distinción
Invoca debe versar sobre su texto, su vigen- entre Derecho público y Derecho criminal
cia y su interpretación. La práctica ha se- —siendo, como es, el Derecho penal, una
ñalado, como medios adecuados para pro- rama del Derecho público—. Tampoco es
bar tales extremos, a los informes consula- adecuada la expresión "religión del Esta-
res, a la opinión de jurisconsultos de nota do" ya que nuestra organización juridico-
en el país de la ley invocada o al dictamen política no adopta religión oficial alguna.
de juristas argentinos versados en Derecho De la misma manera, resulta defectuosa la
internacional privado (is). referencia a una "tolerancia de cultos" que
La segunda parte del referido artículo 13 no existe en un régimen de libertad de cul-
exceptúa de toda prueba a las leyes extran- tos como el consagrado por la Constitución
jeras incorporadas al Derecho positivo in- argentina.
terno en virtud de tratados o leyes especia- Finalmente, si se analiza el artículo 14 a
les. través de los estudios realizados por los ju-
Los límites a la aplicación del Derecho ristas argentinos, se destaca cuánto difie-
extranjero están determinados por el ar- ren entre sí las interpretaciones que se dan
tículo 14 del Código civil, que prescribe: a cada uno de los incisos del mismo.
"Las leyes extranjeras no serán aplicables: BIBLIOGRAFÍA. — Goldschmldt, W., Sistema y filo-
1») Cuando su aplicación se oponga al De- sofía del Derecho internacional privado. Ediciones
recho público («) o criminal de la Repúbli- Jurídicas Europa-América, Bs. Aires. 1952. — Vico,
ca (i»); a la religión del Estado (i«); a la C. M., Derecho Internacional privado, Ed. Biblio-
tolerancia de cultos (") o a la moral y teca Jurídica Argentina, Bs. Aires, 1954. — Eo-
buenas costumbres; 2") Cuando su aplica- mero del Prado, V. N., Manual de Derecho interna-
cional privado, Ed. La Ley, Bs. Aires, 1944. — Sán-
ción fuere incompatible con el espíritu de chez de Bustamante y Sirven, Derecho internacio-
la legislación de este Código (i«); 3') Cuan- nal privado. La Habana, 1931. — Foelix, J., Tra-
do fueren de mero privilegio; 4' Cuan- tado de Derecho internacional privado, ed. caste-
llana de la Revista de Legislación y Jurispruden-
do las leyes de este Código, en colisión con cia, Madrid, 1860. — Story, Comentarios sobre el
las leyes extranjeras, fuesen más favorables conflicto de las leyes, trad. castellana de Quiroga,
a la validez de los actos" (">). Bs. Aires, 1891. — Cazney Herrera, J., "Rutas del
El criterio enumerativo adoptado por este Derecho internacional privado", en Revista de la
Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Guate-
artículo es, como lo señala Vico ( 20 ), incom- mala, época 3?, t. 4. — Outzwiller, M., "Le déve-
pleto y defectuoso. En primer lugar debe loppement historique du Droit ¡nternational pri-
vé", en Recueil des Cours, París, 1929, t. 4. —
(13) Expresan, al respecto, los arts. 117 y 118 Wolfí, M., Derecho internacional privado, trad. de
del Código de procedimientos civil y comercial de Rovira y Ermengol, Barcelona, 1936. — Catella-
la provincia de Buenos Aires: Art. 117: "Kl Dere- nl, E., Lo dottrina italiana del Diritto internasio-
cho únicamente estará sujeto a prueba en los ca- nale nel Secólo XIX, Roma, 1935. — Torres Cam-
sos en que se manifiesta en leyes, decretos, orde- pos, M., Elementos de Derecho internacional pri-
nanzas o disposiciones de países extranjeros o de vado, 3» ed., Madrid, 1906. — Calandrelli, Derecho
otras provincias". Art. 118: "La prueba, en los internacional privado, Bs. Aires, 1902.
casos del artículo anterior, consistirá en las publi-
caciones oficiales respectivas o copias autenticadas EXTRATERRITORIALIDAD (en el De-
en debida forma". recho internacional público).* SUMARIO:
(14) Aclara la respectiva nota al artículo: "Co- 1. Generalidades. 2. Embajadores, ministros
mo las leyes de Francia y de otros Estados de Euro- y su personal. 3. Cónsules y vicecónsules.
pa que consideran los derechos civiles como única- 4. Principio general. La ley 13.998. 5. Re-
mente propíos a la calidad de nacional". nuncia dfl privilegio. 6. Cesación del privi-
(15) "Como las leyes de los países en que la legio. 7. Sede de ¡a legación. 8. Buques de
bigamia es permitida, cuando en la República es guerra. 9. Marina mercante. 10. Extraterri-
un crimen" (nota respectiva). torialidad de la ley. 11. Extraterritorialidad
(16) "Leyes, por ejemplo, en odio ai culto ca-
tólico, o que permiten matrimonios que la Iglesia de la persona juriclicn.
católica condena" (nota respectiva). 1. Generalidades. Entre las inmunidades
(17) "Como tantas leyes que fulminan incapa-
cidades de Derecho a los herejes, apóstatas, etc.. diplomáticas se destaca la de es'capar, los
y que aún las declaran a los que no profesan la agentes de un gobierno extranjero, a la ju-
religión dominante, o como la ley francesa, que risdicción de los órganos del Estado ante el
permite al menor (hijo de familia) abandonar la
casa paterna para tomar servicio militar" (nota cual están acreditados. Para fundamento
respectiva). de tal exención se ha invocado, desde tiem-
(18) "Como la institución de la muerte civil po inmemorial, la ficción de la extraterri-
que ha regido eu Francia hasta el 31 de mayo torialidad, que campea aún en las decisiones
de 1854..." (nota respectiva).
(19) "Aproveche al nacional o al extranjero, de nuestra Corte Suprema (Cfr. Romero del
como en general lo declara el Código de Prusia. Prado, Derecho Internacional Privado, t. II,
Esta misma idea aparece en los escritores france- pág. 756; citando Fallos t. 43, pág. 321,1.107,
ses, pero sólo como un favor para los nacionales:
legislación viciosa impregnada del ius Quiritium. Escapan así a la jurisdicción local los
como dice Freitas" (nota respectiva).
(20) Vico, C. M.. 00. cit., t. 1, pág. 139. * Por eJ Dr. HUBERTO M. ENNIS.
agentes diplomáticos del gobierno extran- 1863, trae ya el mismo principio en su artícu-
jero, sus íamiliares, el personal de la repre- lo 1, inciso 3" al atribuir directamente el co-
sentación extranjera, los tripulantes de bu- nocimiento de dichas causas a la Suprema
ques de guerra aun cuando estén en aguas Corte de Justicia Nacional; al que agrega,
territoriales, etcétera. en el inciso subsiguiente: "las causas en que
La voz extraterritorialidad ha sido usada se versen los privilegios y exenciones de los
para designar esta inmunidad, prerrogativa cónsules y vicecónsules extranjeros en su
de diplomáticos, soberanos extranjeros, bu- carácter público". Con ello se complementa
ques de guerra, tropas extranjeras, sedes lo que manda la Constitución Nacional en
de las legaciones, etcétera. Por una suerte de sus artículos 100 y 101 al atribuir origina-
ficción jurídica se imagina que el agente ria y exclusivamente a la Corte Suprema de
diplomático, aunque resida en el país ante la Nación el conocimiento y decisión de to-
el cual es enviado, permanece sujeto a la das las causas concernientes a embajadores,
jurisdicción directa de los órganos estatales ministros y cónsules extranjeros.
del país que lo envió, y así fuera íextra) del En la aplicación práctica de estos princi-
territorio de aquél. Tal ficción defendida por pios la mayor dificultad ha radicado en de-
autores clásicos como Grocio, Martens, terminar el alcance y limitación del privi-
Wheaton y Calvo, ha sido combatida por legio diplomático que parece disminuir o des-
otros como Laurent, y hasta ha llegado a aparecer cuando va siendo menos directa la
decirse que constituye una tesis peligrosa vinculación de la persona afectada con la
e inútil {cfr. Carlos A. Alcorta, Derecho Pe- legación. En el caso Sanjurjo, chófer del
nal Internacional, pág. 9), para fundar so- embajador norteamericano acusado de le-
bre ella la innegable independencia e invio- siones por imprudencia al conducir el auto-
labilidad que el Derecho de gentes acuerda móvil oficial, la Corte Suprema se arrogó el
a la persona, domicilio y correspondencia del conocimiento en primera instancia del he-
diplomático y de sus subordinados inme- cho porque las causas a los miembros de
diatos. la comitiva oficial o al personal del repre-
La extraterritorialidad será, pues, una sentante extranjero pueden comprometer
metáfora tan sólo, o una ficción; pero no los privilegios o inmunidades conferidas
es ficción la inmunidad diplomática basada por la ley de las naciones (La Ley, t. XIV,
en una necesidad jurídica de convivencia pág. 106). En general podemos decir que
internacional. para la Corte Suprema si bien el fuero de
2. Embajadores, ministros y su personal. privilegio puede alcanzar al sirviente domés-
La ley penal argentina recoge el principio tico del embajador (La Ley, t. XXIV, pág.
de la extraterritorialidad, en su artículo 1*. 247), no alcanza a la Institutriz de un agre-
inciso 2' al disponer que el Código penal gado diplomático (La Ley, t. XXX, pág. 661).
(ley 11.179 promulgada el 29 de octubre de En este caso (Bregante S. S. e/ Soubirón M.
1921) se aplicará "por delitos cometidos en B., fallado el 15-5-943) con motivo del cho-
el extranjero por agentes o empleados de que de una bicicleta, la Corte se basó en
autoridades argentinas en desempeño de su que Soubirón no era parte del personal de
cargo". Tales empleados o agentes, en primer la embajada ni criada del embajador. En
término, son los que revisten carácter di- una zona intermedia, la de los asesores ju-
plomático. Quiere decir que para nuestro rídicos o abogados de la legación, flota la
Derecho positivo el agente diplomático ar- duda: Romero del Prado menciona la opo-
gentino escapa a la jurisdicción penal del sición entre el fallo de la Cámara Federal
país ante el cual ha sido acreditado. (La Ley. t. XX, páe. 1018) en el caso Gimé-
A su vez, el agente diplomático aqui esca- nez Pecei, y la decisión final de la Corte:
pa a la jurisdicción argentina. El conoci- que no le corresoondia el conocimiento ori-
miento de que tales hechos pueden tener ginaria de la misma, (La Ley, t. XXI, pág.
los tribunales nacionales queda circunscrip- 853 y t. XXVI, pág. 55).
to a las normas del Derecho de gentes; el Pero en 1950 la ley 13.998. como veremos
articulo 21 del Código de procedimientos en más adelante, trajo una enunciación más
lo criminal nacional (sancionado en 1888) clara y completa de estos principios.
dice: "La Suprema Corte Nacional conocerá 3. Cónsules y vicecónsules. Además del
originariamente: De las causas criminales inciso 4* del artículo 1«, la ley 48 trae en el
concernientes a embajadores, ministros o inciso 3 del articulo 2 lo siguiente: "Los
agentes diplomáticos extranjeros; a las per- jueces nacionales de sección conocerán en
sonas que compongan la legación, a los primera instancia de las causas siguientes:
Individuos de su familia o servidumbre, del Las que versen sobre negocios particulares
modo y en los casos en que una corte de de un cónsul o vicecónsul extranjero".
justicia puede proceder con arreglo al dere- Por su parte, el Reglamento Consular
cho internacional". La ley 48, dictada en aprobado por el Poder Ejecutivo argentino
el 31 de marzo de 1926 establece en sus ar- de la embajada o legación que tenga carác-
tículos 60, 61, 62 y 6Í los siguientes princi- ter diplomático".
pios: "Los funcionarios consulares en un "No se dará curso a las acciones contra las
país extranjero están bajo la protección del personas mencionadas en el punto anterior,
derecho de gentes y deben reclamar las sin requerirse previamente del respectivo
inmunidades y privilegios acordados a los embajador o ministro plenipotenciario, la
de su clase". "Según el Derecho internacio- conformidad de su gobierno para someter-
nal, un funcionario consular no tiene re- las a juicio".
presentación carácter diplomático... En Y respecto a los agentes consulares agre-
general, el cónsul puede reclamar no sola- ga la nueva ley: "Son causas concernien-
mente todos aquellos derechos y privilegios tes a los cónsules extranjeros las seguidas
que le fueren reconocidos por tratados, sino por hechos o actos cumplidos en el ejercicio
también aquellos que tienen la sanción de la de sus funciones propias, siempre que en
costumbre y de las leyes locales, y de los ellas se cuestione su responsabilidad civil o
cuales hubieren gozado sus predecesores o criminal".
gozaran los cónsules de otras naciones, a Podemos dejar sentado que la ley dictada
menos de que se les hubiera notificado ofi- en 1950 mantiene el principio general de las
cialmente que éstos no le serán concedidos". leyes anteriores y de su desenvolvimiento
"No tienen ni deben pretender el derecho de jurisprudencial: 1) los agentes diplomáticos
asilo en sus casas; ellos mismos están suje- extranjeros están exentos de la jurisdic-
tos a la jurisdicción civil o criminal del país ción local, tanto civil como penal (cfr.
en que residen..." Romero del Prado, ob. cit. t. II, pág. 756, ci-
Sobre estas normas no muy precisas ni tando fallos de la Corte: t. 2, pág. 46; 19,
completas se ha construido ia doctrina ju- pág. 108; 22, pág. 190; 23, pág. 640; 48,
dicial al respecto. En la causa Janseen, H. pág. 349; 55, pág. 328; 81, pág. 113; 98, pág.
J., por lesiones por imprudencia contra el 338; 146, pág. 25; 148, pág. 208, etc.); 2) en
secretario de un consulado extranjero cau- caso de poder arrogarse tales causas nues-
sadas conduciendo un automóvil, ia Corte tros tribunales, quedan atribuidas directa-
Nacional declaró no ser de competencia ori- mente al tribunal supremo.
ginaria de la misma por no estar en juego En los autos Schneider M. y otros, sobre
privilegio diplomático alguno (4-5-938. en espionaje (acusado un agregado naval-ae-
La Ley, t. X, pág. 627). En cambio, acusado ronáutico de informar a su gobierno sobre
un vicensónsul en Mar del Plata de exaccio- el movimiento de buques en puerto argen-
nes ilegales cometidas en ejercicio de sus tino) quedó establecido: 1') los embajado-
funciones, el alto tribunal declaró su compe- res y ministros diplomáticos tienen derecho
tencia Un re Sánchez, O. B., 3-6-938, La Ley, para renunciar al privilegio si a ello los
t. X, pág. 1988). Completando su doctrina autoriza el gobierno que representan (fa-
en el caso Del Valle Inclán, M. B. (13-8-941, llos 1, pág. 108; 98, pág. 338; 146, pág. 25);
La Ley, t. 24, pág. 583) refirmó no incum- 2') para que haya caso judicial debe ser
birle originariamente cuando el cónsul ex- parte personalmente en la causa el diplo-
tranjero no es actor ni demandado. mático (fallos 134, pág. 163; 139, pág. 255;
4. Principio general. La ley 13.998. La 141, pág. 127; 142, pág. 262; 145, pág. 302);
ley nacional 13.998. del 6 de octubre de 1950, 3') la jurisdicción de la Corte debe ser
sustitutiva de la ley 48 en esta materia, dis- aceptada expresamente por el gobierno ex-
pone en su artículo 24: "La Corte Suprema tranjero o por quien esté autorizado por él
de Justicia conocerá: 1' Originaria y exclu- (fallos 188, pág. 156; 153, pág. 122; 151, pá-
sivamente en las causas concernientes a gina 285; 190, pág. 353; etc.).
embajadores, ministros plenipotenciarios o Corona el principio el artículo 221 del Có-
cónsules extranjeros... En estos supuestos, digo penal, que reprime con prisión al que
la Corte Suprema no procederá de oficio y violare las inmunidades del jefe de un Es-
sólo ejercerá jurisdicción en los casos con- tado o del representante de una potencia
tenciosos en que sea requerida a instancia extranjera.
de parte". 5. Renuncia del privilegio. El diplomá-
tico puede, en la forma que se vio en el caso
Prosigue más adelante el mismo artículo: Schneider citado, renunciar al privilegio o
"Son causas concernientes a embajadores inmunidad, y allanarse a la competencia de
o ministros plenipotenciarios extranjeros, nuestros tribunales. (Romero del Prado cita
las que les afecten directamente por de- los fallos de la Corte, tomos 19, pág. 108; 48,
batirse en ellas derechos que les asisten o pág. 349; 59, pág. 279; 98, pág. 338; 148, pá-
porque comprometen su responsabilidad, así gina 208; 146, pág. 225; 152, pág. 216; 107,
como las que en la misma forma afecten a pág. 395; 139, pág. 255; 170, págs. 341 y 343,
las personas de su familia, o al personal etcétera.)
6. Cesación del privilegio. Si el diplomá- mercante en aguas jurisdiccionales de otro
tico cesa en sus funciones aunque perma- Estado, caen bajo la jurisdición de éste. Sin
nezca en el país, es lógico que desaparezca embargo, la existencia de una flota mercan-
la inmunidad. (Oír. La Ley, t. 27, pág. 61.) te del Estado, cuyos empleados son —en
7. Sede de la legación. Donde ha tenido cierto sentido cuando menos— agentes del
más sentido tangible la ficción de extrate- gobierno, ha dado lugar a nuevos proble-
rritorialidad es en la sede de una legación mas. Así se decidió en el fallo que registra
o embajada extranjera. Se ha dicho —val- el tomo 31, pág. 861 de La Ley, en virtud del
ga por lo menos como metáfora— que se inciso 2" del Código penal, de la Cámara
trata de un pedazo de suelo del país al que Federal metropolitana el 24-9-943, al de-
pertenece el diplomático. Los hechos delic- cidir juzgar a un tripulante de un buque
tuosos cometidos dentro de las embajadas mercante nacional surto en puerto extran-
o legaciones, sostenía el jurisconsulto boli- jero, acusado de defraudación con motivo
viano Vaca Guzmán, por el agente diplo- de reparaciones al navio. Y defendiendo la
mático o contra el mismo, deben juzgarse tesis del mismo tribunal en su fallo del 3-3-
y punirse por la autoridad y ley del país a 950 en la causa Banchi Gerónimo C. incoa-
que pertenece la embajada o legación. Ad- da por hurto y defraudación en aguas fran-
viértase que estas infracciones acaecidas en cesas el internacionalista Romero del Prado
un lugar donde se enarbola el pabellón ofi- acota: "No es dudosa la jurisdicción fede-
cial extranjero, no pueden escapar a la ju- ral para entender en el proceso por delitos
risdicción de las autoridades del país re- cometidos en aguas jurisdiccionales fran-
presentado (cfr. C. A. Alcorta, ob. cit., pá- cesas a bordo de un buque mercante nacio-
gina 271). nal y que tienden a corromper el buen ser-
De esta extraterritorialidad ha nacido el vicio de sus empleados" (La Ley, t. 58, pá-
principio genuinamente latinoamericano de gina 712 y nota pág. 713). Por fin, en un
asilo para acusados de delitos políticos (no caso de contrabando, para que no quedara
así los delincuentes comunes). "El asilo de impune la duda se resolvió en el sentido de
los reos políticos en el recinto de las le- la competencia del juez argentino (La Ley,
gaciones —decía Boque Sánez Peña en el t. 34, pág. 420).
congreso internacional de Montevideo de Para completar estas nociones, cabe con-
1888— tiene la misma significación y ca- sultar las voces "Agentes Consulares" (pág.
rácter que el que hemos reconocido sobre 563), "Agentes Diplomáticos" (pág. 582-3) y
el territorio nacional de que son parte; la "Asilo" (pág. 826), de esta misma Enciclo-
extraterritorialidad, como hemos dicho al pedia Omeba.
tratar de la jurisdicción, prolonga el suelo 10. Extraterritorialidad de la ley. Si bien
de la patria hasta la sede de los ministros las leyes, en general, se dictan para tener
públicos que la representan; a favor de aplicación en un ámbito territorial deter-
esta ficción legal han nacido los derechos minado donde domina la soberanía de la
de asilo que las legaciones vienen ejercien- nación legisladora; a veces es admitida su
do en forma más o menos amplia o res- eficacia allende las fronteras geográficas.
tringida (Actas del Congreso Sudamerica- Así se dice, por ejemplo, que las leyes que
no, 1889, pág. 164). rigen la capacidad de las personas siguen a
8. Buques de guerra. El artículo 13, in- éstas en cualquier lugar en que obren, aun
ciso 1" de la ley 48 encarga a los jueces na- fuera del país, como lo quiere el articula 6
cionales de sección el conocimiento de los del Código civil argentino. A tal eficacia
crímenes cometidos en alta mar, a bordo suele llamarse extraterritorialidad de la ley.
de buques nacionales concordando con el ar- La misma ley penal, a pesar de tener
tículo 8 del tratado de Derecho penal, fir- como rasgo típico la territorialidad de sus
mado en Montevideo que los somete a la ley normas, puede aplicarse a hechos ocurri-
del pabellón. dos fuera del territorio (art. 1' del Código
Para el mismo tratado, los delitos perpe- penal argentino: cuyos efectos deban pro-
trados a bordo de los buques o aeronaves de ducirse en el territorio), como a veces en
guerra de un Estado que se encuentren en alta mar (hipótesis del art. 198), o por per-
8,guas territoriales de otro, se juzgan por sonas que en forma especial dependen de
los tribunales y se penan por las leyes del la autoridad argentina (art. 1' Inc. 2: co-
Estado a que pertenece el buque o la aero- metidos en el extranjero por agentes o em-
nave, salvo que sólo intervinieran en su pleados de autoridades argentinas en des-
comisión individuos no pertenecientes al empeño de su cargo).
personal respectivo (art. 9'). No sucede lo Resulta implícitamente reconocida la efi-
mismo con los buques que no sean de gue- cacia extraterritorial de la ley penal ex-
rra (art. 10). tranjera, por el vehículo de la sentencia
9. Marina mercante. Como regla general dictada, cuando el Código penal la tiene en
los hechos acaecidos a bordo de un buque cuenta para determinar la reincidencia
(art. 50) o la interrupción de la prescrip- ra y propiamente un sacramento, institui-
ción (art. 67). do por Cristo Nuestro Señor y promulgado
11. Extraterritorialidad de la persona por el Apóstol Santiago, sino un mero rito
jurídica. Como la actividad de la persona recibido de los Padres, o una invención hu-
humana no siempre se limita dentro de una mana, sea anatema".
entidad geográfica, sino que trasciende las No consta literalmente cuándo sancionó
fronteras y se presenta en el territorio de Jesús este sacramento. Pero él aparece in-
otros Estados, así la sociedad civil o co- sinuado, anticipado o figurado por las un-
mercial puede pretender una actividad ciones con óleo que hacían los apóstoles
más allá de los confines del estado político cuando Cristo los inició en la experiencia
que reconoció su existencia en primer tér- misional: "salieron a predicar... y ungían
mino. Tal es la extraterritorialidad de las a muchos enfermos con óleo, y los sana-
personas de existencia ideal. ban", recuerda el Evangelio de Marcos, cap.
El Código civil argentino reconoce como VI, vs. 12/13. A su vez, en el cap. V, vs. 14/15
personas jurídicas a los establecimientos, de la Epístola de Santiago se exhorta a
corporaciones o asociaciones existentes en recibir la extremaunción: "¿Está enfermo
países extranjeros en las condiciones que alguno de vosotros?, llame a los presbíteros
fija nuestra ley (arts. 34 y 35). de la Iglesia, y oren por él, ungiéndole con
El Tratado de Derecho civil de Montevi- oleas en el nombre del Señor. Y la oración
deo, artículo 4, segundo apartado, obliga a de la fe sanará al enfermo, y el Señor le
las naciones contratantes a reconocer la aliviará; y si se halla con pecados, se le
existencia extraterritorial de las personas perdonarán".
jurídicas (el texto de 1940 agrega: de las El Código de Derecho canónico regula la
sociedades civiles); y el artículo 5' del Tra- faz jurídica de este sacramento en el título
tado de Derecho Comercial dice: "las so- V de la parte primera del libro tercero, de-
ciedades mercantiles serán reconocidas de dicándole los cánones 937 a 947. Ese será
pleno derecho en los otros estados contra- concretamente el tema de los capítulos que
tantes y se reputarán hábiles para ejercer seguirán, en los cuales hemos de dejar de
actos de comercio y comparecer en juicio" lado, por ajenas a la índole de esta Enci-
(texto de 1940). (V. AGENTES CONSULARES. clopedia, las implicaciones teológicas, mo-
AGENTES DIPLOMÁTICOS. ASILO. EMBAJADOR.) rales y litúrgicas del asunto.
JURISPRUDENCIA. — La citada en el texto. II. Sujeto. Para ser sujeto válido de la
extremaunción se precisa, ante todo, el ca-
BIBLIOGRAFÍA. — La Indicada en el texto y en las rácter de bautizado (canon 940-prf. 1"), ya
roces a que se nace remisión.
que el bautismo es la puerta de los otros
EXTRAVAGANTES. (V. DERECHO CANÓ- sacramentos. Se requiere, además, haber
NICO.) poseído alguna vez el uso de razón: se ex-
cluyen pues los párvulos o quienes siempre
EXTREMAUNCIÓN.* SUMARIO: I. Nociones fueron dementes; en caso de duda al res-
generales. II. Sujeto. Itt. Ministro. IV. Ma- pecto, la extremaunción se administrará
teria. V. Forma. VI. Efectos. sub condüione (canon 941). Además, hay
I. Nociones generales. La extremaunción que estar en peligro de muerte por enfer-
medad o vejez: no pueden recibir la extre-
es el sacramento instituido por Cristo para maunción, entonces, quienes se hallan ya
procurar a los enfermos, mediante la apli- verdaderamente muertos, o quienes no es-
cación de los sagrados óleos a su cuerpo, el tán enfermos aunque su vida deba acabar
perdón de sus pecados, la fortaleza en el a la brevedad y en forma cierta (por ejem:
dolor e inclusive la .salud física si convinie- el reo de pena capital), ni los que padecen
ra a su bien espiritual. algún mal leve; a la enfermedad grave se
El Concilio de Trento, enfrentando la car- asimila la senilidad; basta que se esté gra-
ga que contra la extremaunción dirigía el vemente enfermo, no exigiéndose el riesgo
protestantismo, declaró que "ha sido ins- inmediato de muerte; si hay duda, la ad-
tituida por Cristo Nuestro Señor esta sagra- ministración del secramento se hará en
da unción dejos enfermos, corno un verda- forma condicional (canon 941); durante
dero y propio sacramento del Nuevo Testa- una misma enfermedad, por larga que sea,
mento, insinuado ciertamente en San Mar- no puede reiterarse el sacramento, pero sí
cos, y recomendado y promulgado a los cuando, habiendo salido el enfermo del pe-
fieles por Santiago Apóstol..."; conminan- ligro de muerte, recae en él, y esto tantas
do el mismo Concilio que "si alguien afir- veces cuanto ocurra (canon 940 prf. 2').
mare que la Extremaunción no es verdade- Por último, se precisa intención de recibir
la extremaunción, lo que se da por supues-
." Por el Dr. LORENZO A. GARDEIXA. to en el cristiano práctico; a quienes, es-
tando conscientes, pidieron la extremaun- caso de necesidad, cuando la competencia
ción expresa o implícitamente, o es verosímil se extiende a los demás presbíteros, ellos
que la habrían pedido, ha de administrár- también contraen dicha obligación, ex ca-
seles el sacramento sin condición alguna, ritate.
aunque luego cayeran en la inconsciencia En el libro de difuntos, que según el ca-
(canon 943). non 470 debe llevarse en las parroquias,
Para la lícita recepción de los óleos es corresponde que el ministro del sepelio ha-
menester el previo estado de gracia, en prin- ga constar, entre otras cosas, qué sacra-
cipio al menos; según el canon 942, "no mentos se administraron al difunto (canon
debe administrarse este sacramento a aque- 1238); allí podrá encontrarse, entonces, la
llos que permanecen obstinadamente impe- prueba documental de la extremaunción
nitentes en pecado mortal manifiesto; y si recibida.
hay duda acerca de esto, adminístrese bajo • IV. Materia. Materia de este sacramen-
condición"; cuando el enfermo se halla im- to son el óleo y las unciones que con él se
pedido para confesarse, el solo dolor de hacen en el cuerpo del enfermo.
atribución basta para recibir licitamente la El óleo, concretamente, consistirá en acei-
extremaunción, pero no siendo ese el caso, te de olivas bendecido por el obispo o por
ya lo dijimos, se precisa el estado de gracia un presbítero facultado por la Santa Sede
bien por dolor perfecto, bien por confesión (cánones 937 y 945); y todo ello como re-
del meramente atrito (V. PENITENCIA.) quisito para la validez de la ex trema un;
La extremaunción no es de suyo indis- clon, aunque no carezca de algún asidero
pensable para salvarse, no constando que la tesis de que, en caso de urgencia y no
haya obligación grave de recibirla; pero es habiendo a mano óleo bendito, podría ben-
ilícito desdeñarla; y recomendable que se decirlo el simple sacerdote que haya de ad-
acuda a ella con plena conciencia, sin es- ministrar el sacramento. Se exige también,
perar los extremos de la agonía o poco me- mas sólo para la licitud del acto, que el
nos (ver canon 944). aceite sea el que bendijo el obispo precisa-
III. Ministro. Sólo el sacerdote puede mente "para esto" (canon 945), para ser-
administrar válidamente la extremaunción vir como óleo de los enfermos; en caso de
(ver canon 938, prf. !•). En tal sentido el necesidad, empero, podrá usarse de los otros
Codea:, reiterando las definiciones con que óleos(>). El canon 734 exige que se em-
el Concilio de Trento cortó toda vacilación pleen siempre los óleos bendecidos el Jue-
sobre el tema, no hace sino recoger la pri- ves Santo inmediato anterior y no los vie-
mitiva enseñanza de la Epístola de Santia- jos, salvo necesidad urgente; pero tampoco
go. Inducat presbíteros Ecclestoe, "llamad a esto concierne a la validez de la extrema-
los sacerdotes de la Iglesia". unción. Por último, señalaremos que el ca-
Pero no cualquier presbítero es ministro non 946 impone al párroco el deber de guar-
ordinario y por ende lícito de la extrema- da cuidadosa de los óleos, los cuales deben
unción: dicho carácter corresponde única- quedar siempre en la iglesia; sólo podría
mente al párroco del lugar donde se halla él retenerlos en su casa por motivo razo-
el enfermo (cánones 938, prf. 2' y 482, inc. nable, con licencia al menos tácita del or-
3'). Sin embargo, en caso de necesidad, o dinario (canon 735 in f i n e ) .
cuando se presuma rezonablemente la licen- Las unciones son las aplicaciones del óleo
cia del párroco o del ordinario, todo sacer- en el cuerpo del enfermo: oíos, oídos, na-
dote puede administrar los óleos (canon riz, boca, manos, pies. Con una sola unción
938, prf. 2' in f i n e ) . Deben recordarse, por el sacramento es válido; e inclusive lícito
lo demás, estos ministros especiales: de la en caso de necesidad, quedando entonces,
extremaunción al obispo, los canónigos (ca- so pena de pecado, la obligación de suplir
non 397. inc. 3»); para los profesos novicios las demás unciones cuando desaparezca el
y demás moradores de casa perteneciente peligro (canon 947, prf. 1*). Salvo grave ne-
a religión clerical, el respectivo superior cesidad, las unciones se harán directamen-
(canon 514, prf. 1»). (V. RELIGIOSO) ; en los te con la mano, sin la ayuda de instrumen-
monasterios de monjas, el confesor ordina- to alguno (canon 947, prf. 4").
rio o quien haga sus veces (canon 514, prf. V. Forma. Llámase "forma" a las pala-
2'); en las religiones laicales, el párroco o bras o fórmula que se emplean al adminis-
oí capellán puesto en su lugar por el ordi- trar el sacramento. Acerca de la extrema-
nario (canon 514, prf. 3"); el rector del Se- unción, los cánones 937 y 947 mandan ate-
minario, para cuantos allí residen (arg. nerse a las prescripciones de los libras ri-
canon 1368). tuales. En el rito latino, la formula oí ..u-
De acuerdo con el canon 939, el ministro (I) El óleo de Jos catecúmenos y el crisma, que
ordinario está obligado en justicia a admi- sirven respectivamente para el bautismo y para te
nistrar el sacramento, por si o por otro; en confirmación.
ría es: "Por esta santa unción y su piado- veniales; en borrarse las reliquias del pe-
sísima misericordia perdónete el-Señor todo cado (la pena temporal en todo o parte, la
cuanto por (se menciona el sentido de que debilidad espiritual, etc.); en gracias es-
se trate) has delinquido. Amén"; estas pa- peciales para soportar con fortaleza los do-
labras se pronuncian al practicarse cada lores y angustias propios de la enfermedad
una de las unciones. Hay también una fór- y de la agonía. En cuanto a los efectos cor-
mula breve, para los casos de apuro: "Por porales: según surge del recordado pasaje
esta santa unción perdónete el Señor cuan- de la Epístola de Santiago y lo confirma
to has delinquido. Amén"; ella se profiere el Concilio de Trento, es también efecto pro-
al ejecutar la unción única entonces per- pio de la extremaunción el conseguir a ve-
mitida. ces la salud física, si ello conviene para la
VI. Efectos. La extremaunción produce salud espiritual.
efectos espirituales y corporales. Los pri-
meros estriban: en el perdón de los pecadas BIBLIOGRAFÍA. — Ecihmarm, E., Manual de Dere-
mortales, para el enfermo que con dolor cho eclesiástico, Ed. Bosch, Barcelona, 1931. — Ml-
guélez-Alonso-Cabreros. Código de Derecho canó-
imperfecto se halla físicamente impedido nico. Ed. BAC, Madrid. 1945. — Kontánchez. J.,.
para confesarse; en el perdón de las faltas Teología moral. Ed. Poblet, B>. Aires, 1917.

También podría gustarte