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¿POR QUÉ
MI
HOMBRE
ES
INFIEL?
Tienen una familia feliz, además de una compañera preocupada por los hijos,
enamorada y se llevan bien en la intimidad, pero aun así, el hombre es
engañador.
Les contaré un cuento que grafica mucho la situación. “Eran dos pájaros
carpinteros que se conocieron por Internet.
Debido a eso, nuestra raza tiene éxito. Nosotros, me refiero hombre y mujer, no
somos monógamos como las palomas que tienen una sola pareja por
naturaleza, al contrario, la naturaleza nos obliga a ser promiscuos para que
sembremos nuestros genes lo que más podamos en el mundo, y como
especie seamos los primeros en la escala alimenticia. A diferencia de nuestros
primos los animales, somos seres pensantes, racionales, hicimos leyes para
tener una convivencia segura y organizada en la civilización que tenemos.
No existe hombre fiel, y si crees que hay alguno, es que no lo han pillado aún.
Para el hombre el sexo es el sexo, sin embargo, para las mujeres que son más
racionales y sensibles que los hombres, a la larga terminan enamorándose de
su amante.
Un curita amigo decía, “la mujer es como una camioneta, sirve tanto de carga
como de paseo”. Todos sabemos que la mujer habla demasiado, algunas dicen
que el hombre es tan bruto que hay que repetirle dos veces las cosas para que
las entienda; yo creo que tienen poca capacidad de síntesis, o tal vez,
todos estamos equivocados, porque lo que encontramos como un defecto,
puede que sea una virtud que como hombres no comprendemos. Si Dios lo
hizo así, por algo será.
Les contaré una anécdota que grafica esta preferencia. “A un hombre le dieron
a elegir tres mujeres:
Una doctora famosa, una científica destacada y una mujer común y corriente,
¿a quién crees que eligió? a la que tenía el mejor trasero y pechos más
grandes”.
Déjenme relatarles una historia que vivimos con mi señora y que viene al
caso.Al cumplir cuarenta años de matrimonio, decidimos viajar a Europa
pagando en varias cuotas precio contado.
Es un lugar parecido a una pequeña villa nuestra, donde aún se conservan las
estructuras de las casas de piedra (donde vivían los adinerados) con restos de
adelantos sorprendentes para la época, cañerías de plomo para el agua que
surtió la casa, cerámicos y otras comodidades.
Lo que nos llamó la atención, fue que en sus calles de piedras se encontraban
tallados unos penes como si fueran flechas invitándonos a seguirlas.
Finalmente resultaron ser una promoción del lupanar, una casa de citas de la
época.
Llegamos al lugar del pueblo donde estaba la casa. En los muros del salón
principal, aún se pueden encontrar cuadros con diversas posiciones amatorias
que las trabajadoras sexuales mostraban a los clientes para que eligieran la
atención que deseaban tener. Las habitaciones en que los atendían eran
pequeñas, de dos por dos metros aproximadamente. Construidas con una
especie de concreto, las camas cubrían gran parte del espacio, y suponemos
que sobre ellas ponían cueros de animales para hacerlas más confortables.
Ahora, ustedes se preguntarán qué tiene que ver esto con que la mujer
mantenga su sexualidad durante toda su vida. Ahí va la relación.
Para los que son creyentes les entrego esta reflexión: Cuando Dios nos otorgó
el alma al nacer, también nos designó a nuestro compañero (a) de vida.
Les contaré una moraleja -a raíz de que las mujeres generalmente se quejan
que sus maridos no realizan mucho preámbulos al momento de amar- para que
ellos puedan practicarla.
Esa alusión del pene vale poco en casa. Hay un refrán que dice: “no importa
que sea chico, lo que importa es que sea juguetón”. Por el respeto que implica
el amor, el hombre se inhibe ante su esposa, esto ha pasado siempre, y seguirá
pasando.
Hoy no es tan diferente. Aún hay hombres que van a lugares con mujeres de
mala reputación para hacer lo mismo. El mundo es machista, y lo será por
muchísimo tiempo más. Son las mismas mujeres que dan pauta a sus hijos
para que no sean menos, pero si al niño le gustan dos o más, ¿cuál es el
comentario? “es machito el niño”, y sonríen. Pero si es la niña, dicen “esta va a
ser una suelta”.
El hombre es distinto, no tiene esa caja para guardar esos recuerdos; él apenas
se acuerda de su propio cumpleaños. Posiblemente llegará con un regalo el día
después y dirá “perdona, creí que era hoy”.
Por otra parte, al preguntarle a las mujeres viudas por su marido, dicen que
están mucho mejor sin él. No es común que una viuda tenga un buen recuerdo
de su difunto marido, ya que no escuchó decir que la naturaleza del hombre es
ser infiel.
Es la mujer quien debiese tener el dominio del mundo, ya que es ella quien
educa a sus hijos y los tiene a su lado cuando son más receptivos; es en ese
momento que los puede moldear. Esto me recuerda mucho lo que decía mi
madre:
“Los hombres no deben hacer labores de casa, para eso están las mujeres”, y
mandaba a mi hermana. Ello fomentaba el machismo, pues creía que por eso
el niño se podía feminizar.
La mujer, por naturaleza, tiene un potencial mayor que el hombre para hacer
frente a la adversidad. No es raro ver hombres mayores en un estado
lamentable por quedar solos al final de su vida.
Ellos no supieron sembrar, pues pensaron que la vejez era algo que no llegaría
nunca, pero toda fecha se cumple aunque uno no se da cuenta de cuando
llega. Sin embargo, la totalidad de las mujeres se reponen perfectamente,
siempre y cuando sean auto valentes.
Hubo una oportunidad donde pude conversar con una mujer que llevaba veinte
años sola y se veía muy feliz. Ella vendía flores en la feria; compraba almácigos
y los dividía poniéndolos en pequeños maceteros, de los cuales, lograba cerca
de diez plantas individuales. Con eso se ganaba la vida, y se sentía orgullosa
de aquel emprendimiento, a sus ochenta años.
En una oportunidad mando a matar a todas las mujeres de una tribu, ellas
construían las rucas, cuidaban a los niños, proveían de comida y
confeccionaban sus ropas. Los hombres, solo cumplían la función de brindar
seguridad para defender su tribu.
Lo anterior nos muestra que las mujeres son capaces de tomar mejores
decisiones al vivir la adversidad, ejemplo de ello son las múltiples jefas de
hogares que están a cargo de sus hijos sin ningún apoyo. Los hombres por su
parte, se dejan derrotar y se vuelcan a los vicios, aunque existen excepciones.
La edad media fue una época oscura de la humidad, debido a que las mujeres
no contaban con oportunidades de ningún tipo. Cuando esta terminó, fue
cuando ellas comenzaron a incursionar en campos que eran exclusivos para
hombres. Una de las precursoras fue Madame Curie, científica
polaca-francesa.
La mujer tuvo que luchar para tener la oportunidad de hacer válidos sus
derechos, logrando por ejemplo, la posibilidad de entrar a estudiar a la
universidad. En aquellos años, su rol en la sociedad era el de ser dueñas de
hogar, siendo preparadas para ello, frustrándoles toda inquietud que no fuese
esa.
En el siglo XIX, Eloísa Díaz (1887) se convirtió en la primera doctora en Chile y
Latinoamérica. Posterior a ella, seis mujeres más pudieron recibir el título.
Esperemos que en el siglo XXI ellas logren conseguir todas sus demandas,
pues cuentan con más apoyo y poder. Para eso, las mujeres deben estudiar
con calma las estrategias a usar, puesto que en la mayoría de las protestas que
vemos las más jóvenes recurren a su sexo, mostrando públicamente sus
pechos, lo cual no viene al caso y solo desvían su atención.
Ellos solo se fijan en sus cuerpos y así se diluyen sus peticiones, demostrando
así una falta de argumento.
En cambio, en marchas que son solo de hombres, nunca se ha visto que ex-
pongan sus genitales a la vista, salvo el caso de Patricio “Pato” Yáñez, pero
que en aquella oportunidad lo hizo con el fin de ofender a su rival deportivo.
Es la excelente memoria de las mujeres la que las hace recordar generalmente
los malos momentos, que talvez fueron muchos menos que los buenos, pero
que los guardan como una carga negativa en sus vidas.
Esto me recuerda una parábola que quizás hayan escuchado, y que habla
sobre alivianar el peso de los malos recuerdos y cómo zafarse de ellos.
Las mujeres tienen una fuerza oculta a la vista de los hombres, la cual deben
aprovechar para lograr paridad. A la vez, deben trabajar en la solidaridad de
género - pues aún existen críticas entre ellas mismas- a comparación de los
hombres que suelen ser más protectores entre ellos, siendo ésta una ventaja
por sobre ellas.
Los hombres descansan mucho en las mujeres. Ellas por ejemplo, pueden
hacer milagros con pocas cosas en la cocina y hacer platos increíbles. Esto me
recuerda aquella vez cuando estuvimos en Europa con mi mujer, donde
aprovechamos la oportunidad de ir a un concurso de mujeres, el cual estaba
patrocinado por una empresa de alimentos. Entre todas ellas, se encontraba
una chilena muy feliz de participar. La competencia era simple: cocinar con
pocos alimentos para una gran cantidad de hombres.
“Revisando el desván encontré entre las cosas que dejó la abuela, una
amarillenta carta de mi abuelo que le escribió antes de morir, y que refleja el
gran amor que se tuvieron.
Querida y amada esposa:
Aquí estoy, al ver mi cabellera que refleja los años trascurridos, te quiero
reiterar la promesa que te hice frente al altar: “hasta que la muerte nos
separe”.
Por nuestro hijo, nuestro nieto, nuestra vida…y el mayor aporte lo has puesto
tú.
Me comparo con el mar, y a ti con una frágil barca, en apariencia, pero fuerte
en la adversidad. Cuando yo agitaba las aguas, tú siempre lograste llevarnos
a puerto seguro.
Hoy el camino se está acabando, mis pupilas están opacas y eso algo me
quiere decir, solo Dios sabe cuantos truenos y relámpagos mas veremos
juntos, espero que muchos.