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Perros héroes ‘Tratado sobre el futuro de América Latina vis- toa través de un hombre inmévil y sus treinta Pastor Belga Malinois. ‘Cesca del aeropuerto de la ciudad vive un hombre que, aparte de ser un hombre inmévil en otras palabras, un hombie impedido para mover- se—, ¢s considerado uno de los mejores entrenadotes de Pastor Belga Malinois def pais. Comparte la casa con su madre, una hetmana, su en- fermero-entrenador y teinta Pastor Belga Malinois adiestrados para ma- tara cualquiera de un solo mordisco en la yugular. No se conocen las razones por las que, cuando se ingresa en a habitacién donde aquel hom- bre pasa los dias recluido, algunos visitantes intuyen una atmésfera que guarda relacién con lo que podrfa considerarse el futuro de América La- tina. Si es que alguien le pregunta sobre su condicién, este hombre sue- le decir, en su casi incomprensible forma de hablar, que una cosa es ser un hombre inmévil y otra un retatdado mental Frente ala fachada de la casa se aprecian algunas jaulas. Cada una con: tiene un par de perros, que pasan la jornada entera lanzando agresivos ladridos a las personas que citculan por la acera. Si alguna se acerca alas tejas, es tanta la furia desatada que los animales terminan rompiéndose” algiin diente al morder los barrotes, o atacndose unos aottos sin piedad, ‘Cada ver que esto sucede, el hombre inmévil emite chillidos agudos, mo- tivados seguramente por la desesperacién de no poder salir a espantar a los inerusos. Los perros quedan agitados y debe acudir el enfermero-en- trenador a calmar su ansiedad. Emplea juguetes a prueba de mordidas profundas, y un niimero limitado de palabras en francés, idioma oficial para adiestrar Pastor Belga Malinois. 3il Nadie sabe si el enfermero-entrenador primero fue enfermero y luego entrenador, 0 viceversa, si antes fue entienador y después enfermero, Se ‘rata de un joven algo subido de peso, que viste ropas deportivas un tan- to desaliiadas, Més de una noche ha compartido la cama con el hom- bre inmévil. Sobre todo, cuando un dolor profundo atenaza una de sus piernas. El hombre inmévil asegura que no toda su vida mantuvo una quiewud similar. Afirma que hasta hace unos afios, podia girar el cuello a uno y otro lado. : as paredes del cuatto estén pintadas de verde, De ellas cuelgan diversos diplomas, que certfican la asombrosa destreza que posee aquel hombre para entrenat perros de conducta tan dificil como los Pastor Belga Ma- linois. El hombre inmévil suele ser trasladado diatiamente hasta un si- {ign sieuado junto a la cama. Alli el enfermero-encrenador le amarra en tomo a la cabeza el auricular del teléfono. Detrés se mantiene atada un ave de cetreria, que es encerrada en una caja de madera cada vez que ha- cen entrar a uno de las Pastor Belga Malinois en la habitacién. Elhombre inmévil posee un lbum de fotos —que sélo permite mi algunas personas, con una coeccién de genes de los mejores ee plaes de Pastor Belga Malinois del mundo. Tras aclarar que una cosa, set un hombre inmévil y ovra un retardado mental, el hombre inméxy, asegura que no hay perto tarado sino amo estuipido. De inmediato; echa a reir en forma desmesurada. £ fn la planta baja, la madre y la hermana se dedican a una extraBia labos, tiene que ver con la clasficacién de Golsas de plistico vacias. Nin- de las dos parece estar de acuerdo con el ingreso de gente extrafa cena casa. Muestran actitudes de fastdio cada vez que alguien es invita- “oa la habitacién del hombre inmovil. Ya que se le ha asignado la tazea de guiar alas visitas, el enfermero-entrenador se enfrenta a una situacién cembarazosa cada vez que llega alguien de afuera. Hace ya mucho tiem- poqueel hombre inmévil recibe tnicamente a personas relacionadas con fa crianza de los Pastor Belga Malinois. En ciertas épocas del afio, el hombre inmevil decide deshacerse de a 1no de los perros: “sélo la sangre nueva otorgaré los avances genéticos cesarios”, asegura, y se echa nuevamente a rei 37, El hombre inmévil podrfa prescindir de todos los perros, menos de An- ubis. Le serfa més ficil deshacerse de su familia, del enfermero-entre- nador o de su propia casa antes que de su animal prefetido. En caso de que eligiera al perro a la casa, es algo cruel imagindtselo, acostado junto a Annubis, 2 un lado de la via répida que une el aeropuerto con la ciu- dad. El hombre inmévil tiene la certeza de que su pesto prefetido impe- disfa, de la manera més feroz posible, que nadie se acercase a su cuerpo tendido. ese a opiniones contrarias, de falsos especialistas principalmente, el en! fermero-entrenador trata de convencer a las visitas de que el Pastor Bel. 2 Malinois es el perro ideal para cualquier persona con peculiatidades en sus cuerpos. Pone como ejemplo, al hombre inmévil, al que en vor alta delante de los presentes califica de bulto. Afirma que un perro nor- ‘mal hace tiempo se lo hubiera comido. Las vistas escuchan en silencio las palabras del enfermero-entrenador. Luego, algunos se atreven a suge- tir que no se le lame bulto al hombre inmévil. 319 E1hombre inmévil pasa la mayor parte del dia pidiendo quelle leven los perros a su habicacién. Tiene preparados distintos sonidos para recibir- fos. Algunos son casi imperceptibles. Es curioso comprobar cémo a par- tir de aquellos ruidos tan insignificantes los animales se echan, se paran, Jadran, allan, y vuelven a salir de la habitacién. Algunas vistas, y a ve- ces también el mismo enfermero-entrenador, aseguran que el hombre inmévil ha logrado dominar de esa manera alos perros porque ha dedi- cado cada minuto de su vida a observar sus conductas. Cierta ver, un sgrupo de intelectuales conocedores del caso catalogaron al hombre in- mévil como el psicélogo de perros més prominente de la ciudad. Los Pastor Belga Malinois no sélo hacen pruebas de obediencia y vale} dentro de la casa. Tal como lo certifican los diplomas que cuelgan de las patedes han participado en innumerables competencias, muchas de cx. récter internacional. Los ejemplates del hombre inmévil han sido cam: peones del ring francés principalmente, prueba de habilidades caninay due incluye rastreo, salto y valentia. Han destacado también en ees cios de defensa personal, y en deteccién de olores de sustancias narcé «as. Nadie sabe cémo, desde una tigidea tan absoluta, el hombre inmévil ha conseguido entrenar a sus perros en pruebas que exigen tanta anima: cin. El enfermero-entrenador parece tener una respuesta. Sin embargo, nnunea se atreverd a expresarla en puiblico. Se iene la impresién de que han pasado muchos enfermeros-entrenado- res por la vida del hombre inmévil. Pero con fiinguno patece haber de- srollado una relacién tan estrecha como la que mantiene con el actual. Si alguien buscara ponerle una edad definida al hombre inmévil, estaria haciendo meras especulaciones, A partir de una répida observacién fisica, se le podsfa calcular cualquier edad de entre treinta a cincuenta afi. Puede resultar un detalle curioso sefalar, que en la parte opuesta del cuar- to se encuentra colgada una jaula con media docena de pericos de Austra. lia, Al verlos, se desvanece la idea de que el ave de cetreria esté amarrada cde una de sus patas por temor a que la devoren los perros. Parece que atan- do al ave, se busca preservar mds bien la vida de los peticos. En otra de las paredes hay un gran mapa de América Latina donde, con crculos rojos, estén marcadas las ciudades en las que parece estar més desarrollada la crianza de Pastor Belga Malinois. Sélo a ciertosvisitantes la presencia de este mapa los lleva a pensar en el futuro del continente. Sobre la mesa, donde esté colocado el aparato telefnico cuyo auricular ‘mantiene el hombre inmévil atado todo el tiempo en torno a la cabera, se encuentra una ldmina a colores que muestra a més de una docena de raves espaciales recorriendo el espacio estelar. E! hombre inmévil siem: pre le pide a su hermana que deje por unos momentos su labor con las bolsas de plastico, y suba al segundo piso para recortarle algunas estam- pas. Le solicica también que inserce, en cada una de las naves, las image- res de los perros que guarda en ciertos lbumes. La hermana trata de no hacerle caso, Es més, nunca ha subido al segundo piso de la casa en la que habitan. * 325, Con cierta egularidad, el hombre inmévil le ordena al enfermero-entre- nador que le marque el niimero de teléfono de la Central de Informa- ciones. Pretende averiguar, ya en la realidad y no en el universo de las, iminas, cuéntos Pastor Belga Malinois podrian entrar en una nave es- pacial. Hay una prueba ala que, de cuando en cuando, el hombre inmévil so- mete al enfermero-entrenador. Se trata de una expetiencia hasta cierto punto insélita. Comienza cuando el hombre inmvil le pide al enferrme- ro-entrenador que juegue, en forma exagerada, con Annubis. Que lo azuce hasta pone feliz. El Pastor Belga Malinois parece ponerse muy contento con el joven vestido con ropa deportiva, quien es el nico ser hhumano con quien desde cachorro ha mantenido un contacto fisico. EL enfermero-entrenador ha sido el encargado de alimentar, asear y dar pal- madas de carifio a Annubis desde el dia en que nacié. 327 Cuando Annubis da la apatiencia de llegar a la cumbre de felicidad, el hombre inmévil, por medio de sefias le ordena al enfermero-entrenador due salga de la habitacién y lo deje a solas con el perro. El hombre in- smévil comienza entonces a emitr los sonidos necesarios para que Annu- bis lo mire fjamentey, entre otros signos, levante las orejas. Emite después un ruido, més enrevesado atin, que le avisa al enfermero-entrenador que debe entrar nuevamente al cuarto. Al verlo ingresar, Annubis se dispone a atacarlo con una fiereza indescriprible. El siguiente sonido que sale de la garganta del hombre inmévil, ffena al perro en el aire, El hombre movil reitera, en ese momento, que contintiasiendo duefio de todo el poder. El enfermero-entrenador parece gozar con la satisfaccién que la prueba con Annubis produce en el hombre inmévil. ‘Unos minutos después, el hombre inmévil acostumbra ordenar que le ‘vuelvan a marcar el ntimero de la Central de Informaciones. Parece que- rer resolver sus dudas acerca de la relacién entre los Pastor Belga Malinois y las naves espaciales. Sobre la mesa del cuarto se encuentua la limina, a colores, de las naves con los recortes de los perros pegados encima. Hla s- do el enfermero-entrenador quien ha usado las tijeras y colocado las figu- ras donde el hombre inmévil deseaba que estuvieran puestas. 329 Es tan répida la velocidad de la vor que contesta en la Central de Infor- maciones, y tan Ienta y distorsionada la que emite el hombre inmévil que, a pesar de establecerse la comunicacién, la llamada no llega a buen término. La Central de Informaciones da por finalizado el contacto an- tes de que el hombre inmévil pueda pronunciar la segunda vocal. En a planta baja, a madte y la hermana contindan con el oficio de clasi- ficacién de las bolsas de plistico. Aquel dfa no se espera ningsin vsitante, Los perros estén todos en sus lugares. En el piso de algunas jaulas hay to- davia excremento que no ha sido recogido. El hombre inmévil lo sabe pues, entre otras habilidades, tiene bastante desarrollado el sentido del olfato, Sin embargo, aque! dia parece no importarle aquella situacién. Algunos petros aullarén por no tener limpia su jaula. Otros, olerdn con insistencia tanto sus desechos como los ajenos. En lugar de preocuparse por el estado de los animales, el hombre inmévil afrmard sentir molestias cen la pierna que siempre le duele. El enfermero-entrenador deberé hacer- {e masajes. La madre y la hermana gritan desde abajo para consolarlo, El cenfermero-entrenador aprovechard ese momento para peditles a las dos mujeres su consentimiento para pasar la noche en la habitacién. ‘Mientras estén a punto de dormir —los dos juntos en la misma cama—, el hombre inmévil tiene la esperanza de que a la mafiana siguiente los despierte la llamada de la Central de Informaciones proporcionando el dato de cudntos Pastor Belga Malinois caben en una nave espacial. En tanto se materializa la esperada comunicacién, el hombre inmévil se con- suela pensando en que los cfrculos marcados sobre las ciudades del ma- pade América Latina son, sin lugar a dudas, los espacios més adecuados para que se Ileve a cabo sin tropiezos la crianza de Pastor Belga Malinois. ‘As(lo comprucban los ensayos llevados a cabo en otros planetas del sis- tema solar. Se puede pensar que en la casa del hombre inmévil nadie tiene conoci- 3 ‘miento de las circunstancias en las que fue contratado el actual enferme- ro-entrenador. Se cree que no es el primero en ocupar el puesto. Cuando se menciona al primer enfermero-entrenador, el hombre inmévil grita ‘como nunca y la hermana busca esconderse debajo dela faldas de la ma- dre. El anterior enfermero-entrenador aparece en muchas de las fotos, donde se ve al hombre inmévil compitiendo en los rings en los que ha participado. Se tata de un sujeto de escaso cabello que, en toda ocasién, usa traje y corbata. El hombre inmévil aseguza que el anterior enferme- rorentrenador odiaba a los perros, a pesar de que atenderlos era su obli- gacién principal. 333 El hombre inmévil parece haber construido sy propia historia familiar. Ha inventado una suerte de pasado para todos y cada uno de los miem- bros de la familia. Entre otras cosas, afirma que durante mucho tiempo todos estuvieron recluidos en diversas instituciones de caridad. Que se ‘mantuvieron separados por cerca de veinte afios. Para lograr estar jun- tos nuevamente, el hombre inmévil asegura que la madre inicié un lar- go recortido cuando logré ser dada de alta del establecimiento dondela mantenian recluida. Fue de ese modo que la casa fue recuperando a sus habicantes. habia crecido, el hijo se resistié, por todos los medios, a que lo sacaran de alli. Pidié a unos enfermeros que lo escondieran en los almacenes de la parte trasera. Fue encontrado horas después. Entre los extrafios soni- dos que emitié para evitar st salida, se pudo entender algo relacionado con una méquina de escribir-Aquella fue la segunda ocasién en que le era negado un aparato semejante. La primera ocurrié poco después de conocer a un nifio que le dijo que se dedicaba a escribir historias de pe- 10s héroes. 335, Segiin el relato del hombre inmévil, a hermana tenia rango de sirvienta en la institucién donde se encontraba internada. Unicamente mante- niendo esa condicién podia justificar su presencia alli y no ser echada, sin mds, ala calle. Apenas e volvieron a ver, el hombre inmévil y su her- mana se tepudiaron mutuamente. Eran dos perfectos desconocidos. Nunca se supo de qué maneta, el hombre inmévil consiguié el dinero necesario pata adquirir los primeros Pastor Belga Malinois que mante- nia en su casa. Sélo se tenfa conocimiento de que aquellos pertos habfan sido llevados a a casa por el enfermero-entienador de ese entonces. Qui- 24 es0s animales no costaron un centavo. Existe la teoria de que el pri- mer enfetmero-entrenador acept6 el empleo porque no sabfa qué hacer ccon una jaurfa de la cual era duefio. Durante los meses anteriores, la suer- te le habfa sido adversa. Se trataba de un entrenador en bancarrota. 337, Alapreciar las condiciones en que vive la familia, muchos se preguntan dedénde se consigue el dinero necesatio para pagat, ro sélo los gastos de Jos perros, sino el que ocasionan los seres humanos. El actual enfermero-entrenador llegé a la casa con el fin de cumplir co cierto requisito académico: para graduarse como enfermero debia prime 10 hacer un trabajo préctico voluntario. Pero, a pesar de que el enferme ro-entrenador el dia de hoy esté en capacidad de demostrar su expetienci con el hombre inmévil —y con eso acceder a un titulo a nombre de | nacién—, jamés se le ha ocutride regresar 2 su centro de estudios a re cabar ningin documento. Esdificil entender las circunstancias que hacen posible que el enfermero- entrenador continée en la casa sin recibir ninguna remuneracién. Cada vez que el enfermero-entrenador manifiesta su decisi6n de abandonatlo, hombre inmévil calla sus palabras con la amenaza de mandar matat a los animales. Al ofrlo, el enfermero-entrenador baja siempre al primer pi- so, All, juncoa la madre ya la hermana, cuenta que imagina una matan- za bastante salvaje. El enfermero-entrenador recrea, en esos momentos, tanto a la persona capaz de llevar a cabo la carniceria como los méodos ‘a.utilizarse. El enfermero-entrenador cree que el verdugo seré alguien conseguido a través de la Central de Informaciones. La madre y la her- mana afirman que, ante una situacién de ese tipo, se encerratian aterta- dasen alguna de las jaulas. En el momento de la matanza, e! hombre inmévil pedird que Annubig sea el primer animal sacrficado. Luego de pronunciar estas palabras, ce sentir siempre un intenso dolor en la pierna que le ducle con regula: ridad. El enfermero-entrenador abandona, entonces, todo lo que esté haciendo para comenzar un masaje terapéutico, Si el dolor no cede, cenfermero-entrenador debe introducirse en la cama del hombre inmévil ppara calentar con su cuerpo la pierna adolorida. Para logratlo lo despo- ja, primero del auricular del teléfono atado a su cabeza y luego lo lleva cargado, desde el silldn donde pasa las jornadas hasta la cama situada de- bajo de la jaula de los pericos de Australia. Después de acomodar al hombre inmévil bajo las cobijas, el enfermero- entrenador se acurruca a su lado. Pero antes desciende al primer piso a ir uno de los acostumbrados permisos para acostatse con el hijo. El hombre inmévil y el enfermero-entrenador se quedan juntos hasta la ma- fiana siguiente. En més de una ocasién el hombre inmévil ha dicho que aquélla es la inica manera de ver disipado su dolor. En cierta oportunidad un sujeto, aprendiz de instructor canino para mdf sefia, estuvo interesado en adquirir uno de los Pastor Belga Malinois del hombre inmévil. Antes de datle la direccién, el hombre inmévil somexig al sujeto a'un examen minucioso, A través del teléfono le pregunté pris

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