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LA HIDROTERAPIA

Dr. Mariano José Bueno Cortés.


BIOSALUD-INSTITUTO DE MEDICINA BIOLÓGICA Y ANTIENVEJECIMIENTO

INTRODUCCION

El agua es fundamental para la vida. La tierra, el hombre, las plantas, están


compuestas de un 70 % de agua. Leonardo Da Vinci la llamó “la sangre de la
naturaleza”. A su vez es uno de los elementos terapéuticos más valiosos de la
Medicina Biológica.

Uno de los factores fundamentales para la fundación de una ciudad es que


se encontrara cerca de un río. De hecho, lo podemos constatar hoy en día. Es un
elemento indispensable para nosotros y su falta o impureza es una de las
principales fuentes de enfermedades en el mundo.

Desgraciadamente en la vida moderna parece que nos hemos quedado con


el erróneo concepto de que el agua sirve para regar el césped, los campos de
cultivo, lavarnos, limpiar la casa, cocinar, pero nos hemos olvidado de sus virtudes
terapéuticas, tan importantes para el Hombre.
DEFINICION E HISTORIA

La Hidroterapia consiste en la utilización de diferentes técnicas o formas de


aplicación del agua con finalidad terapéutica. Es el uso del agua corriente en sus
diferentes formas de aplicación, tanto a nivel externo como interno, desde el punto
de vista médico.

Hay un proverbio escocés que dice:

“Si quieres fortalecer tu cuerpo: agua pura para beber, baños fríos, un
colchón de crin para dormir, aire fresco para respirar y comida sencilla”.
La Hidroterapia es tan antigua como el hombre en sí. Ya era utilizada por el
dios griego Asclepios, dios de la Medicina. Se utilizaba en los mismos templos.
Posteriormente, Hipócrates la siguió utilizando. Prescribía beber mucho agua para
bajar la fiebre y tratar múltiples enfermedades. Promocionó el uso del agua en
diferentes tipos de baños.

Posteriormente Galeno y Celso, demostraron en la antigua Roma sus


beneficiosos efectos curativos. Es más, en aquella época se hizo famosa la
hidroterapia porque parece ser que una serie de baños de agua fría curó al
emperador Augusto de una enfermedad resistente a todos los tratamientos. Como
puede imaginarse, se pusieron de moda los baños de agua fría.

El famoso médico persa Rhazes (865-923), observó las ventajas de la


transpiración como medio de eliminación de toxinas, especialmente en
enfermedades cutáneas como el sarampión y la viruela. Fue uno de los grandes
hidroterapeutas de la época. Esta indicación ha sido extendida a médicos de la
India, Finlandia, Rusia, Turquía y los brujos de las tribus americanas.

En la Edad Media cayó un poco en desuso por motivos religiosos,


utilizándose más la Fitoterapia. Ya a principios del siglo XIX, Vincent Priessnitz
(1799-1651) fue el padre de la Hidroterapia Moderna. Se interesó en los poderes
curativos del agua desde su adolescencia. Era un granjero silesiano y, fruto de su
trabajo, se lesionaba con mucha frecuencia las manos. Un vecino le enseñó a
utilizar las compresas fría y húmedas para curar sus destrozados dedos. Al final sus
manos curaron. Unos días más tarde, estaba cargando en lo alto de una colina un
saco de heno y los caballos se desbocaron, pasando el carro por encima se él.
Quedó su cuerpo destrozado y según el médico, mutilado de por vida. Recordando
su experiencia curativa con las compresas frías y húmedas con los dedos, se colocó
de modo más fisiológico las costillas y comenzó a aplicar para el dolor compresas
frías y húmedas.
Tras un poco de tiempo, se restableció. Resurgió la hidroterapia. Las noticias
se extendieron tanto entre la población e incluso en tierras lejanas, que comenzó a
tener multitudes de enfermos que esperaban ser curados por Priessnitz al igual que
el se curó.

Como era una personan con una gran capacidad intuitiva y creativa, diseñó
multitud de formas terapéuticas basadas en los poderes curativos del agua. Tal fue
la fama que llego a tener con sus métodos, que los médicos de la época lo
demandaron. Por supuesto, ganó el juicio y el caso fue tan famoso que el propio
médico imperial, el barón Turkeim, se interesó por estos sistemas terapéuticos. Le
convencieron tanto que le comunicó al emperador las bondades de las terapias de
Priessnitz. Desde ese momento el emperador lo protegió y Priessnitz se dedicó a
visitar enfermos de todas las partes.

Uno de estos enfermos, fue el Dr. Erasmus Wilson quien comentó que
Preissnitz había diseñado aquellas terapias porque su mente no estaba
atontada por las imposibilidades médicas de semejante logro.
Las técnicas de curación por el agua fueron extendiéndose por todo el mundo, pero
no se hicieron realmente internacionales a gran escala hasta la entrada en escena
de Kneipp.

Sebastian Kneipp (1821-1897) nació en Baviera. A


muy temprana edad comenzó sus estudios religiosos. Tuvo
una infancia y adolescencia caracterizada por una mala
salud. Pasaba grandes periodos de tiempo en cama. Se
interesó por los trabajos de Priessnitz y comenzó a ponerlos
en práctica sobre sí mismo. Decidió darse todos los días,
incluso en los días más fríos del invierno, un chapuzón en el
río, siguiendo las recomendaciones de Proessnitz para la
estimulación del sistema inmunitario y la revitalización del
organismo. Al tiempo, recuperó su salud, y ya no volvió a
perderla más.
Al ser ordenado, se le destinó a un pequeño pueblo de
Alemania, Bad Wöhrishofen, como párroco. Allí instauró el
centro de hidroterapia más famoso del mundo, con médicos
que combinaban las virtudes curativas del agua con las de
las plantas medicinales, las dietas vegetarianas y el ejercicio
físico al aire libre.

Hoy, todavía sigue dicho balneario donde


podemos encontrarnos personas de los puntos más
dispares del planeta. Tal fue su éxito, que Kneipp
escribió un libro titulado “La curación por el agua”, que
se ha convertido en uno de los libros fundamentales en
la práctica de la Medicina Naturista. De hecho, ha sido
reeditado sin cesar y traducido a catorce idiomas.

Como consecuencia de la fama de Kneipp,


multitud de médicos europeos y americanos integraron
sus sistemas en su práctica diaria.
MECANISMO DE ACCION

La realidad es que el agua en sí, por sí misma no es la que produce tantos


buenos resultados en su uso con fines terapéuticos. Lo cierto es que se deben
fundamentalmente a su capacidad increíble de almacenar y transmitir estímulos
térmicos, tanto de frío como de calor, a nuestro organismo.

El calor específico del agua es de los más elevados. Diez veces más que el
hierro, treinta veces más que el mercurio. El calor específico de una sustancia es la
cantidad de calorías necesarias para elevar un grado la temperatura de un gramo
de esa sustancia. Es decir, el agua tiene una capacidad de almacenar calor muy
importante, que nos servirá para transmitirla a otras sustancias (o al cuerpo
humano).

El agua tiene la capacidad de conducir la temperatura mejor que por


ejemplo el aire. De hecho, nuestra piel puede aguantar aire seco caliente a 100
grados centígrados y por el contrario, no soportamos tocar agua por enzima de los
44 grados centígrados. Por ello son más efectivos los paños con agua caliente (calor
húmedo) que con aire caliente (calor seco).

Las aplicaciones de agua caliente producen un aumento de la temperatura


local, un aumento de riego sanguíneo, y un estímulo reflejo en dependencia de la
reflexología.

Las aplicaciones frías, producen una vasoconstricción (disminución del riego


sanguíneo), seguida de una vasodilatación reactiva muy duradera, más que la que
se produce tras la aplicación de agua caliente.

TIPOS DE ESTIMULOS PRODUCIDOS POR EL AGUA

Al margen de los estímulos generados por la temperatura del agua, tal y


como acabamos de explicar, podemos producir otros tipos de estímulos, según la
forma de aplicar esa agua.

1. Estímulo químico:
Dependerá de las sustancias que diluyamos en el agua. Puede ser sal,
romero, manzanilla, vinagre, mostaza, o extractos de plantas
medicinales, o bicarbonato, sulfato de magnesio, etc. El estímulo
químico será directamente proporcional al tipo de sustancia añadida
al agua y a la cantidad de esa sustancia.

2. Estímulo mecánico:
Es la presión que ejerce el agua cuando la aplicamos a chorro. A ello
se suma el efecto térmico, en dependencia de la temperatura que
tenga esta agua.

3. Estímulo de presión hidrostática:


Es la producida cuando nos sumergimos en el agua. Por ejemplo, se
produce un estímulo venoso, que potencia el retorno de la sangre
venosa al corazón.
LAVADOS

Consisten en pasar un paño o toalla de algodón o lino, humedecido con agua


fría por diferentes partes del cuerpo. A veces se le añade al agua fría un poco de
vinagre, para aumentar la reacción vascular.

De este modo, se fricciona la superficie cutánea, que se humedece.


Inmediatamente nos metemos en la cama para entrar en calor. Son muy efectivos.
Los lavados los podemos aplicar en:

1. Todo el cuerpo:
Son los que se practican más. Tienen un efecto de estimulación de la
circulación en pacientes que están en cama. También se emplea en
los niños que no tienen ganas de comer, o con aspecto enfermizo;
niños que se suelen pegar los inviernos con un resfriado detrás de
otro y unas décimas de fiebre. Se estimula el sistema inmunitario.
También se utiliza en:
• enfermedades infecciosas,
• en personas con fiebre,
• estados de nerviosismo o stress
• insomnio
• personas que llevan una vida sedentaria

2. Tronco y brazos:
Se utilizan en casos de enfermedades del aparato respiratorio,
bronquitis, neumonías, pleuritis, tanto agudas como crónicas.

3. Extremidades inferiores y cintura:


Se estimula la circulación en dichas zonas. Están indicados en:
• Prevención de las úlceras de decúbito en personas
encamadas durante largos periodos.
• Por sus propiedades sedantes, se hace antes de ir a la
cama en casos de insomnio.

Salvo en el caso de que la persona esté en cama y sin poder incorporarse,


los lavados se realizarán siempre de pie, encima de una alfombra, preferentemente
por la mañana, media hora antes de la hora de levantarnos definitivamente. Se
moja la toalla en agua fría y se escurre bien de modo que no chorree.
Posteriormente realizaremos una serie de maniobras secuenciadas del siguiente
modo:

• Deslizaremos la toalla por la piel sin presionar excesivamente, cambiando de


doblez cada vez que terminemos un recorrido, para que esté fría la zona que
toca la piel.
• Comenzamos con la cara anterior del pie derecho, subiendo por la pierna hasta
el hombro derecho. Repetimos la misma maniobra en el lado izquierdo.
• Continuamos con el tronco, desde loa zona genital hasta el cuello, siguiendo la
línea media.
• Volvemos al pie derecho para subir todo el lateral externo hasta llegar a la axila,
continuando hasta llegar a la mano. Volvemos al hombro por la parte posterior
del brazo.
• Repetimos la misma operación en el lado izquierdo.
• Terminamos deslizando la toalla por la espalda desde los hombros hasta los
talones, pisando al final la toalla con los pies.
• Una vez terminada la frotación, sin secarnos, nos metemos inmediatamente en
la cama bien tapados. Tras unos cinco minutos notaremos una reacción de
calor.
COMPRESAS

Consisten en la aplicación de un paño de lino o algodón doblado varias


veces en una parte de nuestro organismo. Se sumerge el paño o en agua sola o
mezclada con plantas medicinales. Tras sumergirlo, se escurrirá muy bien. Una vez
colocado en la zona elegida, la envolveremos con otro paño seco para no
humedecer la cama.

Hay diferentes tipos de compresas:

1. Compresa en la frente:
Es muy conocida. Se aplica en la frente una compresa mojada con agua fría,
cambiándola cada quince minutos. Se utiliza en casos de fiebre,
especialmente con dolor de cabeza.

2. Compresa cardiaca en el pecho:


Es el mismo procedimiento. Se utiliza en casos de palpitaciones, taquicardia,
trastornos del ritmo cardiaco. Están contraindicadas en las anginas de
pecho, caso en el que se utilizan pero con agua caliente.

3. Compresas para hematomas y contusiones:


Se hace con agua fría. A veces se le añade al agua extracto fluido de arnica
en proporción de cinco partes de agua por una de extracto. Tiene un buen
efecto antiinflamatorio. Si hay una herida abierta, no se pone la arnica, se
usa el agua sola.

4. Compresa abdominal:
Se hace con agua caliente en casos de meteorismo, espasmos intestinales o
problemas hepáticos, después de comer y en la zona hepática.

5. Compresa de espalda:
Se moja el paño en agua fría y se deja cubriendo toda la espalda y hasta las
rodillas. Tiene efecto de tonificación vascular. Se usa en casos de
agotamiento o hiperexcitación.
Cuando hay lumbalgias, se aplica en la zona lumbar, mojada en agua
caliente, colocando encima una bolsa de agua caliente. Es más efectivo que
las almohadillas eléctricas.

CONCLUSIONES

Dada la importancia que realmente tiene la hidroterapia y sobre todo la


posibilidad de practicarla en casa, he decidido dividirla en dos temas para ofrecerle
el máximo de información.

Le aseguro que es muy beneficiosa en los casos en los que está indicada y
se la recomiendo a todos.

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