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Diabetes en el niño y el adolescente

JOSÉ A. DE LA OSA

El cuerpo necesita insulina, una hormona producida en el páncreas, para convertir en energía la
glucosa, el principal azúcar de la sangre. En las personas con diabetes, el páncreas deja de
producir insulina y, como resultado, la glucosa se acumula en la sangre y daña los vasos
sanguíneos, los nervios y algunos órganos. El término diabetes, por su etimología griega, significa
"orinar mucho", y mellitus, miel, por la eliminación de una gran cantidad de glucosa por la orina.

PROFESOR REGINO PIÑEIRO LAMAS.

En el niño y el adolescente la diabetes más frecuente es el


tipo 1 (insulino-dependiente). Requiere tratamiento con
insulina porque ocurre un déficit total de esta hormona.
Existen además la llamada diabetes mellitus tipo 2 (no
insulino-dependiente), que suele aparecer en obesos después
de los 40 años, y se origina por la resistencia que presentan
los tejidos para utilizar la insulina, cuya producción se hace
insuficiente para mantener los niveles de glucemia normales;
y la diabetes gestacional, que aqueja como promedio a cinco
de cada 100 embarazadas en Cuba.

Nuestro consultante es el doctor Regino Piñeiro Lamas, profesor auxiliar y especialista de segundo
grado en Endocrinología, jefe del Departamento de esa especialidad en el Hospital Universitario
Pediátrico Juan Manuel Márquez, de esta capital.

— ¿Desde qué tan temprana edad puede presentarse la diabetes?

— La diabetes mellitus tipo 1 puede iniciarse desde etapa tan temprana como en el lactante. Ahora
bien, su aparición es más común de 5 a 7 años de edad y en la pubertad. No existen diferencias en
cuanto al sexo.

— ¿Se nace con la predisposición de este padecimiento?

— Sí, pero es necesario que existan factores ambientales para que se desarrolle. En un 90% de
estos pacientes se comprueba el origen autoinmune de la enfermedad (el sistema de defensa
reacciona frente a componentes del organismo como si fueran sustancias extrañas), por la
presencia al inicio de diferentes anticuerpos en la sangre producidos por el organismo contra la
célula Beta del páncreas, productora de la insulina.

— ¿Comprobadamente el medio ambiente ejerce alguna influencia?

— Ciertamente el medio ambiente presenta el factor desencadenante para el desarrollo de la


diabetes. Se han señalado principalmente determinadas infecciones virales como factores
predisponentes.

— ¿Y la obesidad en la infancia?

— La obesidad tiene gran influencia en la aparición de la diabetes mellitus tipo 2, que en la


actualidad, debido al incremento de la obesidad en nuestro país, ha aumentado su aparición sobre
todo en adolescentes.
— ¿Cuáles son las manifestaciones principales que pueden alertar a los padres?

— El niño empieza a orinar frecuentemente, a veces comienza a orinarse en la cama cuando ya


había dejado de hacerlo, toma mucha agua, se siente cansado, con fatigas, pierde peso, no
obstante tener mayor apetito. Hemos visto a maestros que al notar que el niño se levanta mucho
en la clase para ir al baño, les han sugerido a los padres acudir al médico para descartar la
enfermedad.

—¿Qué procederes se requieren para lograr el diagnóstico?

— Un análisis de la glucemia, para conocer la presencia o no de azúcar en sangre, y la


determinación de glucosa en orina. Cifras de glucemia en ayunas mayores de 7 milimoles por litro,
o en cualquier momento del día mayores de 11 mmol/l, indican una diabetes. El retraso en acudir al
médico puede comportar un diagnóstico demorado y, por tanto, la aparición de complicaciones
como vómitos, deshidratación y acidosis (cetoacidosis diabética).

— Le pediría ahora trazar algunas pautas generales en cuanto a la alimentación del niño
diabético.

— Debe contener igual número de kilocalorías que las del niño no diabético. Lo que varía son las
proporciones de grasa y carbohidratos. Los carbohidratos de absorción rápida que existen en los
dulces, helados y refrescos, por ejemplo, no son recomendados porque elevan la glucemia
rápidamente. Las grasas se limitan para evitar futuras complicaciones vasculares de la enfermedad
por aterosclerosis. Recomendamos en la dieta la ingestión de frutas naturales en las meriendas y
los vegetales en las comidas por sus efectos beneficiosos.

— ¿La restricción de ciertos alimentos apetecidos por el niño, como los dulces, helados y
refrescos que usted señala, puede tener alguna repercusión desfavorable desde el punto de
vista psicológico?...

— Al inicio del tratamiento, principalmente en los niños de menos edad, la omisión en su dieta de
ciertos alimentos que les pueden subir su glucemia les resulta molesto, pero con un manejo familiar
adecuado, evitando el ocio y la ansiedad que pueden incrementar el apetito, logran adaptarse al
esquema adecuado de alimentación para su enfermedad, sin producirles repercusión psicológica
desfavorable.

Biblio grafia

http://www.granma.cubaweb.cu/salud/consultas/d/c17.html

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