Está en la página 1de 3

Universidad Nacional de Colombia

Facultad de Ciencias Humanas


Departamento de Historia
Historia de Colombia I
Nicolás Rivera Lozano

IMPACTOS SOCIALES Y ECONÓMICOS DE LA ESCLAVITUD COLONIAL


Los esclavos africanos fueron introducidos en América por las empresas
conquistadoras durante el descubrimiento del Nuevo Mundo. Estas primeras
poblaciones esclavas se encargaron de servir a los conquistadores y sus
posteriores familias, aunque también se observa que fueron importantes en las
guerras de conquista. No obstante, los primeros esclavos traídos por los
conquistadores no fueron trascendentales, pues de acuerdo a Restall (2004), este
grupo social fue bastante reducido. Sin embargo, debido a la catástrofe
demográfica indígena y a la escasez de fuerza de trabajo en las actividades
agrícolas y mineras del siglo XVII, la importación de esclavos africanos se
consolidó como un factor importante en la sociedad y economía colonial (Moreno
Fraginals, 1996).
La trata de esclavos africanos inicia contemporáneamente con el descubrimiento
de América, pues los portugueses colonizaron grandes territorios del occidente de
África durante todo el siglo XV. En estos territorios, los portugueses consolidaron
un fuerte monopolio de comercialización de esclavos. La intensificación y auge de
este comercio esclavista en los territorios americanos se produce en el siglo XVIII
debido a la necesidad de optimizar la explotación de recursos mineros y agrícolas
por parte de La Corona Hispánica. Además, según Jaramillo Uribe (1963) las
costumbres económicas y tecnológicas de los africanos en actividades
metalúrgicas y ganaderas fueron consideradas perfectas para el desarrollo de un
trabajo más técnico y próspero (p. 9-13).
En Colombia, la ciudad de Cartagena de Indias fue el principal puerto de Nueva
Granada, por ello muchos esclavos, al ser considerados como una mercancía
simbólica, llegaron al territorio neogranadino por medio de esta ciudad. Resulta
importante mencionar que en Cartagena los esclavos eran examinados y
valorados de acuerdo a sus características físicas, su edad y su género. En teoría,
los esclavos más apetecidos eran los hombres jóvenes, ya que se les consideró
como la fuerza de trabajo más dócil y eficaz (Moreno Fraginals, 1996). Asimismo,
las poblaciones esclavas fueron sometidas a mecanismos de deculturación, por lo
que los africanos fueron separados de sus núcleos étnicos y sus objetos
materiales y culturales. Según Moreno (1996), el objetivo de esta deculturación era
prevenir levantamientos de “negros rebeldes”, optimizar el trabajo y evitar
cualquier expresión cultural que corrompiera a los nativos ya evangelizados (p. 14-
15).
En cuanto a la importancia de la esclavitud en la economía colonial, Jaramillo
Uribe (1963) afirma que los esclavos fueron distribuidos como la principal fuerza
de trabajo en centros mineros o plantaciones, en donde se encargaron de
fortalecer las precarias actividades mineras, agrícolas y ganaderas. Sin embargo,
desde finales del siglo XVI, los esclavos negros se establecieron principalmente en
las actividades mineras, sustituyendo por completo a la mano de obra indígena
(Palacios Preciado, 1989, p. 155). Respecto a la demografía de la población
esclavista, se observa que las regiones del Pacifico y del Caribe contaron con un
gran porcentaje de poblaciones africanas desde el siglo XVI. En los centros
mineros del Pacífico y Antioquía, los esclavos se agruparon en cuadrillas y
fortalecieron la explotación de oro, la principal actividad económica de Nueva
Granada. Por otra parte, además de los centros mineros, estas comunidades
también se asentaron en plantaciones de azúcar y haciendas. En estos lugares,
los esclavos negros se encargaron de producir recursos agrícolas para abastecer
las zonas mineras.
Por último, se considera importante conocer el impacto social de la esclavitud en
las sociedades coloniales. Jaramillo Uribe (1963) observa las relaciones que se
dieron entre amos y esclavos, y evidencia casos en los que algunos negros
llegaron a ser administradores de haciendas. Asimismo, otros esclavos accedieron
a beneficios económicos y gubernamentales debido a la estrecha relación que
formalizaron con la familia de su amo. Sin embargo, el trato general hacia los
negros se basó en el castigo y en las relaciones de servidumbre. Por ello, a causa
del trabajo extensivo, la degradación moral y el temor hacia el castigo, muchos
negros decidieron huir y asentarse en palenques, comunidades de poblaciones
negras que buscaron libertad, autonomía y expresión cultural en territorios
alejados de las estructuras esclavistas (Rodríguez, 2007, p. 90-91).
REFERENCIAS
Jaramillo Uribe, J. (1963). Esclavos y señores en la sociedad colombiana del siglo
XVIII. Anuario Colombiano de Historia Social y de La Cultura, 0(1), 3–62.
Moreno Fraginals, M. (1996). Aportes culturales y deculturación. In M. Moreno
Fraginals (Ed.), África en América Latina. México DF: Siglo XXI Editores.
Palacios Preciado, J. (1989). La esclavitud y la sociedad esclavista. In Nueva
Historia de Colombia (pp. 153–175). Bogotá: Planeta.
Restall, M. (2004). Los siete mitos de la conquista española. Retrieved from
https://www.planetadelibros.com/libro-los-siete-mitos-de-la-conquista-
espanola/21623
Rodríguez, P. (2007). La efímera utopía de los esclavos de Nueva Granada. El
caso del palenque de Cartago. In P. Gonzalbo Aizpuru & M. Bazant (Eds.),
Tradiciones y conflictos. Historias de la vida cotidiana en México e
Hispanoamérica (pp. 73–92). México: El Colegio de México.

También podría gustarte