Erupciones volcánicas sin precursores: características y
factores condicionantes a escala global
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Luis E. Lara* , Sebastián Esperger
(1) Red Nacional de Vigilancia Volcánica, Servicio Nacional de Geología y Minería, Av. Santa María 0104, Santiago, Chile
(2) Departamento de Geología, Universidad de Chile, Plaza Ercilla 852, Santiago, Chile
* email: luis.lara@sernageomin.cl
Resumen. Las erupciones volcánicas son
mayoritariamente precedidas por un periodo de
reactivación, generalmente expresado en la sismicidad
y/o deformación, suficientemente largo como para que los
observatorios emitan alertas que activen el sistema de
protección civil. Sin embargo, existen también casos en
que el registro de precursores es escaso y el ‘run-up’ muy
corto comprometiendo del algún modo la efectividad de
las redes de monitoreo. La erupción del volcán Calbuco
en 2015 es un ejemplo de este tipo y sirve de motivación
para el estudio de los factores condicionantes que
influyen en el desarrollo de estas erupciones. Sobre la
base de algunas ideas previas que documentan la
influencia de la viscosidad (indirectamente a partir de la
composición del magma y el periodo de reposo entre
erupciones, hemos expandido la exploración hacia otros
factores como la tectónica regional, la naturaleza del
basamento y la geometría de los sistemas alimentadores
encontrando en la combinación favorable de estos
últimos una explicación preliminar.
Palabras Claves: erupciones súbitas, precursores,
reposo
1 Antecedentes generales
Las erupciones volcánicas son generalmente precedidas
de signos de reactivación detectables con las redes
instrumentales modernas, cuyo objetivo en términos
operativos es precisamente ampliar la ventana temporal
de detección del ‘unrest’ para emitir alertas que permitan
una adecuada respuesta del sistema de protección civil.
Erupciones como aquella del Cordón Caulle 2011,
precedida por algunos meses de actividad sísmica sobre
el nivel de base (en franco ascenso algunos días antes y
en escalada irreversible 8 horas antes del inicio de la
actividad eruptiva), son ejemplo de esta condición. Sin
embargo, el registro global de erupciones modernas
muestra también que una fracción de ellas ocurre sin
claros signos precursores, o estos precursores se detectan
en un periodo extremadamente corto como para permitir
el escalamiento de los niveles de alerta. La erupción del
volcán Ontake (Japón) en octubre de 2014, con más de
50 víctimas fatales y perfectamente monitoreado, muestra
la dificultad que representa esta situación. La erupción
del volcán Calbuco (Chile) en abril de 2015 es otro
ejemplo de estas erupciones. Este trabajo da cuenta de un
estudio en curso sobre las características y factores
condicionantes de este tipo de erupciones con el objetivo
de determinar los casos favorables y la intención última
de contribuir a mejorar la capacidad predictiva de los
observatorios volcanológicos.
2 Catálogo global y casos chilenos
El trabajo pionero de Passarelli y Brodsky (2012) aborda
los factores de primer orden que controlarían la duración
del ‘run up’ o periodo de ocurrencia de precursores a
partir de un catálogo de 73 erupciones magmáticas entre
las cuales se encuentran 11 iniciadas repentinamente
(menos de una hora de signos precursores).
Estadísticamente, la relación más significativa sería la
covariación lineal del ‘run up’ y el periodo de reposo,
entendido este último como el tiempo transcurrido entre
erupciones magmáticas. El carácter magmático es un
aspecto relevante y por lo tanto el catálogo debe ser
previamente filtrado para remover pulsos de actividad
freática con emisión de material esencialmente
accidental. La relación entre el ‘run-up’ y el tiempo de
reposo se observa y sostiene para magmas de un amplio
rango composicional (Fig. 1). Así, el contenido de sílice
parece ser un factor determinante en ella, muy
probablemente porque refleja indirectamente el efecto de
la viscosidad y ésta condiciona la movilidad y el tiempo
de residencia.
Sin embargo, como en cualquier estudio basado en un
catálogo relativamente reducido (en el caso de Passarelli
y Brodsky, 2012 el registro va desde el año 1955 al 2008;
con Índice de Explosividad Volcánica entre 0 y 5),
existiría un problema de completitud puesto que en el
período cubierto habrían ocurrido 1886 erupciones
globalmente (www.volcano.si.edu) y el catálogo entonces
representa solo el 3,87 % de ellas.
Por otra parte, los parámetros utilizados en el análisis son
sensibles a la calidad de la información disponible. Por
ejemplo, los autores citados incluyen la erupción del
volcán Chaitén 2008 como un valor anómalo dado el
largo período de reposo que separaría sus erupciones. Sin
embargo, estudios recientes (e.g., Amigo et al., 2013;
Lara et al., 2013) muestran que este volcán tiene un
nutrido registro de erupciones holocenas, de manera que
su periodo de reposo promedio se reduce al rango de
cientos a miles de años. Asimismo, aunque el inicio de la
erupción del volcán Chaitén fue aparentemente repentino
(Carn et al., 2008), la ausencia de una red de monitoreo
en esa fecha hace difícil establecer con certeza la
ausencia de signos precursores más allá del registro de
las estaciones lejanas que detectaron sismicidad anormal
en la zona algunas horas antes de la erupción.
Por otra parte, una revisión posterior de 228 eventos
reportados por el Global Volcanism Program
(www.volcano.si.edu) para el siglo 21 concluye que la
relación entre el periodo de reposo y la duración del
‘unrest’ es estadísticamente menos robusta y que, entre
otros factores, esta varía según la tipología de los centros
eruptivos Phillipson et al., 2013). Una consecuencia
relevante de este análisis es que volcanes que
experimentan largos periodos de reposo no presentan
necesariamente largos periodos de reactivación y en
cambio pueden activarse súbitamente.
La erupción del volcán Calbuco 2015 puede ser
considerada efectivamente como un proceso con muy
escasos precursores. En efecto, la red de monitoreo
operada por el Observatorio Volcanolòico de los Andes
del Sur, parte de la Red Nacional de Vigilancia Volcánica
de SERNAGEOMIN, registró el 22 de abril a las 16:37
  15.
  1.
hrs. (hora local) el inicio de un enjambre de sismos
volcano-tectónicos de baja magnitud que se prolongó por
espacio de una hora y que fue seguido por cerca de 30
minutos de eventos de largo periodo hasta el inicio de la
erupción a las 18:05 hrs (www.sernageomin.cl). Mientras
el enjambre no era un por sí solo un precursor
inequívoco, los sismos de largo periodo representan ya el
proceso de ascenso del magma hacia la superficie. La
interferometría radar tampoco registraba rasgos de
deformación de la superficie un día antes de la erupción
(e.g., Delgado et al., 2015) y puede sostenerse entonces
que efectivamente este evento presentó un ‘run up’ muy
reducido.
3 Discusión
 264,183-196.
Entre los factores condicionantes advertidos en estudios
previos se encuentra la composición del magma, muy
posiblemente a través del control que ejerce ésta en la
viscosidad. Sin embargo, existirían factores adicionales
como los que resultan del estudio de la erupción del
volcán Calbuco 2015, que comparte características con
erupciones de magmas basálticos y andesítico-basálticos.
En efecto, la mayor similitud en términos del periodo de
reposo y ‘run-up’ se observa, por ejemplo, con las
erupciones del volcán Hekla (Islandia) ocurridas en los
años 1991 y 2000; con aquella del volcán Okmok
(EE.UU, islas aleutianas) el 2008 e incluso con una
erupción del volcán Mauna Loa ocurrida el año 1985,
siendo estos casos muy disímiles en cuanto a volumen,
estilo eruptivo y ambiente tectónico.
El estudio en curso busca determinar la influencia de
otros factores como el espesor cortical, la tectónica
regional del arco volcánico, la estructura local del
basamento y la geometría interna del sistema
alimentador. Nuestra hipótesis más fuerte es que este tipo
de erupciones requeriría canales de ascenso bien
establecidos, en condiciones cercanas a la ruptura y
capaces de ser activados sin un esfuerzo diferencial muy
relevante.
Agradecimientos
Esta contribución cuenta con el patrocinio del Servicio
Nacional de Geología y Minería y resulta de una
investigación en curso motivada por los antecedentes
recabados durante la atención de la crisis, en cuya
obtención participó un gran número de profesionales,
estudiantes y técnicos del Observatorio Volcanológico de
los Andes, parte de la Red Nacional de Vigilancia
Volcánica.
Referencias
Amigo, A.; Lara, L.E.; Smith, V. 2013. Holocene record of large
explosive eruptions from Chaitén and Michinmahuida
Volcanoes, Chile. Andean Geology, 40(2), 227-248.
S.A.
Carn, J.S. Pallister, L.E. Lara, J.W. Ewert, S. Watt, A.J. Prata, R.
Thomas. 2008. The awakening of Chaitén volcano, Chile. EOS
Transactions.
Delgado, F.; Pritchard, M.E.; Ebmeier, S.; Biggs, J.; Arnold, D.;
González, P.; Poland, M.; Zoffoli, S.; Córdova, L.; Lara, L.E.
2015. The CEOS pilot project, satellite volcano monitoring in
Latin America and new InSAR ground deformation results at
Llaima, Villarica and Calbuco volcanoes. In Congreso
Geológico Chileno, No. XIV, La Serena.
Passarelli, L.; Brodsky, E.E. 2012. The correlation between run-up
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1025-1045.
Petit-Breuilh, M. E. 2004. La historia eruptiva de los volcanes
hispanoamericanos (siglos XVI al XX). Serie Casa de los
Volcanes Nº8, Exmo. Cabildo Insular de Lanzarote, España,
431 p.
Phillipson, G.; Sobradelo, R.; Gottsmann, J. 2013. Global volcanic
unrest in the 21st century: An analysis of the first decade. J
Volcanol Geotherm Res.
Figura 1. Gráfico de tiempo de reposo y duración del ‘run-up’ según
compilación de Passarelli y Brodsky (2012), modificado en función de
los antecedentes históricos recopilados por Petit-Breuilh (2004) y datos
inéditos de los autores.