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Todo Tiempo Pasado Fue Mejor

DAVID SANTIAGO GUEVARA ZÚÑIGA.

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA

FACULTAD DE INGENIERÍA

INGENIERÍA DE SISTEMAS

MEDELLÍN 2019
INTRODUCCIÓN.

«​El móvil de Hansel y Gretel​» (2008) escrito por Hernán Casciari, pertenece a un grupo de
mensajes que se empeñan en desprestigiar la modernidad, y aunque la postura crítica respecto
a las nuevas obras no debe disminuir, también se tiene que reconocer cuando estas criticas
solo buscan enaltecer las obras del pasado e inhabilitar las del presente y futuro. Se tomará
como base este escrito de Casciari para analizar cuáles de sus argumentos dejan de funcionar
y la forma en la que opera. También se analizará porque estos mensajes son peligrosos y
como entorpecen el continuo desarrollo de la ficción, la cual inevitablemente seguirá
transformándose de manera indefinida adaptándose a los contextos posteriores.
Todo tiempo pasado fue mejor

Casciari, (2008) toma en cuenta que su hija no tiene noción de la vida sin la tecnología, razón
por la cual descubre que la literatura resultaría espantosa si algo como el teléfono hubiese
existido desde siempre. El ejercicio mental de Casciari tiene una conclusión desagradable
porque en general su propuesta es desagradable. Contrario a lo piensa el autor, no es por la
premisa de que el teléfono móvil hubiera existido desde siempre, es porque unificar años de
muy distintos contextos a uno solo, al que sea, inhabilita la gran mayoría de historias, este
ejercicio mental es el argumento principal del autor, pero antes de entrar analizarlo, me
interesa ver como Casciari añade la perspectiva de su hija, donde ella claramente ignora que
el mayor atractivo de la ficción es entrar a explorar una situación específica con normas
específicas. Aunque la solución es evidente (enseñarle a su hija a apreciar una historia),
intenta convencernos de que todos vemos la ficción como ella, cuando no es asi, siendo esto
un simple truco para convencernos de lo que dice. Al respecto, Eagleton, (1983) explica
cómo al encontrar un escrito aislado de su contexto y procedente de una civilización
desconocida, no podría determinarse si el escrito es “poético”, esto debido a que se
desconoce cómo se habla en dicha civilización y lo que para ellos es “poético”. Resalto esto
porque establece lo importante de conocer el contexto para la apreciación de la ficción, y
como el alterarlo lleva a que ni siquiera se pueda determinar la naturaleza de su narración.
Con todo esto no digo que el ejercicio mental propuesto por el autor no sea interesante ni
válido. Digo que sus conclusiones no pueden dirigirse a determinar el valor de las obras
alteradas, a determinar si habrá o no menos intriga, o si serán estéticamente atractivas. Sobre
todo, no debe dirigirse a determinar que la actualidad no es objeto de ficcionalización, todo
esto por querer ignorar la importancia del contexto a la hora de juzgar una obra.
Aunque no comparto las conclusiones de Casciari, admito que su ejercicio si hace evidente
una aparente problemática. La hija del autor no encuentra atractivo el cuento de «​Hansel y
Gretel​», al respecto Casciari, (2008) asevera: «Justo en el clímax argumental. Mi hija dice:
"No importa. Que llamen al papá por el móvil"». Esto nos habla de cómo las nuevas
generaciones, que aunque pueden aprender a apreciar una obra y adaptarse a las formas de la
época en la que esta fue concebida, no pueden dejarse guiar emocionalmente por lo que se les
está contando. Las personas que fueron a ver ​2001: Odisea del espacio de Kubrick, se
maravillaron al ver cómo lograron simular la gravedad cero con un lápiz girando, mientras
que para generar ese mismo impacto en el cine actual necesitamos que películas como
Gravity de Cuarón, pongan a girar en plano secuencia la estación espacial entera y
destruyéndose. La continua evolución de la sociedad y los nuevos modelos del hombre ha
establecido la necesidad de cambiar la forma de crear y consumir ficción, aunque esto pueda
plantearse inicialmente como una problemática, es el camino natural de una civilización que
se extiende a lo largo de los años. Esa continua exploración de las nuevas generaciones es la
que amplía el repertorio de la ficción y gracias a esto aún no nos aburrimos de consumirla.
Como lo mencionaria Casciari, (2008) «La telefonía inalámbrica —vino a decirme anoche la
Nina, sin querer— nos va a entorpecer las historias que contemos de ahora en adelante. Las
hará más tristes, menos sosegadas, mucho más predecibles». Lo que verdaderamente sería
triste, menos sosegado y predecible, sería que los niños de hoy siguieran sintiendo miedo al
leer «​Hansel y Gretel​», que los miedos no hubieran evolucionado con nosotros, que las
historias siguieran contando lo mismo obteniendo los mismos resultados emocionales. Si esto
fuera asi el ser humano ya no tendría la necesidad de encontrar nuevos contextos a explorar.
Al igual que millones de personas, Nina ya no le teme a perderse en el bosque, pero
seguramente terminaría horrorizada si viera el capitulo «​White Christmas​» de Black Mirror
escrito por Charlie Brooker; un relato maravilloso que nos habla de nuestros nuevos miedos,
la invasión de la privacidad, la réplica de nuestra conciencia mediante inteligencia artificial y
el aislamiento social causado por la tecnología.
Los nuevos escritores enfrentan un nuevo problema, uno que se irá incrementando con cada
año que pase: la dificultad para encontrar nuevas que cosas que decir. Para cualquiera que en
algún momento haya intentado escribir ficción, reconocerá con facilidad la desagradable
sensación de descubrir que la historia en la que se está trabajando ya ha sido escrita, tu
cerebro rápidamente conecta la trama, los personajes, las situaciones y los giros y siempre
terminas en: “Ah… como en esta historia”. Muy seguramente muchas de las nuevas obras
han muerto ahí, por lo que cada vez se hace más indispensable la experimentación tanto
narrativa como argumental.
Las normas que han regido millones de historias cada vez se rompen con mayor frecuencia.
Estas cualidades quedan claras mirando uno de los clásicos contemporáneos: ​Inglourious
Basterds de Tarantino. Una película ambientada en la Segunda Guerra mundial donde el
guión poco habla del conflicto armado y prefiere centrarse en el propio cine. Su estructura
narrativa y desarrollo de personajes no tiene en cuenta en los más mínimo estructuras clásicas
como el modelo aristotélico, la propia mentalidad del director, quien se empeña en
referenciar películas que le apasionan aún cuando no lo necesita ha entorpecido su
valoración. Esta película que ha día de hoy tiene la aprobación mundial tanto de la crítica
como de la audiencia, nació de la mente de un director que le costó mucho hacer entender su
forma de hacer cine. Esto se debe a los continuos discursos que se empeñan en desprestigiar
las obras actuales, y aunque no hay ningún problema en discutir la calidad de estas, resulta
corrosivo para el desarrollo de la nueva ficción. Los mensajes como el de Casciari, que
aunque ofrecen un punto de vista crítico respecto a la vida moderna, también están bañados
en sentimentalismo y nostalgia que es utilizada para inhabilitar las nuevas formas de hacer
ficción. No es para nada difícil encontrarse con personas que son profundamente
influenciadas por estos mensajes, que en vez de apoyar el continuo desarrollo, se enfrascan en
romantizar el pasado sin darse cuenta que si siempre se hubiera pensado asi, muchas de las
grandes obras tampoco hubieran existido. Y al final, a quienes realmente afecta todo esto es a
los escritores, quienes son horrorizados por las historias pasadas, y de tras de eso se les quiere
negar la experimentación para poder salir de los cánones clásicos. Lo realmente peligroso de
esta mentalidad es que es aplicada a muchas otras formas de hacer arte. Pareciera que tras
tantos años de evolución ya se hubiera aprendido a explorar una obra, saber meterse en la
mentalidad del autor por extraña que parezca. Los nuevos contextos y los nuevos temas que
estos pueden tratar, tienen que seguir buscando, no invalidar en pro de la nostalgia, esta debe
de ser la actitud indispensable de los nuevos escritores. Aunque las críticas no pueden ser
ignoradas, se debe de identificar cuáles de estas se siguen rigiendo en hacer respetar lo
“clásico” y se niegan a la experimentación.
CONCLUSIÓN

La necesidad del entretenimiento mediante la ficción siempre será indispensable para el ser
humano. Tenemos que saber disfrutarlo, aprender cómo criticarlo y desarrollarlo. Para las
generaciones posteriores será cada vez más importante poder apreciar adecuadamente las
obras del pasado escritas bajo contextos que ya no compartimos, saber entender el contexto y
la mentalidad de aquella época, y de la misma manera las generaciones pasadas también
deben aprender adaptarse a las nuevas formas de crear una obra de ficción, sin negar nuevos
caminos a explorar, sin estancarse en los cánones que establecen las obras que crecieron
amando. Siempre se tiene que tener una mirada abierta y en pro de dejarse guiar por el autor,
y asi seguir disfrutando muchos años de la mentira orquestada.
REFERENCIAS

Eagleton, T, (1983), ​Literary Theory An Introduction​, Gran Bretaña, Reino unido,


Blackwell Publishers Ltd.
Casciari, H. (2008). El móvil de Hansel y Gretel. Hernancasciari.
https://hernancasciari.com/blog/el_movil_de_hansel_y_gretel/​.

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