Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Dialnet LaAtribucionPatrimonialConcreta 119326 PDF
Dialnet LaAtribucionPatrimonialConcreta 119326 PDF
I. NOCION DE LEGADO
II. TIPOLOGÍA
' J. Osorio Morales, «Manual de sucesión testada». Instituto de Estudios Políticos, Madrid, 1957,
pág. 344.
2 J. L. Lacruz Berdejo, «Derecho de sucesiones», tomo I, Editorial Bosch, Barcelona, 1971, pág.
31.
3 Roca Sastre, «Anotaciones al Derecho de sucesiones a Kipp. Traducción española. L a ed., Bar-
celona, 1951, pág. 145.
4 Posibilidad planteada por el artículo 891 del Código Cisil cuando transforma a los legatarios en
liquidadores de la herencia.
548 MARÍA JOSÉ PÉREZ ALBUQUERQUE
como sujeto obligado al cumplimiento o pago del legado, de tal suerte, que el
legatario en virtud del tipo de legado que instituya el causante va a convertirse en
titular de un Derecho Real o de un Derecho de Crédito , situaciones jurídicas éstas
en cuya verŭente pasiva estará el heredero.
De este modo, ambos aparecen contrapuestos, porque frente al sucesor univer-
sal, el beneficiario ostenta un crédito contra la herencia o adquiere alguna cosa
determinada de la misma.
Lo anterior nos hace, por tanto, coincidir con el profesor Brutau s en que el
legatario adquiere el derecho a los legados puros y simples desde la muerte del
testador, y, en el caso de los sometidos a condición, desde que ésta se cumple,
transmitiéndolo a sus herederos, por lo que podrán exigir la satisfacción de ese
derecho, de naturaleza real o personal, dependiendo del objeto del beneficio, del
heredero desde el momento de su aceptación, pues aunque el derecho al legado
se adquiere con independencia de la postura del instituido como sucesor univer-
sal, para éste sólo nacen obligaciones con la aceptación, instante en el que el
legatario podrá ejercitar su pretensión contra él y en el que, de no cumplir con
sus deberes testamentarios, se hallará en una situación de mora regida, en lo no
previsto por las normas sucesorias del Código Civil, por los preceptos que rigen
las obligaciones en generals.
Sin embargo, para establecer cuales son los deberes exigibles al heredero es
necesario plantear, cuando menos, los distintos tipos de legados para extraer de
cada uno de ellos la obligación correspondiente.
5 J. Puig Brutau, «Fundamentos de Derecho Civil», vol. 11, Editorial Bosch, 1977, pág. 450.
Por los artículos 1.096, 1.101 y 1.106, el heredero deberá indemnizar al legatario si existe dolo
o culpa en su incumplir, sufriendo además las consecuencias derivadas de su mora.
7 Puig Brutau, op. cit., pág. 411.
8 J. L. Lacruz Berdejo, «Elementos de Derecho Civil V», Editorial Bosch, Barcelona, 1988,
págs. 316 y ss.
LA ATRIBUCION PATRIMONIAL CONCRETA: EL LEGADO DESDE... 549
9 Tal es el contenido del artículo 881 y el sentido del pronunciamiento de la Audiencia Provincial
de Barcelona en Sentencia 13 de junio de 1990.
Lo señalado se avala por la correspondencia entre el artículo 883 relativo a las obligaciones del
heredero y los artículos 1.095 y 1.097 referidos, en general, a las obligaciones de dar.
11 J. L. Lacruz Berdejo, op. cit., pág. 318
12 • Osorio Morales, op. cit., pág. 375.
550 MARIA JOSÉ PÉREZ ALBUQUERQUE
13 Roca Sastre, «El legado de cosa ajena», Estudios de Derecho Privado, Madrid, 1948, tomo II,
págs. 200-4 y ss.
14 J. Osorio Morales, op. cit., pág. 397.
15 J. Puig Brtttau, op. cit., pág. 445.
LA ATRIBUCION PATRIMONIAL CONCRETA: EL LEGADO DESDE... 551
A) EL PRELEGADO
pretende el causante es que lo legado forme parte del lote de bienes que deben
adjudicarse al coheredero favorecido en el pago de su Derecho a la herencia, o
que, y con entera independencia de los bienes que se le adjudiquen en la partición
como pago de su cuota, reciba el bien legado.
Esta figura, Osorio Morales 21 considera que adquiere su auténtica significación
cuando existiendo un ŭnico heredero, la aceptación se produce a beneficio de
inventario, pues en este caso el beneficiario tendrá derecho a hacer efectivo el
legado en período de liquidación de la herencia sin tener que estar a resultas de
la misma.
Como en el prelegado la sucesión particular constituye un título de adquisición
independiente del de heredero, si el causante gravó expresamente con su pago
a los demás coherederos, el prelegatario tiene derecho a recibir sin que disminuya
su cuota hereditaria lo que se le legó constituyendo tal cuestión obligación exclu-
siva de los gravados pero, si por el contrario, el testador se limitó a ordenar el
prelegado, será ineficaz en la proporción en que el beneficiario sea heredero y
ello porque: los demás coherederos sólo quedan obligados en el porcentaje de su
llamamiento a título hereditario".
En igual sentido otros autores como Royo Martínez afirman que sólo cabe
hablar con propiedad de albacea testamentario, estimando que es preferible
entender que no hay más albaceas que los ejecutores designados en el testamento
en defecto de los cuales se suscitan distintos y variadísimos puestos de administra-
ción de la herencia.
Con fundamento en las indicaciones anteriormente serialadas, es decir, que el
nombramiento del albacea sólo puede hacerse en forma testamentaria 25 y partien-
do del carácter personalísimo que tiene el otorgamiento de testamento así como
el matiz de confianza que el albaceazgo implica, se ha recurrido tradicionalmente
a equiparar a esta institución con el mandato, de forma que el albacea que
aceptaba el cargo se convertía en un obligado testamentario con obligaciones
afines a las del mandatario. Sin embargo, Roca Sastre 26 afirma que el albacea, a
pesar de que como el obligado por el contrato de mandato tiene confiado un
encargo de gestión de negocios o asuntos ajenos, no ejerce sus funciones propia-
mente como mandatario del testador.
Queda claro que entre ambas figuras existen grandes diferencias: el mandato
es revocable, rasgo que no concurre en el albaceazgo, no hay contrato alguno
entre albacea y causante y mientras que el contrato de mandato se extingue con
la muerte del mandante, el albaceazgo adquiere su eficacia plena precisamente
con la muerte de quien lo ordenó. Semejante planteamiento se recoge en la
jurisprudencia del Tribunal Supremo que si bien en principio mantenía la afini-
dad entre ambas categorías jurídicas 27 , no tardó en reconocer sus evidentes dife-
rencias 28 sin identificar tampoco al albaceazgo con la tutela o la representación",
Royo Martínez lo conceptŭa como «una posición o situación jurídica conferida por
voluntad unilateral mortis causa, que inviste a quien la acepta de facultades a las
que van anejas deberes, para realizar determinadas funciones y, genéricamente,
para velar por la conservación del patrimonio hereditario y para cumplir o eje-
cutar la ŭltima voluntad del de cuius, con sujeción a dicha voluntad y a la ley, a
través de las incidencias que la sucesión suscite.
De esta manera las características que rodean al albaceazgo son:
1. Su autoridad procede del testador.
2. Actŭan independientemente de la voluntad de los herederos.
3. Su actuación recae sobre los bienes de la herencia y su gestión desplazará
las facultades de los herederos.
En cualquiera de las formas que el Código Civil admite sin que sea necesario emplear una
expresiOn determinada y siendo suficiente con que de alguna forma se manifieste la voluntad del
testador de instituir un albaceazgo.
26 Roca Sastre, op. cit., pág. 346.
27 Sentencia de 17 de abril de 1900 y 24 de febrero de 1905.
" Pronunciamiento que se origina desde una sentencia de 1 de febrero de 1910, teniendo especial
significado la de 2 de marzo de 1935.
" Puig Brutau cuando afirma que «el albaceazgo no es ni un mandato, ni una tutela, ni un oficio
o cargo, es, pura y simplemente albaceazgo», op. cit., pág. 433.
554 MARÍA JOSÉ PÉREZ ALBUQUERQUE