Está en la página 1de 8
ensalce la naturaleza de Dios. Sigamos el ejemplo de Jesus en su trato con el joven 38 2 LA PREDICACION DE LA LEY DE DIOS Los mendamiontos sabes: No adulteres, No mates. No Inacio digas fleotestimonto. No defender, How tala ru padre '¢ madre. El entonces, rexpondiendo, [8 dijo: Maestro, todo esto lo he parade desde mi Juventad. Entoices les, mivindoke I amis 9 fede Una eoga te fala: anda: vende todo fo que tenes» Lalo oe pobres (Marcos 10:19:21). ‘mandamientos Los primeros nue1 Cuanto més de cerca analizamos el mensaje del Senor al rico pecador, tanto mis sor: prendente se hace el contraste con el evan. Belismo moderno. Después de mencionar la Santidad de Dios, Jests dedicé la mayor parte del resto de la entrevista para hablar de la 39 santa ley de Dios’, en particular segin se Fesume en los Dies Mandamientos En cierto sentido, la primera observacién ue le hizo.al joven rica se eferfa ln per- cia Ley de Diok La ley moral revelael cardcter de Dios. Un conocimientodistorsionade de Dios habia impedido al joven honrar al Sefor de scterdo con los primeros cuatro mandamien- tn Frei alt itr os hombres Dios La eprension de J nuestro personafe de haber quebrantad la “primera tabla de la Ley” Nitestro Sehor siguid con una cita expli- cia de onsets cio mandate ane ho en sa orden exact, ¢No parece, eto una contestacién extrafia a la pregunta: ¢"Qué haré para heredar la vida eterna’®, Con toda tegu- Ridad Jess no pensaba que aguel joven podia alcanzar la vida eterna obsdeciendo la Ley. SET hombre no es justticado por las obras de Ia ey, sino por la fe de Jesuersto.. por cuan- to por las obras de la ley NADIE sera justi ficado,” (Galatas 2:16), gPor qué no hablé Jestis del don gratuito ofresido 2 todos? jEso es! ePor qué no ofrecerse a s{ mismo como "Sal~ Vador personal"? ¢Por qué presta tanta aten- cién ala ley? 1a Lay de Dios en ste Captalo ey mora ae co eer bas cher ceremonies 9 eines no se comtnpian 40 1A PREDICACION DE LA LEY BE 10 (Una er mas dbemos recordar aus Jess es mejor evangelista que cualquieia de no. Sotres! Lector, empicee a juzear su propio mensaje por ef mensaje de El,y no al reves, a Ley de Dios es un ingrediente esencial de In predicacion del evangelio, pues “por medio deli ley es el eonocimiento del pecado™ (om: 220), Ee ausenca de a santa ey de Bios de i predicacién moderna ex quizé tan fespon sable como cuslguier ‘oto factor de la itypotenia evanglizadora de muestas ple slas-y-mistones, El joven noble estaba perplejo. No te ni idea de To que le fataba part recibir Ia vida eterna. ¢A\quién habta ofendido? 2Oue habia hecho pars ofender a Dios? Cuando Testis Ie ecitd Ia lista de mandamientos, al hombre se absolvié sinceramente de toda ul- Pabilided, Jess dijor "No cometerds adulte- Flo.” El joven rico se djor "Completament wocente.” ¥ asf continu, Jens sigule. pre- sondndoie con la ley hasta que ss ojos ciegos mpetaran er, de verdad, sw propo bes ado, Solamente con la ivy de la ley se pusde dgjar al deseubierto la alimada del pecado ‘que hay en el corazén Despues de todo zque es el pecado? La respuesta de la Biblia s¢ encuentfa en I Juan Ba Mtode aauel que comete peeadoy In. fringe tambien ta fey; pues el’ pecado es infraccién de la ley." La palabra *pecado" 41 no tiene sentide aparte de la justa ley de Dios. Cémo posta entender cl joven rico st pecado si entendfa mali ley de Dios? :Como Polen los pecadores de nuestro tiempo, que Son completamente ignorantes de la santa icy’ de Dios y de lo que les exge, verse asf mismos coma pecadores condenadon? a iden de peeado lew ex exteata porque la santa ley de Dios esta aasente de su mente. La prictica evangélics normal es ir corriendo a la cry de Cristo. Pero la crur no significa nada fuera de la iey. El horeble ficient de nso Seor pace una cova ‘ragiea y sin sentido a los ojos de quien no tenga tla reverents extimn por los mandee micntos perfectos. En la cru Jesus sasha: ‘ia las justas demandas de ls ley contra los ‘pecadores. Silos pecadores no son consclentes delay exigenciat que lex hace el Decdlogo, ne veri niogisn Lipailiendo personel exe uerpo quebrantade de Jesis hi en la sangre derramada. Sin el conocimiento. de in cone denacion que pronuncta la santa ley de Dios, in cruz dospertart en los pocedores cierio precio, pero no una fésalvedora: Cristo fue ofrecido para ser una propiciacion (Rom. 3:25) sea, el objeto nustitinorio. de la ira de Dios derramada por causa de la ley vioiada, {Que sentido tenia el ofrccerie # squel hombre la salvacion cuando solo tenfa una vaga percepeién del peligro? Aunque tenia 2 dudas sobre si heredarfa Ja vida eterna, lo lero es que no se consideraba un transgre- sor de la ley. Pero “el pecado es infraccion de Ia ley" (I Juan 3:4). Lo que en realidad estaba diciendo era que no tenia pecado, Pero Jests vino “no para llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento”. (Luc. 5:32). Hasta que este moralista legara a ver su alma a la luz de la ley de Dios, no estaba prepa rado para el evangelio. La predicacién de nuestros dias solamente admite de labios el concepto de que el hom= bre debe reconocerse primero como peca dor antes de que abrace al Salvador genui- namente. Los tratados que generalmente se lsan para festificar, insisten en la pregunta: ‘Crees que todos los hombres son pecado: res?” Si hay alguna vacilacion, se puede relorzar la idea con el texto que dice: “Porque todos pecaron y estan destituidos de la gloria de Dios”. (Rom. 3:23). No debe haber hombre viviente, incluyendo al pecador mas endure- cido, que niegue esta amplia afirmacion. Cualguiera responderia: ” Por suptesto, soy menos santo que Dios. Nadie es perfecto.” El joven rico habria admitido esto. Pero ello. no significa un reconocimiento del pecado, ues seguirfa negando que era un mentiro- So, un adultero 0 un ladrén, Hay multitud de cristianos que tienen tun miedo terrible de la ley de Dios, como si 4a ee ene eee psaiiee rs ean gis ete eae ed ets Seiececeic he co ees ea see ee aes tostapro alesse See ge ean ire et iad cana Seba deseo eae inane del sede ai ae tect de eos Sern 20 2 alae sora ces receipes ceca Bae aicertamen fru pe gl ek eae eee {LA PREDICACION DB LA L2Y 0 D105 rms ignorancia del ey de Dios que en muchas meraciones anteriores. El piipito ignora ‘todo 20. incluso los miembros de la igle sia degprecian eleuarto mandamiento: "Acuér- date del dia de reposo" gcomo puede sen- tirse el mundo culpable por wt abandono de Ia adoraclén? Por miedo de ofender ala teologia Darata, que no tiene interés en la ley de Dios, muchos predicadores guerdan silencio sobre tse elemento de a verdad que tanto se necesita fn este momento, ‘Satanda ha empleado con éxito una in- seniosa estratagema pars silenclar Ia ley, due es necesaria como instrumento para le- Var a Cristo los pecadares que perecen. La ‘ugereacia es que la ley y el'amor son enc tmigor irreconelliables; son cosas opuestas Sifesimente eatin econo Tos homies elegiran el amor y desdenarén Ia ley; pues nadie se atreverfa'a despreciar clamor. Ast, el Maligno ha declarado que el amor es independiente de la ley y contrario a ella. Ta Santa Escritura lo dice precisamente al revés. La ley y el amor ton mutuamente fines. Jesds ensehaba claramente que la ley hho demandaba otra cosa que el amor. Los mmandamientos justos pueden resuimirse ast sAmards al Sefior tu Dios con todo tw Corazdn, ¥ con toda tu alma, y con toda tu mente... Amards a tu préjimo como 45 4a ti mismo. De estos dos mandamien tos depende toda ia ley y los profetas.» (Mateo 22:37-40) La ley no es ni mds ni menos que una exposicion de las exigencias del amor. De la misma manera, cl Sefior definis el amor por referencia a Ia ley. La repeticion de este punto es sorprendente: “Si me amdis, guardad mis mandamientos.” Juan 14:15). "Ei Que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama.” (Juan 14:21). El amor no se puede expresar sin el patron de la ley, y Ia Tey no se puede obedecer espiritualmente si nno es por la motivacién del amor. El apéstol Juan dijo claramente: “Pues éste es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos". (J Juan 5:3). El amor hace que la ley sea deleitable. Cualguiera que ama a Dios se deleita en obedecer sus preceptos. Aquel que ame a Dios, dira como David: "Gufame por la senda de tus mandamlentos, porque en ella tengo mi voluntad.” (Salmo 119:35). Para el hombre natural las leyes de Dios son como cadenas o como la dura imposicion de la voluntad de un gobernante. De ese modo, Talley revela que en ellhombre hay una ausencia de amor a Dios y al projimo. Si su corazén fuera amoroso, no encontraria que la ley le es gravosa. 46 De la misma manera que el amor hace que la ley sea deleitable, asi la ley hace que el amor sea practico. El amor que no se ex: presa, morira. La persona verdaderamente amorosa se pregunta: "gComo puedo expre: Sar mis afectos?" Los santos mandamientos de Dios dan la respuesta. Son desahogos de la devocién a Dios, como nos dice 1 Juan 5:3 . Son también ayudas para mostrar el amor al projimo, segiin afirma Romanos 13:8- 10 con tanta claridad No debs a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prji- ‘mo, ha cumplido fa ley: Porque: no adul- terards, no matards, no hurtards, no dinds falso testimonio, no codiciards, y cualquier (tro mandonient, en esa sentence resume: ‘Amaras a tu préjimo como a ti mismo, El amor no hace mal al préjimo; ast que el Gumplimiento de la ley e3 el amor. La ley ¥ el amor no estén en desacucr- do. Elconflicto surge entre la ley y la gracia en cuanto camino de salvacin. La ley no le a al pecador un camino de salvacion. Lo {ue hace es matarle, o sea, humillarie, y hacer que corra a buscar refugio en la gracia de Dios, en cuanto su tnica esperanza de jus tifieacin. La salvacién es por la gracia, mediante la'fe sélo (Bfesios 2:8) a Pero ese no quiere decir que Ia ley sea {nati para el evangelismo. Es inutil en cuanto norma para ganarse la aprobacién de Dios, "Ya que por las obras de la ley ningn ser humano sera justificado delante de él” (Ro- manos 3:20), Sin embargo, Pablo blandié ostensiblemente la espada de Ia ley en el comienzo de la carta a los Romanos. Esto lo hizo "para que toda boea se cierre y todo sl mundo quede bajo el juicio de Dios... porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado,” (Romanos 3:19-20), TEs esencial hacer una declaracién de los mandamientos para mostrarle al pecador su corazén lieno de odio hacia Dios y de ene. rmistad hacia su projimo. Sélo entonces corrers el pecador a refugiarse en la gracia de Dios, que es en Jesueristo, para proveerle de ju ticia y amor. La gente no va a Jesucristo porque no tiene conciencia de haber pecado contra el Sefior. No estén convencidos de ser pecado- res porque no saben lo que es el pecado. Y no tienen un concepto de lo que es el pec: do porque no se les ha predicado Ia ley. No basta improvisar una apresurada declaracion diciendo: "todos han pecado". Se debe ex- plicar esta cuestion en profundidad. Hay que ensehiar los Diez Mandamientos basta que las almas se sientan como muertas por ellos (Romanos 7:11). «Cuando se comprueba que 48 las almas han sido heridas por la ley, enton- ces es el momento de derramar el bélsamo del evangelio. La aguda aguja de la ley abre el camino al cordén de grana del evange- lios! El Maestro vio que el conocimiento que el joven tenia de los mandamientos era super- ficial. Al mencionarle un requisita, el pobre ¥y confundido joven se declaré inocente. Los mandamientos no exigen sélo un conducta externa ejemplar. Este joven tenia que aprender que “la ley es espiritual” (Romanos 7:14), Quiza admitia la estricta autoridad externa de la Tey, pero no vela que la ley hace de- mandas sobre los pensamientos ¢ intencio- nes del corazén. Por esa razén el Sefior tuvo que entrar més a fondo en la predicacién de Isley. Tuvo que usarla como una sonda para producir dolor en lo profundo del alma El Sefior podia haber afadido una api cacién espiritual a cualquiera de los manda. ‘mientos, como hizo en el Sermén dela Montatia, in el caso de "No cometerds adulterio”, podia haber explicado: "cualquiera que mira a luna mujer para codiciarla, ya adulters con ella en su corazén.” (Mateo 8:28). Igualmente, jcimo Mandamiento 4, Samuel alton 0 od haber, ampliad el No mata", Frond que “cualquiera que se enole contra Su hermano sera culpable de jicio™ (Mateo Si22), Pero el “buen Macstro* esperd para poner el dedo en el pecndo més acariciade Enel corazén del joven rico ‘Cando Jess le dijo: “Vende lo que tienes ¥ dalo's lox pobres, le estaba predicando el cine mandamiento de una manera aplcatora. Cristo usaba ‘ast la Palabra de. Dios “No Sodiciaris” Como tn cuchillo para abi In podrida llsgs den codicia en el corazén de Este Hombre, Este pecado era invisible ln vista humana, ‘No mortraba sus colores en la parte externa dela conduct dl joven, Peo fa codici reinabe en su corazon con toda su fealdad ¢ inmun- dca, or ptmern ver In ey Penden Si Jesus hubiera dicho meramente “No codieiaras", el cortes indagedor habria con stad dicendo "No dessa a propiedad Tiqueza de otros. Estoy satistecho’ con mi Huacién gn in vide De nada servita tar de mucvo Exodo 20. Lo que Jeeus hizo fue Convert el décino mandarriento en una prusba Dpractica pidiéndole que abandonara fis 1 {uceas, Aquel joven amaba sus riquezas mis dee que amaba a Dios y a su Hijo, y por tlio se Tue, Pero al marcharse tenfa una clara Sonsciencia de que ers un pecador codicio. 50 so. Era deficitario en su amor a Dios, y de gsto dependia toda la ley de Dios (Mateo 22:40), eTe percatas, lector, de que Jesiis no buscaba tn asentimiento intelectual del he- cho de que el joven era menos. santo que Dios? Cristo usd la espada de la ley de Dios hasta hacer profundas y dolorosas heridas ‘en Ia conciencia del joven rico. El Salvador no traté de convencerle de que “todos han pecado”. Siguié utilizando la ley hasta que en el alma de este hombre queds profunda- mente grabada la idea de que era un rebelde contra el Dios santo y que su alma estaba vendida a Satands por la eodicia. En lugar de comprometer la verdad de la ley de Dios en nombre del amor, el Sefior ddej6 que el joven se marchara. Si Cristo hu biera hecho caso omiso del cardcter inviola ble de la perieccién de la ley para ganarse a este pecador, habria destruido el amor, pues el amor esta ligado a la obediencia de los mandamientos. El verdadero amor nunca 14 acerca de la verdad, sobre la cual realidad basado. Es absolutamente necesario que los predicadores de hoy aprendan cémo procla- mar la ley espiritual de Dios, pues hasta que hho sepamos cémo herir las conciencias, no tendremos heridas para cubrir con las ven- das del evangelio. En el siglo veinte la igle- 51 sia ha querido ver cuél es el punto minime el mensaje que ha de dar sin dejar de conseguir conversiones. La pretensién consiste en creer que con un mensaje minimo se conservaran nuestras fuerzas, se difundiré mas el evan. gelio y, por supuesto, se preservard la uni ddad de los evangelicos. Se ha conseguido esparcir la verdad en tuna capa tan delgads que el mundo no la puede ver. Se repiten hasta la saciedad las mismas tres o cuatro cosas hasta aburrir a los pecadores e incluso debilitar a la propia iglesia ‘Ahora es el momento de recobrar el evangelio rico y completo de Cristo, Tene- mos que predicar la ley eterna de Dios con una aplicacién completa y préctica en nues- tras congregaciones. La terminologia gene- ral esté logrando precisamente lo que hu. biera conseguido una mencién general de la ley por parte de Jesus: una declaracién ig norante, insensible y autoexaltadora. ;Oh , Si se diera una aplicacién precisa de fa ley ‘moral al hombre interior!

También podría gustarte