Está en la página 1de 22

Hacia un modelo de educación

para el emprendimiento:
una mirada desde la teoría
social cognitiva*
Fabián Fernando Osorio Tinoco**
Fernando Pereira Laverde***

*
Este artículo hace parte del proyecto de Investigación Estudio sobre los factores que inciden en el desarrollo y la ac-
ción emprendedora de estudiantes de pregrado del énfasis en creación de empresa PUJ Cali, del grupo de Investigación
Emprendimiento y su Impacto en el Desarrollo Regional, de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali. El artículo se
recibió el 09-12-10 y se aprobó el 03-11-11.
**
Magister en Administración, Universidad del Valle, Cali, Colombia, 2010, Especialista en Finanzas, Universidad del
Valle, Cali, Colombia, 2007. Ingeniero Industrial, Universidad del Valle, Cali, Colombia, 1994. Profesor en el área de
Emprendimiento de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Pontificia Universidad Javeriana de
Cali, Colombia. Correo electrónico: fosorio@javerianacali.edu.co.
***
Candidato a Doctor en Administración, Ecoles des Hautes Etudes Commerciales, Canadá; Magister en Administra-
ción, Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia, 1989. Profesor Asociado de la Facultad de Ciencias Económicas y
Administrativas de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali, Colombia. Correo electrónico: fpereira@javerianacali.
edu.co.

Cuad. admon.ser.organ. Bogotá (Colombia), 24 (43): 13-33, julio-diciembre de 2011 13


Fabián Fernando Osorio Tinoco, Fernando Pereira Laverde

Resumen
Hacia un modelo de Para estimar el potencial de la educación para el emprendimiento es preciso
buscar una perspectiva diferente, que genere en los individuos las capacida-
educación para el des necesarias para tomar decisiones en acciones emprendedoras. Desde
emprendimiento: una este punto de vista, los autores discuten las variables que incidirían de mane-
mirada desde la teoría ra significativa en una alternativa sistémica y holística como la que proponen.
Encuentran en la teoría social cognitiva el marco teórico pertinente para su
social cognitiva búsqueda, examinan los aportes y limitaciones de los enfoques actuales para
delimitar, configurar y construir válidamente el dominio del emprendimiento.

Palabras clave:
Educación, emprendimiento, teoría sociocognitiva, emprendedor.
Clasificación JEL: I25, L26.

Abstract
Towards a model In order to estimate the potential of education for entrepreneurship, a fresh ap-
proach is needed which will generate the capacities required by the individual
of education for to take decisions in entrepreneurial actions. From this point of view, the authors
entrepreneurship from the discuss the variables which will have a significant effect on a system and holistic
standpoint of cognitive alternative such as that which they propose. They find that the cognitive social
theory provides them with a relevant theoretical framework for their search; they
social theory examine the contributions and limitations of approaches made so far and tackle
the problem of establishing valid limits, configurations and constructions of the
domain of entrepreneurship.

Keywords:
Education, entrepreneurship, cognitive social theory, entrepreneur.
JEL Classification: I25, L26.

Resumo
Rumo a um modelo Para estimar o potencial da educação para o empreendimento é necessário
procurar uma perspectiva diferente, que gere nos indivíduos as capacidades
de educação para o necessárias para a tomada de decisões em uma ação empreendedora. Desde
empreendimento: um este ponto de vista, os autores discutem as variáveis que incidiriam de maneira
olhar desde a teoría social significativa em uma alternativa sistêmica e holística como a que propõem. En-
contram na teoría social cognitiva o escopo teórico pertinente para sua busca,
cognitiva examinam as contribuições e limitações existentes nos atuais enfoques, para
abordar o problema de delimitar, configurar e construir validamente o domínio
do empreendimento.

Palavras chave:
Educação, empreendimento, teoría sociocognitiva, empreendedor.
Classificação JEL: I25, L26.

14 Cuad. admon.ser.organ. Bogotá (Colombia), 24 (43): 13-33, julio-diciembre de 2011


Hacia un modelo de educación para el emprendimiento: una mirada desde la teoría social cognitiva

Introducción De acuerdo con el Reporte Global Especial


sobre educación en (adelante gem, por sus
La economía del conocimiento –caracteriza- siglas en inglés), el más importante estudio
da por la ambigüedad y la incertidumbre–, empírico mundial sobre emprendimiento, la
la globalización, la generación de nuevos educación primaria y secundaria es todavía
saberes y la abundancia de la información muy precaria, y en la educación superior se
requieren individuos emprendedores (Ju- debe atender esta deficiencia (Coduras et al.,
lien, 2005). Y demandan de las instituciones 2010). Esta precariedad también se observa
educativas una contribución creativa a los en Colombia1, donde los expertos nacionales
conocimientos que se imparten como educa- dieron una muy baja calificación al compo-
ción para el emprendimiento, en un entorno nente de educación primaria y secundaria:
de oportunidades y de riesgos. Esto plantea 2,03 sobre 5 (Gómez et al., 2011, p. 87); que
la pregunta por los tipos de educación y los contrasta con la mejor calificación de la ense-
enfoques que funcionan mejor en la forma- ñanza en universidades y otras instituciones
ción de emprendedores. de educación superior: 3,11 sobre 5 (ibid.).

Un reciente Informe de la Comisión Europea El Reporte sobre educación también encuen-


(2009) sugirió que la educación empresarial tra una mayor proporción de capacitación vo-
debía promover la creatividad, la innovación luntaria frente a la obligatoria (Coduras et al.,
y el trabajo por cuenta propia. 2010), con el agravante de que no existe una
relación directa entre capacitación voluntaria
El espíritu emprendedor y la educación no y mayor actividad emprendedora temprana.
deben limitarse al desarrollo de habilidades Esto muestra la falta que aún hace falta in-
para crear y gestionar nuevas empresas, co- cluir la educación para el emprendimiento en
mo se mostrará más adelante, sino que se los currículos de educación superior.
puede y se debe influir en la motivación in-
dividual necesaria para luchar por algo que, En Colombia y en otros países latinoame-
de otro modo, podría parecer imposible o ricanos se vienen presentando altos niveles
demasiado arriesgado. de actividad emprendedora (Gómez et al.,
2011). Pero, de acuerdo con el Reporte cita-
En resumen, se puede promover una acti- do, no se percibe una ganancia con respecto
tud positiva hacia la iniciación de negocios, a los efectos de la formación2.
pero esto no es suficiente. Solo mediante el
desarrollo de competencias en el proceso de
1
A partir del 2006, el equipo GEM Colombia realiza
formación el individuo puede hacer efectiva anualmente el estudio empírico de la acción empren-
dedora; los autores son miembros de este equipo.
la decisión de llevar a cabo acciones empren-

2
Un aumento de la probabilidad de que un grupo de in-
dedoras. Es entonces necesario mejorar la dividuos de ciertas características demográficas tengan
educación formal, no acerca del emprendi- una orientación empresarial si han recibido formación
empresarial obligatoria en comparación con un grupo
miento sino para el emprendimiento. de individuos de idénticas características demográficas
que no ha recibido esa formación (GEM, 2009).

Cuad. admon.ser.organ. Bogotá (Colombia), 24 (43): 13-33, julio-diciembre de 2011 15


Fabián Fernando Osorio Tinoco, Fernando Pereira Laverde

El propósito fundamental del presente artícu- diferentes perspectivas: la del actor princi-
lo es reflexionar acerca de las necesidades de pal (emprendedor), el entorno, el acto gene-
la educación en emprendimiento, examinar rador (creación de nuevas organizaciones) y
las variables que inciden en una educación la problemática de la pequeña empresa. Una
sistémica y holística, y mostrar que la teoría apreciación general en que concuerdan los
social cognitiva ofrece un marco teórico per- autores es el estado pre-teórico (Déry y Tou-
tinente para tales propósitos. En la primera louse, 1994), su etapa de adolescencia (Gré-
parte se aborda la configuración y construc- goire, Déry, y Béchard, 2001), su limitado
ción del dominio del emprendimiento desde progreso para consolidarse como campo de
la perspectiva del individuo, para entender al conocimiento (Romano y Ratnatunga, 1996;
emprendedor en forma holística y sistémica. Busenitz et al., 2003).
En la segunda parte se revisa el estado actual
de la educación en emprendimiento y sus di- De origen francés, el término entreprendre
ferentes perspectivas. En la tercera parte se pasó al inglés como entrepreneurship, y tra-
describen las variables que deben tenerse en ducido al español ha originado los términos
cuenta para formar individuos emprendedo- emprendimiento, emprendedurismo, empre-
res y los aspectos de la teoría social cognitiva sarismo, espíritu emprendedor y espíritu em-
que permiten identificar los mecanismos a presarial, entre otros; que revelan el proceso
través de los cuales deciden acometer accio- de construcción del concepto4.
nes emprendedoras. Finalmente, se muestra
la necesidad de reflexionar sobre una nueva Kilby (1971) señala que antes de pensar que
mentalidad para pensar la educación para el la diversidad de escuelas del pensamiento
emprendimiento, sus contenidos y sus me- emprendedor es una fuente de confusión se
todologías. debe reconocer que cada una aporta una com-
prensión adicional desde su propia disciplina.
El emprendedor y su dimensión Esta postura previene contra la tendencia a
formular definiciones centradas en el indivi-
Se han adoptado diversas miradas para ex- duo5, que pueden limitar su comprensión a
plicar y modelar el fenómeno del empren- casos aislados y no interdependientes, ten-
dimiento (entrepreneurship)3. Las ciencias
económicas tienen una visión funcional, qué 4
También indican la necesidad de aclarar el concep-
hacer; las ciencias humanas se centran en el to, pues como ya se mencionó las diversas miradas
sujeto, les interesa quién y por qué; y las cien- adoptan su propia óptica a la hora de contribuir a su
cias de la gestión se aplican al proceso, cómo. comprensión. Esto no implica que sean erradas sino
que cada una aporta una explicación.
5
Hacemos énfasis en el individuo dado el propósito
La investigación sobre emprendimiento se del artículo. Pero aclaramos, que no por eso consi-
ha multiplicado en los últimos años, desde deramos que el individuo sea el objeto de estudio del
emprendimiento. Aquí reconocemos que el individuo
es emprendedor, en una concepción más amplia que

3
Para una discusión de la traducción del concepto de la centrada en el resultado de una de sus acciones, co-
entrepreneurship, ver la primera parte del trabajo de mo la creación de empresas. Sobre esta discusión, ver
Pereira (2007) publicado en esta revista. Pereira (2007).

16 Cuad. admon.ser.organ. Bogotá (Colombia), 24 (43): 13-33, julio-diciembre de 2011


Hacia un modelo de educación para el emprendimiento: una mirada desde la teoría social cognitiva

dencia que dificulta la búsqueda de un dis- atribuyendo a este último la capacidad de


curso pedagógico específico, adecuado para superintendencia y administración, dada la
desarrollar las facultades intelectuales y acti- posibilidad que tiene de reunir y combinar
tudinales propias del individuo emprendedor. los medios de producción para construir un
ente productivo.
Para el futuro desarrollo del campo es nece-
sario incluir la dimensión temporal y social Entre los economistas neoclásicos, se destaca
en los estudios sobre el emprendimiento. Es Frank Knight (1885-1972), para quien el em-
equivocado asumir que el entorno no incide prendedor es el único factor productivo: “El
en el desarrollo del emprendedor6. productor asume la responsabilidad de pro-
nosticar las necesidades del consumidor…
Para abordar al actor central, el emprendedor, y al mismo tiempo una gran parte de la di-
es necesario revisar los aportes teóricos, sin rección y la regulación técnica están todavía
olvidar la recomendación de Kilby. concentrados también en una clase limitada
de productores y nos encontramos con un
En el pensamiento económico clásico Ri- nuevo funcionario económico, el empresa-
chard Cantillon (1680-1734), economista rio” (Knight, 1947)7.
francés, fue el primero en usar el término
entrepreneur para identificar a un individuo Joseph Schumpeter hizo un gran aporte al
distinto del agente típico del mercado, que concepto de emprendedor, aclarando su papel
recibe salarios o rentas contractuales, llama- en los procesos de inversión e innovación y
do contratado. diferenciándolo del administrador, La ver-
dadera función de un emprendedor es la de
Este agente económico es un productor, tomar iniciativas, de crear (Liouville, 2002).
que emprende activamente y con iniciati- En este sentido, un emprendedor es aquel que
va, asumiendo riesgos, en condiciones de actúa sobre la motivación de otros para poner
incertidumbre y que busca ganancias varia- en práctica nuevas combinaciones, bien sea
bles e inciertas. Esta concepción asocia al en la producción y uso de nuevos productos,
emprendedor con el manejo de recursos y el en la introducción de nuevos métodos de pro-
riesgo. En el periodo clásico, Jean Baptiste ducción o de nuevas formas de organización
Say (1767-1832) hizo un gran aporte, cuando de la industria, en la conquista de nuevos
planteó que el emprendedor es un trabajador mercados o en el acceso a nuevas fuentes de
superior, y puso de manifiesto una diferencia aprovisionamiento.
radical entre el capitalista y el emprendedor,


6
El reconocimiento social del emprendedor en una cul-
7
El planteamiento de este autor se basa en el manejo de
tura (Braudel, 1985), su discriminación social (Hagen, la incertidumbre, el emprendedor transforma una si-
1962) y la transmisión de los valores y la necesidad de tuación de incertidumbre en una situación de riesgo, es
logro a través de las historias infantiles (McClelland, decir, modifica situaciones inciertas en posibilidades
1976) son ejemplos que recuerdan que no es posible de ocurrencia medibles y objetivas. Para una discusión
desconocer la dimensión del contexto. más detallada, ver Pereira (2007).

Cuad. admon.ser.organ. Bogotá (Colombia), 24 (43): 13-33, julio-diciembre de 2011 17


Fabián Fernando Osorio Tinoco, Fernando Pereira Laverde

Hay también investigaciones y contribucio- desde el concepto de oportunidad, ni desde


nes al estudio del emprendimiento que se las características del emprendedor o de su
enfocan en la personalidad del emprendedor capacidad para organizar efectivamente8.
y en sus características de comportamiento, Una alta permeabilidad del campo del entre-
que lo conciben como un tomador de riesgos preneurship a otros campos de conocimiento,
(Say, 1852; Knight, 1921; Kirby, 2004.), co- que habla del nivel de desarrollo alcanzado
mo un individuo con alto nivel de orientación y abre la puerta a la “fragmentación acumu-
al logro (McClelland, 1961; Kirby, 2004; lada” de conocimientos (Harrison y Leitch,
Timmons y Spinelli, 2007), con competencia 1996) al hacer posible la aplicación de mo-
para trabajar en equipo (Sarasvathy, 2001) y delos y conceptos unidisciplinares a proble-
con niveles elevados de cambio y actividad, mas emprendedores. Estas aproximaciones
es decir, con una creatividad mayor de la monodisciplinarias, que son las semillas para
convencional, que le permite ser flexible y construir un nuevo campo de conocimien-
capaz de adaptarse (Sternberg, 1999; Kirby, to (Bygrave, 1989), deben ser elaboradas y
2004; Gibb, 2005). transformadas en aproximaciones multidis-
ciplinarias y en concepciones más amplias
Por último se debe mencionar la mirada de del objeto de estudio.
las ciencias de la gestión, cuyos estudios cu-
bren el análisis de las funciones y los proce- El objeto de estudio debe ir más allá de la
sos de la estrategia y la gestión. El proceso dimensión propia de la disciplina (p. ej., el
empresarial es, tal vez, la unidad de análisis problema de los recursos en el caso de la
que allí se distingue claramente. En esta mi- economía), a una concepción más amplia
rada, el proceso empresarial es el conjunto de que recoja las relaciones entre los elementos
eventos interrelacionados entre los individuos “monodisciplinarios”. Es decir que supere la
emprendedores y el entorno, proceso que da limitación de la parábola de Kipling, de los
origen y desarrolla nuevas organizaciones. ciegos que describían un elefante tocando
una pata o la cola y no podían construir una
Para identificar los elementos centrales, imagen sintética.
Shane y Venkataraman (2000) afirman que
las oportunidades existen con independen- El estudio del espíritu emprendedor se halla
cia de las personas o emprendedores. Esta en una etapa pre-teórica por falta de un mo-
idea deja ver una concepción estructuralista. delo teórico aceptado que ofrezca una com-
Pero Busenitz et al. (2003) afirman que esta prensión cabal, que incluya sus elementos
oportunidad no da frutos sin la percepción,
las perspectivas e interpretaciones de los
8
Es más bien la intersección de estos elementos. Es-
emprendedores y sin la capacidad de orga- ta comprensión abre la puerta a un nuevo campo de
conocimiento que estudia las relaciones entre estos
nizar y mantener una organización para ex- tres elementos centrales. El estudio unidimensional
plotar esta oportunidad. Es posible afirmar, de uno de ellos solo da resultados informativos pero
entonces, que esta concepción sugiere que el no contribuye a una comprensión cabal. Aceptar esta
afirmación implica reconocer la naturaleza compleja
entrepreneurship no se puede entender solo del problema.

18 Cuad. admon.ser.organ. Bogotá (Colombia), 24 (43): 13-33, julio-diciembre de 2011


Hacia un modelo de educación para el emprendimiento: una mirada desde la teoría social cognitiva

centrales y las relaciones entre ellos. La com- mos que impulsen o frenen su conversión
prensión derivada de un modelo integrador en emprendedor. Por tanto la formación del
será superior a la que brindan los modelos emprendedor debe apuntar en esa dirección.
monodisciplinares externos que centran su
explicación en un solo elemento. Es nece- Educación en emprendimiento
sario integrar las dimensiones sociales y de
contextualización temporal para enriquecer Los individuos enfrentan cambios en la ca-
el poder explicativo de los nuevos modelos rrera tradicional, que les permite establecerse
del espíritu emprendedor. como autores de sus vidas económicas, pero
también de su independencia, autonomía y
En el contexto económico volátil actual, logros9, y se debaten entre aprender a decidir
propio de la economía del conocimiento, el y salir adelante en el camino empresarial o
emprendedor enfrenta varias exigencias: no permanecer en una carrera profesional, acaso
solo descubrir las oportunidades, adquirir los más difusa e incierta.
rasgos personales y la capacidad de organi-
zar eficientemente, sino una confluencia de Es necesario que la universidad, como agente
elementos igualmente complejos, asociados formador y transformador, ayude a los indi-
a la decisión de actuar como promotor de viduos a participar de un proceso de “acción
desarrollo, a través del diseño de estrategias emprendedora”, reconociendo sus intencio-
que le permitan anticiparse a los cambios y nes, pensamientos, expectativas y creencias
condiciones del mercado, en constante inno- personales, así como las limitaciones de su
vación para reducir la ambigüedad y la in- entorno.
certidumbre (Julien, 2005). El cumplimiento
de estos requisitos depende de su capacidad Algunos estudios sobre la influencia de la
para enfrentar, en el proceso de decisión, la educación y la formación de habilidades y
posible divergencia de sus propios esquemas, actitudes muestran que existe una relación
sus preconceptos éticos y axiológicos, y las positiva entre el espíritu empresarial y la
características de su equipo: motivación, percepción de la viabilidad de iniciar un ne-
conocimientos, habilidades y actitudes. En gocio, por ejemplo como los de la educación
suma, en el proceso de emprendimiento, el post-secundaria en Irlanda del Norte (Hegar-
emprendedor pone en juego gran parte de su
historia (Osorio et al., 2010).
9
Los individuos enfrentan empleos inciertos y la pérdi-
da de significado que ocurre cuando la vida laboral ya
no tiene una forma discernible; la tercerización de la
Se habla entonces de un individuo que en- fuerza laboral, que reemplaza a los empleados tradi-
frenta la opción de ser emprendedor cuando cionales por proveedores de servicios menos costosos
se dan situaciones que construye de manera y más flexibles; una sociedad y una economía donde
el conocimiento y la creatividad son imprescindibles
permanente y le permiten aprender, dadas para asumir los procesos de globalización; la rapidez
sus capacidades, las expectativas de resulta- de renovación y descubrimiento del conocimiento, que
dos, la intencionalidad y los objetivos que se genera obsolescencia de conocimientos; y la necesi-
dad de buscar estabilidad, de entender la complejidad
propone, así como factores distantes y próxi- y reducir la incertidumbre.

Cuad. admon.ser.organ. Bogotá (Colombia), 24 (43): 13-33, julio-diciembre de 2011 19


Fabián Fernando Osorio Tinoco, Fernando Pereira Laverde

ty, 2006), de los estudiantes universitarios en 3. Programas que se enfocan en la super-


Inglaterra (Souitaris et al., 2007) y Alemania vivencia y el crecimiento de la pequeña
(Walter y Dohse, 2009), y de alumnos de empresa.
secundaria en Australia (Peterman y Kenne-
dy, 2003). Pese a estos resultados, no es del En estos programas es claro el énfasis en la
todo claro si, en términos del conocimiento, enseñanza acerca del emprendimiento y la
experimentan mejoras en la actitud hacia el gestión de pequeños negocios. Ahora bien,
espíritu emprendedor, en sus intenciones e con respecto a su calidad y eficiencia existen
incluso en la acción emprendedora. investigaciones que muestran un desequili-
brio en sus contribuciones, pues su desarrollo
Otros estudios indican una disminución en obedece al punto de vista de los educadores,
estos aspectos después de haber pasado por que buscan y definen conocimientos en un
programas de formación empresarial; por todo coherente, pero que es afectado por la
ejemplo, en una escuela holandesa (Oos- experiencia de los que imparten el curso (Be-
terbeek et al., 2010) y en una universidad chard y Toulouse, 1998). Además, se encuen-
alemana (Weber et al., 2009)10. Es frecuente tran contenidos desarrollados desde el punto
encontrar programas de emprendimiento que de vista de los diseñadores, que, según Inter-
refieren básicamente a tres aspectos (Kirby, man (1992) y Johannissom (1991), citados
2004): por Bechard y Toulouse (1998), se centran
en el desarrollo empresarial y las habilidades
1. Programas orientados al emprendimiento empresariales; y contenidos planteados desde
que informan acerca de este y fomentan el punto de vista de los evaluadores, que se
una actitud positiva hacia el emprendi- concentran en su contribución a la calidad y
miento como carrera. la eficacia (Bechard y Toulouse, 1998). Tam-
bién existen programas donde la educación
2. Programas de creación de nuevas empre- para el emprendimiento apunta a la tipología
sas, diseñados para desarrollar competen- propuesta por Interman, unap e ilo (Bechard
cias que conducen al autoempleo, auto- y Toulouse, 1998).
suficiencia económica o la generación de
empleo, y Bechard y Toulouse (1998) establecen tres
niveles de enseñanza del emprendimiento;
el nivel praxiológico, que combina los co-
nocimientos prácticos que establecen las
normas y los límites del comportamiento
En nuestra opinión, estas situaciones obedecen a que la
10
en situaciones de gestión y desarrollo del
formación y la educación son parte integral del proce-
so de aprendizaje que construye al individuo empren-
emprendimiento (Vesper, 1985; Drucker,
dedor. La educación formal no es el único medio de 1985). El nivel disciplinar, que comprende
aprendizaje para acometer acciones emprendedoras, el conocimiento teórico y empírico de una o
solo es una parte del proceso de aprendizaje. Por tanto,
no basta educar acerca del emprendimiento, se debe varias ciencias y que se propone entender o
educar para el emprendimiento (Kirby, 2004). predecir el ámbito del espíritu emprendedor

20 Cuad. admon.ser.organ. Bogotá (Colombia), 24 (43): 13-33, julio-diciembre de 2011


Hacia un modelo de educación para el emprendimiento: una mirada desde la teoría social cognitiva

Cuadro 1 De acuerdo con la revisión de Gorman et al.


Tipología de programas de desarrollo del (1997), los componentes de la estructura edu-
espíritu empresarial cativa se centran en los atributos y capacida-
Tipos de programa Definiciones des, en las tareas, en la experiencia concreta
obtenida en proyectos o similares, y en con-
Programas de información ge-
Sensibilización tenidos dirigidos a la etapa de desarrollo del
neral sobre emprendimiento y
del espíritu
reflexión sobre la carrera de em- emprendimiento, haciendo especial énfasis
emprendedor
prender.
en la integración funcional.
Capacitación técnica, humana
Creación de y en habilidades directivas para
empresa la generación de ingresos, crear A pesar del aparente consenso sobre la di-
un negocio o puestos de trabajo. rección de la educación en este campo, falta
Programas hechos a la medida un enfoque sistémico del individuo que se
Desarrollo para responder a las necesida- desea educar. A diferencia de los resultados
de empresas des específicas de los propieta-
pequeñas rios/gerentes que no pueden per- de Dainow (1986), parece que ha habido un
mitirse pagar los especialistas. marcado aumento en la investigación empí-
Programas orientados a desa- rica, especialmente en las áreas del proceso
rrollar entrenadores en habili- y la estructura educativa. Además, hay una
Formación de
dades educativas, de consulta
formadores tendencia al crecimiento de los cursos y pro-
y seguimiento de las pequeñas
empresas. gramas de emprendimiento, aunque muy po-
Fuente: Bechard y Toulouse (1998). ca coherencia en el enfoque. También existe
evidencia de que muchos cursos crean con-
siguiendo una metodología científica riguro- ciencia sobre el espíritu emprendedor como
sa. Este nivel incluye las teorías económicas, opción profesional, y que fomentan actitudes
las psicológicas, las de organización y las favorables.
culturales (Bechard y Toulouse, 1998). Y el
nivel epistemológico, un grupo de conoci- Se acepta ampliamente que el espíritu em-
mientos meta-teóricos que combina aportes presarial se puede desarrollar, siempre que
disciplinarios con el fin de definir, modelar, se cree el ambiente (Gibb, 2000). Pero se
clasificar y evaluar el ámbito del emprendi- reconoce cada vez más que el progreso, el
miento en su conjunto (ibid.). desarrollo y la construcción de conceptos co-
herentes de iniciativa emprendedora han sido
En cuanto a los objetivos específicos de los lentos, a pesar del enorme crecimiento de la
programas, se hace referencia a los conteni- literatura académica en las últimas décadas.
dos; en particular, a las habilidades y situa- De acuerdo con Gibb (2005) esta situación
ciones propias del emprendedor, de la orga- obedece a la imposibilidad de integrar plena-
nización y del entorno11. mente las ciencias sociales tradicionales y las

Se pueden distinguir tres tipos de educación: del es-


11
tradicionales. Este tema impregna la literatura, pero se
píritu emprendedor, empresarial y para la gestión de refleja especialmente en artículos sobre estrategias de
pequeñas empresas, que diferencian a los enfoques enseñanza y planes de estudio (Gorman et al., 1997).

Cuad. admon.ser.organ. Bogotá (Colombia), 24 (43): 13-33, julio-diciembre de 2011 21


Fabián Fernando Osorio Tinoco, Fernando Pereira Laverde

miradas disciplinares del emprendimiento; y expectativas y creencias del individuo em-


a que las escuelas de negocios han capturado prendedor, y la conexión con los mercados,
el fenómeno y han tratado de enfrentarlo de donde encuentra recursos o falta de ellos; y
manera convencional. La presión ha sido, por donde la acción emprendedora logra multi-
lo tanto, para que el espíritu emprendedor le plicación y dinamismo; el entorno recibe a
añada valor a la gestión mediante nuevos pa- cambio, su accionar.
radigmas. Y, por último, por la forma en que
la academia ha reunido los conocimientos La educación tradicional en emprendimien-
en esta área12. to centra su esfuerzo en estos dos últimos
aspectos. Por un lado, da herramientas y ha-
En este acápite se han mencionado elementos bilidades a los estudiantes para identificar
claves que se deben considerar a la hora de mercados, oportunidades y recursos; por otra,
pensar en una mejor educación del individuo enseña la gestión de las nuevas empresas. Pe-
emprendedor13. ro no hay una formación adecuada sobre los
aspectos próximos y distantes que influyen
Hacia un modelo de educación para en los pensamientos, expectativas y creencias
el emprendimiento del individuo. Esto se evidencia en la evalua-
ción de la educación de emprendimiento a
Para ilustrar el planteamiento se elaboró un nivel mundial realizada por Interman, unap
poliedro que sintetiza el enfoque, identifica e ilo: “Los programas de desarrollo del em-
las variables en las que se basa el análisis y prendimiento son una colección de enseñan-
su interdependencia. El poliedro tiene tres zas de carácter oficial que informa, capacita
caras triangulares; la cara frontal representa y educa a cualquier interesado en participar
la relación del individuo emprendedor con el en el desarrollo socioeconómico a través de
entorno y su acción emprendedora. El entor- un proyecto que promueva (1) conocimiento
no consiste en todos los aspectos próximos y del espíritu emprendedor, (2) la creación de
distantes que influyen en los pensamientos, empresas, (3) desarrollo de pequeñas em-
presas o (4) la formación de formadores”.
Se observa que en la relación entre el entor-
La educación para el emprendimiento debe orientar
12
no y el individuo emprendedor, el entorno
al estudiante a acometer acciones emprendedoras y a
reconocerse como un actor social que influye y es in- se concibe como el espacio de mercados,
fluido por su entorno. Esto significa que la educación oportunidades y recursos, y no como el es-
como elemento complementario del aprendizaje, debe
cenario donde se forman los pensamientos,
dirigirlo a observar una conducta, a través de mecanis-
mos sociales y cognitivos, para el emprendimiento. expectativas y creencias de los individuos.
En primer lugar que el abordaje del espíritu emprende-
13 Según Gibb (2005) esta visión de la educa-
dor es mucho más holístico y, que no se limita a apoyar ción en emprendimiento es producto de la
el objetivo político de fortalecer el papel de la edu-
cación superior en el desarrollo económico y social. tendencia convencional de las escuelas de
Y segundo, que entender al individuo emprendedor negocios a enmarcar la educación en los pa-
como se muestra en la primera parte puede facilitar el radigmas administrativos conocidos. Por su
cambio de la actual forma de educación emprendedora
universitaria. parte, la teoría económica tradicional restrin-

22 Cuad. admon.ser.organ. Bogotá (Colombia), 24 (43): 13-33, julio-diciembre de 2011


Hacia un modelo de educación para el emprendimiento: una mirada desde la teoría social cognitiva

Gráfica 1
Modelo de educación para el emprendimiento

Acción emprendedora

Educación para el
Formación emprendimiento Entorno

Emprendedor

Fuente: elaboración propia de los autores.

ge la relación entorno-individuo-acción em- entorno no se limita a los aspectos anteriores,


prendedora a que el emprendedor potencial sino que debe considerar las influencias po-
solo se exprese cuando la demanda aumen- sitivas o negativas del entorno que afectan
ta, debido al comportamiento racional más su acción14.
o menos previsible ante la información de
precios. La cara triangular de la derecha conecta la
acción emprendedora con la formación y
Julien (2005) dice que el modelo pone de el entorno. Esta interacción es sumamente
manifiesto la necesidad de que el entorno fa- importante. La formación es un proceso de
vorezca las actitudes y aptitudes favorables a transformación permanente de la acción em-
la creación de valor y la innovación influyen- prendedora y de valoración de las perspecti-
do en los pensamientos y expectativas de los vas del entorno y de los límites de la acción
individuos, lo que es propio de una cultura emprendedora, es un saber reflexivo que da
emprendedora.

Por tanto, en la educación para el emprendi- La educación para el emprendimiento debe ser más
14

holística, y no limitarse a apoyar el objetivo político


miento se debe entender que la relación en- de fortalecer el papel de la educación en el desarrollo
tre el individuo, la acción emprendedora y el económico y social.

Cuad. admon.ser.organ. Bogotá (Colombia), 24 (43): 13-33, julio-diciembre de 2011 23


Fabián Fernando Osorio Tinoco, Fernando Pereira Laverde

conocimiento de lo esencial, de lo importante, La tercera cara hace la conexión entre el indi-


y orienta y contribuye a construir el entorno. viduo emprendedor, la formación y su acción
emprendedora. La formación del individuo
En este aspecto, es necesario que la educa- emprendedor es un proceso subjetivo más
ción sea multidisciplinaria y sistémica. La amplio que el aprendizaje de una profesión
acción emprendedora cambia el entorno y se o el aprendizaje de técnicas (Vargas, 2010).
transforma a sí misma, lo que Julien (2005) Según Scheler (1947), tiene que ver con la
llama una organización que aprende bajo constitución del ser humano, es una categoría
influencia del entorno. Es clave incorporar del ser y no del saber y el vivir. Es un proceso
este aspecto en la educación, pues se nece- cuyo fin y cuyas consecuencias no son solo
sitan emprendedores capaces de innovar y desconocidos, sino imprevisibles, y tiene que
crear valor, aunque no esté claro a la hora ver con las formas cognitivas personales, la
de educarlos. conducta, el entorno y su interrelación, que
al final fortalece a la persona. Por eso, el in-
Esta parte del modelo se fundamenta en la dividuo formado tiene carácter, porque “sabe
relación dialógica entre la importancia del lo que quiere” y distingue lo relevante de lo
cambio del individuo y su acción, y la impor- superfluo (Vargas, 2010). Con esta mirada
tancia del nuevo valor creado en el entorno amplia el emprendedor logra una visión de
(Bruyat y Julien, 2001). En entornos hostiles mayor alcance que las prácticas especializa-
o con fuertes barreras de entrada es de mucha das del oficio, aunque no desarticuladas del
importancia la innovación, pero esta no podrá saber profesional. En esta perspectiva, la ac-
enfrentar el entorno sin el cambio de los indi- ción emprendedora es la capacidad para con-
viduos. Cuando se da mucha importancia a la frontar y experimentar lo extraño. La acción
innovación y al cambio de los individuos, se emprendedora exige abandonar una posición
da origen a empresas gacelas y empresarios de instalamiento, pues quien se embarca en
de aventura, caracterizados por la innovación ella pone en juego toda su existencia perso-
importante y creadora (ibid.). nal, y en ese cambio de trayectoria combina
nuevas ideas, que se materializan y se acep-
La educación actual no contempla esta rela- tan en la sociedad, y son socialmente respon-
ción que pone de manifiesto el modelo, en sables.
particular, la importancia de desarrollar la
capacidad de cambio y la comprensión de La formación fortalece a la persona, amplía
los entornos hostiles15. su visión y da margen al fracaso y a la con-
tingencia. La educación actual se limita, en
el mejor de los casos, a desarrollar compe-
En la mayoría de los casos, para educar en el empren-
15
tencias emprendedoras, que ayudan a la auto-
dimiento se muestran los éxitos de los emprendedores,
sin mostrar las fallas, barreras, dificultades y errores percepción, a que el individuo se crea capaz
individuales. Por ello consideramos que falta un enfo-
que sistémico del individuo por educar; muchos de los
cursos apenas crean conciencia y fomentan actitudes profesional, pero no hacia la decisión y las implicacio-
favorables hacia el espíritu emprendedor como opción nes de acometer acciones emprendedoras.

24 Cuad. admon.ser.organ. Bogotá (Colombia), 24 (43): 13-33, julio-diciembre de 2011


Hacia un modelo de educación para el emprendimiento: una mirada desde la teoría social cognitiva

de acometer acciones emprendedoras; pero contempla las variables del modelo que pro-
esto no es suficiente pues su proceso de de- ponemos16.
cisión no es tan simple ni se limita a sus ca-
pacidades, también incluye sus barreras, sus Mecanismos sociocognitivos
intenciones, sus expectativas, los objetivos
y la autoeficacia. Bandura (1986) analiza las influencias entre
las personas, su comportamiento y el medio
La educación en emprendimiento se basa en ambiente con un modelo tríadico de interac-
los intereses de los docentes, las institucio- ción y determinismo reciproco. En primer lu-
nes educativas y las políticas de crecimiento gar, considera los atributos personales como
económico. Esta mirada es una limitación estados internos afectivos, cognitivos y físi-
cuando es la única perspectiva de la educa- cos o biológicos. En segundo lugar, retoma
ción. Es necesaria una mirada distinta para los factores externos o del medio ambiente.
no educar sobre emprendimiento sino para Por último, incluye un aspecto característico:
el emprendimiento, y para que la educación la conducta o comportamiento manifiesto, un
se refleje en un cambio de trayectoria de los aspecto observable.
individuos emprendedores, y no, como hoy,
en individuos con habilidades y conocimien- Una característica de esta interacción es el
tos de emprendimiento. En esta nueva mirada determinismo triádico reciproco, que expli-
confluyen cuatro variables: el emprendedor, ca los procesos en términos de cogniciones
la acción emprendedora, el entorno y la for- (expectativas, creencias y pensamientos), y
mación. destaca la interacción dinámica entre el desa-
rrollo del individuo y el contexto cambiante
En el centro del poliedro está la educación que genera una conducta observable.
para el emprendimiento, el catalizador que
agrupa las variables e impulsa a tomar la Con respecto a los pensamientos, creencias y
decisión de acometer una acción empren- expectativas, la teoría social cognitiva plan-
dedora, y pone en marcha el proceso por el tea tres mecanismos sociocognitivos rele-
cual los individuos realizan el agenciamiento vantes en la elección de una trayectoria: la
personal de su acción emprendedora, con un autoeficacia, la expectativa de los resultados
mejor acceso, una selección y una adaptación y los objetivos. La autoeficacia se refiere a
de los factores externos que facilitan o limi- los juicios o creencias de los individuos sobre
tan ese agenciamiento. su capacidad para organizar y seguir cursos

En este sentido, es pertinente reconocer las En su análisis de la educación en emprendimiento


16

influencias entre las personas, su comporta- desde la perspectiva teórica y práctica contemporánea,
Bechard y Grégoire (2005) señalan que la investiga-
miento y el entorno. La teoría social cogni- ción sobre estos temas no es completa y que ignora las
tiva (Bandura, 1986) es útil en el análisis de lecciones de las dimensiones éticas, sociocognitivas
la educación para el emprendimiento porque y sico-cognitivas, que aportan elementos importantes
para entender las limitaciones de los individuos, la
educación y la decisión de seguir una carrera.

Cuad. admon.ser.organ. Bogotá (Colombia), 24 (43): 13-33, julio-diciembre de 2011 25


Fabián Fernando Osorio Tinoco, Fernando Pereira Laverde

Gráfica 2
Modelo triádico de Bandura

Cognición

Factores personales

Ambiente Conducta

Fuente: elaboración de los autores basado en Bandura (1989).

de acción para obtener diferentes resultados tativa de los resultados se relaciona con las
(Bandura, 1986, p. 391). La percepción de consecuencias de una conducta particular (Si
autoeficacia ayuda a determinar activida- hago esto, ¿qué pasará?). La expectativa de
des y entornos, así como la persistencia, los los resultados se manifiesta de tres maneras:
patrones de pensamiento y las reacciones la anticipación de los resultados tangibles (el
emocionales, cuando el individuo enfrenta emprendedor actúa esperando recompensas
obstáculos. económicas), la anticipación de resultados
sociales (el emprendedor actúa con la expec-
La teoría social cognitiva asume que la ca- tativa de ser reconocido por los demás) y la
pacidad humana es dinámica y que el desa- anticipación de resultados autoevaluativos
rrollo competente en la complejidad y rasgos (su autosatisfacción).
cambiantes, requiere ambos componentes,
habilidades y un fuerte sentido de eficacia, A pesar de la doble función de la autoeficacia
para emplear los recursos efectivamente y las expectativas de los resultados, Bandura
(Bandura, 1991). (1986) argumenta que estos dos mecanismos
sociocognitivos son a menudo diferentes en
Las creencias personales sobre la respuesta su potencialidad: la autoeficacia influye más
probable a los resultados se denominan ex- en la conducta. Por ejemplo, muchos em-
pectativa de los resultados, y es el segundo prendedores establecen con anticipación los
mecanismo sociocognitivo. Mientras que la resultados de un nuevo negocio a través de
autoeficacia se refiere a la respuesta de las un ejercicio de planeación, y aun habiendo
capacidades (¿Puedo hacer esto?), la expec- construido ese plan de empresa, evitan dicha

26 Cuad. admon.ser.organ. Bogotá (Colombia), 24 (43): 13-33, julio-diciembre de 2011


Hacia un modelo de educación para el emprendimiento: una mirada desde la teoría social cognitiva

acción si dudan de sus capacidades. Pero un ción por cumplir el objetivo y comportarse
fuerte sentido de eficacia puede mantener conforme a los estándares internos (Lent et
el esfuerzo aunque los resultados esperados al., 1994).
sean inciertos. Los efectos de la autoeficacia
y la expectativa de los resultados sobre la Barreras ambientales
conducta dependen también de la naturaleza
de la actividad. La comprensión de cómo el individuo apren-
de a formar sus intereses se hace más perti-
En situaciones donde la calidad del desarro- nente al incluir otras variables externas que
llo garantiza ciertos resultados, la autoefi- contienen los atributos físicos, las carac-
cacia es un factor causal predominante y un terísticas del ambiente y las experiencias
factor parcial determinante de la expectativa personales de aprendizaje, que influye en el
de los resultados. Pero donde los resultados comportamiento y el interés en acometer una
son un aspecto menor con respecto a la ca- acción emprendedora.
lidad del desarrollo, la expectativa de los
resultados puede hacer una contribución in- El ambiente influye positiva o negativamen-
dependiente a la motivación y a la conducta te en la decisión de cumplir los objetivos,
(Bandura, 1989). llevando a que cada sujeto tenga sus propias
interpretaciones, que moderan y afectan di-
El tercer mecanismo sociocognitivo es el de rectamente el proceso por el cual elige e im-
los objetivos, que juegan un papel importan- plementa las opciones para acometer una ac-
te en la autoregulación de la conducta. Aun- ción, en particular la elección de un objetivo
que el entorno y la historia personal ayuden de interés y actuar de conformidad. Además,
a formar la conducta, las personas se ven la percepción de factores ambientales bene-
como algo más que una respuesta a fuerzas ficiosos facilita el paso de los intereses a los
mecánicas deterministas. La formulación de objetivos y de estos a acciones (ibid.).
objetivos las ayuda a organizar y a guiar su
conducta, a sostenerla durante largos perio- Por su parte, el tiempo durante el cual influ-
dos aun en ausencia de fuerzas externas, y a yen las variables ambientales en el individuo
aumentar las posibilidades de lograr los re- afecta la expectativa de los resultados y la
sultados que se proponen. Un objetivo puede autoeficacia, por ejemplo: el apoyo que re-
ser definido como la determinación de parti- ciben los emprendedores de sus padres, du-
cipar en una actividad o lograr un resultado rante la creación de la empresa o en etapas
futuro (Bandura, 1989). Los objetivos operan subsiguientes.
principalmente a través de la capacidad de los
individuos para representar simbólicamente Los individuos que tienen un fuerte sentido
los resultados esperados y reaccionar valo- de la eficacia, es decir, que confían en su ca-
rativamente a su propia conducta, basada en pacidad para negociar o afrontar obstáculos
estándares internos. El logro de los objetivos son más propensos a perseverar en los ob-
es una automotivación ligada a la satisfac- jetivos. Bandura (1997) destaca la capaci-

Cuad. admon.ser.organ. Bogotá (Colombia), 24 (43): 13-33, julio-diciembre de 2011 27


Fabián Fernando Osorio Tinoco, Fernando Pereira Laverde

dad para afrontar obstáculos en la eficacia o de enfrentarlas directamente. Se trata, por


capacidad para negociar en situaciones que ejemplo, de saber que el racismo existe y,
obstaculizan o dificultan el rendimiento. además, saber cómo tratarlo.
Por ejemplo, un emprendedor puede sentir
que tiene conocimiento técnico del negocio, Ciertas características de la capa interna del
pero duda de su capacidad al conocer a un medio ambiente (por ejemplo, el círculo in-
empresario competidor. Es posible que las mediato, las interacciones con tutores) pue-
personas con alto nivel de eficacia perciban den servir para filtrar las percepciones de las
menos obstáculos y sean menos vulnerables barreras estructurales del entorno más amplio
a los que encuentren. y como de información para enfrentar tales
barreras (ibid.). Por ejemplo, una mujer in-
Así, la relación entre las barreras y la capa- dígena puede tener barreras de género y, por
cidad para afrontar la eficacia produce dos qué no, raciales que no obstaculiza su pro-
situaciones; la primera, donde la capacidad pósito de ser empresaria; pero su acceso a
para afrontar la eficacia lleva a inferir que modelos económicos adecuados, a recursos
los obstáculos son demasiado grandes y que y a otras personas que compartan su sueño
no se pueden afrontar por una baja capaci- pueden ayudarla a persistir, a pesar de los
dad. La segunda posibilidad teórica es que prejuicios.
las personas perciben obstáculos pero eso
no dificulta su comportamiento si se creen La intención
equipados enfrentarlos (Lent et al., 2000).
Así, las barreras pueden tener fuerte efectos Hasta aquí se ha tratado al individuo como
negativos sobre los objetivos y las acciones agente que aprende y establece su interés de
cuando el afrontamiento de la eficacia es acuerdo con los mecanismos sociocognitivos
débil; y pueden ser pequeños o inexistentes y las barreras ambientales. Pero en la acción
cuando la capacidad para afrontar la eficacia emprendedora son importantes las intencio-
es fuerte. nes, como variable de la conducta. Las inten-
ciones también predicen la acción (Bagozzi
Hay una variable ambiental que influye en et al., 1989), aunque existan retrasos en la ac-
la de actuar: las condiciones ambientales de ción. Por ello, la intencionalidad es propia del
apoyo, que facilitan o impiden las eleccio- surgimiento de nuevas organizaciones, aun-
nes individuales para acometer una acción. que su puesta en marcha sea imprevista. Hay
También existen barreras que surgen en los mayor probabilidad de predecir un comporta-
círculos más cercanos al individuo (familia, miento planificado a partir de la observación
situación financiera) y el contexto social de las intenciones, que a partir de las actitudes,
más amplio (racismo, variables macroeco- las creencias o la personalidad (ibid.).
nómicas). Las personas siempre son afecta-
das por los aspectos objetivos, pero tienden De acuerdo con la teoría de la conducta pla-
a diferenciar las creencias acerca de ciertas nificada, la intención se deriva de tres an-
barreras sociales y cómo las afectan, en caso tecedentes; dos reflejan la percepción de la

28 Cuad. admon.ser.organ. Bogotá (Colombia), 24 (43): 13-33, julio-diciembre de 2011


Hacia un modelo de educación para el emprendimiento: una mirada desde la teoría social cognitiva

conveniencia de seguir tal comportamiento, conceptual y empíricamente con la teoría


la actitud personal hacia los resultados del de la imputación, aplicada con éxito a la ini-
comportamiento y la percepción de las nor- ciación de nuevas empresas (Meyer et al.,
mas sociales. El tercero tiene que ver con el 1993).
comportamiento controlado, que refleja su
viabilidad y se relaciona con las percepciones Conclusiones
de competencia (autoeficacia).
El emprendedor es un individuo conectado
La actitud hacia un comportamiento indica la e interrelacionado con su entorno y su rea-
percepción de su conveniencia, que depende lidad, y en su análisis se debe adoptar una
de las expectativas y creencias personales mirada que integre las dimensiones sociales
sobre los resultados derivados de la conduc- y el contexto temporal, desde las diferentes
ta, como la riqueza personal, el estrés, la au- disciplinas, no de manera aislada sino holís-
tonomía y los beneficios para la comunidad tica y sistémica.
(Shapero, 1982).
Para educar para el emprendimiento no es
La percepción de las normas sociales tiene suficiente entender los principios y prácti-
que ver con lo que la gente importante en cas de los negocios, y conseguir habilidades,
la vida del emprendedor piensa acerca de atributos y actitudes más allá de lo comercial.
que este tenga una conducta particular. Por La educación, como elemento complemen-
ejemplo, con las expectativas de su familia tario del aprendizaje, debe ayudar a que al
sobre la conveniencia de que se convierta individuo observe su conducta, a través de
en empresario. Pero las normas sociales no mecanismos sociales y cognitivos, para el
predicen bien las intenciones de los sujetos emprendimiento.
con alto control interno (Ajzen, 1987) ni su
inclinación a emprender acciones (Bagozzi El abordaje del espíritu emprendedor debe
et al., 1992). ser holístico y no limitarse a fortalecer el pa-
pel de la educación superior. El cambio en la
Empíricamente, hay que identificar las in- educación emprendedora universitaria actual
fluencias sociales más importantes (p. ej., se facilita si el individuo emprendedor no
de los padres y amigos) incluido cualquier se puede entender exclusivamente desde el
“modelo” o “mentor”. Por último y no menos concepto de la oportunidad ni de sus carac-
importante, se encuentra el control conduc- terísticas ni de su capacidad para organizar
tual y la autoeficacia (Bandura, 1986), que efectivamente, sino mediante la intersección
vistos como autoeficacia y control conduc- de estos elementos.
tual percibidos se refieren a la competencia
para observar una conducta (Ajzen, 1987). Los currículos se elaboran con base en los
intereses de los docentes, las instituciones
Como atribución de control personal en una educativas y las políticas públicas, lo que
situación dada, la autoeficacia se conecta restringe la educación en emprendimiento

Cuad. admon.ser.organ. Bogotá (Colombia), 24 (43): 13-33, julio-diciembre de 2011 29


Fabián Fernando Osorio Tinoco, Fernando Pereira Laverde

cuando es la única perspectiva. La educación Como catalizadora de estas relaciones, la


actual cumple una función preparatoria en la educación para el emprendimiento tiene el
capacitación para iniciar nuevas empresas, y reto de combinar adecuadamente las varia-
se distingue de la capacitación sobre el espí- bles para impulsar al emprendedor a tomar la
ritu emprendedor asociado con las caracte- decisión; para poner en marcha del proceso
rísticas personales en las que puede influir el por el cual los individuos realizan el agen-
programa educativo: los valores y actitudes, ciamiento personal de su acción emprende-
los objetivos personales, la creatividad, la dora, y para facilitar el acceso, la selección
tendencia a asumir riesgos y el control. y la adaptación de los factores externos que
favorecen o limitan ese agenciamiento.
A pesar del consenso sobre la dirección de la
educación en este campo, falta un enfoque Las teorías cognitivas y el entrepreneurship
sistémico del individuo que se va a educar; son disciplinas con ámbitos de trabajo distin-
muchos cursos apenas crean conciencia sobre tos, pero se complementan cuando se quiere
el espíritu emprendedor como opción profe- entender y describir el pensamiento y el ac-
sional, y fomentan actitudes favorables hacia cionar del emprendedor, y constituyen una
el tema pero no hacia la decisión de acometer oportunidad para una verdadera educación
acciones emprendedoras. para el emprendimiento.

La capacitación empresarial podría progresar Es necesario conocer los mecanismos socio-


más rápidamente, pero enfrenta la imposibili- cognitivos, los modelos de intención y las va-
dad de integrar las diferentes ciencias socia- riables ambientales (barreras y apoyos) que
les tradicionales y las miradas disciplinares permiten realizar el proceso de aprendizaje
del emprendimiento. En la capacitación para para que los individuos decidan su carrera,
la gestión de pequeñas empresas se utiliza la para repensar la educación para el empren-
mirada convencional de las escuelas de ne- dimiento y adoptar nuevas estructuras, tarea
gocios que enmarca el emprendimiento en en la cual los desarrollos teóricos y prácticos
los paradigmas conocidos. Es necesaria una de esta área del conocimiento van a jugar un
mirada distinta para educar no sobre el em- papel fundamental.
prendimiento sino para el emprendimiento.
En esa mirada deben confluir cuatro variables El estudio del emprendedor desde las pers-
fundamentales, el emprendedor, la acción pectivas del aprendizaje cognitivo abre nue-
emprendedora, el entorno y la formación, que vas posibilidades de análisis y para estruc-
se relacionan en tres niveles: la conjunción turar la formación y la práctica del sujeto
del emprendedor, el entorno y la acción em- emprendedor. Cada perspectiva que se inte-
prendedora; la formación, la acción empren- gre aporta nuevos elementos y evidencia al
dedora y el entorno; y el tercer nivel donde carácter complejo de un fenómeno que ge-
se relacionan el emprendedor, la acción em- nera cada vez más inquietudes intelectuales
prendedora, y la formación. y pragmáticas.

30 Cuad. admon.ser.organ. Bogotá (Colombia), 24 (43): 13-33, julio-diciembre de 2011


Hacia un modelo de educación para el emprendimiento: una mirada desde la teoría social cognitiva

La relación entre educación y emprendi- ning objectives in entrepreneurship. Journal of


miento evidencia nuevas posibilidades de Business Venturing, 13 (4), 317-333.
investigación empírica que complementen Braudel, F. (1985). Les dynamiques du capitalisme.
los desarrollos teóricos. Abre nuevos rumbos Paris: Arthaud.
de investigación en el campo del emprendi- Bruyat, C. and Julien, P. A. (2001). Defining the field
miento y de los modelos educativos para los of research in entrepreneurship. Journal of Bu-
emprendedores. siness Venturing, 16 (2), 17-27.
Busenitz, L.; West, G. P. I.; Shepherd, D. A.; Nelson,
Referencias T.; Chandler, G. N. and Zacharakis, A. (2003).
Entrepreneurship in emergence: Fourteen years
Ajzen, I. (1987). Attitudes, traits, and actions: Dis- of entrepreneurship research in management
positional prediction of behavior in social psy- journals. Journal of Management, 285-308.
chology. Advances in Experimental Social Psy- Bygrave, W. (1989). The entrepreneurship paradigm
chology, 20, 1-63. (I): A philosophical look at its research methodo-
Bagozzi, R.; Baumgartner, H.; and Yi, Y. (1989). logies. Entrepreneurship, Theory and Practice,
An investigation into the role of intentions as 14 (1), 7-26.
mediators of the attitude-behavior relation- Cantillon, R. (1775). The Circulation and Exchange
ship. Journal of Economic Psychology, 10, of Goods and Merchandise. Essai sur la Nature
35-62. du Commerce en Général, Ch. 3. London: Mac-
Bagozzi, R.; Baumgartner, H.; and Yi, Y. (1992). millan, 1931.
State vs. action orientation and the theory of Coduras, A.; Levie, J.; Kelley, D.; Saemundsson,
reasoned action. Journal of Consumer Research, R. and Schoot, T. (2010) Global Entrepre-
18 (4), 505-518. neurship Monitor Special Report: A Global
Bandura, A. (1986). Social foundations of thought PErspective on Entrepreneurship Education
and action: Asocial cognitive theory. Englewood and Training. Extraído el 1 de septiembre de
Cliffs, NJ: Prentice-Hall. 2011 de http://www.gemconsortium.org/down-
Bandura, A. (1989). Human agency in social cogni- load/1321621580281/GEM%20Ed%20and%20
tive theory. American Psychologist, 44, 1175- Training%2009_Espanol%201.pdf
1184. Comisión Europea (2009). El espíritu empresarial
Bandura, A. (1991). Human agency: The rhetoric en la educación y formación de profesionales.
and the reality. American Psychologist, 46, Informe final del grupo de expertos. Extraído el
157-162. 1 de septiembre de 2011 de http://ec.europa.eu/
Bandura, A. (1997). Self-efficacy: The exercise of enterprise/policies/sme/files/smes/vocational/
control. New York, NY: W. H. Freeman & Co. entr_voca_es.pdf
Bechard, J.-P. and Grégoire, D. (2005). Entrepre- Collis, D. J. and Montgomery, C. A. (1995). Com-
neurship education research revisited: The case peting on resources, Harvard Business Review,
of higher education. Academy of Management 73 (4), 118-128.
Learning & Education, 4 (1), 22-43. Dainow, R. (1986). Training and Education of En-
Bechard, J.-P., and Toulouse, J.-M. (1998). Valida- trepreneurs: The Current State of the Literature,
tion of a didactic model for the analysis of trai- JSBE, 3 (4), 10-23.

Cuad. admon.ser.organ. Bogotá (Colombia), 24 (43): 13-33, julio-diciembre de 2011 31


Fabián Fernando Osorio Tinoco, Fernando Pereira Laverde

Déry, R. et Toulouse, J. M. (1994). La structuration Hannan, M. T. and Freeman, J. (1977). The popula-
sociale du champ de l’entrepreneurship: le cas tion ecology of organizations. American Journal
du Journal of Business Venturing. Recherche pa- of Sociology, 82, 929-964.
per 94-06-02. Montreal: Maclean Hunter Chair Harrison, R., and Leitch, C. (1996). Discipline
of Entrepreneurship, HEC, the University of emergence in entrepreneurship: Accumulative
Montreal Business School. fragmentalism or paradigmatic science? En-
Drucker, P. F. (1985). Innovation and Entrepre- trepreneurship, Innovation and Change, 5 (2),
neurship: Practice and Principles. New York: 65-83.
Harper and Row. Hegarty, C. (2006). It’s not an exact science: Tea-
GEM (2009). GEM Special Report: A global pers- ching entrepreneurship in Northern Ireland.
pective on entrepreneurship Education and Education + Training, 48 (5), 322-335.
Training. Babson, Universidad del Desarrollo, Julien, P. (2005). Emprendimiento regional y eco-
Reykjavik University. nomía del conocimiento: una metáfora de las
GEM Colombia. (2009). Global Entrepreneurship novelas policíacas. Cali: Sello Javeriano.
Monitor. Colombia: Ediciones Icesi, 2010. Kilby, P. (1971). Entrepreneurship and Economic
Gibb, A. A. (2000). Corporate Restructuring and Development. New York: The Free Press.
Entrepreneurship: What can large organizations Kirby, D. A. (2004). Entrepreneurship education: can
learn from small? Enterprise and Innovation business school meet the challenge? Education
Management Studies, 1 (1). + Training, 46 (8/9), 510-519.
Gibb, A. A. (2005). Towards the Entrepreneurial Knight, F. H. (1947). Freedom and reform: Essays
University Entrepreneurship Education as a le- in Economics and social Philosophy. New York:
ver for change. NCGE Policy paper series, 15. Harper and Brothers; reprint 1982, Indianapolis:
Gómez, L.; Martínez, P.; Figueroa, C.; Pereira, F.; Liberty Press.
Quiroga, R. F.; Vesga, R.; Varela, R. y Álvarez, Knight, F. H. (1921). Enterprise and profit. In Risk,
L. M. (2011). Reporte GEM Colombia 2010. uncertainly and profit (pp. 264-290). Chicago:
Editorial Universidad del Norte. University of Chicago.
Gorman, G.; Hanlon, D.; and King, W. (1997). So- Lent, R. W.; Brown, S. D.; and Hackett, G. (1994).
me research perspectives on entrepreneurship Toward a unifying social cognitive theory of
education, enterprise education and education career and academic interest, choice, and per-
for small business management: A ten-year li- formance. Journal of Vocational Behavior, 45,
terature review. International Small Business 79-122.
Journal, 15 (3), 56-77. Lent, R. W.; Brown, S. D.; and Hackett, G. (2000).
Grégoire, D.; Déry, R. and Béchard, J. (2001). Evol- Contextual supports and barriers to career choi-
ving conversations: A look at the convergence ce: A social cognitive analysis. Journal of Coun-
in entrepreneurship research. Frontiers of En- seling Psychology, 47 (1), 36-49.
trepreneurship Research. Chaper Hill: Babson Liouville, J. (2002). La fonction d’entrepreneur:
College. Schumpeter revisité. Académie de l´Entre-
Hagen, E. (1962). On the theory of social change. preneuriat, Les actes du 2e congrès, Bordeaux.
Homewood, Ill.: Dorsey. McClelland, D. (1961). The Achieving Society. Prin-
ceton: Van Nostrand.

32 Cuad. admon.ser.organ. Bogotá (Colombia), 24 (43): 13-33, julio-diciembre de 2011


Hacia un modelo de educación para el emprendimiento: una mirada desde la teoría social cognitiva

Meyer, G.; Zacharakis, A.; and De Castro, J. (1993). search. Academy of Management Review, 25
Postmortem of new venture failure: An attri- (1), 217-226.
bution theory perspective. Paper presented Shapero, A. (1982). Social dimensions of entrepre-
to Babson Entrepreneurship Research Confe- neurship. In C. Kent, D. Sexton and K. Vesper
rence. (Eds.), The Encyclopedia of Entrepreneurship
Oosterbeek, H.; Van Praag, M. and Ijsselstein, A. (pp. 72-90). Englewood Cliffs, NJ: Prentice
(2010). The impact of entrepreneurship educa- Hall.
tion on entrepreneurship skills and motivation. Souitaris, V.; Zerbinati, S. and Al-Laham, A. (2007).
European Economic Review, 54 (3), 442-454. Do entrepreneurship programmes raise entre-
Osorio, F. F.; Gálvez, E. J. y Murillo, G. (2010). La preneurial intention of science and engineering
estrategia y el emprendedor: diversas perspec- students? The effect of learning, inspiration and
tivas para el análisis. Cuadernos de Administra- resources. Journal of Business Venturing, 22,
ción Universidad del Valle, 43, 87-107. 566-591.
Pereira, F. (2007). La evolución del espíritu empre- Sternberg, R. (1999). Intelligence as developing ex-
sarial como campo del conocimiento. Hacia una pertise. Contemporany Educational Psychology,
visión sistémica y humanista. Cuadernos de Ad- 24 (4), 359-375.
ministración Bogotá, 20 (34), 11-37. Timmons, J. A. and Spinelli, S. (2007). New Venture
Peterman, N. and Kennedy, J. (2003). Enterprising Creation. Boston: McGraw-Hill.
education: Influencing students’ perceptions of Vargas, J. (2010). De la formación humanista a la
entrepreneurship. Entrepreneurship: Theory and formación integral: reflexiones sobre el despla-
Practice, 17, 129-144. zamiento del sentido y fines de la educación su-
Romano, C. and Ratnatunga, J. (1996). A citation perior. Praxis Filosófica, 30, 145-167.
analysis of the impact of journals on contempo- Vesper, K. H. (1985). New developments in entre-
rary small enterprise research. Entrepreneurship preneurship education. Frontiers of Entrepre-
Theory and Practice, 20 (3), 7-21. neurship Research, 489-497.
Sarasvathy, D. S. (2001). What makes entrepreneur Walter, S. and Dohse, D. (2009). The interplay bet-
entrepreneurial. University of Virginia, 2-9. ween entrepreneurship education and regional
Say, J. B. (1852). Traité d´économie politique. Pre- knowledge potential in forming entrepreneurial
mière Partie. Paris: Guillaumin. intentions. Kiel, Germany: Kiel Institute for the
Scheler, M. (1947). Bildung und Wissen. Frankfurt World Economy, 1549.
am Main: G. Schulte. Weber, R.; Graevenitz, G. Von; and Harhoff, D.
Shane, S. A. and Venkataraman, S. (2000). The (2009). The effects of entrepreneurship educa-
promise of entrepreneurship as a field of re- tion. GESY Discussion Paper 269.

Cuad. admon.ser.organ. Bogotá (Colombia), 24 (43): 13-33, julio-diciembre de 2011 33

También podría gustarte