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Introduccién: la rebelién de las nifias In genera, here isan asumption that children are moving tsvards adulthood and maturity tha he are ninshed and incompetent. his vision of eildbood has become so common place tha it serves the bedrock for mast af our thinking on hildren and cher place inthe world. Children are feguenty denied righ that are accorded oad fr example she right ‘nooo be hit) acd are spoken about as society “investment in the fuaure” rather than being valued for who they are and for what they do now. A positive side otis perpectve on bilo i the view that children are in need of prosection by saduts and the state. But it shouldbe posible to protect children wih devaluating them (Greene 2003: 23) Nostalgia, particularly for childbood, is Whey t0 be a mask for wnrecognized anger (Heilbrun 1988: 15). eral seasime quelos nies van svanzanda hacia a daly fa marc, ‘que son incompetentesy esi sin termina Esta vision dea infancia estan comin que es a bse fundamental de nesta percepcin de los niios su lug n el n= do, Los nifos con frecuencia carecen de derechos que seconceden alos alts (por ejemplo, el derecho de no ser golpeaos) se habla della com la inersn ene fi presente. Un alo postivo de sea perspectiva sobre Ia infanca ela opin de que ode a sociedad en lugar de se valorados por lo que son y pore que hacen los nits necsitan proweccién por parte de os adultos y el Hstado. Peo debera ser posible protagera ks nifiossin devaluarlos” (waduccign nest) 4 nostalgia, particulmente por Ia nie, es probable que sea una miseara para una abia no seconocida” (waduecion nuestra) 18 Napia V, Crus Sarcavo Contra el fetiche de la nifia Este libro nacié de mi encuentro con América Vieufia. Ocurtié una ma- drugada mientras devoraba por segunda vez la séptima novela de Ga- biel Garcia Marquez, Elamor en los tiempos del célera (1985). El descu- brimiento de la ilkima de las 623 amantes que acompafiaron la paciente espera de Florentino Ariza por la viudez de su verdadero amor, me con- ‘movie hasta el llanto. Mis que la compasién hacia aquella nia de doce aiios “con sierras en los dientes y peladuras de a escuela primaria” o la repulsidn hacia el sepruagenario tutor que “se la fue llevando dela mano con una suave astucia de abuclo bondadoso hacia su matadero clandes- tino” (362-863), mas que la tristeza por el suicdio de América durante la feliz consumacin de una de las mis memorables historias de amor de nuestros tiempos, me sobrecogié mi ceguera: pensar que durante mi primera lectura, alos 14 aftos, habia celebrado el triunfo del amor de Florentino Ariza por Fermina Daza sin norar el sacrificio de Am Una ver corrido el velo, las relecturas del escritor colombiano ven- drian a confirmar la sensacién de dgjit vu que me caus6 Delgadina, la adolescente prostituida y dopada para suplir las fantasias erdticas de otro mujeriego empedernido, Mustio Collado, el protagonista de Me- ‘morias de mis putas tristes (2004), una de sus ditimas novelas. Entre sus antecesoras recordé a la Cindida Eréndira, Remedios Moscote, Leti cia Nazareno y Sierva Maria, Afios después, mientras presentaba una ponencia sobre las nifias garciamarquianas a lectores asiduos en st ciudad adoptiva, Cartagena de Indias, pude comprobar que no era yo la dinica “ciega’. A juzgar por la patente mayoria de la critica en torno ala obra de Garcia Marquez, América, al igual que sus congéneres, es invisible.’ Lo son también las docenas de nitias y adolescentes que pu- 3. En medio de la manigua de estdios publicados sobre la obra de Garcia Mie he hallado pocos articulos que reconocen y cuestionan, aunque con di ones, a epresencacin de la pelerastia y la construcekin de los personajes Femeninos infantis en la obra del Nobel. éans bo sande Luiseli (2007), Faneesea Camurati (2008) y el ensayo de saulaiicano J. M. Coste sbee Memoria de mips rites {00).aeuni e Ini propio ati (2010. IxrRODUCCION: LA REBELION DE LAS NISAS 19 lulan en el imaginario amoroso de los escritores latinoamericanos y caribefios a todo lo largo del siglo xx. E] motivo es tan recurrente que ‘abe preguntarse qué habria sido del boom sin ancianos enamorados contemplando virginales piiberes o seduciendo virtuales “Lolitas”. No obstante, y pese a que la genealogia de Vladimir Nabokov cuenta en- te sus seguidores a varios Premio Nobel ~Ocravio Paz, Miguel Angel Astutias y Mario Vargas Llosa, ademas de Garcia Marquez-y! st proli- jidad es tan sugerente como sorda ha sido la critica ante las connot ciones poéticas y estéticas de su reiteracién, atin més ante sus implica- ciones socioculturales y éticas.* Debo al poder de la literatura no s6lo mi ceguera inicial frente a la representacién acritica del “amor” por las nifas sino también la trans- formacién de mi punto de vista que hizo posible el reencuentro 0, mis bien, que remedié mi desencuentro original con América Vicufia, En ini ncconocimiento de América cristalizaron historias, voces y experien- 1s llevadas a la ficcién por autoras caribefas y latinoamericanas, cuyo tuniverso estd igualmente poblado de nifas y adolescentes: chiquillas «jue sien, gritan, eelaman y muerdens muchachiras caminando descal- 23, bankindose destudas en el tio 0 bajo la Iluvia, atrevigndose a llevar el jlo stelto, a bailar entre cuerpos sudorasos o a hacer preguntas “indis- “tas” pese a la amenaza, la persecucién 0 el castigo; pequefias lorando ras cansadas de ser “decentes” y cle tabi, vergienza 0 miedo; seo eves escapanda a cualquier precio del peso de serlo;nifias, adolescentes + Ovi ejemplos son ol de Juan Carlos Onety Fliberto Heménde, para el ‘Conia Su, oe de Guillermo Cabrer y Severo Sarduy para el Caribe or contrite con la Ketura mis dfundida y emulada de Lolita, Olga Voroni ‘ur aygameta que Vladimir Naboko cred a Humbert Humbert como parodia tle varios stores yatta contempordneos, incluyendo al controversial Lewis {Carell on arse de problemarza a obsesin peofiia durante l era victorin, fornina, Nabokov dio vida a Loic “in onder to revive, eve, 1 acre sl Ting 1 elo the Humbeetian discourse thar no one before him cared to an aesthetic poine of view" (2006: 147; "con el discurso Hn ‘ak aga civamente em Iga de desde wn punto de vita estéieo” «ra st intespetacin, resulta atin mis itn y consid y bani wn do ms prs nie fers Lesa fects els wna hiperseual y pravoxadora 2a Navia V. Crus mujeres polpeaeas, violas, eaducidas a lr depresion o al suicidio, Las protagonistay de «sta narrativa desatian el silencio y denuncian, por con- as del Goom, sus inspiradores y sucesores. sexta! de as nifas y las relaciones de nifias y jOvenes con traste, la invisibilidadl de las Si bien hombres mayors constituyen asimismo motives recurrentes en estas representacién carece del glamour del discurso amoroso y intelectual o espiritual que sacraliza a los adultos que las corte- in eas0s como cl de Florentino Ariza. De infames y violentos, me- iados por mentiras, intimidacién 0 intercambios econémicos, cnere ‘tras instancias de sujeciin y dominacién sexual, son catalogados los encuentros que entre los escritores pasan por historias de amor. L

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