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Cauce de conflictos

Vladimir de la Cruz
“No vamos a lidiar por un pedazo de tierra, no por adquirir efímeros poderes,
no por alcanzar misérrimas conquistas” Proclama de Juanito Mora

El río San Juan de sus más de 180 km, tiene 122 km de longitud de límite compartido entre Costa
Rica y Nicaragua,; es el más voluminoso de América Central y uno de los más largos (el
Usumacinta entre México y Guatemala tiene 800 km; el Motagua en Guatemala tiene 500 km; el
Chamelecón en Honduras tiene 250 km; el Patuca en Honduras tiene 300 km; el Segovia en
Nicaragua, el segundo más grande de centroamáerica, casi con 400 km). Su cuenca es de casi
40.000 kilómetros cuadrados, de los cuales el 51% pertenecen a Costa Rica..
Es un río muy regular. Tiene sus orígenes en el sur de Jinotega, en el río Viejo. Es alimentado por
gran cantidad de ríos que bajan de la cordillera central de Costa Rica. Es parte de una cuenca
hidráulica que comprende a Nicaragua y a Costa Rica, que abarca dos lagos y sus tributarios,
algunos costarricenses, más los grandes ríos que directamente confluyen a él. Influye ello para
constituir también las llanuras del norte o del atlántico, que en la región o cuenca del San Juan
alcanza entre 80 y 90 kilómetros de anchura.
Es navegable todo el tiempo, excepto en Castillo Viejo que hay que hacer trasbordo por los
rápidos.
La anchura media del río es de 250 metros y con una profundidade promedio de 2.5 a 3 metros.
Su caudal es de 1000 metros cúbicos por segundo.
En su desembocadura hay un delta provocado por los aluviones que arrastra, que bloqueraron San
Juan del Norte, terminando en una serie de meandros alrededor de islas que ayudan a detener los
sedimentos. Por ello el río Colorado desde finales del siglo XIX iba acaparando la salida de la
corriente del río San Juan, dominando casi su totalidad. Desembocaba en dos lagunas, la de
Aguadulce, al norte y la Simón al sur. Su desembocadura actual es en la boca del río Tauro, en
territorio costarricense.
Tiene más de 60 afluentes directos, entre ellos los ríos San Carlos y Sarapiquí, que son
navegables y son los que llevan la mayor cantidad de aguas de la región norte y mayor cantidad
de aluviones. Los afluentes riegan ricas llanuras. Aquí se proyectó el Ferrocarril del Norte, que
intentaba conectar el país con estas vías navegables o con el posible canal que aquí siempre se ha
pensado. Incluso trabajaron la comisiones del Ferrocarril Intecontinental entre 1893-1895, que
ayudaron a desarrollar parte de la cartografía regional.
El río San Juan está asociado históricamente a Gil González Dávila, quien vino a estas tierras en
1519 y por los percances que tuvo hacia 1522 tuvo que continuara sus expediciones
conquistadoras por mar y tierra. Su viaje terrestre por Guanacaste lo condujo a Nicaragua y al
Lago, el Mar Dulce, el Cocibolca como lo llamaban los indígenas nicaraguenses. En 1529 el
Gobernador de Nicaragua Pedrarias Dávila envió a recorrer el desaguadero del Lago a Martín de
Estete. Antes que él Ruy Díaz, Hernando de Soto habían penetrado el río, hasta donde comienzan
los rápidos.
El 7 de abril de 1539 salieron de las isletas de Granad Alonso Calero y Diego Machuca de Suazo,
bajando el río el 1 de mayo. Calero logró llegar a la desembocadura, luego de una difícil travesía,
siendo el primer conquistador en recorrer el río. Se cuenta incluso que Fray Bartolomé de las
Casas se opuso a la expedición que recorrería el Desaguadero.
En 1541 los gobernadores de Nicaragua (Rodrigo Contreras) y el Nueva Cartago (Diego
Gutiérrez) discutieron sobre el derecho de conquista y población de las regiones aledañas como
el de derecho de entrar en sus aguas. El 6 de mayo de 1541 se le otorgó a Diego Gutiérrez el
derecho a entrar por la boca del desaguadero, poblar y repartir, en la costa de ambas parte del
Desaguadero, surgiendo desde entonces los derechos de Costa Rica en el río, límite de la
Gobernación de Costa Rica.
Cuando en 1561 se nombró a Juan de Cavallón Gobernador de Costa Rica se le dio la
jurisdicción de la tierra desde la mar del sur hasta la del norte, incluyendo la del Desaguadero.
En 1573, en la capitulación del Rey a Diego de Artieda para el descubrimiento, poblacimiento y
pacificación de Costa Rica se afirmó este derecho.
El nombre del río tiene distintas hipótesis. Una, el nombre de la nave de Alonso Calero, que por
primera vez recorrió el río. Otra, la fundación de la Villa San Juan de la Cruz, por Rodrigo de
Contreras, que comprendía entre el mar y la desembocadura del Desaguadero.
Durante la Colonia, por motivo de las incursiones de piratas en el Caribe, en el río San Juan se
hicieron cerca de una docena de fortificaciones, iniciándose desde entonces el Fuerte San Carlos,
obra que se terminó en 1666. En 1675 se ordenó construir la fortaleza conocida hoy como El
Castillo. También se construyó luego el de la Trinidad en la desembocadura del Sarapiquí, donde
se detuvieron las pretensiones mosquitas e inglesas de dominio. En 1762 los ingleses penetraron
el San Juan y en 1780 lo volvieron a hacer con propósitos imperialistas.
El Puerto de San Juan del Norte se habilito como tal en 1796, como puerto colonial tanto para
Costa Rica como para Nicaragua. Durante la República Federal de Centroamérica el Gobierno
federal lo ocupó y al disolverse la federación pasó a dominio de Nicaragua.
Durante nuestra vida independiente hemos tenido gran cantidad de problemas territoriales,
limítrofes, fronterizos y marítimos con Nicaragua, no provocados por Costa Rica.
La Anexión, por plebiscito, del Partido de Nicoya provocó el primero de estos conflictos. Por más
que Nicaragua intentó ante los organismos de la República Federal centroamericana recuperar
estas tierras, la Federación resolvió a favor de Costa Rica. La Asamblea del 29 de enero de 1825
acordó que hasta tanto la Federación no resolviera el asunto Nicoya se consideraría agregada al
Estado de Costa Rica.
La desaparición de la Federación, en 1838, agudizó problemas internos de Nicaragua y puso en el
tapete, en los años siguientes, la estratégica situación del río San Juan, como eventual ruta
interoceánica, en lo cual también se involucraron los intereses de Estados Unidos y de Inglaterra;
ésta última apoderada de la Mosquitia desde 1841.
En 1838 Costa Rica defendía en León de Nicaragua, el límite que consideraba natural: Río San
Juan, Lago de Nicaragua y río La Flor. En 1846 se firmó un tratado con Nicaragua para resolver
con árbitros de Honduras y Guatemala esta situación, que no fue ratificada por el Congreso
costarricense, manteniéndose como frontera lo establecido en 1838.
En enero de 1848 los ingleses ocuparon San Juan del Norte, desembarcaron tropas y se
apoderaron de la Trinidad, Castillo Viejo y el Fuerte San Carlos.
Los Estados Unidos preocupados por el avance inglés, intensificaron su juego diplomático para
evitar el posesionamiento inglés, firmándose el Tratado Clayton Bulwer (19-abril- 1849), por el
cual ambos países se comprometían a no construir el canal, ni a ejercer dominio en otra parte de
Centroamérica, declarando a San Juan del Norte (Greytown) puerto libre, territorio neutral, bajo
dominio mosquito hasta 1894, que la mosquitia fue reincorporada a Nicaragua.
En 1848, don Felipe Molina propuso como límite el río San Juan hasta el Castillo Viejo, de ahí
una línea recta hasta el río La Flor, prescindiéndose de una parte del río San Juan.
El río San Juan se volvió estratégico en función de la explotación del oro en California. No se
había construido aún una vía ferrocarrilera transcontinental en los Estados Unidos desde New
York a California, la que se terminó de construir hasta 1865. Así se desarrolló una alternativa,
impulsada por la llamada Compañía del Tránsito, que llegó a movilizar cerda de dos mil personas
por mes, procedentes de los puertos de New York y New Orleans, hasta el puerto de San Juan del
Norte. De aquí se internaban por el río y por el Lago, en pequeñas embarcaciones, hasta llegar a
Granada y de esta ciudad al Puerto del Realejo, para nuevamente tomar barcos y concluir en San
Francisco de California.
Esta ruta nuevamente alentó los intereses canaleros. El norteamericano Cornelius Venderbilt fue
uno de ellos, interesado en explorar esta posible ruta y a él se debe la construcción del puerto de
San Juan del Sur. Para este propósito no solo creó su compañía sino que logró firmar con el
Gobierno de Nicaragua un derecho exclusivo de construcción del canal.
En 1849 Nicaragua firma un contrato con la Compañía del Tránsito, con el cual se mezclaron los
intereses de Estados Unidos y Gran Bretaña, por la posibilidad de un canal.
En 1850 Estados Unidos e Inglaterra firmaron el Tratado Clayton-Bulwer, sin que se lograra la
salida de Gran Bretaña de la mosquitia, comprometiéndose a no mantener un poder exclusivo
sobre el eventual canal interoceánico. Así, Lord Parlmerston, el 28 de mayo de 1850 propuso que
la línea divisoria entre el territorio mosquito y Costa Rica se fijara dejando San Juan del Norte “ y
un distrito suficiente al norte de Greytown (San Juan del Norte) dentro de los límites de Costa
Rica”, cuestión aceptada por el Secretario de Estado norteamericano, Daniel Webster, quedando
Nicaragua de esta forma sin salida al mar, por lo que se opuso a dicha propuesta.
Con fecha de 25 de junio de 1851 Bulwer recibe una nota de Palmerston por la cual Inglaterra
consentía en que Greytown fuera cedido a Nicaragua y que la ribera meridional del río San Juan
perteneciera a Costa Rica, afirmando una vez más que el Guanacaste y Nicoya continuaban
perteneciendo a Costa Rica. Esta propuesta fue rechazada por Nicaragua hasta que se firmó el
Tratado Cañas Jerez, el 15 de abril de 1858.
En 1852 Costa Rica había pedido una indemnización a Estados Unidos de cien mil dólares por el
uso de tierras que hacía la Compañía de la ribera derecha del río San Juan, lo que consideraron
sin razón.
Por ello se firmó el convenio Webster-Crampton, no aceptado por Nicaragua, entre Estados
Unidos e Inglaterra, en 1852, que impuso como frontera entre Costa Rica y Nicaragua una línea
que se iniciaba en la desembocadura del río Colorado, la cual seguía la margen derecha del río
San Juan y del Lago de Nicaragua hasta el punto más cercano al río La Flor. Se continuaba, por el
istmo de Rivas, una línea recta hasta la desembocadura del río La Flor. En este tratado se
devolvía San Juan del Norte a Nicaragua y se le daba el derecho de construir de forma exclusiva
un canal interoceánico. Igualmente, se estableció el derecho de Costa Rica de libre navegación
por el río y el lago. Este Tratado lo rechazó Nicaragua.
En 1854 el Gobierno nicaragüense comisionó a Dionisio Chamorro para “terminar la cuestión del
Guanacaste”, con el gobierno costarricense, solicitando por ese territorio y el río San Juan un
millón de pesos, aspecto que Costa Rica rechazó.
En el Primer contrato, incumplido por William Webster, firmado por Costa Rica, se le da el
derecho de navegación por el río San Juan y el lago hasta la desembocadura del río Sapoá. Se
reafirmaba el derecho que tenía Costa Rica sobre esa región, comprometiéndose el Gobierno a
negociar con Nicaragua el no firmar un convenio similar.
En medio de conflictos internos de Nicaragua que hacían peligrar los intereses de la Compañía
del Tránsito llegó William Walker a Nicaragua el 16 de junio de 1855, con afanes además de
esclavizar centroamérica, situación que amenaza a los centroamericanos y a los costarricenses.
La guerra de 1856-1857 permitió por parte de Costa Rica el control de la ruta filibustera del
Tránsito. Todo el norte, incluyendo las diferentes cuencas del Río San Juan se vuelven escenario
de guerra contra las huestes filibusteras. No fueron casuales las acciones militares en los ríos y
regiones del Sapoá, el Sarapiquí, el San Carlos, Sardinal, la Trinidad, Castillo Viejo y el Fuerte
San Carlos, tanto en la primera como en la segunda campaña contra los filibusteros. Así, Costa
Rica, bajo las órdenes de Mora, asumió la defensa del San Juan. A finales de diciembre de 1856
el Presidente Mora tenía controlado todo el río y el Lago de Nicaragua, provocándose una tensa
situación entre Costa Rica y Nicaragua, casi de guerra.
El 6 de julio de 1857 Nicaragua firma con Costa Rica el reconocimiento de “la provincia de
Nicoya y Guanacaste” como territorio costarricense. El 14 de julio de 1857 se firmó el Segundo
Contrato con Webster, que tampoco se realizó, con el dominio costarricense de la vía del tránsito.
El 12 de febrero de 1858 se firmó el tercer contrato con Webster, con participación de Nicaragua,
que fue repudiado por Vandervilt.
En julio de 1857 se iniciaron conversaciones (Cañas-Juarez) para resolver problemas limítrofes
con Nicaragua. Poco tiempo después el General Cañas le dio a Nicaragua el Fuerte San Carlos
para calmarlos sin que se pudiera recuperar posteriormente, provocando un conato de guerra el 19
de octubre de 1857, ya que Nicaragua reclamaba derechos post liminio de recuperación de las
tierras al momento antes de la guerra del 56. La consecuencia inmediata de los contratos con
Webster condujo a la fijación de los límites.
Con el Tratado Cañas-Jeréz, de 15 abril de 1858, Nicaragua termina con sus pretensiones cobre el
Partido de Nicoya y Costa Rica afirma su no expansionismo. Con el Tratado se estableció el
límite entre ambos países en la zona de Guanacaste con una línea imaginaria que iría desde la
desembocadura del río Sapoá hasta el centro de Bahía Salinas; se cedió la ribera derecha del río
desde tres millas antes de llegar a Castillo Viejo y lo mismo ocurrió con el lago, cediendo límites
naturales por unos artificiales muy difíciles de demarcar.
Resultado de toda esta situación se firmó el Tratado Cañas Jeréz, sin que Costa Rica se apropiara
de un solo milímetro del territorio nicarguense a pesar de haber penetrado con sus tropas hasta la
ciudad de Rivas y haber controlado todo el río San Juan durante la Guerra contra los filibusteros
establecidos y gobernando en Nicaragua.
El Art. 7 del Tratado le dio a Costa Rica libre navegación por el río y se anularon los contratos
firmados por Nicaragua sobre el canal. Poco después por amenazas filibusteras se firmó el
Tratado Mora-Martínez con el cual se comprometían nuestros países en la común defensa frente a
los Estados Unidos.
El Tratado Estados Unidos lo percibió como una posibilidad de que Inglaterra asumiera el
control de la vía interoceánica y consideró que Costa Rica había logrado con la guerra del 56
“una treta de adquisión territorial”; y, proponía que la libre navegación se asegurara a los
costarricenses, conservando la jurisdicción Nicaragua.
En 1863, ante intenciones de la Compañía del Tránsito de obstruir el río Colorado, Nicaragua
reconoció que el río pertenecía a Costa Rica, protestando incluso el Gobierno nicaragüense por el
uso de una bandera norteamericana en el río y señalando que solo las banderas de Nicaragua y
Costa Rica, por su condición de Estado ribereño, podrían ondear en el río.
En 1867 Nicaragua firma el Tratado Dickinson-Ayón, por el cual garantiza la neutralidad del
canal en caso de que se llegare a construir. En 1868 el Ministro nicaragüense, Tomás Ayón, firma
en París un contrato con Michel Chevalier para la apertura del canal interoceánico, obligándose
Nicaragua a lograr de Costa Rica que se le concedieran garantías a los franceses sobre el territorio
de acuerdo a este Contrato.
En los meses siguientes se firmaron tres tratados para mejorar la navegación en el río San Juan,
los Tratados Zelaya-Volio (17 julio 1968); el Rivas-Esquivel (21 diciembre 1868) y el
Montealegre-Jiménez (21 junio 1869, sobre canalización interoceánica).
En 1871 Nicaragua puso en duda el Tratado Cañas Jeréz argumentando que por Nicaragua lo
había ratificado una Asamblea Constituyente y no el Congreso. Así volvió a reclamar sus
pretensiones sobre el Partido de Nicoya, rompiéndose las relaciones prácticamente hasta 1876.
Entre 1872 y 1876 la Marina de los Estados Unidos realizó diferentes estudios de rutas canaleras
en esta región, desde Tehuantepec hasta Panamá. En 1876 la United States Interoceanic Canal
Comission dictamina su “preferencia por su economía y practibilidad a la del Istmo de
Nicaragua”, utilizando el Río San Juan desde San Juan del Norte a Brito.
En 1880 Nicaragua otorga otra concesión a los Estados Unidos. El Presidente norteamericano
Hayes expresó al Congreso de su país: “La política de este país es un canal bajo control
norteamericano...no se puede consentir en abandonar este control a ninguna potencia o
combinación de potencias europeas”.
El 5 de febrero de 1883 se suscribe un nuevo tratado limítrofe (Alvarez-Zambrana), donde se
establece la libre navegación costarricense en el río San Juan y el Lago y la de Nicaragua en los
ríos Sarapiquí, San Carlos y Frío. Se estableció además que en caso de desviarse el curso del
Colorado hacia el San Juan, la frontera se trasladaría a la margen derecha del San Juan; y que de
construirse el canal “será en toda su extensión, de mar a amar, el verdadero límite entre Costa
Rica y Nicaragua”, tratado que no entró en vigencia.
En 1884 se firma en San José una Convención sobre el Canal y un Tratado de Límites, ambos de
19 de enero. El Art. I establece la divisoria en la margen derecha del río Colorado y del San Juan,
hasta tres millas del Castillo, todo sujeto a la construcción del canal o una eventual construcción
de ferrocarril desde Limón hasta Ríó Frío y San Juan o con el lago. Aquí se estableció el derecho
de Costa Rica a abrir en territorio nicaragüense los caminos que necesite para la realización de su
comercio por los ríos Colorado, San Juan, el lago y el Puerto de San Juan.
También se señaló “el derecho perpetuo de libre navegación para su comercio interior y exterior”
en esta misma zona. El tratado fue rechazado por Costa Rica.
En 1884, el 1º de diciembre, Nicaragua y Estados Unidos firman el Tratado Zavala-
Frelinghuysen, por el cual se comprometían a iniciar la construcción del canal, que rechazó
Estados Unidos al considerarlo opuesto al Clayton- Bulwer.
En 1886 Costa Rica y Nicaragua, bajo la mediación del gobierno de Guatemala, firman un
Tratado para someter a arbitraje del Presidente norteamericano, Cleveland, “la cuestión pendiente
entre los gobiernos y sobre la validez del Tratado de 1858”. También se debía aclarar el derecho
costarricense de navegación sobre el San Juan, “con naves de guerra o destinadas al servicio
fiscal”. El fallo se produjo el 22 marzo de 1888, reconociendo válido el Tratado y la
imposibilidad de Costa Rica de navegar con embarcaciones de guerra el río, pero sí de servicio
fiscal; además, que el río Colorado no era parte del límite; que Nicaragua debía consultar a Costa
Rica sobre concesiones canaleras.
El 23 de marzo de 1888 Nicaragua firma nuevamente una concesión canalera, contra la cual
Costa Rica protesta el 14 de mayo y el 2 de noviembre. En julio Nicaragua había firmado una
nueva contrata con Costa Rica, ratificada por Costa Rica el 9 de agosto, la que fue rechazada por
el gobierno nicaragüense, por lo que el 10 de enero de 1889 se firma la Convención de Arbitraje
Urtecho-Jiménez, solicitando un nuevo arbitraje estadounidense, que fracasó. Hasta 1893 los
Estados Unidos intentaron construir el canal.
Del Fallo Cleveland se desprendió el necesario amojonamiento. y la demarcación fronteriza. Así
se firmó el Tratado Guerra-Castro (1890, 23 de diciembre), sin avanzar, por lo que tuvo que
firmarse una Convención, el 27 de marzo de 1896, Matus-Pacheco. En setiembre se inicia el
proceso de amojonamiento de columnas de piedra debidamente numeradas y distanciadas a un
kilómetro una de otra, bajo la supervisión del delegado norteamericano Edward Porter Alexander.
Declaró “la línea exacta de división entre la jurisdicción de los dos países, el borde de las aguas
sobre la margen derecha, cuando el río se halla en su estado ordinario”; “que toda porción de las
aguas del río está en jurisdicción de Nicaragua”, como las de tierra de la margen derecha en
jurisdicción costarricense.
Por el Laudfo Alexander de 1898 se estableció que si el río se movía nagturalmente la frotnera lo
haría de igual manera en su nueva margen.
El 5 de febrero de 1900 Estados Unidos e Inglaterra firman una convención suplementaria del
Clayton-Bulwer, que sustituye la Convención original arrogándose el “derecho de uso del canal
para su defensa y para el mantenimiento del orden público”. En diciembre los Estados Unidos
firma protocolos idénticos en contenido con Nicaragua y Costa Rica, para entrar en las
negociaciones canaleras. En 1901 Inglaterra con el tratado Hay-Pauncefote renuncia a su sueño
canalero en el San Juan.
En 1901 Estados Unidos y Nicaragua firman otro Protocolo canalero (Sánchez-Merry) que da “en
arriendo perpetuo” el derecho exclusivo de construir un canal, a cambio de seis millones de pesos
oro, el que abarcaría “toda el área de tierra y agua situada a cada uno de los lados hasta la
distancia de tres millas del centro, hasta donde pueda prestar su asentimiento Nicaragua”. Costa
Rica recibiría millón y medio de dólares por las concesiones otorgadas, canal que estaría regido
por la Convención de Constantinopla, de 29 de octubre de 1898. Este tratado lo rechazó el
Senado norteamericano.
El 12 de junio de 1902 Roosevelt aprobó la ley que autorizó construir el canal de Panamá,
poniendo fin al interés canalero entre Nicaragua y Costa Rica, reservándose “el control perpetuo
del territorio necesario de Costa Rica y Nicaragua... para la construcción, mantenimiento,
operación y protección de un canal que conecte el mar Caribe con el oceáno Pacífico que es
comúmmente conocido la Ruta de Nicaragua”.
Bajo el protectorado norteamericano de Nicaragua se firma el Tratado Chamorro-Weizel, que
Costa Rica protesta ante Estados Unidos y Nicaragua puesto que violaba el Tratado de 1858 y el
Fallo Cleveland.
El Tratado Bryan-Chamoro generó iguales protestas. Junto con El Salvador, Costa Rica acudió a
la Corte Centroamericana de Justicia, pidiéndolo declarar violatorio de los tratados suscritos con
Nicaragua. El 1º de mayo de 1916 la Corte admitió la demanda. Nicaragua no contestó hasta 1º de
agosto señalando que era una opción para contratar la apertura de un canal y que en su
oportunidad se firmaría el Tratado.
El 30 de setiembre la Corte obliga a Nicaragua a oir a Costa Rica acerca de los inconvenientes de
dicho Tratado y no se pronuncia sobre el Tratado Bryan-Chamorro porque Estados Unidos no era
parte de la jurisdicción de la Corte.
La Corte estableció que “Costa Rica tiene en el San Juan, para objeto de comercio, los derechos
permanentes de libre navegación”. Al colocar a Costa Rica en una condición de derecho real de
uso, perpetuo e inalterable, le dio a Costa Rica el goce pleno del dominio útil de la parte
correspondiente del río San Juan.
Igualmente, reconoció la Corte que los derechos de Costa Rica se “confunden con las facultades
soberanas del sumo imperium”; es decir derechos comunes e iguales en la navegación del río San
Juan.
También la Corte reconoció que la navegación comercial es una “amplia facultad de tránsito y de
comercio”, con lo cual modifica el Tratado de 1858 y el Laudo Cleveland. Ante la protesta de
Nicaragua, la Corte se dirigió a los gobiernos de Centroamérica el 14 de julio y el 20 de setiembre
de 1917 solicitando apoyo moral para que Nicaragua respete la decisión. Todos apoyaron a la
Corte, pero sin acciones concretas.
En 1921, en la reunión plenipontenciaria centromericana, en San José, Nicaragua condicionó su
aprobación al Pacto de la Unión, a que se aceptara el Tratado Bryan-Chamorro y se retiran.
En 1923, Costa Rica y Estados Unidos firman el 1º de febrero, el Protocolo Oreamuno-Hugues,
sobre el canal, pero no se ratifica por ninguno de los países.
En 1939 Anastasio Somoza García propone, en lugar de la construcción del canal, “la
canalización del San Juan”. En 1939 Somoza en Estados Unidos habló con el Presodente
Roosevelt para ¨constitucionalizar¨el Tratado Bryan Chamorro. En 1940, Costa Rica y Nicaragua
firman el tratado Cordero Reyes-Zúñiga Montúfar para “la canalización del río San Juan”,
proyecto que abandona Nicaragua, pero en el cual Nicaragua aceptaba la libre navegación de
Costa Rica en el río hasta el lago. En 1964 el Congreso nicaragüense solicita abrogar el tratado
Bryan-Chamorro, lo cual se logra en 1967.
En 1974, los vicecancilleres de Costa Rica y Nicaragua, Víctor Hugo Román e Iván René López
firmaron el documento para iniciar la explotación conjunta para la canalización conjunta del río
San Juan.

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