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El malestar de la democracia no es la incertidumbre que aparece cuando uno se ve obligado a

elegir entre dos opciones diferentes. Es la insatisfacción que produce la democracia unida a la
sospecha de que no existen alternativas, es una desorientación que corre el riesgo de convertirse
en constante e insuperable, pero nunca en productiva. Es un malestar que va acompañado por la
idea de que estamos siendo engañados, una idea típica del siglo xx que se extiende al siglo xxi.12

lo que queremos decir con la palabra “democracia”, término polisémico en el cual se superponen
distintas opciones y distintos significados; la complejidad de la democracia representa, junto con el
malestar, el segundo foco teórico y político de este ensayo, cuya tesis de fondo es que un remedio
parcial y posible para ese malestar reside en la toma de conciencia y la reactivación selectiva de
esa complejidad, dentro de la cual existieron y siguen existiendo diversas y múltiples posibilidades.

destaca que dos son los hechos claves que abren la modernidad: por un lado, el avance del
capitalismo y, por el otro, el surgimiento del Estado. Ambos procesos contribuyen a que la
democracia moderna diste enormemente de la democracia griega. Con referencia al Estado, una
de las formas centrales en este proceso es el gobierno.

El Estado, para el autor, no es más que un artificio que no genera una finalidad política más allá del
mantenimiento de la vida física, como garante de la unidad y de la paz. Sin fomentar las cualidades
humanas.

a la relación puntual que existe entre capitalismo y democracia. En la modernidad, la democracia


se expresa como la necesidad de apaciguar las diferencias sociales que produce el desarrollo
capitalista

La Modernidad Tardía y la actual Edad Global. En la Modernidad Tardía, la democracia se expresa


con sumo esplendor en el Estado Social Demócrata de Bienestar, coincidiendo, parcialmente con
sus fundamentos y promesas. Este hecho coyunturalmente se da para que la democracia pueda
hacer frente a su posible aniquilación por el fantasma comunista. Durante este periodo, se
articulan factores que dieron cauce a esta forma de Democracia: una Economía de mercado
regulada por el Estado, que se presenta como administrador y avanza por toda la sociedad; se
consolida una democracia de partidos con clara definición ideológica y, además, una aspiración a
la universalidad de la ciudadanía.

Tras la caída del Muro de Berlín, el capitalismo se propaga por el mundo luego de la aniquilación
del comunismo como única alternativa. Esto hace que el capital, ahora, ya no haga esfuerzos por
poner en marcha la lógica constitutiva de la democracia moderna, la cual consiste en la armonía
establecida entre Estado, mercado, nación y partido. Estos elementos interconectados se escinden
poniendo en crisis el funcionamiento de la misma. Aquí, el autor localiza el avance del proceso de
globalización y el comienzo de lo que denomina Edad Global.

La democracia moderna, difícil, frágil, y contradictoria, no es inmediatamente el poder del pueblo


o gobierno del pueblo, sino que, representa un acompañamiento consciente y crítico de dinámicas
inclusivas del Estado y del capitalismo. VIVIENDA NO SON ESCUCHADOS EN CONJUNTO

Para la autora esto implica entender las culturas y las identidades como procesos sociales en los
cuales la interpretación, la reinterpretación y la negociación de símbolos y significados está
siempre presente. 173
a autora aborda el desplazamiento de las las políticas de redistribución procedentes de la tradición
democrático-igualitarista hacia las políticas del reconocimiento provenientes del
multiculturalismo.

transformaciones del Estado en el mundo contemporáneo y los cambios producidos en los


sistemas políticos de intermediación entre la sociedad y la esfera estatal
La extraña no muerte del neoliberalismo

Instituciones y desarrollo en la era de la globalización

La informacionalización y la globalización son procesos centrales de la constitución de una nueva


economía y una nueva sociedad en el cambio de milenio. Pero junto a ellos, y en interacción
compleja, otro fenómeno, de índole cultural y político, está transformando el mundo. El
reforzamiento de las identidades culturales como principio básico de organización social,
seguridad personal y movilización política. Identidad, en términos sociológicos, es el proceso por el
cual los actores sociales construyen el sentido de su acción atendiendo a un atributo cultural (o
conjunto articulado de atributos culturales) al que se da prioridad sobre otras fuentes posibles de
sentido de la acción.

Sometido a las presiones de cambio tecnológico, económico y cultural, el estado no desaparece: se


transforma. Busca, por un lado, alianzas estratégicas, tanto estables como coyunturales con otros
estados, para tratar conjuntamente los problemas planteados por la globalización. Surgen así
estados co-nacionales, como es la Unión Europea, con un Banco Central Europeo independiente,
una moneda única y, por tanto, una economía unificada, a la que se añaden múltiples instituciones
y leyes de ámbito europeo. Se refuerza el papel de las instituciones internacionales, como las
Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos, la Organización de la Unidad Africana y
las distintas organizaciones de seguridad regionales, en Europa, en el Pacífico, en América Latina.
Se constituyen alianzas militares fuertemente integradas, como la OTAN, que, en la práctica,
funden las fuerzas armadas de sus miembros en unas fuerzas armadas supranacionales con mando
conjunto. Surgen formas políticas “sui generis”, a medio camino entre estados co-nacionales e
instituciones internacionales, como la Comunidad de Estados Soberanos, entre las ex-repúblicas
de la ex-Unión de la Sovietica. Proliferan las áreas de integración económica que trascienden la
soberanía económica nacional, como son Mercosur, el Tratado de Libre Comercio Norteamericano
o, en embrión, el Acuerdo de Cooperación Económica en el Pacífico y la Unión Arancelaria de los
países del ASEAN en Asia del Sudeste. Y se constituyen instituciones económicas supranacionales,
de ámbito global, como son el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, con influencia
decisiva en la
una «sociedad» en la que los Estados eran la «gente», pero en el orden global actual el estatus
político único del Estado debe sopesarse con el hecho de que los «ciudadanos» que gozan de más
poder económico son las empresas transnacionales 101

En el mundo clásico de los realistas* , las formas militares tradicionales del poder del Estado
estaban vinculadas muy de cerca con las posibilidades de ganancia económica. Se presumía que
los actores económicos poderosos tenían interés en las capacidades políticas y militares de «sus»
Estados y, recíprocamente, que los administradores del Estado tenían interés en las capacidades
de «sus» empresarios. Pero hoy, en un mundo de redes de producción global, las ganancias
económicas futuras que puedan obtenerse de una conquista territorial son dudosas, reduciéndose
así los beneficios del poder fáctico del Estado 101

democracia deliberativa
Habermas para superar el impasse que se produce entre la defensa de la primacía de
los derechos humanos individuales (liberalismo) y los que ponen el acento en la idea
de soberanía popular (Republicanismo igualitario)

ella el concepto de cultura se conforma de dos elementos fundamentales: la visión narrativa de las
acciones y la cultura en sí misma.

En este sentido es fundamental considerar a las culturas como constantes creaciones,


recreaciones y negociaciones de fronteras entre nosotros y el/los otros

Siguiendo las ideas de Habermas, Seyla Benhabib considera que la tarea fundamental de la
igualdad democrática consiste en crear instituciones imparciales en la esfera pública y en la
sociedad civil en las que la lucha por el reconocimiento de las diferencias culturales y la disputa
por los relatos culturales puedan llevarse acabo sin dominación.

la democracia deliberativa es fundamental para las demandas multiculturales.

entender las culturas y las identidades como procesos sociales en los cuales la interpretación, la
reinterpretación y la negociación de símbolos y significados está siempre presente

la autora aborda el desplazamiento de las las políticas de redistribución procedentes de la


tradición democrático-igualitarista hacia las políticas del reconocimiento provenientes del
multiculturalismo.

la política del diálogo cultural complejo, desarrollada por Benhabib

su propuesta de democracia al que denomina el enfoque de doble vía en el que enfatiza la


importancia de las instituciones legislativas, políticas y judiciales como de las asociaciones de
ciudadanos, los grupos de interés y los movimientos sociales en la esfera pública, frente a otros
modelos como el «consenso superpuesto» de Rawls, el igualitarismo liberal de Brian Barry o las
jurisdicciones multiculturales de Ayelet Shachar
El término democracia deliberativa "designa un modelo normativo –un ideal regulativo– que
busca coordinar la noción de democracia representativa al uso mediante la adopción de un
procedimiento colectivo de toma de decisiones políticas que incluya la participación activa de
todos los potencialmente afectados por tales decisiones, y que estaría basado en el principio
de la deliberación, que implica la argumentación y discusión pública de las diversas
propuestas".1

Lo que debería determinar la pertenencia es lo que las personas hacen y no lo que son, su
participación en los distintos ámbitos de la sociedad civil.

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