La eutanasia es el acto de provocar intencionadamente la muerte de una persona
que padece una enfermedad incurable con el objetivo de evitar que sufra. Se divide en dos clases: la activa y la pasiva. Eutanasia Activa Muerte de una persona mediante la administración directa de fármacos por un grupo de médicos, debido a que está sufriendo una enfermedad grave y ha manifestado sus deseos de morir. Eutanasia Pasiva Muerte de la persona enferma debido a la suspensión tanto del tratamiento médico que tenía como de su alimentación por cualquier vía.
ARGUMENTOS EN CONTRA DE LA EUTANASIA
Argumento N°01: Concepción errónea de la dignidad de la vida humana
Ninguna persona es menos digna a vivir solo por padecer una enfermedad o discapacidad. Si se aplica la eutanasia, se lanzará el mensaje a los enfermos de que su vida no es digna de ser vivida, y el sistema presionará a aquellos que quieran hacerlo para que lo pidan, o para que otros decidan por ellos. Según Jhon Finnis, filósofo y profesor de Derecho y Filosofía del Derecho de la Universidad de Oxford, en uno de sus trabajos en contra de la eutanasia de 1998, señala lo siguiente: los que están de acuerdo con la eutanasia incurren en una terrible confusión al pensar que quienes están en una situación de extrema incapacidad (por ejemplo, en estado vegetativo irreversible) no serían ya personas, o que serían personas que ya habrían perdido su dignidad humana. Además, señala, que debemos juzgar y actuar sobre la base de que “las personas deben mantener una radical dignidad de vida hasta la muerte” e indica que ninguno de nosotros tiene derecho a actuar sobre la base de que la vida de otra persona carece de valor. Es decir, se debe seguir el principio de que la vida es sagrada (nadie tiene derecho a tomarla, ni la misma persona en cuestión), y que el Derecho a la Vida es mucho más importante y primordial que el Derecho a la muerte, idea que apoya a la legalización de la Eutanasia.
Argumento N°02: La eutanasia deshumanizará a la medicina
La aplicación de la eutanasia implicaría el final de la confianza generada durante miles de años en una profesión que se ha comprometido a no provocar la muerte intencionalmente bajo ningún supuesto. En un artículo acerca de la eutanasia de la Universidad Austral de Buenos Aires, Argentina, indica que, esta actividad, en un largo plazo, frenará el progreso de la medicina. Los médicos se irán volviendo indiferentes hacia determinados tipos de enfermedad, no habrá razones para indagar en los mecanismos patogénicos de la senilidad, de la degeneración cerebral, del cáncer en estadio terminal, de las malformaciones bioquímicas o morfológicas, etc. Un claro ejemplo de esto, son las denuncias realizadas por muchos médicos tras la reducción de la inversión en cuidados paliativos del sector salud en Canadá, país es donde ya es legal la Eutanasia. Además, se estima que, si la eutanasia se legalizara, en algún determinado momento, los médicos podrían simplemente optar por dar muerte a una persona en vez de buscar alguna cura o tratamiento, siguiendo la idea de que: “Si hoy aceptamos matar intencionalmente a un paciente como solución a un problema, entonces mañana podremos hallar una centena de problemas para los cuales matar sea la solución”. Hay que tener en cuenta, que los más afectados o en mayor riesgo serían los pobres, los ancianos, los miembros de grupos minoritarios o los que no tienen acceso a cuidados médicos. Un ejemplo, de que una pérdida del sentido ético profesional y moral de los médicos pueda convertirse en realidad, se señala en el artículo de la Universidad Austral, en donde La Vanguardia, medio de comunicación europeo, publicó la siguiente noticia el 06/01/2001 ocurrida en Inglaterra: “Médico de familia y asesino en serie. Un minucioso informe de la universidad de Leicester determina que «probablemente 297 pacientes de Harold Shipman, conocido como «Doctor Muerte» no murieron por causas naturales». Shipman, inglés, padre de cuatro hijos y médico de cabecera ya cumple cadena perpetua por haber asesinado a quince de sus pacientes. En su expediente se lee que mataba predominantemente a señoras de mediana edad, entre los 50 y 65 años, aplicándoles sobredosis de drogas como la heroína, que conseguía con su licencia de médico haciendo ver que eran para aliviar el dolor de sus pacientes. Los familiares de algunas de las víctimas siguen presionando a la fiscalía británica para averiguar si sus seres queridos fueron asesinados. El Dr. Shipman fue descubierto por manipular el testamento de Kathllen Grundy que la familia denunció”. De igual manera, existen muchos otros casos que argumentan la posibilidad de una deshumanización de la medicina, en un largo plazo, tras una legalización de la Eutanasia.
Argumento N°03: Decadencia ética progresiva en la sociedad tras una
legalización de la Eutanasia Según Gonzalo Herranz, médico español experto en Ética Médica, la decadencia ética social pasará por cuatro fases de ser legalizada la eutanasia. Señala que, primero, se presentará la eutanasia como un tratamiento que sólo puede aplicarse en ciertas situaciones clínicas extremas, sometidas a un control estricto de la ley. Segundo, tras pocos años, la reiteración de casos irá privando a la eutanasia de su carácter excepcional. Es decir, la habituación se producirá con la idea de que es una intervención carente de desventajas, e incluso una terapéutica aceptable. Por lo que, la eutanasia les ganará falazmente la batalla a los cuidados paliativos por ser más indolora, rápida, estética, y económica, convirtiéndose para el enfermo en un derecho exigible a una muerte dulce, para los familiares en una salida más cómoda, para algunos médicos un recurso sencillo que ahorra tiempos y esfuerzos, y para los gestores sanitarios una intervención de óptimo cociente costo/eficacia. Tercero, para aquellos profesionales que acepten la eutanasia voluntaria, la eutanasia involuntaria se convertirá, por razones de coherencia moral, en una obligación indeclinable, es decir, que necesariamente tiene que hacerse o cumplirse. Cuarto, el médico razona que la vida de ciertos pacientes capaces de decidir es tan carente de calidad que ya no serán dignas de ser vividas, y será mucho más fácil expropiar al paciente de su libertar de escoger entre seguir viviendo. Por ende, se generalizará este concepto a otros enfermos, la eutanasia sustituirá a la medicina y se abrirá puerta a todo tipo de eutanasia. El artículo de la Universidad Austral, señala a Holanda, primer país del mundo que legalizó la Eutanasia, como un claro ejemplo de argumento a los mencionado anteriormente. Diferentes estudios estadísticos señalan el total de fallecidos en dicho país, el que se muestra a continuación: - Las muertes por eutanasia han aumentado de 2 300 casos en 1990 a 3 120 casos en el año de 1995. - La cooperación al suicidio ha pasado de 400 casos a 540 casos. - La práctica de la eutanasia sin consentimiento explicito se mantiene en torno a 1 000 casos. - Las peticiones explicitas de eutanasia o de suicidio asistido crecieron un 9% desde 1990. - Actualmente, se estima unas 6 mil muertes al año en promedio en dicho país.