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Actualidad Del Derecho Ambiental Argentino PDF
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I- INTRODUCCION
La protección ambiental tiene como destinatarios y beneficiarios a las generaciones
actuales y futuras de seres humanos, a los recursos naturales agua, aire, suelo y biota,
incluyendo a todas las especies vivas del planeta, así como a los elementos no vivos. Cada
especie ha ido desarrollando su modo de relación con el medio de modo particular, siendo
la especie humana la que ha demostrado poseer la mayor capacidad de modificación del
ecosistema planetario, tanto en sentido positivo como negativo.
La cultura occidental conformada sobre las bases de la Roma clásica del siglo III, ha dado
una importancia central a la propiedad privada otorgándole un carácter absoluto e
inalienable, y asignándole al Derecho, principal instrumento simbólico construido por el
hombre, un rol preponderante como instrumento de dominio del hombre, sobre el hombre
y sobre la naturaleza.1 Es esta concepción la que precede a la formación del pensamiento
moderno, a partir del s XII, a través de la concepción individualista y antropocéntrica del
Renacimiento que acompañó el surgimiento de la nueva clase social: la burguesía. Y un
nuevo Derecho se requirió en esta etapa, el cual se ve consolidado en el período siguiente
en el que se originan los estados modernos.
A partir de este proceso histórico se estructuró nuestro sistema jurídico actual entre los
siglos XVIII y XIX, luego de la Revolución estadounidense de 1776 y particularmente, la
Revolución Francesa de 1789 que tuvo como objetivo fundamental terminar con el
absolutismo reinante y los privilegios que se otorgaban, la nobleza y el clero, por lo que los
principios de la revolución fueron libertad, igualdad y fraternidad. A esta corriente de
1
hechos históricos se sumaron luego las revoluciones de los países de América del Sur,
como la Argentina en 1810.
A consecuencia de este proceso sintéticamente descripto los sistemas jurídicos de
Occidente, de raíz románica, como el nuestro, contienen las siguientes características
fundamentales: la fuerte protección a la propiedad privada, el sometimiento del Estado a la
ley y la defensa de los derechos individuales.
Los doscientos años transcurridos nos encuentran hoy: transitando una etapa de
debilitamiento de los estados nacionales hacia la conformación de grandes bloques
regionales capaces de insertarse el orden político y económico actual, de forma
concomitante con el resurgimiento de los nacionalismos culturales2; inmersos en el
fenómeno de la globalización económica y cultural en crisis y en un torbellino de avances
científico-tecnológicos que abren día a día nuevas puertas de conocimiento de la realidad
pero también incrementan fuertemente las tensiones planetarias, tal como se observa con el
fenómeno del Cambio Climático. Por otro lado, se observan crecientes niveles de
conciencia sobre las profundas desigualdades sociales existentes en el mundo (con
alrededor del 30% de la población bajo la línea de pobreza) y sobre los riesgos a los que
hemos sometido a nuestros ecosistemas naturales y a todos los recursos del ambiente.
Volviendo al plano del Derecho, la dinámica descripta ha hecho que predominaran hasta
mediados del siglo 20, las preocupaciones por la defensa de los derechos humanos
individuales básicos, así como los económicos, civiles y políticos, denominados de primera
y segunda generación. Las tensiones resultantes de las revoluciones industriales y los
principios de la revolución rusa impulsaron en occidente el reconocimiento las nuevas
categorías de derechos mencionadas, pero estas tensiones se multiplican luego de superada
la segunda guerra mundial, a partir del importante crecimiento económico posterior basado
en el uso del petróleo y la producción industrial y el surgimiento del nuevo orden
internacional. Esta nueva revolución que se expande a la ciencia y la tecnología, acompaña
el crecimiento de los derechos denominados de tercera generación, gracias a los cuales los
individuos han ampliado su órbita de reconocimiento de derechos en sentido colectivo e
intergeneracional.
En esta dicotomía se encuentra el Derecho como ciencia social aplicada, procurando
sopesar y equilibrar la puja de intereses que dentro de todo cuerpo social se observan, en
especial en sociedades democráticas. En la medida que el Derecho se concentra solo en
garantizar la protección de derechos de sectores particulares, pierde su rol de principal
Como surge de la sola lectura, la legitimación para obrar en el caso del Amparo Ambiental
es sumamente amplia, y será luego repetida para la Acción de Daño Ambiental de la Ley
General del Ambiente. Podrán interponer la acción: el afectado, que es cualquiera que
forma parte del cuerpo social que se ve afectado por el hecho, el defensor del pueblo, en
nombre de la sociedad y las entidades no gubernamentales reconocidas, lo que en tanto no
esté legislado, debería ser cualquier ONG. Sin embargo, en algunos antecedentes
jurisprudenciales nuestra Corte Suprema ha limitado la legitimación de las ONG a aquellas
que posean en sus estatutos objetivos ambientales específicos.
El Derecho, a través de esta figura, el Amparo, tiene la posibilidad de ejercer una tutela
preventiva, que es la más indicada en materia ambiental, por los altos, y a veces
imposibles, costos de reparación, y por la necesidad de actuar de manera urgente.
La acción de amparo es de tipo inhibitoria, y debe ser de contenido no patrimonial.
Fauna Silvestre:
Esta ley nacional tampoco es una ley de PMPA y al igual que la 24051, posee normas de
distinta naturaleza jurídica, en este caso un grupo de disposiciones administrativas, de muy
acotada incidencia y otras penales, que como dijimos son derecho de fondo, emanado del
Congreso Nacional, por lo que rigen directamente en todo el territorio del país. A su vez la
norma impone un deber genérico como carga pública, a todos los habitantes de la Nación,
independientemente de la jurisdicción en que se encontraren, de proteger la fauna silvestre
(artículo 1); y regula lo atinente al comercio internacional. A su vez fue sancionada la Ley
Nº 25587 que particularmente prohíbe la casa o captura intencional de cetáceos en áreas de
jurisdicción nacional.
Ley 22.351 de Parques Nacionales y Áreas protegidas nacionales
El decreto 2148/90 10
establece el régimen para la designación de reservas naturales
estrictas, con el fin de brindar las máximas garantías para la conservación de la
diversidad biológica argentina, determinada por decreto del Poder Ejecutivo Nacional.
Podrán someterse a su régimen, solamente las áreas que pertenezcan al dominio de la
Nación.
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10
En este grupo de normas legales reunimos aquellas que más allá de la fecha en que hayan
sido sancionadas, tratan diversos temas puntuales o particulares sin que se desprenda del
contenido, la visión ambiental integral. Algunas de ellas declaran ser de presupuestos
mínimos, pero por el tratamiento que dan a la temática de que se trate no pueden ser
consideradas normas ambientales o de visión ambiental integral.
Prevención de incendios.
Ley Nº 26562 de Presupuestos mínimos de protección ambiental para control
de actividades de quema.
La norma mencionada se encuentra entre la segunda generación de leyes de PMPA, dado
que fue sancionada en 2009, a raíz de una serie de extensos incendios que se produjeron en
el Delta paranaense (área de islas cuyo dominio pertenece a las provincias de Buenos Aires
y Entre Ríos) y amenazaron la salud de la población costera del Área Metropolitana de Bs.
As. de alrededor de 12 millones de habitantes. Principalmente prohíbe la quema de
pastizales que no cuente con la debida autorización de la autoridad local competente,
previa constatación de las condiciones y requisitos climáticos o técnicos que se determinen
y las faculta a interrumpir las tareas de quema cuando las condiciones meteorológicas lo
exijan a fin de evitar un riesgo grave de incendio.
Ley Nº 26815 de Manejo del Fuego.
En esta ley nacional sancionada a fines de 2012, se establecen presupuestos mínimos de
protección en materia de incendios forestales y rurales, creándose el Sistema Federal de
Manejo del Fuego, integrado por el Servicio nacional de manejo del fuego de la Secretaría
de Ambiente de la Nación y las autoridades locales de manejo de esta temática. Asimismo,
se establecen obligaciones a los particulares. Si bien su naturaleza de “ley de presupuestos
mínimos” es discutible, la misma ha sido sancionada con esta denominación. Se encuentra
en etapa de reglamentación.
Bio combustibles:
Siguiendo las tendencias internacionales en la materia, y aprovechando el potencial
nacional se han sancionado diversas normas de promoción de la actividad de producción
de este tipo de combustibles, que ha iniciado un cambio en la matriz energética nacional y
el surgimiento de nuevos problemas ambientales.
Ley 26093. Régimen de regulación y promoción para la producción y uso sustentable de
Biocombustibles: Se crea por 15 años, prorrogables, este régimen de promoción para la
producción de bioetanol, biogás y biocombustibles.
Ley 26334. Régimen de promoción de la producción de bioetanol. Se crea este régimen
para satisfacer necesidades del país o bien para exportación, mediante la asignación de
valor a la caña de azúcar.
Minería
Derecho Minero: Código de Minería de la Nación: Rige en todo el territorio nacional el
Código de Minería, sancionado en el año 1879, que regula lo atinente al aprovechamiento
de sustancias minerales en nuestro país, en el cual se reconoce el dominio de las provincias
sobre sus recursos mineros. Asimismo, mediante la ley 24585 se incorporó el
procedimiento de evaluación de impacto ambiental previo para la realización de
actividades mineras. Cada provincia es autoridad de aplicación de las normas mineras en
su respectiva jurisdicción, habiéndose organizado en algunas provincias, una separación de
funciones, entre autoridades mineras y ambientales a través de normas específicas
provinciales.
La ley 24.228, que aprueba el Acuerdo Federal Minero, establece -en su cláusula
11
Pesca Ley 24.922 – Régimen federal de pesca marítima Esta ley del año 1998 se
refiere a la pesca marítima estableciendo las disposiciones generales para la actividad
industrial de la pesca y el procesamiento de los recursos vivos marinos, procurando el
máximo desarrollo posible compatible con el aprovechamiento racional de los recursos
ictícolas. A partir de ella los peces son parte del patrimonio del Estado, bienes del
dominio público, quedando prohibida su explotación por los particulares, salvo que
posean permiso de pesca. Y consagra una organización institucional para la política
pesquera nacional, a través de un órgano interjurisdiccional que integran la Nación y las
provincias con litoral marítimo: el Consejo Federal Pesquero.
Código Civil: El Código Civil al definir el dominio público establece que quedan
comprendidos entre los bienes públicos las ruinas y los yacimientos arqueológicos y
paleontológicos de interés científico.
La ley 12.665 12
se aplica a los bienes históricos y artísticos, lugares, monumentos,
inmuebles propiedad de la Nación, de las provincias, municipalidades o instituciones
públicas. Prohíbe disminuir el valor histórico y artístico de los lugares, monumentos e
inmuebles que la autoridad califique como tales.
12C
Ley 25743 de Protección del patrimonio arqueológico y paleontológico cultural
de la Nación. Es una norma de aplicación a todo el territorio nacional y asigna
facultades exclusivas al Estado nacional, cual es ejercer la tutela del patrimonio
arqueológico y paleontológico a partir de la creación de un registro nacional de
patrimonio, y en su jurisdicción, exige a las provincias igual solución institucional.
Protección de la biodiversidad:
Esta ley Nº 24.375 13aprueba el Convenio sobre la Diversidad Biológica adoptado en Río
de Janeiro, Brasil, el 5.6.92, cuyo principal objetivo es proteger la biodiversidad del
planeta, entendiendo como tal “la variabilidad de organismos vivos de cualquier fuente,
incluidos, los ecosistemas terrestres y marinos y otros ecosistemas acuáticos y los
complejos ecológicos de los que forman parte; comprende la diversidad dentro de cada
especie, entre las especies y de los ecosistemas” (artículo 2, párrafo 6). Se ha reconocido
internacionalmente que es razonable que las Naciones que cuentan en su territorio con
espacios vitales para la humanidad, obtengan alguna compensación y no sean simplemente
recipendiarias de la carga de su conservación, la cual además, es un hecho que no se
cumple. El Convenio basa su estrategia protectora de la diversidad de las especies vivas en
otorgarle a la materia prima (proveniente esencialmente de selvas subtropicales que se
encuentran en países subdesarrollados), un valor equitativo respecto de la tecnología que
convierte a esa materia prima en un producto medicinal (la patente de invención). Así el
artículo 1 del Convenio, propone una “participación justa y equitativa en los beneficios
que deriven de la participación de los recursos genéticos, mediante, entre otras cosas, un
adecuado acceso a estos recursos y una transferencia apropiada de las tecnologías
pertinentes”. La determinación de que es considerado equitativo, deberá establecerse por
mutuo acuerdo (artículo 19.2), lo más probable será que dicha cuestión deba someterse a
arbitraje.
El sistema preexistente a este Convenio, permitía que empresas multinacionales
investiguen libremente sobre el terreno, recogieran recursos biológicos, se sirvieran del
conocimiento de los pueblos de la región (como es el caso de tribus que ancestralmente
usaban cierta hierba para curar un determinado mal) y, patentaran un fármaco o algún
otro producto tecnológico obtenido a partir de una planta tropical, vendiéndolo luego al
país de origen sin reconocimiento económico alguno.
13I
Además, a través de esta ley, nuestra Nación asume una larga lista de compromisos
referidos a la adopción de medidas generales a los efectos de la conservación y la
utilización sostenible de la diversidad biológica, elaborando estrategias, planes o
programas nacionales para la conservación y la utilización sostenible de la diversidad
biológica, realizar un inventario, preservar los hábitats, etc.
14A
Ley 24.040 Compuestos químicos, sustancias controladas incluida en el Anexo A del
Protocolo de Montreal
Ley 26106 que aprueba la enmienda del protocolo relativo a las sustancias de la ley 23778
Ley 24.418 Se aprueba la enmienda al protocolo de Montreal de 1992.
Ley 24.375 Aprueba el Convenio sobre la Diversidad Biológica adoptada en Río de
Janeiro, Brasil en 1992.
Ley 24.701. Aprueba la Convención de las Naciones Unidas de lucha contra la
desertificación en los países afectos por sequía grave o desertificación.
Ley 25841. Se da aprobación al Convenio marco sobre Medio Ambiente del MERCOSUR,
suscripto entre las partes en 2001.
Ley 26011. Se aprueba el Convenio de Estocolmo sobre contaminantes orgánicos
persistentes, adoptado en 2001.
Ley 26556. Aprueba la Convención sobre la protección del patrimonio cultural subacuático
adoptada en conferencia de UNESCO en 2001.
Derecho Penal:
Este es el campo del Derecho en que la cuestión ambiental se encuentra con menos
desarrollo, por lo que apenas pueden destacarse algunos delitos contra la salud pública,
delitos contra la fauna silvestre y delitos con residuos peligrosos.
Código Penal de la Nación: Rige en todo el territorio nacional el Código Penal sancionado
en el año 1914, por el cual se establecen las conductas consideradas delitos o infracciones
de mayor gravedad por el cuerpo social. En este cuerpo no se ha dado protección jurídica
explícita al AMBIENTE, pero sí existen normas específicas que parcial e indirectamente
pueden contribuir a la protección ambiental. Por un lado se encuentra penado tanto
producir lesiones como la muerte de las personas (artículos 79 y sig.). Por otro lado se
encuentra penado producir daños a la propiedad, sean cosas muebles, inmuebles o
animales. Asimismo se encuentra protegida la seguridad común y la salud pública, por lo
que se considera delito la alteración de las aguas potables, sustancias alimenticias o
medicinales de una colectividad.
Por su parte la ley nacional de residuos peligrosos nº 24051, ley de naturaleza mixta por
poseer normas de índole administrativa, civil y penal, prevé la comisión de delitos sobre el
hombre o el ambiente en general, cometidos con residuos peligrosos. En sus artículos 55 y
sig. establece la posibilidad de cometer delito a quien utilizare incorrectamente residuos
peligrosos, pero no sale de la figura del delito contra la salud del hombre. Se encuentra
penado envenenar, adulterar o contaminar los recursos naturales y ambiente en general, de
un modo peligroso para la salud con residuos peligrosos.
Desde hace años la ley nacional de fauna nº 22421 considera delito penal a ciertas acciones
que atentan contra la fauna silvestre, en particular la caza sin autorización del propietario
del campo, caza de especies prohibidas o por medios prohibidos y comercialización de
subproductos.
La jurisprudencia en materia ambiental penal es escasa, pero puede mencionarse un caso
condenatorio derivado de la comisión de un delito con residuos peligrosos en la provincia
de Mendoza y otro reciente, donde se encontró penalmente responsables a productores
rurales y aplicadores de glifosato y otros agroquímicos sobre sectores residenciales
vecinos en la provincia de Córdoba.
ORGANISMOS PUBLICOS
Este Consejo Federal posee dos tipos de resoluciones, unas de naturaleza declarativas, y
otras de tipo resolutivas, siendo éstas de carácter obligatorias para las partes. Nótese que
de acuerdo a cuál sea el contenido de esta resoluciones, podrían operar como normas
generales y obligatorias para los firmantes, por lo cual podrían asemejarse en su estatus
al de una ley en sentido formal y material.
Los más de 20 años de existencia del COFEMA, sin embargo, no han sido suficientes
para lograr los resultados necesarios en tanto al rol de articulador y promotor de políticas
ambientales integradas que el Tratado impone al mismo.
CAPITULO 3
La Defensoría del Pueblo de la Nación Argentina creó el área de Medio Ambiente y
Desarrollo Sustentable en el año 2005 y desde entonces ha dado un tratamiento específico
a esta temática, desarrollando un modo de trabajo que se enmarca en los postulados del
Derecho Ambiental Argentino, posterior al año 2002. Con la creación de esta área temática,
la defensoría supo anticiparse a los acontecimientos de la vida nacional actual,
caracterizada por una alta conflictividad ambiental en distintos puntos geográficos del
territorio, donde todos los conflictos se hallan relacionados con el devenir de las distintas
actividades productivas o de servicios, sean desarrolladas por el sector privado o el
público.
El objetivo de la acción ambiental que se realiza en el área se dirige por un lado a la
promoción de la organización social necesaria para lograr el desarrollo sustentable,
procurando generar los procesos sociales de cambio de manera sinérgica con los propios
sectores involucrados. Para ello se promueve la denuncia o reclamación fundada, de
personas o grupos organizados mínimamente de manera tal de favorecer la continuidad de
las acciones y a su vez, incrementar el compromiso. Asimismo, se invita a participar de las
investigaciones o problemas que se están abordando, a los denunciantes, ONGs,
asambleas, asociaciones o universidades, tanto de manera formal en el procedimiento
administrativo correspondiente, como a través de grupos de trabajo e investigación. Tal fue
el caso de las cuencas de los ríos Matanza Riachuelo y Reconquista, de la gestión de
residuos domiciliarios, del caso Gualeguaychu-Botnia, entre otros. En la misma línea se
coordinó una jornada inédita en la vía pública, para difundir entre la población, los
problemas y derechos ambientales con presencia de representantes de todo el movimiento
ambientalista. Y es dable mencionar también que este rol de la institución, ha sido
reconocido institucionalmente en el marco de la causa ambiental más relevante del país, la
“causa Mendoza” sentencia M1569 XL, por la Corte Suprema de Justicia, asignando al
Defensor el rol de coordinador de las Ongs ambientalistas que conforman la parte actora
para ejercer el control del cumplimiento de la sentencia.
Por otro lado, dado la naturaleza de la defensoría de ser órgano garante y defensor de
derechos humanos, posee como objetivo evitar la conculcación o pérdida de derechos, lo
que en materia ambiental se relaciona principalmente con la prevención del impacto y del
daño ambiental y por lo tanto, con el compromiso en evitar ese daño, que se logra actuando
cuando el riesgo ambiental comienza a emerger. Es en esta línea que se acordó con el
Sistema de Naciones Unidas elaborar un mapa nacional del riesgo ambiental derivado de
las actividades productivas, que puede ser utilizado por cualquier defensoría del país, así
como por parte de las autoridades gubernamentales.
El enfoque que se ha dado para responder a las investigaciones que se han realizado y se
realizan en el área de ambiente se fundamenta en los postulados y principios del nuevo
Derecho Ambiental Argentino, aquel que se inicia con la sanción de la Ley General del
Ambiente, Nº 25.675 en el año 2002. Este se funda por un lado en la prevalencia del
interés público por sobre el interés particular y de los derechos colectivos sobre los
individuales; y por otro lado en una nueva relación entre la Nación y las provincias, donde
en el marco del federalismo que sustenta a las autonomías provinciales, la Nación debe
adoptar un rol activo para fijar y para garantizar en todo nuestro país presupuestos o
principios mínimos de protección ambiental. Esto último, el rol de la Nación como garante
de los Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental, ha sido reconocido expresamente
por nuestra Corte Suprema de Justicia de la Nación.
De allí, por tanto, se deriva la principal línea de trabajo: difundir y destacar la
preeminencia de los Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental que la legislación
nacional va fijando, para garantizar la tutela ambiental uniforme, la protección de los
derechos ambientales. Y a su vez, exigir su cumplimiento (el cumplimiento de estos
PMPA) en todo el territorio nacional, en base a las diversas leyes sancionadas, ya
mencionadas en el capítulo 2. Ello en razón de considerar que cada exigencia mínima de
protección ambiental es un derecho ambiental reconocido a los habitantes del país, y en
esta defensa, se encuentra la misión del DPN.
El abordaje de las distintas denuncias sobre contaminación del agua es realizado con
criterio de manejo de cuenca, en especial en las que se enumeran a continuación:
a) Contaminación de la cuenca Matanza-Riachuelo
El río Matanza-Riachuelo conforma una de las cuencas hidrográficas interjurisdiccionales
más importantes del país. Caracterizada por una alta densidad poblacional y elevada
actividad económica, en la misma conviven más de 6 millones de personas con situaciones
de contaminación extrema, marginalidad social y falta de acceso a servicios básicos como
agua potable y cloacas. Aproximadamente un millón reside en barrios informales (villas o
asentamientos) en cuyos alrededores se llevan a cabo actividades industriales,
agropecuarias y de servicios alrededor en alrededor de 12.000 establecimientos. Esto se
traduce en un gran uso de recursos y nivel de desechos, con el consiguiente impacto sobre
la salud de todos los habitantes y el ambiente.
Desde hace más de 10 años el Defensor trabaja junto a otros actores institucionales en el
impulso de un proceso tendiente a revertir el crítico estado de situación que presenta la
cuenca. Los informes especiales publicados en los años 2003 y 2005 permitieron contar
una perspectiva global de la problemática y un análisis particular de sus principales
componentes, así como también con recomendaciones específicas para la acción. Dichos
insumos fueron posteriormente desarrollados en el marco de la causa judicial iniciada por
un grupo de vecinos ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en la cual el Defensor
intervino en representación de los intereses colectivos involucrados.
En fecha 8 de julio de 2008, el Máximo Tribunal dictó un fallo que significó un punto de
inflexión en el tratamiento de la problemática de la cuenca. Condenó al Estado nacional, la
provincia de Buenos Aires y la ciudad autónoma homónima a llevar adelante, por
intermedio de la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR), un programa para
alcanzar los objetivos de mejorar la calidad de vida de la población, recomponer el
ambiente de la cuenca y prevenir daños futuros. En la sentencia se contemplaron acciones
y plazos para actuar sobre las fuentes de contaminación y sus impactos negativos. Al efecto
se previeron medidas en torno al control de la contaminación de origen industrial, el
saneamiento de los basurales, la limpieza de las márgenes del río, el acceso a la
información pública, la urbanización de asentamientos informales, la atención sanitaria y la
expansión de las redes de agua potable, desagües pluviales y saneamiento cloacal.
Al Defensor se le encomendó la conformación de un Cuerpo Colegiado, en conjunto con 5
organizaciones de la sociedad civil, para fortalecer la participación ciudadana. En ejercicio
de dicho rol, ha recopilado y sistematizado información, reunido y canalizado reclamos por
parte de la ciudadanía, y evaluado planes, programas y proyectos presentados por las
autoridades.
Fruto del trabajo realizado es posible identificar avances y logros en la materia. No
obstante, el logro de los cometidos dispuestos exige modificar pautas culturales, políticas,
sociales y económicas fuertemente arraigadas, así como también atender nuevas y
complejas problemáticas. Ante ello, se han promovido estrategias que permitan responder a
los conflictos que actualmente se suscitan y sentar los cimientos para un desarrollo acorde
al paradigma de la sustentabilidad consagrado por la Constitución Nacional.
En tal sentido, el Defensor impulsó la formulación de un Plan Integral de Saneamiento
Ambiental (PISA), así como también instó a su mejora y correcta implementación. En pos
de un avance progresivo en las acciones exigió que se pongan en práctica las herramientas
que brindan la Ley General del Ambiente Nº 25.675 y las restantes leyes de presupuestos
mínimos y disposiciones complementarias, como ser: planificación ambiental, evaluación
de impactos, control de las actividades antrópicas, acceso a la información, participación
social, ordenamiento ambiental del territorio, educación ambiental, etc.
En el marco de la causa judicial ha presentado más de un centenar de escritos en los que se
analizaron los programas presentados por las autoridades, se formularon observaciones a
las medidas propuestas y se solicitó la inclusión en la agenda de trabajo de temas
pendientes de resolución. A modo de ejemplo: se evaluaron el Plan Director Único de
Infraestructura de Servicios Sanitarios para la Cuenca Alta y el partido de Merlo y el Plan
Integral de Transporte; se presentó una acción de amparo para la preservación de los
Bañados de Rocha; se propuso un Protocolo para la Conformación y el Funcionamiento de
las Mesas de Trabajo para la Relocalización de Villas y Asentamientos Informales; y se
alertó sobre deficiencias en los controles a la contaminación de origen industrial y la
elaboración de los informes de calidad de agua y aire.
De modo complementario, se han realizado sucesivas reuniones con los representantes de
los organismos involucrados en el cumplimiento de la sentencia y con los vecinos de la
cuenca. Se publicaron informes periódicos respecto al grado de avance del proceso y
boletines de difusión de las principales novedades en el curso del mismo.
Entre otras cuestiones, se propuso modificar el Reglamento de Objetivos de calidad de
agua (Resolución ACUMAR Nº 3/2009), una política de control de la contaminación de
origen industrial basada en la reducción de la carga contaminante, el análisis del riesgo en
el Polo Petroquímico de Dock Sud, una gestión integral de los residuos sólidos, el acceso a
una vivienda adecuada, el refuerzo del diagnóstico y atención a la salud de la población, el
establecimiento de estándares de calidad de aire y agua, medidas estructurales y no
estructurales para garantizar el acceso efectivo al agua potable y al saneamiento cloacal y
el control de las inundaciones, un ordenamiento ambiental del territorio, la elaboración de
un sistema de indicadores, el acceso a la información pública ambiental e ámbitos
institucionales para la participación social.
Actualmente, se continúa con las tareas mencionadas con miras a amplificar los reclamos
ciudadanos, sostener la cuestión en la agenda pública y contribuir críticamente a la
elaboración de políticas que tiendan a un adecuado logro de los objetivos del fallo de la
Suprema Corte y, en última instancia, a la plena vigencia de los derechos de los habitantes
de la cuenca en un horizonte de un ambiente sano, equilibrado y apto para el desarrollo
humano.[1]
[1] Para un mayor desarrollo consultar el informe “Caso Matanza Riachuelo: bases para
un adecuado cumplimiento del fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación”,
publicado por el Cuerpo Colegiado en el mes de enero de 2013 (disponible en
http://www.dpn.gob.ar/).
III. Minería
IV. Pesca
V. Bosques Nativos
Las estadísticas oficiales señalan que Argentina ha perdido cerca del 70% de sus bosques
desde 1935 hasta el presente. Esto responde a una compleja trama de causas económicas,
sociales, político–institucionales y tecnológicas: la necesidad de incorporar tierras para
cultivos o para pasturas del ganado, los incendios forestales y las políticas de promoción de
bosques implantados y desarrollo productivo mal aplicadas, son algunos de los factores
que explican esta situación.
Fue en este escenario de emergencia en el que la Nación Argentina sancionó, en el año
2009, la ley Nº 26.331 de presupuestos mínimos de protección ambiental de los bosques
nativos, en un intento de proteger la riqueza forestal remanente en nuestro país. Quienes la
califican de restrictiva y contraria al desarrollo parecen olvidar que hasta fines de 2010,
según surge de la investigación realizada por esta Defensoría, se perdían 250 mil hectáreas
anuales de bosque nativo (lo que hace que la tasa de deforestación del país sea seis veces
más alta que el promedio mundial), los cuales, bien conservados, hubiesen colaborado en
la regulación del clima, la amortiguación de disturbios, el control de la erosión de los
suelos, la regulación hídrica, la producción de maderas y otras materias primas, el
tratamiento de residuos y el ciclo de nutrientes, como así también aportado valores
recreativos y estéticos.
Las investigaciones llevadas a cabo fueron volcadas en un Informe de la DPN, que alerta
sobre el riesgo ambiental y social que implica, en su conjunto, el desmonte de las
superficies autorizadas en Salta. Esta provincia había sido la que había generado mayores
reclamos por parte de vecinos, comunidades y pueblos originarios, además de ONG´s.
La tarea del Defensor continúa con una investigación integral sobre la implementación de
la nueva ley de presupuestos mínimos de protección de los bosques, sobre el análisis de las
leyes provinciales de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos y el tema de la entrega
de los fondos que prevé la ley 26.331, a los estados provinciales,
VI. Falta de adopción de sistemas de Gestión Integral de Residuos sólidos urbanos
VIII. Agroquímicos
X. Antenas
La preocupación social por los impactos en la salud de las antenas, es continuo, siendo uno
de los temas que mayor cantidad de reclamos presenta en el área. Sobre el conjunto de las
actuaciones se investigaron los siguientes aspectos: normativa vigente, control de las
emisiones, los permisos de instalación de las antenas, el acceso a la información de la
población y el derecho a la participación social.
Como resultado, en la actuación Nº 6551/09, se efectuó una Recomendación a la Comisión
Nacional de Comunicaciones a fin de solicitar: a) El establecimiento de mecanismos para
garantizar la inspección técnica obligatoria de oficio, de las antenas de telefonía celular. b)
La realización de mediciones continuas de las radicaciones emitidas por éstas, y de mapas
de esas radiaciones en zonas de alta densidad de población. c) La elaboración de una base
de datos disponible en internet en la que se incluya la información relativa a cada antena de
telefonía celular instalada, con el fin de facilitar el acceso público a la información
ambiental. d) Que, mediante los canales pertinentes, implemente mecanismos de consulta y
participación ciudadana en los procesos de autorización de antenas de conformidad con lo
estipulado en la Ley General del Ambiente Nº 25.675.