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Crítica del método evangelístico actual: sintético y sin presentar los componentes cruciales del Evangelio de Cristo, lo que lleva a falsas profesiones de fe. En el segundo capítulo pone de presente la importancia de la predicación de la Ley de Dios como elemento fundamental en el conocimiento de la condición del hombre frente al Dios Santo.
Título original
02_El evangelio de hoy_Auténtico o sintético (Cap. 2) - La predicación de la Ley de Dios_Walter J. Chantry
Crítica del método evangelístico actual: sintético y sin presentar los componentes cruciales del Evangelio de Cristo, lo que lleva a falsas profesiones de fe. En el segundo capítulo pone de presente la importancia de la predicación de la Ley de Dios como elemento fundamental en el conocimiento de la condición del hombre frente al Dios Santo.
Crítica del método evangelístico actual: sintético y sin presentar los componentes cruciales del Evangelio de Cristo, lo que lleva a falsas profesiones de fe. En el segundo capítulo pone de presente la importancia de la predicación de la Ley de Dios como elemento fundamental en el conocimiento de la condición del hombre frente al Dios Santo.
ensalce la naturaleza de Dios. Sigamos el
ejemplo de Jesus en su trato con el joven
38
2
LA PREDICACION DE LA
LEY DE DIOS
Los mendamiontos sabes: No adulteres, No mates. No
Inacio digas fleotestimonto. No defender, How
tala ru padre '¢ madre. El entonces, rexpondiendo,
[8 dijo: Maestro, todo esto lo he parade desde mi
Juventad. Entoices les, mivindoke I amis 9 fede
Una eoga te fala: anda: vende todo fo que tenes»
Lalo oe pobres
(Marcos 10:19:21).
‘mandamientos
Los primeros nue1
Cuanto més de cerca analizamos el mensaje
del Senor al rico pecador, tanto mis sor:
prendente se hace el contraste con el evan.
Belismo moderno. Después de mencionar la
Santidad de Dios, Jests dedicé la mayor parte
del resto de la entrevista para hablar de la
39santa ley de Dios’, en particular segin se
Fesume en los Dies Mandamientos
En cierto sentido, la primera observacién
ue le hizo.al joven rica se eferfa ln per-
cia Ley de Diok La ley moral revelael cardcter
de Dios. Un conocimientodistorsionade de Dios
habia impedido al joven honrar al Sefor de
scterdo con los primeros cuatro mandamien-
tn Frei alt itr os hombres
Dios La eprension de J
nuestro personafe de haber quebrantad la
“primera tabla de la Ley”
Nitestro Sehor siguid con una cita expli-
cia de onsets cio mandate ane
ho en sa orden exact, ¢No parece, eto una
contestacién extrafia a la pregunta: ¢"Qué haré
para heredar la vida eterna’®, Con toda tegu-
Ridad Jess no pensaba que aguel joven podia
alcanzar la vida eterna obsdeciendo la Ley.
SET hombre no es justticado por las obras de
Ia ey, sino por la fe de Jesuersto.. por cuan-
to por las obras de la ley NADIE sera justi
ficado,” (Galatas 2:16), gPor qué no hablé Jestis
del don gratuito ofresido 2 todos? jEso es!
ePor qué no ofrecerse a s{ mismo como "Sal~
Vador personal"? ¢Por qué presta tanta aten-
cién ala ley?
1a Lay de Dios en ste Captalo
ey mora ae co eer bas
cher ceremonies 9 eines no se comtnpian
40
1A PREDICACION DE LA LEY BE 10
(Una er mas dbemos recordar aus Jess
es mejor evangelista que cualquieia de no.
Sotres! Lector, empicee a juzear su propio
mensaje por ef mensaje de El,y no al reves,
a Ley de Dios es un ingrediente esencial de
In predicacion del evangelio, pues “por medio
deli ley es el eonocimiento del pecado™ (om:
220), Ee ausenca de a santa ey de Bios de
i predicacién moderna ex quizé tan fespon
sable como cuslguier ‘oto factor de la
itypotenia evanglizadora de muestas ple
slas-y-mistones,
El joven noble estaba perplejo. No te
ni idea de To que le fataba part recibir Ia
vida eterna. ¢A\quién habta ofendido? 2Oue
habia hecho pars ofender a Dios? Cuando
Testis Ie ecitd Ia lista de mandamientos, al
hombre se absolvié sinceramente de toda ul-
Pabilided, Jess dijor "No cometerds adulte-
Flo.” El joven rico se djor "Completament
wocente.” ¥ asf continu, Jens sigule. pre-
sondndoie con la ley hasta que ss ojos ciegos
mpetaran er, de verdad, sw propo bes
ado, Solamente con la ivy de la ley se pusde
dgjar al deseubierto la alimada del pecado
‘que hay en el corazén
Despues de todo zque es el pecado? La
respuesta de la Biblia s¢ encuentfa en I Juan
Ba Mtode aauel que comete peeadoy In.
fringe tambien ta fey; pues el’ pecado es
infraccién de la ley." La palabra *pecado"
41no tiene sentide aparte de la justa ley de
Dios. Cémo posta entender cl joven rico st
pecado si entendfa mali ley de Dios? :Como
Polen los pecadores de nuestro tiempo, que
Son completamente ignorantes de la santa
icy’ de Dios y de lo que les exge, verse asf
mismos coma pecadores condenadon? a iden
de peeado lew ex exteata porque la santa ley
de Dios esta aasente de su mente.
La prictica evangélics normal es ir
corriendo a la cry de Cristo. Pero la crur
no significa nada fuera de la iey. El horeble
ficient de nso Seor pace una cova
‘ragiea y sin sentido a los ojos de quien no
tenga tla reverents extimn por los mandee
micntos perfectos. En la cru Jesus sasha:
‘ia las justas demandas de ls ley contra los
‘pecadores. Silos pecadores no son consclentes
delay exigenciat que lex hace el Decdlogo,
ne veri niogisn Lipailiendo personel exe
uerpo quebrantade de Jesis hi en la sangre
derramada. Sin el conocimiento. de in cone
denacion que pronuncta la santa ley de Dios,
in cruz dospertart en los pocedores cierio
precio, pero no una fésalvedora: Cristo fue
ofrecido para ser una propiciacion (Rom. 3:25)
sea, el objeto nustitinorio. de la ira de
Dios derramada por causa de la ley vioiada,
{Que sentido tenia el ofrccerie # squel
hombre la salvacion cuando solo tenfa una
vaga percepeién del peligro? Aunque tenia
2
dudas sobre si heredarfa Ja vida eterna, lo
lero es que no se consideraba un transgre-
sor de la ley. Pero “el pecado es infraccion
de Ia ley" (I Juan 3:4). Lo que en realidad
estaba diciendo era que no tenia pecado, Pero
Jests vino “no para llamar a justos, sino a
pecadores al arrepentimiento”. (Luc. 5:32).
Hasta que este moralista legara a ver su alma
a la luz de la ley de Dios, no estaba prepa
rado para el evangelio.
La predicacién de nuestros dias solamente
admite de labios el concepto de que el hom=
bre debe reconocerse primero como peca
dor antes de que abrace al Salvador genui-
namente. Los tratados que generalmente se
lsan para festificar, insisten en la pregunta:
‘Crees que todos los hombres son pecado:
res?” Si hay alguna vacilacion, se puede relorzar
la idea con el texto que dice: “Porque todos
pecaron y estan destituidos de la gloria de
Dios”. (Rom. 3:23). No debe haber hombre
viviente, incluyendo al pecador mas endure-
cido, que niegue esta amplia afirmacion.
Cualguiera responderia: ” Por suptesto, soy
menos santo que Dios. Nadie es perfecto.”
El joven rico habria admitido esto. Pero ello.
no significa un reconocimiento del pecado,
ues seguirfa negando que era un mentiro-
So, un adultero 0 un ladrén,
Hay multitud de cristianos que tienen
tun miedo terrible de la ley de Dios, como si
4aee ene eee
psaiiee rs ean gis ete
eae ed ets
Seiececeic he co ees
ea see ee aes
tostapro alesse See ge ean
ire et iad cana
Seba deseo eae
inane del sede ai ae
tect de eos Sern 20 2 alae
sora
ces receipes ceca Bae
aicertamen fru pe gl
ek eae eee
{LA PREDICACION DB LA L2Y 0 D105
rms ignorancia del ey de Dios que en muchas
meraciones anteriores. El piipito ignora
‘todo 20. incluso los miembros de la igle
sia degprecian eleuarto mandamiento: "Acuér-
date del dia de reposo" gcomo puede sen-
tirse el mundo culpable por wt abandono de
Ia adoraclén? Por miedo de ofender ala teologia
Darata, que no tiene interés en la ley de Dios,
muchos predicadores guerdan silencio sobre
tse elemento de a verdad que tanto se necesita
fn este momento,
‘Satanda ha empleado con éxito una in-
seniosa estratagema pars silenclar Ia ley,
due es necesaria como instrumento para le-
Var a Cristo los pecadares que perecen. La
‘ugereacia es que la ley y el'amor son enc
tmigor irreconelliables; son cosas opuestas
Sifesimente eatin econo Tos homies
elegiran el amor y desdenarén Ia ley; pues
nadie se atreverfa'a despreciar clamor. Ast,
el Maligno ha declarado que el amor es
independiente de la ley y contrario a ella.
Ta Santa Escritura lo dice precisamente
al revés. La ley y el amor ton mutuamente
fines. Jesds ensehaba claramente que la ley
hho demandaba otra cosa que el amor. Los
mmandamientos justos pueden resuimirse ast
sAmards al Sefior tu Dios con todo tw
Corazdn, ¥ con toda tu alma, y con toda
tu mente... Amards a tu préjimo como
454a ti mismo. De estos dos mandamien
tos depende toda ia ley y los profetas.»
(Mateo 22:37-40)
La ley no es ni mds ni menos que una
exposicion de las exigencias del amor.
De la misma manera, cl Sefior definis el
amor por referencia a Ia ley. La repeticion
de este punto es sorprendente: “Si me amdis,
guardad mis mandamientos.” Juan 14:15). "Ei
Que tiene mis mandamientos y los guarda, ése
es el que me ama.” (Juan 14:21). El amor no
se puede expresar sin el patron de la ley, y Ia
Tey no se puede obedecer espiritualmente si
nno es por la motivacién del amor.
El apéstol Juan dijo claramente: “Pues
éste es el amor a Dios, que guardemos sus
mandamientos; y sus mandamientos no son
gravosos". (J Juan 5:3). El amor hace que la
ley sea deleitable. Cualguiera que ama a Dios
se deleita en obedecer sus preceptos. Aquel
que ame a Dios, dira como David: "Gufame
por la senda de tus mandamlentos, porque
en ella tengo mi voluntad.” (Salmo 119:35).
Para el hombre natural las leyes de Dios son
como cadenas o como la dura imposicion
de la voluntad de un gobernante. De ese modo,
Talley revela que en ellhombre hay una ausencia
de amor a Dios y al projimo. Si su corazén
fuera amoroso, no encontraria que la ley le
es gravosa.
46
De la misma manera que el amor hace
que la ley sea deleitable, asi la ley hace que
el amor sea practico. El amor que no se ex:
presa, morira. La persona verdaderamente
amorosa se pregunta: "gComo puedo expre:
Sar mis afectos?" Los santos mandamientos
de Dios dan la respuesta. Son desahogos de
la devocién a Dios, como nos dice 1 Juan
5:3 . Son también ayudas para mostrar el
amor al projimo, segiin afirma Romanos 13:8-
10 con tanta claridad
No debs a nadie nada, sino el amaros
unos a otros; porque el que ama al prji-
‘mo, ha cumplido fa ley: Porque: no adul-
terards, no matards, no hurtards, no dinds
falso testimonio, no codiciards, y cualquier
(tro mandonient, en esa sentence resume:
‘Amaras a tu préjimo como a ti mismo, El
amor no hace mal al préjimo; ast que el
Gumplimiento de la ley e3 el amor.
La ley ¥ el amor no estén en desacucr-
do. Elconflicto surge entre la ley y la gracia
en cuanto camino de salvacin. La ley no le
a al pecador un camino de salvacion. Lo
{ue hace es matarle, o sea, humillarie, y hacer
que corra a buscar refugio en la gracia de
Dios, en cuanto su tnica esperanza de jus
tifieacin. La salvacién es por la gracia, mediante
la'fe sélo (Bfesios 2:8)
aPero ese no quiere decir que Ia ley sea
{nati para el evangelismo. Es inutil en cuanto
norma para ganarse la aprobacién de Dios,
"Ya que por las obras de la ley ningn ser
humano sera justificado delante de él” (Ro-
manos 3:20), Sin embargo, Pablo blandié
ostensiblemente la espada de Ia ley en el
comienzo de la carta a los Romanos. Esto
lo hizo "para que toda boea se cierre y todo
sl mundo quede bajo el juicio de Dios... porque
por medio de la ley es el conocimiento del
pecado,” (Romanos 3:19-20),
TEs esencial hacer una declaracién de los
mandamientos para mostrarle al pecador su
corazén lieno de odio hacia Dios y de ene.
rmistad hacia su projimo. Sélo entonces corrers
el pecador a refugiarse en la gracia de Dios,
que es en Jesueristo, para proveerle de ju
ticia y amor.
La gente no va a Jesucristo porque no
tiene conciencia de haber pecado contra el
Sefior. No estén convencidos de ser pecado-
res porque no saben lo que es el pecado. Y
no tienen un concepto de lo que es el pec:
do porque no se les ha predicado Ia ley. No
basta improvisar una apresurada declaracion
diciendo: "todos han pecado". Se debe ex-
plicar esta cuestion en profundidad. Hay que
ensehiar los Diez Mandamientos basta que
las almas se sientan como muertas por ellos
(Romanos 7:11). «Cuando se comprueba que
48
las almas han sido heridas por la ley, enton-
ces es el momento de derramar el bélsamo
del evangelio. La aguda aguja de la ley abre
el camino al cordén de grana del evange-
lios!
El Maestro vio que el conocimiento que el
joven tenia de los mandamientos era super-
ficial. Al mencionarle un requisita, el pobre
¥y confundido joven se declaré inocente. Los
mandamientos no exigen sélo un conducta
externa ejemplar. Este joven tenia que aprender
que “la ley es espiritual” (Romanos 7:14),
Quiza admitia la estricta autoridad externa
de la Tey, pero no vela que la ley hace de-
mandas sobre los pensamientos ¢ intencio-
nes del corazén. Por esa razén el Sefior tuvo
que entrar més a fondo en la predicacién de
Isley. Tuvo que usarla como una sonda para
producir dolor en lo profundo del alma
El Sefior podia haber afadido una api
cacién espiritual a cualquiera de los manda.
‘mientos, como hizo en el Sermén dela Montatia,
in el caso de "No cometerds adulterio”, podia
haber explicado: "cualquiera que mira a
luna mujer para codiciarla, ya adulters con
ella en su corazén.” (Mateo 8:28). Igualmente,
jcimo Mandamiento
4, Samuel alton
0od haber, ampliad el No mata",
Frond que “cualquiera que se enole contra
Su hermano sera culpable de jicio™ (Mateo
Si22), Pero el “buen Macstro* esperd para
poner el dedo en el pecndo més acariciade
Enel corazén del joven rico
‘Cando Jess le dijo: “Vende lo que tienes
¥ dalo's lox pobres, le estaba predicando el
cine mandamiento de una manera aplcatora.
Cristo usaba ‘ast la Palabra de. Dios “No
Sodiciaris” Como tn cuchillo para abi In
podrida llsgs den codicia en el corazén de
Este Hombre, Este pecado era invisible ln
vista humana,
‘No mortraba sus colores en la parte externa
dela conduct dl joven, Peo fa codici reinabe
en su corazon con toda su fealdad ¢ inmun-
dca, or ptmern ver In ey Penden
Si Jesus hubiera dicho meramente “No
codieiaras", el cortes indagedor habria con
stad dicendo "No dessa a propiedad
Tiqueza de otros. Estoy satistecho’ con mi
Huacién gn in vide De nada servita tar
de mucvo Exodo 20. Lo que Jeeus hizo fue
Convert el décino mandarriento en una prusba
Dpractica pidiéndole que abandonara fis 1
{uceas, Aquel joven amaba sus riquezas mis
dee que amaba a Dios y a su Hijo, y por
tlio se Tue, Pero al marcharse tenfa una clara
Sonsciencia de que ers un pecador codicio.
50
so. Era deficitario en su amor a Dios, y de
gsto dependia toda la ley de Dios (Mateo
22:40),
eTe percatas, lector, de que Jesiis no
buscaba tn asentimiento intelectual del he-
cho de que el joven era menos. santo que
Dios? Cristo usd la espada de la ley de Dios
hasta hacer profundas y dolorosas heridas
‘en Ia conciencia del joven rico. El Salvador
no traté de convencerle de que “todos han
pecado”. Siguié utilizando la ley hasta que
en el alma de este hombre queds profunda-
mente grabada la idea de que era un rebelde
contra el Dios santo y que su alma estaba
vendida a Satands por la eodicia.
En lugar de comprometer la verdad de
la ley de Dios en nombre del amor, el Sefior
ddej6 que el joven se marchara. Si Cristo hu
biera hecho caso omiso del cardcter inviola
ble de la perieccién de la ley para ganarse
a este pecador, habria destruido el amor, pues
el amor esta ligado a la obediencia de los
mandamientos. El verdadero amor nunca
14 acerca de la verdad, sobre la cual
realidad basado.
Es absolutamente necesario que los
predicadores de hoy aprendan cémo procla-
mar la ley espiritual de Dios, pues hasta que
hho sepamos cémo herir las conciencias, no
tendremos heridas para cubrir con las ven-
das del evangelio. En el siglo veinte la igle-
51sia ha querido ver cuél es el punto minime
el mensaje que ha de dar sin dejar de conseguir
conversiones. La pretensién consiste en creer
que con un mensaje minimo se conservaran
nuestras fuerzas, se difundiré mas el evan.
gelio y, por supuesto, se preservard la uni
ddad de los evangelicos. Se ha conseguido esparcir
la verdad en tuna capa tan delgads que el
mundo no la puede ver. Se repiten hasta la
saciedad las mismas tres o cuatro cosas hasta
aburrir a los pecadores e incluso debilitar a
la propia iglesia
‘Ahora es el momento de recobrar el
evangelio rico y completo de Cristo, Tene-
mos que predicar la ley eterna de Dios con
una aplicacién completa y préctica en nues-
tras congregaciones. La terminologia gene-
ral esté logrando precisamente lo que hu.
biera conseguido una mencién general de la
ley por parte de Jesus: una declaracién ig
norante, insensible y autoexaltadora. ;Oh ,
Si se diera una aplicacién precisa de fa ley
‘moral al hombre interior!