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INTRODUCIÓN, PLANTEAMIENTO DEL TEMA

La práctica de la cirugía en aves ha estado durante muchos años reducida a


pequeñas intervenciones orientadas a la producción o como parte
integrante de la experimentación-investigación animal. En la actualidad, la
demanda existente en clínica de aves exóticas y la derivada de la
conservación de la naturaleza, que ha puesto en marcha la necesaria
intervención de veterinarios y biólogos para salvar la vida de muchos
animales de la fauna salvaje autóctona o alóctona, ha abierto la profesión
veterinaria al campo de la medicina individualizada de los pacientes
salvajes, y a la cirugía de éstas especies sin detenerse en lo puramente
económico o rentable.

En los años 1950’s se pensaba que las aves, debido a su anatomía pulmonar
única, no podían anestesiarse de manera segura usando anestésicos
inhalados. Hoy en día, claro reconocemos que este no es el caso, y que de
hecho la anestesia inhalada es el método preferido para anestesiar aves.

DESARROLLO DEL TEMA


El primer problema que se nos plantea al intentar la realización una
exploración en un ave es su inmovilización. La solución de este problema no
resulta tan simple como pudiera parecer, debido a:

- el tamaño del animal (en ocasiones, sumamente pequeño, en otras,


excesivamente grande)

- la indocilidad del mismo

- los riesgos potenciales del estrés sobre determinadas especies (no sólo en
las aves silvestres, sino también en algunas de producción, como el
avestruz)

- los riesgos potenciales de la anestesia sobre determinadas especies, de las


cuales, a veces, carecemos de información suficientemente contrastada

- el peligro inherente a la sujeción manual.

Para el diagnóstico por imagen, la sujeción química (anestesia), es tal vez la


técnica óptima para proceder a un posicionamiento correcto del animal y
obtener una buena imagen radiológica. Resulta, además, imprescindible no
sólo en determinados individuos (avestruces adultos, por ejemplo), sino
también en ciertos estudios específicos (radiológicos, endoscópicos…).
Anestesia inyectable y analgesia

El isoflurano es el anestésico de elección para la mayoría de los


procedimientos anestésicos para aves. Sin embargo, la anestesia inhalada
no está siempre disponible en situaciones de campo que involucran aves
silvestres, aunque hay unidades portátiles disponibles para anestesia por
inhalación. Ciertos procedimientos quirúrgicos como la resección de
tráquea, pueden permitirse el uso de anestesia inyectable sin importar si
hay o no disponible una máquina para anestesia.

Los anestésicos gaseosos pueden escapar del ave durante procedimientos


quirúrgicos que rompen los sacos aéreos o la extensión de los sacos aéreos
en los huesos neumáticos, exponiendo así al personal a gases anestésicos.
Las ventajas de los agentes anestésicos inyectables incluyen la rápida
administración, el bajo costo y la necesidad de equipo mínimo. Algunos
agentes anestésicos pueden ser revertidos, lo que representa una ventaja
importante cuando se trabaja en situaciones de campo. Frecuentemente son
usados anestésicos inyectables en aves grandes de patas largas como las
corredoras, cuando su sujeción física es imposible o peligrosa. Los
anestésicos inyectables usados en aves incluyen barbitúricos, hidrato de
cloral, alfa cloralosa, fenotiazinas, disociativos, agonistas alfa-2
adrenérgicos, alfaxalona/alfadolona y propofol.

La mayor desventaja de los anestésicos inyectables es la variación que se


da entre individuos y entre especies en relación a la dosis de la droga y la
respuesta a una droga específica. La eliminación de una droga inyectada
depende de su distribución, su biotransformación y su excreción. Si bien
reconocemos diferencias por especie entre los animales domésticos y
ajustamos drogas y dosis acorde, tendemos a tratar a las aves como si
todas ellas pertenecieran a un solo género o especie. Por ejemplo,
consideramos al pichón de la misma manera que un avestruz, siendo que en
realidad estas dos aves están tan alejadas filogenéticamente como lo está
el caballo del gato. Los estudios farmacocinéticos de drogas antimicrobianas
en diferentes especies de aves han demostrado que la cinética varía
significativamente entre especies, e incluso entre aves del mismo orden,
como lo son las cacatúas y los loros del Amazonas (ambos psitaformes). En
consecuencia: datos sobre un anestésico inyectado, colectados usando una
paloma (“Soto Piñeiro Carlos J, Cruz López E, Acosta Guevara I: Reduction
surgery for hernias pigeons (Columba Livia). REDVET, revista electrónica
veterinaria, Vol. VIII, Nº12, Diciembre/2007”), pueden no ser directamente
transferibles a otra especies de aves. Sin embargo, la información emanada
de estudios en una especie de ave es posible que sea mejor para
extrapolación a otra especie aviar que los datos provenientes de especies
de mamíferos.

Se recomienda, antes de inducir la anestesia, calcular y preparar dosis de


drogas de emergencia estándar y drogas de respaldo o de soporte como
epinefrina, doxapram, lidocaina, y atropina. El tamaño pequeño de muchos
pacientes aviares requiere dosificación exacta de volúmenes muy pequeños
o diluciones de concentraciones estándar. El tener estas drogas preparadas
en jeringas debidamente etiquetadas ahorra tiempo y ansiedad en
situaciones críticas.

La recuperación rápida de la anestesia es más conveniente para las aves.


Las aves parecen muy desorientadas durante a recuperación y tienden a
batir sus alas y torcer su cabeza y cuello. El mantener al paciente en una
envoltura ligera de toalla o enrollarlo en un periódico flojo como "burrito"
(taco) provee una limitación moderada para prevenir movimientos caóticos
del cuerpo. También ayuda a una suave recuperación el mantener al ave en
un lugar tibio, silencioso y oscuro.

Anestesia inhalada

El Isoflurano es el anestésico de elección en aves. Puede inducirse con


mascarilla y posteriormente intubar (sin balón). Rápida inducción y
recuperación, no se metaboliza en el organismo. Equipamiento sencillo
(vaporizador, caudalímetro, T-ayres, mascarillas, tubos endotraqueales,
bolsas de diferentes volúmenes según tamaño del animal. Puede utilizarse
en animales de estado crítico y para realizar manipulaciones y
exploraciones. Amplio margen de seguridad, rapidez en el cambio del plano
de anestesia. Reducida toxicidad. La colocación del animal dorsalmente
puede dificultar la respiración debido al peso de los músculos pectorales,
por lo que en algunos casos está indicada la ventilación asistida.

- Metoxiflurano, halotano: metabolismo corporal elevado, no se aconseja su


utilización. El halotano provoca arresto cardiaco y apnea simultanea,
provoca arritmias, además es hepatotóxico.

- Ketamina y combinaciones: intramusculares (“Soto Piñeiro Carlos J, Cruz


López E, Acosta Guevara I: Reduction surgery for hernias pigeons (Columba
Livia). REDVET, revista electrónica veterinaria, Vol. VIII, Nº12,
Diciembre/2007”). Ketamina 10-50 mg/kg Xylazina 1-10 mg/kg

- Tiletamina-zolazepam 7,7-26 mg/kg IM

- Medetomidina más ketamina: en experimentación pero con grandes


posibilidades, mejor que la ketamina.

- Naloxona 2 mg/kg/ 14-21 h. IV tranquilizante


CONCLUSIÓN
La actividad clínica en aves era, hasta hace apenas unas décadas, algo
inusual en la práctica veterinaria. Sin embargo, resulta cada vez más
frecuente la presencia de aves como pacientes en los servicios de
diagnóstico veterinario, debido, por una parte, a la creciente preocupación
por la protección del medio ambiente y la fauna silvestre, y por otra, a la
diversificación de las especies de interés veterinario, tanto clínico, asociado
a las modas y hábitos de tenencia de muy diversas especies en calidad de
animales de compañía, como de producción animal, ligado este al elevado
nivel de vida que propicia el incremento del consumo de muy diversos
productos de origen animal (cueros, plumas) y el cambio en los hábitos
alimenticios, con una creciente preocupación por la obtención de carnes de
calidad para el consumo, lo que justifica la expansión de explotaciones
aviares de especies exóticas como el avestruz.

Surge así la necesidad de adaptar a estos nuevos pacientes los protocolos


de actuación clínica que ya se vienen utilizando en mamíferos domésticos,
entre ellos, el diagnóstico por imagen, cirugía y más concretamente, en el
tema que nos ocupa, la anestesia. Sin embargo, a la hora de unificar las
necesidades materiales y conocimientos que se precisan para desarrollar
este campo de diagnóstico clínico, no podemos soslayar la gran variedad de
especies de características completamente diferentes que se incluyen en la
Clase Aves, pues evidentemente no podemos utilizar los mismos equipos y
materiales, las mismas técnicas de manejo ni los mismos criterios
diagnósticos ante un avestruz y un colibrí, por poner un ejemplo.

La anestesia en aves ha evolucionado a la par que la de los mamíferos,


considerándose en la actualidad que productos vía inhalatoria como el
halotano, el isoflurano, metoxiflurano o sevoflorano son los productos de
elección, si bien el primero presenta cierta hepatotoxicidad.

Los planos de anestesia tan bien definidos en la bibliografía no son siempre


tan patentes, debiéndose actuar en general bajo el principio de acción-
reacción y sin olvidar que en las aves existe un plano de anestesia ligero
que a veces se manifiesta con una absoluta inmovilidad y somnolencia, y
que puede hacernos pensar en una profundidad mayor de la real,
anticipándonos en el comienzo de la intervención de forma inoportuna.

Sin embargo, con excesiva frecuencia el veterinario nobel tiende a aplicar


con estos animales los criterios aprendidos durante la formación académica
con animales domésticos suponiendo que su fisiologismo y respuesta a la
manipulación, intervención quirúrgica o anestesia son homologables y
cosechando por ello un gran número de fracasos. Esto es así cuando no se
tienen en cuenta los antecedentes del animal hasta su ingreso, las
peculiaridades de la especie, y las obligadas precauciones que debemos
respetar cuando trabajamos con estos animales. Prescindiendo de los
individuos adquiridos en pajarerías, las aves salvajes que precisan atención
veterinaria suelen ingresar con una importante serie de patologías
asociadas: ayuno prolongado, hemorragias, infecciones en curso, estrés,
pérdida de agua y electrolitos, etc. Cuando obviamos todos estos factores y
no los corregimos antes de intentar la cirugía, seremos responsables de la
muerte directa o indirecta del paciente.

BIBLIOGRAFÍA

CCPA, Manual vol. 1 (2da edición), 1998. Capítulo XI-La anestesia.


Consideraciones por especie (j), 227-228.

Paul-Murphy J, Fialkowski J: Anestesia inyectable y analgesia de aves. En


R.D. Gleed and J.W. Ludders (Ed): Recent Advances in Veterinary Anesthesia
and Analgesia: Companion Animals 2001.

Ludders J.W: Anestesia inhalada para aves. En R.D. Gleed and J.W. Ludders
(Ed): Recent Advances in Veterinary Anesthesia and Analgesia: Companion
Animals 2001.

Soto Piñeiro Carlos J, Cruz López E, Acosta Guevara I: Reduction surgery for
hernias pigeons (Columba Livia). REDVET, revista electrónica veterinaria,
Vol. VIII, Nº12, Diciembre/2007.

ANEXOS

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