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Dolarización de facto en Venezuela

Jesús A. Rondón
Opinión
09/02/2018
En la coyuntura actual de guerra económica, algunos venezolanos y venezolanas
se preguntan, ¿Por qué no dolarizamos oficialmente la economía? La respuesta
inmediata es que hacerlo implicaría renunciar a nuestra soberanía, pues
perderíamos como republica la capacidad de formular e implementar una
determinada política monetaria. Dependería nuestra economía de una corporación
privada como la Reserva Federal de los Estados Unidos de América, en
consecuencia, de un interés ajeno a la patria.
 
Lo contradictorio es que en la realidad de nuestro país existe una dolarización de
facto, es un hecho que los precios de los productos que adquirimos o los servicios
que utilizamos varían su precio de acuerdo a la fluctuación del precio de dólar
oficial y fundamentalmente el no oficial. Quienes manufacturan, comercializan
productos o brindan servicios despiertan cada día, para formar parte de la
audiencia de Dólar Today, no solo para observar, sino para determinar determina
los elementos de su estructura de costos.
 
Los ciudadanos y las ciudadanas en Venezuela, cuando asisten para utilizar
algunos servicios médicos, están a merced de los prestadores que ya está
cobrando en moneda estadounidense. Los costos de repuestos para vehículos o
insumos (como lubricantes) se ajustan diariamente en base al comportamiento del
dólar paralelo. Llegamos a escenas risibles, cuando hasta que el vende la chicha
te explica que su precio depende del dólar. Lo que ya ni siquiera es curioso, ni
risible es que cuando baja la cotización los precios se mantienen. Digamos que
este comportamiento puede considerarse razonable, si dentro de una determinada
estructura de costos hay un componente que se importa, y no se tiene acceso a
los mecanismos de dólares oficiales, por lo cual se recurre al mercado paralelo. Lo
que, si es curioso, es que, si todos los componentes son nacionales, igual se
recurra al marcador ilegal para fijar los precios. La explicación a esta curiosidad es
que quien manufactura, comercializa o presta servicios dolarizo la ganancia. Lo
que incorpora un aumento de velocidad en el transito que tenemos en la espiral
inflacionaria, puesto que estos sujetos calculan su tasa de ingreso en función de
los precios de los productos y servicios que requiere o desea adquirir en el
mercado. Por otro lado, quienes manufacturan, comercializan o prestan servicios
dolarizan sus ahorros. ¿Qué empresario tiene sus ahorros en bolívares?
 
La demanda creciente versus los escases de dólares proporcionado por el Estado,
debería ubicar un precio en el mercado marginal (alimentado antes por las fugas
de Cadivi y ahora por las remesas de los venezolanos y venezolanas en el
exterior), pero como no hay registro ni regulación del mismo, el marcador es ese
agujero negro con intereses claros, del cual se desprende como arte de magia el
precio del dólar, denominado Dólar Today. La tasa de cambio referencia planteada
por el Estado, es ignorada sin vergüenza alguna.
 
Históricamente se ha aludido que la causa de esta situación es haber mantenido el
modelo rentista, basado en la extracción y comercialización de petróleo y sus
derivados. Lo cual hace que cuando existe una baja de los precios, impacte
directamente el ingreso de divisas. Por otro lado, presumo que las empresas que
exportan sus productos, no retornan las divisas al mercado interno. Y finalmente
nuestra base de manufactura, comercialización o servicios es altamente
dependiente de suministros extranjeros, lo significa que se produce limitadamente,
pero los componentes no se crean en nuestro país. El caso más emblemático de
lo dicho es Empresas Polar, en concreto con la manufactura de harina de maíz,
donde constatamos que no siembra la materia prima, la tecnología que utiliza es
foráneo y hasta la marca “Pan” fue vendida a un consorcio canadiense.
 
A lo largo de la Revolución Bolivariana fundamentalmente con el comandante
Chávez, se promovieron, fomentaron, financiaron, asesoraron múltiples iniciativas
desde la organización del pueblo y en marco de lo comunal. Han sido poco los
frutos de estas experiencias. Igualmente se han promovido, fomentado,
financiado, asesorado iniciativas privadas, y en esta óptica está más centrado el
Presidente Maduro, siendo su mayor expresión los quince motores productivos
(2017). Se constata un problema societal, consecuencia del modelo rentista, no
hay disposición en la sociedad para producir. Se aplica la ley del menor esfuerzo,
por lo cual tenemos un pueblo que mayoritariamente valora a los gobiernos que
brinda ayudas sociales y pone a disposición productos para el consumo (la
estética del consumo); y tenemos una clase empresarial que exige abandonar el
papel social del Estado para que financie la práctica de la importación (materias
primas, tecnologías y marcas) y el envase. Es esto último es el centro de la
tensión entre un gran sector empresarial venezolano y las empresas
multinacionales con el Gobierno Bolivariano.
 
Luego de esta lectura ¿Cuál es el desafío como país en lo económico para
superar la dolarización de facto? Producir en primera instancia. Dentro del modelo
de la revolución bolivariana, es obligatorio aprobar estar asignatura pendiente; con
nuevos referentes, provocando la creatividad, y este sentido la recién Ley de
Consejos Productivos de Trabajadores puede contribuir. Para los que ubican en el
marco de los que adversan la revolución bolivariana, identifico una tensión entre
quienes están orientados a crear una base productiva paulatinamente menos
dependiente y los que buscan retornan al rentismo. En todo caso, para producir se
requiere en los términos de Bauman una sociedad de productores, para lo cual el
camino es largo. En segunda instancia, se debe modificar los patrones de
consumo. No es razonable, no es sustentable que todos nos aproximemos a los
estándares de consumo que el mercado capitalista nos ofrece.

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