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Revista de Investigación

Agraria y Ambiental

Número especial Vol. 11 No. 3 – 2020


e-ISSN: 2145-6453
Revista de Investigación Agraria y Ambiental
Número especial Vol. 11 No. 3, 2020 – e-ISSN: 2145-6453

CUERPO DIRECTIVO COMITÉ CIENTÍFICO


JAIME ALBERTO LEAL AFANADOR HERNÁN JAIR ANDRADE CASTAÑEDA
Rector UNAD Ingeniero Agrónomo, M.Sc., Ph.D.
Universidad del Tolima
CONSTANZA ABADÍA GARCÍA
Vicerrector Académica y de Investigación ALVEIRO SALAMANCA JIMÉNEZ
Ingeniero Agrónomo, Ph.D.
LEONARDO YUNDA PERLAZA University of California, Davis
Vicerrector de Medios y Mediaciones Pedagógicas
ELISABETE FIGUEIREDO
JULIA ALBA ANGEL OSORIO Socióloga, Ph.D. en Environmental Sciences
Vicerrector de Desarrollo Regional University of Aveiro
y Proyección Comunitaria
HENRY ZUÑIGA
EDGAR GUILLERMO RODRÍGUEZ
Ingeniero Químico, PhD en Ingeniería Ambiental
Vicerrector de Servicios a Aspirantes,
Docente Facultad de Ingeniería Tecnológico de Antioquia
Estudiantes y Egresados

ANDRES POSSO-TERRANOVA
LEONARDO EVEMELETH SANCHEZ TORRES
Evolutionary biology MSc. PhD.
Vicerrector de Relaciones Internacionales
Lecturer-Postdoctoral Fellow
JORDANO SALAMANCA BASTIDAS Seed and Developmental Biology
Decano Escuela de Ciencias Agrícolas, University of Saskatchewan
Pecuarias y del Medio Ambiente

JUAN SEBASTIÁN CHIRIVÍ SALOMÓN


Líder Nacional de Investigación UNAD EDITORES INVITADOS

YOLVI PRADA Carlos Hugo Sierra Hernando


Líder Nacional de Investigación Escuela de Ciencias
PhD. en Sociología de la Ciencia y el Conocimiento
Agrícolas, Pecuarias y del Medio Ambiente
Universidad Nacional Abierta y a Distancia
GERARDO OJEDA CASTRO
Nicolás Jiménez Iguarán
Director Editor desde Febrero de 2020
Filósofo, MSc. en Desarrollo Sostenible
y Medio Ambiente
Universidad Nacional Abierta y a Distancia

COMITÉ EDITORIAL
Ilustración de la portada
FLÁVIO VIEIRA MEIRELLES
Ilustración realizada por Ernst Haeckel.
Médico Veterinario, Ph.D.
Fuente: Kunstformen der Natur (1904), plate 8:
Universidad de São Paulo
Discomedusae. La imagen es de dominio público
BEATRIZ EUGENIA CID AGUAYO debido al tiempo de publicación.
Socióloga, M.Sc. y Ph.D. en Sociología
Diseño y diagramación
Universidad de Concepción, Chile
Hernán Vásquez Giraldo
OSCAR EMERSON ZUÑIGA MOSQUERA Zonacreativacolombia@hotmail.com
Ingeniero Agrónomo, Mestro em andamento em
Desenvolvimento e Meio Ambiente Impresión
Universidade Federal de Pernambuco UFPE, Brasil HIPERTEXTO S.A.S

ROLANDO TITO BACCA IBARRA


Ingeniero Agrónomo, M.Sc., Ph.D. en Entomología
Universidad de Nariño
3

Presentación

La Revista de Investigación Agraria y Ambiental (RIAA) es un proyecto


editorial de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD), que
surge en el año 2009 con el fin de comunicar los resultados de investi-
gaciones originales en el área agraria y ambiental realizadas por perso-
nas, grupos o instituciones tanto nacionales como internacionales. Con
el fin de mantener y afianzar la confianza entre investigadores y público
interesado en las temáticas de RIAA, la revista busca su inclusión en
prestigiosas bases de datos y sistemas de indexación tanto nacionales
como internacionales.

Misión
La misión de RIAA es fomentar la comunicación y colaboración entre
investigadores nacionales e internacionales a través de la divulgación
y transferencia de conocimiento relacionado con las ciencias agrarias
y del medio ambiente, con el fin de fortalecer la generación de nuevo
conocimiento.

Público al que se dirige


La Revista de Investigación Agraria y Ambiental (RIAA) es una publi-
cación oficial de la Escuela de Ciencias Agrícolas, Pecuarias y del Medio
Ambiente (ECAPMA) de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia
(UNAD), destinada a publicar artículos resultantes de las investigaciones
originales en el área agraria y ambiental y en las áreas de conocimiento
afines, en temas relacionados con los avances en producción animal,
agricultura y uso sostenible de los recursos naturales. Como ejemplos
de áreas afines citamos, entre otras, ética, ecología, sociología, geo-
grafía, historia, derecho, educación y economía, cuando se ocupan de
perspectivas del desarrollo, de estilos de agricultura, de historia agraria,
de desarrollo sustentable, de bioética y ética ambiental, de educación
ambiental y extensión rural, de política agraria y ambiental, de legis-
lación ambiental, forestal y agraria o de contribuciones significativas e
innovadoras con visión sistémica, interdisciplinaria y/o transdisciplinaria.
La publicación circula en formato impreso y en forma electrónica con
acceso libre.

Periodicidad
RIAA es una publicación semestral (enero-junio y julio-diciembre).
4

Cesión de derechos

RIAA, al momento de recibir la postulación de un manuscrito


por parte de su autor, ya sea a través de correo electrónico
o postal, considera que puede publicarse en formatos físicos
y/o electrónicos y facilitar su inclusión en bases de datos,
hemerotecas y demás procesos de indexación.

Se autoriza la reproducción y citación del material de la revista,


siempre y cuando se indique de manera explícita el nombre de
la revista, los autores, el título del artículo, volumen, número
y páginas.

Las ideas y conceptos expresados en los artículos son res-


ponsabilidad de los autores y en ningún caso reflejan las po-
líticas institucionales de la UNAD.

INFORMACIÓN, CORRESPONDENCIA,
SUSCRIPCIONES Y CANJE
REVISTA DE INVESTIGACIÓN
AGRARIA Y AMBIENTAL

Escuela de Ciencias Agrícolas, Pecuarias


y del Medio Ambiente
Universidad Nacional Abierta y a Distancia
Calle 14 Sur N. 14-23 Bogotá, Colombia
Teléfonos: (571) 344 3700 ext. 1529
e-mail: riaa@unad.edu.co
La revista puede consultarse en su versión electrónica en:
http://hemeroteca.unad.edu.co/index.php/riaa/index
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Indexaciones

La Revista de Investigación Agraria y Ambiental es indexada


en las siguientes bases de datos especializadas.

La Base Bibliográfica Nacional - BBN Publindex, que hace parte


del Sistema Nacional de Indexación y Homologación, es dirigi-
da por el Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología
e Innovación, Colciencias. Está constituida por la información
integrada por las revistas especializadas de CT+I sobre su pro-
ducción, donde se hace visible para consulta en línea la informa-
ción bibliográfica recolectada de los documentos hasta el nivel
de resumen.

CABI es una organización intergubernamental sin fines de lucro,


que proporciona información y servicios de carácter científico en
el mundo desarrollado y en desarrollo.
CAB Abstracts: es una base de datos que ayuda a documentar
la literatura publicada en el mundo, en: agricultura, medio am-
biente, ciencias veterinarias, ciencias vegetales, micología y pa-
rasitología, economía aplicada, ciencias de la alimentación, salud
humana, nutrición y temas relacionados.
Repositorio de Texto Completo de CABI: garantiza que los
artículos estén disponibles y sean fácilmente localizados por
científicos y profesionales a nivel mundial.

EBSCO ofrece un repositorio de: documentos, audio libros, li-


bros digitales y bases de datos que cubren diferentes áreas,
niveles de investigación e instituciones: escuelas, bibliotecas pú-
blicas, universidades, entidades de salud, corporaciones y agen-
cias gubernamentales.
ENVIRONMENT INDEX: Base de datos especializada; informa-
ción en temáticas relacionadas con: agricultura, ciencias del mar
y agua dulce, ecología de ecosistemas, geografía, energía, fuen-
tes renovables de energía, recursos naturales, contaminación y
gestión de residuos, tecnología ambiental, legislación ambiental,
políticas públicas, planificación urbana e impactos sociales.
FUENTE ACADEMICA PREMIER: Esta base de datos propor-
ciona una colección de revistas científicas de América Latina,
Portugal y España; cubre todas las áreas temáticas con especial
énfasis en agricultura, ciencias biológicas, economía, historia,
derecho, literatura, filosofía, psicología, administración pública,
religión y sociología.
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Indexaciones

ACADEMIC SEARCH COMPLETE ofrece una gran colección


de revistas académicas multidisciplinarias en texto completo,
proporcionando a los usuarios acceso a información crítica de
muchas fuentes únicas. Además, incluye texto completo revi-
sado por pares. El contenido académico cubre una amplia gama
de importantes áreas incluyendo antropología, ingeniería, de-
recho, ciencias y muchas más.

REDIB (RED IBEROAMERICANA DE INNOVACIÓN Y CONOCI-


MIENTO CIENTÍFICO) es una plataforma para la agregación de
contenidos científicos y académicos en formato electrónico en
el espacio Iberoamericano. REDIB proporciona acceso y facilita
la difusión y ejecución del trabajo científico. Los destinatarios
de esta información son tanto la comunidad académica y socie-
dad en general, así como los responsables de la política cientí-
fica y aquellos encargados de ponerla en práctica y analizarla.

PERIÓDICA es una base de datos bibliográfica creada en 1978


en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). La
base de datos se actualiza diariamente y más de 10 mil regis-
tros son agregados cada año.

Ofrece alrededor de 336 mil registros bibliográficos de artí-


culos originales, informes técnicos, estudios de caso, esta-
dísticas y otros documentos publicados en cerca de 1 500
revistas de América Latina y el Caribe, especializadas en
ciencia y tecnología.

Dialnet es una base de datos de acceso libre, creada por la


Universidad de La Rioja (España), que difunde producción cien-
tífica hispana.
7

Indexaciones

ProQuest conserva amplia y variada información, tanto de


archivos históricos, como de los avances científicos actuales
y maneja tecnologías digitales que optimizan la búsqueda, in-
tercambio y gestión de la información. ProQuest proporciona
servicios en el ámbito académico, empresarial, gubernamen-
tal, bibliotecas escolares y públicas, así como servicios a los
investigadores profesionales, que les permiten la adquisición
estratégica, gestión y búsqueda de colecciones de información.
Actualmente RIAA es visible en las bases de datos: ProQuest
Agricultultural Science Collection, ProQuest SciTech Collection
y ProQuest Natural Science Collection.

ProQuest Agricultultural Science Collection: Proporciona


una amplia cobertura de todos los temas de agricultura y es
apoyada por la Biblioteca Agrícola Nacional de EE.UU. La inter-
faz aporta características avanzadas y herramientas que per-
miten a los investigadores más precisión en las revisiones de
literatura especializada y adaptada a su área del estudio.
ProQuest SciTech Collection: Combina una serie de bases
de datos especializadas en Ciencias Naturales, Tecnología e In-
geniería en una interfaz dinámica que permite acceso a texto
completo mediante una búsqueda integral a través de amplios
resúmenes gestionados por equipos editoriales de expertos.
ProQuest Natural Science Collection: Proporciona una vas-
ta cobertura de literatura en el ámbito de: Agricultura, Biología,
Geología, Ciencias de la Tierra y Ciencias Ambientales. Ofrece
acceso a texto completo de fuentes que incluyen: publicaciones
académicas, revistas profesionales, informes, libros, actas de
conferencias y material de relevancia.

Latindex es un sistema de Información sobre las revistas de


investigación científica, técnico-profesionales y de divulgación
científica y cultural que se editan en los países de América La-
tina, el Caribe, España y Portugal. La idea de creación de La-
tindex surgió en 1995 en la Universidad Nacional Autónoma de
México (UNAM) y se convirtió en una red de cooperación regio-
nal a partir de 1997.

La Plataforma Open Access de Revistas Científicas Electrónicas


Españolas y Latinoamericanas e-Revistas, es un proyecto im-
pulsado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas
(CSIC) con el fin de contribuir a la difusión y visibilidad de las
revistas científicas publicadas en América Latina, Caribe, Espa-
ña y Portugal.
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Indexaciones

OCLC (Online Computer Library Centre) es una cooperativa de


72,035 bibliotecas de 171 países con el doble objetivo de me-
jorar el acceso a la información y reducir el costo de las biblio-
tecas. El CRAI de la URV se unió a OCLC en mayo de 2014 coo-
perando con Worldcat Local. Más de 1.4 millones de artículos
con acceso de un clic al texto completo (cuando los recursos
están suscritos por la URV o son de acceso abierto) o las refe-
rencias bibliográficas que permiten ubicar u ordenar el artículo
a través del servicio de préstamo interbibliotecario. Además
más de 40 millones de elementos digitales de fuentes confia-
bles como Google Books y archivadores y repositorios digitales
líderes como OAIster, ArchiveGrid y HathiTrust y con más de
25 millones de libros en bibliotecas de todo el mundo.

Directory of Open Access Journals (DOAJ) lista revistas de ac-


ceso libre, científicas y académicas, que cumplan con estánda-
res de alta calidad al utilizar la revisión por pares o control de
calidad editorial y que sean gratuitas para todos al momento
de su publicación, sobre la base de la definición de acceso libre
adoptada en la Budapest Open Access Initiative (BOAI).12 El
objetivo del DOAJ es “incrementar la visibilidad y facilitar el
uso de revistas científicas y académicas de acceso libre, de
manera que se promueve su mayor uso e impacto. Debido a
que el acceso libre es un fenómeno mundial, el DOAJ incluye
publicaciones de todo el mundo en muchos idiomas. Es posible
navegar por las revistas o buscar por artículos en el interior de
muchas revistas, por medio de una interfaz. En mayo de 2009,
la base de datos bibliográfica contenía 4.177 revistas, de las
cuales 1.531 estaban catalogadas a nivel de artículo.

BASE es uno de los motores de búsqueda más voluminosos del


mundo, especialmente para recursos web académicos. BASE
proporciona más de 120 millones de documentos de más de
6,000 fuentes. Puede acceder a los textos completos de apro-
ximadamente el 60% de los documentos indexados de forma
gratuita (Acceso abierto). BASE es operado por la Biblioteca de
la Universidad de Bielefeld.
9

Indexaciones

Open Academic Journals Index (OAJI) es una base de datos


de texto completo de revistas científicas de acceso abierto.
Fundador - International Network Center for Fundamental and
Applied Research, Estados Unidos. La misión es desarrollar una
plataforma internacional para indexar las revistas científicas
de acceso abierto. El Índice Global Actual de la Revista (CGIJ)
OAJI se crea teniendo en cuenta las tendencias y los desafíos
mundiales actuales en el campo de la indexación de las revis-
tas científicas. CGIJ OAJI considera las bases de datos de citas
cienciométricas (WoS, Scopus), así como la base de datos bási-
ca de acceso abierto (DOAJ).

ROAD es un servicio ofrecido por el Centro Internacional ISSN


con el apoyo del Sector de Comunicación e Información de la
UNESCO. Lanzado en diciembre de 2013, ROAD ofrece acceso
gratuito a los registros bibliográficos de ISSN que describen los
recursos académicos en Acceso Abierto: revistas, series mono-
gráficas, actas de congresos, repositorios académicos y blogs
académicos. Estos registros, creados por la red ISSN (89 cen-
tros nacionales en todo el mundo + el Centro Internacional),
se enriquecen con información extraída de bases de datos de
indexación y abstracción, directorios (DOAJ, Latindex, registro
de Keepers) e indicadores de revistas (Scopus).

Galardon obtenido por RIAA en el año 2018


como una de las revistas colombianas
con mayor visibilidad internacional.
10

Índice

Presentación
13

FILOSOFIA VEGETAL (O PENSAMIENTO VEGETAL)


VEGETABLE PHILOSOPHY (OR VEGETABLE THINKING)
Andrzej Marzec
19

CUERPOS ENTRE CUERPOS, VIDA DENTRO DE LA VIDA, ENCUENTROS


BODIES BETWEEN BODIES, LIFE WITHIN LIFE, ENCOUNTERS
Omar Felipe Giraldo
27

MÉTODOESTESIS: LOS CAMINOS DEL SENTIR EN LOS SABERES


DE LA TIERRA UN AVENTURA GEO-EPISTÉMICA EN CLAVE SUR
MÉTODOESTESIS: THE WAYS OF FEELING IN THE EARTH
KNOWLEDGE - A GEO-EPISTEMIC ADVENTURE IN THE SOUTH KEY
Ana Patricia Noguera, Leonardo Ramírez y Sergio Manuel Echeverri
45

LAS ANTÍPODAS DE LA GOBERNANZA AMBIENTAL Y EL TERRITORIO


CAMPESINO AGROALIMENTARIO DEL MACIZO COLOMBIANO
THE ANTIPODES OF ENVIRONMENTAL GOVERNANCE IN THE AGRICULTURAL
FOOD TERRITORY OF COLOMBIAN MASSIF
Nicolás Jiménez Iguarán y Jorge Andrés Rincón Largo
65

EL TRASFONDO IMAGINAL DEL MUNDO. AVATARES EPISTÉMICOS


DE LO AMBIENTAL DESDE UNA HERMENÉUTICA COSMOLÓGICA
THE IMAGINAL BACKGROUND OF THE WORLD. EPISTEMIC AVATARS
OF THE ENVIRONMENT FROM A COSMOLOGICAL HERMENEUTIC
Carlos Hugo Sierra
87

Instrucciones para autores


113
11

Presentación

Estimados lectores

Mi nombre es Gerardo Ojeda. Soy el nuevo director de la Revista de


Investigación Agraria y Ambiental – RIAA. Reciban un caluroso saludo.

Quiero reconocer públicamente que la totalidad de este número espe-


cial de la revista RIAA, se desarrolló bajo la supervisión de la anterior
directora de la revista Gloria María Doria Herrera. Sin duda, fue un tra-
bajo arduo, pero al final ha rendido sus frutos y gracias a su esfuerzo,
este número especial ve la Luz. Mi aportación como nuevo Director, se
reduce a colocar mi nombre en la portada. Agradezco aquí también a
la Dra. Gloria María Doria Herrera por haberme dado la oportunidad de
continuar con su labor al frente de la revista, desde febrero de este año
2020. Espero estar a la altura de este reto.

Deseo que los lectores disfruten de cada artículo consignado en este


número especial.

Saludos cordiales a todos,


Gerardo Ojeda
Presentación

LA NATURALEZA EN EL LABERINTO:
DESTEJIENDO LA RAZÓN
ECOLÓGICA CONTEMPORÁNEA

Editores invitados

Carlos Hugo Sierra


Nicolás Jiménez Iguarán

Se dice que la naturaleza, como trasfondo afirma Giorgio Colli, es el primer símbolo de
constituyente de todas las cosas, ama ocul- lo que será la razón desarrollada mediante el
tarse (Φύσις χρύπτεσθαι φιλε ). Si reparamos logos. Las iluminancias de la razón soberana
con detenimiento en el célebre y ambiguo apo- cumplen su propósito y la naturaleza se con-
tegma heraclíteo, uno no puede evitar embar- vierte, de aquí en adelante, en un caleidoscó-
garse de lo que de críptico y oscuro posee la pico de taxonomías y divisiones desde las que
naturaleza en su concupiscente entretenimien- cabe ordenar diligentemente la realidad. Nue-
to de fingimiento a través de deslumbrantes fi- vamente retorna al trasfondo, pero esta vez
guraciones e insólitos simulacros. Es como si como repositorio de un imaginario cambiante
se accediese a una instancia interior nebulosa, en el que se proyectan especularmente los va-
a un turbio espacio hipnagógico de incesante lores de la cultura occidental acerca del lugar
transformación. Friedrich Nietzsche, con la ex- del hombre en el mundo y su papel en él.
trema lucidez del que a tientas se abre paso
entre tanta abismática penumbra, nos advierte Entre la imperceptible ausencia y la descollan-
que “en cada momento, como en sueños, todo te presencia, la realidad natural acoge un sinfín
es posible y la naturaleza entera revolotea alre- de atribuciones simbólicas, evocaciones míticas,
dedor del hombre como si solamente se tratase juicios morales, percepciones estéticas, reflexio-
de una mascarada de los dioses, para quienes nes filosóficas, especulaciones científicas, estra-
no constituiría más que una broma el engañar a tegias biopolíticas y pretensiones operativas que
los hombres bajo todas las figuras”. arraigan o simplemente se diluyen en el hetero-
géneo universo cultural humano. No hay duda
Hay, sin embargo, una vigorosa propensión en de que en el horizonte semiótico asociado a la
la historia del pensamiento occidental proclive naturaleza se suceden maniobras soterradas de
a conjurar la desbocada transfiguración de lo construcción de sentido que dan al término un
existente. De esta forma, se gesta una her- carácter ambiguo y escurridizo. Pero permane-
menéutica de la distinción que sitúa al hombre cen en un plano discursivo subrepticio, enterra-
en un punto relacional con todo. Bajo estas do bajo una refulgente pátina de neutralidad y
nuevas condiciones, la naturaleza (o más bien, transparencia, lo que alimenta la idea de la exis-
su proyección hipostática) queda encerrada en tencia de un sustrato pre-ideológico fundante de
la compleja geometría del laberinto que, como la tradición epistemológica occidental.

Revista de Investigación Agraria y Ambiental. Bogotá - Colombia, Número especial Vol. 11 No. 3, 13-16, enero - julio 2020 e-ISSN: 2145-6453
La naturaleza en el laberinto
14
Destejiendo la razón ecológica contemporánea

El hecho es que la radical “descontextualiza- este número especial monográfico publicado por
ción” del mundo natural (iniciada allá por el si- la revista académica RIAA. No obstante, son
glo XVII), la relegación y despreocupación de elementos de reflexión, junto con otros de tras-
sus procesos, y la eficaz supresión del carácter cendental importancia no puestos en evidencia
humano (demasiado humano) de su genealo- aquí, que están orbitando, directa o indirecta-
gía constructiva, deja fuera a la naturaleza de mente, en los artículos de todos los autores que
aquellos espacios prototípicos donde se susci- toman parte en esta publicación.
ta y administra el debate colectivo (tanto en el
ámbito académico como en los foros en los que Aquel que tan sólo escudriñe entrelíneas en
se condensan las lógicas de institucionalidad) su recorrido por estos escritos podrá, sin em-
que lo vuelve, figuradamente, inmune a las re- bargo, constatar un decidido espíritu crítico
laciones del régimen del poder contemporáneo. y, más aún, cierto afán emancipatorio que va
más allá de los constreñidos marcos concep-
Tal circunstancia debe, sin duda, dar que pen- tuales impuestos por la retórica del pomposo
sar al fino observador: ¿qué tipo de orden bio- discurso contemporáneo sobre la sostenibili-
político se incentiva con este destierro?, ¿cuál dad y otras consignas afines. Desde campos
es la idiosincrasia del cosmos que emerge con tan diversos como la filosofía, la ecología po-
la objetivación de la existencia circundante?, lítica, la antropología o la epistemología am-
¿bajo qué premisas concretas se instaura la biental tiene el lector aguerrido en sus manos
autodeterminación excepcional del ser huma- un compendio de destellos reflexivos que su-
no?, ¿cómo se organiza el vínculo con lo vivo ponen un desafío ante el atribulado pensa-
tras esta ruptura óntica? miento de superficie que vertebra la cultura
de masas y los espacios corporativos univer-
Ciertamente, todas estas son cuestiones que sitarios de nuestra modernidad.
no poseen una respuesta sencilla ni pueden ser
tampoco agotadas en las páginas que integran ανερρίφθω κύβος

Autores que participan en este


número especial de la Revista RIAA

OMAR GIRALDO la UNAM. Profesor de posgrado en la Universi-


Universidad Nacional Autónoma de México dad Nacional de Costa Rica. Profesor invitado
(UNAM) / México en la Universidad Nacional de Colombia. En la
actualidad, es profesor en ECOSUR (Colegio de
Doctor en Ciencias Agrarias del Departamento la Frontera Sur) y Catedrático CONACYT (Con-
de Sociología Rural de la Universidad Autóno- sejo Nacional de Ciencia y Tecnología de Méxi-
ma Chapingo y posdoctorado del Instituto de co), siendo docente titular del curso en Pensa-
Investigaciones Sociales de la UNAM. Asesor- miento Ambiental y Ecología Política. Autor de
consultor de las Naciones Unidas en Colombia artículos en revistas especializadas y, hasta el
durante varios años. Profesor de sociología en momento, de tres libros sobre ecología política.

Revista de Investigación Agraria y Ambiental. Bogotá - Colombia, Número especial Vol. 11 No. 3, 13-16, enero - julio 2020 e-ISSN: 2145-6453
Revista de Investigación Agraria y Ambiental
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Número especial Vol. 11 No. 3 | enero - julio de 2020

Sus áreas de investigación tienen que ver con Diseño y Creación de la Universidad de Caldas
ecología política, agroecología, filosofía am- en la línea de interrelación, diseño, arte, cien-
biental, sociología rural, epistemologías de los cia y tecnología. Es investigador en el diseño
estudios agrarios y epistemología ambiental. para un mundo en transición, el diseño desde
Correo: omarfgiraldo@gmail.com lo comunal, la emergencia del cyborgespacio,
el diseño de dispositivos y procesos de inves-
tigación y la psiconaútica. Pertenece al Grupo
Ana Patricia Noguera de trabajo académico en Pensamiento Ambien-
Universidad Nacional de Colombia / Colombia tal de la Universidad Nacional de Colombia.
Correo: erege000design@gmail.com
Doctora en el campo de la filosofía de la edu-
cación de la Universidad de Campinas (Brasil).
Profesora titular y emérita de la Universidad LEONARDO RAMÍREZ
Nacional de Colombia (UNAL), Sede Manizales. Fundación Universitaria Comfamiliar /
Es co-fundadora del Instituto de Estudios Am- Colombia
bientales (IDEA) y del Grupo de Investigación
en Pensamiento Ambiental de la Universidad Hace parte del Grupo de trabajo académico
Nacional de Colombia (UNAL), Sede Maniza- en Pensamiento Ambiental de la Universidad
les. Ha sido autora y/o coautora de cerca de Nacional de Colombia. Sus intereses investi-
25 libros y de numerosos artículos en temas gativos giran en torno al Sentipensar Ambien-
de educación, epistemología, ética, estética, tal Sur, la crisis ambiental y el pensamiento
filosofía y pensamiento ambiental. Igualmen- administrativo-organizacional. Ha publicado
te, ha sido conferencista invitada por nume- diversos artículos sobre temas éticos, epis-
rosas universidades de España, México, Brasil, témicos y estéticos. También escribe poesí­a.   
Guatemala, Argentina, Cuba, Perú, Uruguay, Correo: leramirezma@unal.edu.co
Chile y EEUU. Es coordinadora, desde 1995
hasta la actualidad, del Seminario Perma-
nente sobre Pensamiento Ambiental “Augus- Andrzej Marzec
to Ángel Maya”. Actualmente, es directora del Adam Mickiewicz University / Polonia
Grupo de Investigación en Pensamiento Am-
biental de la Universidad Nacional de Colombia. Doctor en filosofía y profesor asistente en el
Correo: panoguera@gmail.com departamento de ciencias sociales de la Uni-
versidad Adam Mickiewicz en Poznań / Uniwer-
Sergio Manuel Echeverri sytet im. Adama Mickiewicza w Poznaniu (Polo-
Colombia nia). Miembro del consejo editorial de la revista
„Czas Kultury”. Ha sido investigador visitante
Diseñador Visual de la Universidad de Caldas. en la University of Patras-Grecia (2012), Freie
Maestro en Estética y Creación de la Univer- Universität Berlin (2012), University of Lon-
sidad tecnológica de Pereira con estudios (sin don (2013), University of Athens (2015). En
terminar) de doctorado en Ingeniería Multime- 2013 obtuvo la beca NCN-PRELUDIUM 3 (HS2)
dia en la Universitat Politècnica de Catalunya. por su investigación denominada: Weak on-
En la actualidad es estudiante del doctorado en tologies – philosophical theories and artistic

Revista de Investigación Agraria y Ambiental. Bogotá - Colombia, Número especial Vol. 11 No. 3, 13-16, enero - julio 2020 e-ISSN: 2145-6453
La naturaleza en el laberinto
16
Destejiendo la razón ecológica contemporánea

practices of postmodernity. En la actualidad, Erriko Unibertsitatea (UPV/EHU). Docente e


está desarrollando una investigación acadé- investigador de la Universidad Nacional Abier-
mica bajo el título “Después de la naturaleza. ta y a Distancia (UNAD). Co-coordinador de
Filosofía y estética del Antropoceno”, acerca la RI + 3 Biomimicry Network (Red Inter-
de los cambios contemporáneos en la com- nacional de Estudios sobre Biomímesis). Es
prensión del concepto de “naturaleza” en el miembro del Núcleo Internacional de Pen-
contexto de las consideraciones filosóficas y samiento en Epistemología Ambiental (NI-
estéticas de Timothy Morton. Ha publicado nu- PEA). Su principal interés está en el cam-
merosos artículos relacionados con la fanto- po de la ecología política, la epistemología
logía (hauntology), la teoría fílmica lacaniana, ambiental y los estudios críticos animales.
el posthumanismo y los estudios de género. Correo: nicolas.jimenez@unad.edu.co
Correo: martius@amu.edu.pl

Carlos H. Sierra
Jorge ANDRÉS Rincón LARGO UNAD - ESHS / Euskal Herria
Universidad de Manizales / Colombia
Doctor en Sociología por la Universidad del
Arquitecto de la Universidad Nacional de Co- País Vasco. Postdoctoral Research Fellow en
lombia, Sede Manizales y Magister en Medio la Royal Holloway University y en el Research
Ambiente y Desarrollo de la misma universi- Institute for Life Course Studies (Universidad
dad. Es profesor e investigador de la Univer- de Keele). Ha sido profesor en el Departamen-
sidad de Manizales y miembro del Centro de to II de Sociología de la Universidad del País
Investigaciones en Medio Ambiente y Desa- Vasco y en la Cátedra UNESCO sobre Desa-
rrollo – Cimad. Su principal interés está en el rrollo Sostenible y Educación Ambiental. Des-
campo del pensamiento ambiental, la ecología de el año 2013 es profesor en la Maestría en
política y los derechos de la naturaleza. Es au- gestión de Ciencia, Tecnología e Innovación
tor de los artículos: “Los retos del investigador de la Universidad de Antioquia. En la actua-
ambiental urbano en la actual crisis ambien- lidad, es profesor e investigador en la ECA-
tal de la cultura” y “Contribuciones del de- PMA de la Universidad Nacional Abierta y a
sarrollo social y humano a la sostenibilidad”. Distancia. Ha impartido ponencias y confe-
Correo: jrincon@umanizales.edu.co rencias sobre temáticas relativas a ciencia y
tecnología y ciencias ambientales en múlti-
ples y prestigiosas universidades. Ha publica-
Nicolás Jiménez Iguarán do 5 libros y numerosos artículos dedicados
UNAD / Colombia a explorar la historia de la ciencia occidental
y no-occidental. Es miembro de la European
Filósofo de la Universidad de los Andes. MSc Society for History of Science (ESHS) y coor-
en Desarrollo Sostenible y Medio Ambien- dinador del Núcleo Internacional de Pensa-
te de la Universidad de Manizales. Doctoran- miento en Epistemología Ambiental (NIPEA).
do de la Universidad del País Vasco / Euskal Correo: carlos.sierra@unad.edu.co

Revista de Investigación Agraria y Ambiental. Bogotá - Colombia, Número especial Vol. 11 No. 3, 13-16, enero - julio 2020 e-ISSN: 2145-6453
Recibido: 03/12/2019
Aceptado: 05/06/2020

FILOSOFIA VEGETAL
(O PENSAMIENTO VEGETAL)

VEGETABLE PHILOSOPHY
(OR VEGETABLE THINKING)

ANDRZEJ MARZEC

“Las cosas tienen sus raíces”


Confucio

RESUMEN
El autor presenta la idea del rizoma, que fue ABSTRACT
creada por dos filósofos postestructuralistas The Author presents the idea of rhizome,
franceses, Gilles Deleuze y Felix Guattari. El ri- which was created by two French poststruc-
zoma es una estructura de pensamiento com- turalist philosophers Gilles Deleuze and Felix
pletamente alternativa y bizarro. Tiende a cre- Guattari. The rhizome is an entirely alterna-
cer horizontalmente, inmediatamente debajo tive and bizarre thought structure. It tends
o arriba el suelo, creando tocones (sección de to grow horizontally, immediately below or
tronco de un árbol cortado, que queda en el above the ground, creating stumps. It is im-
suelo unida a la raíz). Es imposible clasificar, possible to classify, guide or intervene in its
guiar o intervenir en su crecimiento. El rizoma growth. The rhizome has no beginning or
no tiene principio ni fin, carece de cualquier eje end, it lacks any axis of indexing or sym-
de indexación o simetría. Se caracteriza por metry. It is characterized by a meaningless
un intervalo sin sentido. El rizoma puede rom- interval. The rhizome can break at one point
perse en un punto y reconectarse por comple- and completely reconnect without losing its
to sin perder su significado, porque en lugar meaning, because instead of having a mea-
de tener un significado, lo produce. Se carac- ning it produces it. It is characterized by an-
teriza por la anti-genealogía: genera múltiples ti-genealogy: it generates multiple versions
versiones de eventos, a menudo contradicto- of events, often contradictory, and favors
rias, y favorece la libertad y el azar. freedom and chance.

Palabras clave: Pensamiento vegetal, Rizo- Keywords: Vegetable thinking, Rhizome, An-
ma, Anti-genealogía. ti-genealogy.

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20 Filosofia Vegetal (o Pensamiento Vegetal)

Desde un principio el pensamiento fue vegetal. raíz primaria, que crece directamente hacia
En las páginas de su tratado Sobre el alma, abajo, y raíces más pequeñas, más cortas y
Aristóteles escribe sobre el alma vegetal, que más delgadas, que crecen lateralmente (hacia
es responsable del crecimiento y desarrollo del los lados). Este tipo de pensamiento es siem-
cuerpo. Las plantas fueron olvidadas durante pre simétrico y polar. Se nutre de opuestos:
muchos siglos después: es fácil ignorar lo que existencia / no existencia, racional / irracional,
simplemente “vegeta”, en otras palabras, lo masculino / femenino, espiritual / físico, etc.
que lleva una existencia monótona. No obs- La raíz también tiene su imagen especular: el
tante, las plantas aparecieron y todavía apa- árbol. Un árbol alto y poderoso es aparente-
recen en metáforas encontradas en la (extra) mente lo opuesto a una raíz terrestre porque
ordinaria vida de la filosofía. Por ejemplo, el ambos comparten un núcleo metafísico (o nú-
concepto filosófico de “sustancia” se puede re- cleo duro). Este núcleo metafísico es la base,
ferir simplemente a “fundamento”, y los argu- el fundamento, el centro alrededor del cual se
mentos filosóficos están “fundamentados en” pueden formar y crecer nuevos tejidos de pen-
algo o “enraizadas”. Los pensadores no deben samiento vegetal. El núcleo que los une es un
estar “full of beans”1, aunque a menudo lo es- principio que hace que sea posible la insepara-
tán, por lo que incluso esta expresión puede ble y despótica unidad interna entre oposicio-
ser clasificada como canónica. Finalmente, la nes binarias -la raíz y el árbol-. Un experimen-
filosofía en sí misma, con sus numerosas ra- tado filósofo de raíz principal reconoce este
mas (ontología, epistemología o ética) se “cul- fenómeno. De hecho, su pasatiempo favorito
tiva” hasta que da el “fruto” esperado. Incluso es la reducción: elimina la multiplicidad y llega
el concepto de cultura, que en nuestros días a los elementos fundamentales, es decir, a los
se ha vuelto extremadamente popular, origi- elementos simples y claros que dan una certe-
nalmente significaba el cultivo de plantas o de za absoluta (del mundo y de uno mismo). Mira
la moral. Es preciso restaurar el lugar que le a un árbol como si fuera un leñador que obtie-
corresponde a las plantas en la filosofía. De ne el mayor placer en cortarlo. Armado con el
hecho, vale la pena discutir y escribir sobre el hacha de la lógica, para lograr una erección,
pensar como vegetar: partiendo de la dicta- extirpa todas las ramas incorrectas e innece-
dura de la raíz, pasando a través de clasifica- sarias. Un pensador orgulloso crea así un árbol
ciones sistemáticas clásicas, para finalmente lógico: un tronco protuberante, grueso, rígido
llegar a las neoplasias de pensamientos húme- y leñoso (un falo lleno de significado) que no
dos, sigilosos y rizomáticos. se puede derribar. Si tuviéramos que buscar
equivalentes de tales árboles en la naturaleza
La raíz del problema serían los baobabs.
La noción de pensamiento estructurado como
una raíz primaria se ha cultivado durante mu- El viento en los árboles
chos siglos, y está bien fundamentada en la Cuando observamos las copas de los árbo-
filosofía2. La raíz principal consiste en una les ondeando y susurrando en el viento, esta
exuberancia de ramas y hojas que da cobijo a
1
N. T. Dejamos en el texto la expresión inglesa, que en tantas especies de animales, es fácil quedarse
castellano puede adquirir varios significados, como “lle-
no de entusiasmo o energía” o “equivocado”, por la re-
ferencia vegetal explícita, inexistente en lengua caste- (traductor: Brian Massumi), London and New York: Con-
llana, que el autor quiere poner de relevancia. tinuum, 2004, pp. 3–28. Véase también: G. Deleuze and
2
Me refiero aquí a la taxonomía de las plantas desarrolla- F. Guattari, Capitalisme e Schizophrenie II. Mille Pla-
do por G. Deleuze y F. Guattari en A Thousand Plateaus, teaux, Paris: Les Èditions de minuit, 1980.

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Número especial Vol. 11 No. 3 | enero - julio de 2020

fascinado con su belleza y diversidad. Impre- a ser zarandeadas de un lado a otro, y por
sionados con el juego de las brillantes formas lo tanto a ser deterioradas. Las hojas están
verdes, nos olvidamos del núcleo, que es la llenas de movimiento y ambigüedad, especial-
base (fundamento) que hace posible esta mul- mente cuando el viento juega con ellas. Pero
tiplicidad. Un filósofo que corta ramas en ex- cuando las hojas caen, se extinguen y pier-
ceso del árbol-pensamiento no lo mata; por el den completamente el contacto con el árbol
contrario, resalta su esencia y la unidad ocul- comienzan a fermentarse y pudrirse después
ta del tronco falogocéntrico3. De esta forma, de un tiempo. Entonces se convierten en par-
una maraña de ramas que llevan en su savia la te de un pensamiento inquieto completamen-
memoria de la raíz, su genealogía de madera, te diferente. Las florescencia, las hojas que
quedan reducidas al tronco. De hecho, cada caen y los animales que viven en los árboles
rama es una extensión y un reflejo del tronco: son cíclicos e impermanentes. Se van con el
todo en un árbol se puede reducir al tronco. viento. El árbol, por otro lado, permanece sin
cambios: ES. Uno no puede ser indiferente a él
Por eso es tan difícil destruir un árbol y derri- porque su duración obscena requiere que uno
barlo. Es como una hidra: dos nuevas cabezas use el verbo “ser”, sentando así las bases de
crecen en el lugar de la que fue cortada. El toda metafísica.
pluralismo en el árbol se logra mediante la re-
producción lenta y continua de la misma sen- Pensamiento fijo
sación de rigidez de la madera. La confianza El pensamiento-árbol es una formación digna,
en una sola interpretación, explicación o con- lánguida y, sobre todo, fija. Está firmemen-
cepto legítimos implica una creación esencial- te enraizado, anclado en el suelo (en la sus-
mente anti-conceptual (infértil). Sólo se copia tancia) que lo soporta. Es similar al aparato
la dureza de la madera, el ideal. Y no se puede estatal, en la medida en que es hostil a los
reconciliar con la multiplicidad de conceptos disturbios, a la agitación y al cambio. El pen-
frescos, suaves y audaces, cuyo crecimiento samiento-árbol se vierte bajo el peso de sus
es impedido por el tronco. Todas las ramas frutos y emana una atmósfera de pesada y so-
heréticas y subversivas se marchitan, son re- focante existencia. En efecto, el pensamiento
chazadas por el árbol como peligrosas o se eli- establecido tiene que dar fruto; nunca es des-
minan por el leñador al ser incompatibles con interesado e improductivo. Sin embargo, es
la ortodoxia. Cuando estas ramas se separan teleológico por todos los medios: está sujeto
del tronco, se forman nudos. Son los puntos al objetivo que persigue. Por lo tanto, no es
más duros del tronco. Estas son las llamadas posible hablar aquí de un estancamiento com-
aporías, disputas filosóficas, contradicciones pleto, porque esta categoría de pensamiento
que nunca se han resuelto e incorporado a la se caracteriza por dos tipos de movimientos
coherencia del tronco. Las hojas son el único muy lentos, mínimos y simétricos. El primero
elemento dionisíaco en la estructura apolínea es el fototropismo: este es un movimiento ha-
del árbol. Se encuentran al final de las ramas cia la luz del sol, la excelencia y la fuente de
y, por lo tanto, tienen el menor contacto con pensamiento vivificante congelada en ideas.
la madera. De ahí que son las más propensas Es un movimiento determinado por el sol, uno
de los polos del pensamiento y el valor absolu-
3
Jacques Derrida creó el término “falogocentrismo” to de las plantas. La luz solar, asociada con la
para criticar las presunciones metafísicas del psicoaná- racionalidad, la divinidad o el superyó, atrae a
lisis Lacaniano.

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22 Filosofia Vegetal (o Pensamiento Vegetal)

las plantas y extiende la estructura de la raíz Hier-arquía4


principal del árbol. Este tipo de pensamiento, La expresión “la corona de un árbol” o “el rei-
inmerso en la culpa, está lleno de deseo de li- no de plantas” sugiere que el pensamiento de
bertad, salvación y liberación de lo que es ma- la raíz principal trata del poder, la autoridad
terial, corporal, impuro e imperfecto. y el gobierno. El pensamiento-árbol es una
estructura sólida basada en la dominación y
El segundo tipo de movimiento simétrico del subordinación de otros conceptos-radículas,
pensamiento arbóreo es el geotropismo. Es el conceptos-ramas secundarias. Por lo tanto, las
crecimiento constante de la raíz hacia abajo plantas crecen en historias: el sistema de cas-
en respuesta a la fuerza de la gravedad. Aun- tas y la jerarquía se basan en el acceso al sol y
que su dirección es opuesta al movimiento a las raíces fuertes y profundas. De hecho, la
fototrópico, constituye de hecho una imagen competencia entre sistemas vegetales se basa
especular del mismo deseo. Un movimiento en la violencia y en la fuerza. Solo los árboles
constante hacia abajo refleja un deseo de han logrado generar una narrativa tan impo-
profundidad, y se deriva de una insatisfac- nente, un sistema de raíz- base tan potente y
ción con un suelo poco profundo o empobre- consistente, que son capaces de dominar per-
cido. La raíz persigue algo sano, perfecto y manentemente a otras plantas. Su imponen-
verdadero. Esta búsqueda está dictada por te altura estigmatizó a las oprimidas plantas
el deseo de escapar de la mediocridad y por amantes de la sombra que están privadas de
el deseo de alcanzar la singularidad. El único la luz solar. Y su deseo de profundidad mar-
problema es que los árboles nunca quieren ginalizó a las plantas con sistemas de raíces
permanecer como árboles. Es como si la po- débiles que no pudieron superar la dictadura
sibilidad de moverse hacia arriba y hacia aba- de los árboles. Como resultado, se estableció
jo les diera la oportunidad de convertirse en una división incuestionable entre plantas su-
algo mejor, más grande y más hermoso. Sin periores (sanas) y plantas inferiores, deterio-
embargo, el día de su muerte, un árbol no es radas debido a su tamaño pequeño. Esto, a
otra cosa que un árbol. El fototropismo y el su vez, significó que el sujeto se fortaleció, se
geotropismo son la esencia de la existencia construyó una fuerte identidad. El mundo de
de dicha planta: el movimiento hacia arriba le las plantas se dividió en especies que tienen
proporciona una sensación de perfección y el un núcleo duro (falo) y aquellas que sufren su
movimiento hacia abajo un sentido de propó- ausencia y las desean grandemente. El tipo de
sito. Así, el pensamiento se vuelve limitado. pensamiento tipo de raíz de árbol oscila alre-
Las líneas de demarcación están delineadas, dedor de un principio central (arché) y estable-
así como los polos más allá de los cuales nada ce la jerarquía existente. Tales acciones están
se puede aventurar. La fuerza de la gravedad inherentemente asociadas con la generación
y el sol trazan el territorio, establecen el mar- de la violencia, la exclusión y el dogmatismo.
co, marcan el mapa con puntos de salida y
llegada. Pensar en este punto se convierte en Botánica
una rutina, en un ritual obsoleto, porque solo La botánica fue fundada sobre la base del pen-
necesitamos seguir una ruta ya transitada; samiento-árbol. Se interesa principalmente en
cualquier desviación implica dejar el territorio la separación, segregación, determinación y
claramente demarcado.
4
Jerarquía (gr. ιερσς [hieros] – holy / αρχη [arkho] – principio).

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aislamiento de sujetos fuertes. Afirmando ser patrones, autoridades, interpretaciones direc-


una disciplina “total”, que abarca todas las tivas o un núcleo. Con todo, sigue siendo el
plantas, la botánica comenzó a sistematizar y más creativo y conceptual -crece a un ritmo
clasificar la flora. Pero mientras los organis- alarmante a través de la variación, expansión,
mos vivían en su hábitat natural, eludían los captura, inyección y neoplasma. En contraste
conceptos mediante los cuales la ciencia que- con la metanarrativa5 de las raíces de los ár-
ría definirlos. Para llevar la delantera, la bo- boles, no quiere alcanzar un clímax. El rizoma
tánica tuvo que petrificar los pensamientos es una maraña orgiástica; es una región de
incombustibles de las plantas, profundizar en constante intensidad que vibra continuamente
las líneas de demarcación previamente deli- sobre sí misma en medio de la transgresión.
neadas y dividir las plantas en especies mo- Es un discurso mundano, superficial, pegajoso
delo y desviaciones de la norma. La historia y húmedo que es consciente de su propia po-
de la filosofía vegetal, que limitaba las plantas sición y no quiere cambiarla. La mayoría de los
a los herbarios, se convirtió en el logro culmi- filósofos-cultivadores-de-frutas lo consideran
nante del pensamiento-raíz principal. Bloquea- como algo impuro, indeseable, algo que uno
das, muertas, atascadas entre las páginas, las debería deshacerse de un huerto (abyecto)6.
plantas hoy en día no pueden conmover a na-
die y solo acumulan polvo en las vitrinas. El Un paquete de ratas, enjambres y chirridos,
pensamiento vegetal, nacido del “árbol del co- pueden suscitar una repugnancia semejante.
nocimiento”, está en su final. Grandes ramas Otros ejemplos de rizomas son las madrigue-
podridas caen con un chasquido. Es necesario ras de animales con múltiples entradas y sali-
seguir su trayectoria hasta el suelo y examinar das, las ubicuas hormigas, el césped difícil de
las partes inferiores de la flora. arrancar y los matorrales de hierba y maleza
que son imposibles de atravesar. No obstante,
Rizoma alternativo el rizoma no puede existir dentro de una sola
El rizoma es una estructura de pensamiento especie homogénea. Las plantas se forman
alternativa y completamente extraña. El ri- con el viento, los animales con seres huma-
zoma generalmente crece horizontalmente, nos y los seres humanos se desarrollan con
justo debajo o por encima del suelo, creando los virus (mediante la transferencia lateral de
estolones. Es imposible cultivarlo, clasificarlo genes)7, que a su vez permiten conectarnos
o guiarlo en su crecimiento. El rizoma no tie- con otras especies.
ne principio ni fin. Carece de cualquier eje de
indexación o simetría. Se caracteriza por un ¿Hetero u homogeneidad?
intervalo sin significado. El rizoma puede rom- La estructura del rizoma carece de un núcleo,
perse en cualquier punto y volver a conectarse de un centro que sería responsable de la or-
completamente sin perder su sentido, porque ganización del conjunto. Es una multiplicidad,
en vez de tener un significado lo produce. El ri- una multiplicidad que no puede reducirse a la
zoma tiene una memoria corta. Convive con su unidad. También es un discurso que muta y
amnesia porque no hay nadie a quien quejar- prolifera rápidamente. Es por eso que es tan
se. Se caracteriza por la anti-genealogía; Por
5
Véase J. F. Lyotard. The Postmodern Condition. Minnea-
lo general, crea múltiples versiones de even- polis: University of Minnesota Press, 1984.
tos, a menudo contradictorios, y favorece la li- 6
Véase J. Kristeva. Powers of Horror: An Essay on Abjec-
tion. New York: Columbia University Press, 1980.
bertad y la aleatoriedad. Este pensamiento no 7
La transferencia de genes de un organismo a otro cuan-
reproduce nada porque no tiene una matriz, do el primer organismo no es el progenitor del otro.

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24 Filosofia Vegetal (o Pensamiento Vegetal)

difícil desarrollar un sistema estándar que no -esto es, un tercer género (un hermafrodita)-8.
se vuelva obsoleto de inmediato. La gran na- Nadie conoce las reglas, los límites o las claves
rrativa de árboles se basaba en la separación según las cuales se combinan las partes indi-
y la pureza de las especies (aunque se permi- viduales del rizoma. En lugar de un sistema,
tía el cruce de árboles frutales). La esencia de existe una voluntad y una determinación para
este tipo de pluralismo era que la multiplicidad la creatividad sin restricciones. Porque, con-
debía organizarse en torno al mismo núcleo: trariamente a la raíz, la radícula nunca dirá “Yo
el tronco. De ahí la gran variedad de árboles soy” sino más bien “Quiero”.
como el roble, la forsitia, la morera, el álamo,
el olmo y similares. El pensamiento-rizoma Nomadismo
se caracteriza por una completa arbitrariedad En contraste con el pensamiento establecido,
debido a la falta de un principio de organiza- el rizoma es una planta muy inquieta. Como
ción (o cimentación) que vigile qué especies tal, está privada de languidez y muchas veces
pueden existir y cuáles están condenadas al se encuentra asociada a la seriedad. Sus mo-
olvido. Todas las partes del rizoma se pueden vimientos se asemejan a los pasos ligeros de
combinar entre sí en cualquier momento. Esto un niño despreocupado a quien no le afectan
significa que no podemos hablar de categorías las cercas, no respeta la propiedad de otras
tales como identidad, subjetividad, o represen- personas y no usa el mapa, pero deja atrás
tación. Es difícil destacar una cosa individual numerosos rastros. Como resultado, las neo-
que podría abrirse paso a través de la espesura plasias rizomáticas, sin identidad fija, estable
y declararse a sí misma: “Yo”. Todo es infunda- y madura, socavan, desmontan y mueven es-
do, informe, aleatorio, arbitrario y extremada- tructuras monumentales. Sus movimientos no
mente temporal, porque nada puede encontrar están previamente ensayados. Se arrastran,
una excusa para su permanencia. Una maraña se balancean, retozan y saltan como maizales
mutante, un grupo de ratas repletas de bocas bailando en el viento. Los troncos de los árbo-
húmedas y colas pálidas contorsionándose: no les nunca podrían moverse así. El rizoma está
hay ningún individuo aquí. El rizoma siempre en una continua confusión intelectual, en tu-
está rodeado de algo; está en el medio, y debe multo, en alboroto, y sus esfuerzos no tienen
ser tratado como tal. El pluralismo toma aquí un objetivo o causa explícita. El pensamien-
la forma de cruce interespecífico donde uno no to-rizoma es nómada. No comienza en ningu-
puede distinguir entre el árbol de arce y la hier- na parte. Se encuentra en el intermezzo, en
ba. Sólo existe la hierba-arce, la rata-roble y la constante transición entre dos puntos. No po-
hormiga-haya. Podemos observar en la natu- demos predecir su desarrollo, y las huellas que
raleza un cierto tipo de intimidad orgánica que deja desaparecerán después de algún tiempo.
es un ejemplo perfecto de las relaciones en Un nómada no es un colono. Se detiene por
el rizoma. Es el mutualismo: las especies son un momento solo para partir de nuevo. De
tan dependientes unas de otras que, en caso esta forma, no construye una imagen global
de su separación, no pueden sobrevivir por sí del mundo, solo crea órdenes temporales. Es
mismas. Un ejemplo de mutualismo es el mis- similar a un espejismo que dura un breve ins-
terioso pacto inseparable entre los hongos y tante para luego explotar como una burbuja
las algas. La sistemática de las plantas, inca- de jabón. No hay puntos de referencia en su
paz de hacer frente a los organismos extraños
(queer), los llamó líquenes de hongos y algas 8
Véase J. Butler. Gender Trouble: Feminism and the Sub-
version of Identity. New York & London: Routledge 1990.

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recorrido; Todo lo que encuentra en el cami- rechaza sentidos importantes y maravillosos


no es accidental, ocasional e imprevisto. Por a los que el pensamiento, que dice ser duro y
lo tanto, un nómada no puede reclamar nin- fuerte, debe enfrentarse. El pensamiento-rizo-
gún territorio, no tiene ningún deseo de tra- ma se escapa del anillo en el que solo importa
zar puntos, fronteras o rutas. En consecuen- el poder y la consistencia de las proposiciones
cia, no construye asentamientos o sistemas. lógicas. Uno no puede refutarlo, cuestionarlo
No confirma ni fortalece nada. No tiene nada o eliminarlo por una razón más simple. El pen-
que le obligue a regresar, y por lo tanto está samiento-rizoma no tiene un sujeto, esencia,
decidido a seguir adelante. Crea para sí mis- idea o afirmación que pueda perder en una pe-
mo un espacio líquido desde el que deviene lea. Una pregunta sobre el “quién” del rizoma
y se deleita en la estética de la desaparición. es inherentemente falaz y no tiene respuesta.
Es semejante a las fuerzas guerrilleras que se El rizoma es una gran mezcla, una multitud de
dispersan en un territorio y no lo dividen en- excluidos con identidades líquidas, tan suaves
tre sí; fluyen solo para desaparecer detrás del y flexibles que se adaptan perfectamente a
horizonte. Este movimiento de desterritoriali- cualquier tipo de sustrato. El rizoma se desliza
zación implica abandonar el territorio. La tie- sobre la superficie para trenzar, arrastrarse,
rra se queda sin ocupar, mientras el nómada para entrelazar los órdenes canónicos exis-
avanza, luchando por la independencia de un tentes y absorberlos en su complicada red. Es
propósito, regla o logos. El rizoma en constan- como el césped que crece en todas partes y
te movimiento no tiene un territorio fijo, y si entra en cada estructura de madera. Las espi-
decidimos quedarnos quietos, podemos estar gas de cereal se mecen en el viento: no resis-
seguros de que pronto nos abandonará. ten su poder, pero junto con el viento forman
una ola horizontal, espectacular y hermosa. El
Pensamiento débil9 rizoma es efímero pero muestra que es imba-
El pensamiento que se ha descentralizado, tible. Clasificado como débil, está más allá de
despojado de su centro de gravedad, de su cualquier clasificación. En contraste, el poder,
punto arquimédico, de su núcleo duro está la hegemonía, la dictadura y la ortodoxia se
condenado fundamentalmente a la debilidad basan en oposiciones aborrecidas que, en el
e incluso a la inestabilidad. Sin embargo, el fondo, están deseando poder vencer. El rizo-
rizoma puede permitirlo, ya que no tiene nada ma en su debilidad está más cerca del verbo
para protegerse del peligro. Como este tipo de “no ser” que del “ser”; oscila entre la creación
pensamiento no es sólido, no está amenaza- continua y el nihilismo. Un filósofo clásico, mi-
do por inconsistencias. Como es llano y su- rando el problema a través del prisma de las
perficial, no teme simplificar demasiado. No oposiciones binarias, haría una pregunta final:
porta significados, los libera y los arroja de ¿qué sería el rizoma sin los árboles a los que
sí, y por lo tanto no teme que alguien se los se puede entrelazar? ¿Es posible que el rizoma
lleve. El rizoma debe ser débil porque nadie exista sin árboles? Las preguntas simétricas
puede quitarle su identidad, equilibrio o dig- no pueden responderse definitivamente, y uno
nidad. El pensamiento-árbol elevado no pue- puede pensar en una respuesta sin fin. Estas
de humillar al rizoma porque éste último es preguntas prosperan en las tensiones que sur-
en sí mismo mediocre. Gracias a su debilidad, gen cuando la respuesta correcta queda sus-
pendida entre dos polos. Los rizomas no están
interesados en​​ los árboles; los entrelazan y los
9
Véase G. Vattimo. The End of Modernity. Baltimore: Jo-
hns Hopkins university Press, 1991. penetran solo porque los árboles se interponen

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26 Filosofia Vegetal (o Pensamiento Vegetal)

en su camino. Cuando el tronco desaparece también se convierte en el rizoma. Es por


bajo el verdor de una maraña rizomática, ya eso que ya no lo buscamos bajo una maraña
no sabemos si estamos tratando con el árbol de pequeñas raíces. Estamos cansados del
o con el rizoma. Nos percatamos de que es árbol porque nuestra cultura se fundó en él.
o el rizoma o una ilusión del árbol. La mez- Si estamos buscando un objetivo, algún tipo
cla, la fusión en uno, tiene un poder increíble de apoyo, un lugar cálido y cómodo, un cami-
para revocar significados: el original, la fuente no trillado y transitado, es mejor recurrir al
ya no existe y todo lo que nos queda son co- pensamiento establecido. ¿A dónde vamos?
pias10. Así, el rizoma no solo cubre los árboles, ¿De dónde venimos? ¿Dónde ha ido el árbol?
como en la historia de Borges, en la que un Tales preguntas son completamente inútiles.
mapa cubre todo un imperio, sino que el árbol

Véase J. Baudrillard. Simulacra and Simulation. Minnea-


10 

polis: University of Michigan Press,1981

LITERATURA CITADA Conflicto de Intereses


Los autores declaran no tener
ningún conflicto de intereses

Deleuze, G. y Guattari, F. (1980). A Thousand Pla-


teaus. (Brian Massumi, Trad.) London and New
York: Continuum, pp. 3–28.

Lyotard, J.F. (1984). The Postmodern Condition.


Minneapolis: University of Minnesota Press.

Kristeva, J. (1980). Powers of Horror: An Essay on


Abjection. New York: Columbia University Press.

Butler, J. (1990). Gender Trouble: Feminism and


the Subversion of Identity. New York & London:
Routledge.

Vattimo, G. (1991). The End of Modernity. Baltimo-


re: Johns Hopkins university Press.

Baudrillard, J. (1981). Simulacra and Simulation.


Minneapolis: University of Michigan Press.

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Revista de Investigación Agraria y Ambiental. Bogotá - Colombia, Número especial Vol. 11 No. 3, 19-26, enero - julio 2020 ISSN: 2145-6453
Recibido: 03/12/2019
Aceptado: 27/05/2020

CUERPOS ENTRE CUERPOS,


VIDA DENTRO DE LA VIDA, ENCUENTROS

BODIES BETWEEN BODIES,


LIFE WITHIN LIFE, ENCOUNTERS

Omar Felipe Giraldo

RESUMEN ABSTRACT
Este artículo pregunta por las posibilidades de This article is concerned about the possibili-
lo que somos capaces al reconocernos como ties of what we are able to do once we ack-
cuerpos deambulando que se encuentran con nowledge the fact that we are wandering bo-
otros cuerpos ¿Qué es lo que podemos? ¿Qué dies in contact with other bodies. What can
implica una epistemología ambiental que pon- we do? What does an environmental episte-
ga en primer plano la sensibilidad, el cuerpo, mology entail once sensitivity, body, mea-
lo sentido y los afectos? Comenzamos con una ning and affection are brought to the front?
discusión sobre las dicotomías, los monismos We begin with a discussion on dichotomies,
y dualismos, para ofrecer luego una propues- monisms and dualisms, to offer, afterwards,
ta desde las multiplicidades, los cuerpos en- a proposal from multiplicities, bodies bet-
tre cuerpos, y los encuentros entre alterida- ween bodies, and encounters between radi-
des radicales ¿Es posible abrir una vía media cal alternatives. Is it possible to open a hal-
que abandone toda dualidad y que evite bo- fway point free from dualities, and, at the
rrar las diferencias? ¿Podemos imaginar una same time, respectful of differences? Can we
ética ambiental que parta desde el cuerpo, imagine an environmental ethic that starts
el universo sensible y los contactos? Aún no from the body, the sensible universe and the
sabemos todo el poder que tiene un cuerpo touch? We are unaware of all the power that
cuando se sabe cómo un cuerpo que habita a body entail when it is known as a body that
entre otros cuerpos. dwell among other bodies.

Palabras clave: Epistemología ambiental, Keywords: Environmental epistemology,


Sensibilidad, Ética ambiental. Sensitivity, Environmental ethics.

Revista de Investigación Agraria y Ambiental. Bogotá - Colombia, Número especial Vol. 11 No. 3, 27-44, enero - julio 2020 ISSN: 2145-6453
Omar Felipe Giraldo
28 Cuerpos entre cuerpos, vida dentro de la vida, encuentros

Introducción
La epistemología ambiental ha insistido en que separación sujeto/objeto, sino que es un tipo
la crisis ambiental es una crisis ontológica, una particular de ontología patriarcal caracterizada
consecuencia de la forma como entendemos por otras diadas polares como lo son: mente/
nuestro ser y la relación con el resto de los cuerpo, cultura/naturaleza, razón/afectos, ci-
seres que se deriva de esa misma concepción. vilizado/primitivo, masculino/femenino, secu-
En términos muy generales corresponde a una lar/sagrado, individuo/comunidad (Plumwood,
comprensión en la que nos ubicamos en la es- 2002; 2005). El problema, ha dicho Arturo Es-
cala más alta de las manifestaciones del ser, cobar (2013), no es tanto que existan los dua-
imaginando al resto de los entes como objetos lismos, pues muchas otras tradiciones desde
inertes, recursos disponibles a nuestra entera el taoísmo, el budismo, y buena parte de los
disposición. En la filosofía esta separación del pueblos indígenas, en distintos continentes,
ser humano y el resto de los seres, ha sido han basado sus ontologías en dualidades inter-
atribuida al pensamiento metafísico que se re- conectadas bajo el principio de la complemen-
monta a Platón, y que se consolida en la mo- tariedad. El problema es que en la modernidad
dernidad con el positivismo cartesiano. Esta la primera parte de los dualismos —el sujeto,
tradición ha realizado una separación entre el la mente, la cultura, la razón, lo civilizado, lo
sujeto y el objeto, la cual parte de la noción masculino, lo secular—, se separa y se sitúa en
según la cual el mundo “es” de cierto modo una posición de superioridad frente a la parte
—un mundo objetivo—, y de ahí se deriva que subordinada del binarismo —el cuerpo, la na-
el conocer consista en que el sujeto se haga turaleza, los afectos, lo primitivo, lo femenino,
una idea que se adecúe de manera fidedigna lo sagrado—1.
al objeto. De hecho es posible alcanzar “la ver-
dad” en cuanto más certeramente se repre- Es entonces bien reconocido por el pensa-
sente ese objeto que se desea conocer. Para la miento crítico que la crisis ambiental no es
epistemología positivista, la existencia de las un problema de carácter geológico o ecoló-
cosas es independiente del sujeto, y, en con- gico, sino un entuerto civilizatorio producido
secuencia, es posible conocer el mundo “tal por un tipo particular de ontología, genera-
cual es”. De hecho, entre más distancia exista do por el pensamiento ontológico y sus es-
entre el sujeto conocedor y el objeto conocido, cisiones constitutivas (Leff, 2018). Una crisis
mayor será la objetividad. o colapso que emerge como consecuencia de
una ontología basada en el “yo” moderno y
El pensamiento ambiental asegura que con en la creencia de que el mundo está com-
esa división constitutiva del pensamiento mo- puesto por muchos “yoes” separados entre
derno, por un lado, el ser humano llegó a re- sí —la humanidad compuesta por la suma de
presentarse a sí mismo como centro del mun- sus individuos— pero separada de lo demás,
do, como poseedor de todo cuanto existe a
su alrededor, mientras que, por el otro, acabó 1
En pensamiento ambiental por tal razón, ha dicho Val
Plumwood (2002; 2005), no es entonces un tipo de sa-
por concebir lo que él llama “naturaleza” como
ber enfocado exclusivamente en defender la naturaleza
un objeto inerte, un recurso disponible y una no-humana —las plantas, animales, los ecosistemas—,
sino un tipo de ontología política que defiende los as-
cosa dispuesta a ser manipulada por la ciencia
pectos reprimidos de la dualidad: la afectividad, la sen-
y la técnica (Heidegger, 1996). El pensamiento sibilidad, la intuición, la espiritualidad, la feminidad, el
cuerpo, y todos aquellos atributos asociados con “la
ambiental también ha asegurado que la on-
naturaleza”, ubicados en un nivel de inferioridad, y por
tología moderna no sólo se caracteriza por la tanto susceptibles de ser explotados y dominados.

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de los otros seres del mundo —el resto: la es “parte de”, e indistinguible de lo demás
naturaleza—. De aquella auto determinación (Fox, 1984). Y es a partir de nuestro auto-
fragmentada, surge una ética del saber que entendimiento como seres inter-relacionales,
consiste en desocultar la verdad mediante la y nuestra identificación del “yo” con la tota-
ciencia para luego intervenir y manipular lo lidad, como es posible que se impulse el cui-
conocido con el auxilio técnico, para vencer la dado, no por altruismo, ni por un “deber ser”
escasez, y cubrir lo que la economía ha dicta- moral, sino porque el cuidado de lo demás
do como necesario para uno solo de los seres hace parte del interés de la propia existencia.
sensibles de la Tierra.
Si quisiéramos hacer una arqueología del ho-
De este diagnóstico de la crisis ambiental lismo en la filosofía occidental, tendríamos que
surge un coro de voces del pensamiento en- remitirnos al pensamiento de Baruch Spinoza2,
caminadas a superar la ontología dualista y quien planteó una vía completamente diferente
caminar hacia otras ontologías conectadas a al dualismo cartesiano. Spinoza (2011) impug-
los entramados de vida. Esa es la base que nó la idea de que podíamos poner a los seres
aglutina a la mayoría de pensadores ambien- humanos separados del reino de la naturaleza,
tales, quienes en distintas partes del mundo como si se tratase de “un imperio dentro de otro
denuncian la escisión e intentan proponer sa- imperio” y no como la naturaleza misma. Muy al
lidas ontológicas y epistémicas, así como éti- contrario para él, sólo existe una sola y única
cas relacionales, ante la devastación que sur- substancia absolutamente infinita, y lo que lla-
ge como síntoma de la concepción de nuestro mamos criaturas, no lo son; son tan sólo modos
ser separado de la naturaleza. o formas de existencia de aquella sustancia. To-
dos los existentes, no somos en realidad seres,
Una de las voces más conocidas es la de Arne sino entes, manera de ser de esa sustancia (De-
Naess (2007) y su propuesta de ética am- leuze, 1980). Se trata, sin duda, de una visión
biental denominada Ecología Profunda, cuya que podría ser comparable a la de otras tradi-
apuesta consiste en hacer una operación de ciones como el Taoísmo de Lao Tse, o algunas
sutura, borrando la disyunción, proporcio- ontologías de los pueblos ancestrales del Abya
nando una solución para ello en términos de Yala3. Por cualquiera de los caminos, estas
la identificación del “yo” con la naturaleza. fuentes han sido buena base para la inspiración
Para los adherentes a esta ética ambiental, de algunos pensadores ambientales, quienes
es necesario superar la separación de los han pretendido superar el dualismo cartesiano,
seres humanos y la naturaleza, aseguran- mediante una visión holística del mundo. Entre
do que no puede existir división ontológica ellos no sólo están los exponentes de la Ecología
entre dos reinos: el humano y no humano, Profunda, sino otros autores, entre los cuales
sino más bien entender el universo como un
todo, interconectado y sin fisuras. Los ecó- 2
Para profundizar la relación entre la ética de Spinoza y
logos profundos sostienen que es necesario la ecología profunda véase Naess (1980).
3
Para los pueblos Tzeltales de Chiapas, México, por ejem-
remplazar la escisión por un entendimiento plo, existe la concepción del Ch’ulel, el cual, según Ló-
holístico, partiendo del hecho de que todo pez-Intzín es el corazón-alma-espíritu-conciencia que lo
anima todo, que lo energiza todo. Según estos pueblos
está interrelacionado y es interdependiente todo ser tiene Ch’ulel: “El ser humano, las plantas, los
con lo demás. Por ello es necesario abando- animales, los minerales, los cerros, los ríos y todo lo que
existe en el universo tiene Ch'ulel- ch'ulelal. Por lo tanto
nar la separación y entrar en la unificación, al todo tiene su propio lenguaje y habla, siente, llora, su
entender que todo cuanto existe en realidad corazón piensa” (López-Intzín, 2016: 190).

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30 Cuerpos entre cuerpos, vida dentro de la vida, encuentros

vale la pena resaltar el pensamiento complejo de la naturaleza con respecto a las nuestras.
de Edgar Morin (1986), la trama de la vida de Para Plummwod no es útil, y ni siquiera nece-
Fritjof Capra (1998), la teoría de Gaia de Ja- sario, hacer una fusión para superar las dico-
mes Lovelock (2007), el postestructuralismo tomías, pues la ética del cuidado que promue-
de Gilles Deleuze y Félix Guattari (2004), o la ve el ecofeminismo requiere también tomar
antropología ambiental de Descola y Pálsson distancia y reconocer la diferencia, de modo
(2001) o Viveiros de Castro (1998). que al otro no se le vea como una proyección
del sí mismo. Su propuesta consiste entonces,
Este tipo de posturas que buscan la reunifica- en avanzar hacia un tipo de ética que permita
ción en un todo orgánico ha sido cuestiona- tanto la continuidad como la diferencia, y evi-
do por algunos pensadores, quienes han dado te la abstracción, la disolución, y el desdibuja-
buenos argumentos sobre los peligros que miento de la distinción entre seres humanos y
conlleva que el Dualismo ontológico —la sepa- naturaleza.
ración ser humano y naturaleza— se solucione
mediante un Monismo ontológico, es decir, a Por su parte, el gran filósofo ambiental mexi-
través de su unificación. Entre los críticos más cano, Enrique Leff (2004, cap. 2) también ha
agudos vale la pena mencionar a la ecofemi- hecho una crítica al Monismo ontológico, aun-
nista Val Plumwood (2002), quien coincide con que en diálogo con el ecoanarquista Murray
los ecólogos profundos, en que es necesario Bookchin (1990), quien desde otra perspectiva
superar los dualismos; de hecho gran parte ha propuesto la combinación entre el orden
de su obra trata sistemáticamente sobre ellos. ecológico y el orden sociocultural. Para Leff
Sin embargo, asegura, no es necesario, ni de- es imposible aspirar a una totalidad unificante
seable, tratar de asimilar al Otro, borrando su que funda en una mismidad la materialidad del
distinción y diferencia. Según la filósofa aus- mundo y lo simbólico. Y ello ocurre porque no
traliana para superar el dualismo es necesario puede desconocerse que el orden simbólico,
mantener un equilibrio entre la continuidad y a través de las significaciones, el lenguaje y
la diferencia, pues la dialéctica entre la cone- la organización de la cultura, tejen la vida del
xión y la alteridad es la clave para una interac- ser humano, tanto en sus relaciones sociales
ción no instrumental. Plumwood sostiene que como de poder, y que ellas de ninguna manera
la pérdida de tensión entre lo diferente y lo pueden subsumirse dentro de un orden uni-
semejante ha sido una de las características ficante. Leff abreva en Lacan para decir que
principales de la historia de la colonización. El no hay nada menos natural que el sujeto y la
proceso siempre ha sido el mismo: devorar al conciencia, el deseo y el orden simbólico. Por
otro, negar su diferencia e incorporarlo en un esta razón es inútil intentar hacer una fusión
proceso totalizador. y confusión entre ambos órdenes; es imposi-
ble disolver la separación entre lo Real y lo
Plummwod (2002) sostiene que existe una en- simbólico, y aspirar a una visión totalizadora y
conada arrogancia cuando no se respetan los ominicomprensiva del mundo.
límites, ni se reconocen las diferencias, que,
en últimas, son la base del respeto. Claro que Recordemos que el psicoanálisis de orienta-
se debe reconocer la continuidad humana con ción lacaniana —en el que se asienta parte
el mundo natural, asevera, pero también reco- de la obra de Leff—, sostiene que lo huma-
nocer su distinción, e incluso su independencia no no tiene nada que ver con el orden natural
de nosotros, y la distinción de las necesidades porque obedece a reglas distintas a las de la

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naturaleza. Johnston (2010) ha llegado a decir ontológica”, sino rencausar el pensamiento


que habitamos en el plano de la anti-physis, hacia la inmanencia de la vida, hacia las con-
un lugar que llamamos “cultura” (Ruíz, 2008). diciones ecológicas del planeta, de modo que
El sujeto, tiene que arreglárselas desde esa pueda fundarse “una nueva coherencia entre
constitución subjetiva, es decir, desde el uni- lo Real y lo Simbólico”.
verso simbólico “no-natural” para encontrarse
con lo Real de la physis. Para ello construye Aunque ambos autores parten de la fragmen-
significantes en el lenguaje cuya función es tación metafísica de la cultura occidental como
mediar entre él y lo Real. El sujeto no tiene el origen de la crisis ambiental, concuerdan en
más remedio que crear significantes para crear afirmar que la vía del Monismo ontológico no
sentido de la vida, pues es ahí donde encuen- está libre de problemas. Sustentan con bue-
tra su guarida. Cuando enunciamos la palabra nos argumentos lo inadecuado que puede lle-
“Naturaleza” o “Madre Tierra”, no estamos gar a ser la anulación de la diferencia de la
allegando en sí mismo al mundo Real, sino ello otredad, como la del orden simbólico propio
es más bien una designación4, un significante del animal humano.
que sirve para producir algo de historicidad en
el ser humano. Para Lacan existe una escisión En una vía intermedia va la propuesta del filó-
imposible de superar, y por tanto necesitamos sofo ambiental colombiano Augusto Ángel Maya
de la estructura simbólica para relacionarnos (1996), quien anida en el pensamiento darwinia-
con el mundo (Ruíz, 2018). no y spinoziano. Al igual que Lacan, Plumwood
y Leff, sostiene que tanto el ecosistema como
De esta explicación psicoanalítica que reivin- la cultura tienen su propio orden. De acuerdo
dica la inevitable escisión del sujeto de la na- con Ángel Maya las características de la especie
turaleza, es que Leff se basa para cuestionar humana evolucionaron por un camino distinto
las propuestas encaminadas a que el divorcio al de las plantas y los animales, y esa ruta llevó
entre sociedad y naturaleza pueda resolver- a esta particular especie a ser desterrada para
se por la ecologización del orden social. Leff siempre del paraíso ecosistémico, a convertir-
coincide con Plumwwod en que es necesaria se en una criatura simbólica. Sin embargo, Án-
una ontología de la diferencia y una ética de gel Maya plantea subrepticiamente un diálogo
la otredad, negando la escisión cartesiana, entre Spinoza y Darwin al afirmar que la cul-
por supuesto, pero aceptando que lo que hay tura, en cuando forma adaptativa, hace parte
es dialéctica: un juego de relaciones entre la de la naturaleza. Aunque ya no pertenezcamos
cultura y la naturaleza; una hibridación onto- al orden ecosistémico, ni sigamos sus leyes, ni
lógica entre distintos órdenes diferenciados, pertenezcamos a algún nicho ecológico, segui-
el primero explicado desde una perspectiva mos siendo parte de la naturaleza: emergencia
simbólica, mientras el segundo desde la ter- de una sola sustancia inmanente de la cual es
modinámica como la condición necesaria para imposible separarnos. La cultura es una pro-
la reproducción de la vida en la Tierra. La pro- longación de la evolución, asegura, “un hecho
puesta de Leff (2014:254) es entonces no ha- tan natural como la evolución biológica”. Ángel
cer “un forzamiento monista de la diferencia Maya es contundente al afirmar: “Es la natura-
leza la que se convierte en cultura. La cultura
4
En la sabiduría oriental hay una frase del monje budista no constituye una intromisión extraña en el or-
Nagarjuna (2004) que sintetiza maravillosamente esta
den de la naturaleza. Es una fase de la mis-
idea: “Si hubiera identidad entre la palabra y su objeto,
el término “fuego” quemaría en la boca”. ma naturaleza” (1996:58). Con esa explicación

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32 Cuerpos entre cuerpos, vida dentro de la vida, encuentros

Ángel Maya evita la discusión lacaniana sobre reciprocidad, y no-jeraquía, en la medida en


si la cultura es parte o no de la naturaleza, que seguimos pensando el problema epistémi-
pero al mismo tiempo mantiene la distinción co de la crisis ambiental desde dos dominios:
entre cada uno de los órdenes. lo humano y lo no-humano.

Tenemos pues a Plumwood, Leff y Ángel Maya, A lo que me refiero es que no deberíamos se-
defendiendo la idea de la dialéctica entre am- guir intentando solucionar las escisiones me-
bos órdenes: la cultura y los ecosistemas, lo tafísicas entre las personas y el resto de los
simbólico y lo Real, aunque difiriendo —en el seres, con la misma categoría de pares para
caso de los filósofos latinoamericanos— si la hacer la relación; es decir, la invitación es a
cultura hace parte del dominio natural. Más no plantear el problema como un asunto de
allá de zanjar este debate —el cual diferiría articulación entre el ser humano, como una
si lo hacemos desde la perspectiva evoluti- categoría, a un lado, y todo lo demás —ya
va o el postestructuralismo, o bien, desde la se llame ecosistema, naturaleza, o lo Real de
lingüística o el psicoanálisis lacaniano— creo la physis—, como otra categoría, al otro. El
que ambas posturas, aunque contradictorias, significante “naturaleza” —tan persistente en
aportan elementos muy importantes para la nuestra cultura pero tan ajena para la mayo-
constitución de una epistemología ambiental. ría de culturas no-occidentales— es demasia-
No es mi intención hacer una síntesis conci- do amplio, omniabarcante y abstracto, como
liadora entre ambas, lo cual no es posible ni para agrupar ahí todo aquello que no cabe
deseable, pero lo que sí pienso es que es ne- dentro del orden humano. Somos proclives a
cesario tomar en serio el argumento de Leff seguir siendo presos del pensamiento carte-
y Ángel Maya, según el cual el área de inter- siano, cuando dividimos el mundo en diadas,
vención del pensamiento ambiental debe dar- pares, binomios, en los cuales “lo humano” o
se en el enjambre simbólico, en el lenguaje “la cultura” siempre ocupa uno de ellos, de-
y sus procesos de significación, y desde ahí jando a lo demás como otra polaridad. Aun-
crear otros procesos de simbolización, para que aparentemente la salida intermedia de
conseguir una ontología de la diferencia y una Augusto Ángel Maya podría ser interesante al
ética de la otredad; pero, por el otro lado, es- incluir la cultura como emergencia evolutiva
timo necesario hacerlo desde el campo de la de la naturaleza, seguimos dando pataleos
interrelación, la interdependencia, y la conti- tratando de lidiar con la otra diada propues-
nuidad entre todas las manifestaciones y ex- ta: ecosistema/cultura. Cualquiera que sea la
presiones del universo. ruta, de alguna manera, seguimos pensando
dónde poner el orden humano en algún tipo
Para hacer este fundamental trabajo creo que de dualismo.
es insuficiente plantear el problema desde dos
órdenes: el de la cultura y el de la naturaleza. En todo caso, así como el Monismo ontológi-
Aunque siempre debemos tener muy en cuen- co tiene sus dificultades al negar la diferen-
ta las particularidades humanas, sus enjam- cia, obviar el estatuto simbólico propio de “lo
bres simbólicos, el lenguaje, y sus procesos de humano”, y las condiciones termodinámicas
significación, como han insistido Lacan o Leff, de la vida en la Tierra, el Dualismo ontológico
opino que es insuficiente mantener el dualis- basado en la dialéctica y en la no-jerarquía,
mo ontológico, así sea en términos dialécti- tiene el problema de seguir pensando “lo am-
cos o correspondencia, complementariedad, biental” desde dos polaridades. El universo es

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demasiado grande para contener la ontología alternativa, además, busca reactivar las sub-
de “lo no-humano” como un solo y único or- alteridades de la dominación patriarcal y po-
den, y nosotros demasiado minúsculos en la nerlas en primer plano como son el cuerpo,
inmensidad cósmica para pretender abarcar los afectos, las sensibilidades, y lo sagrado.
un enorme y gigantesco orden llamado “Cultu- El reto es hacer jugar las multiplicidades, sin
ra”. Tendremos pues que disolver la dicotomía querer borrar las diferencias, respetando la
metafísica, pero también el monismo ontoló- alteridad radical.
gico, y la dualidad dialéctica, y partir por otro
camino, otra vía media. Multiplicidades, enmañaramientos,
líneas, senderos
Para ello necesitamos decir, de la mano de De- Las multiplicidades, han dicho, Deleuze y
leuze (1973), que en realidad la oposición me- Guattari (2004), son rizomáticas, en el sentido
tafísica cartesiana no es entre lo Uno y lo Otro de que son ramificaciones que van en todos
(lo humano vs. lo no-humano), sino, entre lo los sentidos, y en donde cualquier punto pue-
Uno y lo múltiple, es decir, “la oposición entre de conectarse con otro punto. En las multipli-
algo que puede ser afirmado como Uno, y algo cidades no hay sujeto ni objeto, ni dualismos.
que puede ser afirmado como múltiple”. Sin Están en cambio compuestas de líneas, sin
embargo, aquí está el detalle: lo humano no principio ni fin. Pues bien, para atender este
puede ser categorizado como “lo Uno”, dada la concepto de las multiplicidades en la episte-
multiplicidad de mundos y cosmo-existencias mología ambiental, considero que vale la pena
(Blaser, 2009) que pueblan la tierra. No existe estudiar el reciente trabajo que ha desarro-
algo que podamos reducir a “lo Humano”, en llado el antropólogo inglés Tim Ingold (2015).
singular, como si pudiéramos agrupar la diver- Aunque no se referencie directamente en el
sidad simbólica en una categoría universaliza- trabajo deleuziano, pienso que su elaboración
ble como muy bien lo ha denunciado la an- sobre las Líneas da una excelente primera
tropología ambiental. Y dado que no podemos imagen de lo que aquí quiero decir.
concebir “la naturaleza” como una sola dimen-
sión aglutinada en un sólo dominio, en la me- Según Ingold (2012) el ambiente podría verse
dida en que por definición es múltiple, pierde como un enredo que incluye múltiples com-
sentido hacer cualquier tipo de oposición, así ponentes tanto humanos como no-humanos.
sea dialéctica, entre lo Uno y lo múltiple. No Para él, todas las criaturas que componen
hay más relación hombre-naturaleza, y más este enredo relacional son pasajeras que se
bien podemos afirmar con el filósofo francés: acompañan en el mundo en el que todas es-
“No hay nada que sea Uno, nada que sea múl- tán presentes, y, a través de sus acciones y
tiple, todo es multiplicidades”. movimientos, van creando las condiciones
para que otras vivan. Lo que el antropólogo
La propuesta que hago en este artículo, si- desea expresar, es que aquello que llamamos
guiendo esta argumentación deleuziana, es “ambiente”, es una maraña de senderos o hi-
salir por completo de los pares naturaleza los entrelazados. Mucho más que una relación
y cultura, o ecosistema y cultura, y atender que emerge de la relación ecosistema-cultura
con radicalidad el fenómeno de las multipli- —como piensa Augusto Ángel Maya—, el am-
cidades. Es decir, no partir de dos órdenes, biente es un nudo de multiplicidades, una zona
de dos dimensiones, sino, desde el principio, de enmarañamiento. Ingold (2012: 29) se apo-
de la multiplicidad que compone la vida. Esta ya en el geógrafo sueco Torsten Hägerstrand

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34 Cuerpos entre cuerpos, vida dentro de la vida, encuentros

(1976), para decir que al imaginar cada com-


ponente del ambiente “incluyendo humanos,
plantas, animales y cosas, todos al mismo
tiempo”, en una trayectoria continua de movi-
miento, encontrándose con otras trayectorias,
podemos ver cómo los diversos componentes
se van entretejiendo.

En efecto, al ilustrar ese ambiente (Fig. 1), su-


braya Ingold (2015), bien podríamos comenzar
dibujado una línea sinuosa en un papel con un
color, asemejando una senda de movimiento
de una criatura en un lugar. Pero dado que esa
criatura no está sola, tendríamos que dibujar
otros trazos de líneas, con diferentes colores Figura 1. Enmarañamientos
Fuente: Suministrada por el autor
cada una, que figurarían las sendas de otras
expresiones de vida, quienes han llegado a ese Cada sendero dejado por cada criatura es un
mismo lugar por otros caminos. Si fuéramos tipo de línea de vida. Entre los habitantes que
añadiendo sendas a esa ilustración colorida, formamos estos senderos están incontables
poco a poco, la imagen se iría volviendo cada tipos de seres: algunos reptando, otros cami-
vez más enrevesada. Las líneas irían entrela- nando, unos volando, otros excavando, otros
zándose, conformando un enredijo, un nudo. nadando, otros surcando con sus flagelos en
Pero las criaturas no se quedan ahí, sino que el éter, otros moviéndose a través de sus ri-
más bien siguen deambulando, andando, si- zomas y raíces por debajo de la tierra, otros
guiendo sus caminos por otras rutas, y por en las escalas temporales de las formaciones
tal razón el nudo que podemos dibujar es solo geológicas, todos ellos juntos, habitando el
provisional. Tendríamos, entonces, que imagi- mismo lugar. Y en ese enmarañamiento, no
nar que las líneas van desenredándose hasta hay fronteras, ni exteriores, ni podemos dibu-
hacer otros nudos, para volverse a desenredar jar nada desde la teoría de conjuntos, pues la
y conformar nuevos nudos, y así sucesivamen- vida no puede contenerse. No puede cercar-
te. Como ese nudo gordiano es el “ambiente”, se. No hay entorno que nos rodee. No existen
asegura Ingold (2012): una trama conforma- límites, ni fronteras, sino mallas de líneas en
da por hilos de sendas de diversas criaturas los que “distintos caminos se enmarañan por
y objetos que habitan un mismo lugar. Si lo completo. Esta zona de maraña, esta malla de
viéramos desde adentro, dice Hägerstrand líneas entrecruzadas no tiene exterior ni in-
(1976), uno podría ver cómo las puntas de las terior, únicamente aperturas y vías” (Ingold,
trayectorias van siendo a veces empujadas 2015: 148).
hacia adelante, otras veces hacia atrás, yendo
de un lado para otro, en todas las direcciones, Visto en esa perspectiva, todos los componen-
sintiéndonos abrazados por el tapiz a medida tes de esa gran trama, continúa Ingold (2012),
que se mueven. no son seres, sino devenires: devenires pájaro,
devenires herramientas, devenires plantas, de-
venires humanos, devenires bacteria, yendo de

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un lado para otro, formando un gran patrón de vale la pena remitirse al examen del cuerpo
líneas entretejidas. No somos un orden escin- humano y la pregunta sobre si el cuerpo es
dido, tratando de hacer empalmes, sino desde nuestro “yo”, tal como lo preguntan los textos
siempre seres habitando junto a otros. Difícil- budistas del Abhidharma.
mente podemos decir dónde termina una per-
sona y dónde empieza su ambiente. Estamos Siguiendo la explicación de Varela, Thompson
tan enmarañados en el tapiz de los senderos, y Rosch (1997: 89), tratamos nuestro cuerpo
que no podemos pensarnos desde fuera, inten- como si fuera nuestro “yo”. El cuerpo es el lu-
tando acceder a “la naturaleza” —con lo que gar donde están los sentidos, percibimos el
ello tiene de asociado a la exterioridad—, y me- mundo desde el cuerpo “¿Pero de veras cree-
nos pensar lo no-humano como “el entorno” o mos que el cuerpo equivale al yo?”. Pensemos
“el medio”. En el rizoma de la vida cada línea cómo la configuración de nuestro cuerpo cam-
está siempre moviéndose, entrelazándose con bia permanentemente, las células están en
otras líneas que también se mueven, deshila- constante proceso de cambio, de modo que un
chándose aquí e hilachándose allá, tejiendo en organismo no es el mismo después de unos
conjunto la gran trama de la vida. cuantos meses. Lo anterior significa que una
persona nunca es idéntica a sí misma. Des-
Cuerpos entre cuerpos, pués de unos meses de renovación celular
encuentros cambian sus componentes, y en tal sentido ya
Esta noción de enredos y enmarañamientos no es el mismo cuerpo, pero, en otro sentido,
en constante movimiento da una primera ima- esa persona tampoco es completamente dis-
gen no completamente satisfactoria, pero sí in- tinta, en cuanto mantiene su estructura y su
troductoria, para crear un tipo de epistemolo- patrón organizativo.
gía ambiental. De mi parte, e inspirándome en
Spinoza, en el pensamiento ambiental latinoa- Examinemos la cantidad de pequeños cuerpos
mericano de Patricia Noguera y José Luis Gros- que alberga nuestro cuerpo. Como se ha des-
so, en la fenomenóloga mexicana Emma León crito, en él habitan unos 48 billones de bac-
y en el neurobiólogo Francisco Varela, quiero terias, 60 billones de virus, varios miles de
seguir el planteamiento de Ingold, pero desde millones de hongos y otros millones de áca-
la noción de Cuerpos entre Cuerpos. ros, los cuales reunidos, resultan mucho más
numerosos que las células del propio cuerpo.
Para empezar tendríamos que preguntar: Quizá podríamos decir que “tengo un cuer-
¿Qué es aquello que sigue senderos, caminos po que me pertenece”, pero podríamos decir
y rutas? ¿Qué es eso que se enreda y des- que ¿esos cuerpos-microbios que viven en mi
enreda? Esas preguntas nos llevan inmediata- cuerpo me pertenecen? (Varela, Thompson y
mente a la respuesta de que quien se mueve y Rosch, 1997).
deambula, quien construye el ambiente como
zona de enmarañamiento, es el cuerpo. Hablo Pensemos ahora en el agua. Sabemos, que
de los cuerpos-piedras, los cuerpos-agua, los nuestro cuerpo está conformado por un 70%
cuerpos-aire, los cuerpos-fuego, los cuerpos- de agua, pero ¿esa agua hace parte de mi “yo”?
plantas, los cuerpos-animales, los cuerpos- La ciencia nos ha contado que cada molécula
humanos. Sin embargo, aún tendríamos que de agua ha existido durante miles de millones
precisar ¿qué es aquello que llamamos “cuer- de años. Ella vino a la Tierra con asteroides y
po”? Para contestar ese cuestionamiento bien cometas, y desde ahí ha estado circulando a

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36 Cuerpos entre cuerpos, vida dentro de la vida, encuentros

través de rocas, animales y plantas. Antes de misma, ni tampoco en la persona que lo sa-
que esa agua constituyera la mayor parte de borea, sino en el encuentro entre ambas”. La
mi cuerpo, estuvo dentro de océanos, lluvias, manzana es el resultado de un flujo de en-
congelada en los casquetes polares, y fue par- cuentros, como la semilla y la lluvia, los mi-
te de bacterias y dinosaurios (Jha, 2015). Esa croorganismos del suelo y el árbol, la cosecha
agua no quedará quieta, sino que seguirá cir- y la mano del campesino, así como la persona
culando una vez abandone el cuerpo, y siga su es fruto del encuentro entre sus padres, y sus
deambular, sus rutas de movimiento. gametos, así como de una multitud de encuen-
tros en su historia de vida. La larga trayectoria
Por cualquiera de las vías5, no hay un funda- de la manzana, diría José Luis Grosso6, es la
mento para decir que exista algo, en sí mis- que nos toca, la que allega a nuestra lengua.
mo, que pueda llamarse, de manera delimi- El placer del sabor de la manzana es el placer
tada como “Cuerpo”, en la medida en la que de la relación, no en lo que está aquí adentro—
no podemos imaginar ningún cuerpo separado mis papilas gustativas—; no en lo que está
de su exterior por la frontera de su piel, o de afuera —la piel de la manzana y su jugo—, sino
sus escamas, corteza o caparazón. En realidad el encuentro entre ambas superficies, una re-
¿dónde empieza y termina un cuerpo? ¿Podría lación entre cuerpos. La manzana me toca, yo
pensarse un cuerpo al margen de lo que habita la toco. Estamos en contacto cotidiano con los
y lo que lo habita? ¿Existe un cuerpo yoico? El seres del mundo, por eso dice Arnau (2017:
cuerpo quizá debamos definirlo por el conjun- 112), la persona y la manzana son encuentros,
to de relaciones que lo componen, no por una “en una cadena cuyo origen no podemos loca-
esencia unitaria, sino por la dinámica de rela- lizar”. Somos Cuerpos entre Cuerpos encon-
ciones corpóreas y extra-corpóreas que lo con- trándonos. Encuentros energéticos, químicos,
forman. De hecho quizá la palabra cuerpo, no sensibles a distintas escalas: desde la escala de
sea un sustantivo, sino un verbo, un acto. No la manzana y la boca de la persona, pasando
somos cuerpo, sino que en todo momento esta- por las partículas subatómicas que le subyacen,
mos en proceso de corporizarnos, de inter-en- hasta las que acontecen a la escala de las cons-
carnarnos a través de los distintos encuentros telaciones. Pero además de escalas diferencia-
(León, 2017). La configuración de aquello que das, somos encuentros entre distintas veloci-
erróneamente llamamos “yo” no es más que dades: desde el vertiginoso movimiento de los
una serie de encuentros, de senderos, como di- electrones, o el acelerado ritmo del crecimiento
ría Ingold, de cuerpos deambulando que se en- de bacterias, hasta el lento movimiento de un
cuentran con otros cuerpos, pero que también árbol a través del suelo, o las lentísimas celeri-
se desencuentran, para seguir otras rutas en la dades de las piedras. Somos entrelazamientos
que se encontrarán con otros cuerpos. entre diversos tipos de cuerpos, entrecruzán-
donos por senderos dinámicos, en una relación
El filósofo budista Juan Arnau (2017:111) nos entre escalas, velocidades y lentitudes.
recuerda cómo Berkeley “aseguraba que el sa-
bor de una manzana no reside en la manzana Nuestra existencia es un inter-existir, un ser-
estando, entre-estando, fluyendo, encarnándo-
nos, creando estados que se desvanecen, para
5
De los libros del Abhidharma solo hemos explorado el
primero de ellos que es el del cuerpo. El resto constituye
los agregados mentales, en los cuales, según la doctri- 6
La potencia de la voz y el pensamiento del filósofo argen-
na, no existe tampoco ningún fundamento para encon- tino José Luis Grosso, me animó por primera vez, a pensar
trar un “yo”. “lo ambiental” como un asunto de Cuerpos entre Cuerpos.

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dar pie a nuevos estados. Con nuestros actos y 56). Cada quien experiencia el mundo sensible
los actos de otros, con nuestras sensibilidades a su modo, y vive sus procesos de co-corpo-
y las sensibilidades de otros, estamos “acá”, rización en el estar-siendo-entre-otros-cuer-
transformándonos, intercambiando, trenzán- pos. A veces amalgamándose y fusionándose,
donos, entre las distintas expresiones de vida, a veces separándose y siguiendo nuevos sen-
interactuando al interior de un universo sintien- deros. Somos-siendo gracias al movimiento,
te que nos abarca. Spinoza enseñó que somos al cambio, a la impermanencia, gracias a los
expresiones de vida, “vida dentro de la vida”, fenómenos de entrelazamiento entre materia
como diría Emma León (2017), tutelados por las y energía. Los cuerpos, sus fluidos, sus fuer-
interacciones de nuestros enredos relacionales. zas térmicas, sus energías vitales inundan y
Lo que somos depende de lo que logra enmara- se transmutan con otros fluidos, otras fuer-
ñarse, de las composiciones de muchos y diver- zas térmicas, otras energías vitales. La vida
sos organismos, cada uno de los cuales, está dentro de la vida, radica justamente en la al-
compuesto de otros organismos. Como muñe- teridad radical que caracteriza los encuentros
cas rusas, nuestra vida solo es posible gracias a entre los distintos cuerpos (León, 2017).
las vidas que llevamos adentro (Haskel, 2012).
No somos, sino que inter-somos, expresaría el Sin embargo, es necesario señalar que los en-
maestro budista Titch Nath Hann (1975). cuentros no son azarosos, como da a enten-
der Tim Ingold con su imagen del nudo. Ellos
Cuerpos entre Cuerpos da cuenta de la inter- obedecen a un patrón auto-organizativo que
encarnación, o la co-corporización que surge explica algunas de las regularidades que ve-
del encuentro entre una multiplicidad de fuer- mos en nuestro planeta, y que se amalgaman
zas, energías, sensibilidades, humores, afectos creando las proporciones y la belleza del flujo
que interactúan dinámicamente (León, 2017). de la vida. Las matemáticas de Turing (1999),
Esta visión adopta una vía intermedia que toma han mostrado cómo las rayas de una cebra,
en serio las interdependencias del pensamien- las manchas del jaguar, la disposición de los
to spinoziano, y la crítica al borramiento de la dedos en la mano, la espiral del caracol, la
diferencia. No hay monismo, entendido como disposición de las plumas de las aves, la ubi-
totalización, sino encuentros entre alteridades cación espacial de los predadores y presas,
radicales. Diferencia ontológica. Cada cuerpo las circunvoluciones del cerebro, o las formas
contenido en las diversas formas corpóreas, ya de la vegetación, obedecen a una interacción
sea de carne y hueso, espinas y escamas, cor- particular de moléculas que siguen combina-
teza y madera, interactúan diferenciadamente ciones reiterativas. En otras palabras: las mo-
con los cuerpos con los cuales se encuentran. La léculas se auto-organizan y retroalimentan de
alteridad radical y la renuncia a todo monismo manera espontánea siguiendo un repetitivo
totalizante, radica en las especificidades morfo- patrón biológico. Las líneas dejadas por los
lógicas, históricas, filogenéticas, y en las posi- senderos de Ingold, más que enmarañamien-
bilidades estructurales de cada tipo de cuerpo. tos, son patrones auto-organizados, figuras
repetitivas, que explican el parecido entre la
Entonces podemos decir que la diferencia ra- piel de un jaguar y formaciones vegetativas
dical comienza con el cuerpo. Pues no es igual en áreas áridas; las manchas de la cebra y
tener “manos que garras, pulmones en lugar las crestas que se forman en las dunas de la
de branquias, brazos en vez de alas, piel que arena; o el coral marino y los mosaicos de las
escamas” como asegura Emma León (2017: selvas tropicales (Fig. 2).

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38 Cuerpos entre cuerpos, vida dentro de la vida, encuentros

Figura 2: Patrones de Turing y estéticas auto-organizadas.


Fuente: Barbier, N. (01-12-2003), Delstudio (s.f.), Limpakdeesavasd, R. (s.f.),
Olkita (s.f.),Blog:Fractal (s.f.), Monib, M. (s.f.).

Los encuentros, mucho más que encuentros Esta forma de pensar los misterios relacionales
fortuitos y desorganizados, siguen una lógica de nuestra Madre Tierra, contrastan con la ex-
estética. Se trata de muchos procesos que se traña noción moderna de “naturaleza” entendida
encuentran con otros procesos diferentes, que como telón de fondo o exterioridad. Somos más
al ligarse van componiendo un ballet, una danza bien senderos, agregados de movimientos, que
de agrupaciones y reagrupaciones que siguen siguen patrones en el trasegar de los elementos
una sucesión necesaria (Hägerstrand, 1976). y sus ciclos, del entrecruzamiento de multiplici-
Precisamente gracias a que los distintos deveni- dades de devenires. La clave es que no parta-
res no se encuentran desorganizadamente, sino mos de un mundo desligado para ir luego a su
que siguen los patrones que identificamos en las encuentro, sino entendernos desde el principio
distintas formaciones biológicas y geológicas, “ya siempre habitando”. Cuando hablamos de
es que podemos percibir la belleza de nuestro ser humano y naturaleza, pareciese que las per-
esplendoroso planeta vivo. El ambiente es en- sonas estuviéramos en un lado y la naturaleza
tonces, un proceso de encuentros, de entrela- en otro lado. Pero la multiplicidad que habitamos
zamientos, sí —convenimos con Ingold—, pero y nos habita no es un enfrente de las personas,
es un proceso auto-organizado y dinámico en no es un objeto exterior. No existen seres hu-
largas trayectorias co-evolutivas, por las cuales manos y además naturaleza (Heidegger, 1994).
se van formando simetrías, proporcionalidades, Estamos “aquí no más” (Kusch, 1976) junto a
y formas repetitivas en lugares insospechados. otros, recibiendo las sensaciones y potencias de
Así es que consideramos hermosos todos los pa- otros cuerpos con los cuales nos encontramos.
trones biológicos: la simetría en las alas de la
mariposa, el equilibrio en el rostro de los anima- En este magma descentrado, lo que hay es una
les y la combinación de los colores de las aves. inconsistencia ontológica: no hay centro donde
La armonía que brilla de las proporciones que señalar con el dedo y decir “ahí está”. Parece
surgen en la trama de la vida. que se tratase de una ontología del cuerpo, pero

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tampoco hay fundamento en algo en sí mismo como una cualidad definitoria de nuestra es-
que podamos llamar, delimitadamente como pecie en los senderos que conformamos jun-
“Cuerpo”. Es una ontología desparramada, va- to a otros. Nuestro cuerpo en sus particulares
cía de todo centro, que se distribuye por el te- formas del “estar”, afecta y es afectado por
rritorio de los Cuerpos entre otros Cuerpos. La el contacto con las otras manifestaciones de
epistemología ambiental entiende que ningún vida del mundo. Pero esas afecciones, como
cuerpo puede existir sin los otros, pues cada tan bien explica Ema León (2017) se funden y
uno de ellos adquiere sus propiedades como confunden entre energías químicas, térmicas,
resultado de sus interacciones con los demás. eléctricas y procesos mentales. Los encuen-
Sin embargo, existe también una paradoja, tros nos afectan, pero de una manera amal-
porque también es una ontología en donde no gamada, en la que se fusionan el contacto, la
hay fusión y pérdida de la diferencia, como percepción, la conciencia, la inconsciencia, las
bien advierte Plumwood. Pues cada cuerpo, al apetencias, el deseo y los sentimientos, los
mismo tiempo que se mantiene unido a otros, cuales se activan durante el intercambio con
se distingue como una unidad diferenciada. Es otras encarnaciones, otras criaturas y otras
una suerte de dialéctica entre continuidad y fuerzas. Esas afecciones las vamos integran-
diferencia, en la que existe una unión indisolu- do en nuestro cuerpo, y, todas, en conjunto,
ble entre diversos modos de vida, pero justa- repercuten en un imbricado tapiz de sensibili-
mente ese enlace vital de co-determinaciones dades entretejidas.
es el que permite a cada organismo mantener
su propia individualidad (Varela, 2000). A ese magma de afectos, que unas veces se
traducen en alegría, ternura, amor, placer, o
El problema epistémico de aquello que llama- compasión, y en otras, en repulsión, hostilidad,
mos “lo ambiental” consiste en entender que odio, envidia, desprecio, indignación, ira, an-
no existe separación, divorcio, sino enmara- gustia, los dotamos de significación. Se encar-
ñamiento dinámico, preñez de proliferaciones nan en nosotros y le imprimimos sentido a tra-
que siguen patrones estéticos, pero al mismo vés de las palabras, el pensamiento y la razón.
tiempo, comprender que entre los múltiples Es el modo como vamos organizándolas en el
somos diferentes. Esa diversidad de encuen- lenguaje. Nuestro territorio-cuerpo es una mul-
tros explica la vida. Habitamos con otras alte- tiplicidad de materiales, afectos y contenidos
ridades, estando inter-penetrados, implicados, cohesionados que nos con-mueven, que crean
involucrados, en la espesa urdimbre de la vida. erupciones senti-mentales —según el agudo
Por eso somos vida dentro de la vida, una for- concepto de León— y que están en constante
ma de vida que mantiene su propia estructura renovación. Sus posibilidades están asociadas
y especificaciones, que no se disuelve en un a nuestra larga historia filogenética y social, y
todo mayor, pero que tampoco puede imagi- por tanto difieren de otro tipo de trayectorias
narse al margen de lo demás. filogenéticas y sociales (León, 2017).

La alteridad humana El devenir humano colectivo, le da forma y mol-


en el tejido de la vida dea ese maremágnum de afectos mediante su
La antropología de Geertz (1991) ha dicho que complejo cultural. Nos valemos de nuestras ca-
los seres humanos somos un tipo singular de pacidades racionales y de “comprensión para
criatura que teje su vida gracias a las forma- darle sentido o propósito a nuestros estados aní-
ciones simbólicas. Pero ello hay que entenderlo micos y sentires” (León, 2017:152). A nuestras

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perturbaciones y reacciones emocionales que del “amarillo”, “azul”, “rojo”, “negro” o “blanco”
surgen como resultado del Estar entre otros en inglés, que la percepción de esos mismos
Cuerpos, le damos forma en el lenguaje. No “colores” en el dani de Nueva Guinea —un idio-
tenemos más guarida que lenguajear el caudal ma que tiene sólo dos términos para los colo-
de fuerzas que se encuentran unas a otras, res básicos—; o la percepción del “verde” y el
según nuestras posibilidades culturales. “azul” del español, que la del tarahumara —len-
gua que sólo tiene un término para el verde y
Para comprender mejor este entrelazamiento el azul—. En gran medida la memoria cromáti-
entre los estados mentales, los cuerpos con los ca está en función de la designación lingüística
que interactuamos y las formas lingüísticas, es propia de cada cultura. Ese ejemplo, da cuenta,
útil traer a cuenta el ejemplo de la percep- de cómo la percepción es en realidad un en-
ción del color. El neurobiólogo Francisco Vare- cuentro que depende de nuestra historia bioló-
la (2000), ha explicado cómo la percepción no gica y cultural, de la combinación entre la larga
consiste en “recuperar” la “información” que trayectoria co-evolutiva propia de cada espe-
llega desde afuera de manera precisa —como cie, y la trayectoria social específica de cada
lo concibe la epistemología cartesiana—. El co- cultura (Varela, Thompson y Rosch, 1997).
lor es en realidad una especie de encuentro,
un diálogo filogenético que activa un modo Los procesos de apropiación del mundo están
de asociación, de muchos otros que pueden regidos por complejas vías, a diferentes es-
ser posibles, según la historia co-evolutiva de calas, en donde se conjugan aspectos propios
cada organismo. Varela (2000) señala cómo de la biología y de la fisiología de cada tipo
la luz y el reflejo crean una perturbación que de organismo, con el lenguaje y los mundos
activa a las redes neuronales para constituir culturalmente diferenciados. Habitar escapa
correlaciones senso-motoras. Es gracias a la a todo tipo de dicotomía entre lo racional y
historia de cada organismo —pensemos la di- lo afectivo, la mente y el resto del cuerpo, el
ferencia en los mundos de color entre un ser consiente y el inconsciente, la naturaleza y la
humano y los de una mosca, por ejemplo—, cultura. Estamos intercambiando entre Cuer-
que un modo de asociación, o encuentro entre pos, en un campo de fuerzas donde se diluye
cuerpos, se hace regular y repetitivo. Así es todo tipo de dualismos. Somos cuerpos sim-
que por facilidad lingüística podemos imaginar bólico-biótico-afectivos, en la terminología de
que los colores corresponden o representan Patricia Noguera (2012), es decir cuerpos en
algún aspecto del mundo, cuando en realidad los cuales se anidan complejas elaboraciones
son la emergencia de un encuentro entre un senti-mentales infiltradas por enmarañamien-
mundo exterior al organismo, que gatilla otros tos lingüísticos sociales y por formas colec-
encuentros internos, como son las operacio- tivas de enunciación. Entrelazamientos en el
nes neuronales cooperativas (Varela, 2000). que se enmaraña el fuego, el aire, la tierra y
el agua, el polvo estelar de las constelaciones,
Sin embargo, las capacidades del cuerpo hu- con los humores y temperancias, las palabras
mano, y su habilidad cognitiva de significar el y los afectos, en un patrón de auto-organiza-
mundo, no es un universal pan-humano. Aun- ción dinámico e impermanente.
que si bien hay regularidades en la percepción
de colores propios de la especie, existen per- Ni el ser humano, ni ninguna otra criatura,
cepciones cromáticas específicas a las lenguas está encerrado en sí mismo, aprisionado en la
de cada cultura. No es lo mismo la percepción cápsula de su piel; más bien somos pasajeros

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de un viaje que se hace junto a otros, que pa- de nuestra estancia terrestre a la majestuosi-
rece iniciar en el momento de nuestro naci- dad del universo. Para ello trata de romper todo
miento y acabar en el momento de la muerte, molde antropocéntrico para crear otra forma
pero que más bien es un viaje mucho más de acoplamiento simbólico, que haga parte de
largo hecho de constantes transformacio- un nuevo ethos ambiental. Más que una epis-
nes, de trayectorias impensadas, por las cua- temología, esta forma de entender nuestras
les hemos estado deambulando a través de formas del Estar y el Habitar, es una epistemo-
distintas escalas y tiempos. Oponemos los estésis —según como lo ha venido trabajando
conceptos de la vida y de la muerte, en otro la filósofa Patricia Noguera—, remplazando el
dualismo, cuando en realidad son parte del sufijo “logos” por “estésis”, entendido como la
mismo proceso del devenir multiplicidades, intensidad de las percepciones de los sentidos.
de ser entes en constante transformación. La En ella, como hemos visto, hay una disolución
muerte parece el fin de la vida, que ocurre del sujeto y el objeto modernos, evitando par-
sin más, como un interruptor que de repente tir de falsas dicotomías, y optando, en cambio,
se apaga. Pero la muerte es otro proceso de por iniciar con el propio cuerpo y la forma como
continuación del estar acá, de ser un modo de somos afectados por los distintos encuentros.
emergencia y manifestación de la inmanencia Acá las discusiones sobre los monismos o dua-
de la vida, de obedecer a los procesos del re- lismos dejan de tener mucho sentido, dando
ciclaje constante de la materia, transforma- apertura al involucramiento, al estar-siendo
ción de energía y entropía del universo. Sin acá adentro, entre multiplicidades.
embargo, en cuanto seres simbólico-biótico-
afectivos debemos darle un tipo de sentido a La ética que surge de esta epistemo-estésis
aquello que llamamos muerte y vida a través ambiental, de esta ontología de la vida, no es
del lenguaje. La primera, como modernos, la una moral del “deber ser”. La moral es el siste-
historiamos a través de la jerga científica; la ma del juicio, que funciona a través de los va-
segunda, más inasible, más inescrutable, la lores, de los preceptos y los mandatos. No es
simbolizamos a través de la invocación de lo el punto de vista del Estar entre cuerpos. Lao
sagrado y lo divino. En cualquiera de sus for- Tse lo veía muy bien al sentenciar: “cuando
mas estamos historiando la angustia, la incer- desaparece el Tao aparece la moral”, porque
tidumbre, el temor, y “la pregunta por el sen- cuando se desvanece el sentido de pertenen-
tido del ser” —en términos heideggerianos—, cia a un todo abarcante, surge la necesidad
a través del lenguaje. Somos pues agregados de decirle a los demás lo “que deben” hacer;
indisociables entre la materia y el símbolo: un emerge la obligación y el enjuiciamiento ra-
devenir muy transitorio y corto, que experien- cional. La ética ambiental, en cambio, parte
cia su breve estado “individual” a través de un desde una ontología del Estar, la ontología del
formato lingüístico. habitar: “está más cerca a la sabiduría que a la
razón” (Varela, 1992: 13). ¿Qué tenemos que
Epistemoestesis y ethos ambiental decirles a los demás? ¿Que no talen bosques?
La epistemología ambiental más que un modo ¿Que no contaminen? ¿Que cuiden el agua?
de comprender la forma como el pensamien- Nada de ello. No tenemos ningún tipo de dic-
to y el corazón de una cultura presuntuosa y tados, nada que entendamos mejor, ninguna
confundida se disoció y extravío de la tierra clase de superioridad moral. Nosotros parti-
que somos, es una ontología de la vida (Leff, mos de otra geografía, de la geo-grafía del
2018), que intenta reintegrar el pensamiento contacto (Noguera, 2012).

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El ethos ambiental parte del contacto con los entre mi cuerpo y los cuerpos de un lugar so-
seres del mundo y la consciencia de lo que breabundante de relaciones, y tristeza ante la
implica ese contacto. Comienza con el involu- devastación de la vida.
cramiento del propio cuerpo, de la confronta-
ción inmediata con situaciones de las que nos El entrelazamiento inter-corpóreo genera
hacemos conscientes (Varela, 1992), como afecciones. “Somos afectados”, lo cual quiere
cuando prestamos atención al trasegar de decir que nuestro cuerpo tiene un efecto por
la manzana, y sus senderos recorridos has- la acción de otro cuerpo. Esto por supuesto,
ta tocar la superficie de nuestra lengua. De no puede hacerse a distancia: implica un con-
esa forma nos vamos haciendo conscientes de tacto, una combinación entretejida de cuer-
los encuentros, para concluir entendiéndonos pos. Un contacto que afecta a un cuerpo, y
como inter-corporalidades. No es una episte- ese a otro, y así sucesivamente, creando una
mología de la metafísica trascendental, en la mezcla de cuerpos. Sin embargo, sigue y se-
que partimos de un mundo externo sobre el guirá siendo enigmático y misterioso, cómo se
cual llegamos con juicios racionales, sino que hacen presentes las cosas en la experiencia,
lo hacemos incluyendo nuestra participación, y cómo cobran vida las afecciones y los pro-
nuestro universo sensible; involucrando nues- cesos mentales. No tenemos idea de cómo se
tro propio cuerpo. No se trata de buscar cul- mezclan los cuerpos. Solo nos queda la sensi-
pas, ni “sentirnos mal”. Todo lo contrario: se bilidad para saberlo: conocer los otros cuerpos
trata de apreciarnos implicados en los place- por las afecciones que ellos producen sobre
res del “Estar”; sabernos inter-penetrados en nuestro cuerpo. Solo puedo conocer los nudos,
cada respiración con los cuerpos, y reconocer los senderos entretejidos, las mallas de cuer-
lo placentero que es la relación con los seres pos, y a mí mismo, por la acción que ejercen
del mundo (Grosso, 2012). otros cuerpos sobre el mío. No puedo conocer
al sol mismo, más allá que por su efecto sobre
Hacerse sensible a la fenomenología de los en- mi cuerpo. Es por la naturaleza del encuentro,
cuentros implica reconocer cuando “me sien- como la relación del cuerpo que me modifica,
to bien”, cuando el encuentro con lo otro me y actúa sobre mí; por la forma en que sus ra-
da alegría, en la medida en la que los otros yos se fusionan con las relaciones característi-
cuerpos se combinan con mi cuerpo en pro- cas de mi propio cuerpo.
porciones y condiciones favorables. Cuando
ocurre que la potencia de un cuerpo, su fuer- El ethos ambiental es pues una epistemo-esté-
za, su energía, su magnetismo, se mezcla con sis. Una manera en las que las sensibilidades,
el mío de forma tal que experimento placer. lo sintiente, lo sentido, la piel, los contactos
Pero también, cuando los encuentros me ge- entran en primera escena (Noguera, 2004).
neran experiencias desagradables, cuando el Una ética que comienza siempre desde el cuer-
encuentro entre dos cuerpos se convienen de po. Seguimos aquí la ética spinoziana, la cual
una forma tal en la que me siento mal, en la no se basa en valores y juicios morales, sino
que siento tristeza, indignación, ira (Deleuze, una ética activa que pregunta ¿qué es lo que
1978). Ambas experiencias, son experiencias puede un cuerpo? Es decir, no preguntamos
sensibles, experiencias que me afectan, y po- ¿qué debes hacer? sino ¿de qué eres capaz?
tencian un determinado modo de actuar. Quizá ¿qué puedes? No es un interrogante para un
así podamos sentir alegría con los encuentros cuerpo abstracto, sino una pregunta dirigida

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a mí: ¿qué es lo que yo puedo? ¿de qué expe- Bookchin, M. (1990). The Philosophy of Social Eco-
riencia soy capaz? ¿qué puedo hacer en virtud logy Essays on Dialectical Naturalism. Montreal:
Black Rose Books.
de mi potencia? (Deleuze, 1978). Esta ética es
activa, nos habla del poder, de las cosas de Capra, F. (1998). La trama de la vida. Barcelona:
Editorial Anagrama.
las que somos capaces al reconocernos como
Cuerpos entre Cuerpos. De Castro, E. V. (1998). Cosmological deixis and
Amerindian perspectivism. Journal of the Royal
Anthropological Institute, 469-488.
Lo anterior, por supuesto que no es fácil. Como
dice Francisco Varela (1992: 42): “tenemos el Deleuze, G. (1973). “Dualismo, monismo y multipli-
cidades”. Curso del 26/03/73.
mundo en el que vivimos tan al alcance de la
mano que no ponderamos lo que es ni cómo Deleuze, G. (1978). Sur Spinoza. Curso del
24/01/1978.
vivimos en él”. Los encuentros cotidianos, con
los seres del mundo con los cuales nos inter- Deleuze, G. (1980). Sur Spinoza. Curso del
25/11/1980.
penetramos, parecen tan dados, que no solo
no los vemos, sino que tampoco vemos que Deleuze, G. y Guattari, F. (2004). Mil mesetas. Ca-
no los vemos, asegura el mismo Varela. El pitalismo y esquizofrenia. Valencia: Pre-Textos.

reto entonces implica hallar distintas puertas Descola, P. y Pálsson, G. (ed.) (2001). Naturaleza
para ejercitar la sensibilidad, hasta descubrir y cultura. Perspectivas antropológicas. México
D.F.: Siglo XXI Editores.
que somos Cuerpos entre Cuerpos, resultado
de múltiples encuentros, inter-seres entre- Edgar, M. (1986). El Método, La naturaleza de la
naturaleza. Madrid: Ediciones Cátedra.
estando. No hay otra salida que apelar a la
sabiduría y al poder de nuestro cuerpo, para Escobar, A. (2013). “En el trasfondo de nuestra cul-
co-construir entre todos este otro ethos, si lo tura: la tradición racionalista y el problema del
dualismo ontológico”. Tabula Rasa (18), 15-42.
que queremos es dar un giro al colapso civi-
lizatorio al cual estamos encauzados. Las di- Fox, W. (1984). Deep ecology: a new philosophy of
our time? The ecologist, 14(5/6), 194-200.
cotomías no tienen cabida en dicho propósito.
Lo que requerimos es de una epistemo-estésis Geertz, C. (1991). La interpretación de las culturas.
que hagan emerger otro tipo de sensibilidad, Barcelona: Editorial Gedisa.

una sensibilidad que nos potencie a reinscribir Grosso, J. L. (2012). Del socioanálisis a la semio-
nuestro hacer en las condiciones que hacen praxis de la gestión social del conocimiento:
contranarrativas en la telaraña global. Popayán:
posible la vida en la Tierra. Las posibilidades
Universidad del Cauca Colombia.
son insospechadas, pues en realidad no sa-
Hägerstrand, T. (1976). “Geography and the study
bemos lo que puede un cuerpo, o mejor aún,
of the interaction between nature and society”.
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un cuerpo que habita entre otros cuerpos.
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Conflicto de Intereses
Los autores declaran no tener
ningún conflicto de intereses

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Revista de Investigación Agraria y Ambiental. Bogotá - Colombia, Número especial Vol. 11 No. 3, 27-44, enero - julio 2020 ISSN: 2145-6453
Recibido: 03/12/2019
Aceptado: 01/06/2020

MÉTODOESTESIS : LOS CAMINOS DEL SENTIR


EN LOS SABERES DE LA TIERRA UNA AVENTURA
GEO-EPISTÉMICA EN CLAVE SUR

MÉTODOESTESIS: THE WAYS OF FEELING


IN THE EARTH KNOWLEDGE - A GEO-EPISTEMIC
ADVENTURE IN THE SOUTH KEY

Ana Patricia Noguera


Leonardo Ramírez
Sergio Manuel Echeverri

Al Maestro Carlos Augusto Ángel-Maya,


diseñador de un Pensamiento Ambiental,
donde el sentir, la sensibilidad y lo poético,
han abierto caminos-otros para comprender
los saberes de la tierra.

A la Tierra, hermosa madre y maestra,


pletórica de saberes y sabores
generosa y amorosa con sus hijos, sus
discípulos e incluso, sus explotadores.

RESUMEN
La palabra Métodoestesis (Los caminos del ecosistemas y las culturas. Los contactos per-
sentir) creada por Ana Patricia Noguera, nom- manentes entre estos dos sistemas, abrieron
bra las trayectorias epistémicas que se des- la puerta a un pensamiento ambiental sistémi-
criben en este artículo. La primera es la pro- co-estético. La segunda trayectoria es Cuerpo
puesta Ecosistema – Cultura, elaborada por – Tierra, emergente de la obra de Ana Patri-
Augusto Ángel-Maya, uno de los creadores cia Noguera. En esta propuesta, el camino del
del Pensamiento Ambiental Latinoamericano. sentir se coloca en los cuerpos-entre-cuerpos,
En ella, Augusto de apartó del modelo de De- que en su intertactalidad van transformándo-
sarrollo Sostenible, para pensar lo ambiental se y disolviéndose unos en otros. Esta episte-
como lo emergente de las intersecciones entre me estética, abre camino a lo ético, como lo
el capital natural, el capital social y el capital que se configura en dichas intertactalidades y
económico, proponiendo pensar lo ambiental no como una metateoría de valores. De las dos
como lo emergente de las relaciones entre los trayectorias anteriores surge la episteme de

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Ana Patricia Noguera, PhD.Leonardo Ramírez, Mgr. Sergio Manuel Echeverri, Mgr.
46 Métodoestesis: Los caminos del sentir en los saberes de la tierra Un aventura geo-epistémica en clave Sur

los saberes de la tierra. En ella, la organización ecosystems and cultures. The permanent
de los saberes emerge de la tierra en clave eco- contacts between these two systems opened
poiésica. Desde la Metodoestesis, como tejido the door to a systemic-aesthetic environmen-
de caminos del sentir nos interesa preguntarnos tal thought. The second path is Body - Earth,
por cómo estamos habitando la tierra. emerging from the work of Ana Patricia No-
guera. In this proposal, the path of feeling is
Palabras clave: Episteme, Metodoestesis, Eco- placed in the bodies-between-bodies, which
sistema-Cultura, Cuerpo-Tierra, Saberes de la in their intertactality are transforming and
Tierra, Cuerpos-entre-cuerpos, Intertactalidad. dissolving each other. This aesthetic episte-
me opens the way to the ethical, as what is
ABSTRACT configured in these intertactalities and not
The word Metodoestesis (The paths of fee- as a meta-theory of values. From the two
ling), invented by Ana Patricia Noguera, na- previous trajectories arises the episteme of
mes the epistemic trajectories described in the knowledge of the earth. In it, the organi-
this article. The first is the Ecosystem - Cul- zation of knowledge emerges from the earth
ture proposal, prepared by Augusto Ángel- in an ecopoietic key. From the Methodology,
Maya, one of the creators of Latin Ameri- as a weaving of paths of feeling, we are in-
can Environmental Thought. In it, Augusto terested in asking ourselves how we are in-
deviated from the Sustainable Development habiting the earth.
model, to think of the environment as emer-
ging from the intersections between natu- Keywords: Episteme, Metodoestesis, Ecosys-
ral capital, social capital and economic ca- tem-Culture, Body-Earth, Geo-knowledge,
pital, proposing to think of the environment Knowledge of the Earth, Bodies-between-bo-
as emerging from the relationships between dies, Intertactality.

El comienzo de nuestra
aventura epistémica
Uno de los significados más importantes de la fuera los sueños, la imaginación, la sensibili-
palabra epistemología, ha sido el tratado o la dad, el sentir de los cuerpos vivos, existentes
doctrina del conocimiento, que en la Moderni- y existenciales. El sujeto adquirió una fuerza
dad se enmarcó en el conocimiento científico profunda en las operaciones de construcción
elaborado por el sujeto (yo pienso), sobre el de conocimientos en las ciencias sociales, y
objeto (cosa medible), a través de operaciones el objeto, externo al sujeto, se convirtió en
matemáticas como la inducción, la deducción, mathesis universalis explicada por la racio-
la demostración y /o la cuantificación. Así, el nalidad lógica del sujeto. La inteligencia del
valor científico de un saber, debía validarse universo se redujo a la inteligencia humana,
matemáticamente, para llegar a ser conoci- lo humano a sujeto y éste, a la razón lógica.
miento científico, en sentido estricto. La ver- Incluso, esta reducción geográficamente se
dad se redujo a esta operación matemática centró en Europa, excluyendo a los indígenas,
sujeto-objeto, dejando por fuera otras mane- negros y amarillos pobladores de América,
ras de creación o construcción de verdad. La África, Asia y otros lugares de la tierra, no eu-
realidad se convirtió en objetiva, dejando por ropeos ni europeizados.

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Número especial Vol. 11 No. 3 | enero - julio de 2020

La epistemología, originaria de Europa, heredó Ángel-Maya. Los nombres de estas andaduras


y mantuvo el reduccionismo filosófico, geográ- han emergido de las relaciones ecosistema-
fico y cultural, imponiendose como única for- cultura, relaciones que constituyen lo am-
ma de conocimiento, que conduciría a la ver- biental, según los propuso Ángel-Maya, en su
dad universal. libro El Reto de la Vida (1996), andaduras que
contemplaban la interdisciplinariedad y el diá-
En este texto, exponemos nuestras andadu- logo de saberes, dentro de la dialéctica ma-
ras por caminos-otros que han abierto fisu- terialista y el materialismo histórico de Marx
ras a la epistemología a través de la crítica (1994a,1994b,1994c), que siendo modernos,
al sujeto y al objeto, tarea central de la fi- sin embargo fueron interpretados ambiental-
losofía ambiental latinoamericana, emergen- mente por Ángel-Maya, en la expansión del
te del filósofo colombiano Carlos Augusto cuerpo del hombre como naturaleza.

Propuesta de interpretación ambiental. (Ángel – Maya, A.1996, p. 96)

En nuestra aventura espistémica, iniciada absolutamente unidos en contactos creadores


cuando comenzamos a salirnos de la relación de nuevas emergencias vitales, que superaban
sujeto-objeto (Noguera, 2000) fuimos encon- toda forma de racionalidad, lógica, método,
trando que los saberes ambientales no emer- verdad y realidad. (Noguera, 2007)
gían solamente de una relación racional dia-
léctica-compleja, sino que en este afuera, lo Este tejido de tejidos, este entramado de vida,
sensible era lo que conectaba el todo de la tie- esta tierra sintiente y sentida por comunida-
rra; era el contacto entre cuerpo-mundo-de- des originarias como madre, como su ley de
la-vida-simbólico-biótico; era la piel de la tie- origen común, no era una operación de la ra-
rra en su diversidad óntica (Noguera, 2004); zón, ahora compleja y siempre universal; era
era la tierra misma en un entramado tal que lo anterior a toda operación de la racionalidad
viviente y lo inerte no estaban separados sino compleja en un apriori que estaba por fuera

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Ana Patricia Noguera, PhD.Leonardo Ramírez, Mgr. Sergio Manuel Echeverri, Mgr.
48 Métodoestesis: Los caminos del sentir en los saberes de la tierra Un aventura geo-epistémica en clave Sur

de la ontología, la epistemología, la ética y la A ese camino lo llamamos metodoestesis, que


estética modernas, kantianas y postkantianas; de ninguna manera está separado de los ca-
este tejido no era; estaba. No era, porque el minantes; por el contrario: es el camino del
ser de la filosofía eurocentrista, suponía un cuerpo-tierra, geo-episteme que es el contac-
tiempo donde el ser, para ser, tenía que pasar to de todos los contactos.
por el no-ser. Estaba, porque el estar solo era
posible en un lugar, una geografía, un suelo, La aventura ambiental de Augusto
un aquí, acá, allá; esta geo-filosofía situaba los Ángel-Maya: Interpretación
cuerpos en la tierra como emergentes de ella de la crisis ambiental desde
y la situación de los cuerpos en la tierra, sobre la episteme ecosistema-cultura
la tierra, de la tierra y de tierra, eran maneras Carlos Augusto Ángel Maya (1932 – 2010),
diversas de nombrar las relaciones cuerpos- planteaba con la pasión de quien amó la tierra,
tierra: ónticas, epistémicas, éticas, estéticas la naturaleza y la vida, que sin un pensamiento
y políticas. ambiental sistémico, ecológico y complejo, las
investigaciones ambientales, serían investiga-
Decidimos entonces que cuerpo-tierra (No- ciones sobre un ambiente reducido a objeto, a
guera, 2012), sería el nombre que nos permi- dato, a externalidad.
tiría coligar todas la relaciones emergentes de
la relación fundacional ecosistema-cultura que Augusto Ángel-Maya comienzó a inquietarse
configuraran acontecimiento; realizamos una por lo ambiental en los años setentas, movi-
epojé de las conexiones entre ecología-política, do, como la mayoría de los pensadores de su
economía-ecológica, antropología-ecológica, tiempo, por un profundo compromiso con los
bio-arte, educación-ambiental, ciencias-am- graves problemas sociales producidos por el
bientales, no porque estas relaciones no fue- capitalismo, el desarrollo, y la explotación
ran constitutivas del pensamiento ambiental, del hombre por el hombre, y de la naturaleza
no solo latinoamericano, sino europeo, asiáti- por el hombre; su desbordante imaginación
co o africano, sino para salirnos a la exterio- creadora, le permitió pre-sentir que la socie-
ridad habitada por comunidades de vida, sin dad sería genuinamente justa, si la justicia
disciplinas, interdisciplinas, ni metadisciplinas, se extiendía a la naturaleza. Ángel-Maya se
pues éstas tienen en común la emergencia de dedicó a investigar por más de veinte años,
diversas relaciones sujeto-objeto: intersubje- el origen de dos de los más importantes es-
tividad – objetividad, subjetivo-relativo, obje- collos originadores de la crisis social y ecoló-
tivo-relativo y la presencia de un método de gica: la escisión cultura/naturaleza y el desa-
investigación sujeto – objeto, donde el sujeto rrollo, ya que éstos constituyeron, y siguen
(racional analítico, lineal, dialéctico, o comple- constituyendo, imaginarios y símbolos de la
jo,) se relaciona con el objeto (medible, cuan- cultura occidental moderna, absolutamente
tificable, deducible, explicable, claro, distinto antiambientales.
o complejo).
En su riguroso, cuidadoso y amoroso trabajo
El camino que nos permitiría pensar lo ambien- investigativo, Augusto Ángel encontró que la
tal desde sus enigmas, enredos, encrucijadas, escisión hombre-naturaleza se configuró gra-
texturas, sinuosidades, sonoridades, polifo- cias a la escisión entre alma y cuerpo, cielo y
nías, polirritmias, sentires, sentidos y senti- tierra, sujeto y objeto, cultura y naturaleza,
mientos, sería el camino del sentir lo sensible. sociedad y naturaleza, sociedad-comunidad,

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hombre y mundo, que aconteció durante las atroces procesos de colonización que Europa
travesías geográficas investigativas del pensa- emprendió con América, Asia y África, desde
miento occidental angelino, por más de dos mil el siglo XV hasta el presente, comenzaron a
quinientos años. Adentrarse en los vestigios, salir al afuera de la modernidad ensimismada,
hurgar en las huellas-territorios del pensa- industrilizada y neocolonizadora, y al afuera
miento occidental, partiendo de Grecia como del sujeto-objeto de la epistemología moderna
referente de la Filosofía Occidental, fue una convertida en una única manera de conocer y
de las aventuras del pensamiento de Augus- de saber.
to Ángel, que se expresaría bellamente en su
“Aventura de los Símbolos. Una visión ambien- Progresivamente, en el Pensamiento Ambien-
tal de la historia del pensamiento” (2000) y tal Sur (PAS), el sujeto se ha colocado en sos-
en el “El retorno de Ícaro”(2001 y 2002) obra pecha, duda, pausa, crisis, disolución, crítica
cumbre de la Filosofía Ambiental, en la que radical. La miseria del objeto se ha develado
Ángel-Maya insistiría en la urgencia cultural de lentamente, en la profunda crítica a la indus-
retornar a la tierra, antes de que como Ícaro, trialización, mercantilización y mercadeo de
esta cultura “ingrata y sin paz” (Hölderlin en la naturaleza, la tierra, y los entramados de
Noguera, 2004: 18), desaparezca, llevándose la vida (Noguera, edit. 2016); la Verdad con
por delante millones de especies más, y dejan- mayúscula ha tenido que recogerse, aceptar
do una tierra devastada. que no es única, universal, ni tautológica; las
disciplinas se han venido in-disciplinando a
De La Aventura de los símbolos, y El retorno de pesar de la insistencia de los estados-nación
Ícaro, han emergido polifonías atonales, tona- modernos -colonizados y al mismo tiempo co-
les, dodecafónicas, seriales, experimentales, lonizadores a través de la Educación Oficial, la
que siguiendo la analogía musical, estamos Investigación y otras instituciones políticas-,
llamando PAS: Pensamiento Ambiental Sur. en mantener maniqueismos donde las fuer-
zas y las oposiciones no se solucionan en el
Epistemes coligadas con el ethos, lo sensible, justo medio de la complementariedad, en el
lo poético-estético y lo político, expresan di- camino de la diversidad, en el Tao, camino
versidad de voces y silencios que configuran que es el encuentro del Yin y el Yan, y de mu-
en resonancia con la episteme-ético-estética- chos entrecruzamientos, sino que se decla-
política ´Ecosistema–Cultura´ (1996, p. 96), ran la guerra, para dominar uno al otro. Pero
importantes voces sur, que piensan lo am- los saberes-otros han colocado en cuestión
biental como complejo, enisgmático y denso la universalidad del conocimiento emergente
contacto entre lo ecológico y lo económico, de la relación sujeto-objeto, y han mostrado
lo ecológico y lo político, lo antropológico y lo cómo ellos se configuran como las pinturas
ecológico, lo artístico y lo biótico, lo estético y de Jackson Pollock, Frida Kalho, Tarsila do
lo ecológico, lo biótico-simbólico. Amaral, ó Joaquín Torres García: sorpresiva y
aleatoriamente, en la exuberancia de la expe-
Lo ambiental comenzó a pensarse como una riencia existencial que transgrede todo orden
relación de contacto interdependiente entre refijado, ó en la subversión del orden episte-
sociedad y naturaleza, cultura y naturaleza, mológico imperante en la constitución de las
comunidad y naturaleza. Voces de comuni- geografías, donde el norte es el camino y el
dades-otras, silenciadas por los violentos y sur se muestra inferior y pequeño.

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50 Métodoestesis: Los caminos del sentir en los saberes de la tierra Un aventura geo-epistémica en clave Sur

Fuente: La América invertida, Joaquín Torres García (1943)

Torres–García, transgrede las geografías epistemológico que le diera cimientos a las


políticamente correctas y en su obra La ciencias ambientales; la transformación de los
América Invertida, (1943)1 logra seducirnos símbolos de la cultura, en clave ambiental, es
a pensarnos como sur, desde el sur, como decir en clave de la episteme-ética-estética-
saberes-sur, epistemes sur, que se alejan política ecoistema – cultura, sería la tarea
de los conocimientos medibles, explicables, prioritaria del pensamiento, la educación la
deducibles, validables, válidos y validados ética, la estética y la política ambiental. Si con
experimentalmente, creados por el racional- Marx, Augusto había comprendido que no era
centrismo europeo. la conciencia social la que determina las rela-
ciones sociales y económicas de producción,
El sur se torna una plétora de mundos-otros, sino que eran las relaciones económicas de
abismalmente diferentes e incluso opuestos al producción las que determinaban el ser social,
norte epistemológico. Así, el Pensamiento Am- ahora, y a partir de un profundo y riguroso
biental construido por Augusto Ángel-Maya y estudio sobre Ecología,Teoría de la Compleji-
continuado críticamente por el Grupo de Pen- dad y Augusto Ángel comenzaría a darle un
samiento Ambiental de la Universidad Nacional interesante doblez ambiental al pensamiento
de Colombia, asume la transformación de los de Marx. La interdependencia económica de la
símbolos de la cultura en clave de lo ambiental. que hablaba el informe del Club de Roma, fue
mirada por el maestro, en su libro “Hacia una
Ángel-Maya, sabía que la crisis ambiental sociedad Ambiental” (1990), como una inter-
no se solucionaría con un cambio de mode- dependencia radical. Era una interdependen-
lo de desarrollo económico, ni con un modelo cia no por ser los recursos naturales limitados
frente a una sociedad adicta a la producción y
al consumo sin límites… sino porque los huma-
1
https://blogs.20minutos.es/codigo-abierto/2012/03/.../
america-invertida-america-libre/ nos, con nuestra cultura como una intrincada

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red de símbolos, éramos emergencia estética- conocimiento se torna teleológico, palabra que
autopoiésica de la naturaleza. significa estudio de los fines, lógica de los fines
lejanos, fines últimos. En la Modernidad, el su-
La cultura se amplificó. Ya no era solamente jeto como razón universal, opera sobre el mun-
arte: comenzó a pensarse como maneras de do – objeto, para develar sus leyes, advertir sus
adaptación humanas a los ecosistemas. Fue comportamientos, conocer todos sus secretos,
ahí, en ese instante de pensamiento, que los y así dominar ese mundo objetivado; someter
artistas, los poetas y los profetas, comenza- la naturaleza ecosistémica gracias al uso de la
ron a realizar una profunda crítica a la cultura razón, para obtener de ella resultados, para
occidental-moderna que había construido una conseguir unos fines que serán justificados por
plataforma tecnológica alejada de una com- la razón ética cuyos postulados universales tie-
prensión profunda de las lógicas y sensibili- nen que ver exclusivamente con el bien univer-
dades de los ecosistemas, y cercana al éxito sal. Ética, porque la relación sujeto-objeto se
industrial y mercantil consistente en el creci- convertirá en la base epistemológica del desa-
miento y en la acumulación de capitales. Los rrollo que será la única forma como habitamos
artistas y portas románticos, así como los filó- (ethos) esta tierra los modernos que somos.
sofos de la sospecha ante tanta “ilustración”, Desarrollo y conocimiento, configurarán con-
percibieron mucho antes que los movimientos juntamente el proyecto moderno que a su vez
ecologistas y ambientalistas, el fracaso de una configurará el sentido (único y universal), del
cultura absolutamente antiambiental y metafí- conocimiento y el desarrollo. Este momento,
sica que había asumido una relación de domi- este tiempo, que Heidegger describía como un
nación del sujeto sobre la tierra, los ecosiste- tiempo que está dando tanto qué pensar, será,
mas, los entramados de vida, objetivados. sin duda, el momento en que la incandescente
luz de la razón, producirá la ceguera blanca de
La potente clave de esta propuesta para los la ciencia y la tecnología: las dos tendrán una
estudios ambientales, que Augusto Ángel lla- finalidad universal: el dominio total del mundo
maría “Ecosistema-Cultura”, es que coloca por de la vida por la razón científico-técnica, lo cual
primera vez en la historia del joven pensamien- constituye el objetivo geo y bio-político de las
to ambiental, los problemas ambientales y lo guerras modernas.
ambiental como pensamiento, como propuesta
y como trayectoria, en las transformaciones de Augusto Ángel advirtió que su campo de des-
la cultura, que Augusto definiría como platafor- pliegue era una geografía: Latinoamérica, que
ma instrumental y simbólica adaptativa. Lo que más tarde renombraríamos como América-
debe transformarse, para que el ambiente se Abya Yala. El pensamiento latinoamericano
sostenga en una tensión equilibrada entre la emergente de la colonia, había sido una répli-
cultura y el ecosistema, son las formas y ma- ca del pensamiento europeo: centrista, único,
neras de ser de la cultura. Ecosistema – Cultu- excluyente, homogeneizante y universalista.
ra, es una propuesta óntica-epistémica-ética- El pensamiento ambiental latinoamericano no
estética. Óntica, porque inicia la disolución del tendría que seguir cánones, ni modelos, ni pa-
ser en el estar; epistémica porque interroga la radigmas europeos; el Pensamiento Ambiental
escisión entre hombre y naturaleza, clave en tendría que comenzar a construirse por medio
la configuración del sujeto y del objeto. El su- de la educación no en, ni para la investigación
jeto que conoce al objeto, no lo conoce para en ciencia y tecnología dentro del paradig-
nada; lo conoce algo: para obtener algo. El ma dominante: el Desarrollo; el Pensamiento

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Ana Patricia Noguera, PhD.Leonardo Ramírez, Mgr. Sergio Manuel Echeverri, Mgr.
52 Métodoestesis: Los caminos del sentir en los saberes de la tierra Un aventura geo-epistémica en clave Sur

Ambiental tendría que trangredir las relacio- 2007, p. 26). Qué estaba diciendo el poeta? Que
nes epistemológicas sujeto-objeto; tendría el pensar se oculta ante la razón veleidosa?
que disolver sujeto y objeto, y todas las for- Que es necesario pensar de otra manera para
mas de relación presentes en estas dos ficcio- comprender que el pensar mismo aún está por
nes lógicas; el Pensamiento ambiental tendría desplegarse? Que la condición del pensar es su
que asumir los caminos de diálogo y encuentro ocultamiento ante la razón que lo quiere deve-
de saberes en el afuera de las disciplinas, en lar? Augusto abre el Pensamiento Ambiental a
la conversación solidaria, en la alteridad radi- una nueva manera de imaginar, soñar, existir,
cal de saberes-sabores-olores-texturas, en el nombrar, pensar. No solo razonar; ante todo
revés de la epistemología. crear una colere. Ante Icaro, devenido náufra-
go: Prometeo, Frankeinstein, Pandora y Fausto
Así, la ciencia y la tecnología tendrían que ser (Pineda en Noguera, comp. 2016); Pitágoras –
motivo de conversación en la educación, como Parménides – Platón, ilusorios modelos univer-
acontecimientos de esta cultura que modifica- sales de una cultura esquizofrénica que ha creí-
ron la diversidad de la vida, pero no serían el do poder conocerlo todo. El mundo dicho en la
objetivo de la educación; la educación busca- mitología griega; el pensamiento devenido de
ría comprender el lenguaje de la naturaleza, Grecia; los dioses creados por Occidente que
para habitar poéticamente la tierra. Si embar- a su vez crearon a Occidente…las bases funda-
go, la salida del sujeto y del objeto al afuera cionales de Occidente se desmoronan ante la
del pensamiento, donde no hay origen, fin ni crisis cultural, ecológica, ambiental, que expre-
cimientos: solamente flujos rizomáticos; la sa- sa el colapso civilizatorio.
lida de una epistemología donde la nostalgia
de dominio del hombre sobre la naturaleza, Solo queda refundarnos en la tierra, reco-
sigue presente a pesar de la crisis ambiental gernos y abrigarnos en ella; volver al vientre
planetaria, ha sido profundamente difícil. La mismo de la madre, en un segundo comienzo,
ruptura de los obstáculos epistemológico no como diría Martin Heidegger. En una comuna-
ha podido realizarse plenamente, por temor a lidad ambiental; en una nueva cultura; en la
romper el piso que hace a la ciencia moder- tierra natal, madre y maestra.
na, ciencia: el sujeto-yo-razón, el objeto claro
y distinto, y las relaciones de poder-dominio- La aventura ambiental
explotación del sujeto sobre el objeto, presen- de la episteme cuerpo-tierra
tes tanto en las ciencias sociales como en las El habitar de los cuerpos mezclados (Serres,
ciencias naturales, y en la plétora de méto- 2002) es el habitar en el contacto y la diso-
dologías instrumentales e instrumentalizadas, lución. Es un acto amoroso que se repite in-
construidas a partir del siglo XVII, cruzadas cesantemente en el estar-cuerpo-tierra. Todo
por la escisión de los flujos de la vida en dos en la tierra se mezcla para emerger otra. La
mundos categoriales, e inmersas en las rela- tierra se transforma porque se crea, se diseña
ciones sujeto-objeto. y rediseña para permanecer.

Sin embargo, el poeta Hölderlin, que se había “El verbo se hace carne.
disuelto en la naturaleza, escribía en su Hipe- Evocación: alguna cosa o la carne
rión: “¡Oh, sí! El hombre es un dios cuando sue- sale de la voz.
ña y un mendigo cuando reflexiona” (Hölderlin, Orfeo invoca, su voz y las cuerdas

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tiemblan, él llama, grita, canta, se nos con una investigación donde el contacto,
entrega al rreencantamiento. la marca, la huella, el tatuaje, la caricia o la
Compone la música y a Eurídice. violencia, permitieran expresar la imposibilidad
La mujer restituida resucita, de existir por fuera de la tierra-que somos. La
ella sigue la vocación. piel se convirtió para el Pensamiento Ambien-
La voz da carne al nombre, libera la tal, en el lugar de expresión primordial. El lugar
palabra de la muerte, la luz se desprende diseñado y diseñando maneras de habitar. La
de la noche, la música agrega su carne, piel se tornó camino, saber, sabiduría; contac-
endurece lo suave: ¿hasta dónde va la to. No mi piel con tu piel, no mi piel con la piel
encarnación?” (Serres, 2002, p. 173). de la tierra, sino piel como inmensidad diversa
de texturas, diseños, contactos; piel metamór-
Crear, diseñar, encarnar, mezclar-se los cuer- fica, cambiante, compleja. Piel-sabiduría; piel-
pos con la tierra; los cuerpos como mezcla conocimiento; piel sentipensamiento.
de carne y tierra, carne y piedra, voz: mezcla
de palabra y mundo, En todos y en todo. La Con el arquitecto y esteta Carlos Mesa Gon-
palabra, la poiesis amorosa entre lo cuerpos- zález, nos sumergirnos en los tejidos de la
tierra, cuerpos-mundos-de-vida mezclados es piel de la tierra, que somos. Ese sumergir-
el permanecer. nos en los tejidos de las diversas pieles que
conforman las geografías, las geopoéticas,
“Pero lo que queda lo instauran los poetas” las geopolíticas y las geoestéticas, nos llevó
(Hölderlin en Heidegger, 2006 - 107) decía Höl- a la aventura de las Superficies de Contacto
derlin el Poeta que logró disolverse en la natu- (Mesa, 2010), como maneras de sentir-nos-
raleza; ser uno con ella. El poeta que se apartó tierra. Fuimos encontrando en cada tejido de
de Hegel para poder alejarse definitivamente pieles mundovitales, diseños extraordinarios
del sujeto-objeto y poder decir bellamente, que que nos enseñan cómo diseñar nuestras ma-
dejar de ser uno mismo (sujeto que piensa) era nera de habitar humanas. Así, emergieron con
el paso crucial para que la vida permanezca (por el filósofo Jaime Pineda Muñoz una serie de
fuera del objeto y la objetividad), nos sedujo hermosas investigaciones, aún inéditas, so-
a abandonar la epistemología y nos acompañó bre geopoéticas del habitar humano (2009 y
en la aventura de crear-diseñar-confirgurar la 2014), donde proponemos que un habitar hu-
episteme cuerpo-tierra (2012). mano poético, se caracteriza por el cuidado
de la tierra en su plétora de complejidades y
Para llegar a ella, tuvimos que caminar el alteridades posibles. Ese colere palabra latina
trecho del contacto cuerpo-tierra, trecho o que significa cuidar, cultivar, implica un habitar
camino que no queríamos nombrar como
metodología por el cansancio y aridez pro- meramente lógica formal. Han sido emergencias acon-
tecimentales de los contactos, espesos, profundos, do-
pios de la época de la luz de la razón. De es-
lorosos, armónicos, violentos, afectuosos, amorosos,
tos andares, de estas caminatas por las es- cuidadosos, devastadores … pero siempre metamórficos
y transformadores de mundos de vida, entre las varia-
pesuras de lo sensible, emergió la palabra
ciones infinitas de cuerpos y las variaciones infinitas de
metodoestesis2 que nos permitió reencantar- tierra. Desde los cuerpos coreo, que emergen de la dan-
za, el ritual fundacional de lugares habitados por dioses
y dioses indecibles (Agamben, G y Ferrando, M. 2014),
2
Encontrar este vocablo ha sido nuestra aventura. Las hasta los cuerpos violentados, aquietados, silenciados,
espesas pieles, plexos, texturas, que configuran la me- des-aparecidos, masacrados, encuadrados, cuantifica-
todoestesis no son producto de un ejercicio de la razón dos, reducidos a mano de obra y consumo de la guerra-
reflexiva, que dentro de sí misma busca una coherencia capitalista transmoderna. (Foucault, M. 2008)

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como si estuviéramos creando, co-creando, dos emergen y se tranforman permanente-


diseñando o re-diseñando obra de arte. Así, mente en ese contacto; porque el cuerpo hu-
el artista no es sólo quien compone música, mano es siempre biótico-simbólico, y porque
o crea obras pictóricas, escultóricas o litera- la naturaleza ya no será únicamente biótica,
rias. El artista también es aquel que habita la sino simbólica gracias a que es nombrada.
tierra como obra de arte. Y en dónde está esa
obra de arte? Es quien habita, o es la tierra Sin embargo, aún había en el Reencantamien-
habitada? La obra de arte está en la manera to del mundo, una especie de antropocentrismo
del contacto. No está en el habitante ni en el estético-poético. La complejidad de la vida, los
hábitat, sino en el habitar. La tierra en tanto es entramados y redes de vida eran poéticos, pero
habitada poéticamente, se deja habitar poéti- el sentir aún estaba originado por lo humano.
camente. Ella se muestra a quien la ama, por-
que el amor es saber escuchar, comprender, Sin embargo, los diálogos de saberes, las pers-
hacer pausa, acompañar, hacer que la tierra pectivas abiertas en esta episteme de pensa-
germine, y florezca. Para ello, el habitar poé- miento ambiental, permitieron cada vez más
ticamente, hace de la tierra obra de arte y del profundamente, comprender que la conexión
habitante, un artista. cuerpo-tierra es estética y no está ni en el cuer-
po, ni en la tierra, como sujeto-objeto, sino pre-
Fue emergiendo la episteme cuerpo-tierra en cisamente allí: en el contacto. En cuerpo-tierra,
variaciones importantes. Los saberes cons- Noguera descentró y desantropologizó lo estéti-
truidos en estas superficies de contacto, de- co, dándole a esta episteme un carácter estético
jaban atrás el adentro y el afuera; el umbral, en tanto sensible. Otra manera también de sen-
la frontera afectiva, el contacto serían esa tipensar (Escobar, 2014), palabra que conecta lo
potente, densa, singular y vital conexión. La sensible con un pensar que no solo es razonar,
tarea de disolución sujeto-objeto para pen- sino imaginar, soñar, crear, diseñar, construir,
sar lo ambiental, que había surgido de las habitar (Heidegger, 1997) y estar (Kusch,1976).
relaciones ecosistema-cultura propuesta por
Augusto Ángel-Maya (1996), llegaba a un Lo estético en las epistemes
momento importante con la episteme cuer- ambientales trama-red-de-vida
po-tierra (2012). Había pasado por un traba- y cuerpo-tierra
jo filosófico – estético - complejo en el año Lo estético retorna a la reflexión, para hacer
2000, cuando publicamos Educación Estética frente a los paradigmas que han creado mons-
y Complejidad Ambiental, libro emergente truosidades expresadas en la crisis ambiental
de la tesis doctoral de Ana Patricia Nogue- que emerge de la crisis civilizatoria; es impres-
ra. En el año 2004, otro libro de Noguera: El cindible vincular lo estético en las reflexiones
Reencantamiento del mundo: Ideas filosófi- académicas para configurar posturas-otras
cas para la construcción de un Pensamiento que permitan despertar del sueño de la razón.
Ambiental Contemporáneo, publicado por la Es importante recordar la constundente fra-
Universidad Nacional de Colombia y el PNU- se de Francisco de Goya, escrita en uno de
MA, desplegaría lo estético complejo como sus grabados: “El sueño de la razón produce
el contacto entre las pieles de los cuerpos monstruos” (1797-1799)3.
y las pieles del mundo de la vida; Las pieles
de natura con las pieles de cultura. Natura 3
https://www.museodelprado.es/.../obra...arte/...razon-
y Cultura contactadas SIEMPRE, porque las produce-monstruos/e4845219-9.

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la vida, son otra cosa: substancias extensas,


medibles dispuestas a la mirada totalizante y
unificante de la razón moderna. En ese senti-
do estar conectados con los árboles, con los
animales, con la tierra, con la atmósfera, es
un saber que deviene en tanto hay compren-
sión de la lengua de la tierra y de nuestro ser
naturaleza. El espíritu es entonces ese saber
en expansión, que sin embargo se nombra es-
cindido de la tierra, por fuera de la naturaleza,
en los cielos de la metafísica. Ignorar que no-
sotros somos naturaleza, es negar la relacion
profunda entre espíritu y naturaleza. En ese
sentido, el poeta colombiano William Ospina
en su magistral obra, recupera lo espiritual no
como lo opuesto a la naturaleza, sino como
aquello que la constituye, la fuerza de la vida
y su potencia creadora.

“Pero no es por salvar las reliquias del pa-


sado, de las edades heróicas y de los be-
llos sueños de una humanidad más lenta
y más sencilla por lo que hay que resisitir
y buscar el renacimiento de lo sagrado:
Fuente: El sueño de la razón produce monstruos, Fran- es porque el vértigo de este remolino de
cisco Goya (1797 - 1799).
desmemoria y de escombros, cada vez
Por ello la urgencia de un despertar de la ra- parece más cercano al colapso. Y si bien
zón misma, pero sobre todo, de un despertar el planeta podría persisitir sin nosotros,
de lo sensible, sometido por siglos al imperio girando con su cementario de hazañas, de
verdugo de la razón in-dolente (De Souza San- invesntos y de cosas bellas en las tinieblas
tos, 2003 . Vol 1). de la noche cósmica, algo en nosotros se
resiste a aceptarque renunciáramos a
Para colocar la racionalidad moderna en la tanto por tan poco, y que habiendo tenido
sombra y construir el senti-pensar ambiental en nuestras manos el mundo generoso de
urge la necesidad de desprenderse de las ló- Whitman y de Shakespeare, nos hayamos
gicas modernas y fundar nuevas inteligencias resignado al mundo mezquino de la vida
que permitan el florecimiento de la vida y no sin sueños y de la muerte a plazos” (Ospi-
la devastación de la naturaleza. Comprender na, 2018, p. 35).
la capacidad para sentipensar la tierra como
madre y maestra, no como objeto sometido a Etimológicamente la palabra ´estética´ pro-
la manipulación y control del sujeto, es urgen- viene del griego y se refiere al agente de
te y necesario, porque nos hemos extraviado percepción o sensibilidad (aisthe percepción
en la idea de que el ser humano es una cosa o sensibilidad y el sufijo tés agente o suje-
que piensa y la naturaleza, la tierra, el mundo, to). Según Mandoki desde Baumgarten “se

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puede pensar en el ser humano como sujeto leyes universales del arte están anunciadas
con capacidad de un conocimiento sensible el en las teorías clásicas de Baumgarten y los
cual se caracteriza por vincular los sentidos demás estétas, que buscan otorgarle al arte
sin agotarse de ellos” (Mandoki, 2008, p. 64) el mismo nivel epistemológico que a la ciencia
lo cual implica el reconocimiento de lo sensi- en tanto universalidad de los juicios.
ble como manera de ser del humano. La es-
tética se separa de la reflexión debido a una Por ello, el único arte reconocido como arte
vocación racionalizante propia de la moderni- por la visión euro-racional-centrista del mun-
dad, pero Augusto Ángel-Maya en su libro “El do, es el arte clásico, cuyo origen geográfico
retorno de Ícaro: una propuesta de filosofía es Europa. Sin embargo esta concepción de
ambiental” proclama cómo para conocer el arte se expande por el mundo colonizado por
sentido fruitivo que tenían los griegos, qui- Europa, hasta el punto de que aún hoy, la co-
zás se deba acudir más a los poetas que a lonización de lo estético es tal que las escue-
los filósofos. El encanto maravilloso de una las de arte y de estudios culturales, continúan
poesía como la de Safo o Ibyco, se debe a su enseñando (colonizando) a los estudiantes de
capacidad de acercarse en forma inmediata a artes, estética y cultura, en la idea de que el
la naturaleza, a través de la sensibilidad. No arte es el arte europeo y / o el que cumpla con
hacen filosofía de la naturaleza, sino que se las leyes universales de lo clásico.
deleitan con ella. La viven sin barreras ideo-
lógicas. Ello se debe posiblemente a que no En medio de esta colonización que no cesa y
necesitan justificar su actitud, porque no en- que cada vez más se expande a través de los
cuentran nada reprobable o vergonzoso en la procesos de globalización, no sólo del merca-
sensibilidad (Ángel Maya, 2002). do, sino de los cuerpos y las sensibilidades,
surge, -pese a esta homogenización y aquie-
Lo anterior, evidencia cómo el menosprecio tamiento de los cuerpos-, la expansión de lo
por lo estético fue y aún es, una condición estético y de las estéticas en la diversidad de
de la modernidad. Discutir la dicotomía ra- sensbilidades, de lo sensible, del sentir, de lo
zón – sensibilidad fue siempre importante en sentido y de los sentidos.
los filósofos griegos, pues no existía condi-
cionante desde la racionalidad para evocar la La verdad universal construida a partir de
sensibilidad, es decir, no existía una separa- los procesos de colonización europeos en
ción entre razón y sensibilidad, sino una di- los siglos XVII, XVIII y XIX, comienza a de-
ferencia que no hacía a la razón superior a rrumbarse lenta, dolorosa, sangrienta y me-
la sensibilidad; eran maneras de ser y esta- lancólicamente. Desde el Romanticismo, (es-
ban presentes siempre, en el contacto. En la pecialmente finales del siglo XVIII y XIX) en
Modernidad, la dicotomía razón-sensibilidad, el seno de una Europa-otra, artistas, natura-
se disuelve en una especie de escisión en la listas, científicos y pensadores comienzan a
que la razón adquiere poder espistemológico colocar en tela de juicio, la escisión sociedad
sobre la sensibilidad, viéndose ésta someti- – naturaleza y cultura – naturaleza, la reduc-
da a las operaciones del sujeto cognoscente. ción de la verdad a precisión y exactitud, la
Así, la sensibilidad sólo se acepta como Arte escisión entre la razón objetiva, la razón ob-
en tanto éste cumpla con leyes universales jetiva, la negación de la sensibilidad y lo sen-
igual que la verdad científica constituída por sible por hacernos creer en verdades ilusorias
la epistemología cartesiana y kantiana. Las no provenientes de las operaciones del sujeto,

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sino de las maneras de sentir de los humanos, Imaginación como transformadora de mundo,
la universalidad de la verdad, tanto científica, creadoras de mundos otros, y potente desde
como estética, ética o política, y en general, la relación entre lo estético y lo político. Los
las leyes universales impuestas por la razón. caminos de un pensamiento estético expandi-
Poetas como Hölderlin, naturalistas como do y de una manera de construir saberes des-
Humboldt, poetas científicos como Göethe, de la capacidad creadora de lo vivo se abrieron
pintores como Goya, Caspar David Friederich, generando así lo caminos del sentir, saberes
Turner, los impresionistas, y los expresionis- sensibles y por supuesto esa conexión entre el
tas; compositores como Chopin, Debussy, Ra- pensar y el sentir que Arturo Escobar (2014),
vel, Schöenberg, Webern y Berg, configura- nombra como sentipensar con la tierra.
ron en sus obras, rupturas maravillosas con
lo clásico, lo formal, y lo figurativo, no para En el texto Estética cotidiana y juegos de la
negar estas tendencias del arte, sino para ha- cultura: Prosaica I Katya Mandoki (2008) ex-
cer un llamado a otras maneras del arte, en presa como tesis central que no solo es posible
el afuera del sujeto legislador. Por supuesto, sino indispensable abrir los estudios estéticos
el arte moderno realizó rupturas importantes – tradicionalmente restringidos al arte y lo be-
con las leyes universales del arte clásico, mos- llo – hacia la riqueza y complejidad de la vida
tró caminos-otros de creación artística y en el social contemporánea. Eso es precisamente la
alba del siglo XX, el arte moderno percibió que Prosaica: la estética de la vida cotidiana que
otros mundos habían realizado siglos antes lo evidencia de la expansión de lo estético al
que él consideraba novedad: la atonalidad mu- mundo de la vida.
sical, presente en músicas asiáticas, austra-
lianas, africanas o americanas ancestrales, la Así mismo, Michel De Certeau, (1996) habla de
difuminación de la forma, presente en textu- la estética de lo cotidiano al evidenciar que, a
ras orientales ancestrales, la abstracción, pre- diferencia de la teoría, existe convicción éti-
sente en muchas obras de arte, de mundos ca y política que se nutre de una sensibilidad
no eurocentristas. Se inició así, la expansión estética expresada mediante la capacidad
de las estéticas artísticas, que luego giró a la en vigor para maravillarse. Lo cotidiano está
expansión de lo estético, en clave de cuerpos, sembrado de maravillas, espuma tan deslum-
texturas, sabores, donde lo háptico comen- brante como la de los escritores o los artistas.
zó a tener gran importancia ante la sorpresa Sin nombre propio, toda suerte de lenguajes
de un mundo aferrado a lo óptico-acústico. da motivo a estas fiestas efímeras que sur-
(Leroi-Gourham, 1971). gen, desaparecen o recomienzan. Lo anterior
se transforma en invitación a maravillarse en
Los contactos de las pieles, las texturas de la lo cotidiano desde su conexión estética.
tierra comenzaron a valorarse estéticamen-
te; pero no solo esto: la tecné presente en las En nuestro libro Voces del pensamiento am-
maneras de hacer de la tierra, la naturaleza… biental: tensiones entre desarrollo y abya
incluso el universo, comenzaron a tomarse yala (Noguera, edit. 2016), resaltamos que,
en cuenta como estéticas, en tanto creado- si el ambiente es lo que emerge de la relación
ras. La revolución surrealista con escritores entre las culturas y las tramas de la vida, el
como André Bretón, pintores como Salvador pensamiento ambiental se ocupa de esas re-
Dalí, René Magritte, Marcus Cornelius Escher, laciones en su densidad, en su complejidad,
ó Frida Kalho, abrieron puertas inmensas a la en sus estéticas, en sus movimientos y en

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sus transformaciones. inteligencia. Así, los saberes no emergen de


operaciones del sujeto racional escindido de la
Cómo, de qué maneras, se han relacionado tierra, sino de los contactos permanentes en-
las diversas culturas con los diversos ecosiste- tre los cuerpos. En nuestro Pensamiento Am-
mas, es entonces la pregunta ruta, la pregunta biental, el camino de lo estético, como camino
océano, la pregunta obsesiva del pensamiento del sentir, los sentido, lo sintiente, lo sensi-
ambiental. La relación entre las culturas y los ble: la metodoestesis-, ha abierto a un diálogo
ecosistemas es el habitar-hábitat de la poten- donde los saberes construidos a partir de lo
te evocación que Leonardo Boff (2001) hace sensible, los saberes emergentes del contacto
de Homero. Esa relación es el ethos (Noguera, entre las pieles de las culturas y las pieles de
edit. 2016). las naturalezas, y los saberes encontrados en
las geografías conforman polifonías, polirrit-
Aquí la estética expandida no se refiere al mias, iner-corporalidades, cuerpos-tierra.
modo de apreciación, quizás racionalizado, del
experto, ya sea el crítico o el artista; que se La experiencia del habitar está en el contacto
realiza sobre la producción de la obra de arte entre las geografías - habitadas por los huma-
dentro del campo condicionado de lo artístico. nos y los humanos por ellas -, y las geopoéti-
Se refiere a la capacidad que tiene todo cuer- cas, palabra que expresa las maneras del ha-
po para percibir-sentir el mundo de la vida. Es bitar humano en las geografías (Pardo, 1991).
una co-creación como re-creación constante Así, ellas colocan límites, ofrecen posibilidades
en el sentido de construir la realidad desde el nutricias en esa relación trófica-amorosa que
contacto cuerpo-entre-cuerpos en un habitar- comunica vida desde sus orígenes; las voces
habitat (Noguera, 2004). emergentes de las diversas geografías, emer-
gen en resistencias polifónicas ante la debacle
Estética expandida: los saberes creada por la homogenización alimentaria, el
de la tierra monocultivo, la monocultura, el extractivismo
Aunque no se conozcan las ideas estéticas de en todas sus formas, la devastación y la escla-
los filósofos Jonios, en ellos podemos encon- vización de la tierra-madre.
trar los fundamentos filosóficos de la capacidad
fruitiva que expresan los poetas. El sentido de Las voces, las polifonías, los cuerpos entre-
la filosofía presocrática es que el ser humano cuerpos, habitando-se, configuran saberes
pertenece al mundo. Así, si el ser humano es que no pueden ser apresados en ninguna lógi-
el mundo que habita se puede sumergir en su ca; son saberes en el afuera del logos. Ances-
goce. La experiencia estética no tiene superfi- trales, los saberes que habitan y configuran
cie ni profundidad: fluye en el todo del existir- el afuera del sujeto y del objeto, se ocultan
estando. No es un fenómeno que tenga como ante la razón ilustrada porque los saberes sa-
esencia un nóumeno. Es. Y todo lo que se diga ben que su reducción los introduce en las epis-
de la experiencia estética no logra explicarla, temología occicental moderna, cuya base es
porque ella es enigmática, sagrada. precisamente, el sujeto y el objeto. Así como
el ser se oculta ante la positivización del mun-
La sensibilidad permite conocer el mundo. La do de la vida y ese ocultamiento genera la nos-
verdad no es una manifestación trascenden- talgia de la unidad en la multiplicidad, la herida
te sino una percepción inmanente que atra- producida por la escisión fundacional de occi-
viesa la sensibilidad hasta ser captada por la dente y de la modernidad, los saberes también

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se ocultan ante la luz de la razón ilustrada. Por presente circular, molecular, que se expande
ello, urge salir de las lógicas que redujeron el en un comun-estar; en una comun-unidad es-
ser a razón y la tierra a objeto; fundar un afue- tando. Es una permanente acción que no as-
ra de las epistemologías, afuera que estamos pira al más, sino al ahí. Al lugar geográfico-
nombrando cuerpo-tierra (Noguera,2012). geopoético entramado por los cuerpos en sus
coligaciones, contactos, conexiones, relacio-
En Cuerpo-Tierra, escritura que realizamos nes. Los cuerpos son cuerpos en tanto relacio-
para no morir, meditamos sobre la relación nes, conexiones, contactos y coligaciones; así
profunda con la naturaleza-tierra que somos, el lugar es tejedura de los cuerpos-entre-cuer-
en la sensibilidad, y cómo los sentidos enla- pos, estando. Y en ese estando los cuerpos
zados al mundo de la vida fundan un pensa- van diseñando su lugar y son diseñados por
miento sensible con la tierra que habitamos. él. El diseño emergente de los cuerpos-entre-
Lo sensible no está en la piel de los cuerpos, ni cuerpos diseña la tierra, que a su vez diseña
en la piel de la tierra: lo sensible se configura los cuerpos. En culturas no occidentalizadas ni
como acontecimiento, en el contacto perma- modernizadas, los diseños no tienen objetivos
nente de los cuerpos-entre-cuerpos-tierra. La ni metas. Son estando y están siendo. El dise-
piel es contacto, acontecimental, expansión ño se realiza en el estar ahí, no más. No hay
del los cuerpos, entrelazamiento, coligación, desarrollo, ni crecimiento, ni innovación. So-
conexión. La estética se expande; el sentir lamente creación, fruición, goce, ritual, lugar
conecta; la sensibilidad se expresa en lo sen- sagrado, presencias innombrables de fuerzas
sible, no como un a priori, como algo previo mundovitales. No se diseña el futuro, sino los
a la experiencia sensible, sino como la única tiempos por venir.
posibilidad de ser sensibilidad. En la expansión
ambiental de la estética se configuran los sa- Mientras la sociedad moderna en Europa, se
beres – las epistemes, si la palabra es impor- funda en el siglo XVIII para responder a la
tante para comprender el tránsito de la episte- ciudad moderna industrial, sociedad y ciudad
mología ambiental a los saberes ambientales que se configuran por los humanos que de-
-. La tierra sabe, se sabe y se saborea; siente, ciden migrar de la ruralidad a ese lugar que
se siente y es sentida; ese saber se siente en comienza a seducirlos con las utopías de liber-
los sabores, olores, texturas, colores y len- tad como ruptura con su connaturalidad a la
guajes de las geografías, las naturalezas, los tierra y progreso como despliegue de ciencia
tejidos de vida. No es un saber emergente de y la tecnología, bajo el signo del capital-dine-
una deducción lógica. Es un saber presente en ro-producio por la industria, las comunidades
el despliegue, la diáspora de la vida misma. Es continúan atendiendo a su origen común, la
un saber cuyo a priori no es el yo pienso, sino tierra, como madre, casa común, ley de ori-
el tejido de la tierra-naturaleza-vida; y no es gen, lugar de la gente.
un a priori epistemológico, sino óntico.
En América-Abya Yala, comunidades origina-
Los cuerpos-entre-cuerpos: rias como los Hopis, Lakotas, Mayas, Aztecas,
el estar-siendo-sur Quimbayas, Uwas, Aruacos, Wayú, Nasa, Mi-
Estar-ahí-no-más. Los cuerpos entre cuerpos zak, Ingas, Caribes, Pastos, Guahibos, Em-
sur, no desean más de nada. Su existencia no pera, Guambianos, Huitotos, Ticunas, Nukak
tiene objetivos, metas, indicadores, planes Makú, Mapuches, y miles de comunidades,
de desarrollo. No se funda en el futuro. Es un persisten en diseñar sus lugares, su vida,

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60 Métodoestesis: Los caminos del sentir en los saberes de la tierra Un aventura geo-epistémica en clave Sur

sus rituales, sus artefactos, su organización ha fracasado; ha sido un ERROR con mayúscu-
política, su economía, pese a la crueldad y las sostenidas, porque desde ese momento la
atrocidad cometidas contra millones de per- preocupción por lo ambiental se abandonó para
sonas nativas por Europa colonizadora entre persistir en la preocupación por cómo sostener
los siglos XVI y XIX, y pese a los procesos el desarrollo. El desarrollo sostenible ha creado
de neocolonización iniciados durante el siglo conocimientos, ha investigado y producido mo-
XX y muy fuertes en este siglo XXI. Comuni- delos tecnológicos, empresariales e industria-
dades originarias del planeta han configurado les, para explotar la tierra cosificada y no para
resistencias y re-existencias hermosas y pro- cuidar la tierra-madre.
fundamente comprometidas con la defensa y
liberación de la tierra-madre, de sus saberes Geodiseño: Diseño de transición
ancestrales, epistemes sur-sur, aún ocultadas de y desde la tierra
por un Pensamiento Crítico Latinoamericano, Los diseños de la tierra han sido extraordinarios:
que se resiste a reconocer que la tierra, la na- geografías extraordinariamente bellas; sistemas
turaleza y la vida tienen saberes, memorias, de vida de una complejidad enigmática, seres
inteligencia y maneras de comunidación. Sin de todas las formas y diseños extraordinarios…
duda ya hermosas tendencias del pensamien- rocas, plantas, animales, ríos, montañas, aire,
to crítico latinoamericano, están reconociendo agua. Todo ha emergido del saber diseñar y
otras epistemes, pero aún antropocentradas. crear de la tierra en clave de la vida. Aprender
cómo la tierra ha realizado estos diseños es ta-
Nosotros venimos construyendo el paso, sin rea nuestra, para enfrentar la crisis ambiental
duda tortuoso por los mismos obstáculos epis- como expresión del colapso civilizatorio, y para
temológicos que dichas epistemes mantienen, construir otros símbolos, otras redes, otras re-
de unas epistemologías del sur, a unas epis- laciones, otras conexiones, otros saberes, otros
temes sur-sur. El énfasis del sur lo estamos valores, otras formas de conocimiento, otros
sentipensando gegráfica-geopoéticamente. métodos: otra cultura que permita el floreci-
miento de la vida. Cuando Augusto Ángel-Maya
Hoy, como nunca antes, urge no solo el giro afirmaba “La vida, si no florece en poesía, no
crítico de la epistemología a las epistemologías vale la pena”, (Pineda y Noguera, 2009) estaba
del sur, sino la salida del pensamiento ambien- haciendo un llamado urgente a darle sentidos-
tal al afuera de las epistemologías, no como otros al vivir la vida. ¿Cómo hemos vivido los
un ejercicio para construir discursivamente un humanos modernos y modernizados, la vida que
frente a, o un en contra de, sino para encontrar nos creó simplemente para vivirla, en ese mila-
en esos saberes, que aún se ocultan a la mira- gro que permanece, pese a la guerra?
da biopolitica incluso del pensamiento ambien-
tal nor-occidental, posibilidades de resistir y de El geo-diseño para la transición, deambula,
diseñar otra cultura, pues ésta, la moderna, la nomadea, camina en el sentir la tierra. Escu-
del desarrollo, incluso el sostenible-sustenta- cha las sonoridades de los paisajes; siente las
ble, que ha hablado del capital social, el capital pieles de la tierra en sus enigmáticas profun-
natural y capital económico como relación que didades; conversa con la tierra a partir de las
se debe sostener equlibradamente (cosa que geopoéticas del habitar que el sur-sur ha sos-
desde 1987, fecha en que se publica “Nuestro tenido en otros mundos que creíamos imposi-
Futuro Común” propone el capitalismo verde bles (Escobar, 2016 y 2018). Aprende de lo que
europeo presente en el Informe Brundtland), significa educar en el florecimiento de la vida

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Número especial Vol. 11 No. 3 | enero - julio de 2020

(Noguera, 2016a); se aleja del desarrollo en La metodoestesis presente en los diseños de


todas sus formas, incluso se lanza al afuera de artistas como Vincent Van Gogh hace que
este dogma que se ha convertido en el único obras como los “Girasoles” en sus siete ver-
camino del mundo moderno o violentamente siones, no sean solamente cuadros para ser
modernizado, para sentir la vida y compren- colgados en museos, sino la comprensión
der desde lo sensible, que el florecimiento de misma de las metamorfosis de las flores que
la vida solo es posible en el buen vivir. Si las se preparan para dar fruto en la primavera de
epistemes sur-sur permiten tomar decisiones las regiones de latitudes medias; la primave-
que protejan la vida en toda su complejidad, ra es el tiempo del amor, del crear, del dar a
el geodiseño presente en el milagro perma- luz, del disfrute del aroma de las flores; es el
nente de la singularidad de la vida, permite la canto de las aves porque de las flores emer-
expansión de lo sensible, metodoestesis que gen los frutos y de los frutos las semillas…y
abre caminos para que la vida permanezca. de las semillas, las plantas. La realidad emer-
ge en cada momento de distinta manera; se
El florecimiento como saber originario de la vida, modifica y es metamorfosis, creación perma-
potencia un pensamiento vital: florecer implica nente de sí misma-otra, la realidad de la vida
metamorfosis que permite una configuración de es emergencia en diseño y creación; autodi-
relaciones, que son aperturas a nuevas maneras seño y autocreación; rediseño y recreación.
de la vida. La metodoestesis permite encontrar Pero la florecencia no solo es creación de sí
la infinita variedad de maneras de la vida para misma gracias al geodiseño. Es creación de sí
pensar-se, diseñar-se, y permite comprender misma como otra, que se conecta con otra,
la inteligencia de las flores (Maeterlinck, 2007) alterándose a sí misma, creando una tercera
para que acontezca el florecimiento. que ya no es ni el sí misma ni la otra, sino si-
misma-otra.

Van Gogh, que decidió enloquecerse para po-


der pintar sin comprometerse con los gustos
de la aristocracia aferrada a lo clásico, o de la
burguesía, preocupada por el capital dinero,
comprende el juego de alteridades no huma-
nas, en los girasoles. Las corporalidad presen-
tes en cada una de las siete variaciones de
los Girasoles, que realizó el pintor en 1888,
mientras esperaba exhultante la llegada de su
amigo, el pintor Paul Gaughin, expresa lo que
precibiría el Director de cine Akira Kurosawa,
casi un siglo después: que Van Gogh no pintó
cuadros sobre la naturaleza puesta a su dis-
posición, como un sujeto pintando un objeto,
sino que la naturaleza pletórica de variaciones,
se pintaba en los lienzos de Van Gogh, muchas
veces a pesar de él mismo.

Fuente: Los Girasoles, Vincent van Gogh (1988).

Revista de Investigación Agraria y Ambiental. Bogotá - Colombia, Número especial Vol. 11 No. 3, 45-63, enero - julio 2020 ISSN: 2145-6453
Ana Patricia Noguera, PhD.Leonardo Ramírez, Mgr. Sergio Manuel Echeverri, Mgr.
62 Métodoestesis: Los caminos del sentir en los saberes de la tierra Un aventura geo-epistémica en clave Sur

En esta pintura los Girasoles están en la som- Ángel – Maya, A. (2002) El Retorno de Ícaro. La ra-
zón de la vida. Muerte y vida de la filosofía: Una
bra. Los girasoles a veces estan bajo la luz del
propuesta Ambiental. México: PNUMA – Bogotá:
sol, a veces en la sombra. Cada estar los hace IDEA – ASOCARS – PNUD
distintos, siendo los mismos. Por eso se pintan
Boff, L. (2001) Etica planetaria desde el Gran Sur.
de siete maneras distintas, siete veces distin- Madrid: Editorial Trotta.
tos en una mismo año, con la esperanza de vi-
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Todo lo que existe es singular, único, diferen- De Sousa Santos, B. (2014) Más allá del pensamien-
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la re-creación; una autonomía comunal, que Escobar, A. (2018) Otro posible es posible: caminan-
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Revista de Investigación Agraria y Ambiental. Bogotá - Colombia, Número especial Vol. 11 No. 3, 45-63, enero - julio 2020 ISSN: 2145-6453
Recibido: 03/12/2019
Aceptado: 18/06/2020

LAS ANTÍPODAS DE LA GOBERNANZA


AMBIENTAL EN EL TERRITORIO CAMPESINO
AGROALIMENTARIO DEL MACIZO COLOMBIANO

THE ANTIPODES OF ENVIRONMENTAL GOVERNANCE


IN THE AGRICULTURAL FOOD TERRITORY
OF COLOMBIAN MASSIF

Nicolás Jiménez Iguarán


Jorge Andrés Rincón Largo

RESUMEN
La gobernanza ambiental consiste en es- ABSTRACT
tablecer dos vías de intervención territo- Environmental governance consists of two
rial diferentes pero complementarias: la vía different but complementary intervention
coercitiva del Estado y la vía reguladora del approaches: the coercive way of the sta-
mercado. Este artículo constituye un intento te and the regulatory way of the market.
por comprender una estrategia alternativa de This article is an attempt to comprehend
gobernanza que confronta este enfoque y, en an alternative governance strategy that
consecuencia, estas dos vías de intervención. confronts this approach and, consequently,
Se trata del Territorio Campesino Agroalimen- these two forms of intervention. This is
tario del Macizo Colombiano, una propuesta about the Agri-food Rural Territory of the
que se ha venido implementando, de facto, Colombian Massif, a strategy that has been
en algunas regiones del país, particularmente implemented, de facto, in various regions of
en varios municipios del norte de Nariño y el the country, and in several municipalities in
sur del Cauca. the north of Nariño and the south of Cauca
in particular.
Palabras clave: Gobernanza ambiental, Te-
rritorio campesino agroalimentario, Macizo Keywords: Environmental governance, Agri-
Colombiano. food Rural Territory, Colombian Massif.

Revista de Investigación Agraria y Ambiental. Bogotá - Colombia, Número especial Vol. 11 No. 3, 65-85 enero - julio 2020 ISSN: 2145-6453
Nicolás Jiménez Iguarán, Jorge Andrés Rincón Largo
66 Las antípodas de la gobernanza ambiental y el Territorio Campesino Agroalimentario del Macizo colombiano

Introducción
El Consejo Nacional de Política Económica y extractivas y no de las población que habitan
Social aprobó el 16 de enero de 2018 un docu- la región. No se trata, entonces, de falta de
mento que define los “lineamientos de política voluntad política, sino de unos desacuerdos
para la construcción e implementación de un que, por su propia naturaleza, impiden cons-
modelo de desarrollo regional sostenible en el truir una visión compartida del territorio. Tan-
Macizo colombiano”. Conocido como el CON- to a nivel nacional, como en la región maci-
PES 3915, este documento propone un con- ceña en particular, las consultas populares de
junto de estrategias para enfrentar las pro- los últimos años contra el extractivismo (2013-
blemáticas más urgentes relacionadas con la 2019)1, así como las masivas movilizaciones
gobernabilidad, la institucionalidad y la es- sociales de la última década (Cruz, 2017), po-
tabilidad social, económica y ambiental de la nen en cuestión la tesis de un “sano equili-
región. Estas problemáticas se sintetizan en bro” entre los diferentes actores y niveles de
tres ejes: i) el deterioro del capital natural, el gobierno2. Esto obliga a repensar el concepto
aumento de la vulnerabilidad ante desastres de gobernanza desde sus propios lugares de
naturales y el cambio climático; ii) las activida- enunciación y a partir de los límites que ella
des productivas que afectan la sostenibilidad misma tiende a producir.
del territorio y aportan al cambio climático; y
iii) la debilidad institucional para generar go- Davies (2011) afirma que la gobernanza es
bernanza en el territorio, lo que obstaculiza el una estrategia hegemónica. De acuerdo con
desarrollo de acciones oportunas, coordinadas esta tesis – que se contrapone a los análisis
y eficientes (DNP, 2018, p. 8). que generalmente se producen en la acade-
mia – la gobernanza es un dispositivo de je-
Desde esta perspectiva, lo que “obstaculiza el rarquización, control y domino que, de forma
desarrollo de acciones oportunas, coordinadas sutil, tiende a invisibilizar las contradicciones
y eficientes” para restaurar el capital natural al tiempo que las profundiza. Para el caso del
y resolver los conflictos socioambientales, es
“la multiplicidad de actores con diversos inte- 1
Las comunidades de Piedras (2013) y Cajamarca (2017)
en Tolima, de Tauramena (2013) en Casanare, de Ca-
reses” y “su escasa articulación” (Ibíd., p. 70).
brera (2017) y Arbeláez (2017) en Cundinamarca, de
Ante esto, el documento expone la necesidad Pijao (2017) en Quindío y de Sucre (2017) y Jesús María
(2017) en Santander, adelantaron consultas populares
de construir una “visión compartida del terri-
para frenar proyectos extractivos mineros y de hidro-
torio” capaz de propiciar “un sano equilibrio carburos. Sin embargo, la Corte Constitucional tumbó la
ley que le otorgaba a estas consultas el poder de veto.
entre el Estado, la sociedad civil y el mercado”
La contundencia de estas consultas populares, particu-
(Ibíd., p. 24). La ausencia de articulación se larmente la de Cumaral, Meta, fue lo que detonó las mo-
dificaciones jurisprudenciales para limitar la participa-
presenta, entonces, como una de las princi-
ción ciudadana. Algunos municipios, como San Lorenzo
pales causas de las problemáticas y conflictos (2018) en Nariño y Mercaderes (2019) en Cauca, reali-
zaron consultas populares autogestionadas sin el apoyo
que tiene la región del Macizo colombiano.
de la Registraduría Nacional. En todos estos casos hubo
un rechazo enfático a los proyectos extractivos.
2
Este escenario de gobernanza en el Macizo colombia-
Sin embargo, este discurso contrasta con las
no fue preparado en 1978, por la UNESCO, cuando esta
interpretaciones que realizan algunos sectores región fue declarada como Reserva de Biosfera. El ca-
rácter experimental de esta figura tiene el propósito de
y grupos sociales del Macizo colombiano para
conciliar la protección de los ecosistemas con la amplía-
quienes la escasa articulación se debe, más ción de proyectos productivos en el marco del “desarro-
llo sostenible”. De esta manera, el Macizo colombiano se
bien, a la imposición de una racionalidad polí-
convierte en una zona de alto valor estratégico y geopo-
tica que prioriza los intereses de las empresas lítico a nivel global.

Revista de Investigación Agraria y Ambiental. Bogotá - Colombia, Número especial Vol. 11 No. 3, 65-85, enero - julio 2020 ISSN: 2145-6453
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Macizo colombiano, como en muchas otras nuestro vocabulario político. Su uso está aso-
regiones del planeta, el discurso de la gober- ciado, casi siempre, a las prácticas de «buen
nanza parece estar, en efecto, inclinado a fa- gobierno», o «buena gobernanza», estipuladas
vorecer unos intereses por encima de otros. por organismos internacionales como el Fondo
Más que la participación, la debilidad institu- Monetario Internacional (IMF, 1997), el Ban-
cional o la falta de articulación, lo que está en co Mundial (Lateef, 2016), las Naciones Uni-
juego es una disputa entre formas de pensar, das (United Nations, 2014), la Unión Europea
de habitar y de ordenar el territorio, entre las (European Commission, 2014), la Organización
que difícilmente podrá llegar a establecerse un Mundial del Comercio (Sampson, 2008) o la
“sano equilibrio” o, como mínimo, una alianza. Organización para la Cooperación y el Desa-
rrollo Económicos (Schuler, 2008). En gene-
En este orden de ideas, la gobernanza puede ral, la gobernanza hace referencia a un nueva
pensarse como una tecnología de pacificación. fase política que se caracteriza por propiciar la
Quizás tenga razón Duffield (2001, p. 34. La creación de “redes” de compromiso, coopera-
traducción es nuestra), en que “la actual preo- ción y coordinación entre los actores sociales.
cupación de la gobernanza global gira entorno Esa capacidad, casi performativa, de construir
al establecimiento de la paz liberal al interior redes, le está garantizada por su propia natu-
de sus conflictivas fronteras”: evitar o resolver raleza o, como mínimo, legitimada. Por eso se
conflictos bélicos de alta intensidad para re- valora positivamente que el Estado organice
estructurar el funcionamiento de la economía su propia retirada del escenario público por-
de mercado y ampliar la explotación sostenible que permite que los demás actores determi-
del capital natural. ¿Es la gobernanza, enton- nen, en un juego relativamente ecuánime, las
ces, un conjunto de prácticas de coordinación relaciones sociales, económicas y políticas. En
y cooperación, como suele afirmarse, o un este sentido, la gobernanza puede entenderse
“caballo de troya” que intensifica y reproduce como una práctica de gobierno (en tanto ac-
las contradicciones socioecológicas en los te- tividad) liberada de los excesos y abusos que
rritorios una vez se introduce en ellos? suele tener el gobierno (en tanto institución).
Lo que este concepto viene a indicar, en otras
Teniendo en cuenta estas y otras cuestiones, palabras, es que la sociedad civil se está li-
el presente artículo tiene el propósito de con- berando del poder soberano y, por lo tanto,
trastar el proceso de gobernanza ambiental opresor, que sobre ella ejerce el Estado.
que impulsa el Gobierno nacional, el sector
privado y los organismos internacionales en el Esta concepción de gobernanza da por senta-
Macizo colombiano, con una forma de organi- do un relativo equilibrio político e institucio-
zación ambiental del territorio que se constru- nal al considerar, a priori, la existencia de una
ye a través del proceso conocido como el Te- cierta estabilidad social, política, económica,
rritorio Campesino Agroalimentario (TCA) del cultural y emocional3. De acuerdo con la teoría
norte de Nariño y el sur del Cauca.
3
Richards (2007) realiza una aproximación a la gestión
social y a la administración pública desde el concepto
La gobernanza ambiental como de gobernanza emocional, que implica, en pocas pala-
racionalidad política bras, tomar el conocimiento intuitivo que utilizan los
medio masivos de información para fortalecer procesos
La gobernanza ambiental es uno de esos de comunicación emocional y crear marcos cognitivos
tantos conceptos polisémicos que inundan que permitan promover los principios de la buena go-
bernanza. El discurso del “terrorismo” es un buen caso

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Nicolás Jiménez Iguarán, Jorge Andrés Rincón Largo
68 Las antípodas de la gobernanza ambiental y el Territorio Campesino Agroalimentario del Macizo colombiano

de la gobernanza4, esta estabilidad produce Un uso que revela dimensiones que general-
las condiciones para que todas las partes pue- mente se ocultan bajo el prisma de interpre-
dan tener las mismas oportunidades y acordar taciones demasiado ingenuas que consideran
un proyecto común. Desde el punto de vista que la gobernanza es el resultado lógico de
socioeconómico, la gobernanza no determina ciertas condiciones materiales y simbólicas. El
los resultados, pero sí permite equilibrar los término proviene del latín gobernantia (siglo
poderes para que todas las personas tengan XIII) que designa el hecho y el arte de go-
la posibilidad de alcanzar un nivel de vida óp- bernar (Gaudin, 2002). Sin embargo, el uso
timo (Berggruen y Gardels, 2013; Dominguez, de este concepto, que coincide, actualmen-
2015; Drobot, 2010; Kooiman, 2003; Stoker, te, con la traducción del término anglosajón
2019). ¿Qué hace posible este equilibrio? Una “governance”, se desdobla en las nociones de
economía de mercado que, guiada por el prin- soberanía y gobierno. En este sentido, la go-
cipio del laissez-faire, genera mejores oportu- bernanza desplaza el principio de soberanía
nidades de empleo y riqueza. Además, somete popular para instalar las prácticas de “buena
al gobierno (léase, el Estado) a los designios gobernanza” heredadas del management em-
de la gente (léase, la sociedad civil), y no al re- presarial. La “gobernanza corporativa”, es de-
vés. Como señalan Berggruen y Gardels (2013, cir, la forma que toma la política interna de
p. 105. La traducción es nuestra), “la competi- las empresas, se convierte, paúlatinamente,
tividad obliga al gobierno a ser más disciplina- en una metáfora de la política al extenderse
do”. Por esta razón, la «buena gobernanza» se al dominio de lo público (Brown, 2001). La go-
convierte en el fundamento para una «buena bernanza no supone, como suele afirmarse, el
sociedad», y la «buena gobernanza ambiental» retroceso del Estado sino más bien “la trans-
en la base para construir una «buena socie- formación de la acción pública, haciendo del
dad sostenible». La gobernanza es, entonces, Estado una esfera regida, también ella, por re-
el resultado de un desplazamiento que, des- glas de competencia y sometida a exigencias
de las formas tradicionales de poder político, de eficacia semejantes a las que conocen las
produce nuevos estilos de gobierno motivados empresas privadas” (Laval y Dardot, 2015, p.
por la aparición de unas “redes” (governance 275). Abordar la gobernaza desde la metafora
networks) que permiten que las instituciones de las redes contribuye muy poco, por no decir
estatales y no estatales puedan coordinarse nada, a su comprensión política6. Como señala
de forma fluida, horizontal y justa5. Brown (2001) la gobernanza hace referencia
“a aquellas formas de gobierno que no se atre-
Para Laval y Dardot (2015, p. 278) “la polise- ven a llamar «gobierno»”. La gobernanza no
mia del término es una indicación de su uso”. sería, por lo tanto, una cuestión en sí misma,
sino una de las formas que toma el problema
de gobernanza emocional que, como argumenta el au- del Estado, que, como señala Foucault no es
tor, tiene la capacidad de crear una suerte de “seguridad
más que “el efecto móvil de un régimen de
ontológica” por medio de las redes que los medios masi-
vos de información, articulados en este tipo de discurso, gubernamentalidades múltiples” (2007, p. 96).
tejen a modo de una “matriz psicosocial” que absorve
la subjetividad. Véanse, para un contraste crítico, las
reflexiones de Foucault en Seguridad, Territorio y Po-
blación, en particular las clases del 18 y 25 de enero de 6
Para una análisis crítico sobre la gobernanza, véanse
1978. Monedero (2003, 2008), Davies (2011), de Sousa San-
4
Para un análisis minucioso sobre la evolución teórica y tos y Garavito (2007) y Jessop (2016). Para una crítica
práctica de la gobernanza, véase Beunen et al. (2015). del concepto de “redes de gobernanza”, véase Davies
5
Como afirma (Rhodes, 2017), las redes son la Primarii (2011, 2014a, 2014b). En lo sucesivo, el artículo toma
Lapidis de la gobernanza. algunos elementos de estas fuentes.

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En este sentido, la gobernanza ambiental ven- es que la gobernanza es una forma específi-
dría a ser una suerte de estratagema para ho- ca de gobierno (governance as governing) que
mogenizar, a través de la competencia econó- no está desvinculada del Estado9. Ahora bien,
mica, un proyecto socioecológico específico y lo que aquí consideramos problemático, no es
una forma de organización territorial concreta. el inevitable vínculo entre gobernanza y Es-
Un régimen gubernamental que, a través de tado, sino más bien las transformaciones que
una modalidad específica de administración se producen al interior de este último y sus
estatal, produce un cierto tipo de subjetividad. efectos en la acción pública. Las condiciones
En otras palabras, una racionalidad política sobre las que se fundamenta la gobernanza
(Foucault, 2007). Como afirma Backer, “mien- son, en realidad, los modos en que se expresa
tras los actores no gubernamentales ejercen el la racionalidad neoliberal en su búsqueda por
poder de gobernanza, ninguno de estos siste- generalizar la competencia como norma de
mas ha logrado alcanzar la velocidad de esca- conducta y la empresa como modelo para la
pe suficiente para alejarse de la orbita del Es- acción pública. En términos foucaultianos, la
tado” (2012, p. 89. La traducción es nuestra). configuración biopolítica que se despliega con
Más allá del debate sobre las posibilidades de la gobernanza, no sólo implica un ejercicio del
un gobierno sin Estado (o de una gobernan- poder pastoral sobre individuos, sino también,
za sin gobierno como lo plantea Backer), un sobre territorios. Es decir, un poder capaz de
análisis menos ingenuo sobre la gobernanza crear las condiciones adecuadas para que los
delata una práctica de gubernamentalidad o, territorios puedan ser ordenados en clave de
si se quiere, un nuevo modo de gobierno que “capital natural”.
busca resolver las tensiones entre legitimidad,
gubernamentalidad y soberanía7. Como seña- Lo que resulta interesante de la gobernanza
la Foucault en Nacimiento de la Biopolítica, en es justamente lo que se oculta bajo su tutela,
“la distinción entre Estado y sociedad civil” es es decir, las contradicciones10 que mágicamen-
posible ver “una forma de esquematización te cree superadas. Sousa Santos y Garavito
propia de una tecnología específica de gobier- aluden, con razón, a “los silencios” de la go-
no” (2007, p. 361). Y esto es precisamente lo bernanza y a la falta de mención de conceptos
que oculta la gobernanza: si en un principio como “transformación social, participación po-
la virtud de este desplazamiento era justa- pular, contrato social, justicia social, relacio-
mente destacar la novedad política de una nes de poder y conflicto social” (2007, p. 36).
forma de gobierno en gobernanza (governing Algunos autores consideran que no es apropia-
as governance)8, lo que realmente se revela do aplicar el conceto de gobernanza en otros
contextos (Bassols y Mendoza, 2011), pero esa
7
Como afirma Monedero, “si la tesis crítica en los años
setenta era la legitimidad y la antítesis capitalista la
gobernabilidad, en los años noventa la gobernanza se 9
Estamos de acuerdo con Davies en que “las teorías post-
presenta como una falsa síntesis, toda vez que no cues- tradicionales tienen una lectura errada de la supuesta
tiona en modo alguno el modelo que generó la protesta” transformación del gobierno en gobernanza”. Y que “una
(2008, p. 158). Y Jessop, en esta misma vía, señala que, tarea central para repensar la gobernanza implica, por
a principios de los años 60 del siglo XX, las elites nacio- lo tanto, determinar por qué ‘las redes de gobernanza’
nales y transnacionales “expresaron una enorme preo- no cumplen con las promesas de una ‘gobernanza en
cupación […] sobre varios de los problemas que estaban red’” (2011, p. 3. La traducción es nuestra).
empezando a enfrentar las democracias liberales, como 10
Nos referimos, principalmente, a las dos contradicciones
la sobrecarga gubernamental, la crisis de legitimidad y del capital interpretadas desde el marxismo: la contra-
los problemas de ingobernabilidad, situación que con- dicción capital-trabajo (Marx, 2014) y la contradicción
dujo a la búsqueda de arreglos políticos y sociales para capital-naturaleza (O’Connor, 1991). Véase, para un
enfrentarlos” (2016, p. 164. La traducción es nuestra). análisis más amplio, el libro Diecisiete contradicciones
8
Véase Kooiman (2003). y el fin del capitalismo de David Harvey (2014).

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es justamente su función: ser un universal po- que se libran en el terreno de las relaciones
lítico, una nueva racionalidad gubernamental socioambientales. Desde esta perspectiva,
a nivel global capaz de desplegar “la lógica del la gobernanza ambiental está asociada a los
mercado como lógica normativa generalizada, modos contemporáneos en que se reorgani-
desde el Estado hasta lo más íntimo de la sub- zan y reconfiguran los procesos de gestión de
jetividad” (Laval y Dardot, 2015, p. 25). Como los «recursos naturales» a distintas escalas y
vemos, las contradicciones que se creían su- entre actores muy diversos. O, como señala
peradas parecen más bien reforzarse. Por eso Davies (2011), a las disputas por la hegemo-
el desplazamiento conceptual y político al que nía. Por eso aquí utilizamos la gobernanza, no
alude la gobernanza, más que describir ana- solo como un concepto (Jessop, 2016; Kooi-
líticamente un estado de cosas, lo proyecta man, 2003; Ostrom, 2014 ) o como un proce-
normativamente. La gobernanza es, en este so social (Gabriel, 2014; Robbins & Luginbuhl,
sentido, una forma de gatopardismo11. 2007; Rueda, 2012; Weston y Bollier, 2013),
sino, y sobre todo, como un escenario explíci-
Ahora bien, para introducir nuestro análisis, es to de confrontación política y de reproducción
necesario contar con una definición de gober- semiótico-material de la naturaleza (Davies,
nanza ambiental que destaque, precisamente, 2011, 2014a, 2014b; De Castro et al., 2015;
su carácter agonístico y geopolítico. Una defi- Hogenboom et al., 2012).
nición que permita ubicar, dialécticamente, su
función en el marco de los entramados asimé- Conflicto, desarrollo
tricos de las relaciones de poder que se acu- y gobernanza en el Macizo
mulan dinámica e históricamente en los terri- colombiano
torios. La ecología política es, en este orden de
ideas, un buen punto de referencia. Según De Teniendo en cuenta estas definiciones es
Castro et al., la gobernanza ambiental es “el posible ubicar la probemática del Macizo
proceso de formulación y refutación de imáge- colombiano en clave de gobernanza. Como
nes, diseños y ejecución de los procedimientos otras regiones rurales del país y del mundo,
y prácticas que configuran el acceso, control y la estrella fluvial más grande de Colombia
uso de los recursos naturales entre actores di- está siendo sometida a un modelo de
ferentes” (2015, p. 18). Más allá de la retórica «ordenamiento» que no está en sintonía con
oficial – normativa y maniquea – este concep- los intereses y anhelos de sus pobladores, y
to también se suele utilizar, en menor medida, que guarda poca o ninguna coherencia con los
para hacer referencia a las disputas políticas reajustes metabólicos que necesita el planeta.
Desde la década de los 90 del siglo pasado,
11
Monedero desarrolla la discusión sobre el Estado en re-
esta región ha experimentado un proceso de
lación con la gobernanza y la globalización en Disfraces
del Leviatán. El Estado, señala, “en modo alguno está transformación muy profundo y doloroso que
desapareciendo, sino que, debido principalmente a la
está modificando sustancialmente su geografía
debilidad de las clases populares –o , desde su rever-
so, a causa de la hegemonía clara y consciente de las física y política. En el Macizo colombiano las
élites globalizadas –, se están superando elementos de
lagunas, los cerros, las montañas y los páramos
la forma Estado nacional keynesiano para adaptarlo a
la necesidad de una estatalidad funcional al capitalis- están experimentando cambios geofísicos
mo globalizado” (2008, p. 60). Como afirma Jessop, el
muy intensos y en algunos casos irreversibles.
neoliberalismo “disfraza la naturaleza del poder de cla-
se mucho mejor que cuando el aparato de Estado está Asimismo, los pobladores campesinos,
abiertamente controlado por las clases dominantes o
indígenas, negros y mestizos de esta región
por los gerentes estatales” (2016, p. 211. La traducción
es nuestra). están siendo sometidos a condiciones de

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pobreza, despojo y lumpenización que incuban Este modelo de organización del territorio im-
nuevos conflictos y profundizan la violencia. pone un orden que tiende a desconocer, ex-
En efecto, los ríos y tierras del Macizo corren cluir y criminalizar otros modelos como los
el riesgo de seguir deteriorándose como Resguardos Indígenas, las Zonas de Reserva
consecuencia de la presión tecnológica del Campesina o los Territorios Campesinos Agro-
modelo extractivista que, además, amenaza los alimentarios, por nombrar solo algunos. El
sistemas agroecológicos de las comunidades. ordenamiento territorial promovido por el Go-
bierno funciona como un mecanismo geopolí-
De acuerdo con los “Lineamientos de política tico que intensifica los conflictos por el uso, la
y estrategias para el Ordenamiento territorial y distribución y la apropiación de los bienes co-
el desarrollo sostenible del Macizo colombiano munes o vitales13. Incluso en los casos donde
(2015-2018)” del Departamento Nacional de Pla- la misma ley ampara la autonomía territorial,
neación, las principales problemáticas del Macizo como en los Resguardos Indígenas, los Terri-
están asociadas a la “sostenibilidad ambiental”, torios Ancestrales o los Territorios Colectivos
a las “actividades productivas” y a la “gobernan- Afrocolombianos, no dejan de presentarse
za multinivel” (DNP, 2015). Pero ¿cuáles son los conflictos como consecuencia de las huellas
principales detonantes de estas problemáticas? que van dejando las locomotoras del desarro-
Para los pobladores, el modelo de ordenamien- llo, una metáfora perversa pero muy apropia-
to territorial, que responde al Plan Nacional de da para describir la forma en que opera la go-
Desarrollo y a sus estrategias transversales de bernanza en colombia14.
política12, es la principal causa.
Ahora bien, para el campesinado colombiano el
Contrario al espíritu de descentralización y au- problema es mucho más complejo debido a que
tonomía consagrado en la Constitución Políti- el modelo de desarrollo rural no lo reconoce
ca de 91 y en la ley 388 de 1997, el modelo como sujeto político. Hoy en día el campesinado
económico subordina los procesos de ordena- carece de las herramientas jurídicas necesarias
miento territorial a los planes de desarrollo del para proteger sus derechos frente a un mode-
Gobierno Nacional. El CONPES 3915, aproba- lo de desarrollo basado en un reordenamiento
do el 16 de enero de 2018, subordinó el orde- de los territorios que favorece los intereses del
namiento territorial a la estrategia de «creci- capital en detrimento de las economías locales.
miento verde». De entrada, el ordenamiento De ahí que el ordenamiento territorial en Co-
y la gobernanza del territorio están enraiza- lombia sea un escenario de disputa permanen-
dos en la matriz desarrollista que promueve te, no sólo por los medios técnicos e ideológicos
la inversión, el control territorial por parte del para su producción y reproducción, sino por el
Estado central y la mercantilización de los eco- sentido mismo de su función pública.
sistemas (DNP, 2018; Mantilla, 2012). Como
afirman de Sousa Santos y Garavito, la glo-
balización neoliberal “no le quitó al Estado su 13
De ahora en adelante utilizaremos el concepto de bie-
nes comunes o bienes vitales, salvo que sea pertinente
centralidad, sino que, en lugar de ello, lo reo-
utilizar otras acepciones. Véase Mattei (2013).
rientó para que fuera más útil a los intereses 14
Como señala Mantilla, “no es una metáfora inocente la
usada por el Gobierno Santos para hablar de su plan
del capital global” (2007, p. 24).
económico. La locomotora es la imagen por excelencia
para mostrar la ideología de progreso, la máquina que
vence la naturaleza, que no tiene reversa, que trans-
porta mercancías y personas, y que se mueve con re-
12
Entrevista a R. Elio Delgado, 2017. gularidad” (2012, p. 12).

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Bebbington e Hinojosa (2007) identifican cinco campos a través de la proliferación de marcos


campos temáticos bastante útiles para enten- internacionales en materia de medio ambien-
der la lógica actual de los procesos de ordena- te, de la intervención y transformación estatal,
miento territorial y gobernanza. Estos campos y del incentivo para la cooperación internacio-
introducen unas condiciones materiales y sim- nal. Esto explica, en buena parte, por qué la
bólicas que profundizan las contradicciones y política ambiental en Colombia es disfuncional
que la teoría de la gobernanza siempre aborda y por qué ha conducido a la consolidación de
a través de rodeos. El primero de ellos es la un proceso de ordenamiento territorial que
neoliberalización, que supone un rediseño ins- deteriora la naturaleza y el tejido social15. Ante
titucional para modificar los derechos de acce- esta realidad, surge la necesidad de producir
so y control de los bienes comunes. En segundo otras formas de reterritorialización sobre la
lugar, y como complemento del anterior, está base de la protección y dignificación de la vida
la transnacionalización de la economía y de la en todas sus formas.
política donde los actores globales se introdu-
cen en territorios locales modificándolos de Es importante aclarar, en todo caso, que la
múltiples maneras. El siguiente campo temá- gobernanza ambiental no es únicamente una
tico es el de la movilización social que emerge estrategia retórica. Desde la ecología política
como consecuencia de los dos anteriores. Este latinoamericana lo que se constata es la in-
campo permite reconocer los procesos de ac- troducción de otras lógicas de gobierno ten-
ción colectiva encaminados a contrarrestar las dientes a desarticular los procesos endógenos
formas en que la neoliberalización y la trans- de organización política. Esto coadyuva, en-
nacionalización configuran el territorio rural. tre otras cosas, a potenciar los procesos de
transformación del Estado, especialmente en
Ahora bien, la intensidad con que se desarro- Colombia y América Latina, donde la gober-
llan los procesos extractivos genera las condi- nanza no encuentra los mismos factores que
ciones para un cuarto campo temático: el de la propiciaron su aparición.
desintegración de las estructuras sociales lo-
cales, sus costumbres, sus formas de gobierno EL giro eco-territorial
y sus economías propias. El siguiente y último en el Macizo Colombiano
campo es el de la reterritorialización, que tiene
lugar cuando se logra configurar un «orden» ...hemos seguido los pasos
territorial determinado por la correlación de de los pueblos indígenas
fuerzas. Hoy el proceso de reconfiguración te- Robert Daza,
rritorial en el país está generando profundas Líder Campesino del CIMA
transformaciones ecosistémicas y sociales.
El Estado y el mercado, que son los que, en El Macizo colombiano se extiende por 89 mu-
últimas, lideran los procesos de gobernanza, nicipios en los departamentos de Nariño, Putu-
tienen la capacidad de “producir estructuras mayo, Huila, Cauca, Caquetá, Tolima y Valle. En
nacionales con territorios locales incorporados Cauca y Nariño, donde se está implementando
a circuitos económicos internacionales” (Beb-
bington e Hinojosa, 2007, p. 303). Como señalan Guhl Nannetti y Leiva (2015, p. 32), nos
15 

encontramos en un nuevo paradigma del desarrollo


“en el que el medio ambiente sano deja de entenderse
Ahora bien, los esquemas de gobernanza am- como un límite racional a los impactos de las activida-
des del desarrollo y se convierte en un espacio para la
biental suelen enfocarse en los dos primeros gestión del sector privado y la realización de negocios”.

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el Territorio Campesino Agroalimentario, se acuerdo con las concesiones mineras en el te-


concentran, respectivamente, el 25% y el 14% rritorio. Frente a la grave situación ecológica y
de los 481 títulos mineros que tiene esta re- humanitaria que vive la región, las comunida-
gión. Hay al menos 134 permisos para explo- des han tenido que repensar la región, o como
ración minera de los cuales ya se han otorgado diría Noguera (2004), repoetizar y reconstruir
más de 4 títulos a las empresas Anglo Gold su mundo. Con el propósito de neutralizar esa
Ashanty y Gran Colombia Gold (Duarte, 2017; racionalidad, extractivista y desarrollista, las
DNP, 2018). Los títulos y solicitudes en el terri- comunidades insisten en la construcción desde
torio muestran el cruce entre distintas territo- lo local, en la adopción de marcos cognitivos
rialidades: unas de carácter popular, campesi- biocéntricos y en la articulación de las luchas
no, indígena y agroalimentario que entran en populares por la justicia social y ecológica. En
conflicto con otras de carácter corporativo, ex- este proceso se hace visible, constantemente,
tractivo y desarrollista. Empresas como Con- la contradicción entre gobernanza y soberanía
tinental Gold, Anglo Gold, Carbo Andes, entre que mencionamos anteriormente.
otras, acaparan más de 30.000 hectáreas de
tierra para proyectos extractivos a gran escala La llegada de las empresas transnacionales de
(Mantilla, 2017; Agencia Prensa Rural, 13 de minería a la región, el narcotráfico y las di-
julio de 2017). námicas del conflicto armado, han provocado
fuertes tensiones, no sólo por las alteraciones
Estos proyectos están amenazando la vida que han sufrido los ecosistemas, sino también
campesina de la región donde prevalece el por los cambios que han provocado en la geo-
minifundio (de máximo 4 hectáreas) para el grafía política16. Desde 1975 hasta el día de hoy,
desarrollo de actividades principalmente agrí- ha habido un ascenso significativo de las luchas
colas. El Macizo colombiano ha perdido más socioecológicas en el Macizo, particularmente
de 500.000 mil hectáreas de bosques a causa en el norte de Nariño y el sur del Cauca. Dentro
de las actividades agroindustriales y mineras de las reivindicaciones principales se encuen-
(IGAC, 2015). Por esta razón, las comunida- tran: el rechazo a la industrialización de la agri-
des campesinas de la región han tenido que cultura, la exigencia de reformas a la política
confrontar la penetración violenta del capital, agraria para favorecer al mediano y pequeño
principalmente transnacional. Y si esto las ha productor, el respeto a la soberanía territorial
llevado a generar ciertos niveles de inestabi- y alimentaria, el pago cumplido de salarios a
lidad política e institucional, o a rechazar los médicos y enfermeras y la suspensión de pro-
pactos que proponen el Estado y las empre- yectos mineros (García, 2017, p. 9).
sas, no es precisamente por capricho. Se trata
de un conflicto entre dos modelos de gobernar Para las comunidades maciceñas, este modelo
y organizar el territorio donde se pone en jue- de desarrollo es una estrategia para territo-
go la vida misma. rializar las políticas económicas neoliberales y
propiciar la inversión extranjera por medio de
Algunas autoridades locales del Macizo, como la regionalización, los planes de consolidación
Miller Eloy Muñoz, exalcalde de Villanueva,
Nariño (2016-2109), han sido enfáticas en re-
El 5 de diciembre de 2011, organizaciones campesinas
16 

cordarle a la Agencia Nacional de Licencias de la región denunciaron que “la empresa Gran Colom-
bia Gold, con el apoyo del Gobierno Nacional, llegó a
Ambientales (ANLA) y a la Agencia Nacional
San Lorenzo y Arboleda a fabricar un conflicto que no
de Tierras (ANT) que la comunidad no está de había” (REDHER).

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74 Las antípodas de la gobernanza ambiental y el Territorio Campesino Agroalimentario del Macizo colombiano

y la mercantilización de los ecosistemas (Man- Durante sus tres décadas de lucha, el Comité
tilla, 2012, p. 15–18). Esta estrategia de terri- de Integración del Macizo Colombiano (CIMA)
torialización tiene como consecuencia la des- ha ido introduciendo en la región la temática
territorialización del campesinado como sujeto ambiental a través de la lucha por el recono-
político. En tanto discurso, el desarrollo “ter- cimiento del campesinado como sujeto político
mina transversalizando todas las dimensiones y la configuración de un pensamiento agroam-
de la vida, surgiendo como principio rector una biental que desafía los esquemas desarrollis-
lógica lineal donde no queda espacio para la tas, antropocéntricos y patriarcales del modelo
diferencia” (Rincón, 2012, p. 64). El actual hegemónico. Como podrá apreciarse más ade-
desconocimiento del campesinado como su- lante, lo agroambiental cumple un papel muy
jeto de derechos colectivos impide que se le importante en la configuración del TCA, ya que
reconozca su derecho individual y colectivo a determina su carácter articulador y su función
la tierra, a sus formas autónomas de cons- protectora (Duarte, 2017).
truir el territorio y al establecimiento obliga-
torio de mecanismos de participación (Casti- La gobernanza ambiental
lla, 2016). Pero el orden que buscan imponer en el Territorio campesino
las empresas mineras, los organismos eco- agroalimentario
nómicos internacionales, las instituciones del
Estado y los actores armados, no solo preten- ¡Cuando las transnacionales mineras
de modificar sustancialmente el metabolismo amenazaron con llevarse el agua, reac-
socioeconómico de la región, generando con- cionamos!
diciones de desigualdad social e inseguridad Amanda Martínez
alimentaria, sino también la propia subjetivi- Lideresa Campesina del Macizo
dad política de la comunidad.
Si los movimientos de oposición quieren
Con el TCA las comunidades del norte de Na- ser algo más que estrellas fugaces que se
riño y el sur del Cauca construyen un proceso consumen cual fogonazos en el cielo noc-
de organización ambiental del territorio que turno, tendrán que propugnar un proyec-
articula la lucha por la justicia ambiental (de- to bastante integral de lo que debería im-
rechos humanos) con la lucha por la justicia plantarse en lugar de nuestro deteriorado
ecológica (derechos de la naturaleza) (Rincón, sistema, así como estrategias políticas se-
2017, 2017a; Cruz, 2017a). La imposición del rias para alcanzar esos objetivos.
modelo de desarrollo capitalista ha incitado Naomi Klein
nuevas formas de participación y movilización Esto lo cambia todo: el capitalismo contra el clima
social que focalizan sus esfuerzos en la defen-
sa de lo común y de los derechos humanos en Aunque la gobernanza ambiental tenga la apa-
un contexto de violencia socioeconómica muy riencia de una red conformada por interaccio-
intenso. Estamos ante un caso de ambienta- nes horizontales entre los diferentes actores
lización de las luchas indígenas y campesinas sociales para gestionar ambientalmente el te-
(Leff, 2003, p. 37-38); o lo que Svampa (2012, rritorio, desde una mirada crítica surgen otros
p. 190) denomina, un giro eco-territorial “que elementos que suelen ocultarse bajo la retó-
da cuenta cada vez más del cruce innovador rica del discurso hegemónico. Por eso resulta
entre matriz indígena-comunitario y el discur- apropiado utilizar, en adelante, la definición de
so ambientalista”. De Castro et al., según la cual la gobernanza

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ambiental es, más bien, “el proceso de for- tres campesinos en Cauca y Nariño durante el
mulación y refutación de imágenes, diseños mes de agosto de 2016:
y ejecución de los procedimientos y prácti-
cas que configuran el acceso, control y uso de Durante el tiempo de la campaña, había
los recursos naturales entre actores diferen- una posición muy férrea de la organiza-
tes” (2015, p. 18). Entendida de este modo, ción comunitaria por construir planes de
la gobernanza ambiental hace referencia a la vida desde las localidades y por la defensa
configuración de un espacio político donde se del territorio Se había hecho un foro gran-
disputan las diferentes estrategias para orde- de y en el foro se había determinado que
nar ambientalmente el territorio. Por eso el el territorio de Almaguer era para que la
TCA es un proceso que instala mecanismos gente conviviera, para sembrar alimentos
de participación popular, pero que propende y para cuidar el agua y la diversidad del
también por instancias de decisión jerárquicas medio ambiente. Había cierta oposición
que garanticen el control y la protección del comunitaria a la minería por el grado de
territorio. Solo en clave de “control territorial” contaminación que genera la minería ile-
es posible afirmar que el TCA es un proceso de gal, aunque Almaguer está siendo solicita-
gobernanza ambiental: do también por la minería transnacional.
Entonces miramos ese proceso electoral
Cuando decimos control territorial, esta- cruzado por presión de grupos armados
mos hablando entonces de cerrarle filas a y por todo lo de la minería que se impidió
las multinacionales para el extractivismo, en defensa del territorio y del medio am-
porque estos territorios que hoy pensa- biente, y por eso creemos que en alguna
mos configurar como Zonas de Reserva o medida éstas son circunstancias determi-
como Territorios Campesinos Agroalimen- nantes de estas muertes (Bolívar, 2016).
tarios son los más solicitados por multina-
cionales para minería (CNMH y FUNDESU- El asesinato, persecución y criminalización son
MA, 2017: 483). algunas de las estrategias usadas para acabar
con las comunidades y sus protocolos sociales
Esta es una de las razones por las cuales el de ordenación del territorio. Las comunidades
TCA es una amenaza para el establishment. campesinas de la región del norte de Nariño
No solo pone en cuestión el supuesto de un y el sur del Cauca han tenido que resistir la
“sano equilibrio entre el Estado, la sociedad penetración violenta del capital extranjero en
civil y el mercado”, sino que además profundi- su territorio. Sin embargo, han utilizado esta
za sus contradicciones. No cabe duda de que situación para repensar su territorio, sus rela-
la represión, persecución y estigmatización ciones políticas y en general, su propia existen-
del movimiento social, ambiental y popular se cia. Como diría Álvaro García Linera, se produ-
debe, justamente, al avance que han tenido jo una tensión creativa que ha dado origen a
las comunidades en materia organizativa y al un quehacer político en el que las capacidades
contrapeso que han hecho a los esfuerzos de individuales y colectivas se orientan hacia la
la gobernanza neoliberal por llenar los vacíos construcción de valores y prácticas transfor-
que ha producido la violencia estructural. En madoras del territorio.
entrevista con Desde Abajo, Víctor Collazos,
líder regional del CIMA, señala lo siguiente, a Esta creatividad es la respuesta política a una
propósito de la muerte de cuatro indígenas y forma de organizar el territorio que está en

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contradicción con la vida misma y que requie- populares, de tal manera que sea posible
re, sin lugar a dudas, de soluciones radicales definir estrategias de organización y tra-
y profundas en diferentes dimensiones: epis- bajo que representen una salida del an-
témicas, sociales, políticas, culturales, tecnoló- tropocentrismo y androcentrismo hacia el
gicas y económicas. Como lo han manifestado biocentrismo y el Buen Vivir - Vivir Bien
las diferentes organizaciones que hacen parte y se conviertan en factores fundamenta-
de la Cumbre Agraria: les de unidad, articuladores de agendas y
constructores de las nuevas formas de los
El país necesita un proceso de Ordena- movimientos sociales (Mejía, 2017, p. 13).
miento Territorial donde sean las comuni-
dades quienes redefinan la manera como Las luchas sociales no sólo tienen el propósito
se organiza la producción, se distribuye el de abrir espacios de negociación: buscan tam-
uso del suelo, se gobierna el subsuelo, y se bién afirmar la legitimidad de sus territoriali-
protegen el aire, el agua, los ecosistemas dades, de sus acuerdos, de sus formas de vida.
estratégicos y los medios de vida de las Como el Estado, en su forma actual, carece de
comunidades agrarias. Ese ordenamien- voluntad para intervenir en conflictos sociales
to apuntará a armonizar la conservación y atender las demandas de las poblaciones ex-
del medio natural con el aprovechamien- cluidas, no basta con exigir y negociar, es me-
to para la pervivencia de las comunidades nester desplegar todo un proyecto territorial
agrarias (Cumbre Agraria, 2014). de «nueva hegemonía» que reivindique otros
significados, otros sentidos, otras relaciones
Este mandato colectivo ha sido asumido con socioambientales y otros diseños productivos
creatividad, organización y compromiso por que garanticen la defensa y protección de los
las comunidades del norte de Nariño y el sur bienes comunes. Como afirma Duby Ordoñez,
del Cauca que construyen Territorio Campesi- lideresa campesina del TCA en el Macizo co-
no Agroalimentario. La disputa consiste, en- lombiano y habitante de San Pablo, Nariño, “la
tonces, en refutar y reformular colectivamente construcción de territorio tiene que contar con
las prácticas que configuran el acceso, control todos y todas, y los gobiernos tendrán el de-
y uso de los bienes comunes en el marco de ber y la obligación moral de recogerse en esa
las contradicciones que produce el modelo de ruta”17. Pero mientras el Gobierno no asuma
desarrollo capitalista. Es decir, en confrontar esa obligación moral, la protesta social con-
la racionalidad política propia del neoliberalis- tinuará siendo uno de los mecanismos más
mo que se intenta introducir por medio de los efectivos para proteger los territorios.
esquemas dominantes de gobernanza. Como
fue reconocido por la Agenda Común para la Esta es una de las diferencias entre la gober-
Paz desde los Territorios: nanza y los procesos de autonomía y sobera-
nía territorial: la primera surge para negar e
Estas luchas han dado origen a una discu- invisibilizar el conflicto, mientras que los se-
sión en torno a lo común, entendido en un gundos para afirmarlo y superarlo. Las comu-
sentido educativo como la capacidad de nidades saben que deben ir mucho más allá
salir de la comprensión clásica de lo gre- de la negociación, de lo contrario el proceso
mial y lo político e ir más allá del diálogo
de saberes para construir negociaciones 17
Entrevista. Archivo personal, Vereda Alto Llano, San
interculturales entre los actores sociales Pablo, Nariño, 14 de diciembre de 2016.

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Revista de Investigación Agraria y Ambiental
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Número especial Vol. 11 No. 3 | enero - julio de 2020

puede quedar enredado en las redes de go- Para finalizar este apartado, es importante
bernanza que el modelo hegemónico de de- hacer una breve reflexión sobre la dimensión
sarrollo ha creado para mantener el statu temporal en los procesos de gobernanza.
quo18. La gobernanza ambiental que se lleva Mientras que la gobernanza funciona a corto
a cabo desde el Territorio Campesino Agro- plazo, porque responde a la visión cortopla-
alimentario se convierte en una «geopolítica cista de la acumulación de capital, las moda-
de la resistencia», en la medida en que “las lidades de gobierno de los procesos de auto-
comunidades participan de las rivalidades de nomía y soberanía del Territorio Campesino
poder en los territorios que habitan y que Agroalimentario se proyectan a largo plazo,
son asediados por otros actores geopolíticos” en la medida en que se enmarcan en los pro-
(Portillo, 2016). cesos orgánicos de la vida. Tiene razón Riech-
mann cuando afirma que “la sustentabilidad
En Colombia la protesta social, así como los puede pensarse como una nueva relación con
actos de sabotaje popular, no son solo meca- el tiempo” (2011, p. 134). La temporalidad
nismos de presión para abrir procesos de ne- de la gobernanza es una temporalidad de la
gociación, son también acontecimientos que gestión eficiente, es decir, económica, de los
provocan rupturas que potencialmente pue- recursos naturales, mientras que la tempo-
den subvertir el orden establecido. Las pro- ralidad agroalimentaria/agroambiental está
testas pueden instalar instancias de gobierno orientada por un conjunto de relaciones y dis-
a futuro solo si sus protagonistas son capaces posiciones muy complejas entre los elemen-
de construir poder e instituirse como autori- tos humanos y no humanos que componen el
dad territorial. De esta manera, soberanía y territorio. Cuando se reconoce la finitud de
gobierno hacen parte de un mismo proceso. la naturaleza y su relación con la dimensión
El caso de las Rosas, Cauca, en 1991, ilustra temporal de las interacciones socioecológi-
muy bien este punto. Frente a la negativa del cas, se comprende que los cambios que se
Gobierno de atender a las necesidades de la proyectan para superar el desfase deben ser
población maciceña, la comunidad organizó un superiores a los que lo generaron.
paro en la Panamericana que obligó al Gobier-
no a sentarse a negociar. Este hecho político El agua como principio
activó procesos de articulación que permane- organizador del territorio
cen vigentes hasta el día de hoy y que han sido
mucho más importantes que los propios esce- El agua es un principio ordenador del te-
narios formales de negociación que llegaron a rritorio, por lo que mandatamos una ver-
generar (Rincón, 2017)19. dadera soberanía territorial donde las
comunidades ejerzan su gobierno propio
18
El concepto de “red” es el que permite realizar las mo- sobre las fuentes hídricas y recuperen las
dificaciones semiológicas para desplazar los conceptos
tierras originarias arrebatadas. Mandata-
que tienden a problematizar el orden social: “resolución
de problemas” en vez de “transformaciones sociales”; mos que se reconozcan las comunidades
“participación de los interesados” en vez de “partici-
pación popular”; “auto-regulación” en vez de “contrato
social”; “juego de suma positiva” y “políticas compen- Étnica y Popular como resultado de las protestas que se
satorias” en vez de “justicia social”; en vez de “relacio- llevaron a cabo entre el 19 de agosto y el 12 de septiem-
nes de poder”, “coordinación”. En definitiva, “cohesión bre de 2013. A pesar del incumplimiento del gobierno de
social y estabilidad” donde ayer se primaba la idea de Juan Manuel Santos, continúa madurando una apuesta
“conflicto social” (Monedero, 2008, p. 158). de organización territorial coherente con los reajustes
19
Otro ejemplo, son las propuestas de articulación que metabólicos que necesita el planeta y con el anhelo de
se forjaron en el marco la Cumbre Agraria, Campesina, justicia social al que aspiran las comunidades.

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Nicolás Jiménez Iguarán, Jorge Andrés Rincón Largo
78 Las antípodas de la gobernanza ambiental y el Territorio Campesino Agroalimentario del Macizo colombiano

y organizaciones legítimamente consti- valoración con los que interpretan y transfor-


tuidas como autoridad ambiental, social man su territorio. El lenguaje de la comunidad
y comunitaria, sujetos activos en la cons- maciceña es el reflejo de un saber contra-
trucción y puesta en práctica de las nor- experto (Svampa, 2012), contrahegemónico
mas y mandatos sociales. (de Sousa Santos y Garavito, 2007) y deco-
lonizado (Castro-Gómez y Grosfoguel, 2007),
Mandato “En materia de agua”
que visibiliza aquello que los lenguajes de va-
del Congreso Nacional de Tierras,
Territorios y Soberanías loración monetaria quieren silenciar: trans-
formación social, conflicto, participación po-
La riqueza del Territorio Campesino Agroali- pular, crisis civilizatoria, revolución, justicia,
mentario está en su dinámica organizativa y lucha de clases, relaciones de poder, protesta
en su horizonte estratégico. Por un lado, por- social, organización política, cultura campesi-
que está configurando todo un poder político y na, sistemas agroalimentarios, madre tierra,
simbólico para expulsar a las multinacionales buen vivir, mejor estar, bienes comunes, en-
del territorio y para impedir el avance agresivo tre otros. Sin embargo, esto no quiere decir
de la racionalidad neoliberal. El TCA ha sido que estas organizaciones estén exentas de
capaz de articular a la comunidad, organizada incoherencias y contradicciones, pues a su in-
y no organizada, en la construcción de un me- terior se reproducen también dinámicas que
tabolismo socioeconómico basado en el prin- están bastante alejadas de los ideales políti-
cipio agroalimentario/agroambiental20. Por el cos. Son, en otras palabras, procesos diná-
otro, porque constituye una apuesta novedosa micos y heterogéneos marcados por una con-
por una organización ambiental del territorio flictividad que es inherente a la propia vida;
mediante un instrumento de planeación autó- conflictividad que, para la gobernanza, resulta
nomo conocido como el Plan de Vida, Agua y demasiado incómoda.
Dignidad (PVAD).
El plan de vida con el que se construye el TCA
Este plan de vida es un conjunto de propósitos, tiene cinco ejes: un eje de identidad, relacio-
políticas, objetivos y estrategias comunitarias nado con la memoria viva de la comunidad,
para el gobierno de los bienes comunes (CNA, sus saberes y su cultura propia; un eje de te-
2015; Cuenca, 2017). Los autores de este plan rritorio, relacionado con el espacio en el cual
son las propias comunidades que, al margen se satisfacen las necesidades vitales y espiri-
de los discursos dominantes, viven en perma- tuales de la comunidad; un eje de organización
nente diálogo construyendo los lenguajes de social, que hace referencia a los procesos or-
ganizativos orientados por intereses comunes;
un eje de producción agroalimentaria/agroam-
20
Para el caso del Macizo colombiano, ha venido toman-
do forma un Marco Cognitivo Agroambiental impulsado, biental, que tiene que ver con las actividades
principalmente, por el Comité de Integración del Ma-
productivas orientadas a fortalecer la sobera-
cizo Colombiano – CIMA – y el Coordinador Nacional
Agrario. Para la comprensión del este Marco Cognitivo, nía alimentaria, la economía solidaria y las re-
recomendamos consultar los dos tomos del libro Crecer
laciones no instrumentales con el medio am-
como un río. Jornaliando cuesta arriba por vida digna,
integración regional y desarrollo propio del Macizo Co- biente; y finalmente, un eje de ordenamiento
lombiano (Rincón, 2017, 2017a), y la tesis de maestría
territorial propio. Como puede observarse, el
de William Bernardo Macías Orozco, “Configuración, di-
námica y elementos del Marco Normativo Agroambien- PVAD es una ruta de acción para una gestión
tal del Comité de Integración del Macizo Colombiano
comunitaria del territorio.
– CIMA” (Macías, 2016).

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Que el primer mandato del PVAD sea sobre el Macizo colombiano se creó el Sistema Regional
agua no es una casualidad. El Macizo es el cen- de Áreas Protegidas del Macizo (SIRAP Macizo)
tro de la red hidrográfica de Colombia y cuenta pero los resultados no han sido los esperados.
con 65 cuerpos lagunares responsables del na- Los campesinos y campesinas no confían en la
cimiento de los ríos Magdalena, Cauca, Patía, voluntad de las autoridades ambientales. La
Caquetá, Putumayo y Saldaña. Los nombres gobernanza que estas han ejercicio no recoge
con los que se conoce esta región destacan los sentires de las comunidades.
la importancia de este bien común: la Estrella
Fluvial de Colombia, el Nudo de Almaguer, la En el año 2017 se hundió un proyecto de Acto
Esponja Hídrica de Colombia y la fábrica de Legislativo que pretendía elevar como norma
agua del país, entre otros. constitucional del derecho fundamental al agua
en directa oposición a las políticas neolibera-
Con el pasar de los días, las comunidades han les del Banco Mundial acogidas por el Gobier-
ido notando una intensa disminución del agua no nacional. El debate sobre cómo se entiende
como resultado de prácticas antrópicas que este bien común refleja los diferentes meca-
disminuyen la cobertura vegetal produciendo nismos que lo amenazan. El problema del agua
disminución de caudales y pérdida de agua por en el Macizo es bastante complejo, involucra
escorrentía y evaporación. Asimismo, la conta- a diversos actores y se expresa de diferen-
minación que causan los pobladores y las em- tes maneras. Lo que es importante destacar
presas está amenazando este importante bien en el marco de este artículo es la tendencia a
vital. La minería ha sido, en todo caso, su prin- privatizar este bien conforme acuerdos y tra-
cipal amenaza y el detonante de una conciencia tados comerciales. Los Planes Departamenta-
generalizada sobre la importancia de su protec- les de Agua, y sus esquemas de gobernanza,
ción (Garay, 2014). Alrededor de este bien co- han sido los canales principales a través de los
mún y vital han ido surgiendo múltiples conflic- cuales se está territorializando esta política.
tos. Como ya se ha constatado, estos conflictos Por eso para las comunidades, principalmen-
son el resultado de posiciones antagónicas entre te para el movimiento social campesino de la
diferentes formas de comprender el territorio. región, hay una necesidad de construir una le-
galidad local, regional y nacional subalterna,
El choque entre ambas perspectivas ha gene- como plantean De Sousa Santos y Garavito
rado un conflicto muy fuerte en la región por el (2007). José Leonardo Molina Muñoz, vocero
control del agua. Las autoridades ambientales, de la Mesa Departamental Agraria en Nariño,
por ejemplo, no sólo han sido incompetentes, explica esto de la siguiente manera:
sino que han contribuido a profundizar el mo-
delo extractivo y privatizador en la región. A En lo local estamos tratando de vincular
pesar de la creación del Ministerio del Medio a las autoridades municipales. Nosotros
Ambiente y del Sistema Nacional Ambiental en le damos participación, a través de las
1993, se crearon diversos planes, entidades y diferentes asambleas que organizamos
estrategias como las Corporaciones Autóno- en la región, a los alcaldes, a la UMATA,
mas Regionales, los Planes de Ordenamiento y a las entidades ambientales como la CRC
Manejo de las Cuencas Hidrográficas, el Vice- y CORPONARIÑO, y les hacemos saber a
ministerio de Agua y Saneamiento, los Planes ellos qué es lo que estamos haciendo y en
Departamentales de Agua y la Autoridad Nacio- qué estamos trabajando. Nuestro sueño es
nal de Licencias Ambientales. Para el caso del construir un territorio agroalimentario acá

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en el norte de Nariño y sur del Cauca. Para territorio de acuerdo con los mandatos cons-
eso los estamos vinculando, aunque algu- truidos por las propias comunidades. El agua ha
nos hacen caso omiso. Hay otros que sí es- sido, en el caso del Macizo, el detonante de ese
tán dispuestos a colaborar en este ejerci- tránsito, ya que desató una potencia creadora
cio, están con nosotros y nos apoyan. Ellos muy importante que movilizó a la comunidad.
están entendiendo que, si siguen trabajan- Al igual que en otras regiones del país, en el
do solos, nunca van a poder salir adelante; Macizo las autoridades han demostrado ser in-
ellos tienen que trabajar con nosotros, con capaces de gestionar de manera “sustentable”
los campesinos, para poder construir la re- el agua. Esto lo han denunciado ampliamente
gión que todos queremos21. las organizaciones comunitarias. Como lo seña-
ló Duby Ordóñez en el II Encuentro de Autori-
A diferencia del discurso dominante de gober- dades del Territorio Campesino Agroalimentario
nanza, la legalidad aquí no es el resultado de en Colón-Génova, Nariño el 7 de mayo de 2017:
un consenso, sino de una disputa abiertamen-
te política. Hay un aprendizaje permanente, un El Plan de Vida, Agua y Dignidad orienta que
diálogo de saberes, un intercambio para apren- en 10 años debe haber un plan coherente
der a ser gobierno y autoridad en el territorio de gestión ambiental comunitaria, con indi-
entre los pobladores. Pero en el intercambio cadores sociales y ambientales fuertes, ga-
con las autoridades estatales, o con las empre- rantizando la oferta sustentable de buenos
sas, los campesinos y campesinas son autori- servicios ambientales. Señala que el agua
dad. El territorio es, en este orden de ideas, es de la gente y no de las empresas priva-
una propuesta político-comunitaria que transi- das y recuerda que la región debe avanzar
ta hacia lo político-institucional. Como señalan en un ejercicio de administración pública/
Granados y Houghton, “la disputa central de las comunitaria en estos temas. El eje principal
comunidades y organizaciones de base con el de integración y gestión ambiental en el te-
Estado y el mercado tiene que ver con la impo- rritorio es el manejo comunitario del agua22.
sición […] de una «territorialidad corporativa»
que expropia el derecho a decidir, al tiempo Palabras finales:
que expropia los recursos, al vaciar de conte-
nido las democracias liberales” (2017, p. 14). ¡Omnia sunt communia!
[La gobernanza es] un concepto nacido
En el marco de la construcción del TCA en el para regular, para disciplinar y ocultar el
norte de Nariño y el sur del Cauca, queda claro conflicto que atraviesa a las sociedades
que para defender los bienes comunes y vitales occidentales (estatistas, capitalistas, mo-
no basta con ganar capacidad organizativa: es dernas), pero que deja abiertas puertas
necesario crear los organismos y las institucio- –si bien pocas y estrechas – para conver-
nes adecuadas para fortalecer el gobierno y la tirlo en un concepto emancipatorio.
soberanía locales. Una gobernanza ambiental
Juan Carlos Monedero
implica, de este modo, un tránsito organizado
El gobierno de las palabras
desde la resistencia activa hacia la construc-
ción de propuestas capaces de organizar el

21
Archivo personal, Entrevista realizada en el Encuentro 22
Archivo personal, Entrevista realizada en el Encuentro
de Autoridades Campesinas del norte de Nariño y el sur de Autoridades Campesinas del norte de Nariño y el sur
del Cauca en Colón-Génova, 7 de mayo de 2017. del Cauca en Colón-Génova, 7 de mayo de 2017.

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Yo creo que el desafío que hacemos al corresponde necesariamente con los procesos
sistema, al modelo, es en el sentido de socio-políticos que estamos viviendo. No es-
que nosotros nos empoderamos; la idea tamos, precisamente, entrando en un periodo
es empoderarse, ser gobierno en nues- de ‘larga paz’ (the long peace) como señala
tros territorios y determinar lo que no- Steven Pinkard23.
sotros queremos hacer en ellos. Enton-
ces cuando hacemos el Plan de Vida, su La política ambiental en Colombia ha condu-
sentido es totalmente opuesto al extrac- cido a la consolidación de un modelo de go-
tivismo, porque nosotros queremos la bernanza orientado por políticas neoliberales.
vida, queremos la agricultura, queremos Estas políticas están encaminadas, exclusiva-
la alimentación, queremos los bienes vi- mente, a ordenar los territorios en función del
tales como el agua. El neoliberalismo no crecimiento económico. Como consecuencia,
ve esto, ellos ven solamente la ganancia, se ha impuesto un patrón de gobernanza que
extraer los minerales para exportarlos, pasa por alto los acuerdos locales con la pre-
mientras que nosotros, por el contrario, tensión de reemplazarlos por “acuerdos” fun-
defendemos es la vida: esa es la forma cionales a la privatización y mercantilización
de confrontar el modelo neoliberal. de los ecosistemas, so pretexto del desarrollo
sostenible. La gobernanza neoliberal despo-
Robert Elio Delgado
ja a las comunidades de sus medios de vida
Líder campesino del CIMA
y deteriora sus mecanismos de participación
para apropiarse de sus bienes comunes. Con
Es común que, contra toda evidencia, los diag- esta modalidad de gobernanza, la política y
nósticos de coyuntura y contexto anuncien la economía quedan sustraídas y separadas
condiciones más democráticas y más apro- de la comunidad: de la primera se encarga el
piadas para la disputa política. Para algunos, Estado, de la segunda el Mercado. Por eso la
el siglo XXI es el siglo de la paz y del fin de construcción de la territorialidad campesina
los conflictos (o de la posibilidad de tramitar- agroalimentaria presupone una articulación
los por medios no violentos). Una mirada a las entre producción, naturaleza, política y cultu-
prácticas contemporáneas de genocidio revela ra campesina.
todo lo contrario (Feierstein, 2014). Ni los pro-
cesos de paz del siglo XX y XXI, ni la instau- A diferencia de la gobernanza neoliberal, que
ración de gobiernos progresistas en América tiene como punto de partida la privatización
Latina durante las últimas dos décadas, pue- de la gestión ambiental, el Territorio Campe-
den tomarse como instancias de una apertura sino Agroalimentario constituye un sistema de
democrática en el continente y en el mundo. gobernanza que hunde sus raíces en los vín-
Como señalan Laval y Dardot (2015, p. 29), “el culos comunitarios. Ante el avance violento de
profundo error cometido por quienes anuncia- la racionalidad extractivista, el fortalecimien-
ron la «muerte del liberalismo» fue confundir to organizativo para la defensa y construcción
la representación ideológica que acompaña la de lo común, y la creación de estructuras le-
instauración de las políticas neoliberales con gales e institucionales subalternas que estén
la normatividad práctica que caracteriza pro-
piamente al neoliberalismo”. Es cierto que el
23
Una lectura articulada de Davies (2011) y Gray (2003,
2015) puede servir para comprender cómo los discursos
vocabulario político cambia (tanto en la de- de ‘paz’ y ‘gobernanza’ terminan funcionando más como
recha como en la izquierda), pero este no se mecanismos homogenizadores que neutralizan los pro-
cesos de cambio social.

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en capacidad de protegerlos, se convierten las guerras en el Sacro Imperio Germánico,


en un imperativo. “¡Omnia sunt communia!”, el TCA es un pro-
ceso de producción semiótico-material del
La construcción del TCA es una lucha por el territorio que se construye desde la recupe-
reajuste de los sistemas productivos con los ración política de lo común.
sistemas naturales ante al desajuste metabó-
lico estructural causado por el modelo de de- LITERATURA CITADA
sarrollo capitalista. Un primer escenario para Agencia Prensa Rural (13 de julio de 2017). “Ma-
llevar a cabo este reajuste es el local, donde cizo colombiano: entre la explotación mine-
ra y la lucha por los recursos hídricos”. Recu-
se llevan a cabo luchas muy importantes por
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el reconocimiento del campesinado como su- php?article21766
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article3284
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Conflicto de Intereses
Los autores declaran no tener
ningún conflicto de intereses

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Revista de Investigación Agraria y Ambiental. Bogotá - Colombia, Número especial Vol. 11 No. 3, 65-85 enero - julio 2020 ISSN: 2145-6453
Recibido: 03/12/2019
Aceptado: 28/05/2020

EL TRASFONDO IMAGINAL DEL MUNDO.


AVATARES EPISTÉMICOS DE LO AMBIENTAL DESDE
UNA HERMENÉUTICA COSMOLÓGICA1

THE IMAGINAL BACKGROUND OF THE WORLD.


EPISTEMIC AVATARS OF THE ENVIRONMENT FROM
A COSMOLOGICAL HERMENEUTIC

Carlos Hugo Sierra

La vida es un niño que juega, que desplaza


1

las piezas sobre un tablero: reino de un niño2.


Heráclito, B 52 DK

Soñamos con viajes por el universo. ¿Es que no está el universo en nosotros? No cono-
cemos las profundidades de nuestro espíritu. Hacia adentro va el camino misterioso. En
nosotros, o en ninguna parte, está la eternidad con sus mundos -el pasado y futuro-»3.
Friedrich von Hardenberg “Novalis”. Fragmento. Polen (Blütenstaub), Athenaeum. 1798.

Lo que no se tiene en cuenta es que todo ser se presenta a cierta distancia, lo cual no
constituye un obstáculo para el saber, sino que lo garantiza. Lo que se olvida siempre,
aunque se diga, es que precisamente la presencia del mundo es presencia de su car-
ne en la mía, que “soy mundo”, aunque no “soy el mundo”. La metafísica sigue siendo
coincidencia. Ese espesor de carne que hay entre nosotros y el “núcleo duro” del Ser es
lo que no entra nunca en la definición: ese espesor queda cargado a mi cuenta: es la
envoltura de no-ser que lleva la subjetividad por todas partes” 4.
Maurice Merleau-Ponty. Lo Visible y lo Invisible.

1
Este artículo constituye, en esencia, un rudimentario esbozo preliminar de un estudio más exhaustivo y de mucho
mayor alcance, en torno al trasfondo epistémico que subyace en las pre-ocupaciones y asuntos nucleares del pen-
samiento ecológico contemporáneo visto desde una hermenéutica cosmológica (siguiendo, así, los pasos dados por
Hans Blumenberg), que estoy desarrollando, desde hace unos meses, en el Núcleo Internacional de Pensamiento en
Epistemología Ambiental -NIPEA-.
2
Die Fragmente der Vorsokratiker, von H. Diels, hrsg. von W.
Krantz, 3 vols., Berlín 1934-1937. En Colli, G. (2009). La Naturaleza ama esconderse. México D. F.: Editorial Sexto
Piso, p. 203.
3
Wir träumen von Reisen durch das Weltall. Ist denn das Weltall nicht in uns? Die Tiefen unsers Geistes kennen wir
nicht. Nach Innen geht der geheimnißvolle Weg. In uns, oder nirgends ist die Ewigkeit mit ihren Welten -die Vergan-
genheit und Zukunft-. Véase al respecto el excelente estudio biográfico de Antonio Pau. Novalis. Pau, A. (2012). La
nostalgia de lo Invisible. Madrid: Editorial Trotta.
4
Que justement la présence du monde soit présence de sa chair a ma chair, que j’ «en sois» et que je ne sois pas lui, c’
est ce qui, aussitot dit, est oublié: la métaphysique reste co’incidence. Qu’il y ait cette épaisseur de chair entre nous
et le « noyau dur » de l’Etre, c’est ce qui n’intervient pas dans la définition: cette épaisseur est mise a mon compte, c’
est le manchon de non-etre que la subjectivité transporte toujours autor de soi. Merleau-Ponty, M. (1964). Le visible
et l’invisible. Paris: Éditions Gallimard, p. 167.

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Carlos Hugo Sierra
88 El trasfondo imaginal del mundo. Avatares epistémicos de lo ambiental desde una hermenéutica cosmológica

RESUMEN
Este artículo constituye, en esencia, una ex- ABSTRACT
ploración en torno al trasfondo epistémico This article constitutes, in essence, an explo-
que subyace en las pre-ocupaciones y asun- ration around the epistemic background that
tos nucleares del pensamiento ecológico con- underlies the pre-occupations and the key is-
temporáneo (centrada en una matriz ontológi- sues of contemporary ecological thought (ba-
ca “holística” de la naturaleza) visto desde la sed on a “holistic” ontological matrix of nature)
necesidad de desarrollar una hermenéutica de seen from the need to develop a hermeneutic
alcance cosmológico (de conformidad con los of cosmological scope (in accordance with the
planteamientos de Edmund Husserl y de Hans approaches by Edmund Husserl and Hans Blu-
Blumenberg). De esta manera, es posible des- menberg). In this way, it is possible to reveal
velar el subsuelo de inmanencia invisible, el the invisible immanence, the earthly back-
trasfondo terrenal de nuestro pensamiento. ground of our thought.

Palabras clave: Trasfondo epistémico, Pen- Keywords: Epistemic background, Ecological


samiento ecológico, Alcance cosmológico. thought, Cosmological scope.

Introducción
Las cuestiones que conciernen al pensamien- acuerdo con P. Sloterdijk, la intromisión de la
to ecológico de la era moderna, en tanto que fría intemperie, de la desapacible exterioridad
remiten a una alteridad escurridiza (el mun- estelar, por las grietas e intersticios de aque-
do, aquello ciertamente extraño, impreciso, llas deterioradas coberturas o “cascarones”
que maniobra y se confronta extramuros de la metafísicos que, en su día, otorgaron a la hu-
interioridad que acoge al ser) nos encaminan manidad entera un convincente sentimiento
por una tortuosa senda que, si se persevera de inmunidad y seguridad6. Cabe preguntarse,
con firmeza hasta el punto final, conduce de
como siglos atrás, reorienta su trayectoria excéntrica
manera indefectible al enigma de la conditio
y recupera su singularidad, esta vez, como “oasis de la
humana, al sinsentido existencial, en fin, a la vida”. Die Sinnlichkeit des Menschen ist nicht zu arm,
wie die Aufklärung gern vermutete, sonder zu reich, um
ausencia de fundamento ontológico. Los dis-
an den kosmischen Gegenständen Befriedigung zu fin-
cursos actuales sobre lábil habitáculo terres- den. Die astronautische Geotropie ist auch ein rein sein-
sorisches Phänomen. (“La sensualidad del hombre no es
tre de lo viviente y sobre su renovado valor a
demasiado pobre, como le gustaba asumir a la Ilustra-
causa, precisamente, de su desmesurada in- ción, sino demasiado rica para encontrar satisfacción en
los objetos cósmicos. La geotropía astronáutica es tam-
significancia en relación con el infinito universo
bién un fenómeno puramente sensorial”). (Traducción
-lo que lleva, asimismo, a una re-centraliza- del autor) Blumenberg, H. (1997). Die Vollzähligkeit der
Sterne. Frankfurt am Main: Suhrkamp, p. 482.
ción planetaria que H. Blumenberg denomina 6
El enorme y exhaustivo rastreo filosófico de P. Sloter-
“geotropismo”5- muestran bien a las claras, de dijk a través de la articulación histórica del sentido y de
la vivencia espacial del hombre bajo los encuadres esfe-
rológicos de un “vitalismo geométrico” (hasta arribar a
5
La re-orientación geotrópica a la que se refiere H. Blu- un periodo póstumo de descascaramiento metafísico que
menberg supondría, en gran medida, una de las conclu- deja en la más rigurosa intemperie a la vida humana), le
siones ontológicas principales que se desprenden del re- sirve de pauta para ahondar en los cambios de fondo que
pensamiento de la existencia terrestre, no desdeñando protagonizan los imaginarios cosmovisionales, los domi-
tampoco un audaz abordaje fenomenológico y sus im- nios íntimos y las proezas civilizatorias de la historia oc-
plicaciones sobre la Lebenswelt, a partir de un horizon- cidental. “La esfera es la redondez con espesor interior,
te hermenéutico cosmológico. De esta forma, la Tierra, abierta y repartida, que habitan los seres humanos en la

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entonces, si los deslumbrantes espejismos Esto explica, en gran medida, el motivo por el
especulativos que dimanan del afán de trans- que, en la obstinada búsqueda de una racio-
parencia de una modernidad afianzada en el nalidad diferenciada que logre trascender lo
avance tecnológico, en el mercado mundial y pensado y lo dicho hasta ahora, resulte peren-
en la estallante globalización, no son sino re- torio e ineludible retrotraerse al pasado más
acciones de un automatismo instintivo, reflejos remoto, a los orígenes mismos de la metafí-
cuasi-fisiológicos y pre-conscientes ante la cer- sica occidental. Allí, precisamente, se gestó la
teza de verse en el corazón de un impenetrable resolución cosmológica primordial, el numino-
abismo. Lo curioso es que las suturas improvi- so encuentro entre la physis (Φυσις) y el lo-
sadas y fragmentarias que urde la razón subje- gos (λóγος). Y allí se hace obligado ponderar
tiva -sustantivizada bajo la forma de “individuo” de nuevo lo dicho por Heráclito de Éfeso, ya
o de “yo”- sobre la existencia activan un atávico que lo que se pone en juego es la posibilidad
dispositivo compensatorio frente a la engorrosa de vislumbrar lo no pensado en la ontología
corazonada, en torno a la que parece dominar occidental. Algo de ello barrunta E. Leff cuan-
una contumaz renuencia a su esclarecimiento, do examina, con minuciosidad detectivesca,
de que el mundo sólo es posible en referencia los estratos más reservados y profundos de
a una latencia inaccesible (“el cerco del miste- la cosmovisión moderna para encontrar aque-
rio”, según Eugenio Trías)7. No decimos, en rea- llos acontecimientos clave que pergeñaron un
lidad, nada nuevo. El irascible y atormentado colosal equívoco, un decisivo acto de encubri-
L. Wittgenstein lo dejó meridianamente claro, miento, en la medida en que auspiciaron un
aunque no lo fue tanto para Bertrand Russell, régimen ontológico imbuido por una lógica
G. E. Moore y todo el “Círculo de los Apóstoles” tecno-instrumental en franca expansión que
que en Cambridge le habían encumbrado como esclerotiza (si se nos permite la expresión) los
una verdadera leyenda viva8, al revelar la natu- códigos comprensivos de la vida y hace que
raleza fronteriza del ser humano9. la Tierra se rinda a los pies del omnipotente
sistema de cosificación capitalista10.
medida en que consiguen convertirse en tales. Como ha-
bitar significa siempre ya formar esferas, tanto en lo pe-
queño como en lo grande, los seres humanos son los se- Por lo demás, esta tentativa hermenéutica
res que erigen mundos redondos y cuya mirada se mueve
dentro de horizontes. Vivir en esferas significa generar la
dimensión que pueda contener seres humanos. Esferas
El yo entra en la filosofía por el hecho de que el
5.641. 
son creaciones espaciales, sistémico-inmunológicamente
“mundo es mi mundo”.
efectivas, para seres estáticos en los que opera el exte-
rior”. Sloterdijk, P. (2009). Esferas I. Burbujas. Microes- El yo filosófico no es el hombre, ni el cuerpo huma-
ferología. Madrid: Ediciones Siruela, p. 37. no, ni el alma humana, de la que trata la psicología,
7
La razón que palpita en el limes existencial, escudriñado sino el sujeto metafísico, el límite -no una parte del
de modo extraordinario por Eugenio Trías (sobre cuyas mundo-.
tesis abundaremos, por cierto, en un siguiente aparta- Wittgenstein, L. (1997). Tractatus Logico-Philoso-
do), nos arrostra forzosamente a la certeza de que la phicus. Barcelona: Altaya.
existencia humana se ve destinada a no disipar jamás 10
“Lo que aquí se juega no es sólo -ni fundamentalmen-
las tinieblas ontológicas que pudieran conducirla al au- te-, una verdad más originaria que la adecuación del lo-
to-esclarecimiento, al ansiado acoplamiento cognitivo gos y del eidos a los entes que emergen; sino la manera
consigo mismo, porque, precisamente, uno de los terri- como la ontología misma, en su modo de comprensión
torios fundantes de la experiencia humana, si hacemos del ser, ha instaurado a lo largo de la historia de la me-
caso a María Zambrano, “linda o está más allá de los tafísica una razón que funda e instituye la racionalidad
linderos del ser”, es decir, en el dominio del no-sentido. tecno-económica, ocultando la potencia emergencial
8
Para una idea introductoria de las circunstancias vitales de la physis y haciendo declinar la fuerza neguentró-
de L. Wittgenstein, resulta de utilidad la siguiente obra: pica de la vida, enactuando el metabolismo de la vida
Eilenberger, W. Tiempo de Magos. La gran década de la en la biosfera hacia la degradación entrópica del plane-
filosofía 1919-1929. Madrid: Taurus Editorial. ta”. Leff, E. (2018). El Fuego de la Vida. Heidegger y la
9
5.632. El sujeto no pertenece al mundo, sino que es un cuestión ambiental. Ciudad de México: Siglo Veintiuno
límite del mundo. Editores, p. 279.

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90 El trasfondo imaginal del mundo. Avatares epistémicos de lo ambiental desde una hermenéutica cosmológica

de la existencia bajo el enfoque cosmológico A estas alturas, como es de suponer, no cabe


acarrea, hoy en día, mayor consideración si malinterpretación alguna. Del imaginario
cabe por cuanto se asiste a un inusitado re- cosmológico contemporáneo nos cautiva en
surgimiento, tras su aparente declive en las mucho menor grado su éxtasis totalizador.
postrimerías del siglo XX, de la metafísica en El desafío aquí tiene que ver con que nos
el marco de las especulaciones contemporá- conformemos simplemente en sobrevolar la
neas sobre el universo. Cierto es que la na- superficie, eternizando con ello el vaporoso
rrativa filosófica y antropológica que se prodi- espíritu epocal, o, por el contrario, imitemos
ga a la sombra de la investigación astrofísica, la gesta del regio Teseo y volvamos a in-
cuyo germen se hallaría, según A. Fragio, en ternarnos en las profundidades laberínticas
la cosmología relativista de A. Einstein11, se del pensamiento.
decanta abiertamente hacia la consecución
de una teoría del todo y de la gran unifica- Perspectivas de la hondura. Habitando la
ción. Pero no hace falta conocer muy a fondo lejanía de un pensamiento cosmológico
los nudos gordianos de la teoría relativa a la
génesis y dinámica del universo para perca- Tal vez haya que volver a remontarse, como
tarse de que, en realidad, nos hallamos ante así lo advertía Karl R. Popper, a cierta dispo-
una versión sofisticada de un asiduo pensa- sición mental de amplitud de miras que vaya
miento de altos vuelos, aquel “pensamiento más allá de lo que hoy en día se está dis-
astronómico” -tal como lo designó en una de puesto a transitar, hasta alcanzar una pro-
sus gloriosas conferencias el electro-fisiólogo fundidad y alcance cosmológicos. Esta aspi-
alemán Emil du Bois-Reymond12- cuya pre- ración del espíritu humano por soltar amarras
tensión de omnisciencia, confundida bajo el y embarcarse en una travesía sombría y
disfraz del nunca abandonado determinismo turbadora, casi irreconocible con el paso de
laplaciano, nutre la avidez fagocitadora de la los siglos, posee el inusual efecto de trans-
razón inquisitiva moderna. portar históricamente al filósofo vienés a un
momento “axial” (Achsenzeit, haciendo nues-
11
“En mi opinión, la re-ocupación cosmológica de la me- tro el conocido término de Karl Jaspers) que
tafísica se inició con la cosmología relativista de Eins-
tuvo su origen en las legendarias costas de
tein, que abrió un nuevo y fabuloso dominio para la
especulación científica a través de una representación la antigua Jonia ( ωνία)13. Es cierto que Pop-
físico-matemática de la “estructura a gran escala” del
per se deja engatusar, digámoslo así, por el
Universo; una representación en la que el “ethos me-
tafísico” de la cosmología relativista contrasta extra- imaginario sublime que exalta la proeza grie-
ñamente con el pathos antiescatológico de Einstein”.
ga relacionada con el súbito alumbramiento
(Traducción del autor) Fragio, A. (2015). Paradigms for
a Metaphorology of the Cosmos. Hans Blumenberg and de un atisbo de pensamiento racional al que
the Contemporary Metaphors of the Universe. Ariccia:
tanto contribuyeron historiadores como John
Aracne Editrice.
12
“Denomino conocimiento astronómico de un sistema Burnet (1892)14, Francis Macdonald Cornford
material al conocimiento de todas sus partes, sus res-
pectivas posiciones y sus movimientos, de tal modo
que es posible calcular su posición y movimiento, en
cualquier momento, pasado o futuro, con la misma cer-
teza con la que calculamos la posición y el movimiento 13
Hacemos referencia a ‘Back to the Presocratics’ (‘Re-
de los cuerpos celestes a través de la precisión absolu- montándonos a los presocráticos’) Proceedings of the
ta de la observación y de la teoría previas”. (Traducción Aristotelian Society New Series, Vol. 59 (1958 - 1959),
del autor) Du Bois-Reymond, E. (1874). The limits of pp. 1-24. Dicho texto constituyó el discurso de K. R.
our Knowledge of Nature. The Popular Science Monthly, Popper al asumir la presidencia de la Sociedad Aristo-
5(2): 17-32. Se trata de la famosa conferencia dirigida télica en el año 1958.
al Congreso de físicos y científicos alemanes celebrado 14
Early Greek Philosophy. London & Edinburgh: A. & C.
en Leipzig el 14 de agosto de 1872. Black.

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(1912)15, Bruno Snell (1946)16 o, unas décadas vez”. Sólo de esta forma, es posible auto-im-
más tarde, Jean-Pierre Vernant (1965)17. Allí ponerse con convicción renovada el desafío in-
acierta a encontrar el germen de una tradición trínseco, personal, exclusivo, inalienable y no
que, tras un prolongado periodo de oculta- concluso, la exigencia de auto-desvelamiento
miento auspiciado por la escolástica medieval, que se halla, según nuestras ensoñaciones del
viene a desembocar en el racionalismo crítico pasado remoto, cincelado en el pronaos del
de la modernidad, representado de modo es- templo de Apolo en Delfos: γνωθι σεαυτόν (co-
plendente por la figura de Galileo Galilei18. nócete a ti mismo).

Nuestro interés se enfoca, sin embargo, en Si nos paramos a pensarlo bien, en esta ten-
otro aspecto. En el hecho de que el intento de tativa por encaminarse al meollo de nuestro
comprensión cosmológica nos lleva a un cues- entendimiento sobre lo existente subyace
tionamiento sobre la totalidad, va a la raíz, no también una aspiración por esbozar las bases
se queda por ello a “medias tintas”, arriba al de una especie de geofilosόfica20 o, incluso,
trasfondo. Se rescata un cariz intelectivo tras- si se me permite la expresión, de una histo-
cendente que nos conmina a considerar, desde ria de los geo-imaginarios21 o de las ecologías
sus fundamentos últimos, el mundo en el que humanas22. El motivo de este viraje drástico
vivimos, a entendernos a nosotros mismos y en nuestro enfoque, que algunos esmerados
a nuestro conocimiento de él. No es que crea- y recios cancerberos de la ortodoxia lo podrán
mos plausible, aclarémoslo, localizar un suelo considerar a todas luces subversivo, descan-
primordial, un punto arquimédico apostado en sa, por un lado, en la inaplazable necesidad
la antesala del sentido, no se trata de una es- de reconocer, de una vez por todas, que lo te-
pecie de “suspensión” al estilo husserliano, ni rrenal constituye un límite constitutivo y una
tampoco un descenso a un supuesto sustrato fuente primordial de nuestro pensamiento. A
último del mundo. Más bien la cuestión aquí este respecto, convendría rescatar el audaz
consiste en asumir una ficción, una perspecti- proyecto protagonizado por uno de los más
va, un horizonte óptico (conforme al enfoque ilustres perdedores en la empresa filosófica
de Hans Vaihinger)19 como un límite desde el occidental, Friedrich W. J. Schelling, quien no
que comprender la realidad, más aún, desde titubea en sacudir los macizos cimientos de
el que se pretende “ver el mundo por primera
20
El término, cuyas resonancias nos trasladan directa-
mente a los planteamientos de Gilles Deleuze y Félix
15
From Religion to Philosophy: A Study in the Origins of Guattari, rescata del olvido las filiaciones inmanentes
Western Speculation. Cambridge: Cambridge Universi- del pensamiento con el manto terrestre, en la medida
ty Press. en que determinan nuestro envolvimiento en el espa-
16
Die Entdeckung des Geistes. Studien zur Entstehung cio. “El sujeto y el objeto dan una mala aproximación
des europäischen Denkens bei den Griechen. Hamburg: del pensamiento. Pensar no es un hilo tensado entre un
Verlag Classen und Goverts. sujeto y un objeto, ni una revolución de uno alrededor
17
Mythe et pensée chez les Grecs. Etudes de psychologie de otro. Pensar se hace más bien en la relación entre el
historique. Paris: Éditions Maspero. territorio y la tierra”. Deleuze G. & Guattari, F. (1993).
18
“Que yo sepa, la tradición crítica o racionalista se in- ¿Qué es la filosofía? Barcelona: Anagrama, p. 86.
ventó una única vez. Se olvidó tras dos o tres siglos, tal 21
En relación con este fascinante campo de estudio, no es
vez debido al surgimiento de la doctrina aristotélica so- posible dejar de destacar muy significativas aportacio-
bre la episteme, el conocimiento cierto y demostrable. nes de los siguientes autores: Gaston Bachelard, Roger
Y fue redescubierta y revivida conscientemente duran- Caillois, Claude Lévi-Strauss, Georges Dumézil, Paul Ri-
te el Renacimiento, especialmente por Galileo Galilei”. coeur, Gilbert Durand, Henry Corbin, Pierre Brunel, Joël
(Traducción del autor). Popper, K. R. (1958-59). ‘Back Thomas, Philippe Walter, Jean Chevalier o Alain Geer-
to the Presocratics’. Proceedings of the Aristotelian So- branth.
ciety New Series, Vol. 59, pp. 1-24. 22
Garlaschelli, E. y Petrosino, S. (2012). Lo stare degli uo-
19
Vaihinger, H. (1952). The Philosophy of ‘As if’. London: mini. Sul senso dell’abitare e sul suo dramma. Milano:
Routledge & Kegan Paul. Marietti 1820.

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92 El trasfondo imaginal del mundo. Avatares epistémicos de lo ambiental desde una hermenéutica cosmológica

la metafísica clásica y acometer la operación la vez auto-consciente y cosmotheoros, para


“herética” de transformar la filosofía en una fí- cerciorarse de que el tejido de la existencia
sica dinámica. Luego nos ocuparemos de este inicia una travesía en pos de la seguridad habi-
asunto. Pero, por otra parte, al poner de re- tacional a través de diferentes tipologías de ar-
levancia los fundamentos espaciales que es- ticulación. Desde ese punto de vista, el mundo
tabilizan los marcos de ordenación de lo real, que despunta en la modernidad se erige como
estamos situándonos en las coordenadas ade- un modelo que rivaliza y finalmente triunfa
cuadas para explorar (tal y como nos lo indica ante el orden cósmico que hunde sus raíces
Charles Braverman23) las distintas mutaciones en la antigüedad griega y alcanza durante el
profundas que se han ido gestando en el pen- medievo cristiano inéditas expresiones y com-
samiento humano, esto es, las transformacio- posturas. Sobre su grandioso declive han sido,
nes de fondo en la visión de las cosas. entre otros, Hans Blumenberg (escrutando los
cambios en los presupuestos metafísicos que
Tocamos aquí, frente a la engañosa inmovi- apuntalan el escenario de la modernidad)25,
lidad eterna de nuestra morada terrestre, la Alexandre Koyré (desde la perspectiva de una
exuberancia y la transitoriedad de las hipósta- mutación interna transcientífica)26 o Remi Bra-
sis esféricas en las que se ha cobijado el hom- gue (en su repaso histórico de las concepcio-
bre occidental a través de su dilatado itinera- nes antropológicas)27 quienes se han impuesto
rio histórico-cultural. Hay otros mundos pero la tarea de describir con detalle la operación
están en éste, aseveraba el arrebatado maes- histórica de barreno de las murallas del cos-
tro del surrealismo poético Paul Éluard24. Más mos, como orbe metafísico desde el que se
allá de la yuxtaposición invisible de universos atribuía valor al hombre en su inserción en la
camuflados que pululan entre lo onírico, la vi- naturaleza, frente a la modernidad que redefi-
gilia y el subconsciente, la célebre frase pue- ne una insólita antropología y un nuevo centro
de ser interpretada, no sólo como un indicio de gravedad (en la instancia auto-fundamen-
de la cartografía subterránea que proporciona tadora de la razón subjetiva).
profundidad al hombre, sino como el presen-
timiento de una geología de orbes imaginales No es del todo seguro que, a día de hoy, se
que se diseminan verticalmente en el tiempo hayan logrado esclarecer en su integridad o, al
a través de estratos metafísicos. No hay más menos, se hayan puesto encima de la mesa las
que situarnos en aquel nebuloso trance, oca- consecuencias más decisivas para la concien-
sionado en el distante confín de la civilización cia mundana occidental del óbito geo-celeste
helénica, en que el mundo, en cuanto totalidad
ordenada, abre un abismo y distancia al hom- 25
Blumenberg, H. (2008). La Legitimación de la Edad Mo-
derna. Valencia: Pre-textos.
bre de sí, convirtiéndose éste en un sujeto a 26
Koyré, A. (1979). Del mundo cerrado al universo infini-
to. Madrid: Siglo XXI.
23
Viene al caso la aproximación de Charles Braverman, 27
“Por ello entiendo, como por lo demás implica el tér-
ya que reinterpreta, a través de la obra y de los princi- mino logos, no un simple discurso, sino una manera de
pios metodológicos de A. Koyré, la revolución científica dar razón del mundo en la que debe expresarse una
en términos espaciales. Véase al respecto, Braverman, reflexión sobre la naturaleza del mundo como mundo.
C. ‘Homage to Koyré: Space as Paradigmatic Example of Es cosmológico un discurso, expresado o no (en este úl-
“The Unity of Human Thought”’. En Pisano, R., Agassi, J. & timo caso podría hablarse de una “experiencia”), en el
Drozdova, D. (2018). Hypotheses and Perspectives in the que aquello que hace que el mundo sea mundo –lo que
History and Philosophy of Science. Homage to Alexandre cabría llamar la “mundaneidad”- no está presupuesto,
Koyré 1892-1964. Cham (Switzerland): Springer. sino que, por el contrario, se convierte, implícita o ex-
24
Véase al respecto, Rincón, L. (1976). Cartas cruzadas plícitamente, en un problema”. Brague, R. (2008). La
entre Paul Eluard y Teofrasto Bombasto de Hohenheim Sabiduría del Mundo. Historia de la Experiencia Humana
llamado Paracelso. Ed. Los libros de la frontera. del Universo. Madrid: Encuentro, p. 19

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antiguo. Con el derrumbe definitivo de la cer- y René Descartes, puesto que la confiabilidad
canía cosmonómica, con la transformación del empírica respecto a la caótica e inquietante
universo en un decorado anónimo e impasible realidad no espolea la rebelión emancipatoria
cuya infinita profundidad despierta en Blaise del hombre, sino que, más bien, sella una tras-
Pascal los más perturbadores espantos28, el posición criptomórfica del idealismo transcen-
mundo, más que caer en una vacilante desafi- dental que trata de reprimir las amenazadoras
nación -como aventura John Hollander-29, que- corrientes de lo terrenal acudiendo, como dice
da en silencio, se oscurece, se retira a una den- Schiller a “aquellas regiones donde habitan las
sa invisibilidad para ceder sus dominios a un formas puras”30.
centro auto-constitutivo y ordenador goberna-
do por el sujeto humano (ese ser fantasmal e Esta operación soterrada de enmascaramiento
incorpóreo que deambula por las estancias ló- cosmético salvaguarda, en la inmanencia em-
gicas de la claridad racional). La expansión sin pírica del flamante ordo scientiae, los cimien-
precedentes, a lo largo y ancho de Occiden- tos metafísicos que conjuran la dimensión
te, del angustioso sentimiento de abandono y abismática de la existencia humana. Toda vez
desolación vinculado con el naciente mundus que la divinidad atenúa su compromiso con el
absconditus es saludado por quienes otean devenir del hombre, que su voluntad trascen-
prometedores horizontes para el crecimiento dente se agazapa tras los bastidores de la es-
espiritual del ser humano. En ese sentido, na- cena del mundo, el suelo seguro que instaura
die mejor que F. Nietzsche ha comprendido el la certeza cognoscitiva cartesiana cobra todo
destino que le depara al hombre ante el horror el protagonismo y nos sitúa en la antesala del
vacui que despunta con el eclipse crepuscular sistema-marco de la modernidad. No ha pa-
del cosmos y de todo amparo divino, en la me- sado en absoluto inadvertido para S. Toulmin
dida en que, siendo consciente de su absoluta (2001) el significativo hecho de que, con la
soledad, no le queda otra salida que asumir construcción del ensoñado ideal del despertar
las riendas de su propia existencia y buscar la radical de la razón, se dio respuesta en parale-
auto-superación recurriendo a su incontenible lo y de modo simultáneo, a la convulsa y dra-
instinto creador. Se consuma, así, con el sigilo- mática inestabilidad sociopolítica del momento
so desencadenamiento de un renovado espíri- (en aquel periodo encarnada en la sangrienta
tu prometeico, el ajuste de cuentas contra los Guerra de los Treinta Años) mediante fórmulas
dioses por el que el hombre esperó miles de impositivas que se alejaban del antiguo “con-
años y ha de transformarlo, mediante el poder senso cosmopolita”31 y de todo atisbo de incer-
fáctico de la ciencia, en el flamante demiur- tidumbre o escepticismo “razonable” cultivado
go de todas las cosas. No obstante, el propio por el propio espíritu humanista del siglo XVI
Nietzsche, sobreponiéndose al entusiasmo, in- (culminando, así, un viraje reaccionario o con-
troduce una seria admonición contra la revolu- trarrevolucionario que Alfred North Whitehead
ción intelectual encabezada por Galileo Galilei -1967- describe como un “rechazo” y los histo-

28
Hacemos mención a la célebre frase de Blaise Pascal 30
En concreto, dicho verso se encuentra en su poema
en sus Pensamientos: “Me aterra el silencio eterno de filosófico El ideal y la Vida (Das Ideal und das Leben),
esos espacios infinitos”. Pascal, B. (1670). Pensées sur escrito en 1796.
la religion et sur quelques autres sujets, qui ont esté 31
“La crisis general de principios del siglo XVII no fue, en
trouvées après sa mort parmy ses papiers. Paris: Édi- suma, sólo económica y social, sino también intelec-
tion de Por-Royal. tual y espiritual: supuso el hundimiento de la confianza
29
Hollander, J. (1993). The Untuning of the Sky: Ideas pública en el antiguo consenso cosmopolita”. Toulmin,
of Music in English Poetry 1500-1700. Princeton (NJ): S. (2001). Cosmópolis. El trasfondo de la modernidad.
Archon Books. Barcelona: Península, p. 112.

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94 El trasfondo imaginal del mundo. Avatares epistémicos de lo ambiental desde una hermenéutica cosmológica

riadores Eugenio Battisti -1962- o Hiram Haydn estados colectivos de “sonambulismo social”34
-1950- denominan “contrarrenacimiento”)32. en nuestra modernidad, no es posible eludir
algunas secuelas anómalas que se desprenden
Con todo, este rudimentario cuadro histórico de la creación del mundo y de la transfigura-
y espiritual sobre los cambios acaecidos en la ción de la auto-experiencia asociada a la mito-
cosmovisión moderna, queda más completo y poiesis cartesiana. Desde aquella legendaria
parece más plausible si metemos en todo ello y gélida noche invernal en Neuburg de 1619,
al fascinante derrotero seguido por la raciona- bajo la revelación de extraños sueños enca-
lidad científica en ciernes. Tal como advierte denados en los que se entrevera el terror y la
L. Mumford con claridad meridiana33, las des- calma, la realidad adquiere matices oscuros,
cripciones teóricas ideadas por los visionarios se convierte en una tenebrosa sombra que
precursores de la ciencia moderna (N. Copér- amenaza con disolver hasta el último resqui-
nico, J. Kepler, Galileo Galilei y R. Descartes) cio de verosimilitud cognoscitiva. Visto desde
sutilizan la realidad mediante la destilación de este enfoque, el esclarecimiento intelectivo
una “ontología” de la puridad cuyos dominios cartesiano vendría a esbozar, algunos cientos
no se extienden más allá de la fortificación de años antes de las sugestivas invenciones
mental, despejando con ello el terreno para nosográficas de Bénédict Augustine Morel y,
la desnaturalización de la existencia y la recu- sobre todo, de Eugen Bleuler, el poso “esqui-
sación de todo aquello que en la vida escapa zófrénico” que articula los vericuetos expe-
a la aprensión de una analítica esterilizante. rienciales del hombre contemporáneo. Pues
El formidable efecto necrótico de este sistema late en todo ello una morbosa propensión, que
sobre la experiencia, no sólo tendrá resonan- cumple un deseo contradictorio de redención
cias cruciales en la gestación de una refinada y de auto-inmolación, de desasirse de la reali-
cirugía axiomática que escrutaba y, a la vez, dad y, en definitiva, de reconocerse en lo que
legislaba sobre la superestructura hipersimpli- genera extrañeza.
ficada de la realidad, sino que ésta, a su vez,
se veía expuesta, en su desposesión forzada, Por lo que uno puede suponer, no se está tra-
a un control operativo emergente. yendo a colación, con todo propósito, un asun-
to baladí. En realidad, no debe sorprender que
Semejante planteamiento debería sernos fa- el desacuerdo con el mundo, como una pre-
miliar y resulta, sin duda, de plena actualidad sunción que iba a ser recurrente en los juegos
tal como han evolucionado las cosas de un intelectuales de la reciente historia de Occi-
tiempo a esta parte. Lo cierto es que si se pre- dente, iba a ocupar, a su vez, el centro las con-
tende acometer con cierto cuidado el escruti- troversias modernas en torno a la naturaleza
nio etiológico y sintomatológico de la psicosis humana. De manera que la quimérica antropo-
(tan cercana a la filosofía post-estructuralista génesis (llevada a su traslación filosófica inicial
de Deleuze, Foucault y Derrida) que enerva los por Max Scheler, Helmuth Plessner o Arnold
Gehlen) vendría a cosechar una ambicionada
solidez científica, en cierto modo, mediante su
32
Whitehead, A. N. (1967). Science and the Modern World.
N. York: Free Press; Haydn, H. (1950). The Counter-Re- redefinición en términos de una perturbación
naissance. New York: Charles Scribner’s Sons; Battisti,
E. (1962). L’antirinascimento. Milano: Feltrinelli.
33
Recomendamos aquí especialmente el segundo volu- 34
Gabriel Tarde, G. (1890). Les Lois de l’imitation: étude
men del Mito de la Maquina de este autor: Mumford, L. sociologique. Paris: Félix Alcan; citado en Sloterdijk, P.
(2016). El pentágono del poder. El mito de la máquina (2006). Esferas III. Espumas. Esferología Plural. Ma-
(2). Logroño: Pepitas de Calabaza. drid: Ediciones Siruela, p. 150.

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espacial constitutiva. La toma de distancia barrer la sabiduría práctica que proviene de la


como mecanismo para desplegar un horizonte vivencia íntima de las cosas, convierte de fac-
existencial, no sólo determina las coordenadas to al hombre en un ser transmundano, en un
desde las que se circunscribe el alcance de la taciturno ente fantasmal que deambula entre
auto-limitación humana, sino el grado de des- castillos de aire, marañas lógicas y quimeras
concierto que suscita el saberse una realidad teóricas. No tiene nada de extraño, en este
mundana, circunstancia en esencia misteriosa contexto, que el ambiente se tornara en algo
que tanto da que pensar a F. Nietzsche, M. Hei- superfluo y extraño, un estorbo o impedimen-
degger o a J. Ortega y Gasset. Naturalmente, to molesto para el recorrido teleológico del en-
la vertiente temporal del desajuste respecto a tendimiento abstracto y, en última instancia,
lo terrenal tiene que ver con un abismo origi- para la perfecta auto-realización del sí mismo
nario que anticipa la presencia del Theatrum cualitativo que distingue al hombre de todo lo
Mundi a la aparición del hombre. Si la mortali- que se entrega a la existencia.
dad evoca una profunda nostalgia por reesta-
blecer la etapa edénica prelapsaria, lleva, del Con todo, la “ultraterrenalidad” racional no
mismo modo, a la lacerante constatación de la significa, en el fondo, evadirse del mundo,
imposibilidad de alcanzar, salvo en las narra- sino, más bien transformarlo, fundamental-
ciones de la “mitohistoria”, un tiempo de ori- mente para exigir la obediencia del mismo. En
gen. El hombre constituye, así, una emanación sus matices más umbríos, el proyecto de la
carnal que se alumbra en un periodo postcró- modernidad calibra su auge en la tenacidad
nico (en tanto que no asiste a la obra cosmo- con que despliega las estrategias de regimen-
gónica de Kronos). Esta circunstancia esencial, tación tecnológica de la naturaleza. De esta
esto es, el de la pre-existencia del mundo con forma, la hybris intelectiva moderna, envuel-
antelación al despertar del individuo ha sus- ve en la abstracción los atributos vitales de la
citado una confusa perplejidad que, sin duda, realidad y somete todos los procesos terres-
pre-determina la reflexión moderna sobre la tres a los imperativos del saber instrumental
singular esencia del hombre como especie. No politécnico, convirtiéndose así en una vasta
hay más que remitirse a las diversas hipótesis “megamáquina” de dominación a escala global
que nutren la antropología filosófica de las pri- (L. Mumford, 2016).
meras décadas del siglo XX, donde un primer
instante de inquietante “extrañeza” acaba tor- Una cosa es clara: el desmoronamiento del
nándose en una cruda revelación acerca de la cosmos trae consigo una revolución espiritual
soledad absoluta del ser humano que, al fin de y abre las puertas al papel fundante de la ra-
cuentas, es arrojado al mundo. El hombre se zón activa, cuya curiositas insaciable traspasa
queda, pues, sin soporte metafísico en el que todo confín y se dirige a estancias nunca ho-
se pueda sentir seguro. lladas de un territorio nudo que se expande
hacia el infinito. Tal circunstancia, dejémoslo
Esto trae como consecuencia que, desde claro, no supone ensanchar la cubierta meta-
aquella dislocación de los cielos que acompañó física que otorga sentido a la existencia. Todo
a la revolución científica y hasta el presente, lo contrario. En un contexto histórico de ex-
se recurra a un sustitutivo intangible pero con pansión inflacionaria del globo, Hannah Arendt
un vigoroso efecto calmante. Dicho de modo destaca una tendencia contraria, la de la “in-
más diáfano: la neutralización gnoseológica comparable desmundanización” como sello
que triunfa con el solipsismo cartesiano, al distintivo de la Edad Moderna (en el sentido

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del descendente proceso de pérdida de la con- La aventura del más allá.


ciencia de la realidad)35. La metafísica del su- Cartografía de los límites
jeto cognoscente, que parte irreversiblemente del mundo
en dos la historia del conocimiento occidental, Edmund G. A. Husserl, el principal instigador
se convierte en el centro gravitatorio ordena- de la fenomenología trascendental, no podía
dor de lo real, y el hombre así se ve expedi- ser del todo consciente del hecho de que sus
do tanto del mundo de las representaciones tanteos imaginativos acerca de la Tierra como
y pensamientos espirituales como del mundo un cuerpo-mundo37 inaprensible para la aco-
de la inmediatez terrenal. El ser humano se tada percepción humana iban a verse pronto
habría “alejado de la Tierra y de la realidad sacudidos, apenas un par de décadas después
sensorialmente dada bastante más de lo que de su muerte, con la puesta en la órbita te-
toda aquella esperanza cristiana en el más allá rrestre del primer satélite artificial de la his-
le apartara nunca de ella”. toria. Con el Sputnik 1 (Спутник-1), la mirada
humana da un salto de proporciones desco-
En definitiva, se han roto todas las clausuras munales. No se trata ya de multiplicar la pro-
que impedían la entrada de la exterioridad, yección tecnológica de la observación estelar,
quebrantamiento interpretado de modo cuasi de aumentar la lejanía capaz de ser atrapada
poético por P. Sloterdijk en su conocida teoría por el ojo humano enfundado de formidables
sobre la evolución de la espacialidad esferológi- prótesis ópticas. Es algo muy distinto a esa
ca como una irrupción arrasadora de la helada vastedad celeste que contempla Víctor Hugo
cósmica. La pérdida del sentido cósmico, dicho una noche de estío a través del telescopio del
de otro modo, de la conciencia de pertenecer a célebre astrónomo François Arago38. Una ex-
una totalidad hospitalaria y, hasta cierto punto,
congruente (en tanto que se poseía una sabidu- también el nivel “óntico”, el nivel físico real en el que
ría del mundo), extravía a la existencia huma- habíamos confiado durante tanto tiempo”. (Traducción
del autor). Timothy Morton, T. (2010). The Ecological
na hacia una apertura absorbente y hostil. De Thought. Cambridge: Harvard University Press, p. 28.
ahí que la modernidad construya su proyecto 37
“La Tierra no es la “totalidad de la naturaleza”; es una
de las estrellas en el infinito mundo-espacio. La Tierra
habitacional sobre un escenario ontológico “in- es un cuerpo en forma de globo, ciertamente no per-
mundo”. Elevados, en definitiva, hacia el volátil ceptible en su totalidad de una sola vez y por una sola
persona; más bien se percibe en una síntesis primordial
y etéreo cielo esculpido por la gigantesca obra como una unidad de experiencias individuales mutua-
tecnológica contemporánea, pareciera que la mente conectadas. Sin embargo, es un cuerpo”.
Husserl,
E. (1934). ‘Grundlegende Untersuchungen zum
tierra se ha hundido bajo nuestros pies36.
phänomenologischen Ursprung der Räumlichkeit der
Natur’. In Farber, M. (ed.) (1940). Philosophical Essays
35
“En la situación de radical alienación del mundo, ni la in Memory of Edmund Husserl. Cambridge Mass.: Har-
Historia ni la Naturaleza son del todo concebibles. Esta vard University Press, pp. 307-325.
doble pérdida del mundo -la pérdida de la naturaleza 38
“Recuerdo que una noche de verano, hace ya mucho
y, en sentido más amplio, la del artificio humano, que tiempo de esto, en 1834, me dirigía al Observatorio.
incluiría toda la historia- ha dejado tras de sí una so- Hablo de París, donde me encontraba entonces. En-
ciedad de hombres que, sin un mundo común que al tré. La noche era clara, el aire, puro, el cielo, sere-
mismo tiempo los separe y los relacione, viven o en una no, la luna, en creciente. A simple vista se distinguía
desesperada y solitaria separación o están comprimi- la moldeada redondez oscura la luz cenicienta. Arago
dos unos contra otros en una masa”. Arendt, H. (1999). estaba en su casa. Me hizo subir a la azotea. Allí te-
De la historia a la acción. Barcelona: Paidós, p. 73. nía un anteojo que aumentaba cuatrocientas veces. Si
36
“La crisis ecológica nos ha hecho conscientes de lo queréis haceros una idea de lo que es un aumento de
interdependiente que es todo. Esto ha generado una cuatrocientas veces, imaginad la palmatoria que tenéis
sensación espeluznante de que literalmente ya no hay en la mano, alta como las torres de Notre-Dame. Arago
mundo. Estamos perdiendo el terreno bajo nuestros preparó el anteojo y me dijo: mire”. Hugo, V. (2007). El
pies. En términos filosóficos, no solo estamos perdiendo Promontorio del sueño (Promontorium Somni). Madrid:
niveles de significado “ontológicos”. Estamos perdiendo Ediciones Siruela, p. 33.

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periencia visual turbadora que le hace tamba- Llegados a este punto, no debe resultar cho-
learse de la firme realidad y creer alcanzar la cante asegurar que el fundamento cosmovisivo
caliginosa cumbre del Promontorium sommi. Y de la contemporaneidad maniobre ambigua-
es que nunca antes se habían reunido las con- mente en torno a las propiedades articulado-
diciones técnicas para que un “emisario” ma- ras del límite. De modo simultáneo, se liberan
quinal enviado por el hombre traspasase los las pretensiones, confesadas sin cortapisas,
confines físicos e imaginarios del firmamento. para una demarcación cosificante de la Tierra,
Pero, más aún, se consigue por vez primera que habilita su potencial instrumental en ma-
un viraje en la trayectoria, hasta entonces nos de una avasalladora cultura de la sujeción
siempre dirigida a la insondable y enigmáti- y de la alienación tecnológica, a la vez que se
ca oscuridad, del aliento exploratorio. En otras espolea, entre el lacónico cómputo económi-
palabras, se consuma una especie de “intro- co y el utopismo mediático más pintoresco, la
versión” sobre el propio sustrato terrenal que aspiración transmundana de franquear toda
da cobijo a la vida, esclareciendo, en su in- frontera. El emblemático motto latino de “plus
completa redondez, la pasmosa fragilidad e in- ultra” que propulsa, con una intrepidez rayana
significancia de nuestro planeta, peculiaridad, en la insolencia, la empresa de expansión glo-
digámoslo de paso, que ha sido reproducida balizadora de Occidente, desde las legendarias
iconográficamente hasta el hartazgo por una gestas de circunvolución terrestre hasta las le-
hueste de satélites y sondas espaciales que janas auto-auscultaciones del Voyager 1 en el
pululan por los exteriores de nuestro mundo. espacio interestelar, junto a las inmediaciones
transneptunianas de la nube de Oort40(donde
Las consecuencias epistemológicas de este la mirada del hombre se reviste de una tras-
hito no pasaron desapercibidas para Mars- cendencia cuasi-divina, al hincar su nuevo
hall McLuhan cuando anuncia la llegada de centro de gravedad en la inmensidad estelar,
una nueva fase en la construcción metafísica en un simbolismo ocular que evoca los miste-
de la cobertura de la humanidad, que se ma- riosos ojos-globo de Odilon Redon) contribuye
nifiesta por apuntalar el definitivo ocaso del a situar al hombre en un umbral donde cree
cosmos y alentar el surgimiento de un ideal acariciar lo “abismático”. En esta inestable re-
ecológico. De esta forma, el dinamismo de la lación de cercamiento y apertura comienza a
tierra pasaba a traducirse como un ingenioso predominar en la psique colectiva una voca-
sistema cibernético cuyos contornos, en esta ción centrífuga que posibilita, bajo una cauti-
nueva interacción arquetípica con su mora- vadora representación física de la realidad, la
dor más audaz, se comprimen abruptamente metabolización, en términos gnoseológicos, de
ante los imperativos teórico-operativos que la desproporción humana frente al infinito (llá-
encumbra el nuevo escenario epocal. Una mese Dios, “principio del mundo” inmanente,
nueva imagen nutre la inventiva alegórica de
la que es capaz el vástago de esta nueva momento en que la Tierra entró en este nuevo artefac-
era de misiones tripuladas y robóticas: lejos to, la Naturaleza terminó y nació la Ecología. El pensa-
miento “ecológico” se hizo inevitable tan pronto como
de cualquier exaltación apasionada, tenemos el planeta ascendió al estado de una obra de arte”.
que vérnoslas con un objeto tecno-científico (Traducción del autor). Mcluhan, M. (1974). ‘At the mo-
ment of Sputnik the planet became a global theatre in
gigantesco39. which there are no spectators but only actors’. Journal
of Communication, vol. 24, no. 1, p. 49.
40
Se trata de la nave espacial más alejada de la Tierra.
39
“El Sputnik creó un nuevo entorno para el planeta. Por En 2012 salió de la heliosfera, se adentró en el espacio
primera vez, el mundo natural estaba completamente interestelar y se dirige al centro de la galaxia. Dentro de
encerrado en un contenedor hecho por el hombre. En el 300 años entrará en la nube de Oort.

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Carlos Hugo Sierra
98 El trasfondo imaginal del mundo. Avatares epistémicos de lo ambiental desde una hermenéutica cosmológica

supraconciencia o universo en expansión ace- aparición de una divisoria fronteriza desde la


lerada). Ahora bien, la conversión del mundo que la que se avizora y se dispone el régimen
supralunar en un espacio abstracto sin atribu- taxonómico de la biodiversidad tocante al en-
ciones ético-nomológicas (los tiempos de N. torno circundante, esté ofreciendo pábulo, en la
Copérnico, J. Kepler o incluso Isaac Newton, tradición histórica que se pone en marcha des-
en los que el fenómeno revelaba la mano de de la segunda mitad del siglo XIX, a la envoltura
una voluntad trascendente, han acabado hace de esta primera exterioridad (sujeto-mundo) y
mucho tiempo), únicamente concebible bajo los su reforma como límite interior de una postre-
códigos de una nueva ciencia astronómica, fa- ra exterioridad, la de la impávida negritud del
cilita las cosas enormemente para que el hom- universo. Así y todo, este ensanchamiento es-
bre se convierta en un despótico sátrapa de su calonado del entorno, que testimonia el alcance
dominio esférico y en un ávido colonizador del genésico del límite bajo la atadura del cuerpo
entorno universal. En definitiva, el incentivo con el orbe terrestre y éste con el universo,
cartográfico que la facultas cognoscendi encon- no sólo entraña una hipertrofia de la confianza
tró hace unas centurias en la terra incognita del de los sectores y colectivos más “emprendedo-
cuerpo humano y de los nuevos mundos guia- res” en la bondad técnico-instrumental sobre el
dos por una sugerente narrativa de conquista medioambiente, sino también la uniformización
y explotación, se traslada en el presente a la intelectiva de la naturaleza a escala planetaria
totalidad del universo observable41. en términos de un holismo omniabarcador. Si
se echa una mirada de conjunto a la historia
No puede ser mera casualidad que la ecología, de las diferentes lances, tradiciones y modelos
consecuencia de la formulación precoz de Ernst asociados a lo que ha venido en denominarse
Haeckel42, al respaldar epistemológicamente la el “holismo ecológico”, es bien conocido que su
rastro se advierte de forma palpable en la influ-
41
“Todavía existen, desgraciadamente Terrae incognitae yente y archiconocida Hipótesis Gaia de James
en el pequeño mundo, así como existen también en el E. Lovelock y Lynn Margulis. No se nos escapa,
más grande: la Isla del Cerebro, el Istmo del Bazo, las
fortalezas renales y algunos otras Glándulas, el paso sin embargo, que su transcurso teórico-concep-
noreste de la bebida desde el estómago hasta los riño- tual ha estado jalonado de varias consideracio-
nes…y muchas otras cosas quedan aún por investigar
por nosotros, y quizás también por los estudiosos de la nes de implicación cosmológica. Por un lado, su
posteridad”. (Traducción del autor). analítica de las condiciones geofísicas de Mar-
Charleton. ‘Enquiries into Human Nature in VI Anato-
W,
te sirve de patrón hermenéutico para avanzar
mic Praelectiones’. London, 1680; citado en Sawday, J.
(1995). The Body emblazoned. Dissection and the human en una representación de la Tierra como una
body in Renaissance culture. London: Routledge, p. 28.
totalidad sintética43. Por otro lado, la adhesión
42
“Por ecología entendemos la ciencia acerca de las re-
laciones del organismo con el mundo exterior circun-
dante, incluidas, en un sentido amplio, todas las “con-
diciones de existencia”. Estas condiciones son, por begründet durch die von Charles Darwin reformirte
naturaleza, en parte orgánicas e inorgánicas; ambas, Descendenz-Theorie (Vol. 2). Berlin: Verlag von Georg
como hemos demostrado anteriormente, son de la ma- Reimer, p. 286.
yor importancia para la constitución de la propia forma 43
Es sabido que el antecedente sobre su participación,
de los organismos, en la medida en que determinan su a mitad de los años sesenta, en diversos proyectos
adaptación. Entre las diversas condiciones inorgánicas de la National Aeronautics and Space Administration
de existencia a las que todo organismo debe adaptarse -NASA- y del Jet Propulsion Laboratory en torno a las
se encuentran, las propiedades físicas y químicas de su condiciones atmosféricas en Marte y Venus supone,
hábitat, el clima (la luz, el calor, las condiciones atmos- entre otras cosas, la inclusión de una referencia ima-
féricas de humedad y la electricidad), los nutrientes ginal cosmológica en el afianzamiento del modelo de
inorgánicos, la naturaleza del agua y del suelo, etc.”. autorregulación bio-geo-físico terrestre asociado a la
(Traducción del Autor). Haeckel, E. (1866). Generelle Hipótesis Gaia. Véase al respecto, Lovelock, J. (1989).
Morphologie der Organismen: allgemeine Grundzüge Gaia: A New Look at Life on Earth. Oxford: Oxford Uni-
der organischen Formen-Wissenschaft, mechanisch versity Press.

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declarada a la herencia verdnaskiana44 le lleva siglo XIX y principios del siglo XX, de expre-
a establecer un lazo de unión insospechado con siones metafóricas con un gran impacto en el
la perspectiva cosmista45, circunstancia, dicho discurso científico y político imperante como
sea de paso, casi del todo punto desconocida la de “microcosmos” de Stephen A. Forbes47, o
en los espacios académicos occidentales. “superorganismo” de Frederick E. Clements48,
pasando por conceptos precursores de la eco-
No está de más, en cualquier caso, avanzar logía moderna como “biocenosis” de Karl Au-
la idea de que la matriz ontológica “holísti- gust Möbius y August Thienemann49, la “geobi-
ca” de la naturaleza, en cuanto sistema auto- cenosis” de V. V. Dokuchaev50, el “holocoeno”
regulado y homeostático que asemeja a una de Karl Friederichs51 o la “comunidad biótica”
totalidad orgánica, viene de tiempo atrás. En de John Phillips52, hasta llegar a los plantea-
concreto, se va gestando a lo largo de un ex- mientos geo-bio-químicos asociados a la tesis
tenso periodo que va desde las formulaciones de la “biosfera” propuestos por Eduard Suess53
románticas del siglo XVIII relacionadas con la y el mencionado Vladimir I. Vernadsky54.
Lebensphilosophie y el geo-organicismo de Ja-
mes Hutton46, la emergencia, ya a finales del Dadas las múltiples implicaciones revoluciona-
rias relativas a la extensión de los intereses
44
Lovelock ha dejado claro su deuda intelectual con V. I. ecológicos a través del hilo conductor de la
Vernadsky -Влади ́мир Верна ́дский-, al considerarle el
actual globalización planetaria, sobre las que,
primer científico en elaborar una visión general que fija
a los organismos vivos, contemplados como una totali- como es lógico, no es posible hacer hincapié
dad, en la dinámica geológica terrestre, expresada en
exhaustivamente en este escueto artículo, no
las variantes de los ciclos de los elementos químicos, su
evolución y su regulación. No hay que olvidar tampoco resulta en modo alguno extraño que el para-
que V. I. Vernadsky no dudó en aceptar el principio de
digma holístico haya estado emplazado en el
Christiaan Huygens de que el fenómeno de la vida re-
presenta un fenómeno cósmico. Véase al respecto, Hu- centro de significativas e intensas polémicas
ygens, C. (2015). Cosmotheoros. Conjeturas relativas a
dentro de la teoría ecológica moderna, como
los Mundos Planetarios, sus Habitantes y producciones.
Zaragoza: Jekyll & Jill. la histórica controversia sostenida con el en-
45
El cosmismo ruso es un movimiento cultural y filosófi-
foque reduccionista (iniciada por Henry A.
co amplio y heterogéneo, un auténtico caleidoscopio en
el que participaban poetas, artistas, filósofos, músicos,
místicos, religiosos, políticos, científicos, escritores, y
que alcanza su punto álgido en el periodo que transi- 47
Forbes, S. A. (1925). The Lake as a Microcosm. De-
ta del siglo XIX al XX. Fundamentalmente destaca por partment of registration and Education Division of the
desarrollar una teoría general de filosofía natural, en el Natural History Survey Bolletin, Vol. XV, Article IX, pp.
que se mezclan elementos teóricos de las tradicionales 537-550.
filosóficas occidentales y orientales, así como principios 48
Clements, F. E. (1916). An Analysis of the development
éticos y planteamientos de la Iglesia Ortodoxa, en el que of Vegetation. Washington D. C.: Carnegie Institution of
se pone encima de la mesa los desafíos de la futura exis- Washington. Publication Nº 242, pp. 1-7.
tencia de la humanidad en el cosmos. Visto desde este 49
Möbius, K. (1877). Die Auster und die Austernwirts-
enfoque, el cosmismo aúna sin contradicciones el pro- chaft. Berlin: Verlag von Wiegandt, Hemple & Parey.
greso científico y el crecimiento espiritual. La rama cien- 50
Dokuchaev, V.V. (1898). Teaching of the Zones of Natu-
tífica de esta corriente estaba representada por Kons- re. Moscow: Geografgiz.
tantin Tsiolkovsky -Константин Циолковский- (pionero 51
Friederichs, K. (1930). Die Grundfragen und Gesetz-
de la teoría de la cosmonáutica), Alexander Chizhevsky mäßigkeiten der land und forstwirtschaftlichen Zoolo-
-Алекса ́ндр Чиже ́вский-, fundador de la Heliobiología, gie. Vol. 1: Ökologischer Teil. Berlin: Verlagsbuchhand-
y el propio Vernadsky que ponía el foco de atención en lung Paul Parey.
la habilidad de la ciencia y de la tecnología para trans- 52
Phillips, J. (1930). Fire: Its Influence on Biotic Commu-
formar las condiciones existenciales de la vida. Para un nities’. South African Journal of Science, 27, pp.352-
estudio introductorio, Groys, B. (Ed.) (2018). Russian 367; Phillips, J. (1931). The Biotic Community’. Journal
Cosmism. Cambridge & London: The MIT Press. of Ecology, 19, pp. 1-24.
46
Hutton, J. (1788). ‘Theory of the Earth, or an Investiga- 53
Suess, E. (1875). Die Entstehung der Alpen. Wien: Wil-
tion of the Laws observable in the Composition, Dissolu- helm Braumüller.
tion, and Restoration of land upon the Globe’. Transac- 54
Vernadsky, V. I. (1997). La Biosfera. Madrid: Visor
tions of the Royal Society of Edinburgh, 1, pp. 209-304. Editores.

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100 El trasfondo imaginal del mundo. Avatares epistémicos de lo ambiental desde una hermenéutica cosmológica

Gleason en 1926)55 o los encendidos debates ecología contemporánea de la totalidad, guar-


que devanan los sesos de los grandes porta- da íntima relación con esa inveterada queren-
voces de la biología evolucionista acerca de la cia drásticamente segregacionista que es tri-
constitución y propósitos del super-organismo butaria del pensamiento onto-epistemológico
(E. Sober & D. S. Wilson, F. Bouchard; A. Gard- cartesiano. La “inmunización epistémica” (J-M
ner & A. Grafen; B. Hölldobler, etc.)56. A la vez, Schaeffer, 2009)62 del sujeto, como arma es-
su innata ambigüedad universalista posibilita tratégica para la auto-afirmación y para la
un caldo de cultivo ideal para las más extra- conquista intelectiva del mundo, obliga a al-
vagantes y rebuscadas identificaciones de ca- gunos atareados buscadores a tratar de dis-
rácter ideológico, de tal modo que cabe ser tinguir eventuales salidas, como la que puede
acogida sin reservas por el naturalismo con- representar el ejercicio de una episteme me-
servador anti-industrialista decimonónico, por so-cósmica (o, más bien, meso-cognitiva)63,
la política ecológica imperial o colonial (a partir entre los exangües resquicios no apoderados
de los planteamientos de Jan Christian Smuts todavía por el Leviatán de la despótica abs-
y su “filosofía de la totalidad”)57, así como por tracción instrumental, pero, sin duda alguna,
los programas de modernos sectores anti-bur- apunta también y sin miramientos a la exalta-
gueses o las propuestas de transformación ra- ción de la poderosa fuerza del límite.
dical defendidas por la ecología profunda (de-
fendida por el filósofo noruego Arne Näess)58, Da la impresión, sin embargo, que en el “en-
el eco-marxismo (al que podríamos encuadrar trecruzamiento existencial” conformado por el
a André Gorz59 o, incluso, al propio Enrique límite, pese a que en él se articula la existen-
Leff60) o el eco-anarquismo (de un Murray cia (que, bajo la óptica occidental, se mues-
Bookchin61, por ejemplo). tra fundamentalmente como quiasma o an-
tagonismo jánico) hollamos terreno inseguro,
Sea como fuere, lo que se hace patente es casi desconocido para la meditación filosófica
que, por regla general, la plétora de dilemas, y, como consecuencia de ello, objeto de todo
idealizaciones y doctrinas con las que se pugna tipo de fantasías estereotípicas, auto-enga-
encarnizadamente en pos de una especie de ños interesados y malentendidos cautivan-
tes. Ciertamente, aun cuando se haya puesto
55
Gleason, H. A. (1926). ‘The Individualistic Concept of
the Plant Association’. Bull. of the Torrey Bot. Club, 53, 62
Jean-Marie Schaeffer cree identificar todas las presun-
pp. 7-26. ciones de carácter epistemológico que confirman la sin-
56
Huneman, P. & van Baalem, M. (2014). ‘Organisms as gularidad ontológica del hombre, y las agrupa en torno
Ecosystems / Ecosystems as Organisms’. Biological a lo que ha calificado como la Tesis de la Excepción
Theory, Volume 9, Issue 4, pp. 357-360. Humana: “ruptura óntica” en el interior de los seres
57
Véase al respecto, Anker, P. (2001). Imperial Ecology. vivos (esto es, separación radical entre los seres hu-
Environmental Order in the British Empire, 1895–1945. manos y las demás formas de vida); “dualismo onto-
Cambridge & London: Harvard University Press. lógico” (entre el orden material y el orden espiritual);
58
Näess, A. (2009). The Ecology of wisdom: Writings by concepción “gnoseocéntrica” del ser humano (lo que
Arne Näess. Counterpoint. hay propiamente del ser humano es el conocimiento) y
59
Gorz, A. (2008). Ecológica. París: Galilée. un ideal antinaturalista. Véase al respecto, Schaeffer,
60
Hacemos referencia a los dos últimos libros de la pro- J-M. (2009). El fin de la excepción humana. Barcelona:
lífica obra del sociólogo y filósofo de la ciencia mexica- Marbot Ediciones, pp. 21-53.
no: Leff, E. (2018). El Fuego de la Vida. Heidegger y la 63
Siguiendo los planteamientos de Erhard Oeser y la
cuestión ambiental. Ciudad de México: Siglo Veintiuno posibilidad de un conocimiento “transmesocósmico”,
Editores; Leff, E. (2019). Ecología Política. De la de- Schaeffer encuentra mimbres suficientes para hablar
construcción del capital a la territorialización de la vida. de una episteme meso-cognitiva que adopte una pers-
Ciudad de México: Siglo Veintiuno Editores. pectiva externalista (naturalista) alejada de lo inmedia-
61
Bookchin, M. (1991). The ecology of freedom. The to y de las remotas abstracciones teóricas. Véase al
emergence and dissolution of hierarchy. Montreal & respecto, Schaeffer, J-M. (2009). El fin de la excepción
Nueva York: Black Rose Books humana. Barcelona: Marbot Ediciones, pp. 105-107.

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tradicionalmente hincapié en su funcionalidad que soporta la existencia en su paradoja cons-


negativa de interposición obstructiva y obsta- titutiva, ya que, si se sigue con atención el hilo
culizante, conviene advertir que su irrupción argumentativo de metódico análisis, habría en
en “las formas íntimas de la vida humana” mo- el rompimiento o escisión ontológica original
viliza otras propiedades inmanentes de enor- (fuente de todo dualismo) una propiedad, a la
me importancia. Con todo, conviene admitir vez, cicatrizante, religadora y simbólica66. Este
que este semblante clandestino del límite en argumento da lugar a un sistema filosófico del
la experiencia (corpórea o mundanal), que es “ser del límite” que encubre una doble y si-
capaz de introyectar y metabolizar el entor- multánea operación, de apertura de un abismo
no a la vez que lo irradia, ha quedado, por lo (limite limitante) o de establecimiento de una
general, completamente relegado, desterrado vía de comunicación (limite liminar)67. Ambas
al ostracismo. A fin de cuentas, la ya clásica actividades, en cualquier caso, reflejan opera-
atribución hegeliana del límite como frontera ciones inherentes del límite, relacionadas con
que provoca un acotamiento (Grenze), o como el “cerco hermético” o con aquel mencionado
obstáculo que restringe la posibilidad de movi- “trasfondo de sentido” que promueve el surgi-
miento o de transgresión (Schranke), no es sino miento concreto y material de la existencia68.
una depuración metafísica histórica cuyas con-
secuencias sobre el sujeto y el orbe terráqueo asimismo símbolo que acoge la escisión como tal (sin
abarcarla ni redimirla nunca por completo)” Lanceros,
perpetúan una continuidad dualística poderosa,
P. (1997). La herida trágica. El pensamiento simbóli-
una tradición de escisiones pregnante64. co tras Hölderlin, Nietzsche, Goya y Rilke. Barcelona:
Anthropos, p. 207.
66
“Las visiones del mundo comparecen entonces como
Debemos, no obstante, al filósofo Eugenio Trías mito-logías: intentos de articular la experiencia vital en
imágenes-de-sentido, a través de un lenguaje simbóli-
el haber sacado a la luz las inadvertidas atri-
co que trata de coimplicar lo propio y lo ajeno, lo uno
buciones “terapéuticas” de la herida trágica65 y lo otro, la identidad y la diferencia. Pero el acceso a
esta relación de los contrarios exige un proceso cua-
si ritual de iniciación en la otredad, capaz de asumir
64
Este análisis, bajo estos parámetros, se encuentra den- imaginalmente lo que nos excede; para lo cual se pre-
samente expuesto en la mayúscula exploración filosófi- cisa el simbolismo no sólo como pensamiento proyec-
ca del límite de Eugenio Trías, que ha quedado compen- tivo (prospectivo), sino como “rito de paso” que nos
diada en una antología de varias obras: Trías, E. (1985). conduce al límite: los reversos del ser, la ausencia y lo
Los límites del mundo. Barcelona: Editorial Ariel; Trías, inconsciencia. Pues todo símbolo excede la realidad dad
E. (1988). La Aventura filosófica. Madrid: Editorial Mon- y su razón escueta en dirección hacia su relación ampli-
dadori; Trías, E. (1991). La lógica del límite. Barcelona: ficada: en la cual el referente-la referencia-obtiene su
Destino; Trías, E. (1999). La razón fronteriza. Barcelo- aferencia, religación o sentido”. Ortiz-Oses, A. (1995).
na: Ediciones Destino. Visiones del mundo. Interpretaciones del sentido. Bil-
65
“La herida trágica se configura como lo abierto (Rilke), bao: Universidad de Deusto, p. 87.
el silencio (Hölderlin), la ausencia (Nietzsche). Es el es- 67
“La potencia conjuntiva y la potencia disyuntiva consti-
pacio que hemos identificado como el hay del peligro, o tuyen las dos potencias internas a la esencia del ser del
como realidad que deja ser (y no-ser) al manifestarse límite. Éste es un límite limitante que escinde y separa
en (la) contradicción y, por lo tanto, al sustraerse en los ámbitos que él mismo, en su condición de gozne o
cuanto plenitud o unidad. La realidad (herida trágica) de bisagra, conjuga y consolida. La potencia disyuntiva
ha de ser acogida por una metafísica que requiere si- mantiene separado los separado; la potencia conjunti-
multáneamente una ontología y una onto-gonía. Pues va es responsable de su unificación siempre precaria, o
la palabra que habita el abismo trágico no es sólo pala- de la conjugación de esos ámbitos diferenciados”. Trías,
bra que captura-y-explica (concepto) sino palabra que E. (1999). La razón fronteriza. Barcelona: Ediciones
soporta-y-funda (poiesis) la realidad en su devenir y Destino, p. 400.
retornar. En el ámbito trágico, el hombre es siempre 68
Si se sortea el efecto restrictivo que ha provocado, en
extranjero en tránsito sobre una superficie móvil que el desarrollo histórico de una concepción integral del
tolera terror y esperanza en cuanto hay paradójico del ser de firme raigambre cartesiana, la elección de lími-
peligro y lo que salva. La herida trágica-constitutiva y tes cognoscitivos que segregan al fenómeno objetual
originaria-se divierte en contradicción y conflicto. Y así de la ontología del yo, descubriremos un terreno fér-
la escisión se insinúa como único vínculo; lo cual quiere til en el que es viable y obligado encarar la realidad
decir que la realidad (la herida) es simbólica (vincu- sociocultural desde una experiencia carnal. Tal es lo
lante) y la palabra que de ella surge y a ella tiende es que propone F. García Selgas cuando afirma que “no

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102 El trasfondo imaginal del mundo. Avatares epistémicos de lo ambiental desde una hermenéutica cosmológica

El cuerpo (ese “centro de gravedad” que hace en lo corporal, y por tanto lo que lo define, no
disponer de un mundo) se muestra, entonces, es su concreción históricamente dada sino su
como el más importante indicador de las con- función limitante y, como tal, estructurante de
diciones socio-históricas de vinculación con el la realidad. Es decir, la capacidad de generar un
medio ya que, en el fondo, late en la hondura entorno de relación y de desenvolvimiento de
de su consistencia material la propiedad bási- lo bio-social, puesto que, tal y como recuerda
ca de la mediación, de la conexión, de la vin- E. Trías “la cosa es impenetrable pero se deja
culación. Más allá, incluso, de cualquier cuerpo mostrar como piel, como pellejo, como aura”71.
concreto, lo corpóreo nos sumerge en una di-
mensión desde la que se ejerce, por un lado, Da igual que toquemos el exterior con la punta
una función “diabólica” y, por otro, una función de los dedos o éste se descubra a millones de
“simbólica”69. años luz. El ser limítrofe de la existencia hace
que el más allá, por muy distante que se en-
En virtud de ello, lo corpóreo constituye la cuentre, se module íntima y cadenciosamente
base material de enlace con el mundo, el vehí- con nosotros. En esta singladura que el hom-
culo por el cual el individuo logra substanciali- bre emprende en aras de trascender todo obs-
dad y se relaciona con su entorno. Es el límite táculo no hacían falta, en consecuencia, tan-
en absoluto, que organiza el mundo a través tas alforjas, puesto que la lejanía siempre sale
de su sesgo diferencial y, por tanto, por su fa- prodigiosamente a nuestro encuentro, de un
ceta estética de aparición. Dejémoslo claro: modo indescifrable, como una sombra ignota.
no separa exclusivamente, porque lo hace re- La cuestión no tiene que ver con la lucha por
lacionando, aportando significación a las rea- salvar vastas extensiones espacio-temporales,
lidades que cercena, de ahí su innata cualidad sino con un envite metafísico. Como segura-
simbólica. No es casual, así, que se trate al mente ya se habrá advertido, este enigmático
cuerpo como del límite figurativo / simbólico problema se ha convertido, con el discurrir del
que une cualquier entidad del mundo con el tiempo, en uno de los leitmotiv más sobresa-
enigma70. En consecuencia, lo que trasciende lientes de la novelística de la ciencia ficción.
El famoso pasaje de Solaris, obra cumbre del
ha de verse la cognición ni (objetivistamente) como re-
género escrita por Stanisław Lem lo expresa
cuperación o aprehensión de algo externo, ni (relati-
vistamente) como proyección de lo interno, sino que, magistralmente: Salimos al cosmos prepara-
sorteando la oposición interno-externo, debemos ver
dos para todo, es decir: para la soledad, la lu-
la cognición como acción corporizada o enacción. Aquí
ya se hace patente la llamada al trasfondo, pues lo que cha, el martirio y la muerte. La modestia nos
se está afirmando es que la cognición y toda repre-
impide decirlo en voz alta, pero a veces pen-
sentación necesitan de un trasfondo de comprensión,
que incluye habilidades motrices, conocimientos prác- samos, de nosotros mismos que somos mara-
ticos, creencias y disposiciones, que se arraigan en la
villosos. Entretanto, no queremos conquistar
estructuración sociobiológica de nuestra corporalidad
y se experimentan en el ámbito de una (inter) acción el cosmos, sólo pretendemos ensanchar las
histórico-culturalmente constituída”. García Selgas, F.
fronteras de la Tierra.
G. (1994). ‘El “cuerpo” como base del sentido de la ac-
ción’. Revista Española de Investigaciones Sociológicas
(REIS), Nº 68, p. 48.
69
“El término “diablo” deriva del latín, diabolus, que pro- límite no justifica de ningún modo inferir su no-exis-
cede del griego diabolos “el que siembra la discordia”; tencia. Incluso, de ser nada, o una nonada, esa “nada”
procede del verbo diaballo, separar (de ballo, arrojar). sería algo radicalmente relevante: aquello inane y vacío
Por otro lado, símbolo (symbolon =”contrato”, “poner que hace posible trazar, en relación a ello, dicho límite”.
junto”, “lanzar conjuntamente”), en cuanto acción de Trías, E. (1999). La razón fronteriza. Barcelona: Edicio-
arrojar para ver si encajan”. Trías, E. (1991). La lógica nes Destino, p. 404.
del límite. Barcelona: Destino, p. 125. 71
Trías, E. (1991). La lógica del límite. Barcelona: Destino,
70
“La ignorancia relativa a lo que se halla más allá del p. 182.

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Tentativas de una tectónica algo sin duda análogo subyace en aquel sue-
subterránea. Contracorrientes lo terrestre, percibido por Edmund Husserl
geo-sóficas en la matriz como una metáfora fenomenológica elemen-
occidental tal que habilita las condiciones necesarias del
Queda ya como un intangible residuo de una mundo de vida (lebenswelt), del hogar idóneo
lejanía remota, mantenido únicamente en la donde habitar, en la medida en que soporta,
neblinosa evocación de postergadas exaltacio- a su vez, el suelo experiencial que marca el
nes poéticas, aquel pathos cósmico que des- horizonte, bajo nuestros pies, desde el que
tilaba la Tierra, en el espacio intersticial que el hombre toma consciencia de su autonomía
comenzaba en las alturas de lo celeste (lo corporal74. Esta experiencia, lejos de diluir-
que consagraba una sabiduría uranográfica)72 se con el descubrimiento de objetos celestes
y venía a finalizar, como réplica especular de fuera de nuestro sistema solar, consolida una
lo que se hallaba en los cielos abovedados, suerte de astronoética (puesta en marcha por
en los insondables paisajes de la verticalidad H. Blumenberg)75 que eleva la reflexión sobre
subterránea. Ese Mundus Subterraneus, esa la vida humana a una dimensión cosmológica.
“astronomía invertida”, heredera de una geo- Visto de una u otra forma, ambas considera-
logía sacra que fue rememorada como nunca ciones no poseen, en absoluto, el tono admo-
antes, con la acendrada nostalgia de quien se nitorio con que Friedrich Nietzsche conmina a
encuentra ante la evidencia de lo que ya es mantenerse fieles al sentido de la tierra (Sinn
irrecuperable, por el insigne poeta Friedrich der Erde)76. Es necesario liberarse del yugo
von Hardenberg “Novalis”73, estaba en pose- que ejerce el hipnotismo solar platónico (cuyas
sión de rasgos primordiales que co-pertene- ramificaciones en el presente se ocultan entre
cían, asimismo, a la naturaleza humana, y que los ardides escatológicos de un nihilismo salví-
insuflaban los componentes y los impulsos de fico -bajo una forma europea de budismo77-, y
su condición genuina. Salvando las distancias, en los dogmas apodípticos de la tecno-ciencia
moderna), y orientar nuestros sentidos ale-
72
Urano, que en la astronomía antigua, antes del descu-
brimiento del planeta por William Herschel en 1781, era 74
“La Tierra es ahora el cuerpo físico universal: el soporte
reconocible en el límite superior del cielo, nació de la de todos los cuerpos; de todos aquellos cuerpos de que
diosa primigenia Gea. Algunas fuentes literarias lo pre- se puede tener experiencia plena (normal) por todos
sentan como hijo de Éter, el dios de la luz celestial y del lados y de forma suficiente a efectos empíricos -o sea,
éter, el aire que se encuentra en las partes superiores de la manera en que se tiene experiencia de los cuerpos
del mundo. Es conocida la historia relatada por Hesiodo físicos antes de que los astros pasen a contarse entre
en la Teogonía sobre la venganza de Gea mediante cas- ellos-. La Tierra es ahora ese gran bloque sobre el que
tración, el nacimiento de Afrodita y el acertado augurio yacen los cuerpos, y del cual, por fragmentación o tro-
contra los titanes. ceamiento, hemos visto surgir, o habrían podido surgir,
73
Este término, que forma parte del caleidoscopio con- otros cuerpos más pequeños”. Husserl, E. (2006). La
ceptual de iniciación en el mundo interior - el Innen- Tierra no se mueve. Investigaciones básicas sobre el
welt- del universo de Novalis, está contenido en la origen fenomenológico de la espacialidad de la natura-
Bildungsroman (novela de formación) conocida como leza. Madrid: Editorial Complutense, p. 12.
Heinrich von Ofterdingen. En sus páginas, las vivencias 75
Véase al respecto, Fragio, A. (2015). Paradigms for a
del descenso por las minas se traducen en un irresis- Metaphorology of the Cosmos. Hans Blumenberg and
tible viaje interior, de ahí la íntima conexión entre el the Contemporary Metaphors of the Universe. Ariccia:
poeta y el minero: “Su trabajo solitario le aleja durante Aracne Editrice, pp. 89-115.
una gran parte de su vida de la luz del día y del trato 76
Hacemos mención, claro está, a la archiconocida expre-
de los hombres. Por eso no se acostumbra a las cosas sión contenida en el Zaratustra: “¡sea el superhombre
maravillosas que existen en la superficie de la tierra, el sentido de la tierra!...permaneced fieles a la tierra” /
ni cae en ese embotamiento y esa indiferencia frente “Der Übermensch sei der Sinn der Erde…bleibt der Erde
a ellas que tienen muchos de los que no practican este treu”. Véase al respecto, Nietzsche, F. (1998). Así habló
oficio. También por eso conserva un alma de niño, que Zaratustra. Madrid: Alianza.
le hace verlo todo con un espíritu limpio, con un espíritu 77
Nietzsche, F. (2006). Fragmentos Póstumos (1885-
abierto y virgen”. 1889). Volumen IV. Madrid: Tecnos, Madrid, p. 165.

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104 El trasfondo imaginal del mundo. Avatares epistémicos de lo ambiental desde una hermenéutica cosmológica

targados hacia la geo-tectónica subterránea hortus conclussus. Está claro que aquí el nexo
que mueve los hilos de nuestro pensamiento. epistemológico que se trata de establecer con
Ni que decir tiene que el hallazgo de esa sis- lo terrenal adopta, más bien, el rasgo de un
micidad latente y estructural, que procede del mandato natural a la propiedad en sentido del
corazón de la tierra, le sirve a Nietzsche de liberalismo clásico al estilo de un John Locke,
imagen expresiva (haciendo del filósofo, como de manera que se legitima cierta inversión
nos lo recuerda Ernst Junger, un meticuloso en las cláusulas de esclarecimiento y consti-
sismógrafo78) para señalar la ausencia real de tución ontológicas en el “contrato natural”80
fundamento firme y estable. Como argonautas que estatuye la realidad. La humilitas que ca-
del espíritu, nuestro fatum es la búsqueda in- racterizaba a la mentalidad pre-moderna81 se
cesante de nuevos horizontes, una singladura torna, bajo el occidentalismo específicamente
marítima en pos de una terra incognita que, moderno, en una petulante aventura de des-
más que constituir puerto seguro, supone un apego y elevación del suelo nutricio para con-
horizonte de destino al que jamás se arriba. seguir dominar el medio aéreo, entregándose
En contraste con la imaginería kantiana, el im- de nuevo a la mítica tentación de Ícaro, y dar
predecible y, en no pocas ocasiones, iracun- por así cercenado el lazo de co-pertenencia con
do océano, no entraña una peligrosa amenaza el mundo. Yendo a contracorriente de lo pro-
sino el medio conveniente para perseguir los clamado por Spinoza, la razón humana impide
fines que el hombre se auto-impone. Y es que con estricta observancia la expansión y ramifi-
el arcaico imaginario de lo ilimitado, cuya fas- cación del ser por todos los recodos del entorno
cinante caracterización en la historia del pen- material terrestre. El individuo abstracto auto-
samiento filosófico continental se nutre de la suficiente, en definitiva, lleva a rastras la men-
metáfora oceánica, choca en I. Kant79 contra dicidad atisbada por Friedrich Hölderlin82, tras
el dique de contención de la ínsula del enten- despojarse de toda lógica peculiar que pueda
dimiento (Verstand) que da fundamento a la emanar del corazón83, alcanzando un nivel de
reflexión precisa y distinta, a la vez, incluso, consciencia equiparable al de un insignificante
que la protege, en su cerrazón, de las influen- gusanito sumergido en líquido sanguíneo84.
cias disolventes que se propagan en el uni-
80
Serres, M. (1991). El Contrato Natural. Valencia: Pre-textos.
verso. Entendido desde este punto de vista, 81
Es preciso hacer notar que una de las acepciones eti-
las inmaculadas sendas lógicas y las macizas mológicas de este término latino (humilitas, ātis) está
relacionado con el humus, con lo que se establece una
formaciones teórico-conceptuales gestadas
ascesis o régimen ético que se encuentra sujeto o cer-
por la razón son sometidas a prácticas acredi- cano a la tierra.
82
Hacemos referencia a la archiconocida sentencia de
tadas de “cultivo” dentro del perímetro de un
Hölderlin contenida en su novela epistolar Hiperión, o
el eremita en Grecia, obra escrita entre 1794 y 1795: El
hombre es un dios cuando sueña y un mendigo cuando
78
Jünger, E. (1949). Strahlungen. Tübingen: Heliopolis, p. 9. reflexiona.
79
Alusión al famoso pasaje contenido en la Crítica de la 83
Scheler, M. (2017). El puesto del hombre en el cosmos.
razón pura: “Pero esta tierra es una isla, cerrada por la Salamanca: Escolar & Mayo Editores.
naturaleza misma dentro de fronteras inmutables. Es 84
“Imaginemos ahora, si le parece, que vive en la san-
la tierra de la verdad (¡nombre halagador!), circundada gre un gusanito, dotado de una vista capaz de discernir
por un océano vasto y tempestuoso. el imperio de la las partículas de sangre, de la linfa, etc., y dotado de
apariencia, donde espesas nieblas y hielos -próximos a razón para observar cómo cada partícula, ante el cho-
fundirse- ofrecen a cada momento la ilusión de nuevas que con otra, o rebota o le comunica una parte de su
tierras, y engañando una y otra vez con vanas esperan- movimiento, etc. Viviría en la sangre como nosotros en
zas al navegante que viaja en busca de nuevos hallaz- esta parte del universo, y consideraría cada partícula
gos, le complican en aventuras de las que nunca puede de sangre como un todo y no como una parte; y no po-
evadirse y que jamás logra concluir”. Véase al respecto, dría saber cómo todas las partes están reguladas por la
Kant, I. (2009). Crítica de la razón pura. México: FCE, naturaleza general de la sangre y que, por una exigen-
UAM, UNAM. cia de la naturaleza misma de la sangre, son forzadas

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De todos es sabido el anodino destino al que profundidad la naturaleza87. Cuando tratamos


se ven abocadas heterodoxias filosóficas de con lo orgánico, se debe tener en cuenta la
tal calibre. La drástica conmoción teórica que fuerza, así como la pujanza vital que vertebra
acompaña a F. W. Schelling85, el que fuera, al el desarrollo de las formas vivas sin depender
decir de Novalis, el adalid prominente de una de ningún factor externo (al principio de na-
nueva química, el “oxigenista absoluto” 86, tura naturata se le debe adicionar otro prin-
constituye un ejemplo admirable de la manera cipio complementario: el de natura naturans).
en que las corrientes dominantes de la filo- De ahí que para Schelling la vida se exprese
sofía europea pueden, durante largo tiempo, incondicionalmente, a través de una amalga-
reducir una tentativa epistemológica meritoria ma de tendencias que marcan una trayectoria
en una reliquia intrascendente. Pero es que el expansiva (fuerza de repulsión) o una inercia
propósito no era en absoluto menor, buscaba antiproductiva (fuerza de atracción). No hace
poner patas arriba la historia del pensamien- falta incurrir en fantasías extemporáneas para
to occidental al desbancar al sujeto del acto llegar a la curiosa conclusión que las tesis de
de conocer (equivalencia que había sido puli- Schelling gozan de una providencial actua-
da con mimo por aquella tradición racional, ya lidad, ya que anticipan con muchos años de
sea dogmática o crítica-trascendental, perso- antelación la cada vez más sólida certidumbre
nificada por R. Descartes, I. Kant o J. G. Fi- de que la actividad orgánica se estructura por
chte) en pos de una naturaleza de orden supe- medio de procesos entrópicos-neguentrópicos
rior (materia viva empujada y organizada por (sobre esta cuestión nos detendremos en otra
una fuerza creativa incesante) que anula todo ocasión). Por otro lado, la “física especulati-
dualismo oscilante entre lo subjetivo y lo ob- va” formulada por Schelling marca distancias
jetivo. La osadía de Schelling no tenía límites, respecto al enfoque teórico de J. G. Fichte.
ya que se disponía a atacar de modo simul- Como tal, la naturaleza no representa la al-
táneo dos frentes del pensamiento occidental teridad negativa que propulsa al sujeto hacia
bien pertrechados. Para empezar, se revuel- un avanzado estadio de auto-consciencia y,
ve contra la tradición ilustrada-mecanicista por tanto, un epifenómeno especular del yo,
que, además situar en primer plano al “cogito” verdadera fuente del conocer y sede de lo ab-
como estancia garantizadora de lo real, so- soluto donde se enlazan el pensamiento y el
mete a la materia una analítica objetiva que ser. Y tampoco se asienta, como si se tratase
la iguala a toda sustancia inerte (cosa) exis- de un antagonista subliminal, en el terreno del
tente en el universo. Eso no era entender en inconsciente, poniendo en evidencia los finitos
contornos del sujeto. La naturaleza no se frag-
a ajustarse unas a otras a fin de armonizar, de algún menta o se particulariza en el Yo (sujeto) o en
modo entre sí”. Spinoza, B. (1988). Correspondencia.
el no-Yo (objeto). Más bien, desde un estado
Madrid: Alianza, pp. 236-237.
85
Heinrich Heine consideraba la doctrina de Schelling previo administra esta manifestación bifronte.
como una mera repetición de la filosofía de Spinoza,
Es por ello que Nicolai Hartmann, al referirse
convicción, a nuestro entender del todo punto incorrec-
ta. Bernstein, J. A. ‘On the Relation Between Nature
and History in Schelling’s Freedom Essay and Spinoza’s
Theologico-Political Treatise’, p. 81, en Wirth, J. M. & 87
“Ahora bien, el mecanicismo no es, ni mucho menos,
Burke, P. (Eds.) (2013). The Barbarian Principle. Mer- lo que constituye la naturaleza. Porque en cuanto en-
leau-Ponty, Schelling, and the Question of Nature. New tramos en el reino de la naturaleza orgánica, crea para
York: Suny Press. nosotros toda vinculación mecánica entre causas y
86
Dichos apelativos se encuentran en los fragmentos para efectos. Todo producto orgánico existe por sí mismo,
una enciclopedia que quedaron inconclusos tras la muerte su existencia no depende de ninguna otra”. Schelling,
del poeta alemán. Véase al respecto, Novalis. (1996). La F. W. J. (1996). Escritos sobre Filosofía de la Naturaleza.
enciclopedia. Notas y fragmentos. Madrid: Fundamentos. Madrid: Alianza Editorial, p. 96.

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106 El trasfondo imaginal del mundo. Avatares epistémicos de lo ambiental desde una hermenéutica cosmológica

a la filosofía de Schelling (ese Hegel incomple- la intencionalidad procesual inmanente en la


to), habla sin tapujos de una especie de “real- naturaleza propugnada por Schelling cobrará,
idealismo” o de “ideal-realismo”88 que sirve de por caprichosas ironías del destino, un nuevo
puente entre el microcosmos contenido en el sentido en forma de estados avanzados noos-
hombre y el macrocosmos. féricos (sistemas globales de auto-regulación
geo-bio-química o complejidades auto-cons-
Es cierto que la finalidad que se presupone cientes a escala planetaria), que son indu-
ínsita en la materia en virtud de su dinamis- cidos a través de catalizadores de evolución
mo vital89 le hace pensar a M. Heidegger que noética (Teilhard de Chardin) o mecánicos (V.
Schelling no ha cortado las cadenas que le I. Vernadsky). Pero dejemos este interesante
atan a la onto-teología occidental (al introdu- tema para otro momento.
cir, tal vez de forma no premeditada, atribu-
ciones propias de lo divino y de lo humano). Algo de lo desarrollado por F. W. J. Schelling
En tanto que la vida se mostraba como deve- descansa también en los planteamientos de
nir, para Schelling suponía un asunto inevita- Merleau-Ponty91, quien descubre en la rea-
ble internarse en el estudio de los procesos lidad percibida un fondo co-implicativo y no
genésicos de la naturaleza y del recorrido te- contradictorio, una relación esencial de Inei-
leológico de su evolución, que distaba mucho nander (inherencia recíproca) del sí mismo y
de ser azaroso. Desde ese punto de vista, los de las cosas que hace del cuerpo ese fenó-
fenómenos, en su discurrir, no se agotan en meno reconciliatorio de lo paradójico y cla-
sí mismos, devienen medios para la consecu- ve articuladora de las fuerzas temporales del
ción de la meta póstuma fijada de antema- presente y de la propia espacialidad. En torno
no en el “más acá” 90 de la realidad natural: a la contribución filosófica de Merleau-Ponty
la consciencia y la libertad suprasensibles. A para el develamiento inapelable de una geo-
medida que el paradigma ecológico entra de sofía sumergida, me gustaría destacar tan
lleno en los enconados debates intelectua- sólo -ya que aquí no hay espacio para más-
les acerca de la supuesta crisis civilizatoria, su decisiva preocupación por el enigma de
la sombra. Y es que, en cierto modo, resulta
verdaderamente fascinante su audaz rechazo
88
Hartmann, N. (1960). La filosofía del Idealismo alemán.
Buenos Aires: Editorial Sudamericana, p. 177. al orden visual prototípico de occidente, que
89
“Mientras yo mismo sea idéntico con la naturaleza,
envuelve en la nítida irradiación lumínica la
comprenderé qué es una naturaleza viva tan bien
como comprendo mi propia vida; concibo cómo se re- pura presencia de lo real y una experiencia
vela esa vida universal de la naturaleza en sus más va-
dominante de la verdad92. Lejos de auspiciar
riadas formas; en progresivos desarrollos y graduales
aproximaciones a la libertad; sin embargo, en cuanto
me separo a mí mismo de la naturaleza, no me resta 91
Es sabido que Merleau-Ponty explorará con dedicación
nada que un objeto muerto y dejo de concebir cómo es algunos aspectos de la Naturphilosophie asociados a la
posible una vida fuera de mí”. Schelling, F. W. J. (1996). figura de F. W. Schelling en los tres cursos notables
Escritos sobre Filosofía de la Naturaleza. Madrid: Alian- sobre la cuestión de la Naturaleza (1956-1957, 1957-
za Editorial, p. 103. 1958 y 1959-1960) impartidos en el Collège de France.
90
“Pero en lugar de bajar hasta las profundidades de su Véase al respecto, Wirth, J. M. & Burke, P. (2013). The
autoconciencia para contemplar desde allí el nacimien- Barbarian Principle. Merleau-Ponty, Schelling, and the
to de los dos mundos que hay en nosotros, el ideal y Question of Nature. New York: Suny Press.
el real, se alzó por encima de sí mismo; en lugar de 92
No cabe duda que la fenomenología merleau-pontiana
explicar a partir de nuestra naturaleza cómo lo finito y de la percepción visual desintegra los ideales de la óp-
lo infinito, originariamente unidos en nosotros, surgen tica y física cartesiana centradas en la distinción res-
recíprocamente el uno del otro, se perdió de inmediato pecto a las propiedades intrínsecas del mundo, en la
en la idea de un infinito exterior a nosotros”. Schelling, medida en que “la visión es panorama; por los agujeros
F. W. J. (1996). Escritos sobre Filosofía de la Naturaleza. de mis ojos y desde el fondo de mi invisible retiro do-
Madrid: Alianza Editorial, p. 93. mino el mundo y me reúno con él donde él se halla.

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el poder cognoscitivo de la razón en cuanto epistémico. Las cosas se hallan entreabiertas,


lux naturae, el régimen escópico merleau- penetradas por un halo de intangible oscuridad
pontiano gusta de acechar los tenues matices gnoseológica que nos impide agotar su riqueza
de la penumbra y las leves modulaciones de aspectual y su profundidad. En abierta polémi-
lo neblinoso. Más allá de los emblemáticos te- ca con las bases fundacionales del objetivismo
rritorios de la razón moderna, Merleau-Ponty clásico, la postura de Merleau-Ponty viene a
inicia una travesía que le interna en lo que restaurar la experiencia ante-predicativa del
Immanuel Kant, omnipresente en esta con- sentido humano, lo “oculto” como ausencia
troversia filosófica, reconocía de modo avieso positiva que irremisiblemente forma parte del
como el “océano ancho y borrascoso” de lo mundo, en tanto que “lo sostiene y lo hace visi-
incierto93. Podría decirse además que, como ble”. En un sentido más profundo, este enfoque
F. W. J. Shelling y, en general, como todo in- entraña desposeer de sus privilegios a la con-
tento de reconquistar la densidad material del ciencia subjetiva y desechar las bases ilusorias
conocimiento humano, la resuelta determina- del optimismo racionalista que se aferra a la
ción merleau-pontiana para descender a las idea de captar la esencia primigenia y absoluta
profundidades de lo pensable se encuentra de las cosas y conocer la realidad sub specie
jalonada de una “extraña nostalgia del abis- aeternitatis. Todo el asunto está ahí: en el en-
mo”, aquella por la que, recogiendo nueva- vés opaco e inasible que anida en los límites de
mente el sentir épico de Friedrich Hölderlin lo expresable y que nos impide poseer y cercar
(el auténtico poeta de los poetas según Hei- completamente lo real.
degger) arroja al hombre incansablemente a
lo indefinido. Es obvio que Merleau-Ponty, en la medida
en que trata de llevar al límite el “pensar”, el
Siendo así, la incursión espeleológica de Mer- “sentir” y se deja “zarandear” por las incon-
leau-Ponty permite atisbar el reverso que en- tables posibilidades de lo que constituye el
vuelve a toda realidad constituida, el subsuelo auténtico pensamiento, descubre los límites
de inmanencia invisible desde el que se engen- de todo acto perceptivo, esa certaine absence
dra nuestro mundo percibido, el halo de pre- que lacera y menoscaba el pensamiento y las
sentido que insufla toda significación humana, cosas, que nos sumerge en lo que H. Blumen-
el estrato sombrío de ausencia e indetermina- berg denomina el “horizonte” de la imperfec-
ción que inerva el horizonte del ser. En el pla- ción94. Con esta toma de posición, Merleau-
no gnoseológico esto significa, al menos así lo Ponty sitúa su interés, frente a la claridad,
entiendo, que las objetividades se encuentran el control y la posesión, en un orden meta-
cercadas por limitaciones epistémicas intrín- fórico de la opacidad o, si se quiere, en una
secas. Tales objetividades no son susceptibles especie de “filosofía negativa” que lo aproxi-
de ser concebidas como realidades absolu- ma a lo terrenal (o, dicho en los términos de
tas, autosuficientes o, si se quiere, completa- Merleau-Ponty, al medium carnal)95. Con ello,
mente independientes de la acción del sujeto
94
Blumenberg, H. (1999). Mon Faust in Erfurt. Frankfurt:
Goethe zum Beispiel, p. 31; citado en Bech, J. M.
Hay una especie de locura de la visión: por la visión (2005). Merleau-Ponty. Una aproximación a su pensa-
llego hasta el mundo mismo y, sin embargo, es eviden- miento. Barcelona: Anthropos, p. 39.
tísimo que las partes de este mundo no coexisten sin 95
“La carne no es materia, no es espíritu, no es substan-
mí”. Merleau-Ponty, M. (1970). Lo visible y lo invisible. cia. Para definirla, haría falta el viejo término “elemen-
Barcelona: Seix Barral, p. 101. to”, en el sentido en que se empleaba para hablar del
93
Kant, I. (1978). Crítica de la razón pura. Madrid: Alfa- agua, del aire, de la tierra y del fuego, es decir, en el
guara, p. 259. sentido de una “cosa general”, a mitad de camino entre

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la existencia corporal se entrevera o, dicho terra ignota por antonomasia, que se resis-
de otro modo, se prolonga en la complejidad te a ser colonizada definitivamente y con la
cósmico-experiencial ya que “mi cuerpo está que el hombre, sin embargo, mantiene una
hecho de la misma carne que el mundo...y el implicación íntima y espontánea. Porque no
mundo participa de la carne de mi cuerpo, la hay que olvidar que toda acción, todo pen-
refleja, se superpone a ella y ella se super- samiento o deseo lleva tras de sí el rastro
pone a él...; uno y otra están en relación de de la carnalidad, esa “realidad infrafenomé-
transgresión o de ensamblaje” 96. nica”, que nos enlaza con el mundo mientras
lo dota de existencia99.Con esta idea, en mi
Esta última idea resulta sumamente intere- opinión, entrevemos una cuestión central del
sante porque nos permite comprender que, pensamiento merleau-pontiano que afecta al
en esta reorganización de la mirada donde, enraizamiento del conocimiento dentro del
de acuerdo con M. Foucault, “los límites de horizonte fisiológico y material que subyace
lo visible y de lo invisible siguen un nuevo en toda comprensión de la realidad. El cuer-
trazo” 97, Merleau-Ponty acierta a intuir la dis- po, y el mundo con el que se encuentra en-
creta y silente presencia carnal en el escurri- tretejido, se desvelan como ese oscuro sub-
dizo horizonte, en el universo de inmanencia suelo perceptivo donde se origina el sentido
existencial que fundamenta la experiencia, de toda actividad humana. Más allá del yo
y también en el límite vital que demarca y concreto arribamos a la existencia anónima
plenifica las realizaciones del ser humano. del cuerpo que orienta la conducta conscien-
No es extemporáneo, pues, que Merleau- te desde su asentamiento natural y cultural
Ponty encuentre en el cuerpo el Nullpunkt en el mundo. Esto significa, en resumen, que
(punto cero de todas las dimensiones del un sujeto corporal y su mundo precede al yo,
mundo), que descubra en la carne ese tejido en la medida en que encarna las condiciones
de relaciones pre-cognitivas que posibilitan desde las que se hace posible un horizonte
la enigmática alianza con el mundo que so- concreto de experiencias, esto es, una exis-
mos (étre-au-monde) a través de su provi- tencia consciente históricamente determi-
sión de sentido98. Más allá de toda suerte de nada. El cuerpo daría unidad a esas, en ex-
in-imaginadas travesías, el cuerpo supone la presión de Alexander Nehamas, “actividades
cognitivas de bajo nivel”100 que vertebran
el individuo espacio-temporal y la idea, especie de prin- la vida cotidiana de los hombres y cohesio-
cipio encarnado que introduce un estilo de ser donde-
quiera que haya una simple parcela suya. La carne es,
en este sentido, un elemento del Ser”. Merleau-Ponty, 99
“Merleau-Ponty está convencido de que entre el ser hu-
M. (1970). Lo visible y lo invisible. Barcelona: Seix ba- mano y el mundo, entre el pensamiento y la materia,
rral, p. 174. existe simbiosis en lugar de exclusión. Esta interdepen-
96
Merleau-Ponty, M. (1964). Le visible et l’invisible (suivi dencia explica su concepción del cuerpo como modo de
de notes de travail par M. Merleau-Ponty). Paris: Galli- conocimiento privilegiado; puesto que el cuerpo propio
mard, p. 302. es el momento decisivo de la constitución del mundo
97
Foucault, M. (1985). El nacimiento de la clínica. Una ar- objetivo, decir que hay cosas para mí es decir que sólo
queología de la mirada médica. Siglo XXI: Madrid. existen por medio de mi cuerpo. Si el conocimiento se
98
“Ya que hay un cuerpo-sujeto, y ya que las cosas exis- basa en el cuerpo y en la percepción vivida, no po-
ten ante él, éstas se hallan como incorporadas a mi demos sencillamente yuxtaponer por un lado la vida
carne, pero al mismo tiempo nuestro cuerpo nos pro- de la conciencia fuera de sí y, por otro, la conciencia
yecta en un universo de cosas convincentes, y de ahí interna de sí”. López Sáenz, M. C. ‘La existencia como
pasamos a creer en las “puras cosas”, establecemos la corporeidad y carnalidad en la filosofía de M. Merleau-
actitud de puro conocimiento, y olvidamos la densidad Ponty’, en Rivera de Rosales, J & López Sáenz, Mª. C
de la “preconstitución” corporal que las lleva”. Merleau- (coord.) (2002). El cuerpo. Perspectivas filosóficas. Ma-
Ponty, M. (1968). Posibilidad de la Filosofía. Resumen drid: UNED Ediciones, p. 193.
de los cursos del College de France 1952-1960. Madrid: Nehamas, A. (1985). Nietzsche: Life as Literature.
100 

Narcea Ediciones, p. 186. Cambridge: Harvard University Press.

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nan, a su vez la unidad del yo. Por lo tanto, fútil o anacrónica, y trasciende con mucho el
el cuerpo reubica el conocimiento positivo, ejercicio intelectual de explorar las sucesivas
racional y consciente en un substrato pre- visiones del mundo que entraman la historia
rreflexivo donde fulgura el sentido, es decir, occidental o de adentrarse a la tarea crítica
todo enlace simbólico con el mundo. Como de reconfigurar la constelación de certezas
si fuera una sigilosa sombra, entre una “au- que han arraigado en la ontología tradicional
sencia alusiva” y un “surgimiento radical”, el del ser. Es mucho más que eso. Implica aus-
cuerpo antecede a nuestros pensamientos y cultar el estado de las ligaduras emocionales
sentimientos, y los sitúa en un mundo, esto y los nudos empáticos que nos unen con la
es, en un espacio-tiempo existencial concre- realidad. Se trata de una cuestión de salud,
to. como ya nos lo hizo saber F. Nietzsche, de
si se cuenta con la febril curiosidad o dotado
Así las cosas, nuestra sospecha parece bien de una robusta constitución como para entre-
fundada. Los itinerarios teóricos señalados garse instintivamente al horizonte abisal de
aquí juegan con el símil subterráneo y desve- lo inseguro e incierto. El hecho de restaurar
lan el envés terrenal de nuestro pensamiento. la perspectiva cósmica, bajo las condiciones
En perfecta consonancia con ello, se acierta a de una modernidad de escisiones hiperbóli-
percibir, por decirlo así, un genuino afán por cas y guaridas inmunes, conlleva, por lo pron-
conmover los cimientos de la existencia, con la to y de acuerdo con lo vislumbrado por H.
vehemencia de una colisión tectónica, lo que, Blumenberg, afirmar la antaño inquebranta-
de alguna manera, impele a trastocar la expe- ble “confianza en el ser” (Seinsvertrautheit),
riencia, a sondear lo impensado desde cierta y la despreocupada “apertura” (kosmischen
extremidad gnoseológica, a experimentar con Offenheit)101 a un territorio vital indómito que
la física elemental de las imbricaciones esen- cabía imaginar en el escenario cultural de la
ciales con el mundo…y alcanzar el soterrado Grecia antigua. Ciertamente, el que sea esto
subsuelo de la inmanencia, el suelo matricial verosímil o una mera quimera pertenece a
que se halla detrás de todas las cosas. Queda, las sombras de lo desconocido. Pero resulta
así pues, pendiente una exploración arqueoló- oportuno, eso sí, como ideal normativo para
gica hacia lo que se encuentra vedado: la in- poder re-pensar una relación original con el
traontología del mundo. No es que sigamos a mundo y con ello, señalémoslo tan sólo como
pies juntillas la venturosa senda trazada por una probabilidad de la que no nos podemos
el profesor Lidenbrock, magistralmente rela- cerciorar por el momento, la superación del
tada por Julio Verne. Pero ya es hora de que orden epistemológico que subyace en cier-
el hombre descienda por el Sneffels, en busca tos paradigmas ecológicos contemporáneos.
de la terrible sabiduría que aflora de las raíces La clave estriba en gestar un mundo renova-
de la tierra. do, que posibilite la vuelta a casa, tras tanto
tiempo de destierro, del hombre…no son tri-
Conclusión viales aquí las palabras del enloquecido, y por
A mi entender, reivindicar el desafío, por lo
demás arduo y complejo, de erigir una espe- Blumenberg, H. (1947). Beiträge zum Problem der Urs-
101 

prünglichkeit der mittelalterlich-scholastischen Onto-


cie de hermenéutica cosmológica (cuyos bos-
logie, Tesis doctoral, Christian-Albrechts-Universität
quejos más relevantes los podemos distinguir zu Kiel; citado en Fragio, A. (2010). ‘La ontología cos-
mológica en la obra temprana de Hans Blumenberg:
en las alambicadas cavilaciones de E. Husserl
las Beiträge y Die ontologische Distanz’. Res publica,
o de H. Blumenberg) no supone una empresa 23, pp. 93-122.

Revista de Investigación Agraria y Ambiental. Bogotá - Colombia, Número especial Vol. 11 No. 3, 87-111, enero - julio 2020 ISSN: 2145-6453
Carlos Hugo Sierra
110 El trasfondo imaginal del mundo. Avatares epistémicos de lo ambiental desde una hermenéutica cosmológica

ello clarividente, Hölderlin. alegrías, esta es la sagrada cumbre de la


montaña, el lugar del reposo eterno don-
Ser uno con todo, esa es la vida de la di- de el mediodía pierde su calor sofocante
vinidad, ese es el cielo del hombre. Ser y el trueno su voz, y el hirviente mar se
uno con todo lo viviente, volver, en un feliz asemeja a los trigales ondulantes102.
olvido de sí mismo, al todo de la naturale-
Hölderlin, F. (1998). Hiperión o el eremita en Grecia.
102 
za, esta es la cima de los pensamientos y Madrid: Hiperión, p. 25.

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Revista de Investigación Agraria y Ambiental
111
Número especial Vol. 11 No. 3 | enero - julio de 2020

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torial Mondadori.

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Número especial Vol. 11 No. 3

Marzec, A. (2020). FILOSOFIA VEGETAL (O PENSA- Jiménez-Iguarán, N. y Rincon-Largo, J.A. (2020).


MIENTO VEGETAL). Revista de Investigación Agra- LAS ANTÍPODAS DE LA GOBERNANZA AMBIENTAL
ria y Ambiental, 11(3), 19-26. Y EL TERRITORIO CAMPESINO AGROALIMENTARIO
DEL MACIZO COLOMBIANO. Revista de Investiga-
ción Agraria y Ambiental, 11(3), 65-85.
Giraldo, O. F. (2020). CUERPOS ENTRE CUERPOS,
VIDA DENTRO DE LA VIDA, ENCUENTROS. Revista
de Investigación Agraria y Ambiental, 11(3), 27-44. Sierra, C.H. (2020). EL TRASFONDO IMAGINAL DEL
MUNDO. AVATARES EPISTÉMICOS DE LO AMBIEN-
TAL DESDE UNA HERMENÉUTICA COSMOLÓGI-
Noguera, A.P., Ramírez, L. y Echeverri, S.M. (2020) CA. Revista de Investigación Agraria y Ambiental,
MÉTODOESTESIS: LOS CAMINOS DEL SENTIR EN 11(3), 87-111.
LOS SABERES DE LA TIERRA UN AVENTURA GEO-
EPISTÉMICA EN CLAVE SUR. Revista de Investiga-
ción Agraria y Ambiental, 11(3), 45-63.
114

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los autores plagiados. RIAA se acoge a lo es- Se caracteriza por presentar una cuidadosa
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Política de acceso libre das en los últimos 4 años.
RIAA proporciona acceso público y gratuito a
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el encabezado se debe proporcionar: nombre guiente forma, (Tabla 1). Presente los datos
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estudios actuales, filiación institucional, ciudad pacio sencillo, sin divisiones verticales ni divi-
y país, correo electrónico. Omita cargos, gra- siones internas. Se deben utilizar unidades del
dos docentes, nombres de grupo de investiga- Sistema Internacional (SI). Las abreviaturas y
ción, reconocimientos, etc. acrónimos deben ser explicados como notas al
pie en cada tabla. En ningún caso se admitirán
Resumen tablas en formato apaisado.
El resumen identifica el objetivo y expone de
manera breve la metodología, los resultados Un ejemplo de la presentación de una tabla es:
y las conclusiones del estudio. No deberá
exceder las 250 palabras, tampoco incluir Tabla 1. Ejemplo de la presentación de una tabla
citas bibliográficas o abreviaturas, excepto
Número de
aquellas que sean ampliamente conocidas. la muestra
Nombre Apellido Departamento

Según sea el idioma original del manuscrito


M1 Milton Rodríguez Cundinamarca
deberá incluirlo en un segundo idioma (in-
M2 Alberto Ruiz Cundinamarca
glés y español).
M3 Ricardo Cadena Cundinamarca

Palabras clave
Fuente de consulta: adaptado de: XXXXX.
Se sugiere emplear una lista de cuatro a sie-
te palabras, presentadas en orden alfabético y
separadas por punto y coma (;). Dentro de la categoría de figuras se incluyen
gráficos, imágenes, fotos, y cada una de ellas
No repita palabras que se encuentren en el debe tener su correspondiente leyenda y fuen-
título. Evite el uso de palabras en plural y te, en caso de ser de su propia autoría men-
frases. Idealmente emplee palabras norma- cionarlo. Las abreviaturas y acrónimos deben
lizadas o descriptores del tesauro AGROVOC, ser explicados en la leyenda de la figura. Las
UNESCO y que sean aceptadas por bases de figuras deben ser enviadas en formato .jpg
datos internacionales. .gif o .png y deben tener la calidad necesaria
para su publicación (más de 1024pixeles). Un
Resumen gráfico ejemplo de figura:
Es una representación concisa y visual de los
principales hallazgos de la investigación. Debe-
rá permitir al lector comprender rápidamente
la esencia del artículo e incentivar su lectura.

Será requisito que todos los artículos acepta-


dos incluyan esta imagen.

Tablas y figuras
Las tablas deben explicarse por sí solas y no Figura 1. Título de la figura. Leyenda de la figura, el
duplican lo planteado en el texto, sino que lo tipo de letra verdana tamaño 9. Fuente de: xx
sustituyen o complementan.
118 Instrucciones para los Autores

Ecuaciones Esta lista se organiza en orden alfabético y sin


Todas las ecuaciones se enumeran al lado de enumerar, y cada una debe tener sangría fran-
la misma de la forma ecuación 1 citadas en cesa. Para el referenciación de números o vo-
el texto como (ecuación 1). Las ecuaciones lúmenes de alguna publicación usar números
se sugieren que se desarrollen en el editor de arábigos y no romanos.
ecuaciones de Microsoft Word o a través de la
aplicación de Mathtype. Forma básica:
Apellido, A.A., Apellido, B.B., y Apellido, C. C.
Literatura citada (Año). Título del artículo. Nombre de la revista,
Deberán incluirse todas aquellas fuentes o volumen (número), pp-pp.
autores que fueron citados en el cuerpo del
documento. Nunca deberá referenciarse un Solo utilice fuentes electrónicas que corres-
autor que no haya sido citado y viceversa. pondan a publicaciones con respaldo insti-
Tenga en cuenta que no se admitirán artícu- tucional, cuyo contenido no pueda ser mo-
los sin referencias. Un 60% de las citas debe dificado o eliminado en el futuro. No utilice
provenir de investigaciones publicadas en los información proveniente de páginas comercia-
últimos 10 años. les o sitios de opinión.
119

GUIDE FOR AUTHORS

The Journal of Agrarian and Environmental Re- 7. Biotechnology and alternative energies
search (RIAA) is an official publication of the 8. Agroforestry systems, agroforestry,
School of Agricultural, Livestock and Environ- agrobiodiversity
ment Sciences (ECAPMA) of the National Open 9. Clean technologies
and Distance University (UNAD), destined to 10. Integral management of solid waste
publish articles resulting from the original in- 11. Environmental Modeling and risk
vestigations in the agrarian and environmental management
area and related areas of knowledge in animal 12. Climate change
production, agriculture and sustainable use 13. Diagnosis and pollution control
of natural resources. As examples of related 14. Animal and environmental ethics
areas, mention, among others, Ethics, Eco- 15. Alternative processes for water
logy, Sociology, Geography, History, Law and treatment.
Economics, when dealing with perspectives of
development, styles of agriculture, agrarian Article arbitration process
history, development sustainable, of environ- The editor receives the postulated manuscripts
mental ethics, of agrarian and environmental for publication and reviews that are oriented
policy, environmental, forestry and agrarian to the RIAA themes and in accordance with
legislation or of significant and innovative con- the publication rules. After this, the originals
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1. Agroecology and sustainable production the members of the scientific committee are
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2. Animal physiology and nutrition cial articles of the journal.
3. Ethology and animal welfare
4. Land use and management In the event that a document presents a favo-
5. Principles and strategies of rable and unfavorable concept, it will be sent
environmental management to a third evaluator whose opinion will be final,
6. Rural development, Education with the Editorial Committee in charge of re-
and Social projection solving any dispute that may arise with res-
120 Guide for authors

pect to the evaluations, and it is the instance 4. All authors have been registered in the
that decides which articles will be published, shipment. This step is essential to avoid
the decisions of the Editorial Committee are further delays in the process, editing and
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and literature cited. exclamation marks.

Then the Reflexion’s article is a text whe- For each of the authors that appear in the hea-
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General format of the document Abbreviations and acronyms should be ex-
Document in Word format plained as footnotes in each table. In no case
Letter paper size (21.5 x 27.9 cm); margins 3 will tables be allowed in landscape format. An
122 Guide for authors

example of the presentation of a table is: References and bibliographical citations


All those sources or authors that were cited
Table 1. Example of the presentation in the body of the document should be inclu-
of a table
ded. An author who has not been cited must
Number of never be referenced and vice versa. Keep in
Name surname Providence
the sample
mind that articles without references will not
M1 Milton Rodríguez Cundinamarca be accepted. 60% of citations must come from
M2 Alberto Ruiz Cundinamarca research published in the last 10 years.
M3 Ricardo Cadena Cundinamarca
This list is organized in alphabetical order and
Source: xxxxx
without enumeration, and each one must have
French indentation. For the reference of num-
Within the category of figures include gra- bers or volumes of some publication, use Ara-
phics, images, photos, and each one of them bic and non-Roman numerals.
must have its corresponding legend and sour-
ce, in case it is of its own authorship to men- Basic form:
tion it. The abbreviations and acronyms must
be explained in the legend of the figure. The Surname, A.A., Surname, B.B., and Surname,
figures must be sent in .jpg .gif or .png format C. C. (Year). Article title. Name of the journal,
and must have the necessary quality for publi- volume (number), ##-##.
cation (more than 1024pixels).
Only use electronic sources that correspond to
Equations publications with institutional support, whose
All the equations are listed next to it in the content can not be modified or eliminated in
equation form 1 cited in the text as (equation the future. Do not use information from com-
1). The equations are suggested to be develo- mercial pages or opinion sites.
ped in the Microsoft Word equation editor or
through the Mathtype application.

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