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Frustración

1. ¿Cómo definimos la frustración?


La frustración es definida como un sentimiento estrictamente
desagradable en la que una persona deposita previamente todos sus esfuerzos
físicos, psíquicos, actitudes, aptitudes y tiempo en conseguir un objetivo que
se había fijado y la nulidad del mismo. Esto es, lo que suele experimentarse al
no haber logrado con éxito una meta.
Por otra parte, la frustración puede considerarse una percepción o sensación
totalmente subjetiva, de carácter personal y cuya interpretación depende de
cada individuo. En otras palabras, el fenómeno de la frustración se puede dar
o no, según cómo se perciba la no consecución de nuestras metas.

2. Teoría de la frustración Dollard y Miller


Miller en 1,941 plantea la hipótesis de la frustración-agresión y expone que
cualquier “bloqueo de meta”, usando su propia terminología, es frustrante,
aunque no incluya señales de ataque. Buss en 1966 explicaba que este tipo de
frustración hace que el sujeto se enfade sin que llega a ponerse directamente
agresivo; para que se produzca una agresión directa es necesario que existan
señales de ataque relacionadas con alguna forma de estimulación dolorosa.
Además, estas reacciones no son iguales en todos los sujetos, sino que son
diferentes según el sexo. En general, los hombres son más agresivos que las
mujeres. Asimismo, ha demostrado que la tolerancia al dolor varía con las
normas del grupo. Estudios posteriores sobre este tema apoyan la tesis de que
sin una estimulación dolorosa la frustración influye poco en la aparición de un
comportamiento agresivo.

 Bandura y Ross en el año de 1963 realizaron un trabajo sobre la


imitación de modelos agresivos, comprobaron así la repercusión que las
películas aversivas provocaban en jóvenes de 8-12 años. Entre sus
conclusiones destaca que la frustración del sujeto joven no sólo pone en
juego reacciones aprendidas observando la conducta agresiva de la
película, sino también respuestas aprendidas con anterioridad de un tipo
similar a las presentadas en el film. Por tanto, la visión de la película
añade un efecto extra a la agresión innata, junto con las respuestas
agresivas aprendidas. Los chicos fueron más propensos que las chicas
a comportarse de la manera prevista, sugiriendo así la existencia de una
agresividad innata como condición previa para la agresión aprendida, y
que ésta es mayor en los chicos que en las chicas.
 Berkowitz y Rawling en el año 1963 tomaron una perspectiva más
amplia de la violencia provocada a través de películas. Comprobaron
que una película puede ser considerada como agente frustrante en la
medida en que el sujeto se identifique con el atormentado héroe o
protagonista de acuerdo con su propio nivel de enfado. Estos mismos
autores demostraron la existencia de cierta conexión entre la frustración
y la ansiedad. Según Berkowitz el nivel de resistencia de una persona
ansiosa a encolerizarse es mucho menor que el de una persona que no
padece ansiedad. Otra consideración es el afecto negativo que
desencadena la frustración.

De alguna manera la frustración hace que nos sintamos mal, y entonces somos
desagradables dando origen a la agresividad emocional. La persona que sufre
puede comportarse con mucha dureza incluso con personas inocentes, en
parte por el deseo de hacer daño.

Algunas situaciones u objetos reales pueden servir de señal que provoca


conductas agresivas; las armas con un claro ejemplo de objeto significativo
agresivo, como han demostrado numerosos estudios, pero incluso los
pensamientos de acontecimientos desagradables pueden tener este efecto;
así, el hecho de recordar un evento desagradable puede activar reacciones
agresivas aun cuando la causa real no esté presente.

Los pensamientos pueden mantener viva la hostilidad o por el contrario


restringirla; cuando prestamos atención a nuestros comportamientos somos
más propensos a actuar de forma socialmente aprobada. De manera que a
mayor autoconciencia, mayor autocontrol. Otro aspecto importante que facilita
la expresión de la agresividad es la falta de control social, el anonimato o la
desindividuacion, ya que el individuo no se percibe como responsable de sus
propias acciones como parte integrante de un colectivo.

La asociación con los sucesos aversivos desempeñan un papel importante en


la selección del blanco adecuado para recibir el ataque, que en general se
dirige hacia aquel que es percibido como la fuente del displacer; pero en
ocasiones éste no es alcanzable, y entonces aparece el desplazamiento o
búsqueda de un blanco sustitutorio sobre el que descargar la agresividad
contenida.

Por ejemplo: “el hecho que alguien pague los platos rotos que alguien más
rompió, es un estilo de agresión que puede generar frustración”

Una persona frustrada ha sido anteriormente agredida, en la agresión


concurren diversos factores y una cierta predisposición personal unida a la
activación de un afecto negativo a través de objetos o sucesos con significado
negativo, de objetos asociados con otras fuentes de afecto negativo. Es así
como una persona agredida puede llegar hasta la frustración.
3. Abram Amsel y la teoría de la frustración
Abram Amsel (1922-2006) fue un distinguido investigador, teórico, docente y
escritor en el ámbito del comportamiento humano y en las distintas ramas del
conocimiento psicológico de la conducta humana. Es además autor del libro
“La teoría de la frustración”, publicado en el año 1992.
En términos generales, Abram Amsel se dedicó con pasión en las teorías del
comportamiento humano mediante la investigación de los mecanismos
de recompensa, los efectos psicológicos que produce la no recompensa y
sobre las diferentes reacciones psicológicas tanto en el momento en el que no
se asume la frustración como en momentos en el que no se asume.
La teoría de la frustración comprende y aborda conceptos como la
frustración secundaria, que es un tipo de respuesta aprendida de la misma
frustración; la persistencia (seguir persiguiendo el objetivo aún sin obtener
recompensa) y la regresión, que supone la aparición de un modo determinado
de comportamiento en la fase de frustración temprana.

 Artículo relacionado: "Condicionamiento operante: conceptos y


técnicas principales"

4. La motivación forma parte de la la frustración


La motivación es un sentimiento inherente de las personas que aparece por el
hecho de conseguir un objetivo, realizar un sueño o por cubrir una
determinada necesidad personal, como por ejemplo podría ser la de
estudiar. Ser médico es lo que motiva a estudiar a un alumno de medicina.
En este sentido, los individuos construyen unas prioridades que dependen
de las necesidades personales ya sean materiales, inmateriales o emocionales,
como sugiere la teoría de la “Motivación Humana” de Abraham Maslow
(1943).
Por esta razón, la motivación resulta ser una variable dependiente de la
frustración. Dicho de otro modo, según las expectativas que nos creamos a
nuestro alrededor, la frustración será menor o mayor, y a la vez el grado de
motivación puede transformarse según la situación.

 Artículo relacionado: "Tipos de motivación: las 8 fuentes


motivacionales"
5. Los procesos frustrativos
Teniendo en cuenta la teoría de la frustración de Abram Amsel, existen
diversos procesos de aparición de la frustración que veremos a continuación.

1. Aproximación-Evitación
Este tipo de frustración es el que se refiere a dos tipos de situaciones, una con
una carga positiva y otra con carga negativa, lo que nos hace vulnerables
a tomar una decisión por el miedo a lo que podemos perder.

2. Incompatibilidad de objetivos positivos


Esta situación se presenta cuando perseguimos dos objetivos que se antojan
incompatibles entre sí. Por ejemplo, queremos comprar un coche de lujo
pero a la vez lo queremos a un precio barato.

3. El muro o barrera
La frustración viene concebida por la incapacidad de conseguir algo
porque algún elemento en forma de barrera u obstáculo (físico o no) nos lo
impide.

6. Consecuencias
Como todo comportamiento humano, la frustración tiene consecuencias que,
en algunos casos, se vuelven graves y que si no se tratan por un especialista
profesional puede tornarse muy dañino.
Algunas de las consecuencias de la frustración pueden derivar en una
actitud agresiva con los demás o con uno mismo, llegando a la autolesión.
El comportamiento infantil y la regresión son otras causas comunes, aunque
las complicaciones más comunes son la depresión, tristeza e introversión.
¿Qué es la intolerancia a la frustración? Las personas con baja
tolerancia a la frustración, tienen una sensibilidad excesiva hacia todo
aquello que les resulta desagradable: No toleran la incomodidad, los
contratiempos, las trabas o problemas. No soportan la demora en la
satisfacción de sus deseos, ni ningún sentimiento o circunstancia que
pueda resultarles desagradable. Estas personas, suelen presentar
estados estrés, enfado, ansiedad, tristeza, resentimiento.
Normalmente, tienden a victimizarse y a culpar a otros de lo que les
pasa.
Es frecuente que los adultos que sufren intolerancia a la frustración se
rindan antes de conseguir sus metas. Los niños tienden a tener baja
tolerancia a la frustración, pero esto es debido a su propia inmadurez
cognitiva. Por ello es importante enseñarles desde  pequeños a
aceptar la frustración, a perseverar y a no darse por vencidos, a que
no siempre van a tener aquello que quieren.
La tolerancia a la frustración hace referencia a cómo nos enfrentamos
y manejamos la frustración. Como hemos dicho, la frustración es un
sentimiento normal y cotidiano, que no tiene nada de malo. Es un
indicador de que las cosas no han salido como queremos.
Pero cuando la no consecución de nuestras metas no nos deja ver más
allá, nos obsesiona, nos enfada y hace que desistamos de nuestro
objetivo, es cuando tenemos problemas. La baja tolerancia a la
frustración puede, incluso, llevarnos a evitar emprender tareas o
proyectos, simplemente por la posibilidad de no conseguir llevarlas a
cabo como a nosotros idealmente nos gustaría.
Según un estudio, la intolerancia a la frustración puede también
llevarnos a la procrastinación con facilidad, y todo lo que ello conlleva.

7. Rasgos de las personas con poca


tolerancia a la frustración
Las personas con intolerancia a la frustración tienen ciertas creencias
irracionales. Son pensamientos que surgen de forma automática, que
nos hacen sentir mal y suelen ser drásticos y dramáticos (“no puedo
soportar esto”,”esto es intolerable”, “debería…”, “siempre”, “nunca”).
Por ejemplo, creen que si no consiguen lo que se proponen o las cosas
no van como se supone que deben ir, las consecuencias serán
horribles.
Albert Ellis fue el primero en hablar de las creencias irracionales e
incluirlas en su terapia Racional Emotiva como ámbito de intervención.
Según él las personas tenemos ideas irracionales acerca de nosotros
mismos, los demás y el mundo:
 “Debo hacer las cosas bien y merecer la aprobación de los demás por
mis actuaciones”
 “Los demás deben actuar de forma agradable, considerada y justa”
 “La vida debe ofrecerme unas condiciones buenas y fáciles para que
pueda conseguir lo que quiero sin mucho esfuerzo y comodidad”
En la vida no podemos evitar las dificultades y las frustraciones, por
mucho que lo intentemos. Es parte de la vida. Por ello debemos
aprender a manejar estas emociones, para transformarlas en algo
constructivo y que no nos amarguen la vida.

8. |Ejemplos de tolerancia a la
frustración
Una persona con una alta tolerancia a la frustración no se va a
desanimar a la primera dificultad que se encuentre. Va a persistir, va a
probar diferentes estrategias para resolver el problema, hasta que lo
consiga. Una persona con intolerancia a la frustración, es probable que
desista en el primer intento.
Por ejemplo, si te has propuesto aprender a tocar el piano, no te va a
salir a la primera. Te va a costar aprenderte las canciones, las notas…
Al principio no serás capaz de tocar piezas complejas. Pero una
persona con alta tolerancia a la frustración, va a seguir practicando, a
pesar de las dificultades y el esfuerzo.
Si eres un opositor u opositora, necesitas tener bastante tolerancia a la
frustración. Mucha veces, por mucho que estudies, no vas a conseguir
una plaza. Pero tampoco depende de ti totalmente. Estas personas van
a seguir presentándose, van a estudiar más y más, hasta conseguir la
plaza deseada. Se van a frustrar, por supuesto, se van a sentir
desanimadas. Pero no van a dejar que esos sentimientos negativos les
alejen de lo que quieren conseguir.

10. Estrategias para aumentar la


tolerancia a la frustración
1. Cambia tu actitud hacia la no consecución
de tus metas
¿Cómo mejorar la baja tolerancia a la frustración? La gran mayoría de
las veces, las cosas no son tan catastróficas como podemos pensar.
Y somos bastante capaces de lidiar con lo que se nos pone en el
camino. Además podemos aprender de las frustraciones, nos enseñan
que eso que hemos hecho no funciona. Busca otras estrategias, otros
caminos.
¿Como mejorar la tolerancia a la frustración?: Reflexiona si realmente
sería tan horrible que las cosas no salieran como lo planeado, o no
consiguieras lo que te has propuesto. Pregúntate qué es lo más horrible que
podría suceder. O si realmente, esa situación es tan intolerable. También,
prueba a calificar del 1 al 10 cuan terrible es la situación, siendo 10 lo peor
que puedas imaginarte. ¿Es tan terrible como un accidente de coche o ser
despedido? Esto te puede ayudar a darte cuenta de que esperar 10 minutos a
ser atendido no es algo tan terrible.

2. Cambia tu actitud hacia la frustración


La frustración es una emoción normal, que nos indica que no vamos
por donde nos gustaría. La frustración es incómoda, pero es tolerable.
¿Como mejorar la tolerancia a la frustración?: No huyas del sentimiento
de frustración, pero tampoco te recrees en el. Acéptalo y déjalo pasar.
Céntrate en otra cosa. Prueba a buscar 5 estrategia diferentes para conseguir
aquello que quieres, con sus ventajas e inconventientes. Ten en cuenta que la
solución ideal no existe.

3. Identifica tus creencias irracionales


Las creencias irracionales son pensamientos que aparecen sin que
nosotros queramos, que nos hacen sentir mal, tristes y enfadados.
Además, no tienen base racional. Como hemos dicho, estas creencias
irracionales suelen encontrarse en la base de la intolerancia a la
frustración.
¿Como mejorar la tolerancia a la frustración?: Cada vez que te encuentres
molesto o frustrado, atiende a tus pensamientos. ¿Qué clase de pensamientos y
afirmaciones surgen? Apúntalas en un papel. Identifica tus debería, siempre,
nunca, no puedo, no soporto, es intolerable… Anota también cómo te hacen
sentir esos pensamientos y cuestiona su utilidad. Por último, busca alternativas
más plausibles y que te hagan sentir mejor. En lugar de “es intolerable que me
hagan esperar tanto en la cola, deberían tener más personal trabajando” puedes
pensar “esperar no es lo es lo más deseable, pero no puedo hacer otra cosa.
Puedo aprovechar a leer o llamar a un amigo mientras espero”.
4. Practica la frustración
Las personas con intolerancia a la frustración suelen evitar las
situaciones en las que creen que van a frustrarse. Cuanto más se
evitan las situaciones que teme, más nos cuesta luego enfrentarnos a
ellas, además de que le damos más importancia de la que tienen.
¿Como mejorar la tolerancia a la frustración?: La mejor estrategia para
dejar de temerle a la frustración es enfrentarse con esas situaciones frustrantes.
Exponte a ellas. Haz una lista de situaciones que suelen frustrarte.
Comprométete a exponerte a al menos una de ellas a la semana. Comienza con
las más fáciles y ve aumentando su dificultad. En esas situaciones prueba a
realizar algunas de las estrategias que aquí te proponemos.

5. Toma medidas
Una vez que hemos identificado aquellas cosas que suelen frustrarnos,
el siguiente paso es tomar medidas para adaptar esas situaciones y
que nos resulten menos frustrantes en la medida de lo posible.
¿Como mejorar la tolerancia a la frustración?: Si te resulta frustrante, por
ejemplo, esperar a la gente impuntual, o esperar en colas, o perder el tiempo
en el transporte público, piensa en algo que puedas hacer durante ese tiempo
para que no sea una pérdida de tiempo. Prueba a leer, escuchar la radio…
Piensa en cómo puedes modificar esa situación para reducir su frustrabilidad.

6. El retroceso no es fracaso
Hay veces, en las que en el camino para llegar a nuestro objetivo, se
producen retrocesos, recaídas. Las personas con intolerancia a la
frustración creen que en un proceso todo tiene que salir bien y cada
vez mejor. Por ello es importante que se den cuenta de que esto
forma parte de un proceso normal. La vida se compone de altibajos.
Los momentos bajos nos hacen apreciar mejor los momentos de éxito
y felicidad. Pero, en absoluto, un momento de retroceso significa que
hayas fracasado.
¿Como mejorar la tolerancia a la frustración?: Permítete fallar, retroceder.
A veces es necesario retroceder para coger carrerilla. En los momentos de
retroceso, mantén la calma y huye de los pensamientos negativos (“soy un
inútil”, “nunca lo voy a conseguir”). Practica la paciencia y la constancia.

7. Diferencia los deseos de las necesidades


Todos tenemos preferencias y deseos. Nos gustaría que todos nos
trataran como queremos, que las cosas salgan de una determinada
manera. Pero no dejan de ser deseos. No son necesidades primarias.
Las necesidades son algo sin lo que no podemos vivir, como alimentos,
sueño, relaciones sociales…
¿Como mejorar la tolerancia a la frustración?: Haz una lista con tus deseos
y otra con tus necesidades. Luego analiza bien cada elemento de las listas: ¿Es
esto realmente una necesidad? ¿Qué ocurriría si no obtuviera esto? ¿Sería tan
grave?

8. Analiza la situación
Muchas veces nos  frustramos porque no sabemos cómo ha podido
salir mal o no sabemos qué hacer.

9. Conclusión

En términos generales y de acuerdo a las teorías y puntos de


vista analizados, se ha determinado que de todas las
situaciones motivacionales en la vida del ser humano, se
deslindan muchas otras situaciones, sobre todo positivas. Por
otro lado, se puede apreciar que así como la motivación influye
positivamente en todas las áreas de la vida de una persona, así
también la frustración puede provocar severos daños en todas
estas áreas, para lo cual, es necesario considerarla, más que
como un resultado negativo, que puede provocar muchas
alteraciones en la conducta, como productiva, ante la cual es
importante crearse una base de ideas positivas en la mente.

En mi modesta opinión, específicamente en el área laboral,


actualmente la motivación se encuentra en un bache. Durante
la realización de las tareas asignadas en el centro de trabajo, la
mayoría y dependiendo del grado de motivación resultan, otras
por diversos factores no. Por ejemplo, al iniciar un día normal
de trabajo, lleno de expectativas, ideas, deseos, etc.;
sorprendentemente surgen a nuestro alrededor, complicaciones
que nos impiden realizar las cosas de manera como las
pensamos, logrando aislar nuestra motivación (impulso) y
provocando que realicemos las acciones mala o erróneamente,
permitiendo con esto que ingrese a nuestro ser, la negatividad
(desanimo, depresión). De acuerdo con el Psicólogo Daniel
Goleman, los lideres deberían desarrollar la inteligencia
emocional y social (la inteligencia emocional tiene que ver con
uno mismo, con cómo se maneja la persona, y como logra que
los individuos logren un gran desempeño. La social es tener
contacto directo con las personas, conocerlas y poder
interactuar con ellas), para lograr un buen desempeño del
personal y el éxito de la empresa).

Es por esto, que motivo a los lectores, que se encuentren


dentro y fuera de una empresa, que por cada nuevo propósito,
se deposite todo de sí mismo, en un banco de esfuerzos y en
caso de existir alguna barrera que no permita su logro,
considerar el resultado, de acuerdo a la siguiente frase.

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