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Introducción

La sangre es un tejido conectivo líquido, que circula por capilares, venas y arterias de todos los
vertebrados. Su color rojo característico es debido a la presencia del pigmento hemoglobínico
contenido en los glóbulos rojos. Es un tipo de tejido conjuntivo especializado, con una matriz coloidal
líquida y una constitución compleja. Tiene una fase sólida, que incluye a los eritrocitos, los leucocitos
y las plaquetas, y una fase líquida, representada por el plasma sanguíneo (Tortora. Derrickson.
2013)
La sangre es el medio de transporte más importante del organismo, mantiene la constancia del
¨medio interno¨ (la homeostasis) y participa decisivamente en la defensa contra lo agente patógenos
(Loja et al. 2003)
Los eritrocitos son células sin núcleo y se ocupan del transporte sanguíneo de los gases. Entre los
leucocitos se encuentran las diferentes formas de granulocitos, los monocitos y los linfocitos, todos
ellos con función en el sistema inmunológico de defensa. Los trombocitos son restos celulares
derivados de grandes células precursoras producidas en la medula ósea, los megacariocitos, cuya
función principal es promover la hemostasia (Koolman. Heinrich-Klauss. 2004)

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