CODIGO: 2130602019 DOCENTE: MANUEL ENRIQUE MARTINEZ RIASCOS CATEDRA EN FORMACION HUMANISTICA: CINE, VIOLENCIA Y CULTURA.
Durante la segunda guerra mundial se dieron hechos realmente crueles y lamentables, la
desolación y el dolor causado por todos los actores de esta guerra causaron en la memoria de la humanidad una profunda y dolorosa herida que no cicatrizara nunca, pero, aunque esta guerra haya traído tanto dolor y miseria a Europa no se puede olvidar que los que participaron en esta guerra también eran humanos y sentían igual que cualquier otra persona del mundo, es por esto que a pesar del gran conflicto que se llevaba a cabo también surgió el amor entre dos personas con grandes diferencias; lograron tener una relación que aunque no fue fructífera, demuestra que el amor puede ser más potente que cualquier arma del mundo. En el gran filme “Suite Francesa” se nota como los sentimientos pueden aflorar sin importar las condiciones en las que se encuentre cada persona, esta gran película no intenta mostrar los grandes horrores cometidos en esta época, por lo contrario, le da una luz a todas las atrocidades que relatan las demás películas que hablan acerca de estos acontecimientos. Al estar en medio de una guerra, como muchos países en la actualidad, no cabría la aceptación de una relación entre dos personas de bandos contrarios, pero, se podría decir que el amor es un escape al horror y sufrimiento de los conflictos bélicos, sería más desgarrador que no hubiese una alternativa que ayude a las personas a liberarse de sus propias labores y a apaciguar sus propios horrores. Las guerras sacan a flote lo más malvado y lo más bueno de todos los seres humanos, encontrar el amor en un conflicto tan grande sería casi imposible, pero, este gran filme demuestra que el amor no tiene barreras y que logra sanar muchas heridas, también enseña a perdonar a quienes nos han hecho algún tipo de daño y a seguir adelante a pesar de los inconvenientes de la vida. Los hechos transcurridos hace más de 70 años tiene que ser tomados como un recordatorio que los conflictos son lo más antihumano que puede existir y que lo único que de verdad podrá solucionarlos es la fraternidad y el amor.