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AL ENCUENTRO CON LA FELICIDAD

Por: Tany Giselle Fernández Guayana1

1. Introducción.

La concepción actual sobre felicidad, entendida como el sentirse bien, es una idea
social que ha cundido el pensamiento y obrar de las actuales generaciones. Hoy, la
felicidad es atribuida únicamente al bienestar, término que ha reducido al tener (salud,
dinero, estabilidad) sin importar los medios para conseguirla.
Tal necesidad de obtener la felicidad, se trabaja en la película The pursuit of
Happines, donde se intenta comprender el sentido de la búsqueda de la felicidad, así lo
expresa el personaje principal comentando un apartado de la Declaración de
Independencia de Estado Unidos realizada por Thomas Jefferson: “todo hombre tiene
derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad… ¿cómo sabía que debía incluir
la palabra búsqueda…?”.
El tema de la felicidad, no radica en su búsqueda como si ésta jamás pudiese ser
conquistada, por el contrario, el punto central consiste en propiciar los medios para estar a
su encuentro, porque la felicidad está presente ante nuestros ojos, como lo menciona
Llano (2002): “el camino hacia la vida lograda sale a mi propio encuentro”. Dado lo
anterior, la pregunta central que se desarrollará es la siguiente: ¿cómo propicio el
encuentro con la felicidad?. Ante la anterior cuestión, se hace imprescindible hacer un
recorrido estructural, filosófico y educativo sobre lo que significa ser feliz:

2. Desarrollo.

I de felicidad. El vocablo felicidad tiene un espectro de acepciones que se sitúan


entre la alegría, el gozo, la paz, la satisfacción por el deber cumplido, la dicha, el
bienestar, la gloria, la fama, la complacencia etc (Rojas, 2000), y en todos los casos se
habla de una experiencia común: “la satisfacción debida a la propia situación” (p.14). Tal
satisfacción se deriva de su significado etimológico con las palabras eutijia, eudaimonio
(griego) que conciernen a “buena fortuna” dada por la diosa Tije y makariótes que alude a
bienaventuranza (p.13).

1
Profesora del Instituto de La Familia de la Universidad de la Sabana. Candidata a Magíster en Educación y
Desarrollo Humano. Especialista en Desarrollo Personal y Familiar. Licenciada en Pedagogía Infantil.
Bogotá, Colombia. CORREO ELECTRÓNICO: tany.fernandezg@gmail.com CVLAC: Tany Giselle
Fernández Guayana ORCID: https://orcid.org/0000-0002-4726-5028 WEB: www.cuandolavida.com
¿Por qué no nos vemos felices?: Entonces, si se realiza todo lo que sea necesario
para obtener esa “buena fortuna”, ¿por qué no se es feliz?. La actual concepción sobre
felicidad oscila entre tres elementos de motivación extrínseca y placer concupiscible: el
dinero, el poder y el placer (Llano, 2002), más no en la “bienaventuranza” …
El dinero: se ha tendido a confundir la felicidad como un medio y no como un fin,
por tanto, aquello que en su esencia es un medio como el dinero no puede ser el fin de la
persona. El dinero carece de valor completo por sí mismo, en sí, el dinero sin cosas no
sirve, más, un fin como lo son los principios universales como decir la verdad, siempre
“servirán” (Llano, 2002). Además, el dinero se pierde, las virtudes se conservan. Por otra
parte, la felicidad ha sido cifrada: a mayor dinero mayor felicidad, no obstante, “el dinero
solo se puede repartir más no compartir, es de uno (individualismo) y de nadie más, por lo
cual siempre hay discordia y en medio de la discordia, nadie es feliz” (Stork y Aranguren,
2003, p.177).
El poder: No hay persona a quien no le guste mandar (Llano, 2002). Por
naturaleza el hombre tiene un afán continuo de dominar y someter (Nietzsche, citado por
Stork y Aranguren, 2003) el cual se ha incrementado hoy día por el constante decir: “en la
vida los que triunfan son los fuertes, no la justicia” traducida en “la ley del más fuerte”
(p.178). El poder enceguece a las personas, éste omite el tiempo y las ganas de pensar
antes de dar la orden, “no hay nada más temible que un imbécil con poder” (Llano, 2002,
p.91), por dicha razón, en su afán se conduce rápidamente a la infelicidad: a) cosificación
de la persona; b) sometimiento de las peores formas de tiranía; c) lanzando a las
personas contra otras; d) destruyendo la seguridad, derecho y valores morales; Por
consiguiente, el tirano es feliz o no dependiendo de su modo de vida, de lo que pretenda
hacer con su poder.
“Ya no soy feliz”: el último elemento que imposibilita la felicidad es el placer. Por
una parte, se desea con el gozo para lograr la estabilidad que toda persona anhela. El
placer tiene a su favor el rendimiento interior que se dirige a la autoconstrucción conforme
a la propia naturaleza del hombre (Llano, 2002, p.66). Pero a veces, el placer no va
acorde a la propia naturaleza y no todo lo que va acorde a ella produce placer. Por
ejemplo: el pagar un impuesto no me produce placer alguno, sin embargo, pagarlo (ser
responsable y honesto) produce una satisfacción moral de estar haciendo lo que se debe
hacer y resulta más gratificante que cualquier otra cosa (p.68).
Los tres elementos que imposibilitan la felicidad, anteriormente expuestos, se
direccionan a un solo objetivo: El bienestar, término que ha sido interpretado
erróneamente. El bienestar, consiste en la obtención de bienes que permitan la
estabilidad y presenta dos perspectivas: 1) concierne a suplir los mínimos requisitos de
supervivencia como la salud, estado físico y psíquico (Stork y Aranguren, 2003), la cual se
suple de manera inmediata; 2) consiste en el servir para algo o alguien porque son dignos
de ser amados por sí mismos, porque son valiosos y bellos, no en cuanto sean útiles
(p.176). Ambas constituyen la calidad de vida necesaria para ser feliz. Lastimosamente,
ese “estar bien” se ha centrado únicamente en la satisfacción inmediata de los deseos,
como se explicará a continuación:
Casos como Linda
Dinero
+Dinero = +Bienestar = +Felicidad
- Dinero = +“Malestar” = -Felicidad

Poder
+Dinero = +Poder = +Bienestar = +Felicidad
-Dinero = -Poder = -Bienestar = -Felicidad

Placer
+Dinero (+) +Poder = +Placer = +Bienestar = +Felicidad
-Dinero (+) -Poder = -Placer = -Bienestar = -Felicidad

Entonces, lo bueno es lo útil, lo que sirve para conseguir los deseos y alcanzar los
objetivos. Si un televisor no es útil, se desechó y si la persona no es útil se desecha. El
sentido de lo útil es el medio, más no, el fin (Stork y Aranguaren, 2003). Cuando se
expulsa a una persona porque se vuelve inútil para la vida de quien acompaña, ésta
segunda se vuelve “egoísta, vacía, ensimismada” (p.176) sin tener la capacidad abrir su
mirada a otro.
Búsqueda de la felicidad o Propicio de su encuentro: La felicidad es una tendencia
natural del ser humano que “en algún momento de la vida se la plantean para su
realización y cada uno lo hace desde su particular instalación biográfica, psicológica,
social y cultura” (Rojas, 2000). Es tendencia (tendere) debido a que “va hacia algo que
todavía no se posee” (p.15) y gracias a ella, se orienta el proyecto personal, forjándose y
llevándose a cabo (p.15).
Entonces, sí lo obtenido para conseguir la felicidad como el dinero, el poder, el
placer y el bienestar no conducen a la felicidad ¿cómo se podría?. En primer lugar, se
hace imprescindible rescatar el verdadero significado de felicidad. Felicidad, de acuerdo
con Stork y Aranguren (2003) significa “vida lograda” que exige la plenitud de desarrollo
de todas las dimensiones humanas, la armonía del alma (p.157). Para Rojas (2000), se
refiere a “el bien supremo perfecto” (p.29) el cual se alcanza a través de: la razón y el
amor. La razón porque el conocimiento se dirige a la verdad y amor porque se dirige hacia
lo bueno, de manera voluntaria se ama a alguien y al amarla. Y solo ésta colma los
deseos de la persona” (Strok y Aranguren, 2003, p.157) “. En pocas palabras, la felicidad
“es la realización plena de uno mismo” (Rojas, 2000, p.36) o como lo especifica Llano
(2002), es “la vida lograda”.
La felicidad es un fin al que hay que llegar, realizarlo, ¡punto!: Por consiguiente, la
persona está a punto de encontrarse con la felicidad cuando desde “su ser personal y su
modo biográfico de ser, orienta sus acciones hacia aquello que le pide a la vida” (Rojas,
2000, p.29): el bien y para ello, sólo requiere de un único medio: el yo mismo. De acuerdo
con Enrique Rojas (2000) es cada persona quien debe hacer su vida puesto que cada
quien es su propio protagonista; de igual forma, Alejandro Llano, expresa que el “algo tan
serio como lo es lograr la vida, no puede depender del azar o herencia” (p.38) Todas las
personas se encuentran ante la alternativa de la alegría o la desgracia, y “todos también
están en condiciones antropológicas de reinsertar la suerte que corren en una vida
rectamente orientada” (Rojas, 2000, p.32). Por tanto, la felicidad requiere de voluntad, el
querer-querer esa felicidad, el querer-querer esa felicidad a través del bien, y ese bien no
se encuentra en lo extrínseco material, sino en lo intrínseco traducido en la potenciación
de lo que es propio de la persona: las virtudes.
¡Al encuentro con la felicidad! Dado todo lo anterior, las virtudes son el medio por
excelencia que permite al hombre encontrarse frente a frente con el bien más alto al que
están llamados. Platón (Citado por Rojas, 2000, p.14) decía “los felices lo son por la
posición de la justifica y de la temperancia”. Y Aristóteles (p.14) “Los bienes exteriores,
como todo instrumento, tienen un límite dentro del cual cumplen su función de ser útiles
como medio, pero fuere de él resultan perjudiciales o inútiles”. En cambio, los bienes
espirituales, cuanto más abundantes, más útiles son”. En consecuencia, no hay mejor
medio para estar al encuentro con la felicidad que el de poseer los más altos bienes del
ser humano, aquellos que dan sentido a su existencia y se conciben como un modo de
plenitud:
EN VEZ DE (Linda) HACER (Cris)
Tener (dinero) Compartir
Dadivosidad
Mandar (poder) Liderar: posibilita la acción común y se conduce a los
demás hacia su realización (convoca a los demás en
torno a valores, hace destellar lo bueno y lo mejor).
Satisfacer necesidades básicas Servir: para algo o alguien porque son dignos de ser
(placer y bienestar) amados por sí mismos, porque son valiosos y bellos, no
en cuento sean útiles
Dinero
+Dinero = +Bienestar = +Felicidad
- Dinero = +“Malestar” = - Felicidad Yo + Tú = Amar = Felicidad

Placer Mío + Tuyo = Nosotros = Felicidad


+Dinero = +Placer = +Bienestar = +Felicidad
-Dinero = -Placer = -Bienestar = - Felicidad Conocer + Dar = Felicidad

Poder:
+Dinero (+) +Placer = +Poder = +Bienestar =
+Felicidad
-Dinero (+) -Placer = -Poder = -Bienestar = -
Felicidad

Amor

3. Conclusión

Es el amor, el medio más perfecto para estar frente a frente con la felicidad porque
para saber amar se requieren de las virtudes humanas. Amar consiste en “querer el bien
de otro en cuanto otro” (Aristóteles, citado por Melendo, 2000, p.15), donde la persona
con “su ser mismo y el desarrollo de todo lo que lleva dentro” (Rojas, 2000, p.36) se dona
totalmente, saliéndose de sí misma, para entregarse a otro con el fin de ayudarlo a ser
pleno (Melendo, 1992), soportando las vicisitudes que se presenten y dirigiendo su actuar
su propio bien y el de quien ama.
Para lograr lo anterior, se hace ineludible tener conciencia de las dimensiones del
amar humano (Sellés, 2006, p.613): a) Dar, entregar la persona no algo de ella; b)
Aceptar, dar aceptación y aceptar la entrega; c) Don. El don se da y lo que se es dado se
pone al servicio de otro. En consecuencia, amar es el acto y medio perfecto por el cual la
persona está al encuentro con la felicidad.
“Vivir así, amando, hace feliz al hombre” (Rojas, 2000, p.26)”
“La felicidad es más del orden del ser que del tener” (Stork, 2003, p.216)

Referencias

Llano, A. (2002). La vida lograda. España: Ariel.


Melendo, T. (1993). Ocho lecciones sobre el amor humano. España: Ediciones
Universidad de Navarra.

Rojas, E. (2003). Una teoría de la felicidad. Espala: Ediciones CIE.

Sellés, J.F. (2006). Antropología para inconformes. España: Ediciones Rialph.

Stork, Y. & Aranguren, J. (2008). Fundamentos de Antropología. Un ideal de la excelencia


humana. España: Eunsa.

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