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algunas partes . Los discursos hablados de Noriega son muy parecidos a
aquéllos en que sigue un texto escrito, lo que explica la paternidad del
contenido, de las ideas y de muchas frases .
El haber pasado las últimas pruebas (las que siguieron a la elección)
y escollos, más o menos aceptablemente, en la superficie de las cosas,
hizo posible que Noriega hablara en un tono de mayor arrogancia y me-
galomanía que el acostumbrado.
"Este Comandante -expresó Noriega- ni pensó, ni trabajó, ni aspi-
ró, ni tenía el apellido, ni hizo "lobbies" para llegar a la posición jerár-
quica que él desempeña . Otras eran sus aspiraciones, otras eran sus que-
rencias, pero ese fue su destino y esa misión encomendada se seguirá
cumpliendo con mis compañeros de armas del Estado Mayor General" .
He aquí al hombre que se refiere a su destino superior y a una misión
encomendada . Originalmente, en su niñez, en su adolescencia, hasta en
su juventud, pensó en otras cosas más modestas, que no confiesa para
que resplandezca su augusto destino providencial, su misión histórica en-
comendada . El mecanismo de esta sublimación es muy conocido . La esca-
sa cultura de la mayor parte de los militares latinoamericanos que alcan-
zan el ejercicio dictatorial del poder les lleva, en la mayoría de los
casos, a explicarse lo inexplicable (que de la nada hubieran podido re-
montarse a la cumbre política tiránica), recurriendo a los poderes mági-
cos, sobrenaturales, a la teoría del destino superior, a la tesis de la misión
providencial encomendada a ellos . El ascenso un tanto meteórico hacia la
cúspide gubernamental los va transformando, metamorfoseando, autoso
;brestimando van incrementando su ar ogancia y l egan hasta la me-
galomanía .
Desde el pináculo político, esa misión encomendada se la atribuyen a
Dios : "Conceptúo que Dios ha sido magnánimo y misericordioso con este
hombre y que él es mi Pastor y sólo sus designios serán el árbitro decis.oridemDstno"(cTmayúul)an excelsa misión se la ha en-
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Carlos Andrés Pérez, ni siquiera . el pueblo panameño, quienes puedan
decidir su Destino, sino los designios de Dios, únicamente .
En el cumplimiento de lo que considera como su misión por mandato
divino, Noriega dice inspirarse en una larga lista de héroes mundiales, a
saber : Washington, Bolívar, Sanmartín, Sucre, Hidalgo, Juárez, Martí,
De Gaulle, Tito, Atatur, Muhtar, Sun, Mao, Gandhi, Ben Gurión, Golda
Meir, Nasser, Kenyata, Lenin, Cabral, Mandela, Perón, Velasco Alvarad
.o,Asyíelnrdoca,RemónyTrijos(dCmantes)
menciona, uno tras otro, como sus modelos, como sus ejemplos de lucha .
Naturalmente que el cordero de Dios, el elegido de Dios, que ambas cosas
es al mismo tiempo, el que tiene una misión providencial, el que sigue
y recibe los designios de la Divinidad, no necesita ese ejército de inspira-
dores. Pero de todos modos, ahí están, dicho modestamente .
No sabemos por qué Noriega se queja de una omisión educativa en
cuanto a enseñar "la lucha de generaciones por la descolonización", ya
que en estos días los Batallones de la Dignidad, las Fuerzas de Defensa y
todo el pueblo panameño son los adalides de "la lucha de liberación con-
tra el neocolonialismo", pues "ella pertenece al Pueblo Panameño y a los
hombres de dignidad" (claro, los Batallones) . Las comillas son, desde
luego, del discurso .
No se enseña -continúa Noriega- "que el asesinato del Presidente
José Antonio Remón Cantera, de Panamá, en 1951, se fragua desde que
pronunció la frase "Ni Millones ni Limosnas, Queremos justicia" . "Tam-
poco se habla del asesinato del general Omar Torrijos Herrera, senten-
ciado desde que dijo "Siempre de Pie, Nunca de Rodillas" (muchas
mayúsculas en el texto) . Y aquí nos deparan los designios de Dios la
primicia, por conducto de Noriega, de que Omar Torrijos fue asesinado .
Se duele de que "tampoco se habla" de ese asesinato, pero desde 1981
jamás presentó Noriega, como asesinato, la muerte de Torrijos . Parece
que fue ahora, en los últimos días, cuando le llegaron los designios divinos
sobre el particular, tal vez un poco atrasados . Ninguna autoridad pana-
meña se hizo eco ahora mismo de esta capital denuncia relativa al asesi-
nato de Torrijos . Le complace a Noriega guardarse estos secretos por
largo tiempo y revelarlos años más tarde, pues en uno de los primeros
párrafos de este discurso de resucitación ha, recordado otra vez que en
diciembre de 1985 "le dijimos "no" a un almirante norteamericano que
quería que Panamá fuese la cabeza de playa contra Nicaragua" (Aludía
a Poindexter) .
El acto de masas de empleados públicos, de Batallones de la Digni-
dad, de las Fuerzas de Defensa, era el marco propicio para que Noriega
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con su chaleco de seguridad a prueba de balas hasta el cuello (cuidado
con los designios de Dios), halagara a las Fuerzas de Defensa .
"Que esta armonía, que estas bendiciones, que esta fuerza moral de
soporte no es extraña y obedece y se extiende a la espiritualidad, a la
inocencia, a la humildad, a la gran capacidad magnética y dinámica de
esta tropa, de estos oficiales que provienen de un barro terrenal que es
el origen y la esencia del pueblo panameño . A esta tropa, a ellos y ante
ellos, después de Dios, solamente me inclino en señal de reverencia y
respeto, porque los he conocido en las montañas con hambre, en los ríos
con frío, en los campos con necesidades, en las tristezas con lágrimas, en
los momentos libres con un trago de ron malo y con ellos, yo, su Coman-
dante, he cumplido las. misiones más difíciles de arrojo a órdenes de otros
comandantes, misiones de arrojo y de decisión dentro del territorio y más
allá de nuestras fronteras en misiones de soberanía pero nunca, nunca ni
añingotados ni con miedo" .
El cordero de Dios se inclina reverente y humilde, primero ante la
Divinidad, y después ante la tropa . Le habla a ésta, en un lenguaje que
cree "campechano" y que es chabacano, de "ríos con frío", de "hambre
en las montañas", de "tragos de ron malo en los momentos libres", de
"añingotados", de las "misiones de arrojo", que nosotros desconocemos,
porque hasta donde llega nuestro conocimiento la última acción armada
de un ejército panameño ocurrió en 1921, por el asunto de Coto, con
Costa Rica . Pero no hay que olvidar a los gobernantes "hasta 1999"
(¿Por qué esa limitación?) :
"Los presidentes hasta 1999 tienen que ser de la madera y de la
forma de Manuel Solís Palma, porque ya él dio un hito en la Historia
de la dignidad panameña . No pueden ser ni gringos, ni . gringueros, ni
pueden sufrir de impotencia patriótica, ni pueden vivir, ni alimentarse
del coqueteo de las llamadas telefónicas o de las palmaditas en el hombro
que le da el amo a su esclavo" .
El Comandante humilde y reverente, ahora, pleno de sapiencia y de
poder, traza el perfil de los Presidentes de la República, porque él ha
puesto la línea divisoria entre la dignidad y el entreguismo, colocando a
los que hablan por teléfono con Bush (Endara) en la categoría de as-
pirantes descartados .
También en el discurso se reitera la apelación a los lugares comunes
de la época de Torrijos. "No seremos una estrella más en la bandera
norteamericana" ; "una sola bandera y un solo territorio" ; "el relevo
generacional" en la lucha nacionalista, etcétera, etcétera . Y luego de cerra-
da la histórica pieza de oratoria política y patriótica, hace que un niño
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le entregue una banderita nacional y le prevenga : "para que nos la en-
tregue en el año 2025" (Crítica, 12 de agosto) . Ya no es suficiente el
año 2000, porque está cercano ; ahora comienza a pensar en el año 2025
(de aquí a 35 años), cuando el Narcodictador octogenario cumpla el
simbolismo con que ha dado final al "histórico día" (así lo denominó)
en que celebró su sexto aniversario de jefatura narcodictatorial en Panamá .
A veces uno suele preguntarse si esta clase de discursos se leen para
consumo de la opinión pública local o internacional, y que detrás de
ellos puede haber una realidad distinta que se quiere ocultar . Sin duda
que los gobernantes acostumbran a usar cierta dosis de falsedad, por
conveniencia momentánea . Los dictadores también lo hacen, y en ocasio
.nePs,romuchaádqitlsrgobena diros
megalómano, en momentos en que está bailando en la cuerda floja, no
altera la esencia de su voluntad prepotente, cuando, como en el caso
de Noriega, se ve constreñido a poner las cartas sobre la mesa, para
orientar y obtener apoyo de todo su séquito, porque del otro lado sólo
tiene el repudio inmenso de toda la nación .
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de Arias. Las calles adyacentes del Jardín de Paz y éste, se encontraban
repletos de un mar humano que, a su paso, iba despidiendo los despojos
mortales de Arias, con flores, pañuelos blancos, lágrimas, banderas na-
cionales y de partidos políticos oposicionistas, hasta cuando un compacto
grupo que iba tras el féretro, ya próximo al cementerio, irrumpió en gritos
ensordecedores contra el Narcodictador Noriega . Se calcula imparcial-
mente que al paso del cadáver y tras el catafalco, se apretujaron nada
menos que doscientas mil personas . El desfile duró, desde las dos de la
tarde, hasta las ocho de la noche .
Esta vez, cuando muchos creyeron que por las disensiones internas que
en el arnulfismo produjo la muerte de Arias y por las presiones dolosas
de la Narcodictadura, a las cuales nos hemos referido' en la Primera
Parte de este libro, sólo asistiría a este primer homenaje de aniversario
un grupo reducido, la misa inicial celebrada en la Iglesia del Carmen, a
la una de la tarde, y la marcha larga hasta el jardín de Paz, bajo . una
llovizna constante, concentraron una fuerte muchedumbre de sesenta mil
personas . Sin duda que fue un peregrinaje antinorieguista, sin gritos con-
tra el Narcodictador, pero tal acto no podía deslindar su . mensaje emo-
cional de su sentido político.
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nes obsecuentes de solidaridad, que la Narcodictadura norieguista publica
en plan de apoyo a sí misma .
Ignoramos de qué arcas salen los dineros para pagar estas inver-
siones cuantiosas, pues el Gobierno se retrasa en el pago de los salarios
a los empleados públicos y a los jubilados de la Caja de Seguro Social . Y
de qué arcas salen los fondos para pagar los Batallones de la Dignidad
y actos como el del sexto aniversario de la jefatura de Noriega . A los
extranjeros se les hace presenciar "la agresión", "la invasión", y "la
guerra" desatadas por los Estados Unidos "contra Panamá", que ha
popularizado el Comando Sur . En los hospitales de asistencia pública y
en las Clínicas del Seguro Social escasean, y a veces no hay, los medi-
camentos básicos, los alimentos para los pacientes y los equipos médicos
están paralizados, por falta de repuestos o por inservibles . No hay por
qué referirse a la situación de otros servicios públicos . La causa es una
sola : la agresión norteamericana . Pero menudean los actos, los viajes, el
turismo de la propaganda "nacionalista" y nada se comenta ni se indaga,
ni se permite hacerlo, sobre las realidades terroristas de la Narcodictad .uracsten
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los otros dos no valen ni siquiera su precio en papel, a más de que su
venta pública es casi nula .
Si bien entre los panameños tales periódicos han perdido, hace mu-
chos años, la más mínima credibilidad, hacemos un comentario especial
con respecto a esta labor periodística, porque el lector poco informado
debe saber algo sobre la publicidad que lleva a cabo la Narcodictadura
panameña .
Nos limitamos a algunos de los grandes titulares de ambos diarios
(Crítica y La República Dominical), a fin de julio y en agosto, como
una simple muestra de este bombardeo en el vacío .
El grupo político mejor organizado y más combativo de la Oposición
panameña ha sido el Partido Demócrata Cristiano (hacemos constar que
nunca hemos sido ni tenemos interés en ser demócratas cristianos) . Por
ello la falsía burda de las campañas impúdicas del régimen castrense se
ensaña en los demócratas cristianos, pero a veces caen bajo su férula
otras clases de personas.
Las imputaciones de los titulares y algunos comentarios :
"De su último viaje a E .U . Arias Calderón trajo un Millón para
Disturbios" (La República Dominical, 30 de julio) .
"Recibió Luis Anderson Dinero para Sobornar a Dirigentes Sindi-
cales" (La República Dominical, 13 de agosto) .
Anderson fue un directivo panameño de un sindicato en la ex-Zona
del Canal, cuyo apoyo se ganó Torrijos y lo elevó a puestos destacados
en la maquinaria oficialista (Viceministro y Ministro de Trabajo) . La
Dictadura norieguista lo tenía como miembro de la junta Directiva del
Canal, integrada por cinco norteamericanos y cuatro panameños, hasta
cuando Anderson, poco después del 10 de mayo, renunció ese cargo,
criticando la represión dictatorial .
"Para Fomentar la Violencia en los Colegios, Comando Van Cleef
Patrocina Democracia Cristiana en Chiriquí" (Crítica, 14 de agosto) .
"Planea Oposición Acciones para Sabotear el Diálogo . Distribuyen
Dinero para Subvertir el Orden en Panamá" (La República Dominical,
20 de agosto) .
"Caos, Violencia, Terror y Muerte Promueve la ADOC" (Crítica, 21
de agosto) .
"Comandos Van Cleef Listos para - fomentar el Caos esta Semana . El
Comando está integrado por elementos de la Democracia Cristiana y
Contras de Nicaragua que entraron por la Base Howard" (Crítica, 28
de agosto) .
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Estos macabros planes subversivos jamás tuvieron realidad de nin-
guna clase. Pero ahí están los grandes titulares impunes, con las grandes
mentiras.
2 60
:Panmá",progdaesviquntaoclr tadelmon
los vínculos de asalariado que tuvo Noriega por muchos años con la
CIA, su colaboración entreguista con el Comando Sur desde que ocupó
la Comandancia de las Fuerzas Armadas en 1983, las "maniobras con-
juntas" del ejército norteamericano con grupos de militares panameños
por todo el territorio nacional, la correspondencia de elogios que le en-
viaban los Estados Unidos a Noriega, por su colaboracionismo o "coope-
ración" con ellos . Y sobre todo, esos intelectuales se tornan avestruces
ante la criminal alianza de Noriega con el Cartel de Medellín .
Por esta vía de "lucha anti-imperialista" y de silencio frente a la reali-
dad delincuente de la Narcodictadura norieguista, las fracciones de inte-
lectuales latinoamericanos que emiten documentos de apoyo a Noriega,
creen subjetivamente estar desplegando una justa oposición al Coloso
del Norte . Y algunos intelectuales serios caen en el lazo de esta forma
de oportunismo .
Para el mexicano Gastón García Cantú, quien escribe en el diario
Excélsior, se trata de enfrentar el siguiente dilema : "Con el Derecho in-
ternacional y la Autodeterminación o con el dominio de los Estados Uni-
dos" . La situación real es mucho más compleja y profunda que la vieja
simplificación del siglo pasado : "Los Estados Unidos aparecen con su
rostro histórica : el de los adversarios de América Latina", según palabras
de García Cantú . Y todo el artículo, titulado "De México a Panamá :
la Sombra del Garrote", reproducido en Crítica, del 11 de agosto, no
hace más que dar vueltas en torno al mismo esquema : "El problema
no es el de la moralidad de Noriega, sino el de la intervención de los
Estados Unidos" .
Realmente, el problema no es el de la moralidad de Noriega, que
el mismo García Cantú pone en mucha duda, sino la crisis general de
Panamá, propiciada desde veinte años, por la Dictadura castrense, en sus
formas torrijista y norieguista, Dictadura que el narcotráfico ha sacado
de las manos de los Estados Unidos, para provecho mutuo del Narcod .ictadoryelC dMlín
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XXIV. Estertores de la Misión Conciliadora
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En su editorial del domingo 20 de agosto, refiriéndose a los estertores
del diálogo y a su frustrado cierre inminente, La Estrella de Panamá,
expresó :
"El diálogo se enfrenta ahora a una carrera de velocidad, en donde
la mesura, el equilibrio, la sensatez y el positivismo no tienen cabida .
No habrá manera de que en tan poco tiempo, puedan armonizarse po-
siciones tan radicales como las que han venido dividiendo a la nación
y al pueblo panameño por tantos años . Ese hecho que lógicamente se
asomará como una realidad negativa y perturbadora, vendrá a provocar
una mayor confusión y un empeoramiento de la crisis que nos ha ve-
nido azotando" .
Era cierta la figura : "no podían armonizarse posiciones tan radicales
como las que han venido dividiendo a la nación y al pueblo panameño
por tantos años" . Pero la verdad profunda que esas palabras resumían
con imprecisión es la siguiente : desde el golpe de Estado de 1968, cuan-
do se inauguró la Dictadura castrense, el país se dividió en una minoría
de militares y su séquito, que secuestró el poder, e indirectamente el país,
y una mayoría del pueblo panameño, cada vez más numerosa, que vino
repudiando lenta, firme y ya abiertamente a la Dictadura castrense, tanto
en su período torrijista, como en su etapa norieguista, y que aprovechó
las elecciones del 7 de mayo, como último esfuerzo pacífico para liquidar
democráticamente a . la Narcodictadura .
Tan pronto se puso fin al diálogo tripartito al mediodía del 21 de
agosto, los artífices de la labor desplegada por la Misión conciliadora,
los Cancilleres Cordovez y Londoño Paredes, se apresuraron a declarar al
unísono, uno desde Panamá ("los resultados del diálogo tripartito no
constituyen un fracaso', La Estrella de Panamá, 22 de agosto), y el otro
desde Bogotá ("la Comisión de la OEA que medió para buscar una
solución negociada a la crisis panameña no fracasó en la misión que le
fue encomendada", Crítica, 23 de agosto) .
Ambos Cancilleres querían "tapar el sol con las manos" . La Estrella
de Panamá, del 23 de agosto, editorializó diciendo : "Las conversaciones
protagonizadas por los sectores envueltos en el conflicto, como se conoce,
no pudieron llegar a un acuerdo concreto que pudiera vislumbrar la so-
lución del problema . Ante ese evidente fracaso, la reunión de la OEA
se plantea con demasiada incertidumbre" .
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XXV . El último informe de la Misión
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nación frustránea del diálogo el 21 de agosto "constituye esencialmente
una pausa en la consideración de esos dos aspectos esenciales".
Pero, como lo hemos aseverado, lo que pretendía la Misión, a través
del Informe, era escamotear su propio fracaso, planteando falsamente que
había una perspectiva de éxito inmediata en la continuación del diálogo
más allá del 23 de agosto .
En segundo término, el Informe "señala un punto que considera muy
positivo : todos los participantes parecen haber adoptado como objetivo
unánime de las negociaciones el establecimiento, dentro de un plazo re-
lativamente corto, de un gobierno democrático y constitucional que mar-
que el principio de una nueva etapa en la historia republicana de Pa-
namá" (pág. 8) .
Estas palabras de apaciguamiento iban encaminadas a suministrar al
plenario la idea de que había el consenso, entre las partes, de que a
plazo corto se establecería "un gobierno democrático y constitucional" .
Así, el pleno podía omitir una posición de mayor compromiso y limitarse
a formular buenos deseos en cuanto a ese próximo milagro "de una nueva
etapa en la historia republicana de Panamá" . Pura falsedad y demagogia
barata .
En tercer lugar, el informe "considera necesario señalar el efecto ne-
gativo que han tenido las maniobras realizadas por las fuerzas armadas
de los Estados Unidos . Sin pronunciarse sobre la legalidad o ilegalidad de
tales operaciones la Misión considera que han sido inoportunas" (pág . 8) .
Con el burdo atuendo de una falsa imparcialidad jurídica, la Misión
culpa a los Estados Unidos de producir serios efectos negativos, por razón
de las maniobras militares que varias veces hemos destacado en esta obra .'
Por último, el informe, para dar prueba de su equilibrio en lo re-
ferente a señalamientos, expresa que "la Misión quiere informar que ha
recibido repetidas y frecuentes denuncias de violaciones de derechos huma-
nos, civiles y políticos, cometidos por el actual gobierno . . . "La Misión
ha hecho gestiones ante el gobierno para que se eviten tales situacio-
nes . . . "La Misión no puede dejar de registrar su honda preocupación
por el aumento de medidas que en nada contribuyen a crear el clima
necesario para solucionar la crisis" (pág . 8) . Hé aquí la sola concesión
que se permite el Informe en favor del pueblo panameño, víctima de una
fuerte represión que conoce muy bien, no sólo la Misión, sino todo
el mundo.
8 Cabe anotar que unos cinco días antes de la sesión plenaria de la OEA seña-
lada para el 23 de agosto, el ejército norteamericano suspendió todas sus maniobras
en Panamá . Las reanudó poco tiempos después .
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XXVI. Cae el telón de la OEA
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democráticamente (había un pequeño problema, consistente en que No-
riega no se había comprometido con nadie a renunciar) . Tampoco hubo
acuerdo en estos aspectos, y hasta se habló de una especie de "protocolo
secreto", que recogiera un compromiso en torno a la posición de Noriega
(La Estrella de Panamá, 24 de agosto) .
A la sesión formal de las tres de la tarde, los Cancilleres fueron sin
haber adoptado previamente ningún entendimiento. Hubo varios pro-
yectos de resolución . Se discutió con todo tiempo y espacio . El consenso
estaba muy lejos, para una solución efectiva . En una reunión a puertas
cerradas, el Subsecretario de Estado Lawrence S . Eagleburger y el Sub-
secretario para Asuntos Interamericanos Bernard Aronson expresaron que
para los Estados Unidos eran inaceptables los proyectos que estaban en
debate, porque dejaban a Noriega tras el trono en Panamá (The Wash-
ington Post, 24 de agosto) .
Al reanudarse la sesión pública, el delegado venezolano Tejera París
se dolió de que su proyecto no hubiera tenido respaldo . Ya en las horas
de la madrugada del 24 de agosto, el terreno estaba abonado para un
duelo oratorio entre la delegación norteamericana y la delegación pana-
meña, porque estaba circulando un proyecto de declaración del Presidente
Londoño, que no decía nada, para obtener el consenso final ; permitía a
todos irse con las manos limpias y vacías y crucificaba al pueblo de Pa-
namá . Pero no antes de que tronaran los oradores .
En efecto, Eagleburger habló por última vez, para la XXI Reunión
de Consulta . Su discurso, con ser largo, no fue demasiado extenso . Una
pieza clásica de serena elocuencia . Comenzó por referirse al proceso de-
mocrático que está progresando en el mundo y citó los ejemplos de El
Salvador, de Argentina y de Bolivia, en América y los de Filipinas,
Hungría y Polonia, en el resto del mundo .
"Aquellos que se interponen en el camino de ese proceso se sitúan
del lado equivocado de la historia y, en última instancia, se hallarán a
sí mismos, como se hallarán finalmente todos los dictadores, en el basu-
rero de la historia" (Comentario : Es una ironía política que Eagleburger
hubiera echado mano de la célebre frase de Trotsky sobre "el basurero
de la historia", como recipiente de las clases sociales periclitadas) .
"Sólo existe un obstáculo para resolver la crisis y todos sabemos
quién es .
"El pueblo de Panamá, los gobiernos de este hemisferio y la Orga-
nización de Estados Americanos desean que termine esta crisis . Pero la
voluntad peligrosa y violenta de un dictador y unos cuantos partidarios
desesperados se interponen en el camino de la democracia y de la paz
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en Panamá" (Comentario : Ello lo demostró categóricamente la elección
del 7 de mayo, en la que hasta muchos empleados públicos y muchos
miembros de las Fuerzas de Defensa votaron con la Oposición, para
repudiar a Noriega) .
"La dictadura de Noriega pensaba que podía usurpar el derecho na-
tural del pueblo panameño el 7 de mayo y que el mundo entero volvería
la vista hacia otro lado . En lugar de ello, la dictadura nunca ha estado
más aislada interna e internacionalmente que hoy día . Y continuará así .
La crisis no se resolverá hasta que se haya cumplido plenamente el man-
dato de la OEA. De hecho, únicamente empeorará" (Comentario : Había
que subrayar esta circunstancia y así lo hizo el delegado norteamericano) .
El segundo enfoque general del . discurso de Eagleburger está dedi-
cado a la complicidad de Noriega con el narcotráfico :
"Los países que proveen refugio y apoyo a los carteles del narcotrá-
fico amenazan la paz y la seguridad de este hemisferio, tanto como si
usaran sus propias fuerzas militares para atacar nuestras sociedades. La
verdad es, y cada uno de nosotros lo sabe, que el general Noriega ha
convertido a Panamá en un refugio de los narcotraficantes y centro de
lavado de dólares y de trasbordo de cocaína . ¿Se permitirá al general
Noriega ampararse falsamente detrás de la bandera de la soberanía pa-
nameña, mientras los carteles de la droga, de los que es aliado, inter-
vienen en todo el hemisferio? Eso, señor Presidente, es agresión, tan clara
como lo fue la invasión hitleriana de Polonia hace cincuenta años" (Co-
mentario : Si al Sr. Eagleburger le estaba vedado confesar que Noriega
estuvo por muchos años en la planilla de la CIA, nosotros no podemos
olvidarlo, ni olvidamos tampoco que son los Estados Unidos los respon-
sables de haber entrenado, fortalecido y apoyado logísticamente a las
Fuerzas de Defensa de Panamá, que el narcotráfico ha logrado sustraer
a los dictados de Washington . Ellos engendraron el monstruo que oprime,
tiraniza y aniquila a Panamá) .
"Cuando se escriba la historia del retorno de Panamá a la democra-
cia, y Panamá regresará a la democracia, sus páginas recordarán por
siglos aquellos que antepusieron los intereses de una sufrida nación y
aquellos que defendieron hasta el último extremo una dictadura corrom-
pida" (Comentario : : Es una lástima que el séquito norieguista, de civiles
y soldados, no lo comprenda así . Pero ese séquito es cada día más
reducido) .
Como era de esperarse, la delegación panameña se había preparado
para defender a la Narcodictadura norieguista, de esta ofensiva verbal
demoledora . Para tal fin, el Dr . Rómulo Escobar Bethancourt, un asesor
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de Torrijos y siempre aliado de Noriega, reemplazó en la tribuna al Can-
ciller Ritter, que nunca ha pasado de hablar con la voz asordinada de
un profesor en clases . El Dr . Escobar habló largamente, por dos horas,
con su elocuencia de barricada . Y exaltado por ésta, fue mucho más allá
de lo que hubiera querido Noriega .
El Dr . Escobar defendió la triste y deprimente actuación de la Misión
conciliadora, con todos los registros de la distorsión (no pudo decir el
Dr. Escobar que él hizo un viaje especial a Quito, para entrevistarse
personalmente con Cordovez, ni explicó tampoco los acuerdos a que
llegaron) ; alabó la propuesta gubernamental en el diálogo tripartito ;
atacó a los Estados Unidos, denunciando las violaciones del Tratado
Torrijos-Carter; defendió a las Fuerzas Armadas de Panamá, y finalmente
hizo la apología de Noriega. Hé aquí su párrafo culminante :
"La tragedia de Noriega es que ha tenido que soportar con estoicismo
todas esas calumnias y diatribas, porque no se ha querido prestar para
masacrar a los hermanos de Centroamérica y porque no ha querido acatar
arreglo para que prolonguen las tropas de los Estados Unidos su estada
en Panamá más allá del año 2000 . Y nosotros los panameños, que cono-
cemos sus trayectorias, no tenemos ningún empacho en afirmar que así
como el general Omar Torrijos puso el nombre de Panamá en la geogra-
fía del mundo, Manuel Antonio Noriega ha puesto el nombre de Panamá
en la geografía de la dignidad y la resistencia de los pueblos libres del
mundo" .
En esta apología de Noriega, Escobar Bethancourt incluso defendió
al Noriega aliado del Cartel de Medellín, retando al delegado de los
Estados Unidos para que trajera las pruebas correspondientes, así : "Yo
desafío a los representantes de los Estados Unidos que les presenten a
ustedes las pruebas contra Noriega aquí . No me digan que Noriega es
narcotraficante, que traigan las pruebas, señores de la OEA . Aquí están
las pruebas de que Noriega es narcotraficante, yo les creo, señores re-
presentantes de los Estados Unidos, que les traigan las pruebas a la
Organización de los Estados Americanos de que Noriega es narcotrafi-
cante para que ellos le crean" .
Y este reto, al calor de la exposición de barricada, no lo podía haber
autorizado Noriega, porque era la oportunidad para exhibir detalles muy
inconvenientes, como en su oportunidad lo veremos .
Después de semejante cruce de espadas oratorias, en que el Dr . Es-
cobar superó a Eagleburger en extensión y en retórica efectista, llegán-
dose a la mitad de la madrugada, no había más que guardar silencio
absoluto, para que la Declaración del Presidente Londoño Paredes, muy
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corta por cierto, diera fin a la infeliz actuación de la OEA en la crisis
de Panamá . Con ese documento insubstancial, anodino, de retirada a
hurtadillas, cayó el telón de la OEA .
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Baena Soares nunca pasaron de escuchar a las partes y formular una o
dos declaraciones a la prensa . Cordovez, en su papel "presidencial",
puede decirse que hizo las veces de Misión. Era casi imposible que pu-
dieran ir más allá de registrar las posiciones contrarias e irreconciliables
de las partes . El documento del Presidente Londoño Paredes, les agradece
"la paciente y eficaz labor cumplida" (inciso lo .) .
La Declaración continúa expresando "profunda preocupación" por
la imposibilidad de que las partes hubieran logrado una solución con-
junta, pero desde cuando el 20 de julio la OEA decidió que se celebrara
una nueva elección en Panamá, ya colocaba al Gobierno en una posición
de enorme ventaja, para que impusiera en el diálogo una inflexibilidad
decisiva . Ahora, el 24 de agosto, la OEA exhortaba a las partes para que
realizaran "nuevos y urgentes esfuerzos", "antes del lo, de septiembre",
a fin de "alcanzar un acuerdo nacional" . Exhortación baldía, inútil, irreal.
Las partes, que prácticamente habían llegado al impasse desde el 4 de
agosto, ni siquiera volverían a verse, lo que era fácilmente previsible .
Exhortación que tenía la sonoridad de una mascarada, pero que estaba
muy de acuerdo con el último Informe de la Misión, que afirmaba la
proximidad de un entendimiento y al que no se había llegado, por la ne-
cesaria pausa de que la Misión regresara a Washington para el plenario ;
es decir, por falta de tiempo, como también lo externa el Informe .
En el inciso 3o ., se alude a una solución a base de "principios de-
mocráticos", "libre ejercicio de la soberanía" y "autodeterminación del
pueblo panameño" . Y esto lo reafirman quienes habían decidido, precisa-
mente, aceptar la anulación norieguista de la elección del 7 de mayo, de
la cual quedaron, por lo menos, las dos terceras partes de las Actas legí-
timas de la votación celebrada en las respectivas Mesas electorales . Al
echar por la borda esa realidad electoral categórica, contundente, aplas-
tante, inescapable, la OEA se condenaba como reo de insólita complicidad
con la Narcodictadura norieguista, apuñalando tiránicamente la voluntad
mayoritaria del pueblo panameño .
El documento termina solicitando a la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos que visite nuevamente a Panamá, en cumplimiento
de sus funciones . ¡Qué caritativos y humanitarios son los Cancilleres de
la OEA! Los panameños recordamos esa Comisión y la "guerra sucia
argentina", de sus genocidas militares ; o recordamos la situación de los
derechos humanos en la Nicaragua de los Tachitos Somozas ; o recorda-
mos . . . Ya nos agobia una amargura dolorosa, y nos negamos a conti-
nuar destacando tanto sarcasmo frustrante .
27 1
La verdad es que, dada la experiencia de amarga frustración que ha
dejado la OEA, como balance de su azarosa existencia, y observando,
en el caso de la crisis panameña, la actuación dolosa de Cordovez, lo
mismo que la decisión del 20 de julio, ya aprendimos, una vez más, a
no esperar nada de la OEA, en contraste con lo que expresó multitudinar
iamentlpuboameñlgrios7demay,qufglado
tres días después, el 10, por la cuchilla feroz e implacable del pequeño
verdugo .
El triste consenso de la OEA, producido el 24 de agosto, tenía, para
el pueblo panameño, el mismo significado que señalamos en esta misma
Cuarta Parte, al hacer la Crítica de la decisión de la OEA .
Pero ahora, la decisión del 24 de agosto llevaba implícito un fiero
postscriptum :
"General Noriega, dejamos en sus manos al pueblo panameño, en
nombre de la democracia, de la no intervención y de la autodetermina-
ción de los pueblos" .
Siete días después, el 31 de agosto, como era esperado, caería nueva-
mente la cuchilla del pequeño verdugo .
27 2
obsesión, en una psicosis de la Narcodictadura norieguista y especialmente
del Canciller Ritter, que en el Primer Encuentro de Cancilleres de Amé-
rica Latina y el Caribe, celebrado en Cartagena, el 31 de julio, ya había
calificado de "inminente" esa invasión . Fueron sus palabras textuales : "Es
inminente una intervención militar de Estados Unidos en Panamá, a
pesar del clamor de nuestro pueblo y de los países de América Latina"
(La Estrella de Panamá, l o . de agosto) . Un mes después, seguía Ritter
con la "inminencia" de la invasión .
Lo que expuso Eagleburger, ante el Consejo Permanente de la OEA,
constituye una extensa acusación, en la que se utilizaron documentos,
tanto como datos de importancia . De este modo, Noriega fue sentado
moralmente, por enésima vez, en el banquillo de los acusados, pues el
Consejo Permanente no es un tribunal que pudiera ventilar un juicio
penal contra el Narcodictador . Remitimos al lector al texto completo de
la acusación formulada por Eagleburger, pero conviene resaltar y comen-
tar algunos párrafos de ese discurso acusatorio .
"En la Corte Federal de Distrito para el Distrito Intermedio de Flo-
rida (con sede en Tampa) se acusa al General Noriega y a Enrique
Pretelt de conspiración para importar y distribuir marihuana . . . Las acu-
saciones señalan que millones de dólares en moneda americana, que re-
presentan las ganancias de la importación con éxito de 126,000 kilos de
marihuana en Estados Unidos por Steven Michael Kalish y otros, fueron
transportados a Panamá y lavados a través de bancos y empresas pa-
nameñas . Ello con la aprobación y ayuda de los acusados . Las acusacio-
nes alegan que Noriega y otros acordaron facilitar la importación de
180,000 kilos de marihuana a Estados Unidos y el lavado de más de cien
millones de dólares en ganancias ilícitas a través de Panamá . Y llegan a
la conclusión de que durante el período de la conspiración, Kalish hizo
pagos a Noriega y otros aproximadamente de un millón de dólares por la
autorización y aprobación por Noriega del contrabando de marihuana
y actividades de lavado de dinero en Panamá" .
"En el Tribunal Federal de Distrito del Distrito Sur de Florida, con
sede en Miami, el general Noriega ha sido acusado de explotar su posi-
ción oficial como jefe de la Sección de Inteligencia de la Guardia Na-
cional de Panamá, y luego como Comandante en jefe de las rebautizadas
Fuerzas de Defensa panameñas, para recibir pagos a cambio de ayudas
y proteger a traficantes internacionales de drogas. Las personas a quienes
Noriega ha sido acusado de ayudar en el desarrollo de operaciones de
narcóticos y lavado de dinero en Panamá incluyen a Pedro Escobar Gaviria
273
viria, Gustavo de Jesús Gaviria Rivero, Jorge Ochoa Vásquez y Fabio
Ochoa Vásquez" .
"El general Noriega protegió envíos de cocaína despachados por avión
desde Medellín, Colombia, a Estados Unidos, a través de Panamá . Ade-
más, hizo los arreglos para el transbordo y la venta al Cartel de Medellín
de éter y acetona, e incluso substancias químicas de este tipo previa-
mente confiscadas por las Fuerzas de Defensa panameñas" .
En verdad, sí hay pruebas de las dos acusaciones presentadas por
Fiscales norteamericanos en Florida, contra Noriega . Los cargos formu-
lados son graves y específicos . No es posible que se trate de casos falsos,
y Noriega nombró abogados para que lo defendieran en ellos . Por razo-
nes del procedimiento legal norteamericano, que exige la presencia per-
sonal del acusado, los expedientes respectivos se mantienen en suspenso
y las pruebas aportadas al juicio tienen carácter reservado .
"Según estimados prudentes -continuó Eagleburger-, calculamos
que la fortuna personal (de Noriega), gran parte de la cual se halla ocul-
ta en cuentas bancarias secretas en el exterior, alcanza por lo menos de
doscientos a trescientos millones de dólares" .
"El representante panameño (Dr . Rómulo Escobar Bethancourt) afir-
mó que la redada de Noriega en mayo de 1984 contra una planta de
elaboración de cocaína en la Provincia de Darién mostró su compromiso
de combatir el narcotráfico . . . El Cartel de Medellín, sin embargo, se
sintió traicionado . Se necesitó la intervención de Fidel Castro para me-
diar en la disputa . Al final, la central eléctrica de 40 megavatios, la ma-
quinaria, la cocaína procesada, las sustancias químicas usadas para el
procesamiento y los aviones decomisados, fueron todos devueltos al Cartel
de Medellín .
"En 1982 Noriega abrió una cuenta en la sucursal en la ciudad de
Panamá del Banco Internacional de Crédito y Comercio que, según él
alegó, era una cuenta de "servicio secreto" que permaneció abierta hasta
principios de 1988 . Sólo él (Noriega) tenía firma autorizada para operar
la cuenta . Además, su mujer y sus tres hijas tenían tarjetas de crédito,
cuyos cargos eran pagados con esta cuenta . Aun cuando la cantidad de
dinero depositado en esta cuenta de transacciones fluctuaba, hubo en ella
en varias ocasiones una cantidad de una magnitud que oscila entre veinte
y veinticinco millones de dólares" .
Esta selección de párrafos es lo más saliente, en lo que concierne a
las acusaciones contra Noriega en los negocios de marihuana, cocaína y la-
vado de dinero . La prensa de todos los países ha informado sobre la
posición del Banco Internacional de Crédito y Comercio, tanto en los
27 4
Estados Unidos, como en Panamá . Ese Banco ha aceptado su participa-
ción en el lavado de dinero y abrió sus archivos documentales a las auto-
ridades norteamericanas . Están probadas, en esa documentación, las cuen-
tas millonarias que tuvo Noriega en la sucursal panameña de ese Banco
y en sucursales del extranjero (Luxemburgo y Londres) .
Si el Dr. Rómulo Escobar Bethancourt y el general Manuel Antonio
Noriega pueden demostrar el origen lícito de esos fondos y de la enorme
fortuna personal de Noriega, descrita con algunos detalles por Eagleburg
er, entonces ha debido Noriega demandar por calumnia, en los tribu-
nales de los Estados Unidos, al delegado norteamericano, aunque éste
alegara inmunidad por actuar como diplomático . Hay demasiadas prue-
bas en Panamá y en el extranjero que sustentan lo que el Secretario de
Estado Interino Lawrence S Eagleburger demominó "la culpabilidad
criminal de Noriega" . Esas pruebas, sobre las cuales la prensa interna-
cional ha informado con lujo de detalles, forman un grueso expediente
con el que sería condenado Noriega, en cualquier tribunal del mundo y
no sólo en Panamá o en los Estados Unidos .»
Después de la extensa apología de Noriega que hizo el Dr . Escobar
Bethancourt, ante la OEA, el 24 de agosto, y después del desafío con
que exhortó a la presentación de pruebas, Noriega comentó elogiosa-
mente en Panamá (lo hizo por televisión) que Escobar Bethancourt había
ido más allá de lo que se esperaba de él, pero quien conozca a Noriega
sabe que algún día le exigirá cuentas a su defensor oficioso y apologista
exaltado, por provocar la reunión del Consejo Permanente de la OEA,
del 31 de agosto, en la cual fue exhibido sinténticamente su historial de
contrabandista de drogas, de cómplice abierto del Cartel de Medellín y
de Narcodictador cresomaníaco de Panamá.
Precisamente, el Dr . Escobar Bethancourt formuló extensas declara-
ciones públicas en Panamá, a raíz de la sesión del Consejo Permanente
de la OEA, con el propósito de justificar su desafío (La República Do-
minical, 3 de septiembre) . "Ese es el planteamiento que nosotros hicimos
en la OEA", trata de convencer Escobar Bethancourt . Repitamos sus
desesperadas reiteraciones : "Eso es todo lo que nosotros le hemos exigi-
do" . "Noriega no es más que un pretexto y nosotros, al asumir la res-
ponsabilidad de exigirles a ellos esas pruebas, es porque tenemos mil y
un argumentos y mil y una demostraciones de que ellos no tienen prue-
9 Véase la importante información que suministra Stephen Labaton, del New York
Times Service, publicada por The Miami Herald, del 11 de agosto de 1989, sobre la
confesión del lavado de dinero hecha por el Banco de Occidente (Panamá), cl que
tenía varias cuentas en el Continental Bank, de New York .
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bas de ninguna clase" . "El general Noriega no ha cometido ningún delito
en Estados Unidos. Ese es mi criterio y mi firme convicción" . "Entonces,
yo creo que es un deber de nosotros, no sólo como compañeros de No-
riega, como amigos de Noriega, sino como panameños, defender a un
connacional nuestro que es víctima de esa infamia en el plano internacio-
nal" . "Esa es la propaganda internacional y por eso es que hay que salir
en defensa de estas cosas y exigirles a ellos en cada afirmación, en cada
foro, en que se presenten, donde ellos hagan una acusación contra Norie-
ga, inmediatamente salirles al paso y decirles : ¿Ud . hace esa acusación?
Presente la prueba" .
Todas las frases anteriores, extraídas del extenso alegato justificativo
que formuló el Dr. Escobar Bethancourt, trataban de sustentar la razón
de su descontrolado desafío, a fin de hacerlo aceptable a Noriega, y
hacerle aceptable, sobre todo, la sesión del Consejo Permanente de la
OEA, que ese desafío provocó . Fue un campo abierto para renovar las
acusaciones contra Noriega, independientemente de que las mismas pu-
dieran probarse o no, fuesen verdades o fuesen calumnias . Pero al menos
es seguro que no todo ello era falso . Esas acusaciones, tan graves y tan
escandalosas, retumbaron por los salones y pasillos del edificio de la OEA
en Washington, proyectando su eco hasta el último confín del Hemisfe-
rio, en forma difícilmente excusable .
El mismo día, 31 de agosto, que se daba en Washington la acusación
contra Noriega, éste y su séquito se reunían para concretar la "transfe-
rencia del poder", que debía darse el l o. d e septiembre, es decir, al día
siguiente de tan sonada acusación .
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