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Acuerdo Escazu - Raphael Inga Tamara
Acuerdo Escazu - Raphael Inga Tamara
Perú cuenta con numerosa cantidad de instrumentos ambientales que sujetan al Estado con
diversas y distintas obligaciones. También, se podría decir, que nuestro país cumpliría con los
estándares ya establecidos en el Acuerdo de Escazú, puesto que contamos con
institucionalidad organizada y marco legal aprobado para asegurar el cumplimiento de los
derechos de acceso.
Entonces, ¿por qué es importante que el Acuerdo de Escazú forme parte de nuestra
legislación? El reto de nuestro país es la implementación y optimización de los estándares para
el ejercicio de los derechos de acceso que están contenido en la legislación.
Este acuerdo busca mejorar las condiciones que nuestro país tiene para brindar y gestionar la
información ambiental, para promover la participación ciudadana en la toma de decisiones y
administrar justicia ambiental. Así, por ejemplo, peruanos que se encuentran en las regiones
del país podrán acceder a información ambiental actualizada, entendible y ordenada sobre el
ambiente, lo que les permitirá a su vez, participar de manera legítima en la toma de decisiones,
incluso en procesos con plazos cortos de la toma de una decisión.
Todas estas oportunidades de mejora podrán darse a través de la ratificación del Acuerdo de
Escazú, para ello, el Congreso de la República deberá ratificarlo en Pleno para que pueda estar
vigente en nuestro país. Mientras, la ciudadanía deberá seguir tomando conocimiento sobre el
Acuerdo de Escazú para promover su aprobación y exigir el cumplimiento de las condiciones
que establece.
El acuerdo tuvo una larga historia hasta el momento de su firma, de hecho la iniciativa
multilateral comenzó su negociación en 2012, después del desarrollo de la Cumbre Río+20, la
cual fijó los 20 años de vida de la Cumbre de Naciones Unidas por el Desarrollo Sostenible
celebrada en Río de Janeiro. La Cumbre de Río acordó un plan de acción a través de la
Declaración de Río Sobre Medio Ambiente y Desarrollo. En dicha declaración se encuentra el
principio 10, que tiene como objetivo garantizar el acceso a la información, la participación en
las decisiones sobre temas ambientales y la justicia ambiental. Este principio fue la inspiración
para el Acuerdo de Escazú, consecuentemente resulta evidente que el acuerdo nacido a partir
del principio 10 obtuviera como ejes centrales de su accionar estos mismos ejes al garantizar el
acceso a la información ambiental, la participación pública en los procesos de toma de
decisiones ambientales y el acceso a la justicia en asuntos ambientales. No obstante, una de
las provisiones más novedosas y valiosas es que el Acuerdo reconoce y garantiza la protección
de los defensores del medio ambiente. Esto es de especial relevancia en una región donde los
defensores del medio ambiente sufren constantes acosos, violencia e incluso son víctimas de
asesinato.
Docente a cargo de la materia: Máximo Villarreal Salome Raphael Inga Tamara
Pero las novedades no se quedan ahí, el Acuerdo crea sinergia sobre otros acuerdos
multilaterales y permitiría avanzar en otros aspectos que mejorarían la democracia en la región.
La CEPAL, ha identificado una sinergia directa entre el Acuerdo de Escazú y el cumplimiento e
implementación del Objetivo 16 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible sobre Paz, Justicia e
Instituciones Sólidas. CEPAL argumenta que la entrada en vigor del acuerdo de Escazú
permitiría enormes avances en el cumplimiento de este objetivo a través de su implementación,
debido a que se avanzaría en la toma de decisiones de manera inclusiva, participativa y
representativa, mejoraría la eficacia de las instituciones, protegiendo las libertades individuales
y finalmente ayudaría a contar con políticas y leyes no discriminatorias a favor del desarrollo
sostenible. O sea, la entrada en vigor del Acuerdo es una gran avance en la democracia latino
americana.
Estos beneficios son compartidos por más de 130 juristas especializados en materias
relacionadas con derecho ambiental, internacional y justicia ambiental. En Septiembre de 2018,
estos abogados chilenos exhortaron al gobierno de Chile a firmar el acuerdo para honrar el
prestigio que ha ganado Chile por respetar sus compromisos internacionales y a contribuir a la
protección del derecho de cada persona y las generaciones futuras a vivir en un medio
ambiente sano, una sociedad más pacífica, justa y sostenible, lo cual beneficiaría a más de 500
millones de personas a lo largo de américa latina. Adicionalmente, los expertos afirmaron que
el acuerdo fortalece los compromisos suscritos por Chile en acuerdos internacionales y
desarrollados en su marco jurídico interno alzando los estándares con los que hoy se resuelven
los conflictos socio-ambientales en los territorios.
No obstante, todos estos aspectos no fueron suficientes para Chile y terminó pidiendo más
tiempo para una análisis mayor de sus implicancias. El 4 de Octubre de 2018, a través de un
comunicado conjunto entre los Ministerios de Medio Ambiente y Relaciones Exteriores, se
afirmó que se aplazaría la firma del acuerdo para el desarrollo de un análisis más acabado del
alcance del acuerdo, especialmente debido a que como se dijo en el comunicado, los
mecanismos de cooperación tales como Comités, Consejos o Plataformas para los países en
desarrollo sin litoral podrían ser mal utilizados por otros Estados y generar tensión en el
cumplimiento de dicha obligación.