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En todos los casos, debemos tener cuidado con el riego y las normativas del
vecindario.
La respuesta es no. El espacio, ubicación y recipientes de cultivo son limitantes
importantes en este aspecto. También el tiempo disponible para su cuidado ya
que si tenemos largos periodos de ausencia dificulta enormemente su
cuidado: son seres vivos con atenciones mínimas pero continuas.
Un buen consejo es pasear por los campos lindantes de la zona. Estos nos mostrarán
las especies de hortícolas y frutales más apropiados ya que los agricultores
cultivan aquellas especies que mejor se desarrollan en sus campos.
A partir de ahí, no está de más recurrir al asesoramientos de la floristería o el
centro de jardinería más cercano. Estos a su vez nos pueden proveer de las
semillas, planteles, sustratos, recipientes, etc. más adecuados según nuestras
necesidades.
Podemos afirmar que bien cultivados, incluso mejor. Es una gozada comerse una
fresa, un tomate o un rabanito recién recolectado.
Como en todo, cuando las cosas se hacen bien, los resultados también son
buenos e incluso excelentes.
Hay que conocer la variedad a sembrar y las condiciones propias de cada una de ellas.
Estos datos vienen bastante bien indicados en el propio sobre de semilla.
En todos los casos es muy importante que una vez hemos realizado la
siembra, no le falte humedad al sustrato hasta que la germinación esté
completada y las plántulas tengan de dos a cuatro hojitas verdaderas (los
cotiledones no cuentan).
Pero también es cierto que las necesidades de cada especie suele variar de
unas a otras. Por lo tanto, dar un dato concreto y genérico es un error.
Por dar unos consejos, que en todo caso deben de entenderse como base
orientativa, pueden ser:
Luz: Evitar tener las plantas apiñadas para que crezcan más compactas,
bien aireadas y con ello conseguiremos además plantas más sanas porque las
plagas y enfermedades tendrán peores condiciones para su desarrollo.
Tierra: Elegir normalmente los sustratos porosos y que drenen bien,
adecuadamente fertilizados y sobre todo poner a disposición de la planta la
cantidad suficiente.