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ESTILOS BASADOS EN LA GESTION DEL TALENTO HUMANO

¿Sabías que cada uno de nosotros influye por lo menos en diez mil personas durante
el transcurso de la vida?
El problema no es si uno influirá en alguien, sino cómo usará su influencia. En este
sentido toda empresa u organización requiere tener entre su personal líderes íntegros,
capacitados y motivados cuya dirección conduzca al éxito esperado. La gestión del
talento humano ejercida con la debida capacidad para influir en las personas es
primordial para propiciar un liderazgo empresarial efectivo capaz de guiar y motivar a
las personas a lograr esa meta empresarial.

Éxito empresarial y liderazgo en la gestión del talento humano


El éxito de toda empresa depende, entre otros factores, de la capacidad de liderazgo
de las personas que conducen la gestión del talento humano. Desde el área de
Recursos Humanos es vital precisamente pues la habilidad de pensar estratégicamente
significa anticiparse a los cambios del entorno y generar cambios a tiempo para
competir. Esto implica que los líderes del área deben tener la habilidad necesaria para
identificar los liderazgos positivos que contribuyan a lograr los objetivos propuestos.

La figura del líder en la gestión del talento humano


El líder es una persona que, además de inspirar y generar cambios, tiene la capacidad
de observar la realidad y el entorno empresarial más allá de los horizontes.
En una organización, toda gestión del talento humano debe tener líderes con
capacidad para motivar y dirigir a personas de diferente formación y cultura
organizacional. Esa gestión del talento debe realizarse no solo con las personas que ya
forman parte de la empresa: debe comenzar en el momento mismo en el que se inicia
el proceso de selección del candidato idóneo.

El líder se afianza con una buena gestión del talento humano


Un líder se afianza cuando es capaz de realizar una buena gestión del talento humano.
Para esto, debe trabajar de acuerdo con principios y valores institucionales en función
de los objetivos de la empresa y lograr que cada persona se sienta parte de ella.
Para lograr este cometido la gestión del talento humano debe correlacionar liderazgo y
gerencia, conforme a la visión y misión de la empresa e interés común. Determinar la
estrategia eficaz que debe implementar, para formar y concientizar a los empleados de
la importancia de su papel como parte misma de la organización Implementar el apoyo
del liderazgo formal e informar para motivar al logro de los metas con un trabajo en
equipo.
El liderazgo en los grupos de trabajo
Toda gestión del talento humano debe empezar por “comprender que los grupos de
trabajo no son masas desorganizadas, pues en la mayoría de los casos estos grupos
tienen un líder formal que los influencia y dirige, el cual podría ser un gerente
supervisor, jefe de tarea, presidente de comisión, entre otros”. De ahí deriva la
importancia de desarrollar e identificar el tipo de liderazgo, ya que no solo el de más
jerarquía puede ser el responsable del liderazgo. Se debe identificar otros agentes que
pueden tener liderazgo para potenciar el equipo.

Identificación y desarrollo del liderazgo en la gestión del talento humano


Es primordial que la gestión del talento humano tenga la capacidad de identificar y
desarrollar el mejor tipo de liderazgo que beneficie tanto a la empresa como a las
personas que trabajan en ella.
Maxwell, reconocido experto en temas de liderazgo considera que el líder se desarrolla
día a día. Piensa, además, que la capacidad de liderazgo no es estática: siempre se
puede mejorar; en este sentido, pone como ejemplo a los presidentes de los Estados
Unidos, ya que algunos alcanzan la cúspide cuando están en el cargo, pero otros
continúan ascendiendo y llegan a ser mejores líderes incluso después de abandonar la
presidencia.

ESTILOS DE LIDERAZGO
Los líderes se valen del lenguaje y de las acciones para influir en las percepciones,
ideas e interpretación de la realidad de sus seguidores. A continuación, se presentan
algunos estilos de liderazgo:

Liderazgo carismático
Un líder carismático es aquel cuyo comportamiento sobresale de lo ordinario; tiene la
capacidad de articular una visión atractiva, ya que muestra un presente y un futuro
mejores para la organización. Sus principales características son: visión, comunicación,
disposición a correr riesgos, sensibilidad a las restricciones del ambiente y a las
necesidades de sus seguidores.
Este tipo de liderazgo contribuye a generar empatía, clave cuando hablamos de
empresas deben reforzar la retención del talento humano. Si los diferentes líderes de
los equipos de trabajo o bien en sí del área de Recursos Humanos tienen están en esta
categoría podrán crear entornos en donde los empleados quieran permanecer.

Liderazgo transformacional
Este tipo de liderazgo busca que las personas tengan un comportamiento que vaya
más allá de sus propios intereses. Infunde orgullo, se gana el respeto y la confianza,
presta atención personalizada e inspira.
Las industrias con cambios constantes necesitan este tipo de líderes. Una persona que
guíe y genere admiración en sus colaboradores podrá disminuir la reticencia al cambio
que puede ser una gran barrera cuando el entorno es variable.

Liderazgo transaccional
Es un estilo de liderazgo que se caracteriza por motivar a los seguidores en la dirección
trazada. Para ello, orienta a las personas hacia la dirección de las metas establecidas y
ayuda a diferenciar los roles y tareas.
En las áreas comerciales, por ejemplo, este tipo de liderazgo es fundamental. Al tener
un grupo enfocado en cumplimiento de metas individuales y generales, el líder debe
mantener motivadas a las personas de forma positiva: no es solo desde el enfoque de
“cumplimiento del deber” sino desde la “superación del logro”.

Liderazgo visionario
Esta clase de liderazgo ejerce su influencia al articular una visión realista, atractiva y
confiable del futuro de la organización. Parte de la idea de mejorar a partir del
presente.
Este estilo de liderazgo es vital para generar proyección consistente en la empresa.
Industrias que tienen comportamientos estables, con pocos cambios del entorno,
pueden acomodarse bien a este estilo.
Independientemente del tipo de liderazgo que predomine, lo importante es que el
líder ofrezca una guía en la dirección y el desempeño de los grupos humanos de la
empresa. En Recursos Humanos es vital que el líder no pierda su enfoque estratégico:
aunque los distintos procesos sean relevantes, siempre se deben percibir de forma
completa, como el gran engranaje que hará que la empresa llegue lejos.

ESTILOS DE DIRECCION
A la hora de dirigir un grupo de personas en una empresa u organización, es
importante identificar el estilo de dirección que se va a aplicar, en función del tipo de
trabajo y de la capacidad de los colaboradores.
Dicho estilo de dirección contribuirá en gran medida a la consecución de los objetivos y
al clima laboral de la empresa.
Podemos diferenciar los siguientes estilos de dirección:
Estilo Autocrático:

El jefe impone las normas y sus criterios, sin consultar con sus subordinados. Es el jefe
quien diseña, planifica y asigna el trabajo. Es el jefe quien diseña, planifica y asigna el
trabajo. El grado de autoridad es muy elevado y suele generar ambientes de trabajo
tensos.

Estilo Paternalista:
Establece una actitud protectora con los subordinados, interesándose por sus
problemas.
No obstante, es el jefe el que toma las decisiones y ejerce la máxima autoridad.

Estilo Laissez faire:


El jefe no interviene en las decisiones, no motiva, no da instrucciones de trabajo, deja
libertad de actuación a los empleados, los cuales realizan libremente su trabajo,
tomando sus propias decisiones.
Este tipo de dirección conduce a un desconcierto generalizado, al no estar definidas las
pautas de trabajo.

Estilo Democrático:
El directivo mantiene un equilibrio entre autoridad (dando orientaciones y marcando
pautas) y la libertad de los empleados, que participan en la toma de decisiones.
Contribuye a crear un clima agradable de trabajo, aunque no siempre es eficiente.

Estilo Burocrático:
La organización establece una estructura jerárquica, con normas, pautas de actuación
rígidas, de manera que todo se debe desarrollar conforme a las mismas.

Estilo Institucional:
El directivo se adapta a la situación de trabajo. Es un buen comunicador, tolerante, con
confianza en sus colaboradores que procura fomentar la participación y sabe
recompensar el trabajo realizado.

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