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Guía Empresa de Conquista
Guía Empresa de Conquista
Los asuntos europeos impidieron a los reyes conducir personalmente la conquista de los
nuevos territorios. Por eso confiaron la tarea a los particulares que quisieran asumir los gastos y
los riesgos que implicaba.
Toda expedición debía ser autorizada previamente por el rey. Normalmente se realizaba
un contrato (acuerdo escrito) llamado capitulación entre el rey y un capitán de conquista, en el
cual se establecían los derechos y deberes de ambos.
El rey establecía el territorio aproximado que debía ser explorado y conquistado.
Además, se concedía una serie de privilegios al capitán: se le otorgaba el título de gobernador,
se le autorizaba para repartir tierras y a la población indígena entre los hombres que le
acompañaban, y se le asignaba una parte de los tesoros que encontrase.
Por su parte, el capitán de conquista se comprometía a realizar la expedición, a
financiarla (pagar sus costos) y a seguir todas las instrucciones dadas por el rey: no maltratar a
los indígenas, llevar sacerdotes, etc.
Hecho el contrato, el capitán se dedicaba a organizar la expedición, gastaba todo su
dinero en ello y muchas veces debía pedir préstamos a otras personas.
Luego tenía que reclutar a la hueste, es decir, al grupo de soldados que le acompañarían
y equiparla con armas, alimentos e indios auxiliares. Cada soldado aportaba también lo que
podía, sus armas o su caballo, silo tenía. De esta forma, todos esperaban que su aporte les
consiguiera ganancias y recompensas en el futuro.
Fuente: Estudio y compresión de la sociedad 5ª. Editorial Zig-Zag.
EMPRESA DE CONQUISTA
En él se establecen: