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154 ARISTÓTELES MAGNA MORALIA 155

A su vez, para las acciones llevadas a cabo por impulso, el cho lo han hecho constreñidos27. En cambio, de aquellos en los
razonamiento es semejante: pues valen los mismos argumentos que la causa reside en ellos mismos, ya no diremos que se han
que para las acciones por deseo, de modo que se suscita la mis­ visto constreñidos. Si no, el incontinente responderá diciendo
ma dificultad, ya que será posible ser incontinente o continente que él no es malo, pues asegurará que se ha visto constreñido
a propósito de la ira. por el apetito a cometer sus malas acciones.
De los deseos que hemos distinguido antes queda todavía la Así pues, sea la siguiente nuestra definición de lo que es
volición, con respecto a la cual hay que examinar si es un acto debido a constricción: aquello cuya causa, por la cual las perso­
voluntario. Pero ciertamente los incontinentes, mientras dura su nas se ven constreñidas a actuar, es externa (en cambio, aquello
incontinencia, quieren aquello a lo que se ven impelidos. Por cuya causa es interna y reside en ellas mismas no es constric­
tanto, los incontinentes llevan a cabo acciones malas por su vo­ ción).
luntad. Pero nadie hace voluntariamente cosas malas sabien­ Toca ahora referirse a la necesidad y a lo necesario. El tér­
do que son malas. En cambio, el incontinente, sabedor de que mino ‘necesario’ no debe utilizarse en toda ocasión ni en toda
las cosas malas lo son, las hace por su voluntad. Por tanto, no las circunstancia —por ejemplo, para cuantas cosas hacemos bus­
hace voluntariamente ni la volición es, en consecuencia, un acto cando el placer—. Pues si alguien dijese que a causa del placer
voluntario. Sin embargo, este argumento destruye la inconti­ se vio ‘en la necesidad’ de seducir a la mujer de su amigo, su
nencia y al incontinente, pues si no actúa voluntariamente no excusa sería absurda. Pues lo ‘necesario’ no se da en todos los
será reprobable. Pero el incontinente es digno de reprobación. casos, sino en los que tienen una causa externa, como cuando
Luego, actúa voluntariamente; luego, la volición es un acto vo­ uno asume un daño, obligado por las circunstancias, para evitar
luntario. un mal mayor. Por ejemplo, me vi en la necesidad de dirigirme
De todas formas, dado que algunos argumentos resultan a toda prisa al campo, pues de lo contrario habría encontrado
opuestos, habrá que referirse con mayor detenimiento a la vo­ destruida mi hacienda. Es, por tanto, en casos tales donde se da
luntariedad. lo necesario.
14 Pero primero habrá que hablar sobre la constricción y la ne- Y puesto que la voluntariedad no radica en ningún impulso,
iixxh cesidad. La constricción, efectivamente, se da también en los queda que radique en lo que sucede con premeditación28. Por­
seres inanimados. Pues cada uno de los seres inanimados tiene que lo involuntario es lo que sucede por necesidad, por cons­
asignado un lugar propio, el fuego lo alto, la tierra lo bajo. Pero tricción o, en tercer lugar, lo que no sucede con premeditación.
es perfectamente posible ejercer constricción sobre ellos y que Los hechos lo ponen de manifiesto, ya que si se hiere o se mata
la piedra sea llevada hacia arriba y el fuego conducido hacia a alguien o se comete un acto semejante sin premeditación, de-
abajo. Y también es posible constreñir a un animal, por ejem­
plo, un caballo que avanza en línea recta puede ser refrenado
27 El dativo biazoménois de Susemihl es corregido por Stock en biazomé-
para hacerle cambiar de dirección. De aquellos hombres en los
nous.
que la causa de hacer algo contrario a su naturaleza o contrario 28 Traducimos aquí diánoia por «premeditación», pero en las secciones si­
a lo que quieren es externa a ellos, diremos que lo que han he­ guientes preferimos «reflexión».

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