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Esto sucede en Espinar

Al opinar sobre lo que viene sucediendo en la provincia cusqueña de Espinar donde hay un
conflicto entre las autoridades locales, líderes políticos y buena parte de la población contra la
empresa minera Antapaccay, algunos medios y periodistas de Lima han demostrado la vigencia
de aquel pregón que se repite en las Escuelas de Periodismo de que “hay que saber un mar de
todo pero un centímetro de profundidad”. Eso también vale en el asunto espinarense.

Pues bien, resulta que, como decía líneas arriba, hay un conflicto social en Espinar por el futuro
de los más de 100 millones de soles depositados en un fondo generado por el aporte de la
empresa minera Antapaccay y que está encuadrado en un denominado Convenio Marco de
Desarrollo.

Semanas atrás, el alcalde provincial de Espinar, Lolo Arenas y sus regidores votaron en una
maratónica sesión de consejo disponiendo que el dinero de este fondo sería repartido a cada
persona mayor –Bono Solidario de S/ 1000- para cubrir las “extremas necesidades
económicas” producida por la cuarentena impuesta por el vizcarrato para paliar los estragos
del coronavirus.

El alcalde y sus regidores saltándose toda regla impusieron que el dinero de este Fondo sea
distribuido a pesar de que una de las cláusulas del Convenio Marco estipula que el dinero debe
servir para proyectos de desarrollo y cualquier cambio sobre el futuro del presupuesto sería
debatido y aprobado por sus integrantes. No obstante, Lolo y sus regidores soslayaron
olímpicamente este parte del convenio.

Si bien es entendible el objetivo y el fin de la propuesta de distribuir un Bono solidario de


S/1,000 a cada espinarense mayor de 18 años, sobre todo en el marco de la pandemia, vale
preguntarse si Espinar es un “páramo de pobreza y pobreza extrema” como algunos
periodistas y medios limeños han advertido santificando así la propuesta de Lolo y compañía.

La respuesta es no. De hecho Espinar es una de las provincial altas del Cusco donde se redujo
la pobreza como jamás en su historia. No lo digo yo, lo dicen las cifras. En el 2007 la pobreza en
Espinar era alrededor de 65% y pasó a 25% en el 2013 y nada más y nada menos que a 16% en
el 2017. Es decir, nada menos que casi 50 puntos porcentuales. ¿A dónde se fue esa gente
otrora pobre? Si bien no se convirtieron en ricas en un puñado de años si pasaron a convertirse
en parte de lo que se llama la clase media emergente.

¿Qué produjo esta caída sin precedente de la pobreza y esta aparición de una clase media?
Pues la minería, no hay otra explicación al ser esta una zona de altura muy fría con una
agricultura y una ganadería, en general, se subsistencia.

Ahora, quien vaya por el Corredor vía (a los mineros no les gusta llamarle “corredor minero”)
sabrá que existe una gran clase media emergente producto, básicamente a la minería. Si uno
va desde Fuerabamba hasta Espinar, pasando por Chumbivilcas verá que hay una nueva clase
media “eslabonada” principalmente a las inversiones mineras cupríferas. El gran problema es
que uno solo lo ve cuando va allí porque los gremios mineros no han realizado estudios
sesudos sobre el impacto económico y social de la minería moderna. Tarea que queda por
hacer.

Una de los impactos precisos es la minería moderna es la formación de proveedores locales –


empresarios en realidad- que hoy son parte de la cadena de valor de la minería. Se puede
decir, sin temor a equivocarme, que muchos comuneros son empresarios mineros con gran
solvencia económica que invierte sus ganancias entre Cusco y Arequipa, no en la zona.

Ahora, en Espinar casi todo gira en torno a la minería. La economía es básicamente servicios
(hoteles y restaurantes) que proveen a las empresas mineras y sus contratistas.

¿Era urgente la entrega de Bono Solidario o más bien era una propuesta que atendía a las
necesidades políticas e ideológicas de algunos actores? Si bien, como dijimos, se entiende el
pedido, Espinar no es un “páramo de pobreza”, es más, las empresas mineras jamás dejaron
de pagar a sus proveedores locales (para mantener la paz social) durante lo que va de la
pandemia, así que no hubo ruptura en la cadena de pagos que trajera abajo la economía local.
Quien diga lo contrario simplemente miente o no conoce la zona.

Clase media emergente (que no se vuelve pobre de un día a otro), reducción de pobreza,
economía ligada a la cadena de suministros y valor de la minería moderna, proveedores
locales, ¿qué sucede entonces?

Por el lado del Estado las cosas van mal. De hecho de los 123 millones de soles que tiene Lolo
Arenas en sus arcas apenas ha gastado 29 millones, es decir 24% según el MEF. Pero, Lolo,
hombre de izquierda al fin, no es precisamente un antiminero ideológico. Es un buscador de
popularidad, que no la tiene debido a una gestión poco eficiente; pero también de votos para
los próximos comisiones electorales.

Quizá hay otra particularidad. La zona está “poblada” por organizaciones no gubernamentales
y líderes de izquierda. Derechos Humanos Sin Fronteras es probablemente una de las primeras
organizaciones opositoras a la minería en la zona. Años atrás activada La Vicaría de Sicuani y
hasta cooperación. Asímismo, la zona estuvo influenciada por Oscar Mollehuanca, ex alcalde y
un opositor tenaz. Hoy Derechos Humanos Sin Fronteras promueve la entrega del Bono
Solidario como parte de la oposición táctica contra las empresas mineras. Es decir, política e
ideología.

La pita se rompe por el lado más débil. Es sumamente atractivo para una mayoría de gente
tener mil soles demás en el bolsillo y para quien no la tiene sí que es necesario. Popularidad,
ideología de izquierda, intereses directos, Covid, un cúmulo de intereses que se han juntado
hoy en Espinar.

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