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Rev Biomed 2010; 21:247-266 Historia de la Ciencia

Fiebre amarilla: miasmas, microbios y mosquitos. Una historia


a vuelo de pájaro vista desde Brasil
Jaime Larry Benchimol

Investigador y docente del Programa de Post-grado en Historia de las Ciencias y de la Salud, Casa de Oswaldo Cruz/Fun-
dación Oswaldo Cruz, Río de Janeiro, Brasil

INTRODUCCIÓN
Los problemas de salud de Brasil comenzaron cólera, enfermedades que estaban en el centro
a ser debatidos en la primera mitad del siglo XIX, de la gran controversia entre contagionistas y
principalmente en instituciones creadas después anticontagionistas en todas las áreas de influencia
de la separación de la metrópoli colonial: la de la medicina europea (1,2).
Sociedad de Medicina y Cirugía, inaugurada en
1829 y transformada en Academia Imperial de Fiebre amarilla, miasmas y esclavitud
Medicina tres años después de la creación (1832) La fiebre amarilla arribó a ésta y a otras
de las Facultades de Medicina de Río de Janeiro ciudades del litoral brasileño en el verano de
y de Salvador. 1849-50, exponiendo las entrañas de una sociedad
En 1763, Río de Janeiro se tornaba la capital medularmente escindida entre señores y esclavos;
de los virreyes de Portugal, en lugar de Salvador. Río de Janeiro prosperaba articulando la plantación
Eso acarreó cambios importantes en la vida de la esclavista de café, en expansión en el Valle del
ciudad, pero nada comparable a los efectos de la Paraíba, con el mercado mundial. La segunda
fuga de la corte portuguesa a su colonia, cuando revolución industrial –la de los artefactos de hierro
los ejércitos napoleónicos invadieron Lisboa, en y acero, de los bienes de capital, de las líneas férreas
noviembre de 1807. Teniendo que acoger, de un día y navíos a vapor– robustecía el poderío industrial
para otro, a cerca de 15 mil personas, casi un tercio de Inglaterra, aunque otros países, revolucionados
de su población, Río de Janeiro se convirtió en la también por la gran industria, despuntasen como
cabeza del decadente imperio lusitano, después en competidores. Las exportaciones de capital, bajo la
el epicentro del proceso de independencia (1822) forma de préstamos públicos e inversiones directas,
y de las guerras subsecuentes con las provincias. impulsaron la modernización de las economías
A mediados del siglo XIX, estaban subyugadas las periféricas como la brasileña en la segunda mitad
fuerzas que resistían a la política centralizadora del siglo XIX, preparándolas para responder a
del Imperio y a la hegemonía económica de la los nuevos flujos de materias primas y productos
región Sudeste. industrializados. En Brasil, ese proceso tuvo otras
Su élite médica, formada por nativos o dimensiones: abolición del tráfico negrero en 1850;
profesionales emigrados poco tiempo antes de consolidación política del Imperio; guerra contra
una Europa convulsionada por las revoluciones el Paraguay (1864-70); expansión demográfica;
liberales burguesas, resaltaba la ausencia, en ampliación gradual del trabajo libre, sobre todo en
Brasil, de fiebre amarilla, peste bubónica y las ciudades. En los años de 1870, el imperio de

Solicitud de sobretiros: Dr. Jaime Benchimol. Casa de Oswaldo Cruz/Fundación Oswaldo Cruz, Río de Janeiro, Brasil. E-mail: jben@coc.fiocruz.br

Recibido: el 20 de diciembre de 2010. Aceptado para publicación: el 30 de diciembre de 2010

Este artículo está disponible en http://www.revbiomed.uady.mx/pdf/rb1021311.pdf

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Don Pedro II y de los barones del café parecía vivir haberse difundido hacía más tiempo en África, a
su apogeo de grandeza y de estabilidad, y Brasil, veces de forma tenue, produciendo inmunidad en
su destino de país esencialmente agrícola. En Río los ya expuestos al virus. Sabemos, también, que es
de Janeiro, su más próspero emporio comercial y causada por un arbovirus del género Flavivirus. En
financiero, irrumpían epidemias todos los años, el hombre, la fiebre amarilla presenta varias ma-
variando los índices de morbilidad y mortalidad nifestaciones clínicas: fiebre alta, cefalea, dolores
conforme la sinergia, al mismo tiempo biológica musculares, todas las señales, en fin, de un cuadro
y social, de los vivientes que se concatenaban en infeccioso que es el resultado de la replicación del
el curso de cada enfermedad. virus en el organismo, después de ser inoculado
Aunque existan evidencias de la presencia por mosquitos. Pero casi un siglo pasaría hasta que
de la fiebre amarilla en Brasil desde 1694, fue so- fuesen establecidos estos saberes, en circunstan-
lamente a partir de mediados del siglo XIX que se cias que luego examinaremos.
volvió la gran cuestión sanitaria nacional. Según En la época que estamos tratando, los hi-
estimaciones del Dr. José Pereira Rego (1878, p. gienistas situaban las múltiples causas de la fiebre
159), alcanzó a 90,658 de los 266 mil habitantes de amarilla y de otras enfermedades epidémicas,
la capital brasileña, causando 4,160 muertes. Hubo por un lado, en las predisposiciones orgánicas de
quien refiriese hasta 15 mil muertes (3). los individuos; por el otro, en el medio ambiente
Administrativamente, las cuestiones relati- –tanto la naturaleza de aquellas latitudes tórridas,
vas a la salud pública no se diferenciaban de otros consideradas hostiles para la aclimatación del
aspectos de la vida urbana a cargo de la Iglesia, europeo, como el ambiente artificialmente creado
de la Cámara Municipal o de la Intendencia de por el hombre en los crisoles en ebullición que
Policía. Fue en medio de aquella crisis sanitaria eran las ciudades dieciochescas. Los cuerpos de
que se volvió competencia de un poder autóno- los enfermos eran investigados por medio de las
mo: una Junta Central de Higiene Pública que, en herramientas de la clínica y de las nuevas disci-
1886, se separó en Inspección General de Higiene plinas experimentales, que llevaron a los médicos
e Inspección General de Salud de los Puertos. El de los hospitales a abrir cadáveres para examinar
radio de acción de los dos órganos se restringía a las lesiones dejadas por cada enfermedad en los
las ciudades del litoral, con total predominio de la tejidos y órganos. Los higienistas elaboraban
cabeza urbana del país, Río de Janeiro. inventarios de los componentes insalubres del am-
Los médicos que se ocupaban de la higiene biente natural y urbano con la ayuda de las nuevas
pública tuvieron que conquistar espacio frente ciencias físico-químicas y sociales, conservando,
a los defensores de la explicación religiosa, que sin embargo, como piedras angulares, conceptos
encaraban el “vómito negro” como manifesta- de la medicina hipocrática. Las llamadas “consti-
ción de la ira divina, para ser aplacada con rezos tuciones epidémicas” de los lugares donde la fiebre
y procesiones. Para muchos, el contraste entre la amarilla y otras enfermedades brotaban –aquellas,
elevada mortalidad de los blancos, en particular por ejemplo, que el presidente de la Junta Central
de los europeos recién llegados, y la resistencia de Higiene Pública rehacía, todos los años, con la
de los negros llevó a suposiciones conspirativas, intención de prever y prevenir las próximas epi-
infundiendo el temor de insurrecciones de es- demias– eran como construcciones barrocas que
clavos semejantes a las ocurridas en las Antillas ascendían desde el movimiento de las poblaciones
(revolución haitiana) y en Bahía (revuelta de los al de los astros, articulando enorme cantidad de
malês) (3). datos obtenidos con el auxilio de la astronomía,
Sabemos hoy que la relativa benignidad de geografía, geología, química, historia, economía
la enfermedad en los negros se debía al hecho de y estadística.

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“Año de mangos, año de fiebre amarilla” de- disciplinarias; las calles estrechas y tortuosas que
cían los cariocas, expresando en lenguaje coloquial dificultaban la renovación del aire y la penetración
la relación que los médicos establecían entre el de la luz del sol; las playas como inmundos de-
calor, la humedad y las epidemias de fiebre ama- pósitos de heces y basura; la casi inexistencia de
rilla. Éstas se correlacionaban con la regularidad plazas arboladas en Río de Janeiro, que era, así,
de otras frutas estacionales, siempre en aquella como un cuerpo sin pulmón.
larga temporada de calor y lluvias que se extendía Los higienistas pusieron en evidencia la ma-
desde noviembre hasta marzo o abril. Se suponía yor parte de los nudos gordianos que los ingenieros
que, como otras plantas, la fiebre amarilla se am- intentarían desatar. Ubicados en instituciones cuya
bientaba a la perfección en los valles del litoral, capacidad de influir en las decisiones del Estado y
especialmente en las ciudades portuarias, donde del capital fue mucho menor que lo que suponen
las materias en putrefacción, de origen vegetal y los historiadores de cuño foucaultiano, aún así los
animal, constituían el humus ideal para ella. higienistas contribuyeron para que se promulgasen
Las epidemias de viruela aparecían, en ge- las primeras leyes que regulaban el crecimiento de
neral, en invierno. El cólera afectó Río de Janeiro la ciudad. Aunque no hayan conseguido detener
en 1855-56, en la cola de la tercera pandemia del las epidemias, ayudaron a promover cambios, a
siglo XIX, y no ocurrieron otros brotes hasta los veces sustantivos, tanto en los padrones de socia-
años de 1890, cuando Brasil fue afectado por otra bilidad como en las formas de organización del
pandemia, la de la peste bubónica. La tuberculo- espacio (4-6), observándose la sedimentación de
sis, las disenterías, la malaria y fiebres llamadas un discurso sobre lo urbano cuyos argumentos se
por decenas de nombres aparecían como flagelos repiten hasta el comienzo del siglo XX, en todo
crónicos en la capital y las provincias. lo que escribieron ingenieros, políticos y otros
Los higienistas proponían intervenciones actores sociales. En los años 1870-1880, las élites
más o menos drásticas para restaurar el equilibrio y los estratos medios ya constituían una influyente
del organismo urbano. En Río de Janeiro, los opinión pública, favorable a todo tipo de mejorías
pantanos se consideraban los principales focos de que transformase la capital del Imperio en una
exhalación de los miasmas que desencadenaban las metrópoli saludable y moderna (7).
enfermedades epidémicas. Los morros impedían la
circulación de los vientos capaces de disipar esos La República y el agravamiento de la crisis
malos aires. De ellos, bajaban las aguas de los ríos sanitaria
y de las lluvias que se estancaban en la planicie Estos debates recrudecieron entre dos epi-
sobre la cual se erguía la mayor parte construida demias muy violentas de fiebre amarilla, las de
en la capital brasileña. Entre los factores insalu- 1873 y 1876 que causaron, respectivamente, 3,659
bres sobresalían las viviendas colectivas, donde se y 3,476 muertes en una población estimada de
aglomeraban los pobres: pequeñas, húmedas, sin 274,972. Entre los años 1870 y 1890, la población
aire y luz, espacios de fermentación o putrefacción de Río se duplicó, pasando a 522,651 habitantes.
capaces de liberar nubes de miasmas sobre la ciu- En 1906, se elevaba a 811,444 habitantes. Era la
dad. Los higienistas condenaban otros aspectos de única ciudad del país con más de 500 mil habitan-
la vida urbana: los cuerpos enterrados en las igle- tes. Después, venían São Paulo y Salvador, con un
sias; mataderos, carnicerías y mercados peligrosos, poco más de 200 mil.
tanto desde el punto de vista de la integridad de los Al mismo tiempo en que sucedían los mo-
alimentos como por constituir potenciales corrup- vimientos que llevaron a la abolición de la escla-
tores del aire; fábricas, hospitales y prisiones que vitud (mayo de 1888) y a la proclamación de la
se igualaban en la ausencia de reglas higiénicas y República (noviembre de 1889), y las luchas que

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convulsionaron los primeros años del nuevo régi- inútiles o perniciosas: “la alta administración del
men, afluían a la ciudad grandes contingentes de país, sin la orientación que sólo las autoridades
inmigrantes europeos y ex-esclavos de las zonas científicas pueden darle, no ha hecho nada” (8).
cafetaleras en decadencia. Además de negociarse En el pasaje del Imperio a la República,
emprendimientos urbanos, se fundaron diversas se multiplicaron las concesiones al gran capital,
fábricas de bienes de consumo corriente. Como que prometía regenerar la ciudad a través
en la primera revolución industrial inglesa, el de avenidas, viviendas higiénicas, mejoras
sector de punta era el de hilado y tejido. Crecieron portuarias, etc., ofreciendo el gobierno garantía
los barrios residenciales servidos por tramways de tasas de interés, derechos de expropiación,
y los suburbios más distantes, a lo largo de los privilegios de zona y otros mecanismos usados
ejes ferroviarios. A pesar de ello, el epicentro de para estimular las construcciones ferroviarias. Se
la crisis sanitaria era todavía, y cada vez más, la intensificaron en este período, sin embargo, las
Ciudad Vieja y sus zonas adyacentes, incluso la controversias relativas al papel del Estado y de
zona portuaria, donde las epidemias causaban la iniciativa privada en las mejorías urbanas de
devastaciones jamás vistas, exacerbando la fama gran envergadura. Otros aspectos del saneamiento
internacional que tenía Río de Janeiro como una urbano eran objeto de controversias candentes,
ciudad apestada y mortífera. relacionados con los profundos cambios ocurridos
La fiebre amarilla arrojó 4,454 muertos en en la manera de afrontar la etiología y el modo de
1891, sobre todo en los barrios centrales, donde transmisión de las enfermedades que se propagaban
había más viviendas colectivas, concepto que epidémicamente, sobre todo la fiebre amarilla.
abarcaba, principalmente, conventillos, villas
y casas de habitaciones, pero a veces, también De los miasmas a los microbios
cuarteles, prisiones, pensiones, manicomios, En diciembre de 1879, el Dr. Domingos
hospitales, etc. La viruela mató a 3,944 habitantes. José Freire, catedrático de química orgánica de la
La malaria fue responsable de 2,235 muertes. La Facultad de Medicina de Río de Janeiro,1 anunció
tuberculosis segó 2,202 vidas en 1890 y 2,373 al en los periódicos el descubrimiento de un microbio
año siguiente. que pensaba ser el causante de la fiebre amarilla.
Según el Inspector General de Higiene En el primer semestre de 1883, desarrolló una va-
Pública Bento Gonçalves Cruz, padre del sanitarista cuna contra la enfermedad, atenuando por medio
Oswaldo Cruz, se hacía todo lo “racionalmente de técnicas recién concebidas por Louis Pasteur
aconsejable” para reducir el impacto de el alga microscópica que denominó Cryptococcus
esas enfermedades: visitas correccionales, xanthogenicus. Con excepción de la antivariólica,
desinfecciones, aumento de los espacios de no había otro recurso profiláctico de esa naturaleza
aislamiento en hospitales, distribución de médicos para enfermedades humanas. Las realizaciones de
en los barrios para fiscalizar las condiciones de Pasteur en esa área se restringían aún a las vacunas
higiene, etc. A comienzos de 1891, escribió el contra el cólera de las gallinas (1880) y el ántrax o
médico Aureliano Portugal, “el acuerdo entre 1 Inició la carrera como cirujano en la Guerra del Paraguay.
los higienistas brasileños era, por lo menos, Después de obtener la cátedra de química, viajó a Europa,
aparentemente unánime. La ejecución de las y durante el tiempo que permaneció allí (1874-1876) envió
medidas propuestas por el II Congreso de Medicina a la Congregación de la Facultad informes conteniendo in-
haría surgir, como se dio últimamente en Nápoles, ventarios de los progresos en curso en química, biología y
medicina. Los informes contribuyeron para la reforma de la
una nueva ciudad salubre e higiénica”. Pero las enseñanza médica en los años de 1880: énfasis en la ciencia
epidemias reinaban con intensidad jamás vista y experimental y en la enseñanza práctica en laboratorio (9).
las medidas consideradas básicas parecían ahora De los varios laboratorios creados entonces, el que tuvo re-
sultados experimentales más exuberantes fue el de Freire.
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carbúnculo hemático (1881). Su incursión en las rrespondieron en la época en que el cubano usaba
patologías humanas, con la vacuna antirrábica, mosquitos infectados en “amarillentos” como in-
envolvería complejas exigencias socio-técnicas munizantes vivos contra la enfermedad. La vacuna
superadas solamente en 1886 (10,11). de Domingos Freire llegó a Puerto Rico, Jamaica,
A fines de 1883, Freire asumió la presiden- las Guyanas y otras colonias francesas (17).
cia de la Junta Central de Higiene Pública, lo que En su segundo viaje a Europa (1886-1887),
facilitó la difusión de su vacuna entre los conven- sometió dos comunicaciones a la Academia de
tillos de Río de Janeiro. La receptividad que tuvo Ciencias de París, en colaboración con Rebour-
entre inmigrantes y nativos se debió al miedo que geon y un investigador del Museo de Historia
la fiebre amarilla inspiraba y también al apoyo de Natural de aquella ciudad, Paul Gibier (18,19).
los republicanos y abolicionistas, a los que Freire Éste y otros hechos ocurridos en la capital francesa
estaba ligado. En la prensa y en la Academia Im- repercutieron con fuerza en la capital brasileña y, al
perial de Medicina, hubo reacciones contradicto- regresar a ella, Domingos Freire fue recibido como
rias, especialmente después que la vacuna recibió héroe de la “ciencia nacional” por estudiantes y
el apoyo tácito del emperador Don Pedro II y la profesores de las escuelas técnicas y superiores,
entusiasmada adhesión de un discípulo de Pasteur, periodistas de diversos diarios, militantes de los
Claude Rebourgeon, veterinario francés contrata- clubes republicanos y sociedades abolicionistas.
do por el gobierno brasileño para iniciar, en Rio Semanas después, viajaba a Washington para par-
Grande do Sul, la producción de la vacuna animal ticipar en el IX Congreso Médico Internacional,
contra la viruela. Rebourgeon presentó el descu- que aprobó una resolución recomendando que su
brimiento de Freire a las academias de Medicina y vacuna recibiese la atención de todos los países
de Ciencias de París (12), donde obtuvo reacciones afectados por la fiebre amarilla (17).
favorables por parte de personajes importantes La proclamación de la República, en no-
de la medicina francesa, como el patólogo Alfred viembre de 1889, ocurrió en medio de una grave
Vulpian y el veterinario Henry Bouley.2 epidemia y, mientras el gobierno negociaba la
Por lo menos, 12,329 habitantes de Río de federalización de los servicios de salud, la vacuna
Janeiro y de otras ciudades fueron inoculados con se transformó en institución gubernamental.
la vacuna de Domingos Freire entre 1883 y 1894. En Brasil, el principal competidor de
Su alcance se debió, en parte, a las relaciones Freire era João Batista de Lacerda, director por
que vinculaban a su descubridor con los intereses largo tiempo (1895-1915) del Museo Nacional
coloniales y comerciales, con otros cazadores de de Río de Janeiro (20). En 1883, incriminó otro
microbios, con asociaciones médicas y científi- microbio como el verdadero agente de la fiebre
cas y con autores de tratados que sistematizaban amarilla. Su Fungus febris flavae y microorga-
resultados alcanzados por la microbiología. El nismos similares, descritos en esa época, tenían
mexicano Manoel Carmona y Valle (15,16) era el una característica común: el polimorfismo, o sea,
más notorio rival del bacteriólogo brasileño. El la capacidad de cambiar de forma y función por
Micrococcus tetragenus de Finlay fue concebido influencia del medio, sobre todo de los factores
como alternativa al alga de Freire, y ellos se co- climáticos. Zoólogos, botánicos y bacteriólogos
2 Las tentativas de Pasteur, en 1881, de identificar el micro- tenían opiniones encontradas al respecto. Pasteur
bio de la fiebre amarilla fueron un fracaso, como muestra y Koch consideraban el polimorfismo incompati-
Vallery-Radot (13). Igualmente frustrados fueron los es- ble con procedimientos experimentales rigurosos
fuerzos emprendidos por D. Pedro II de traerlo a Brasil para
descifrar la etiología y prevención de la enfermedad. Las
y con la noción de especificidad etiológica, pero
cartas reproducidas por Vallery-Radot (14) y otras se en- otros investigadores reconocían esa propiedad en
cuentran en el Museo Imperial, Sector de Documentación y los hongos, algas y bacterias que estudiaban. La
Referencia, Archivo de la Casa Imperial (Petrópolis).
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cuestión tenía que ver con la clasificación aún cuando los republicanos lo nombraron director del
problemática de los “infinitamente pequeños”. “Instituto Bacteriológico Domingos Freire”, insti-
El término genérico “microbio”, incluso, había tución federal con atribuciones tan amplias como
sido recientemente acuñado con el propósito, aquellas conferidas por el gobierno de São Paulo al
justamente, de contornear las confusas categorías Instituto Bacteriológico creado concomitantemen-
taxonómicas usadas en los textos científicos de la te en aquel estado (17). La dirección del instituto
época, que perjudicaban la discusión de la teoría paulista fue otorgada a Le Dantec, quien pronto
de los gérmenes entre los no especialistas, incluso regresó a Francia con materiales para estudiar la
los clínicos e higienistas (17). fiebre amarilla. Asumió el cargo el vice-director,
El polimorfismo fue el cemento utilizado Adolpho Lutz, quien poseía una considerable ex-
por Lacerda para componer su más abarcadora periencia no sólo en clínica y bacteriología, sino
teoría sobre “El microbio patogénico de la fiebre también en helmintología, entomología y otras
amarilla”, presentada a la Academia Nacional de disciplinas que, poco después, conformarían la
Medicina y al Congreso Médico Panamericano llamada Medicina Tropical (22).
en 1892-93: todas las descripciones producidas Son conocidas las polémicas que suscitó
hasta entonces darían cuenta de diferentes fases con los clínicos a propósito de fiebres que éstos
o formas de un hongo extremamente proteiforme. llamaron por diversos nombres, atribuyéndolas
En la misma época, George Sternberg, presidente a las condiciones telúricas locales, y que Lutz
de la American Public Health Association de diagnosticó como fiebre tifoidea, basándose en
los Estados Unidos, producía una demoledora la identificación del bacilo descubierto por Karl
investigación sobre las teorías y vacunas en Joseph Eberth en 1880. Las llamadas “fiebres
boga en el continente (21), al mismo tiempo que paulistas” lo llevaron a emprender la primera
buscaba evidencias a favor de un microorganismo investigación epidemiológica sobre la malaria
parecido al del cólera, descubierto por Robert en São Paulo, al mismo tiempo en que, en Río
Koch en 1884. El bacteriólogo alemán y el francés de Janeiro, Fajardo, Chapot Prévost y Oswaldo
Félix Le Dantec defendían la analogía entre esta Cruz investigaban el hematozoario descubierto
enfermedad y la fiebre amarilla, cuyo principal por Charles Louis Alphonse Laveran, en 1880
síntoma, el ‘vómito negro’, se localizaba también (Oscillaria malariae, después denominado
en el intestino. La tabla rasa creada por Sternberg Plasmodium malariae).
en el campo entonces saturado de hongos y algas Éstos fueron algunos episodios del conflic-
abrió algún camino a los bacilos que competirían tivo proceso transcurrido en los años de 1890,
por la condición de agente causal de la fiebre involucrando a diversos actores sociales en des-
amarilla en la década de 1890. acuerdo sobre el diagnóstico, la profilaxis y el
tratamiento de enfermedades que acometían los
Una nueva generación en campo centros urbanos del Sudeste brasileño, convulsio-
En aquellos años, en medio de los desafíos nados por el colapso de la esclavitud, la avalancha
sanitarios sin precedentes enfrentados por la inmigratoria, las turbulencias políticas, fruto de la
sociedad brasileña, una nueva generación de bac- proclamación de la República, y las turbulencias
teriólogos despuntó en conflicto abierto con los económicas asociadas con la crisis del café y con
maestros que la habían introducido a la teoría de nuestra revolución industrial retardataria.
los gérmenes. Francisco Fajardo, Eduardo Chapot Un episodio bien documentado fue la lle-
Prévost, Carlos Seidl, Oswaldo Cruz y otros médi- gada de la peste bubónica a Santos, en 1899, y
cos recién graduados habían pasado por el labora- los conflictos suscitados por el diagnóstico hecho
torio de Freire. Los discípulos se enfrentaron a él por Adolpho Lutz, Vital Brazil, Chapot Prévost

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y Oswaldo Cruz, y cuestionado por clínicos y 1894-1895 en los laboratorios que Oswaldo Cruz,
comerciantes de aquella ciudad portuaria, que Francisco Fajardo y Chapot-Prévost mantenían
exportaba gran parte de la producción cafetalera en sus propias residencias, y en el laboratorio
de Brasil (23). La peste motivó la creación de los público paulista, bajo la jefatura de Adolpho Lutz,
Institutos Seroterápicos de Butantã y de Manguin- comprobaban la presencia del bacilo de Koch en
hos. El primero, con la dirección de Vital Brazil, aquella región, sirviendo de base, así, para un
pronto se desprendería del Instituto Bacteriológico riguroso programa de desinfecciones, aislamiento
de São Paulo, singularizándose por los trabajos y cuarentenas, implementado por primera vez en
en el área del ofidismo. Oswaldo Cruz asumió la ciudades, puertos y estaciones ferroviarias del
dirección técnica del Instituto Seroterápico Federal Sudeste de Brasil. Como jefe de un instituto oficial,
(más tarde, Instituto Oswaldo Cruz), inaugurado Domingos Freire cuestionó la presencia del bacilo
en Río de Janeiro en julio de 1900, cargo que lo de Koch y apoyó a los adversarios del cólera y de
llevaría a la dirección de la Salud Pública tres años la intervención federal, los clínicos del interior
después (24). que diagnosticaban diarreas determinadas por
factores locales. El principal opositor de Koch en
Fiebre amarilla: un atolladero para la salud Europa era el renombrado higienista bávaro Max
pública von Pettenkoffer (26). Su teoría sobre el papel
Como mostró Nara Azevedo (25), este mé- crucial de las condiciones climáticas y, sobre
dico, nacido el 5 de agosto de 1872 en el interior todo, telúricas en la activación o inactividad de
de São Paulo, se doctoró en Río de Janeiro en los gérmenes del cólera y de otras enfermedades
1892 con una tesis sobre El transporte microbia- ejercía considerable influencia también sobre la
no por las aguas. Al año siguiente, se casó con comprensión de la fiebre amarilla, ya que permitía
la hija de un rico negociante portugués. Con su explicar el carácter estacional y la especificidad
ayuda, Oswaldo Cruz viajó a Francia en 1896 para geográfica de ésta. Según la boden theorie (teoría
perfeccionarse en el Instituto Pasteur, en pleno del suelo), para que ocurriese una epidemia eran
boom de descubrimientos de microorganismos necesarios cuatro factores: además del germen,
patógenos y cuando parecían ilimitadas las pers- determinadas condiciones relativas al lugar, al
pectivas no sólo de vacunas para la prevención tiempo y a los individuos. Por sí solo, el germen
de enfermedades infecciosas, sino también de la no causaba la enfermedad, lo que excluía el
seroterapia con fines curativos. Esta tecnología, contagio directo. La susceptibilidad individual
recién desarrollada para el tétanos y la difteria por era importante, pero variables relacionadas con el
Emil von Behring, Shibasaburo Kitasato y Émile clima y con el suelo actuaban sobre el germen, que
Roux, fue presentada por éste en el 8º Congreso maduraba y se transformaba en materia infecciosa,
Internacional de Higiene y Demografía, realizado de manera análoga a la transformación de la
en Budapest en 1894. semilla en planta.
Al regresar a Brasil, en 1899, Oswaldo Para los partidarios de Pettenkofer, la insa-
Cruz montó un consultorio de enfermedades lubridad de Río de Janeiro tenía sus raíces en el
genitourinarias y un laboratorio de análisis “pantano sofocante” que existía debajo de la ciu-
clínicos, el primero de Río de Janeiro. Su primera dad, repleto de materia orgánica en putrefacción;
experiencia importante como bacteriólogo al cuando era expuesto a las oscilaciones de las capas
servicio de la salud pública ocurrió antes del viaje a de agua subterráneas, durante los veranos lluvio-
Francia, en ocasión de una epidemia de cólera que sos, se activaban los gérmenes allí depositados y
afectó el valle del Paraíba, la columna vertebral de florecían las epidemias. Los llamados pavimentos
la economía cafetalera. Los informes producidos en impermeables y el drenado del subsuelo fueron,

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así, las medidas consideradas más urgentes para actores sociales interesados en la reforma del
sanear la capital brasileña, entre aquellas reco- espacio urbano.
mendadas en el Segundo Congreso Nacional de La nueva cosecha de gérmenes de la fiebre
Medicina y Cirugía de 1899. Floriano Peixoto, amarilla fue recibida con exasperación. La inca-
jefe del gobierno republicano provisorio, intentó pacidad de los médicos para decidir, intramuros y
contratar a Pettenkofer para que extirpara la fiebre entre pares, quién había encontrado la manera de
amarilla del suelo de la ciudad (17). desatar el nudo gordiano de la salud pública brasi-
Después de la crisis del cólera en el valle leña llevó inclusive a la proposición, en el Congre-
del Paraíba, una nueva oleada de descubrimientos so y en la prensa, de tribunales que dirimieran la
incriminó a los bacilos como agentes de la fiebre cuestión. Pero fue un cambio radical en el enfoque
amarilla, ligados ahora con profilácticos similares a de la enfermedad que llevó a la nueva generación
los sueros antitetánico y antidiftérico. El personaje de bacteriólogos al proscenio de la salud pública,
más importante de este nuevo ciclo fue Giuseppe con el liderazgo de Oswaldo Cruz.
Sanarelli, experimentado bacteriólogo italiano
que trabajaba en el Instituto Pasteur, antes de ser De la etiología a la transmisión de la fiebre
contratado por el gobierno uruguayo para implantar amarilla
la medicina experimental en Montevideo. Con Las narraciones sobre este viraje privilegian,
el auxilio de jóvenes bacteriólogos de Río de en algunos casos, a Estados Unidos y, en otros,
Janeiro, decidió seguir el rastro del microbio de a Cuba, de acuerdo con el valor atribuido a dos
la fiebre amarilla y en una concurrida conferencia episodios: la formulación de la hipótesis de la
en la capital uruguaya, en junio de 1897, anunció transmisión por el mosquito, de Carlos Juan
el descubrimiento del bacilo icteroide. Meses Finlay en 1880-81, o su demostración por parte del
después, inició en São Paulo las pruebas de equipo liderado por Walter Reed, en 1900. Según
campo de un suero curativo. Sus jugadas rápidas Delaporte (27), la decisión del médico cubano
obligaron a otros bacteriólogos brasileños a revelar de tomar el mosquito como objeto de estudio y
los resultados parciales o finales alcanzados en el el tiempo transcurrido hasta la confirmación de
mismo campo de investigación.3 su teoría son enigmas cuya explicación radica
La opinión pública de Río de Janeiro y de en la medicina tropical inglesa, en las relaciones
otras ciudades ya había asimilado la noción de que de filiación conceptual que ligan a Finlay con
la fiebre amarilla era causada por un microbio. El Patrick Manson –quien descubrió el modo de
relativo consenso fundamentado en la teoría de los transmisión de la filariosis en 1879-, y a Walter
miasmas, respecto a lo que debería hacerse para Reed con Ronald Ross, quien esclareció el modo
higienizar puertos como Río de Janeiro, dio lugar de transmisión de la malaria.
a un impasse y a candentes polémicas sobre los En los años de 1890, en la prensa médica y
eslabones que deberían romperse en la cadena de en la lega de Río de Janeiro, se multiplicaron las
la insalubridad urbana. Las elecciones variaban especulaciones sobre el papel de los insectos en
de acuerdo con las características de cada germen la transmisión de enfermedades, incluso la fiebre
incriminado y con el punto de vista de los diversos amarilla. Eran vistos no como hospedadores de
microorganismos que cumplían parte de su ciclo
3 Los resultados de Wolf Havelburg, Chapot Prévost, Jo- vital en el organismo del insecto parasitado, sino
hannes Paulser, João Batista de Lacerda y otros, así como principalmente como agentes mecánicos de trans-
las controversias suscitadas por estos trabajos se encuen-
tran en Benchimol (17). En este ambiente competitivo, el misión. Se sospechaba de mosquitos, chinches,
alineamiento más conspicuo oponía Sanarelli a Freire que, pulgas, garrapatas y, sobre todo, de las moscas que,
en 1898, profirió una concurrida conferencia en la Facultad pasivamente, trasportaban los microbios hasta los
de Medicina para contraponerse al italiano.
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Fiebre amarilla en Brasil


alimentos, y de allí a la boca, la puerta de entrada y de litoral, caliente y húmedo, donde los hongos,
del organismo humano. El hecho de ser insectos algas y bacilos incriminados cumplían parte de
tan comunes en las ciudades parece haber facilita- su ciclo vital antes de adquirir la capacidad de
do su incorporación al imaginario colectivo como infectar a los hombres, apenas en ciertas estaciones
fuente de peligro, zumbando en la atmósfera aún del año y en ciertas regiones geográficas. Las
contaminada por los miasmas. redes que esos microorganismos recorrían,
La transmisión de la filaria por mosquitos interrelacionando suelo, agua, aire, alimentos,
Culex, de los hematozoarios de la fiebre de Texas navíos, casas y hombres, acogían con dificultad
por garrapatas y del protozoario de la nagana, a los invertebrados, puestos en evidencia por la
otra enfermedad de bovinos y equinos, por la medicina tropical.
mosca tse-tse había sido divulgada en Brasil antes Las experiencias realizadas en Cuba en 1900
del descubrimiento de Ross. En 1898, se leía en forman, sin duda, un divisor de aguas en la historia
los periódicos que los insectos diseminaban los de la fiebre amarilla. Alejaron a la salud pública
microbios del carbúnculo, de la oftalmia de Egipto, de las interminables querellas sobre su etiología,
del botón de Biskara (leishmaniasis tropical), del permitiendo el desarrollo de acciones capaces,
pian (bouba) y del muermo. Yersin había verificado por un tiempo, de neutralizar las epidemias en los
que moscas muertas cargaban el bacilo de la peste núcleos urbanos del litoral de América. Stepan (30)
y podían, por lo tanto, infectar las aguas de beber. muestra que los norteamericanos sólo se rindieron
Y Joly confirmó que depositaban los bacilos de la a Finlay cuando quedó clara su incapacidad de
tuberculosis en los alimentos y bebidas, cargándolos lidiar contra la enfermedad en Cuba, después de
consigo aún después de muertas y disecadas, idea ocuparla en febrero de 1898. Parece haber sido
ya planteada por Utinguassú y Araújo Goes en la importante, también, la confluencia en aquella
Academia de Medicina, en octubre de 1885. En isla de los médicos norteamericanos, orientados
la conferencia de Montevideo (1897), Sanarelli hacia un programa de investigaciones bacterio-
(28) formuló la hipótesis de que existía un moho lógicas, con los ingleses, quienes exploraban la
con poder específico de estimular el desarrollo de fértil problemática de los vectores biológicos de
las colonias del bacilo icteroide. Lacerda (1900) enfermedades.
presentó entonces a Aspergillus icteroide: sus En 1898, Ross develó el ciclo del parásito
esporas serían las “muletas” con que el bacilo de de la malaria de las aves en mosquitos Culex; al
la fiebre amarilla dejaba las atmósferas confinadas año siguiente, Giovanni Battista Grassi, Amico
para proliferar a la distancia. Al mecanismo de Bignami y Giuseppe Bastinelli revelaron el del
propagación acrecentó, en seguida, las moscas, parásito de la malaria humana en mosquitos del
por haber encontrado sus deyecciones mezcladas género Anopheles. Inmediatamente, se planteó la
con las colonias de moho y bacilos (17).4 hipótesis de que los mosquitos cumpliesen idén-
La impresión que nos dan los artículos escritos tico papel en la fiebre amarilla, cuyo diagnóstico
al respecto es que las partes componentes de las clínico con frecuencia se confundía –y por mucho
teorías microbianas estaban como ‘imantadas’ por tiempo aún se confundiría– con el de las fiebres
el campo de fuerza de la medicina tropical. Nuevos causadas por el protozoario descubierto veinte
eslabones vivos se encajaban en las construcciones años antes por Laveran. El descubrimiento de Ross
elaboradas para explicar la transformación extra- y el de los italianos hicieron posible el proyecto,
corporal del microbio de la fiebre amarilla. En que defendía en Inglaterra Patrick Manson, de in-
las teorías existentes, el medio exterior era un vertir en la formación de médicos habilitados para
agente compuesto, orgánico e inorgánico, urbano luchar en lo que llamó “medicina tropical”. Ya en
4 Sobre el papel de las moscas y de los microbios en el ima- 1898, comenzó a funcionar la Liverpool School of
ginario de la población norteamericana, ver Tomes (29).
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Benchimol

Tropical Diseases y, al año siguiente, la London fección malárica”, escribieron Durham y Myers,
School of Tropical Medicine (31-33). “algún medio de transmisión que involucre a un
El 30 de junio de 1900, Herbert Edward hospedero intermedio –un hospedero amante de
Durham y Walter Myers, integrantes de la 4ª expe- la ciudad para esa enfermedad que ama, también,
dición ultramarina de la Escuela de Liverpool, se a la ciudad, es más plausible de lo que podría su-
dirigieron a Brasil para investigar la fiebre amarilla ponerse” (34).
en la región amazónica. Llevaban la hipótesis de En su primera comunicación, Walter Reed
su transmisión por mosquitos, que obtuvo mayor atribuiría el súbito interés por el mosquito, sobre
consistencia en La Habana, donde confabularon todo, a la lectura de Carter. Para Löwy (35) y
con los miembros de la misión americana (Walter Delaporte (27), fue, en realidad, despertado por
Reed, su jefe, James Carroll, Jesse William Lazear la yuxtaposición de las observaciones de Carter
y Aristides Agramonte). Estuvieron también con el con la hipótesis de Finlay hecha por Durham y
mayor William Crawford Gorgas, jefe del Bureau Myers. La sensación que provoca la lectura del
of Inspection of Infectuous Diseases; con Henry primer artículo de éstos es que, si los americanos
Rose Carter, del U. S. Marine Hospital Service; y no hubiesen abrazado la teoría del médico cubano,
también con médicos cubanos: Finlay, Juan Guite- ella habría sido justificada por los ingleses en el
ras Gener, profesor de la Escuela de Enfermedades norte de Brasil.
Tropicales de La Habana, y los doctores Bango y En agosto de 1900, después del paso de los
Martínez, clínicos de la ciudad. mismos, Lazear inició las experiencias con mos-
En un artículo publicado en septiembre de quitos proporcionados por Finlay, mientras Carrol
1900 (34), Durham y Myers expresaron su escep- y Agramonte proseguían los estudios (entonces
ticismo en relación con el bacilo que perseguían prioritarios) sobre el supuesto bacilo de la fiebre
los norteamericanos. Entre las numerosas evi- amarilla. En septiembre, Lazear falleció como con-
dencias conflictivas respecto a la fiebre amarilla, secuencia de una picadura accidental. A toda prisa,
enfatizaban aquellas contrarias a la contagiosidad: Reed redactó la Nota Preliminar mencionada arriba
ni el contacto con enfermos y sus fomites, ni las (36) e inició experiencias mejor controladas para
necropsias contaminaban al personal médico no probar que el mosquito –después clasificado como
inmune; cargas en navíos no transportaban la en- Stegomyia fasciata (actual Aedes aegypti)– era
fermedad. Parecía casi cierto que el enfermo podía el hospedero del “parásito” de la fiebre amarilla,
infectar la casa en que vivía. En brotes ocurridos que el aire no transmitía la enfermedad y que los
en el Mississippi, en 1898, Carter había podido de- fomites no eran contagiosos.
terminar el tiempo transcurrido entre la aparición Cuando Gorgas inició la campaña contra
de casos infecciosos y casos secundarios: de 14 el transmisor en La Habana, las comisiones sa-
a 21 días. En la casa infectada, la exposición por nitarias en São Paulo ya combatían las larvas del
algunas horas podía contagiar la enfermedad, con mosquito. En 1902-1903, Adolpho Lutz y Emilio
incubación normal de 4 a 5 días. Estas duraciones Ribas, directores respectivamente del Instituto
sugerían “el desarrollo del factor infeccioso en Bacteriológico y del Servicio Sanitario de São
el interior o alrededor de algún agente o materia Paulo, reprodujeron las experiencias de Reed en
que se encuentra en el domicilio”. Aunque no la capital paulista para neutralizar las reacciones
conociese su naturaleza, “la teoría propuesta por contra la llamada “teoría habanera” de médicos
Finlay, de La Habana, hace unos veinte años, de alineados con bacilos y hongos incriminados hasta
que la enfermedad se disemina por intermedio de entonces (37).
mosquitos deja de parecer tan fantasiosa a la luz En otros lugares serían verificados los re-
de los recientes descubrimientos relativos a la in- sultados de la comisión Reed. La marina norte-

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Fiebre amarilla en Brasil


americana envió a Veracruz, México, a Herman námicas de la medicina tropical, la protozoología.
B. Parker, George E. Beyer y Oliver L. Pothier. Concomitantemente, parasitólogos, bacteriólogos,
En Río de Janeiro, estuvieron Hans Erich Moritz zoólogos, veterinarios y botánicos reconfiguraban
Otto y Rudolf Otto Neumann, del Instituto de En- la red de actores que colaboraban o competían en la
fermedades Marítimas y Tropicales, recién creado búsqueda de transmisores alados de enfermedades
en Hamburgo. Por un tiempo más largo, permane- semejantes a la malaria y a la fiebre amarilla.
cieron en la capital brasileña tres investigadores La historiografía destaca el hecho de que la
del Instituto Pasteur de París: Émile Marchoux, comisión Reed no consiguió probar que el agente
Paul-Louis Simond y Alexandre Tourelli Salim- de esta última era un “virus filtrable”, pero es un
beni (35, 37). anacronismo proyectar sobre este concepto el ac-
Para Nuno de Andrade (38), director de la tual, de virus. En la época de Reed, la filtrabilidad
recién creada Dirección General de Salud Pública, no era incompatible con los supuestos ciclos de
el descubrimiento de Finlay apenas sumaba un vida de protozoarios. Trabajos sobre el paludismo
elemento nuevo a la profilaxis de la fiebre amarilla. habían diseminado la suposición de que el agente
“Confieso que la hipótesis de la inexistencia del de la fiebre amarilla era un parásito similar al de
germen de la fiebre amarilla en el medio externo Laveran. El propio Finlay la defendió en abril de
me perturba seriamente,” –declaró- “porque los 1903 (39). Los médicos de la marina norteamerica-
documentos científicos y nuestra propia observa- na identificaron, en el organismo de Stegomyia fas-
ción ha acumulado un mundo de hechos que serán ciata, el Myxococcidium stegomyiae (40). Simond
totalmente inexplicables si las deducciones de la (41), en Río de Janeiro, también se concentró en
profilaxis americana fueran aceptados integral- un microsporidio del género Nosema, localizado
mente”. La indeterminación del microbio dejaba en el tubo digestivo de Stegomyia.
expuesta la teoría habanera a dudas perturbadoras. La expedición de la Escuela de Medicina
Nuno de Andrade consideraba la guerra al mosqui- Tropical de Liverpool desarrolló sus actividades
to en Cuba mera “obra de remate” de las medidas en Belém do Pará en medio de este viraje, entre
sanitarias que las autoridades militares habían eje- agosto de 1900 y mayo de 1901. La investigación
cutado antes. Eso fue el centro de la confrontación pronto salió del rumbo previamente demarcado:
que se dio en el Quinto Congreso Brasileño de Durham y Myers resbalaron hacia adentro de aquel
Medicina y Cirugía, realizado en Río de Janeiro, a caldo de teorías bacteriológicas conflictivas que
mediados de 1903. Los partidarios de la teoría de venían minando el campo médico con controver-
Finlay, liderados por Oswaldo Cruz, llamados “ex- sias que paralizaban cualquier acción contra la
clusivistas”, hicieron de todo para obtener el aval enfermedad (42).
de la corporación médica a la nueva estrategia de Llegaron a Belém el 24 de agosto de 1900
combate a la fiebre amarilla, enfrentando cerrada y su laboratorio fue instalado en el hospital recién
oposición de los “no convencidos”. inaugurado con el sugestivo nombre de ‘Domingos
Freire’. Cinco meses después, los dos contrajeron
Etiología de la fiebre amarilla: ¿bacilo o pro- fiebre amarilla y Myers falleció el 20 de enero de
tozoario? 1901.
En la coyuntura anterior, el ántrax y, en Antes de partir hacia Brasil, habían elabo-
seguida, el cólera y la fiebre tifoidea sirvieron de rado un programa de investigación para develar
modelo a los cazadores del microbio de la fiebre la etiología de la enfermedad, ámbito ya saturado
amarilla. Ahora, esa búsqueda estaría pautada por de teorías controvertidas. El estudio “tendrá que
otras enfermedades, especialmente aquellas estu- comenzar desde cero (…). Que existe un microbio
diadas por una de las áreas de investigación más di- de la fiebre amarilla no hay dudas. Sea de natu-

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raleza protozoaria o bacteriana, tendremos que ahora”. En compensación, escribió Durham, “el
empeñarnos para definir su modo de transmisión esfuerzo para demostrar la transmisión de hombre
y su modo de vida en el mundo externo” (43). a hombre de la fiebre amarilla por medio de un
Los conocimientos sobre las patologías tipo particular de mosquito, por la reciente Co-
causadas por parásitos animales y la especifici- misión Americana, es difícilmente inteligible en
dad geográfica de la fiebre amarilla sugerían un las enfermedades bacilares. Además, no parece
protozoario. Por otro lado, el curso rápido de la (…) satisfacer condiciones endemiológicas. Nos
enfermedad y la subsecuente inmunidad eran proponemos tratar más extensamente sobre la en-
compatibles con especies bacterianas. Para los mé- demiología y la epidemiología de la enfermedad
dicos de Liverpool, desde este punto de vista, las en una ocasión posterior” (44).
patologías que mejor se prestaban a una analogía Durham dejó Belém do Pará en mayo de
eran el botulismo y el tétanos. Una bacteria que 1901 y no volvió más a ocuparse de la fiebre ama-
causara condición septicémica o que se encontrase rilla, pero el 19 de abril de 1905 desembarcaron en
en gran número en los tejidos, como en la peste Manaos, capital del estado de Amazonas, otros dos
bubónica, no habría escapado al reconocimiento de investigadores de la Escuela de Liverpool, Harold
los investigadores. En 1897, el belga Emile Pierre Howard Shearme Wolferstan Thomas y Anton
van Ermengen consiguió encontrar el Bacillus bo- Breinl. Su misión era investigar aún la enfermedad
tulinus (Clostridium botulium) en los órganos de y establecer un laboratorio en la región.
casos mortales, pero en números muy bajos. Aun En el intervalo entre la 4ª y esta 15ª expedi-
así, consiguió reproducir la enfermedad por la ab- ción, transcurrieron procesos muy dinámicos en
sorción de la toxina a través del canal alimentario, los ámbitos de la fiebre amarilla y de la medicina
induciendo en el hígado del animal una alteración tropical.
grasosa de las más intensas (lesión igualmente ca- Adolpho Lutz fue uno de los primeros que
racterística de la fiebre amarilla). Por otro lado, lo integró la red internacional formada en 1899 por
que Durham había verificado respecto a las vías de el Museo Británico, con el objetivo de registrar
infección en la nagana, como miembro de la Tsetse en el mundo entero a los mosquitos que pudiesen
Fly Disease Committee (1896), podría aplicarse transmitir enfermedades. Durante todo el siglo
a la fiebre amarilla: el microorganismo podría XIX, habían sido descritas apenas 42 especies en
encontrarse con más facilidad en el sitio primario el ámbito de la familia de los culicídeos. Solamente
de la infección o en sus cercanías (42). en la primera década del siglo XX, fueron más
En febrero de 1901, Durham publicó en The de doscientas especies nuevas, la mayoría descu-
British Medical Journal las conclusiones a las que biertas por Theobald, Lutz y un entomólogo del
había llegado con su compañero recién fallecido y Museo Nacional de Washington, Daniel William
que se mantendrían en el informe definitivo (43). Coquillett (45,46).
En los órganos de los 15 casos que habían pasado En 1899, Lutz comenzó a estudiar la dis-
por autopsia, habían encontrado no un protozoario, tribución de Culex taeniatus y Culex fatigans,
sino un bacilo, probablemente el mismo microor- inquilinos frecuentes en las viviendas humanas.
ganismo descrito por Sternberg, Freire y Carmona Rápidamente concluyó que el primero era el único
y Valle. Según Durham, no lo habían reconocido capaz de explicar la distribución de la fiebre amari-
porque se teñía con dificultad y, con dificultad lla en São Paulo. La especie fue descrita con varios
también, crecía en medio artificial. “Creemos que nombres en todos los lugares donde reinaba la en-
las evidencias a favor de la significación etiológica fermedad. En 1901, al crear el género Stegomyia,
del pequeño y delgado bacilo son más robustas Theobald incluyó las especies de Culex asociadas
que cualquier otra que se haya presentado hasta con la transmisión de la fiebre amarilla, incluso

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Fiebre amarilla en Brasil


Culex fasciatus, utilizada en las experiencias he- tropical. El Runcorn Research Laboratory entró en
chas por la comisión Reed. La especie de ahí en operación poco antes de la partida hacia el Congo
adelante incriminada pasó a llamarse Stegomyia de la 12ª expedición de la Escuela, integrada
fasciata.5 Los médicos de los institutos de París, por John Lancelot Todd, John Everett Dutton y
Hamburgo y Liverpool enviados a Brasil también Cuthbert Christy, encargados de proseguir allá
estudiaron a los mosquitos, asociándolos con la los estudios sobre tripanosomiasis (50). Thomas
transmisión de la fiebre amarilla o descartándolos demostró entonces que un compuesto orgánico
de ésta. arsenical, el atoxyl, parecía ser eficiente en
En septiembre de 1905, aplacada la enferme- el tratamiento de esas enfermedades. Consta
dad en la capital brasileña, Oswaldo Cruz inició la que Anton Breinl, ya para entonces uno de sus
inspección de los puertos marítimos y fluviales del colaboradores, contrajo la enfermedad del sueño y
Nordeste, Norte y Sur de Brasil, con la intención se curó con aquella droga. Ehrlich visitó Runcurn
de reunir elementos para la reorganización de los y sus propias investigaciones con el atoxyl lo
servicios de salud en el litoral y para un plan de llevarían, en 1910, al Salvarsan, primer remedio
control de la fiebre amarilla de mayor alcance. eficaz contra la sífilis (51).
Esos viajes pueden encararse como primera expre- No deja de ser intrigante la decisión de en-
sión, en el contexto republicano, de un proyecto viar a la Amazonia a los dos principales cuadros
sanitario de ámbito nacional que sólo ganaría peso involucrados en las investigaciones sobre drogas
en los años 1920, con la creación del Departamento relacionadas con la tripanosomiasis, cuando éstas
Nacional de Salud Pública (48,49). estaban en auge y en un momento en que la en-
En noviembre de 1905, en Manaos, Oswaldo fermedad del sueño y las epizootias constituían
Cruz tuvo la oportunidad de conocer a Wolferstan desafíos urgentes en África y en otras zonas co-
Thomas. Poco tiempo después de llegar a la capital lonizadas o disputadas por los británicos. Claro,
amazonense con Anton Breinl, ambos contrajeron eran importantes sus intereses comerciales en la
fiebre amarilla. Breinl regresó a Inglaterra, pero Amazonia y, de modo general, en aquella parte del
Thomas permaneció al frente de The Yellow mundo aún llamada las Indias Occidentales. Pero
Fever Research Laboratory. Algunos dirigentes quiero sugerir una hipótesis para conectar el labo-
de la Escuela de Liverpool criticaron la decisión ratorio de Manaos con aquella frontera avanzada
de crear ese laboratorio, ya que su personal no de las investigaciones en medicina tropical.
daba muy buena cuenta sobre las expediciones Dijimos antes que las analogías entre malaria
a África, India y Medio Oriente, teniendo como y fiebre amarilla llevaron a muchos investigadores
objetivo, al principio, la malaria (33). En la a la suposición de que el agente de esta última
expedición a Gambia, en 1902, John Everett fuera también un protozoario ultramicroscópico
Dutton demostró la presencia de un tripanosoma y filtrable.
en la sangre de una víctima de la enfermedad del 1905 fue el año en que Fritz Richard Schau-
sueño. Las expediciones a Senegambia (1902) y dinn, joven protozoólogo de Hamburgo, con el
al Congo (1903-4) estaban ya orientadas hacia auxilio del dermatólogo Erich Hoffmann, anunció
las tripanosomiasis. Fue, justamente, en este el descubrimiento del microorganismo de la sífilis.
terreno que Thomas ganó proyección. En 1903, Creó el género Treponema para acomodar Spiro-
este médico canadiense asumió la dirección de un chaeta pallida (Treponema pallidum), el agente
laboratorio inaugurado en la zona rural cercana a de la sífilis, pues veía en él características dife-
Liverpool para estudios de medicina veterinaria rentes de los demás organismos pertenecientes al
5 Ese mosquito “tuvo 36 sinónimos desde el año 1762, género Spirochetae, creado en 1835 por Christian
cuando Lineu lo clasificó como Culex aegypti, hasta 1926, Gottfried Ehrenberg. Eran percibidos, en la época
cuando Silver lo denominó Aedes aegypti” (47).
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de Schaudinn, como bacterias o como protozoarios más finos” (ibidem). Al presentar las metas subse-
y, en muchos casos, en virtud del diminuto tamaño, cuentes de sus investigaciones, comentaba:
con propiedades de los “virus ultramicroscópicos Mis observaciones sobre la disminución
y filtrables”. de las espiroquetas durante su reproducción me
Según Prowazek (52), el descubrimiento llevan a suponer que también puedan ser los
de T. pallidum fue la coronación de las investi- agentes patógenos de la fiebre amarilla. Como su
gaciones de Schaudinn sobre los hemosporidios, hospedero intermedio es conocido, sería necesario,
protozoarios parásitos de corpúsculos de sangre en primer lugar, examinar cuidadosamente los
de los vertebrados (Hemosporida) y cuyos ciclos tubos de Malpighi (…). Si ahí los parásitos fuesen
de vida incluyen estadios en los que adquieren la tan pequeños que no pudiesen más ser identificados
forma de espora o quiste. Schaudinn suponía que como individuos aislados, tal vez sea posible
fases del desarrollo de Spirochaeta eran comunes llevarlos a la aglutinación (…) para, así, hacerlos
a otros parásitos de la sangre, como los tripano- visibles. Sin embargo, tal vez se formen también
somas y los plasmodios de la malaria. En 1904, en la sangre de la persona enferma ciertos estadios
presentó los resultados de sus experimentos en el (gametos) que, como en la fiebre recurrente, aún
búho Athene noctua, en el que había encontrado no han sido reconocidos como parásitos. En todo
formas de parásitos de la sangre ya identificadas caso, quisiera sugerir que se inicie la investigación
por el ruso Danilevskiĭ y estudiados por Ziemann6 sobre la fiebre amarilla a la luz de los puntos de
y Laveran, cuyos ciclos de vida podían incluir vista ofrecidos por mis resultados (55).7
mosquitos como hospederos intermedios. Esta premisa orientó las investigaciones
“Espero poder probar que los oocinetos de realizadas por Otto y Neumann, de la Escuela de
los plasmodios están formados de manera semejan- Hamburgo, cuando estuvieron en Río de Janeiro en
te a las aglomeraciones de Spirochaeta”, escribió 1904, en el auge de la campaña llevada a cabo por
Schaudinn en 1904 (55). Estos proliferaban en el Oswaldo Cruz. Trajeron un “ultramicroscopio”,
intestino del mosquito donde se tornaban tan pe- uno de los primeros fabricados por la firma Zeiss,
queños que atravesaban el filtro de Chamberland. para hacer visibles partículas ultramicroscópicas.
“Por eso, no considero más que sea prueba contra No fueron conclusivos los resultados de sus inves-
la naturaleza protozoaria de un agente patogénico tigaciones con sangre y líquido cerebro-espinal de
el hecho de atravesar nuestros aparatos de filtrado enfermos, por primera vez examinado por analogía
con la enfermedad del sueño y la sífilis, con sus
6 Las primeras investigaciones sobre los parásitos de la notorias manifestaciones neurológicas (56).
sangre de pájaros fueron realizadas por Vasiliĭ Iakovlevich
Danilewsky, que publicó en 1885-1886 Zur Parasitologie Arthur Marston Stimson, del United States
des Blutes y, en 1888-1889, La parasitologie comparée du Public Health Service, fue el primero que des-
sang. En 1890, Kruse propuso Haemoproteus, como gé- cribió, en 1907, un Spirochaeta en los tejidos
nero para esos organismos. En las dos décadas siguientes, de una víctima de la epidemia de fiebre amarilla
fue dedicado un considerable trabajo para la diferenciación que se propagaba en Nueva Orleáns (57). Tenía
morfológica entre los parásitos del género Plasmodium
y los que habitan la sangre de pájaros. El interés sobre la terminaciones en forma de gancho y, por eso, fue
cuestión se debía a la semejanza con los que causaban la bautizado como Spirochaeta interrogans.
malaria. Sachs (53) relaciona las principales publicaciones Harold Seidelin, otro investigador de la
al respecto. Schaudinn, en el trabajo citado aquí, se refie-
re a H. Ziemann, que independientemente de Danilewski, 7 El trabajo fue reseñado en The British Medical Jour-
trabajó con parásitos del búho (los Leucocytozoa). La obra nal (25.2.1905:442-444). Él había leído la descripción de
mencionada es Ueber Malaria – und andere Blutparasiten Parker, Beyer y Pothier (40) sobre el Myxococcidium, “un
nebst Anhang: Eine wirksame Methode der Chromatin – esquizomiceto semejante al que encontré en todos los díp-
und Blutfarbung (Jena, 1895). Al respecto ver también Sla- teros picadores que analicé (...) No creo que esos parásitos
ter (54). tengan algo que ver con la fiebre amarilla”.
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Fiebre amarilla en Brasil

Escuela de Liverpool, en México, en 1911, hacían desaparecer los tripanosomas de la sangre,


incriminó a Paraplasma flavigenum como el agente pero días después resurgían (63).
de la fiebre amarilla (58), pero esta teoría efímera En octubre de 1907, Lutz pasó un día en
quedó a la sombra de la hipótesis de Schaudinn Manaos con Wolferstan Thomas. Ciertamente
que ganó mucho terreno durante la Primera Guerra conversaron sobre las tripanosomiasis y su
Mundial, cuando los japoneses incriminaron tratamiento, pero deben haber abordado otro
una espiroqueta como agente de la ictericia trabajo que el médico inglés desarrollaba allí. Al
hemorrágica, enfermedad que conocemos hoy comienzo de aquel año, había publicado una nota
como leptospirosis. Si desenredamos esta historia, preliminar (64) sobre la inoculación exitosa de
llegaremos a la campaña para la erradicación de la fiebre amarilla en un chimpancé, al contrario
la fiebre amarilla iniciada después de la guerra, al de las experiencias realizadas por Marchoux y
amparo de la Junta Sanitaria Internacional de la Simond en Río de Janeiro. El trabajo de Thomas
Fundación Rockefeller, campaña en parte apoyada casi no tuvo repercusión. Entre los especialistas,
en el descubrimiento realizado por Hideyo estaba tan arraigada la convicción de que ningún
Noguchi, en Ecuador, en 1918, de Leptospira otro animal, además del hombre, era susceptible
icteroides como supuesto agente de la fiebre a la enfermedad, y tan perturbadoras eran las
amarilla (59-62). consecuencias del otro hospedero vertebrado
Pero retrocedamos a 1905, a la llegada de para la estrategia consagrada de combate a la
Thomas y Breinl a Manaos con una droga recién enfermedad, que las implicaciones del trabajo sólo
descubierta y con amplio potencial para explorar serían reconocidas veinte años después, cuando
el tratamiento de enfermedades relacionadas con naufragaron en la costa occidental de África, no
tripanosomas y con microorganismos clasificados sólo la teoría etiológica de Noguchi sino también
como protozoarios o semejantes a éstos. Existen las nociones fundamentales establecidas en el
indicios de que Thomas probó el atoxyl en enfer- pasaje del siglo XIX al XX: transmisión por una
mos de fiebre amarilla en Manaos. Hay evidencias única especie de mosquito de una enfermedad
concretas de que la droga fue utilizada en la isla que tendría apenas un hospedero vertebrado, el
de Marajó, en el tratamiento de caballos atacados hombre (61).
por la enfermedad conocida como mal de caderas. En 1928, casos aislados evolucionaron hacia
En 1907, cuando aún era director del Instituto una epidemia de grandes proporciones en Río de
Bacteriológico de São Paulo, Adolpho Lutz fue Janeiro, lo que representó el golpe de misericordia
contratado por el gobierno de Pará para estudiar para la llamada teoría de los focos-clave y para la
las epizootias que afectaban al ganado en aquella creencia de que la erradicación de la fiebre amarilla
isla. Además de confirmar que eran causadas por sería una tarea simple. La Fundación Rockefeller
Trypanosoma equinum descubierto por Miguel promovió entonces una completa reorganización
Elmassian, director del Instituto Bacteriológico de la campaña en curso en Brasil.
de Asunción, Lutz confirmó una observación Después de la trágica muerte de Noguchi en
popular sobre la receptividad a la enfermedad de Acra, el virus –ahora sí asimilable al concepto que
los carpinchos, reservorio silvestre del parásito. se tiene hoy sobre esa clase de microorganismo–
Verificó, incluso, que los principales transmisores permanecía invisible y sujeto a n incógnitas.
de Trypanosoma equinum eran dos especies de Las comunicaciones de Adrian Stockes,
tábanos muy abundantes en los campos de cría, Johannes A. Bauer, Paul Hudson (65,66) y otros
Tabanus importunus y T. trilineatos. El trypanrot, investigadores de la Fundación Rockefeller, con
desarrollado por Ehrlich, y el atoxyl, de Thomas, sede en Lagos, Nigeria, provocaron un boom de es-

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tudios experimentales sobre la enfermedad.8 En el inoculación del virus. La técnica pudo ser utilizada
ámbito de la virología, disciplina que se desprendía a gran escala a partir de 1930, gracias al descubri-
del semillero pasteuriano para volverse autónoma, miento de Max Theiler de que ratones blancos eran
se desarrollaban diversas técnicas bioquímicas sensibles a la infección cuando eran inoculados por
nuevas para la manipulación del agente de la fie- vía intracerebral.
bre amarilla. Dos líneas de investigación fueron Los dos métodos de diagnóstico retrospecti-
inmediatamente asumidas por los laboratorios de vo –aquel realizado en cadáveres y el que se apli-
Brasil: verificar la sensibilidad de otros monos caba en los sobrevivientes– fueron ampliamente
y la identidad de los entonces llamados “virus utilizados por el Servicio de Fiebre Amarilla. El
africano” y “virus americano”. Las experiencias primero tuvo que ser adaptado al nuevo contexto
realizadas en el Instituto Oswaldo Cruz, en el la- socio-espacial. La técnica ejecutada por patólogos
boratorio de Bahía y en el Instituto Butantan, en en hospitales o laboratorios se convirtió en un
São Paulo, confirmaron la sensibilidad de Rhesus método posible de ser difundido en regiones en
y de Cynomolgus (Macaca fascicularis) al virus las que no existían profesionales de la salud y la
aislado en Brasil. Norteamericanos e ingleses en violación de cadáveres constituía una infracción
África, Hindle en Inglaterra, Aragão, Costa Cruz y muy seria para los códigos sociales de conducta.
otros científicos en Manguinhos y Lemos Monteiro Se diseminaron, a partir de entonces, los puestos de
en el Butantan verificaron diversas propiedades del viscerotomía en numerosas localidades de Brasil,
virus. Utilizando muchas veces preparados orgá- iniciándose concomitantemente los estudios siste-
nicos que viajaban largas distancias, investigaban máticos de distribución de la inmunidad a la fiebre
medios de cultivo más adecuados para obtener la amarilla por medio de las pruebas de protección
rápida multiplicación del virus y la conservación en ratones.
de su capacidad de infectar por el mayor tiempo Ésas fueron las brújulas de la gran investiga-
posible (67). ción epidemiológica que se prolongó hasta 1937.
El diagnóstico de la fiebre amarilla depen- Los datos así obtenidos confirmaron la sospecha
día de la interpretación de señales clínicas, muy de que la fiebre amarilla constituía un problema
engañosas, o de la observación de lesiones en los mucho más extenso de lo que se imaginaba.
órganos y tejidos sólo visibles después de la muerte En 1930, fueron notificados casos sospe-
del enfermo. Un marco en la anatomía patológica chosos en Santa Teresa, región caracterizada por
de la enfermedad fue establecido en el Instituto valles escarpados y estrechos formados por ríos
Oswaldo Cruz, cuando Magarinos Torres (68-71) que bajan por las laderas verdes de la sierra para
describió las inclusiones intranucleares que llevan afluir hacia el río Doce, en la parte central del es-
su nombre, similares a aquellas producidas por tado de Espirito Santo. Las pruebas de inmunidad
otros virus estudiados por Benjamin Lipschütz y y los exámenes de tejido hepático, hechos allí,
Ernest William Goodpasture. enterraron las últimas dudas sobre la existencia
En algunos pocos pacientes vivos, se utili- del “tifo negro”, como los nativos denominaban
zó la técnica de diagnóstico llamada “prueba de a la fiebre amarilla. En un trabajo publicado en
protección” o de “neutralización para diagnóstico 1933, Fred Soper y colaboradores concluyeron
retrospectivo”. Para saber si un individuo había que el virus era transmitido por uno o más vectores
contraído o no la enfermedad, se inoculaba su muy diseminados, aunque ineficientes, ya que los
suero en un mono y, en seguida, se verificaba si casos nunca alcanzaban una densidad comparable
éste resistía o no a la infección inducida por la a la de las epidemias urbanas (72). Las incógnitas
de la fiebre amarilla silvestre motivaron un vasto
8 Los estudios publicados en esa coyuntura de transición programa de investigación, incluyendo virólogos,
están comentados en Benchimol et al. (61)
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zoólogos y entomólogos, que se prolongó con in- real de construcción de los hechos, que lleva a
tensidad hasta los años 1950, con gran intercambio las concepciones estereotipadas y no históricas
de información entre los investigadores que traba- que el sentido común, de profanos y científicos,
jaban en los continentes americano y africano. tiene sobre la ciencia: hombres especialmente
La ruptura producida en África Occidental bien dotados que descubren leyes y teorías
abrió camino para una nueva producción de vacu- universalmente aceptadas como verdaderas, que
nas contra la fiebre amarilla, de la cual resultaría ofrecen cuadros cada vez más completos sobre el
la que se utiliza actualmente (67). Ésta fue desa- funcionamiento real de la naturaleza.
rrollada de una cepa (17D) del virus extraído del Ese mecanismo de falseamiento funciona de
africano Asibi, en junio de 1927, modificada por manera especialmente perversa cuando se trata de
cultivos sucesivos en medios diversos –monos, hechos y artefactos refutados, después de cumplir
mosquitos, tejido embrionario de ratones con sue- su tiempo de existencia. Cuando nos deshacemos
ros normales y heterólogos– hasta llegar al pase de la dicotomía éxito/fracaso como criterio para la
seriado in vitro, en medio de cultivo que contiene selección de lo que debe estudiarse para recuperar
tejido de embrión de gallina despojado del siste- la historia de la construcción de esos hechos y ar-
ma nervioso central. A partir del subcultivo 214 tefactos, cuando nos esforzamos para colocarnos
–contado desde el Asibi original–, se iniciaron en la perspectiva de sus formuladores, encarando
muchas series paralelas, algunas por pase directo sus proyectos como apuestas inciertas que podrían
en huevos embrionados. Se llegó, en 1937, a una resultar o no, si abstraemos el veredicto proferido
cepa que producía reacciones benignas cuando más tarde por la historia para acompañar su deve-
era inoculada en monos Rhesus y que resultó un nir y para apreciar la distancia que recorrieron en
inmunizante eficaz contra inoculaciones subse- la dimensión de lo real, las implicaciones para los
cuentes de material altamente virulento. Por esas posicionamientos recíprocos de los actores socia-
cualidades, se lo llamó virus “camarada”. les afloran y se destacan en nuestro campo visual
múltiples personajes e instituciones involucrados
CONCLUSIÓN en una dinámica social compleja, la única que
Finalizo este artículo invocando a Bruno permite entender, verdaderamente, a larga dura-
Latour (1987). Al analizar el proceso siempre ción, cómo emergen las ideas y los objetos que
colectivo, tumultuoso, de producción de hechos aceptamos como verdaderos.
científicos y artefactos técnicos, propone la
distinción entre lo que llama mecanismo primario y REFERENCIAS
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