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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL SANTA

FACULTAD DE EDUCACIÓN Y HUMANIDADES

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE


EDUCACIÓN PRIMARIA

TUTORÍA Y ORIENTACIÓN EDUCATIVA PARA


ESTUDIANTES Y PADRES DE FAMILIA

“OBSERVACIÓN, ENTREVISTA Y MOTIVACIÓN”

DOCENTE: DE LA CRUZ MUÑOZ JULISSA

NUEVO CHIMBOTE, 2020


MOTIVACIÓN

1. Conceptos básicos

La vida es fundamentalmente evolución, actividad y desarrollo. Todos estamos


en continua actividad y hasta las personas más perezosas hacen una serie
constante de actividades. ¿Por qué nos movemos, actuamos, nos interesamos
por las cosas y nos inquietamos sin cesar?. El estudio de la motivación, pues, no
es otra cosa que el intento de averiguar, desde el punto de vista de la psicología,
a qué obedecen todas esas necesidades, deseos y actividades, es decir,
investiga la explicación de las propias acciones humanas: ¿Qué es lo que motiva
a alguien a hacer algo? ¿Cuáles son los determinantes que incitan? Cuando se
produce un comportamiento extraordinario de algún individuo siempre no parece
sospechoso. Frecuentemente intentamos explicar el patrón diferente haciendo
referencia a los motivos, por ejemplo, si alguien triunfa en la bolsa
escucharíamos el típico comentario que cita el dinero como motivación para
dicho individuo. Se tata de estudiar los impulsos, tendencias y estímulos que
acosan constantemente nuestra vida y nuestro organismo y que nos llevan,
queramos o no, a la acción. Basándonos en esta afirmación se puede decir que
cualquiera que intente responder a estos interrogantes está intentando explicar l
motivación. Los psicólogos que estudian la motivación procuran comprobar las
explicaciones de estos hechos mediante el estudio experimental. Algunos
psicólogos tratan de explicar la motivación desde los mecanismos fisiológicos.
Por eso son importantes los descubrimientos relativos al control de la acción por
partes del cerebro como el hipotálamo, el sistema activador reticular y el sistema
límbico. Otros en cambio buscan los determinantes de la acción en términos de
conducta y comportamientos.

Otro punto a destacar es que cuando hablamos de conducta motivada la


estamos diferenciando claramente de conducta instintiva. Mientras una conducta
instintiva no requiere “voluntad” por parte del sujeto, la conducta motivada sí que
la requiere. Así pues no conviene confundir la motivación con los estímulos ni
con los instintos; los tres impulsan a actuar; pero su origen y sus funciones son
muy diferentes como su propio nombre indica la conducta motivada requiere un
motivo por el cual ponerse en marcha. Una conducta está motivada cuando se
dirige claramente hacia una meta. El motivo es algo que nos impulsa a actuar. El
motivo se presenta siempre como un impulso, una tendencia, un deseo, una
necesidad… no todos los motivos tienen un mismo origen, ni son de la misma
intensidad, ni tienden hacia las mismas cosas. Pero, sin embargo, se puede
decir que el campo de la motivación abarca la totalidad del psiquis humano
comprendiendo una gama amplísima de móviles que incitan al hombre
constantemente a actuar. Así podemos señalar móviles que van desde los
impulsos más elementales, como el hambre, el sueño …, hasta los más
complicados y complejos como puede ser el impulso o deseo de cierta persona
a ser ingeniero de telecomunicaciones, periodista, maestro. Así pues vemos que
toda actividad esta motivada por algo, y ese algo es lo que hemos llamado
motivo. Motivo es, pues, lo que nos impulsa a la acción, a la actividad. Esta
actividad motivada es como un circuito cerrado en el que se pueden distinguir
tres momentos principales: motivo, conducta motivada y disminución o
satisfacción de la necesidad.

2. Motivación y homeostasis

Este tipo de teorías explica las conductas que se originan por desequilibrios
fisiológicos como pueden ser el hambre, la sed… pero también sirven para
explicar las conductas que originadas en desequilibrios psicológicos o mentales
producidos por emociones o por enfermedades mentales que también suponen
la reducción de una tensión que reequilibra el organismo.

La homeostasis es un mecanismo orgánico y psicológico de control destinado a


mantener el equilibrio dentro de las condiciones fisiológicas internas del
organismo y de la psiquis. Consiste en un proceso regulador de una serie de
elementos que han de mantenerse dentro de unos límites determinados, pues
de lo contrario peligraría la vida del organismo. Así conocemos que existe una
serie de elementos y funciones que han de estar perfectamente regulados y
cuyo desequilibrio sería de consecuencias fatales para la vida; por ejemplo, la
temperatura, la tensión arterial, cantidad de glucosa o de urea en la sangre…
estas y otras funciones están reguladas y controladas por los mecanismos
homeostáticos, y cada vez que surge una alteración en uno de estos elementos
y funciones, el organismo regula y equilibra la situación poniendo en marcha una
serie de recursos aptos para ello. Entre los autores más representativos de esta
corriente podemos señalar a Hull, a Freíd y a Lewin entre otros.

3. Características de la conducta motivada


a) La conducta motivada es cíclica: Se despierta un motivo o impulso
luego se presenta una serie de conductas durante las cuales el sujeto
busca un medio de satisfacer o reducir el impulso y finalmente, se llega
a algún objetivo por el cual el motivo lo reduce o termina.

4. Clases o tipos de motivos

a) Motivos biosociales:
Son los que se originan en las necesidades biológicas y los procesos de
autorregulación del organismo. Son innatos, es decir, no aprendidos y
están presentes en todos los miembros de la misma especie, tales
como: el hambre, la sed, los impulsos sexuales, el ciclo vital del sueño y
vigilia, la regulación de la temperatura, la eliminación, la evitación del
dolor y la respiración.

b) Motivos sociales:
Son aprendidos y no regulan ningún proceso, carencia o necesidad
fisiológica. sin embargo, activado el motivo busca que satisfacer
necesidades psicosociales, como por ejemplo, la mujer que busca
mediante la cirugía estética mejorar alguna parte de su cuerpo, la
cirugía a la nariz, el aumento de senos o cadera; no regula ni calma
ninguna necesidad fisiológica. Satisface sí, en cambio, la necesidad
estética de verse bien (vanidad). El comprar un auto tampoco satisface
o calma ninguna necesidad fisiológica.

Existen muchos motivo psicosociales y no se presentan con frecuencia


en todos los miembros de la misma especie, por cuanto estos obedecen
a características individuales de aprendizaje social y familiar en cada
cultura.

La necesidad de compañía, de afecto, de adquisición, de éxito, posición o


status, de vivienda, etc. Son claros ejemplos de motivos psicosociales.
Lo que no debemos olvidar es que los motivos psicosociales actúan de
la misma forma que los motivos biosociales, dan energía y dirigen la
conducta hacia un determinado objetivo.

5. Expresiones de motivación

Según Revé (1995) existen tres categorías de actividad que expresan la


motivación: conducta abierta, filosofía y auto – informe.

5.1. Conducta abierta:


Hay seis factores de la conducta que pueden ser indicativos de la presencia e
intensidad de un motivo.
a) Latencia: Es el tiempo que tarda en producirse una respuesta tras
exposición a un estímulo. Por ejemplo, un psicólogo infantil que cree en
las teorías del apego inferirá un mayor nivel de “ansiedad de separación”
en un niño que se pone a llorar en cuanto lo separan de su madre que
en un niño que llora momentos u horas más tarde. En este ejemplo, la
latencia seria los segundos u horas transcurridos entre la separación
(estímulo) y el llanto (la respuesta). Como regla general, a menor
latencia de respuestas, mayor la intensidad del motivo inferido.

b) Persistencia: Es el intervalo de tiempo entre el comienzo de una


respuesta y su cese. En el ejemplo de la separación entre madre e hijo,
la persistencia sería lo segundos o minutos durante los que el niño llora.
La persistencia de la respuesta es proporcional a la intensidad del
motivo de esa conducta (y proporcionalmente inversa a la intensidad del
motivo por realizar una conducta alternativa). De la persona que trabaja
durante mucho tiempo para resolver una fórmula se dice que tiene un
motivo más intenso que la persona que deja de intentar resolver fórmula
al poco tiempo de empezar.

c) Elección o preferencia: Sitúa al individuo frente a dos estímulos y


le pide que participe voluntariamente en uno u otro. Generalmente, las
personas disponen de varias opciones de conducta de las que escogen
una. Sin embargo, a los sujetos se les suele pedir que elijan entre dos
posibilidades. Por ejemplo, en estudios del comportamiento altruista, los
sujetos tienen que elegir entre ayudar o no ayudar a un desconocido en
apuros. Los participantes que optan por ayudar expresan más motivo de
ayuda que los sujetos que no deciden ayudar.

d) Amplitud: Es la intensidad de respuesta de un individuo ante un


estímulo. En un estudio de las reacciones masculinas ante fotografías de
mujeres atractivas, se evaluó el diámetro de las pupilas de cada hombre
mientras observaba diez fotografías distintas. La inferencia que se hizo
fue que la atracción de los hombres hacia cada fotografía estaba
relacionada con el aumento del tamaño de sus pupilas. Cuanto más
intensa es la conducta, mayor será la fuerza del motivo inferido. En el
ejemplo de las fotografías, cuanto mayor era el diámetro de la pupila,
mayor la atracción inferida.
e) Probabilidad de respuesta: Se refiere a las ocasiones en las que
se produce una respuesta dirigida hacia una meta en proporción al
número de oportunidades de que se dé la respuesta. Si dos personas
son puesta en una situación diez veces, se infiere que la persona que
produce la respuesta ocho veces tiene un motivo más intenso que la
persona que produce la respuesta tres veces. La persona que telefonea
sus amigos ocho de cada diez noches expresa un mayor motivo de
afiliación que la persona que los telefonea tres de cada diez noches.

f) Expresiones faciales y corporales: Comunican, en parte, los


aspectos emocionales que están presentes en la conducta motivada.
Una sonrisa transmite alegría o alivio mientras que las cejas subidas y la
mandíbula caída indican sorpresa. Las expresiones faciales comunican
tanto la naturaleza de la expresión emocional como su intensidad, como
por ejemplo la diferencia entre una sonrisa amplia y una leve. También
la postura, los cambios de posición y los movimientos de los brazos, las
piernas y las manos (por ejemplo, un puño cerrado) comunican la
presencia e intensidad de motivos y emociones.

Estos seis aspectos o factores de la conducta ofrecen datos observables


de los que se puede inferir la motivación. Cuando la conducta tiene una
latencia corta, una persistencia larga, una alta probabilidad de
producirse, es intensa, e incluye expresividad facial o de gestos,
entonces existen datos a partir de lo cuales se puede inferir un motivo
relativamente intenso. Cuando la conducta tiene una latencia larga, poca
persistencia, baja probabilidad de producirse y no es intensa e incluye
poca expresividad facial y de gestos, o si el individuo persigue un objeto
– meta alternativo, entonces se puede inferir la ausencia de un motivo, o
al menos uno bastante débil.

5.2. Fisiología:

Cuando las personas se preparan para realizar actividades varias, el sistema


nervioso y el sistema endocrino fabrican y liberan diversas sustancias químicas
(por ejemplo, neurotransmisores, hormonas). En el transcurso de un
conferencia, por ejemplo, los ponentes viven un intenso estrés emocional que se
manifiesta fisiológicamente mediante el aumento de las catecolaminas
plasmáticas (por ejemplo, “adrenalina”) y el colesterol plasmático.
Para poder medir los cambios neuronales y hormonales, los investigadores en
motivación utilizan análisis de sangre, saliva, orina y equipos eléctricos muy
sofisticados. Con estos tests se puede medir el ritmo cardíaco, la presión
sanguínea, el ritmo respiratorio, el diámetro de las pupilas, la conductancia de la
piel y demás índices del funcionamiento fisiológico.

5.3. Auto informe:

Otra manera de evaluar la motivación e pedirle a la persona un auto = informe de


su nivel de motivación. Esto se puede hacer en una entrevista o mediante un
cuestionario. El entrevistador puede inferir el nivel de ansiedad del entrevistado
cuando interactúa con desconocidos preguntándole cuánta ansiedad siente o
pidiéndole que informe sobre cualquier síntoma de ansiedad que puede tener,
como por ejemplo dolor de barriga, sudor de manos, o pensamientos
autocríticos. También se puede plantear estas mismas preguntas en un
cuestionario de papel y lápiz.

Las ventajas de los cuestionarios es que son fáciles de administrar, permiten


recabar la información exacta, y le dan a la persona que responde varias
opciones de respuesta a una pregunta concreta. Sin embargo, hay al menos dos
razones por las que las puntuaciones de auto – informe puede que no
correspondan con el nivel real de motivación. Primero, las personas pueden
distorsionar sus auto – informes deliberadamente para dar puntuaciones
socialmente deseables. Segundo, las personas pueden desconocer sus propios
motivos. Resulta una tarea difícil aún cuando se esta haciendo totalmente
honesto, informar sobre el deseo sexual, los esfuerzos de logro, o el nivel de
temor que se pueda sentir o tener en un momento dado. Además de los
problemas de deseabilidad social y nivel de conciencia, los auto informes
también piden informaciones retrospectivas por lo que su exactitud depende de
la memoria de la persona lo que descarta su aplicación a animales, bebés o
personas con discapacidad verbal.

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