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reseña

Roncayolo, Marcel. La ville et ses territoires. París: Gallimard,


1997. 285 pp.

Contexto Para Roncayolo, tanto el determinismo físico como


las analogías biológicas resultan riesgosos, puesto que
marcel roncayolo fue director adjunto de la Es- no consideran el proceso social propio de la ciudad
cuela Normal Superior de París, director de estudios como su principio explicativo. Desde su propuesta, tan-
de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales y to la mirada de la ciudad en sus relaciones territoriales
profesor emérito de la Universidad Paris-X-Nanterre. como su caracterización de lugar privilegiado son com-
Luego de iniciarse como historiador en su ciudad na- plementarias e indispensables (p. 33).
tal, Marsella, optó por la geografía al arribar a París en La noción de ciudad propuesta por el autor no se
el año 1943, época en la que también se comprometió reduce a los objetos urbanos ni a sus funciones, sino
políticamente con la socialdemocracia. Debutó como que caracteriza además la población y sus relaciones
profesor por primera vez en 1950 y, consciente de la fal- sociales como particularidades de las ciudades. Por otra
ta de herramientas de observación y de investigación parte, no son solo las funciones ni el número de habi-
existente en su país a causa de los profundos cambios tantes los que le otorgan a una ciudad el carácter de tal,
que se vivían en la época, se vinculó a la investigación sino también la existencia de una cultura asociada a la
sobre temas urbanos desde una perspectiva en la que burguesía, reconciliando de esta manera la función, la
integra una mirada histórico-geográfica. población y la cultura como categorías del análisis urba-
La ville et ses territoires fue publicado por primera no (p.39). La urbanización conlleva un nuevo equilibrio
vez en 1978, época marcada por la crisis de la teoría y demográfico a largo plazo, asociado con el prolonga-
de la práctica del urbanismo tras el cambio de las es- miento de la esperanza de vida, la reducción voluntaria
tructuras urbanas imperantes en los años cincuenta y de la fecundidad y la mejoría en los indicadores de vida.
sesenta, caracterizados por el auge y expansión capita- Para que esto ocurra, la ciudad debe actuar como me-
listas. El momento histórico en el que surge este libro diadora cultural, efectuando un cambio en las actitudes
está marcado por un contexto de crisis económica que mentales de sus habitantes (p. 50).
obligó a su autor a repensar múltiples aspectos de la Son dos las condiciones para el despegue de una
vida social, entre ellos, el urbano. ciudad: la existencia de una reserva de emigrantes y la
posibilidad de acumular efectivos. El crecimiento urba-
Exposición no responde a un cambio de equilibrio entre el campo
y las ciudades, que se expresa en migraciones internas
En el primer capítulo, Roncayolo se pregunta acer- y externas. Son las ciudades las primeras en sufrir los
ca de la vigencia del concepto de ciudad y de su apli- efectos de las crisis alimentarias, de las epidemias y de
cación a realidades históricas disímiles. Respondien- los reveces demográficos. Estos fueron los primeros li-
do a este interrogante, caracteriza la ciudad como el mitantes de su crecimiento; el surgimiento de otro tipo
“dispositivo geográfico y social que da mejor eficacia al de límites fue posterior (p. 41).
encuentro y al intercambio entre los hombres” (p. 27). Los caracteres actuales de la urbanización son dife-
Pese a que la necesidad de encuentro es común a todas rentes en el primer y en el tercer mundo. En el primer
las sociedades, la naturaleza de la ciudad es histórica, mundo, a partir de mediados del siglo XX, la migración
pues cada una de ellas tiene necesidades diferentes juega un papel secundario como factor de urbaniza-
para crear dicho encuentro. Justamente, la existencia ción. En el tercer mundo, tanto el marco heredado de su
de unas condiciones para su aparición —como lo son historia como la concentración de la población urbana
la existencia de un excedente agrícola, la división del alrededor de las capitales juegan un importante papel
trabajo, la especialización y la jerarquía de tareas— da en la urbanización (p. 46).
cuenta de dicha historicidad (p. 28).

CUADERNOS DE GEOGRAFÍA | REVISTA COLOMBIANA DE GEOGRAFÍA | n.º 18, 2009  |  ISSN: 0121-215X  |  BOGOTÁ, COLOMBIA  |  PP. 167-170
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En el tercer capítulo, las funciones son caracteriza- por tendencias contradictorias, pues la ciudad es el lu-
das como las diferenciadoras entre la ciudad y el campo, gar de nacimiento, difusión y monopolio de prácticas
las determinantes de su contenido social y de su modo culturales nuevas por parte de una estricta jerarquía.
de vida. De hecho, el paso a la perennidad de la función Sin embargo, la transferencia cultural de las élites al
en el tiempo es el que determina el establecimiento de resto de habitantes de la ciudad no es mecánica, pues
una ciudad (p. 53). Las funciones económicas de la ciu- la cultura urbana combina tanto mecanismos de repro-
dad se modifican con el tiempo de una forma no lineal; ducción como tendencias de cambio (p. 79).
la industrialización, propia del capitalismo del siglo Para Roncayolo, las conductas explican la composi-
XIX, define unos nuevos principios de localización. ción territorial. La proximidad espacial en sí misma no
Para el autor, el contenido de las funciones debe es- acercaría a los individuos, no borraría las distancias so-
tudiarse partiendo del “lugar relativo que ellas ocupan, ciales ni fundaría relaciones sociales estrechas. Así mis-
esto es, su combinación, característica de una socie- mo, el autor critica el supuesto de la existencia de una
dad, de una civilización histórica o de una formación personalidad urbana uniforme, pese a que por medio
histórica que habría que definir” (p. 57). Recientemen- del patriotismo urbano se intente lo contrario. Dicho
te, en el análisis de las funciones se han privilegiado patriotismo urbano no excluye la lucha de clases que se
al extremo las ventajas de localización que influyen en libra en la ciudad (p. 88).
la acción de la demanda en el proceso económico. Para En los capítulos quinto y sexto se trabajan los temas
este estudio, el autor propone apoyarse no solo en la de morfología urbana y de la división social y funcional
demanda, sino también en la oferta. Contrario a este del espacio urbano. Para el autor, la noción de morfolo-
análisis, los estudios de jerarquía privilegian la organi- gía urbana es conveniente si no se reduce a los objetos
zación del espacio, haciendo énfasis en la definición de urbanos y su disposición espacial, sino que retoma la
modelos (p. 60). La más ambiciosa de estas teorías es acción de la sociedad que construye, interpreta y utiliza
la teoría de los lugares centrales de Walter Christaller. dichos objetos (p. 90). En ese sentido, el plano de la ciu-
Estos modelos han despertado dos críticas centrales: su dad no puede reducirse a sus formas geométricas, pues
validez empírica y sus presupuestos teóricos. diversas etapas de crecimiento conviven en él, y deben
Roncayolo desarrolla una fuerte crítica a la noción considerarse, más que las formas, el sentido que estas
de red urbana, puesto que esta considera la ciudad tienen y las razones —conscientes o no— que las han
como una tabula rasa, desconociendo la siembra urbana inspirado (p. 94).
(los cimientos urbanos que ya están constituidos) y la La relación entre actividades y residencia, así como
interferencia entre estructura urbana y construcciones entre división social y funcional, se encuentran inscri-
políticas (p. 66). La megalópolis, por ejemplo, constitu- tas dentro del marco de la historia urbana. La indus-
ye un modelo que debe estudiarse desde conceptos di- trialización tiene múltiples efectos sobre la división
ferentes a los de red urbana, puesto que su experiencia funcional y social, puesto que define un nuevo tipo de
corroe los conceptos tradicionales de la geografía. espacio urbano: el barrio obrero, además de generar
En este punto, Roncayolo introduce la discusión un nuevo tipo de estratificación social producto de la
acerca de la existencia o no de una cultura urbana, y expansión urbana (p. 113). Múltiples formas de agru-
el autor se pregunta en qué medida el hábitat urbano pamiento se encuentran en el espacio urbano: desde
puede explicar comportamientos. Una de las respues- formas de organización por el trabajo, hasta redes de
tas a este cuestionamiento considera que la ciudad linaje, de clientela, solidaridades religiosas y étnicas,
rompe con modelos culturales anteriores, en una incluido el fenómeno del gueto1. Frecuentemente, las
polarización lineal y evolutiva. Desde otra perspec- minorías se agrupan en la medida de su cohesión inter-
tiva, no existe una ruptura taxativa entre la cultura na, por lo que se debe distinguir entre exclusión social
rural y la urbana. Para el autor, estas se encuentran y búsqueda de identidad (p. 108).
entremezcladas: la ciudad no elimina las relaciones
primarias sino que las desarrolla través de prácticas 1 Roncayolo ubica el origen del concepto de gueto con relación
o instituciones diferentes y por medio de nuevos lu- a la localización de las comunidades judías durante la Edad
Media. Posteriormente, este concepto es aplicado en Europa
gares de encuentro (p. 76).
y en Estados Unidos con relación a los núcleos étnicos, aso-
La cultura urbana no es homogénea ni borra el ori- ciados a las minorías culturales, donde es “la discriminación
gen económico de los grupos sociales. Está atravesada social la que reconstituye guetos de hecho” (p. 119).

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Las bases más seguras de la división del suelo son vista de los ciudadanos, enmarcándolos en la relación
sentadas por la economía espacial, uno de cuyos re- entre dominación y consentimiento (p. 177).
presentantes es Von Thünen, quien introduce la lo- En el noveno capítulo, Roncayolo introduce la ciu-
calización como creadora del valor del suelo urbano. dad como escenario de la territorialidad. Una de las
Sin embargo, esta teoría no deja de tener críticas, discusiones acerca de la territorialidad gira en torno a
por ubicarse claramente dentro de la perspectiva si esta proviene de la territorialidad animal ejercida por
neoclásica, ignorar la morfología urbana heredada, instinto o es una construcción propiamente humana.
los valores simbólicos atados a los lugares y las mo- Sin embargo, para el autor, las funciones de la territo-
tivaciones diferentes a las económicas que actúan en rialidad tienen un origen social: la identidad que le está
los compradores (p. 123). Desde otras perspectivas se asociada proviene más que de la localización física, de
hace énfasis en el papel de los actores sociales en la la cultura (p. 185). La noción de territorialidad abarca
determinación de la división del suelo. dos contenidos: por un lado, el afecto a lugares preci-
La intervención pública, a través de la imposición sos, y por otro, los principios de organización. En ese
de normas de urbanismo, influye también en la divi- sentido, el sentimiento territorial no se relaciona úni-
sión del suelo. Esta no necesariamente se opone a los camente con el lugar, sino que está relacionado con las
intereses privados ni corrige las tendencias asociadas a instituciones sociales mismas2.
la segregación, son las relaciones sociales las que orien- La ciudad es el centro de organizaciones profun-
tan la organización del espacio urbano (p. 138). damente territoriales como el Estado, y expresa una
En el séptimo capítulo, el autor aborda el doble ca- combinación entre territorialidad y movilidad. El único
rácter político de la ciudad: actúa como una forma de factor de movilidad no es la población, sino que este
organización de las dominaciones, pero a la vez incuba también está presente en la localización de funciones,
las revoluciones. La ciudad asume progresivamente la en las clases sociales y en los demás aspectos de la vida
función de marco territorial del Estado, fijando en ella urbana (p. 209). La movilidad y el arraigo no pueden ser
sus aparatos administrativos (p. 149). La ciudad es tan- apreciados como valores absolutos, son relativos a un
to lugar como objeto de la lucha de clases (p. 158). La Estado social y toman sentido de las relaciones entre
ciudad es para el autor una representación o conjunto individuos y entre grupos. Dependiendo de estas rela-
de representaciones que van a la par de la representa- ciones, las instituciones territoriales pueden ser debili-
ción de la sociedad; sin embargo, no puede decirse que tadas en su arraigo y en su legitimidad. Las crisis de las
la ciudad sea un reflejo mecánico de un sistema de ideas instituciones territoriales no tienen causas exclusiva-
ya construido. El llamado de Roncayolo es, en este sen- mente territoriales, sino que estas se relacionan ante
tido, a no caer ni en el mecanicismo materialista ni en todo con cambios ocurridos en sus relaciones sociales.
el idealista (p. 163). La cuestión urbana se define todavía hoy alrededor
Roncayolo sostiene que el urbanismo surge como de la gran ciudad caracterizada por la extensión de su
respuesta a la preocupación por la justicia social y a las territorio o la acumulación de poblaciones enormes.
necesidades de un principio de organización territorial El autor hace un llamado a considerar el hecho urba-
y de repartición de las unidades familiares al interior no no solo en el primer mundo, sino en el tercer mun-
de la ciudad. El urbanismo como disciplina autónoma do, y a reconocer que los enfoques urbanos existentes
surge de la crítica de la construcción de la ciudad con- se fundan sobre una experiencia cultural particular.
temporánea, pero se separa de la crítica de la sociedad Considerar el hecho urbano del tercer mundo implica
industrial y capitalista, por ser considerado como polí- el encuentro con fenómenos como la construcción es-
ticamente neutro (p. 167). pontánea, los modelos urbanos producto de la herencia
Para el autor, el urbanismo contemporáneo afronta colonial, las desigualdades sociales, la articulación de
nuevos retos relacionados con las prácticas sociales y tradiciones entre lo urbano y lo rural, etc.
el modo de vida, ante los cuales múltiples tendencias Para el autor, la crisis de la teoría y práctica del urba-
han dado repuestas diversas. El funcionalismo y el re- nismo de los años setenta pone en cuestión la esencia
torno de la tradición utopista han sido dos de las más
2 “La territorialidad, antes que expresarse por el afecto a un
notorias. Así mismo, también se le ha intentado dar
lugar particular, es primero relación entre los hombres” (p.
respuesta a los problemas urbanos contemporáneos, a 195), es definida como un conjunto de representaciones y
partir de tendencias que los abordan desde el punto de sentimientos (p. 213).

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misma de lo urbano, y su trabajo es una invitación a geografía que reside en la relación entre hombre y me-
reflexionar sobre este punto. dio ambiente. Para Roncayolo, el estudio de la geografía
Estas reflexiones son desarrolladas por Roncayo- debe recaer en la relación entre los hombres.
lo a lo largo de diez capítulos, de los cuales el primero Así mismo, invita a que no se pierda el contacto con
podría considerarse una introducción y el último una la historia y a que no se olvide el sentido de la comple-
disertación acerca de los retos actuales de los estu- jidad de las relaciones urbanas, perspectiva en la que
dios urbanos. En cada capítulo aborda un aspecto en deja ver claramente su formación como historiador. La
torno al cual se han desarrollado estudios urbanos. Se ciudad, para Roncayolo, nunca es una tabula rasa, sino
trata de un texto que se ocupa fundamentalmente de que esta conserva en su estructura y en su morfología
discusiones teóricas, siempre a la luz de ejemplos his- los rastros de las relaciones sociales de su pasado. El
tóricos tanto pasados como presentes. El contenido es autor, además, hace un llamado a pensar no solo los he-
desarrollado por medio de preguntas que se intentan chos económicos y sociales propios del contexto urba-
resolver en los siguientes apartados, siempre dejando no, sino a considerar las representaciones propias de lo
en punta aquellas que continúan siendo desafíos para urbano, en una clara invitación a considerar la cultura
los estudios sobre la ciudad. Este modo de exposición como objeto de investigación.
resulta especialmente atractivo para el lector. En algu- Esta perspectiva, que procura vincular diversas dis-
nos capítulos se emplean recuadros para la aclaración ciplinas en los estudios urbanos, así como abordarlos
específica de un tema o concepto, lo que proporciona desde las relaciones sociales actuales y pasadas que le
una mejor comprensión. subyacen, constituye uno de los mayores méritos del li-
bro. Pese a que para algunos pueda resultar una verdad
Crítica de a puño, este es un aspecto que no puede olvidarse en
la formulación y desarrollo de las investigaciones de las
La perspectiva de Roncayolo invita a desarrollar diversas disciplinas sobre temas urbanos.
una mirada interdisciplinar de los estudios urbanos así Este es un texto de inmenso valor tanto por la cali-
como una superación de la tendencia a considerar que dad de las preguntas como de las respuestas. Es de fácil
la mirada geográfica de la ciudad debe dirigirse exclusi- lectura para los no doctos en urbanismo y ofrece una
vamente a los objetos urbanos. Es por esta razón que perspectiva crítica de diversos paradigmas de los estu-
el autor es reiterativo del énfasis que se le debe dar a dios urbanos, valorando sus contribuciones sin dejar
las relaciones sociales como base explicativa de la cons- de reconocer sus límites. Por su carácter teórico, brinda
trucción de toda ciudad. Desde esta perspectiva, el es- reflexiones acerca de la ciudad como institución social,
pacio es concebido como el lugar de despliegue de las y, aunque son múltiples las referencias a ciudades en
relaciones sociales. Esta perspectiva es evidente, ade- particular, no se trata de un estudio empírico sobre una
más, en la crítica que desarrolla a la epistemología de la experiencia específica.

Diana Patricia Sánchez García


Universidad Nacional de Colombia, Bogotá
Socióloga, estudiante de la Maestría en Geografía

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