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APRENDER A CONOCER

Consiste en poseer una cultura general amplia, con conocimientos básicos de una gran
cantidad de temas y conocimientos profundos específicos de algunos temas en
particular. Implica aprender a aprender para continuar incorporando nuevos
conocimientos las estructuras ya establecidas.
APRENDER A HACER
Se refiere a las competencias personales que permiten hacer frente a las situaciones
cotidianas, resolver problemas, encontrar nuevas maneras de hacer las cosas, trabajar en
equipo.
APRENDER A SER
Este aspecto implica potenciar las capacidades de las personas a fin de lograr un
crecimiento integral que favorezca la autonomía, la toma de decisiones responsables, el
equilibrio personal, la adquisición de valores como la autoestima positiva, el respeto
hacia uno mismo.
APRENDER A CONVIVIR
Este aspecto se refiere a la capacidad de las personas de entenderse unas a otras, de
comprender los puntos de vista de otros aunque no se compartan, de realizar proyectos
comunes en bien de todos. Es aprender a vivir juntos.

EL MUNDO DONDE VIVIMOS


El viernes 24 de abril Raúl Zibechi brindó una conferencia para los/as pobladores/as
del Bañado Sur, Asunción Paraguay, en el Centro Comunitario de la Vicaría Cristo
Solidario del barrio San Cayetano. El Bañado Sur esta compuesto por los barrios Santa
Ana, Santa Rosa de Lima, San Ignacio, San Cayetano, Virgen de Lujan, Caacupemí,
San Blas, San Miguel, Porvenir, San Francisco y Jukyty, en los cuales viven miles de
familias, formando parte de los barrios denominados: “cinturones de pobreza”. Se los
llama así por estar ubicados en la periferia (a la orilla del río Paraguay) de la ciudad
capitalina, Asunción, y poseer entre sus pobladores personas en situación de pobreza e
indigencia.
Luchar por la supervivencia y por defender «la vida amenazada» por la extrema pobreza
y la injusticia, es el día a día de las personas que viven en el Bañado Sur, que deben
trabajar por cuenta propia en el reciclado de productos (ya sean estos orgánicos o
inorgánicos) en las calles o en el vertedero de Cateura (el mayor basural del país). Los
denominados «gancheros» son quienes reciclan en allí, están organizados y se dividen
en turnos y grupos para el acceso al lugar. Esta se vuelve la principal actividad laboral
de la zona, las otras son: venta ambulante (a pie o en carro), albañilería, plomería,
trabajo doméstico, cría y venta de cerdos, etc. Otra actividad que genera ingresos
económicos a las familias son los trabajos en los semáforos de las avenidas de la ciudad
(limpia vidrios, malabares, venta, etc).
Zibechi, realizó una introducción refiriéndose a la preocupación que dan los gobiernos y
sus ministerios por el crecimiento de la economía, pero que a pesar de que la economía
crece, crece a nivel macro; esta economía, este tipo de economía, sigue generando
hambre y pobreza, beneficiando sólo a un 10% de la población mundial. Por otro lado
los cambios de gobiernos que hoy se van dando en algunos países no significan cambios
en el sistema, que según él va a seguir funcionando como siempre, con desigualdad y
pobreza como sus componentes elementales. «Yo creo que en el futuro el sistema va a
seguir funcionando como dije al principio: generando marginación y generando
pobreza; no veo que el sistema esté cambiando, no veo que el sistema se esté
humanizando. Hay algunos lugares donde han elegido presidentes más sensibles, más
buena gente que los que había pero no sabemos cuánto tiempo van a estar y capaz que
mañana ya no están o dentro de unos años ya no están, pero nosotros sí vamos a seguir
estando y nuestros barrios van a seguir teniendo las mismas necesidades insatisfechas
que tuvieron siempre».
Además, se refirió claramente que el poder de transformar hoy el mundo no está en
manos de los gobiernos, ni en los Estados, ni en autoridades (senadores, diputados,
ministros) por más buena voluntad que tengan, eso no alcanza, la transformación de este
sistema va más allá de buenas voluntades y supremos discursos antineoliberales.
El cambio radica en el poder de las comunidades y colectivos sociales que sean capaces
de crear y recrear nuevas formas de relacionamiento, nuevas formas de entender y hacer
el mundo que enfrente y desafíe al modelo actual. «El mundo donde vivimos está
cambiando con nuestro esfuerzo, yo me pregunto: ¿qué sería de los Bañados o de otros
barrios en otros lugares si no fuera por ese montón de pequeñas cositas que se hacen
todas las semanas para mejorarlo, capaz que ni había calles, o que estaba todo derruido,
o no había ni un caño de agua o ni un poste de luz, y cuando hay mucha gente haciendo
estas cosas – cuanto más haya mejor ¿verdad?-, cuando hay mucha gente haciendo estas
cosas y cuando son muchas las cosas que se hacen incluso se puede pensar, y a veces
pasa, y se piensa cómo ya no mejorar solamente mi casa o mi manzana o mi pequeño
lugar o mi cuadra, sino levantar un poco mas la vista y mirar un poco más allá».
Y en ese mirar mas allá, es importante rescatar, valorar lo que ya se esta haciendo y que
podemos hacer mucho más. «Hoy ya tenemos cierto poder, ya no nos pueden pasar por
encima así nomás, y cuando digo cierto poder no quiere decir que tengamos un
diputado, un senador, un ministro… no, no, tenemos poder porque nos juntamos, nos
conocemos y tomamos decisiones colectivas, y si somos capaces de tomar decisiones
colectivas es porque tenemos un cierto poder, no el poder, pero cierto poder tenemos, el
poder como la capacidad de hacer cosas, ¡vaya si tenemos poder!, la capacidad de hacer
es lo único que nos caracteriza, la capacidad de crear, de construir y ese poder tenemos
que hacer que lo respeten, nadie más que nosotros puede hacer que lo respeten, ningún
padre cito, ningún caudillo paternal nos va a respetar nuestra capacidad, nuestros
saberes, sino se la hacemos respetar nosotros, y yo creo que estas son enseñanzas que
nos dejan las actividades y las creaciones colectivas de la pobreza, de la marginalidad
en América Latina, que creo que ha llegado a unos grados de consolidación, de fuerza,
de potencia, de capacidad, que no creo ya que se atrevan a barrerla por la violencia
como en otros periodos de la historia, quizá en algún lugar lo intenten, pero no les veo
uña para guitarrero, como decimos en mi tierra».

Me parece que estos tres puntos son interesantes, para profundizarlos y debatirlos
alrededor de nuestra realidad, en este nuevo periodo, desafiante para el movimiento
popular, aunque también bastante peligroso, ante un modelo que aparece con un ropaje
elegante, pulcro y hasta progresista. Primero: más allá de los cambios de gobiernos (que
no deja de ser una práctica democrática interesante), cómo construimos prácticas que
lesionen al sistema. Segundo: los cambios que se han producido, que se están
produciendo, son por la lucha de la gente, a través de la organización, de la
movilización, del trabajo paciente e incansable de millares de personas, no es sólo de
una o de un grupo, o de un partido, y esto lleva a lo tercero: debemos reconocernos
como pueblo, como pueblo con el poder de hacer y cambiar, trabajando en consolidar
nuestro poder de transformar sistemas de vidas que dañan enormemente a la humanidad.

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