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EL CHAT Y LA CONDUCCIÓN, UNA COMBINACIÓN PELIGROSA PARA LA

SEGURIDAD VIAL EN COLOMBIA

Manejar un auto hablando por celular se ha convertido en una verdadera pesadilla para la
seguridad vial. Aumentan los accidentes de tránsito y los conductores multados.

Son miles los incidentes de tránsito que ocurren todos los días en las calles y carreteras de
Colombia por culpa de conductores distraídos que contestan, hacen llamadas, escriben o
mandan correos electrónicos mientras manejan. Una actividad sumamente peligrosa que no
sólo supone una infracción económica para el conductor sancionado, sino accidentes de
tránsito mayores que pueden derivar en un verdadero dolor de cabeza.

A pesar de las campañas de seguridad vial en Colombia y las advertencias, cada vez más
conductores utilizan sus teléfonos mientras manejan., así lo prueban las cifras de infractores
detectados y los muertos y heridos contabilizados.

Según la Secretaría de Movilidad de Bogotá “La distracción impacta negativamente el


rendimiento al conducir, lo cual incrementa las probabilidades de un choque o atropello por
lo menos cuatro veces. Hablar por celular disminuye entre el 20 y el 40 por ciento la
concentración de cualquier conductor. A nivel mundial el uso de los celulares y otros
elementos electrónicos de comunicación es un problema en crecimiento para la seguridad
vial, dado el auge en los dispositivos electrónicos y el crecimiento de las redes sociales, por
tanto, se hace necesario llamar la atención entre los conductores especialmente los jóvenes
entre 20 y 30 años, donde se presenta la mayor accidentalidad en la ciudad, para que tomen
conciencia y eviten hablar o chatear cuando conducen”.

¿Por qué un conductor decide arriesgar su vida y la de otras personas por utilizar un
teléfono celular en un momento en el que sus cincos sentidos deben estar puestos en
conducir un vehículo? Las muertes por accidentes de tránsito se han convertido en una
pandemia: 6 millones de personas mueren al año en accidentes de tránsito en el mundo.
Además del alcohol, la impericia y la imprudencia, ahora un nuevo ingrediente se suma a la
tragedia que día a día se sufre en las calles y carreteras del país: la utilización indebida
de los teléfonos inteligentes o smartphones.

Estos teléfonos, con 3 años de vida y popularidad en el país, se volvieron objetos


indispensables en la vida de los colombianos. La necesidad, e incluso, la obsesión que estos
teléfonos despiertan en las personas ya da como resultado nuevas enfermedades, como la
Nomofobia o la “fobia a dejar el celular en casa” y que se manifiesta en ansiedad,
irritabilidad y dificultad para concentrarse si no se tiene al lado al teléfono. Ya nadie puede
desconectarse, ni un minuto, de las redes sociales, del correo electrónico, de los chats
instantáneos o de los cientos de aplicaciones que un teléfono de ese orden puede ofrecer.

En Colombia, el problema está lejos de solucionarse. Aunque en países es permitido utilizar


los llamados “manos libres” para hablar mientras se conduce, los que están detrás del
volante no están dispuestos a utilizarlos, ni ignorar una llamada o un mensaje, y muchos
menos detenerse para contestarlos. 

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