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El grafo del deseo sirve para ubicar al sujeto en relación al deseo.

Presenta los siguientes


elementos en su constitución: En el primer grafo se construye con el cruce de dos vectores, uno
parte de un sujeto mítico de la necesidad, en tanto no está constituido como sujeto aun. Es un
momento “cero”, donde no hay sujeto. Este momento en si no existe; el otro es la cadena
significante (S-S´). Se va a ubicar del lado derecho al Otro, en tanto tesoro de los significantes, y
des lado izquierdo al significante del Otro.

En el segundo grafo, la necesidad del sujeto se encuentra con el Otro, quien responde a esta
necesidad atribuyéndole un sentido. Este Otro va a funcionar como la “batería significante”, en el
sentido en que el chico para poder decir algo, va a tener que tomar de aquí los significantes, y
además tiene que esperar la sanción del Otro sobre esto que se dice. La necesidad al pasar por los
significantes del Otro se pierde como tal, y de ahora en más ya no hablaremos de necesidad, sino
de demanda. En el primer piso, el yo va a estar sostenido por la imagen especular. En el segundo,
el deseo se sostiene con el fantasma.

La “presencia y ausencia” del Otro le van a permitir al chico a pensar que ese Otro tiene deseo,
desea algo más, que no soy yo. Acá nos encontramos ante la falta en el Otro. El Otro va a
responder a la demanda del chico desde la falta, desde aquello que no tiene, y es esto a lo que
Lacan va a llamar amor, “dar lo que no se tiene…”. Vamos a ubicar al significante del Otro barrado
del lado izquierdo (S(A)).

El sujeto, ante la demanda del Otro de desvanece, queda alienado, y es esto lo que va a dar lugar
a la aparición de la pulsión, que se ubica del lado del Otro. El resto que queda de restarle la
necesidad a la demanda da lugar al deseo (d), que va a estar sostenido por el fantasma.

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