De acuerdo a la aprobación de una moción como lo es la pena de muerte en Colombia para delitos mayores,

mi posición en contra se debe a que un medio de reducción de los delitos que se presentan cada día, tal como
lo es la pena de muerte, ha demostrado que no se toma como el Estado quisiera que se tomase. Esta medida
ha llevado años de controversia en una constante inestabilidad, ya que, los delincuentes que llevan a cabo
todo este tipo de atrocidades en el diario vivir, no contemplan como dificultad el hecho de morir o de pasar
toda una vida privada de la libertad, y en cambio, se presenta un aumento constante, aunque hubiese existido
una medida como esta. Según estudios y análisis realizados por universidades reconocidas en el país, se ha
podido demostrar que la pena de muerte no ha servido como mecanismo de intimidación, ya que en los
resultados no se da una rebaja en los delitos cometidos a diario; esto ocurre, ya que, las formas de concebir el
presidio en la cárcel y la pena de muerte, se convierten en dependientes de factores como la sociedad en que
habita el criminal, la conducta de este, y, su forma de percibir la amenaza y la consecuencia de sus actos. A
lo largo de los años se ha tratado de imponer nuevamente, como una manera en la que se lograra castigar a
los crímenes de los poderosos y no de los miserables, sin embargo, no obtuvo el apoyo que se esperaba luego
de que en el año 1957, la Organización de las Naciones Unidas convocara a una asamblea en donde se
determinaría la abolición universal de la pena de muerte, obteniendo 9 votos en contra, otorgando en
consecuencia la reactivación de la violencia, retornando a la conversación entre los países para llegar a un
acuerdo. Se ha considerado desde entonces, que medidas como esta no generará cambios en el
comportamiento de la mayoría de los delincuentes, ya que los pensamientos que poseen se direccionan hacia
ideas asesinas, ya sean hacia sí mismos o los demás, dejando a la pena de muerte como una consecuencia sin
fundamento, otorgándole un aumento de los atentados en contra de la ley impuesta. En conclusión, la pena de
muerte puede llegar a ser un impedimento en la rectificación de cualquier error de la parte judicial,
eliminando la posibilidad de corrección y reeducación. Igualmente, no se considera una medida que genere
temor en los delincuentes, sabiendo que no siempre el individuo alcanza a reflexionar en el momento de
cometer un crimen, conociendo que contemplan la muerte como uno de los riesgos cuando cometen
actividades delictivas, de la misma forma que el militar conoce el riesgo de morir en el campo de batalla.