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Incertidumbre Rodea Proceso de Restitución de Tierras
Incertidumbre Rodea Proceso de Restitución de Tierras
restitución de tierras
10 julio, 2018
El próximo 7 de agosto habrá cambio de gobierno y con ello, es incierto qué sucederá
con este mecanismo de justicia transicional y las víctimas del conflicto armado que,
además, son reclamantes. En medio de la transición, el Banco Mundial sugiere que
“entre los procesos sean más administrativos, mejor”.
“La recomendación que uno le daría al gobierno que llegue es que esto está
andando, que lo continúe, porque esto es la garantía de la no repetición, es la paz
estable en el campo y frustrarlo, sería generar una violencia futura”, afirmó
Ricardo Sabogal, director de la Unidad de Restitución de Tierras (URT), durante el
Congreso Internacional de Experiencias en Restitución de Tierras y su aporte a la
Paz, realizado la semana pasada en Cartagena.
Las cifras de gestión presentadas en ese evento muestran que la tarea realizada
en poco más de seis años por esta entidad, creada en aplicación de la Ley 1448 de
2011, o Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, son consideradas exitosas: el
gobierno nacional recibió 112 mil 939 solicitudes de reclamación de víctimas que
abandonaron o les fueron despojadas un millón de hectáreas durante el conflicto
armado. A mayo de 2018, los jueces y magistrados especializados habían dictado
3 mil 952 sentencias, que devolvieron 302 mil 792 hectáreas a campesinos y
comunidades étnicas. Sin embargo, el 60 por ciento de las hectáreas restituidas
corresponden a 10 fallos que favorecieron a resguardos o consejos comunitarios.
No obstante, la labor de la URT está hoy bajo una sombra de incertidumbre, pues
el nuevo mandato de Iván Duque, del Centro Democrático, que llegará a la Casa
de Nariño el próximo 7 de agosto, tiene en la mira la aplicación de la ley y su
continuidad para los próximos cuatro años, los últimos que le quedan de vigencia.
Resolver gran parte de los casos por la vía administrativa implicaría un reto en la
disposición de recursos y tierra para garantizar las compensaciones. De momento,
los jueces especializados son exigentes a la hora de configurar esta medida de
restitución, principalmente cuando hay despojos y víctimas sucesivas, el predio
está en una zona de desastre natural o se reconocen riesgos para la vida o
integridad de volver a la tierra reclamada.
El informe de la Unidad señala que, de esas 249 compensaciones, 163 fueron con
pago en dinero por haberse agotado el procedimiento con bien equivalente; 65
con bienes equivalentes provenientes del Fondo de Rehabilitación, Inversión
Social y Lucha contra el Crimen Organizado (Frisco); y 21 con compra de predios.
“Este Fondo este año tiene 20 mil millones de pesos. La Unidad tiene los recursos
necesarios para ponerlos a disposición del Fondo si llegase a requerir más
recursos. En el Conpes de Víctimas, la política restitutiva se presupuestó para
tener una inversión de 3 billones de pesos; a este año lleva un billón, o sea que
hay recursos que pueden ser utilizados para las compensaciones”, respondió
Sabogal en rueda de prensa.
Sin embargo, Mojica advirtió que el caso colombiano es complejo para resolver la
restitución con compensaciones: “El Estado no tendría la capacidad financiera ni
técnica, ni habría suficiente tierra para comprar. Y si tuviera el dinero, ha sido
imposible comprar tierras por los conflictos que hay sobre éstas, porque además
de las varibles ambientales, el despojo estuvo relacionado con violaciones de
derechos humanos, que desconocieron los derechos civiles. Pensar que vamos a
optar por la compensación que, por la restitución, implica un grado de
impunidad”.
Junieles coincidió con Mojica en que resolver los procesos mayoritariamente por
la vía administrativa “no es recomendable. Lo que hemos aprendido es que la
participación de los jueces hace más pacificadora la discusión sobre las
controversias. La intervención de los jueces da más conocimiento y difusión a los
casos, clave para la legitimidad de las decisiones. Si las decisiones quedan solo en
el gobierno, puede haber más líos”.
El catastro y el trasfondo
Los
proyectos productivos son la garantía de que los campesinos puedan permanecer
y progresar en las tierras restituidas. Sin embargo, estos requieren de asistencia
técnica e inversión en infraestructura. Foto VerdadAbierta.com.
Rocío del Pilar Peña Huertas, coordinadora del Observatorio de Restitución y
Regulación de Derechos de Propiedad Agraria, aseveró que el “problema no es
que el proceso se resuelva por la vía administrativa o judicial, sino que realmente
haya restitución”.
Peña precisó que las hectáreas restuidas, 302 mil, son escasas frente al un millón
de hectáreas reclamadas, cuando una gran parte del área restituida corresponde
a sentencias étnicas, es decir, territorios colectivos. Y agregó que la Ley 1448 tiene
un problema de diseño institucional, pues mientras el despojo y el abandono
ocurrieron de forma masiva, la restitución se hizo en fila. En ese sentido, indicó
que es necesario pensar en un rediseño que contrarrestre realmente el fenómeno
que condujo al abandono y el despojo: “El tema no es si es el juez o el funcionario
de la ANT [Agencia Nacional de Tierras] el que resuelva”.
Yamile Salinas Abdala, asesora del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz
(Indepaz) y experta en temas agrarios, señala que la propuesta de la vía
administrativa “no es tan descabellada”, si se tiene en cuenta que la mayoría de
las sentencias de restitución no han resuelto casos de despojo, sino de abandono.
En ese sentido, cuestiona que la Ley le haya dado funciones a la URT similares a
las de ANT, pues por vía administrativa podían resolverse solicitudes relacionadas
con predios baldíos y Unidades Agrícolas Familiares (UAF).
Llevar, por ejemplo, estos dos tipos de solicitudes a etapa judicial, “colapsa el
sistema, genera un “cuello de botella”, señala la abogada. Salinas sostiene que la
discusión actual no es si se decide por lo administrativo o lo judicial, pues el foco
está en la implementación del Decreto Ley 902 del 29 de mayo de 2017, que
favorece el uso ampliado de los baldíos o tierras de la Nación, así como del
Proyecto de Ordenamiento Social de la Propiedad, que abre el camino para el
funcionamiento de las Zonas de Interés de Desarrollo Rural Económico y Social
(Zidres), cuestionadas por ser figuras para legalizar el despojo y la acumulación de
tierras (Lea: ¿El gobierno nacional le pone otro ‘freno’ a la Reforma Rural Integral?).
Apenas el comienzo
La
Unidad de Restitución de Tierras indica que el proceso permitió la conformación
de 11 asociaciones, entre ellas Apacambi en Sucre, enfocadas en la producción de
alimentos. Las comunidades esperan garantías para permanecer en sus
territorios. Foto VerdadAbierta.com.
Aunque el discurso oficial presenta la restitución de tierras en un “estado
avanzado”, el Gobierno aún tiene ‘tela por cortar’ en la implementación de la
política pública. Aunque la URT indica que por órdenes de los jueces y
magistrados ha invertido 141 mil millones en proyectos productivos, que han
beneficiado a 30 mil personas; en los territorios las comunidades esperan que
persistan las garantías para su permanencia en las tierras. Eso significa
acompañamiento técnico pero también infraestructura para comercializar las
cosechas.
A tres horas de Cartagena, en una trocada vía que conecta a Bolívar con Sucre,
esta comunidad logró sellar las fracturas entre solicitantes y opositores, y unirse
para la producción de leche, la cosecha del ñame espino, maracuyá y cacao. Para
hacer productivas las tierras, fue clave la construcciónd de cuatro jagüeyes, que
mediante un sistema de riego, por gravedad, mantienen la fertilidad de 35
predios.