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VESTUARIO CORPORATIVO

La imagen personal es el primer mensaje de la comunicación interpersonal: antes de ser


escuchados, conocidos y menos comprendidos, las personas nos ven. Y, objetivamente enviamos
gran cantidad de información a través de nuestra apariencia, grado de pulcritud e indumentaria.

Es cierto, una imagen vale más que mil palabras. ¿te imaginas el impacto que podría lograr una
buena imagen? ¿cuántas palabras le ahorras a los demás para transmitirles tus valores, tu esencia,
e incluso, tu profesionalismo? Cuidar nuestra imagen es más que importante, fundamental en el
mundo moderno.

Aunque haya quienes quieran restarle la debida importancia o tratarla como una fatuidad, lo cierto es
que la imagen personal es el primer mensaje de la comunicación interpersonal.

Proyectar una imagen personal apropiada implica un poco más que “solo” seguir los consejos que ya
se presentaron. Además de nuestra postura, nuestra higiene personal y nuestro tono de voz,
debemos cuidar nuestra vestimenta. Esto supone una inversión de tu parte, tanto en tiempo como en
dinero.

Ahora bien lejos de lo que podría pensarse la ropa no “debe” ser costosa. Es cierto que en el
mercado existen prendas totalmente caras y bellas y en horabuena, si puedes costearlas, pero tu
imagen corporativa no depende exclusivamente de ellas.

Antes de gastar una fortuna en ropa de diseñador es preferible:

1. Que tu vestuario siempre este en perfecto estado, además de muy limpio y muy bien planchado;
y que vistas de acuerdo a la estación.
2. Que lo renueves frecuentemente. Si es posible, hazlo cada temporada; si no, por lo menos dos
veces al año. Recuerda que, con el tiempo, las prendas pierden color, forma y textura. Un
atuendo desgastado proyecta, proporcionalmente, una imagen venida a menos.
3. Que cambies de ropas a diario: procura no vestir la misma falda o la misma corbata varias veces
a la semana, pues podrías despertar comentarios negativos en tus colegas.
4. Que vistas a la moda. Esto no supone imitar las pasarelas, pero al menos sí respetar las
tendencias mundiales: los pantalones acampanados estaban de moda hace tres décadas y por
ende, es inaceptable que los vistas fuera de casa.

VESTIR PARA LA OFICINA

Elegir bien la vestimenta para el trabajo es un asunto de suma importancia, pues, como se ha
mencionado repetidamente, tu imagen personal demuestra el respeto que sientes por tú compañía
(recuerda que eres la carta de presentación más fiel de tu empresa) y hacia tus compañeros (les
comunica que te importa su opinión).
Al mismo tiempo, tu atuendo muchas veces será el “termómetro social” que los demás utilicen al
evaluar la manera en que deban tratarte. De hecho, se trata de un factor decisivo cuando los jefes
evalúan a posibles candidatos para un ascenso.

Muchos expertos en imagen corporativa coinciden en que existen ciertas prendas indispensables
con las que tanto damas como varones deben contar en nuestros closets, al menos si quieren
proyectar una imagen seria, profesional y exitosa.

Es importante considerar que la vestimenta “correcta” para el trabajo puede variar según el espacio
laboral o la disciplina profesional. En este sentido, a nivel ejecutivo se espera una formalidad y una
elegancia que no siempre son admisibles en empresas de corte más informal. Tal sería el caso, por
ejemplo, de una agencia de publicidad.

Al elegir el atuendo, asimismo, tendría que fijarse en qué le sienta mejor. En este sentido, la esencia
del asunto es que tu atuendo te haga lucir armónico y proyecte una personalidad positiva, elegante y
segura.

EL ARMARIO BÁSICO PARA UNA MUJER

El guardarropa de una mujer ejecutiva es definitivamente mucho más nutrido que el de un hombre, y
su constitución es toda una demostración de elegancia, feminidad y fineza. A diferencia de sus pares
ejecutivos, las damas pueden darse ciertas licencias en términos de materiales y colores.

Al momento de comprar una prenda, recuerda que lo más importante es que te sientas bien con ella.
Asimismo, nunca antepongas la variedad o cantidad a la calidad, pues es mejor tener un par de
prendas lindísimas que una decena de regulares.

El armario de una ejecutiva incluirá estas prendas y artículos:

1. Blusas. Deben ser de manga larga y quedarte entalladas. Adicionalmente, procura que nos
trasluzcan y que no tengan un escote demasiado pronunciado.

2. Faldas. En la oficina es de mal gusto lucir faldas muy ceñidas o con aberturas pronunciadas.
En cuanto a la caída, deben llegar hasta tus rodillas.

3. Sacos. Lo ideal es que tengas dos sacos rectos, de corte clásico, y un par más entallados,
más modernos. Recuerda que un buen saco es sinónimo de elegancia.

4. Pantalones. Al igual que las faldas, no deben ser muy entallados. Lo aconsejable es que
sean de buen corte y que terminen sobre el doblez del pie.

5. Ropa interior. Las prendas femeninas suelen realzar la anatomía de la mujer y, en


ocasiones, dejan a la vista o “marcan” la ropa interior. Por ello, debes ser cuidadosa con las
blusas transparentes y con los pantalones ceñidos.
6. Medias. Estas le dan a la mujer un toque de distinción y elegancia. Lo ideal es que sean del
color de tu piel. Si se trata de medias-pantalón, los colores oscuros, como el negro y el
humo, resultan ser excelentes elecciones. Un consejo: conserva un par extra de medias en
la oficina o en la cartera, pues nunca estarás libre de que sufran algún rasguño.

7. Zapatos. Los mejores son los de taco mediano, cerrados y de cuero. Si bien la mujer puede
darse la licencia de escoger calzado de varios colores, no deben ser muy llamativos ni
adornados. Guárdalos bien lustrados para conservarlos en buen estado.

8. La bisutería. Le da sentido al vestuario. Sin embargo, llevar mucha bisutería, es de mal


gusto. Aretes y pulseras deben combinar (pueden presentar la misma piedra, por ejemplo).
En cuanto a los anillos, la regla general es que su tamaño sea proporcional al de tus dedos:
si son largos, podrás utilizar joyas grandes; si son cortos, es mejor vestir anillos discretos.
Sin embargo, si entorpecen tu trabajo, procura no usarlos. Asimismo, se estila llevar uno por
mano o dos en una sola mano, pero no más.

9. Pañuelos. Muestran cuán elegante y definida es tu personalidad. Felizmente para ti y el


resto de mujeres del planeta, en la actualidad hay un boom de diseñadores de pañuelos,
pañoletas, chales, pashminas, entre otros, y por consiguiente, hallarás muchos modelos en
el mercado. Aprende a conjugarlos con tu atuendo y expresarás glamour.

10. El perfume. Lo recomendable es usar fragancias suaves. Sin embargo, la esencia que elijas
depende de lo que quieras proyectar, así como de tu personalidad.

11. La cartera. Escógela según tu constitución física: si eres una persona pequeña, de ninguna
manera lleves un bolso grande, y viceversa. Además debido a que este accesorio está en
continua exposición, tienes que mantenerlo bien conservado.

12. Portafolio. Aunque, a diferencia del hombre, la mujer no está obligada a utilizar uno, puedes
hacerlo si te provoca o te es útil. Hoy existen modelos muy femeninos: procura escoger
algunos de estos y dejar los más serios para papá.

EL ARMARIO BÁSICO DEL HOMBRE

Si bien históricamente el guardarropa de los varones ha sido mucho más moderado que el de las
damas, desde hace algunos años atrás la industria de la moda ha comenzado a mirar a su público
consumidor masculino con mejores ojos. Ello conlleva una gran oferta de prendas de vestir que el
hombre moderno debe saber aprovechar y combinar.

1. Camisas. En un ambiente formal, de saco y corbata, solo se admiten las de manga larga (aun en
verano). En cuanto a los colores, por su versatilidad, las blancas (de buena calidad, que no se
trasluzcan) son indispensables. Las más elegantes siempre serán confeccionadas en algodón
puro y llevarán puños para gemelos.

2. Pantalones. Los de vestir serán rectos, sin pliegues. Los colores indispensables son toda la gama
de los grises, los negros y los azules, que inspiran confianza y autoridad.
3. Sacos. La tendencia actual marca que los sacos sean entallados, pero no demasiado. Procura
que combinen con el pantalón que vistes. Recuerda, además, que los colores clásicos (crema,
arena, crudo) son admisibles solo durante el verano y la primavera; el blanco, por los demás, solo
debe usarse exteriores, nunca dentro de una oficina.

4. Ternos. El terno es probablemente la prenda más importante para un ejecutivo. Su nombre nos
remite a un pasado relativamente olvidado: hasta hace algunos años, un terno solía estar
compuesto por pantalón, saco y chaleco, (de estas tres piezas proviene la palabra “terno”),
aunque hoy la mayoría solo presenta las dos primeras. Deben ser entallados y destacar la
estructura del cuerpo masculino, objetivos que solo los ternos de excelente calidad alcanzan a
cumplir. Se prefieren los colores oscuros; los ternos negros o gris plata jamás pasarán de moda.

5. Corbatas. Esta prenda demuestra tu grado de refinamiento. Lo ideal es tener varias, de diferentes
colores y diseños, que armonicen con tus distintos sacos y camisas. El mejor material para una
corbata es la seda, pues se anuda muy bien y tiene una excelente caída. Si las debes usar a
diario, ten muchas opciones a mano; si lo haces esporádicamente, adquiere aquellas que mejor
combinen con tu traje.

6. Ropa interior: Debe acomodarse y ser de algodón. Ten en cuenta que debe ser ceñida al cuerpo
para evitar que se formen pliegues por debajo de la ropa.

7. Calcetines: deben ser largos, de modo que no se note la piel cuando el pantalón se remangue.
Hoy en día están de moda los calcetines de colores, algo valido siempre y cuando la ocasión lo
permita.

8. Zapatos. Los más elegantes, finos y duraderos son fabricados en cuero. En cuanto a modelos,
existen muchos. Escoge los más adecuados para el atuendo que vistas. Recuerda: su calidad y
acabado reflejan tu personalidad.

9. El cinturón. Como con los zapatos, los de cuero son los más elegantes. Debes tener por lo
menos dos: uno negro y otro marrón. Ten en consideración que la hebilla debe ser sobria, mejor
si es plateada. Ojo que, por el uso, los cinturones tienden a desgastarse y cuartarse, por lo que
será necesario que los remplaces cada cierto tiempo.

10. El perfume. Nada más delicioso y amigable que percibir un olor suave en un compañero de
trabajo. Opta por una fragancia de este tipo y no por perfumes fuertes.

11. Portafolio. Debes tener dos, ambos de cuero: uno marrón y otro negro, siempre de buena calidad.

12. Gemelos. Son tan importantes como el terno y los zapatos. Los de tonos plateados combinan
bien con cualquier color de camisa y de saco. Los dorados son más difíciles de llevar. Evita que
sean grandes o recargados.

13. El reloj. Un ejecutivo debe usar un reloj sobrio y elegante, fabricado de metal o de cuero, y con
manecillas. Evitará usar relojes digitales, de plástico y deportivos.
VIERNES CASUAL

Es una práctica de origen norteamericano que consiste en dale libertad a los empleados de una
oficina para que olviden el código de vestimenta tradicional y visitan prendas más casuales durante
los días viernes de cada semana. Su objetivo es mejorar la productividad de los empleados al crear
una atmósfera de trabajo menos normada.

El uso de este tipo de ropa en la oficina está sujeto a las reglas de las compañías, esta dispone que
los hombres vistan camisas o polos tejidos, acompañados de un blazer; y que las mujeres lleven
conjuntos de saco y pantalón, o prendas separadas como faldas, pantalones, blusas, chompas,
conjuntos de jersey y chaquetas.

ROPA CASUAL PARA LA OFICINA

En el ambiente laboral casual, significa que los hombres no están obligados a vestir terno ni a llevar
corbata. En su lugar, se admiten las camisas de colores, los sacos deportivos, chompas, pantalones
de drill (de hilo o algodón) e incluso polos de punto. A continuación, algunos detalles a considerar:

 Sacos sport o deportivos. Deben ser de color oscuro (marrón, azul marino o verde militar),
entallados y de buena calidad, El blazer es una chaqueta deportiva de color azul marino o
negro, que suele llevar botones dorados y un escudo bordado sobre el pecho. Es
sumamente versátil: va bien con pantalones de vestir y, fuera de la oficina, puede usarse
incluso con jeans o vaqueros.

 Pantalones de vestir. Elige los de drill y algodón, y busca que combinen con tus sacos.
Dichos materiales son muy cómodos y elegantes a la vez, por lo que casi no pasan de
moda.

 Camisas. Pueden ser de distintos colores. Se admite una amplia gama de materiales,
siempre y cuando no sean brillosos.

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