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GUÍA TEMÁTICA / TERCER PERIODO/ GRADO 11°/ FECHA ___/____2020
Literatura del Realismo y Simbolismo
Contexto
El Realismo europeo surgió en 1850 y fue la
contestación a los principios románticos que se
vinculaban con la descripción excesiva y la primacía
de la subjetividad. En general, el realismo privilegió
la representación de escenas cotidianas y cercanas
al contexto del creador, con un lenguaje directo,
preciso e implacable. A causa de su crudeza, el
realismo fue severamente criticado por la sociedad
y los intelectuales de la época. Sin embargo, esta
crítica no impidió que los artistas denunciaran los
problemas y desigualdades socio-políticas y
económicas de su época.
Por otra parte, en los últimos veinte años del siglo
XIX se extendió una tendencia artística y filosófica
que recordaba al Romanticismo más puro: el
Simbolismo. Inspirados en el misticismo, los
artistas simbolistas evocaban emociones
espirituales a través de imágenes, colores y formas
alejadas de todo realismo. De igual forma,
recuperaron, paradójicamente, la preferencia de lo
intelectual sobre lo sensorial. En la estética,
ratificaron lo grotesco como lo sublime,
cuestionaron el desarrollo del mundo moderno y
sospecharon del ideal del progreso.
El Realismo
A mediados del siglo XIX, la narrativa se abre
campo en el Realismo y encuentra nuevas voces y
representantes. El Realismo fue más allá de la
descripción y aportó un complejo análisis de
personas, costumbres, eventos e ideas con la
mayor precisión posible. Aunque las obras del
realismo, se proclamaron como contrarias al
sentimiento romántico, no debe pensarse que la
influencia del romanticismo no haya inspirado a
muchos de los personajes que concibieron autores
como Honoré de Balzac, Stendhal, Gustave
Flaubert o Guy de Maupassant. Pues en sus obras,
el carácter de los protagonistas siempre suele
debatirse entre el mundo de la aspiración, el deseo
de ascenso social y en un idealismo que muchas
veces se ve truncado por la disposición pragmática
y utilitaria de la sociedad burguesa. Por tanto, lo
que el realismo logró reflejar en sus obras fue el
actuar cruel, hipócrita y contradictorio de la
sociedad, la cual, según Eugene de Rastignac,
protagonista de la novela papá Goriot, ya no tenía
corazón.
Honoré de Balzac
Una de las claves para leer la literatura del
Realismo es comprender el contexto político,
económico y social que se originó. Por una parte,
el surgimiento y consolidación de la burguesía
depura el entusiasmo romántico. Además, las
libertades civiles de aquel entonces se
encontraban limitadas por regímenes
parlamentarios que no permitían el sufragio de
mujeres y obreros, por lo que uno de los temas más
representativos de esta literatura suele ser el
reflejo de las desigualdades y luchas a las cuales se
sometía al individuo, ya fuera por la
convencionalidad de la norma social, o por la
restricción de su ejercicio ciudadano.
Por este motivo, la novela realista, más allá de la
mera descripción de la realidad, dedicó un especial
cuidado a la construcción de personajes por medio
de los cuales se dibujaba y explicaba la realidad,
dedicó un especial cuidado a la construcción de
personajes por medio de los cuales se dibujaba y
explicaba la realidad observada. La exploración de
la psicología de los personajes servía al propósito
de dar mayor verosimilitud a las historias, que ya
no dependían solamente de la narración de una
trama externa sino también del descubrimiento
del mundo interno de aquellos. Uno de los recursos
que más utilizaron los autores para escribir para
escribir sus novelas fue la prensa, en ella la
cotidianidad se expresó con la misma extrañeza
que la literatura, por lo que los escritores del
realismo se basaron en ella para crear sus retratos
de la sociedad burguesa.
El Realismo francés
La novela realista francesa se propuso observar y
describir la Francia del momento. Por lo general, se
presentaba una problemática por medio de un
personaje cuyo conflicto personal mostraba una
pequeña escena de un cuadro más grande. Así
pues, se tienen personajes como Madame Bovary,
una mujer atrapada en un matrimonio sin amor, y
que es conducida al suicidio a causa del vacío de su
vida; o Julien Sorel y Georges Duvoy, los
trepadores sociales que aprovechan sus encantos
para lograr el anhelado ascenso social.
El poder de las mujeres en la sociedad, el papel de
los hombres, la prostitución y los juegos de clases,
así como las relaciones con el ejército y las mismas
guerras del siglo XIX, ocuparon en distintos
momentos a diferentes representantes del
movimiento, entre quienes destacan: Honoré de
Balzac (1799-1850), Guy de Maupassant (1850-
1893), Gustave Flaubert (1821-1880), Émile Zola-
padre del naturalsmo-(1840-1902) y Stendhal
(1783-1842).
Gustave Flaubert
El Realismo inglés
Durante el siglo XIX, Inglaterra expandió sus
dominios hasta la india , por lo que tuvo entonces
colonias en oriente y occidente (América); la
existencia del imperio fue un hecho presente en las
novelas del Realismo, que no dejaron por fuera la
problemática de la expansión territorial del Reino,
así como las implicaciones que ello traía a la vida
cotidiana de las islas británicas: los hijos que
partían hacia tierras extranjeras, las riquezas que
llegaban de lugares remotos, los valores de la
civilización versus la barbarie eran temas
recurrentes que trataban los escritores.
Hay que tener presente que la Inglaterra de esta
etapa histórica que describe el Realismo, se
encontraba en un álgido proceso de
industrialización. Los ascensos de clase, algunos
oportunistas, otros a causa del trabajo constante o
alianzas convenientes, habían ocasionado una
ruptura con los valores tradicionales. Los escritores
de la época no dejaron pasar esto desapercibido y
no solo cambian los papeles de las clases, sino
también de los géneros: más voces femeninas se
sumaron a la escritura; junto a escritores como
Charles Dickens brillaron autoras como Charlotte
Bronte (1816-1855), Emily Bronte (1818-1848),
Elizabeth Gaskell (1819-1865) y Jane Austen
(1775-1817).
El Realismo En Rusia
Rusia permaneció durante un tiempo aislada del
resto de Europa debido a diferencias políticas, pero
principalmente religiosas. No hay que olvidar que
el cisma de oriente en 1054, que fragmentó a la
iglesia católica, logró aislar el país del contexto
global del antiguo continente. Sin embargo,
durante el siglo XVIII, el régimen del emperador
Pedro I el Grande emprendió una gran tarea, la
modernización de la cultura rusa. Para lograrlo,
importó valores occidentales, especialmente
franceses, que permearon también el ámbito
literario. Justo al final de ese siglo figura el
emblemático poeta Alexander Pushkin (1799-
1837), autor ruso cuya obra va de lo romántico
(recuperando el Folklore y los valores nacionales) a
lo realista. Posteriormente, entrado el siglo XIX,
será más evidente el auge de la narrativa rusa
realista, interesándose en problemáticas locales y
nacionales como el caso de las guerras
napoleónicas, el afrancesamiento de la aristocracia
nacional, las revueltas del proletariado, la miseria
de las ciudades y la corrupción de la política.
El estilo de la prosa realista rusa es heterogéneo,
pues en ella es posible encontrar obras de
exploración psicológica, otras que se inclinan por lo
absurdo y otras que describen con sencillez los
ambientes y las relaciones entre las personas.
Nombres de autores como Nikolai Gógol, León
Tolstoi, Fiodor Dostoyevski (quizás el que más legó
a la novela de años posteriores) y, ya hacia el final
y casi en las vanguardias, Mijail Bulgakov,
resuenan dentro del vasto y rico derrotero de esta
literatura.

Fiodor Dostoyevski
Se debe aclarar que la literatura rusa impactó al
mundo de las letras, pues su brillantez, claridad
argumental y consciencia nacional fortaleció la
técnica narrativa y también la poética en la que se
desplegó una honda reflexión sobre la noción de
identidad, que tanto preocupaba al escritor ruso.
Este carácter, profundamente arraigado de la
nación, será un tema que se desarrollará una y otra
vez sobre largas generaciones de artistas, músicos
y poetas. De esta forma, se da origen a una figura
que en el mundo literario encarnará en valores
heroicos: el escritor como asceta o el escritor como
un virtuoso, que emprende grandes tareas y se
acerca al pueblo, restituye una especie de dignidad
colectiva sobre el alma rusa.
El Simbolismo: hacia una nueva poesía
A partir de la segunda mitad del siglo XIX, teniendo
como evento decisivo el momento en el que la
Guardia Nacional francesa abrió fuego contra los
trabajadores de París en 1851, los artistas de la
época se resintieron contra el hecho mencionado y
comenzaron a adoptar posturas críticas frente a la
clase burguesa. Una de esas medidas fue una
preocupación por la perfección estética en el
lenguaje y un elitismo por las cuestiones de gusto,
que no buscaban complacer al público burgués
sino a los mismos artistas.
Tal es la situación del Simbolismo que buscó
apartarse de los viejos cánones, por lo que fue
considerado como un movimiento de gran
experimentación formal y conceptual en el que el
arte se cristalizó para satisfacer sus propios deseos
de expresión sin contar con la aprobación de las
clases sociales imperantes, que carecían de
sensibilidad para entender el juego estético y
conceptual que los poetas consagraban como el
ideal de la belleza y de la vida. La fealdad y lo
grotesco fueron motivos recurrentes que acudían
a la defensa de los verdaderos principios vitales, es
decir, aquellos que mostraban con más precisión
las profundidades de las pasiones humanas. De
esta manera, surgió por parte de los poetas un
compromiso no con la sociedad, injusta y vulgar,
sino con la belleza, excelsa temible y a la vez
espiritual.
Características generales
Características
-Oposición al realismo y al naturalismo.
-Observa la música como un modelo de
lenguaje y procura imitarlo en la poesía.
-Correspondencias ocultas entre lo
material y lo espiritual: el mundo y el
Simbolismo lenguaje.
-Unión entre inspiración y técnica.
Antecesores
Manifiesto
simbolista, -Charles Baudelaire (1821-1867)
Jean Moréas, -Paul Verlaine (1844-1896)
publicado en -Arthur Rimbaud (1854-1891)
Le Fígaro, el -Stéphane Mallarmé (1842-1898)
18 de
septiembre Simbolistas
de 1886.
-Henri de Régnier (1864-1936)
-Jean Moréas (1856-1910)
-Stuart Merrill (1863-1915)
-Saint-Pol Roux (1861-1940)
-Ephraim Mikhael (1866-1890)
-Albert Samain (1858-1936)
-Maurice Maeterlink (1862-1949)
Charles
Baudelaire
Su obra no solo fue la piedra angular del
Simbolismo (dentro del que es estudiado),
sino que también inspiró al Decadentismo,
al Parnasianismo, que a su vez fueron
inspiración para el Modernismo
latinoamericano.
El simbolismo: la prosa y el teatro
Aunque el género más cultivado por esta corriente
fue el lírico, también existe una vasta producción
dramática y en prosa que reúne muchos de los
rasgos característicos del Simbolismo. A
continuación, te presentamos algunos de los
autores, que incluso de forma tardía desarrollaron
temas alusivos o inspirados en este movimiento.
 Joris- Karl Huysmans (1848-1907): en su
obra A contrapelo, representa los ideales
estéticos y el ambiente de esta corriente,
 escribiendo dentro de la escena simbolista Después de leer
de Bélgica. Sus obras cargadas de una
fuerte influencia de misticismo y  Actividad conceptual
esoterismo se encontraban penetradas por
la contradicción que representaba ser - Elabora un organigrama con las ideas más
artista y vivir en un mundo degradado por relevantes de la guía temática. Teniendo en
la pobreza y la indigencia. Su producción cuenta el diseño de la ilustración.
literaria posee un cariz naturalista y crítico
que a pesar de su objetividad descriptiva no
lo aparta del sensualismo y la espiritualidad
contemplativa del simbolismo.

Joris- Karl Huysmans

 Óscar Wilde (1854-1900): considerado

como uno de los dramaturgos más
brillantes y prolíficos de su tiempo, Óscar
Wilde cultivó un notable estilo parnasiano,
cargado de influencias neoclásicas y una
ferviente devoción al arte puro. Wilde hizo
carrera como uno de los estetas más
influyentes de su época. Obras de teatro
como Salomé o El abanico de lady
Windermere son algunas de las más
representativas de su legado.
Otros autores que se destacaron por recobrar
la influencia simbolista en sus creaciones
literarias son el noruego Henrik Ibsen y el
sueco August Strindberg, quienes
incorporaron elementos simbolistas tales
como el juego de las correspondencias entre lo
visible y lo objetivo, y lo invisible y lo
emocional. Ambas formas funcionaron como
un reverso de la realidad, pues sugerían un alto
sentido de compromiso con las emociones
humanas y la intimidad. Con estos elementos
se procuró cercanía a la interioridad de los
personajes dramáticos.