Moises debía cumplir su misión urgente: presentarse Egipto para dar inicio a la redención de
Israel Éxodo 4:19).
Así pues, tomó a su esposa e hijos) consigo y se encaminó a Egipto. Debía haberle practicado la circuncisión a su hijo menor, pero la aplazó objetando que estando en el camino el niño podría enfermar. Este retraso en cumplir los mandatos que conectan íntimamente al hebreo con Dios, le valió recibir la visita de un enviado del Eterno que tenía como misión enfermarlo de modo tal que recordará cumplir con la circuncisión de su hijo. La excusa para no circuncidar al hijo es que se debía poner en camino y el niño podía enfermar, entonces, hubiera circuncidado al hijo y luego partido él sólo. Su familia ya procuraría alcanzarlo cuando pudieran. Nada debe interrumpir la misión de cumplir con el propósito de Dios.