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RESEÑA: EXCLUSIÓN, INSURRECCIÓN Y CRIMEN- GUSTAVO DUNCAN

(2015)

Esta reseña tiene como base el texto “Exclusión, insurrección y crimen” de Gustavo

Duncan, que aparece en el compilado “Contribución Al Entendimiento Del Conflicto

Armado En Colombia” (2015).

Gustavo Duncan es con razón, considerado uno de los mejores politólogos del país.

En su trabajo como docente de la Universidad de los Andes e investigador de la Fundación

Seguridad y Democracia, Duncan ha problematizado he indagado sobre la violencia, el

gobierno y otros diversos fenómenos relacionados con el mismo. Es experto en temas de

narcotráfico, relación entre criminalidad y construcción de Estado y conflicto armado en

Colombia. Es autor del libro Los señores de la Guerra (2006) y Más que plata o plomo

(2014), que analizan el fenómeno de la construcción de órdenes políticos alternos al del

estado en las áreas periféricas de Colombia y México. Duncan escribe columnas para el

periódico EL Tiempo de Bogotá y El País de Cali. Actualmente es Profesor del

Departamento de Gobierno y Ciencias Políticas de la Universidad EAFIT e integrante del

grupo de investigación Sociedad, política e historia conectadas. 

El texto se estructura en cuatro partes fundamentales. La primera de ellas trata de las

situaciones de exclusión que pudieron generar organizaciones armadas, la segunda en el

secuestro como instrumento de guerra, el tercero en el narcotráfico como estrategias de

financiación y por último, se tratan temas de conflicto como pulso para imponer

instituciones de regulación social.


En el texto anteriormente mencionado, Gustavo Duncan (2015) se centra en la

forma cómo la exclusión interactuó con la criminalidad, y dio en gran parte la forma al

conflicto actual en el país, analizando como base dos practicas criminales masivas en

Colombia: el secuestro y el narcotráfico. Este texto aborda la problemática del conflicto

armado colombiano a partir de los años 60’s, y desde allí analiza como la exclusión a

pensamientos políticos diversos, sumado a desigualdad, generan la creación de grupos

insurgentes, con la consigna de ser “generadores de cambios sociales”. Este texto discute

en una primera parte varias inquietudes del autor sobre como la desigualdad no es causal

directa de la subordinación violenta, aunque hay exclusión a nivel de acceso a la tierra,

diferencia de ingresos entre regiones y las diferencias en la calidad de vida de unos y otros

según estrato y localización geográfica, y que estas a su vez, generaron rechazo inminente a

la administración de orden nacional, la exclusión hizo más fuerte ese deseo de ir a

contracorriente. Pero aun así, el autor no deja de lado que la desigualdad justificó esta

naciente ola de grupos insurgentes.

Por su parte, el autor quiere darnos una explicación profunda sobre los factores del

surgimiento de grupos revolucionarios insurgentes en el país, y como estos, cobijados

dentro de la criminalidad, han logrado mantener un conflicto armado duradero en el país.

La exclusión genera criminalidad, acercando a las personas involucradas dentro de estos

fenómenos sociales al conflicto armado, ya sea como simpatizante o como militante. El

secuestro y el narcotráfico han generado a su paso matanzas en todo el país, así como

atentados diversos a los derechos humanos. Estos grupos insurgentes nacen, no es sectores

de gran pobreza, sino en donde la presencia estatal fue débil, así las tropas armadas rasas

fueron conformadas por personas excluidas, ya que los pobres eran particularmente
pasivos. Aquí se sintetiza de una buena forma como los diferentes grupos insurgentes

(FARC, ELN, EPL) tienen una base de revolución arraigada a las máximas de la unión

soviética, la cual tiene tres elementos fundamentales: Jerarquización y centralización de la

elite guerrillera como organización política, Radicalización y desconfianza hacia los

moderados y, aprovechamiento de las concesiones de o al enemigo. Esta criminalidad

mencionada anteriormente, posiciona al secuestro como factor decisivo en cuanto a

recursos, ya que al expandirse como grupos, el dinero de la extorsión no era suficiente.

Entonces las personas pasivas de las diferentes comunidades se vieron obligadas a

desplazarse. Aquellos que quisieron oponer resistencia, dieron nacimiento a las

autodefensas, contratando a militares para que los defendieran. Considerando el hecho de

que el secuestro fue en un principio un método de subsistencia, con el tiempo se transformó

en un acto simbólico de lucha por parte de ambos grupos.

Esto cambio con la aparición del narcotráfico (a partir de esto también surgen

subculturas, que fueron aprovechadas por personajes como Pablo Escobar, convirtiéndose

en recurso de guerra, controlando a su vez nuevos territorios, no solo parte de las guerrillas

sino por los paramilitares) A partir de estas dos problemáticas, se dan nuevas interacciones

entre los diferentes actores del conflicto. Estas relaciones eran parte de las dinámicas de

estructura criminal del momento. Así, el narcotráfico, al unirse a las guerrillas obtiene

seguridad, y las guerrillas por su parte obtener recursos para mantenerse en pie de lucha, o

por otra parte, con el surgimiento de las autodefensas y su unión al narcotráfico, se dan una

persecución directa a las guerrillas.

En este punto, se generan otras dinámicas de criminalidad, ahora entre las guerrillas

y contraguerrillas, ya que se genera una persecución directa a todo aquel que fuera o se
sospechaba que era parte de las guerrillas, causándole la muerte instantánea. Así que los

ejes de violencia daban un punto nulo a la neutralidad, pues si no se era de un grupo, se era

del otro, y por ende se asesinaba. Además se daba una lucha mas fuerte frente al control

territorial, buscando autoridad y poder en el mismo.

El narcotráfico por su parte permitió que una situación de guerra permanente en vez

de destruir la economía se convirtiera en una medio de acceso a los mercados, sobre todo

para comunidades periféricas con baja acumulación de capital. Así que, aparte de ser

protegidos por los grupos insurgente de diferentes tipos, toman parte de la figura pública,

brindando financiación a políticos y convirtiéndose en políticos también (Pablo Escobar en

el senado en los 80’s) y utilizando a su paso el sistema político para encubrir muchas de

sus movidas ilegales. Esto les permitiría una dominación de la violencia a nivel nacional, y

les proveería una mayor movilización.

Por supuesto, los objetivos cambiaron, y los diferentes grupos se preocuparon más

de los medios que de los fines, es decir, la ideología principal dejó de ser relevante. El

estado comienza a “tolerar” nuevos gobiernos locales. El narcotráfico se hace más poderoso

convirtiéndose en una elite nueva que influye no solo socialmente sino políticamente en el

país, Obligando al estado a trabajar ahora desde las periferias también. Se invirtieron

recursos en infraestructura y se trató de regular la vida social, es decir, se hicieron visibles

los lugares donde en un principio no había ningún apoyo.

Concluyendo, este texto es una excelente síntesis del conflicto colombiano, de su

surgimiento, de las luchas campesinas y de cómo estás se fueron transformando para

convertirse en los grupos armados que conocemos actualmente. Además, al ser presentado
dentro del copilado “Contribución Al Entendimiento Del Conflicto Armado En Colombia”

(2015), brinda un amplio panorama frente a lo que es el conflicto y como este ha

significado estructuras sociales diversas, como se ha modificado el mismo y con él los

ideales de los grupos guerrilleros iníciales. Además también se ve como el gobierno, en su

incapacidad de atacar a las guerrillas crea una contrainsurgencia, que es pagada por el

mismo y por los terratenientes de los lugares atacados por la insurgencia, y como esto

generó nuevos brotes de violencia. Finalmente la aparición del narcotráfico une todas las

ramas de este árbol de criminalidad que ha atacado a este país, marca una nueva ola de

violencia generalizada, que llega a tomar decisiones políticas y sociales tanto en la periferia

como en el centro del país. Es una reflexión directa sobre cómo se han configurado

diferentes dinámicas nacionales en torno al conflicto armado que ha durado más de 50 años

y que ha logrado mantenerse por diferentes medios, llegando a involucrar activamente a

los gobiernos de turno. Este texto es una excelente síntesis de la historia colombiana, escrita

con una enorme simpatía y comprensión, sin que estas virtudes aminoren el rigor y la

objetividad que debe tener toda obra histórica.

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