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La ciudad, un espacio vacío en la época moderna

El siglo XVIII enmarco el principio de una época importante para lo que hoy llamamos
“urbanización” de tal manera que, a principios de ese siglo, empezó un proceso migratorio
de gran magnitud, el cual trajo como resultado el crecimiento poblacional de las ciudades.
Este proceso de migración lo conformaban diferentes grupos poblacionales como personas
jóvenes y longevas, inclusive personas de bajos recursos con méritos de tener una mejor
calidad de vida al situarse en una gran ciudad, sin embargo, la movilización generaba
mayor demanda en la obtención de un trabajo, esto generó que en el año 1720 solo el 70%
de la población urbana con bajos recursos de la ciudad de Londres tuviera empleo de
tiempo completo. Es por esto, que muchas de las ciudades que actualmente se conocen
como las más pobladas y a su vez las más importantes en aportes económicos a sus países,
tienen problemáticas en términos urbanísticos y conductas sociales, de tal modo que las
condiciones de vida en estas ciudades se pueden evidenciar en el comportamiento de sus
pobladores, en pocas palabras en las dificultades que se viven día a día a causa de un error
primario que se cometió en tiempos pasados, a esto se le denomina, falta de planificación
urbana sobre el espacio.
Las ciudades en épocas anteriores fueron lugares complejos para habitar y vivir, si bien, el
crecimiento poblacional no solo genero dificultades para las personas en cuestiones
económicas, sino también en problemas arraigados a contextos netamente espaciales, como
lo son las pestes, enfermedades y conflictos territoriales. Un primer ejemplo de esta
situación se enmarca en el capítulo del libro de Sennett “Las dos ciudades”, allí se describe
la problemática que vivieron los pobladores de la edad media, debido al crecimiento
poblacional se proliferaron diversas enfermedades que para ese entonces era complicada su
determinación y atención.
“Las ciudades habían estado siempre expuestas al peligro de las pestes. A finales de la Edad
Media la peste bubónica acabó con una tercera parte de la población de Europa. En cuanto
las primeras ciudades modernas se hicieron más grandes y más densas y, por tanto,
aumentó la acumulación de orina y materia fecal, se convirtieron en excelente caldo de
cultivo para la proliferación de ratas y la difusión de enfermedades de las que estos
animales eran portadores. Si un niño conseguía sobrevivir a su nacimiento (auténtico logro
en aquella época de obstetricia primitiva), le esperaba la probabilidad de morir de disentería
debido al agua contaminada. El aumento de la población requería también más viviendas,
más viviendas implicaba más chimeneas contaminantes, y el aire tóxico que así se producía
propagaba la tuberculosis”[ CITATION Ric19 \l 3082 ]
Con base en lo anterior, el primer momento del proceso urbanístico de las ciudades, se situó
en el continente Europeo, en ese tiempo se necesitaba disminuir las problemáticas
atribuidas a las dificultades sanitarias y una forma de hacerlo, era construir infraestructura
para la deposición de los desechos humanos; los primeros urbanistas sin duda, fueron los
ingenieros civiles, se encargaron de reformar subterráneamente las ciudades, un ejemplo de
esto se puede apreciar en la siguiente ilustración.
Joseph Bazalgette (arriba, a la derecha), el mejor ingeniero de la ciudad moderna, de
pie sobre el nuevo alcantarillado que estaba construyendo en Londres. c. 1860.
Gran parte de la infraestructura del siglo XIX fue producto de una coyuntura sanitaria e
inclusive la ingeniería en las ciudades saludables tuvo un descubrimiento fundamental con
relación al funcionamiento del cuerpo humano. En 1628 William Harvey, explico que el
corazón humano hacia circular la sangre mecánicamente por las arterias y las venas, esta
explicación fue implementada como una herramienta para la planificación de las calles, de
tal manera que un siglo después de que Harvey explicara esta declaración, un urbanista
francés utilizo la imagen de las arterias y las venas para idear el sistema de las calles
unidireccionales que actualmente conocemos. Esta ilustración fue utilizada por diversos
planificadores para mejorar el movimiento de las ciudades pequeñas, pues en ciudades
grandes como París cuyo tráfico y nivel poblacional era muy avanzado, era más difícil de
implementar, ya que requería mayor intervención en el tejido de la ciudad.
En este orden de ideas, la planificación urbana ha generado cambios físicos sobre el
espacio, de tal modo que se puedan sustituir aspectos adversos como lo son los conflictos
territoriales, la delincuencia, la carencia de educación, la dificultad para moverse, entre
otros. Un segundo ejemplo de como la planificación urbana ha dejado buenos resultados, es
en la ciudad de Medellín- Antioquia. En el año 2007, Sergio Fajardo impulsó un proyecto
arquitectónico y urbanístico para los ciudadanos de un barrio llamado Santo domingo, el
cual fue una zona marginada y afectada por las actividades del narcotráfico, el alcalde de
Medellín había edificado una biblioteca y unas líneas de funicular para el servicio de la
comunidad, el objetivo era incluir a las personas del barrio Santo domingo en la ciudad,
pues con este transporte las personas podrían movilizarse más fácilmente y a su vez podrían
tener acceso a la biblioteca con el fin de educarse. La intervención de Sergio Fajardo,
probablemente acabo con las batallas internas de esa comunidad, esto quiere decir que la
planificación es una herramienta para construir el espacio y transformar el territorio,
teniendo en cuenta al urbanista Horacio Bozzano que se refiere al territorio como un
espacio socialmente construido, puesto que sobre el territorio convergen diversos elementos
como lo es la sociedad, los recursos naturales, la cultura y las actividades que se realizan
allí.
Sennett, en el transcurso y planteamiento de sus ideas nombra dos palabras fundamentales
(“Cite” y “Ville”) para entender el comportamiento desolado y egoísta de las ciudades
frente a sus pobladores. La “Cite” puede inferirse como un lugar establecido, algo que
describe una distinción básica. La “Ville” se refiere a la ciudad en general, que compone las
calles, drenajes, infraestructura, tráfico y entre otras cosas como las dificultades nombradas
al principio de este texto como las enfermedades, conflictos, desastres naturales entre otros.
Así mismo, existe una estrecha relación entre estas dos, cuando la “Cite” no funciona de
forma correcta o se cometen ineficiencias, se afecta directamente la “Ville”. Para definir la
ciudad, Sennett nombra un tipo de conciencia, el cual se puede representar en cómo la
gente quiere vivir colectivamente. La trilogía de los libros de Sennett denominada “Homo
faber” (artesano, cooperación, ciudad), identifica a la ciudad como liquida y variable (cite),
pero en principio sólida y estable (ville). En base a esto, se puede hacer una pregunta, ¿el
urbanismo representa a la sociedad actual o simplemente busca cambiarla? Básicamente, el
urbanismo a través de los años ha jugado un papel fundamental en la intervención de la
“ville” hasta tal punto de modificar la vida de la sociedad y cambiar lo que estaba
previamente establecido.
Desde otro punto de vista, la importancia del capitalismo en la ejecución de la planificación
urbana, atribuye una responsabilidad relevante, de tal manera que las actitudes sobre los
espacios que construyen las poblaciones, se pueden llegar a modificar o en un caso más
grave llegar a terminar por las intervenciones urbanas. Si reconocemos que los ciudadanos
son los que transforman socialmente la ciudad y en su propio espacio, en ocasiones se
quieren desarrollar procesos territoriales como el reemplazo de un establecimiento urbano
deteriorado hacia un ambiente moderno y de producción de capital, a este proceso se le
denomina gentrificación, en el cual se materializara el proceso de planificación urbana, en
este orden de ideas, se identifica que la planificación ha tenido una tendencia hacia la
promoción del capitalismo. Como resultado final tendremos, una destrucción de tipo
creador o innovador, Sennett hace referencia a la ciudad Shanghái, en donde se construyen
edificaciones, pero se expulsan las culturas endógenas.
“La «destrucción creadora» es la teoría a la que muchas veces se hace referencia para
describir lo que ha ocurrido en lugares como Shanghái. La expresión procede del
economista Joseph Schumpeter. La inversión «core» es un buen ejemplo de lo que
Schumpeter tenía en mente en Capitalismo, socialismo y democracia. Por ejemplo, se
compra una propiedad como la Plaza Nehru, probablemente se nivela y se construye en ella
nueva edificación, o su población es expulsada por la gentrificación. El resultado es la
creación de algo nuevo y más rentable. «El proceso de destrucción creadora», declara este
autor, «constituye el hecho esencial del capitalismo.” [ CITATION Ric19 \l 3082 ].
El sentido de un proceso constructivo en beneficio del desarrollo territorial o la
modernización de los lugares, depende desde el punto de vista que se vea, sin embargo,
cuando las obras de infraestructura sobrepasan el simple hecho de lo material y se llega al
contexto ético, se puede encontrar un sentido más realista de los beneficios o adversidades
que puedan suceder con dicha intervención.
En conclusión, las ciudades de los siglos anteriores, han sido planificadas para la mejora de
las condiciones de vida, probablemente este principio ha sido modificado por intereses
particulares en base al capitalismo; existe en la actualidad diversos ejemplos en donde la
planificación urbana propicia espacios desolados y sin un sentido ético, como el caso de
Shanghái, la destrucción urbana repentina es una tradición urbana que acostumbro
diferentes gobiernos a modificar los edificios emblemáticos de regímenes anteriores y
transformarlos en edificios de la vida cotidiana. Por esta razón, es que muchas ciudades al
igual que Shanghái, solo les interesa la intervención repentina y remover lo planteado,
quiere decir que en este proceso no existe una previa planificación urbana asi sea que se
hubiese planificado previamente. Los intereses particulares sobre los territorios están
desalojando muchas poblaciones vulnerables que se resisten a desaparecer, en el caso de
Colombia los territorios indígenas son un ejemplo claro de que no siempre la solución es el
desarrollo económico o territorial, de manera que estos pobladores solo saben vivir en sus
lugares endémicos, es importante construir ciudades para todo tipo de ciudadanos y a su
vez dejar de construir infraestructura con carencia de ética, en pocas palabras se debe
construir ciudades para la gente no ciudades para los intereses de las partes interesadas.

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