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Dado el contexto actual, ¿considera usted que la teoría económica de Thomas Malthus
continúa vigente? Argumente su respuesta.
Considero que sí; en gran parte, la teoría económica de Thomas Malthus sigue vigente.
Claramente, debido a que la población crece en una progresión geométrica y los recursos
disponibles para su abastecimiento crecen en una progresión aritmética, llegará el punto en el
que los recursos serán insuficientes para el sostenimiento de la población. Obviamente, la
obtención de ciertos recursos requiere tiempo en el cual la población de un determinado
territorio puede aumentar considerablemente, de modo que la cantidad de recursos que se
tenía previsto producir es insuficiente y debe producirse más. Luego, se llegará al punto en el
que los recursos naturales comiencen a escasear, provocando la pauperización gradual de la
especie humana que podría provocar su extinción -lo que se ha denominado catástrofe
maltusiana. Por ello, bajo mi concepto, Malthus acertó al afirmar que era necesaria la
intervención de obstáculos represivos (hambre, guerras, pestes, etc.) a fin de regular el
crecimiento poblacional. Sin embargo, también es de notar el hecho de que este concepto no
considera el hecho de que la tecnología también crece, y por lo tanto, crecen los métodos para
desarrollar más recursos y alimento.
Sin embargo, considero que la concepción de Malthus de que los pobres, presas del instinto de
reproducción, eran los causantes del problema es una reducción muy simplista de un
problema complejo; intenta buscar un culpable, lo cual podría llevar a una marcada
segregación de clases y posteriormente a enfrentamientos entre éstas. Aparte, la Ley de Pobres
de 1834, en palabras de sus oponentes, es “una ley malthusiana diseñada para forzar a los
pobres a emigrar, a trabajar por salarios más bajos, a vivir con una cantidad reducida de
alimentos”, lo cual, de establecerse hoy en día, causaría mucha polémica. Entonces, teniendo
en cuenta también el panorama actual, ésta imagen es retrógrada, obsoleta y simplista.
Finalmente, la hora de entrada y salida serían sumamente estrictas, por lo que todos los
estudiantes habrían llegado a la institución con un máximo de diez minutos antes de que las
clases comiencen y el colegio habría sido evacuado en aproximadamente de cinco a diez
minutos, suponiendo que los padres también son objeto de esta autorregulación.
En fin, éste colegio basado en la autorregulación (la mano invisible de Adam Smith) sería el
colegio ideal imaginado tanto por estudiantes como por profesores.