Prof.: Rosario Olivares Alumno: Germán Martínez del Solar Carrera: Pedagogía en filosofía Fecha: 26 de Julio 2020.
Trabajo Final, ¿Qué entendemos por enseñanza de la filosofía?
En el siguiente ensayo, analizaré las diferentes dimensiones de los argumentos de
Alejandro Cerletti y de Olga Grau referentes a lo que entendemos por enseñanza de la filosofía, luego, en contraste a lo anterior, revisaré la alegoría de la caverna de Platón, incorporando la disposición al conocimiento o a la develación de lo desconocido en el ser humano, incluiré, algunos ejemplos de esta reticencia, a lo nuevo o al cambio, que es a lo que la actitud filosófica tiene como desafío. Alejandro Cerletti presenta diferentes puntos de vista o paradigmas con relación a la enseñanza de la filosofía y también su utilidad. Primero, estipula que la filosofía hace referencia a conocer su historia, desarrollar habilidades argumentativas y cognoscitivas, por lo tanto, desarrolla una habilidad frente a la realidad y una nueva mirada sobre el mundo, también, expone un contexto pedagógico, que él denomina como trivial, que se refiera la transmisión de un conocimiento como cualquier otro. Para justificar la enseñanza de la filosofía, Cerletti analiza que el saber filosófico es parte de la experiencia de filosofar o también, la capacidad argumentativa que lo caracteriza y que comparte con otros planes de estudio y ahí se justificaría su enseñanza, ya que es parte fundamental de cualquier conocimiento o proceso de aprendizaje. Al hacer preguntas como: ¿qué es la vida?, ¿qué es la muerte? o ¿qué es la justicia? se obtiene un factor preponderante en quien las dirige, y como logra preguntar a través de una reflexión filosófica, en este caso, la labor del docente tiene un carácter filosófico, un espacio común de creación, cito al autor: " El desafío de todo docente - y muy en especial de quien enseña filosofía - es lograr que en sus clases, más allá de transmitirse información, se produzca un cambio subjetivo. Fundamentalmente de sus alumnos, pero también de el mismo" (Cerletti, 2008). Esto supone una reflexión personal, que de manera de transmisión, a través del ejemplo, el alumno podría incorporar una actividad similar en su reflexión, Sin embargo, aquí se requiere el deseo de filosofar de parte del alumno y esto es un complicado escenario porque transmitir este deseo se vuelve una encrucijada el autor señala aquí: "¿qué sería aquello que podríamos enseñar y eventualmente aprender? Por cierto, supondremos que la si filosofía y el filosofar son mucho más que la apropiación de ciertas habilidades lógico-argumentativas o cognitivas en un campo de objetos determinados. Estas destrezas, que son impensables para el desarrollo de un pensar sistemático, constituyen más una condición para el filosofar que un fin ensimismo. Por lo tanto, la respuesta no se agota en afirmar que la enseñanza filosófica se dirige básicamente a promover y ejercitar aquellas habilidades, aunque -por cierto- constituyan un aspecto sustancial". (Cerletti A., 2008) Con esto, encontramos dos dimensiones de la enseñanza de la filosofía, una dimensión objetiva, la cual refiere la repetición y otra subjetiva, que es la creación. Planteamos la primera como la enseñanza tradicional, que ha descubierto una construcción subjetiva del lado de quien recibe esta enseñanza, nuevamente es en el alumnado donde se construye la filosofía. En este sentido no es menor que jóvenes y adultos presenten baja participación en argumentos o debates políticos, sociales o económicos, así, el proceso de subjetivación que señala Cerletti, no está presente en todos los individuos y la actitud filosófica termina siendo inenseñable para ellos. Podríamos destacar entonces, con mayor razón, la importancia del deseo por saber o mejor dicho, el deseo por el deseo de saber; Asunto que Lyotard, en 1989, en el texto ¿porque desear? señal que: "filosofar es dejarse llevar por el deseo pero recogiéndolo y esta recogida, corre pareja con la palabra" entonces "filosofar obedece plenamente al movimiento del deseo, estar comprendido en el intentar comprenderlo sin salir de su cause". Olga Grau, se refiere a la seducción o al erotismo en el deseo por saber, donde rescata una referencia de este deseo en el libro de Génesis, aquí la seducción proviene de parte de la serpiente, la cual induce a la mujer para buscar el saber prohibido y justamente, este primer saber es la distinción sexual, que se manifiesta en la vergüenza de la desnudez, y esto, tiene relación al deseo de conocer con una connotación erótica. Aristóteles por otro lado señala que todos los hombres por su naturaleza adquieren una inclinación a conocer, un deseo de saber por el uso de sus propios sentidos, como por ejemplo el de la vista, con curiosidad vemos el entorno y vamos comprobando diferentes formas, cada vez más complejas, hasta incluso llegar al deseo del saber metafísico. Olga Grau se inclina por inducirnos en que en el proceso del trabajo docente hay una seducción que se inclina a desarrollar el deseo por la filosofía, mostrando el propio deseo por el conocimiento, haciendo ejemplo de ello, incluyendo también, el nivel de incertidumbre que esto conlleva. Aparece aquí como una apreciación personal, una paradoja histórica, donde nos podemos remontar a los textos de platón. En su libro la República, especialmente en el libro séptimo, Platón nos da un ejemplo de como el ser humano reacciona ante lo desconocido o el nuevo conocimiento, en este caso, como sabemos, desde una caverna atados de pies y manos, personas privadas de libertad, ven sombras en el fondo de la caverna, pensando que esa es la realidad, sin embargo uno de ellos escapa de la caverna y luego de un intrépido recorrido, logra descubrir otro mundo sensible, distinto a lo visto anteriormente, se asombra, pero esta necesidad de investigar el mundo exterior no proviene de un deseo previo, simplemente proviene de una develación accidental de un entorno desconocido, al sentir compasión por su congéneres, decide volver a informarles de lo sucedido y aquí, es donde aparece la siguiente paradoja: El ser humano no reacciona ante el conocimiento nuevo de la misma manera siempre, no está instaurado el deseo por conocer en la gran mayoría de nosotros, sino que hay una reticencia. En la República platón señala: "si tal hombre hubiera tenido que descender para ocupar su antiguo sitio, ¿acaso los ojos no se le llenaría de tinieblas como aquel que súbitamente aparte se parte de la luz del sol? (...) Y si se viese obligado a polemizar con los que continúan siempre encadenados para dar opiniones sobre aquellas sombras que ve confusamente, sus ojos no se le han asentado aún y acostumbrarse a ellas requiere un tiempo no muy corto. ¿Acaso no se expondría al ridículo y no se diría de él que por haberse subido hasta arriba, ha regresado con los ojos estropeados y que no vale siquiera la pena intentar subir? Al que pretendiese desatarlos para marchar hasta las regiones superiores, ¿no lo matarían, si ellos pudiesen echarle mano y destruirlo?", Entonces de este capítulo Platón nos podemos referir a la reticencia del conocimiento nuevo y al terror que esto implica. Hare uso de un ejemplo, imaginémonos que estamos en una habitación en un mundo donde somos el único ser humano que habita, estamos seguros de eso, sin embargo, alguien o algo golpea la puerta, el deseo por conocer se ve cuestionado, el terror por lo nuevo o lo indefinido nos deja inanimados, y esto ocurre por la incertidumbre en el conocimiento. La filósofa feminista Judith Butler cuestiona este deseo, ya que señala que es una cuestión política, aparte de filosófica y políticamente es importante que la gente se pregunte que es posible, y que crean en la posibilidad, esto nos hace pensar fuera de una norma o una provisión y esto, está relacionado con que el deseo puede ser creado o producido en determinado momento y en la medida en que lo creo lo descubro, en su particularidad, entonces, hay una de predisposición a incorporar lo nuevo en mí, qué debe trascender y determina en especial, lo incierto. A modo de conclusión, esto es la enseñanza de la filosofía, poder ver y definir estas paradojas, además de entender los objetos deseados de otros filósofos, generando curiosidad y entusiasmo por el nuevo conocimiento, teniendo en cuenta el temor, al cual podamos ser sometidos en la actividad filosófica.