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CAPITULO VIII
INTRODUCCIÓN
El concepto de la calidad del agua de riego es en extremo subjetivo, es una condición general
que permite que el agua se emplee para usos concretos. Es necesario, por tanto, ligarlo con
un uso o fines específicos. En el caso del agua de riego, será de buena calidad cuando le permita
a las plantas cumplir con sus funciones básicas, de manera que garantice un rendimiento óptimo,
sin producir efectos negativos en el suelo.
La calidad del agua está determinada por la hidrología y por sus características físico - químicas y
por la biología de la masa de agua involucrada. Las características hidrológicas son fundamentales
ya que indican el origen, cantidad y el tiempo de permanencia del agua. Estas condiciones tienen
relevancia ya que, según los tipos de substratos por los que discurra el agua, está se cargará de
más o menos y, de unas u otras sales, en función de la composición y de la solubilidad de los
materiales de dicho substrato.
Aquellas aguas que discurren por zonas calizas, fácilmente se cargarán de carbonatos. En el otro
extremo, las aguas que discurren sobre substratos cristalinos como rocas graníticas, presentarán
concentraciones salinas muy bajas, aunque el tenor de sílice será elevado.
La cantidad y la temperatura también son importantes a la hora de analizar las causas que
concurren para que las aguas presenten una calidad determinada. De hecho, para una cantidad
dada de sales solubles y contaminantes, cuanto mayor sea el volumen de agua receptora mayor
será la dilución de los mismos, y por tanto, mejor será la calidad del agua. Por otra parte, la
temperatura tiene relevancia, ya que los procesos de descomposición y algunas reacciones
químicas de degradación de residuos potencialmente tóxicos se ven acelerados por el incremento
de la temperatura.
El agua en su estado natural nunca está en estado puro, sino que presenta sustancias disueltas y
en suspensión (sólidos disueltos y sólidos no disueltos). Estas sustancias pueden limitar, de modo
igualmente natural, el uso de esta agua para fines municipales o de riego. Aguas hipersalinas o
sulfurosas por ejemplo, presentan severas restricciones para su uso agrícola y cuando se usan, el
riego se convierte en un importante factor de salinización del suelo, cuando no es manejado
correctamente. Así, la agricultura bajo riego depende no solo de la cantidad, sino principalmente
de la calidad del agua que usa.
La mayor parte del aumento en la producción de alimentos necesarios para cubrir el incremento
demográfico de las últimas décadas se ha debido a una expansión de las áreas bajo riego. Más de
la tercera parte de la producción agrícola en el mundo procede de una sexta parte de las tierras
agrícolas irrigadas. En el Perú, 65% del valor económico de la producción agrícola depende de la
agricultura de riego, en un área que representa menos del 30% del total de tierras agrícolas del
país.
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Otro problema aún más grave, es que el agua necesaria para el riego es más escasa que la propia
tierra. Además, la disminuida rentabilidad de la mayoría de proyectos de riego recientes lo ha
convertido en una mala inversión. La gestión ineficaz y la escasa confiabilidad de los suministros
de agua han provocado un conjunto de serios problemas sociales y económicos. Las pérdidas de
agua de los canales, cursos de agua y acequias de riego, así como las grandes pérdidas por
escorrentía en las áreas de riego, han determinado que hasta más del 60% del agua extraída de
las diversas fuentes: ríos, lagunas, embalses o depósitos subterráneos, no quede retenida en la
zona radicular para uso real de las plantas cultivadas. El drenaje deficiente en muchas áreas y las
defectuosas prácticas de riego aunadas a la mala calidad del recurso hídrico determinan
invariablemente salinización y/o alcalinización de los suelos, procesos que pueden llegar a reducir
significativamente, o incluso impedir, el crecimiento de los cultivos, lo cual implicaría proceder a la
recuperación de los suelos; proceso lento y extremadamente costoso.
Por otro lado, los residuos urbanos que se vierten directamente a los ríos o en fosas sépticas son
también una fuente de contaminación, cuya intensidad depende del volumen y naturaleza de los
residuos. El riego, con esta agua, proporciona un medio ideal para los vectores de las
enfermedades trasmitidas por el agua, que constituyen una seria amenaza para la salud y la
productividad de las tierras irrigadas. Finalmente, la salinización de origen agrícola va en aumento
como consecuencia del incremento en la aplicación de fertilizantes para la obtención de cosechas
más abundantes, de los procesos de erosión del suelo y la consiguiente pérdida de nutrientes, del
vertido directo de residuos orgánicos de los predios a los cauces y, fundamentalmente de los flujos
de retorno del riego, cargados de sales y agroquímicos. Así, dado el aumento del costo de los
nuevos proyectos de riego, la escasez de tierras agrícolas y de disponibilidad y calidad de agua, en
el futuro será imprescindible elevar la eficiencia de uso del agua de riego en lugar de recurrir a una
expansión indiscriminada de la superficie regada.
La actual agricultura de riego dependiente de la disponibilidad del recurso hídrico, ha hecho uso intensivo de
prácticamente todas las aguas, lo que ha implicado que los nuevos proyectos agrícolas requieran aguas
suplementarias, teniendo que recurrir a fuentes hídricas de inferior calidad. Los problemas consecuentes deberán
exigir planificación efectiva, que asegure el uso óptimo de esta agua de acuerdo a su calidad, es decir, deberá
proponer la selección de alternativas de manejo para afrontar los graves problemas que derivan del uso de aguas
de menor calidad que invariablemente ocasionará disminución significativa del rendimiento de los cultivos.
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• El agua tiene un valor económico en todos los usos competitivos que se hacen de ella y
deberá reconocerse como un bien económico.
En la actualidad, la salinización de los suelos continua siendo uno de los problemas más
preocupantes de la agricultura, tal como lo demuestra el hecho de que, de las 1 500 millones de
hectáreas cultivadas en nuestro planeta, el 23 % están afectadas por salinidad y otro 37 % lo son por
alcalinidad. Asimismo se estima que cerca de 10 millones de hectáreas bajo riego se abandonan
anualmente debido al mal drenaje y la salinización de los suelos.
De hecho, existe un problema de salinidad cuando las sales se acumulan en la zona radicular a
una concentración tal que ocasiona pérdidas en la producción. El rendimiento de los cultivos
disminuirá cuando el contenido salino de la solución suelo sea tal que no permita que los cultivos
extraigan suficiente agua de la zona de raíces, provocando un estado de sequía por tiempo
significativo.
Las aguas de riego contienen una mezcla de sales de origen natural. Por tal razón, los suelos
regados con estas aguas contienen una composición similar pero generalmente a concentraciones
más elevadas que el agua de riego. La magnitud de la acumulación de sales en el suelo depende
de la calidad del agua, del manejo del riego y de la eficiencia del drenaje. A medida que la calidad
de las aguas de riego disminuye, el control de la salinidad del suelo se hace más difícil, debiéndose
tener mayor cuidado en la lixiviación de sales de la zona de raíces antes que alcancen
concentraciones peligrosas que afecte el crecimiento de las plantas y provoque pérdidas en los
rendimientos. La frecuencia en los procesos de lixiviación de sales dependerá por tanto, de la
calidad del agua de riego y necesariamente de la resistencia y sensibilidad de los cultivos a la
salinidad.
En la agricultura de las zonas áridas, el aporte de sales con el agua de riego es generalmente
considerable (la aplicación de una lámina de riego promedio de 1000 mm/ha/campaña, con agua de calidad
aceptable - CEa de 1.0 dS/m- incorpora a la zona de raíces 6,400 kg/ha de sales, principalmente cloruro de sodio)
pero, al contrario que en la agricultura de secano, el riego aplicado en dosis superiores a la
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evapotranspiración de los cultivos puede producir el lavado del exceso de sales de la zona
radicular, si el suelo es capaz de drenar en profundidad el agua de percolación. Sin embargo, en
aquellos sistemas agrícolas en los que la capacidad de drenaje es limitada, el riego puede producir
un efecto contrario debido a que las sales suministradas por el agua de riego no pueden ser
lavadas, concentrándose en la zona de raíces. Asimismo, riegos excesivos asociados a la
presencia de estratos de permeabilidad disminuida pueden favorecer la inducción de capas
freáticas superficiales que, en el proceso de ascenso capilar y posterior evaporación del agua,
conducen a la acumulación superficial de sales.
♦ Las sales del suelo y de las aguas de riego reducen la disponibilidad del agua del suelo provocando un
estado de déficit de agua en las plantas que reduce significativamente el crecimiento y el rendimiento de los
cultivos.
♦ Las sales presentes en los suelos irrigados generalmente proceden de las aguas de riego o de aguas freáticas
superficiales que ascienden por capilaridad.
♦ Si la absorción de agua por los cultivos se reduce, las plantas disminuyen su crecimiento y llegan a
presentar síntomas similares a la sequía tales como marchitamiento o coloración verde azulada oscura y a
veces hojas cerosas y de mayor espesor. Estos síntomas varían con la especie vegetal y con el estado fenológico,
siendo notables durante las primeras etapas del crecimiento.
♦ Las sales que contribuyen al problema de salinidad son solubles y transportadas fácilmente en el agua. Una
parte de las sales acumuladas es lixiviada por debajo de la zona radicular, siempre y cuando se aplique una
cantidad mayor de agua que la consumida por el cultivo durante su crecimiento vegetativo.
♦ Para evitar que las sales se acumulen en la zona radicular a concentraciones peligrosas, es necesario lixiviar
una cantidad de sales igual o mayor a la aplicada con el agua de riego durante un determinado periodo de tiempo.
La cantidad de agua requerida para lixiviar las sales depende de su calidad y de la resistencia y sensibilidad de los
cultivos a la salinidad.
♦ El contenido de sales en la zona radicular varia con la profundidad. después de un riego, la salinidad cerca de la
superficie del suelo, es aproximadamente igual a la salinidad del agua de riego y se incrementa conforme mayor
es la profundidad del suelo. El grado de salinidad de la parte inferior de la zona radicular depende por lo tanto del
grado de lixiviación que haya ocurrido en ella.
♦ Después de un riego el agua más fácilmente aprovechable se encuentra en la capa superior de la zona radicular,
que es también la capa de menor salinidad. conforme se agota el agua del suelo por evapotranspiración, el cultivo
explota las capas inferiores que presentan una salinidad mas elevada. debido a esto, la oportunidad de riego es
fundamental para mantener el agua del suelo a un mayor nivel de disponibilidad y además lixiviar el exceso de
sales acumuladas antes que se eleven por encima de la resistencia y sensibilidad de las plantas cultivadas.
♦ Muchos de los problemas de salinidad están asociados con la presencia de un nivel freático muy cerca de la
zona radicular. Las sales del agua freática ascienden por capilaridad a la zona radicular y constituyen fuente
importante de contaminación. Así el control del nivel freático es una practica esencial para controlar la salinidad y
para mantener con éxito la agricultura de riego.
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La evaluación de la calidad del agua para riego debe realizarse en base a criterios generales
relacionados con la respuesta potencial del suelo y de la planta y en base a las condiciones
específicas de manejo y uso del agua.
Así, respecto a los criterios generales sobre la calidad del agua de riego, el término salinidad se
refiere a la concentración total de sales inorgánicas disueltas en el agua (sólidos disueltos),
cuyos iones principales son Sodio (Na+), Calcio (Ca++), Magnesio (Mg++), Potasio (K+), Bicarbonato
--
(HCO3 ), Carbonato (CO3 , Sulfato (SO4 ), y Cloruro (Cl ). La concentración se expresa en base
- --) -
equivalente (meq/l o mmol/l) o en base a masa (mg/l), y la salinidad se expresa mediante la suma de
cationes o suma de aniones (meq/l), o en base a la suma de cationes más aniones (mg/l). Asimismo,
por su practicidad y rapidez de medida, un índice de salinidad del agua de riego es la
Conductividad Eléctrica (CEa, en dS/m a 25°C), La cual está relacionada numéricamente con los
parámetros anteriores (1 dS/m ≈ 10 meq/l ≈ 640 mg/l), relaciones solo aproximadas ya que dependen
de la composición iónica específica y del nivel de salinidad del agua.
Una disolución química (dispersión fina monofásica heterogénea) como las aguas para riego, se caracterizan por
presentar dos componentes: el soluto, sólidos que se encuentran disueltos, y el solvente o medio de disolución.
Los sólidos, con diámetros equivalentes menores a 10 °A – por tanto, iones o moléculas - originan las soluciones
iónicas y soluciones moleculares - que conducen la electricidad tanto más cuanto mayor sea su concentración
salina, propiedad que permite expresar la salinidad en términos de su Conductividad Eléctrica.
Dado un conductor eléctrico de longitud “ L“ y de sección “S“ , este presentará una resistencia al flujo de la
electricidad igual a R = δ L / S, donde R es la resistencia eléctrica en ohms y δ es la resistividad eléctrica,
factor que depende solo de la naturaleza del conductor y no de su forma o dimensión. Cuanto mayor sea la
resistividad de un cierto material mucho menor será sus propiedades conductoras de electricidad. La inversa de la
Resistividad Eléctrica se denomina Conductividad Eléctrica y se expresa por CE.
Como el contenido de sólidos disueltos de una solución se presenta en forma iónica, existe correspondencia entre
el total de cationes y de aniones, siendo por tanto, la suma de cationes igual a la de aniones, característica de una
solución que permite detectar posibles errores en el análisis respectivo, y que además, posibilita obtener factores
de conversión en base a la CE expresada en dS/m a 25 °C. : 1) ppm = CE X 640, 2) gr / l = CE X 0.64, 3)
meq / litro = CE X 10, 4) meq / litro = ppm / equivalente químico. Asimismo, la presión osmótica que genera una
solución puede ser estimada en base a la siguiente igualdad: PO (Atm.) = CE X 0.36.
Por otro lado, la lectura del análisis de soluciones complejas (sales diversas en disolución) como es el caso de
las aguas para riego, puede ser comprobado en base al cociente de la división de la CE (dS/m) entre el total de
cationes (meq/litro). Para la mayoría de las aguas de riego debe ser aproximadamente 100. Esta relación puede
disminuir hasta 80 para aguas con bicarbonatos o sulfatos y en aguas en el cual el contenido de Calcio y Magnesio
es alto. Para aguas con cloruro y con niveles altos de sodio, la relación puede llegar a 110.
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SÓLIDOS NO DISUELTOS
SÓLIDOS DISUELTOS
pH
CALCIO Y MAGNESIO
SODIO
Las sales sódicas son muy solubles y se encuentran en todas las aguas de riego.
Contenidos relativamente altos de sodio o bajos de calcio en esta aguas deterioran las
propiedades físicas del suelo, reduciendo la permeabilidad y la velocidad de infiltración,
como consecuencia, el agua permanece sobre el terreno, causando formación de
costras, mala hierbas, pudrición de semillas y mal desarrollo del los cultivos.
POTASIO
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CARBONATOS Y BICARBONATOS
CLORUROS
-
El cloro (cl ) se encuentra en todas las aguas de riego . En altas concentraciones
es tóxico para la mayoría de las plantas cultivadas. asimismo , todos los cloruros son
altamente solubles contribuyendo al incremento significativo de la salinidad total de los
suelos.
SULFATOS
=
El anión sulfato (SO4 ) es abundante en la naturaleza. Los sulfatos de magnesio y de
potasio son fácilmente solubles, en cambio el sulfato de calcio (yeso) tiene una
solubilidad limitada (2.04 gr/lt ). en el suelo el anión sulfato no ejerce ningún tipo de
acción característica excepto contribuir al contenido de salinidad.
NITRATOS
-
El anión nitrato (NO 3- ) no es común en las aguas de riego. Concentraciones elevadas
de nitratos en el agua indicarían contaminación por el uso de aguas residuales o
fertilizantes. Los nitratos no tienen ningún efecto en las propiedades físicas del suelo y
contribuyen ligeramente a la salinidad.
BORO
El boro está en el agua en forma de anión. la proporción usual en las aguas de riego es
de 0.01 a 10 ppm. el boro no tiene ningún efecto medible en las propiedades físicas del
suelo y puede ser eliminado en gran parte por sucesivos lavados. Una pequeña
concentración es esencial para las plantas, pero es tóxico a niveles mayores.
Concentraciones menores de 0.5 ppm (mg/l) son satisfactorios para todos los cultivos.
niveles de boro hasta 1.0 ppm pueden causar toxicidad a los cultivos sensibles. Niveles
hasta 2.0 ppm solo son soportados por los cultivos moderadamente tolerantes y mayores
de 2.0 ppm de boro solo los cultivos tolerantes en diversa medida pueden soportarlo.
HIERRO y MANGANESO
El hierro puede estar presente en forma soluble (ion ferroso) y causar obturaciones a
bajas concentraciones (> 0.1 ppm) al precipitar por cambios de temperatura, presión,
subida de pH o por la acción bacteriana (ion férrico). El resultado es un sedimento ocre
(masa de lodo) capaz de bloquear por completo el sistema de riego (tuberías de pvc o
polietileno) y obturar completamente los emisores. de forma similar el manganeso
precipitara por acción biológica o química (el tratamiento habitual es la cloración del agua para
inhibir la acción microbiana).
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Existen diversos métodos propuestos para la clasificación de las aguas para riego, que aún cuando
presentan diferencias, concuerdan en relación con el criterio de clasificación y sus límites. En
general, la calidad del agua de riego se define en función de tres criterios: salinidad, alcalinidad y
toxicidad.
PELIGRO DE PELIGRO
PELIGRO DEDE PELIGRO DE
SALINIDAD ALCALINIDAD
ALCALINIDAD TOXICIDAD
RELACION DE
CONDUCTIVIDAD ADSORCION DE BORO, SODIO,
ELECTRICA SODIO CLORO
RAS =
deciSiemens / m mg / l ó me /l
Na +
Ca ++
+ Mg ++
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El criterio de salinidad evalúa el riesgo de que su uso ocasione altas concentraciones salinas en
la zona de raíces, con el correspondiente efecto osmótico y disminución de los rendimientos de las
plantas cultivadas.
En efecto la evapotranspiración disminuye la humedad del suelo, pero no elimina las sales, de
modo que la solución del suelo incrementa su concentración salina. A medida que el suelo se
seca, después de un riego, se presentan otros fenómenos. Al concentrarse las sales, alguna de
ellas pueden alcanzar su límite de solubilidad y precipitar retirando de la solución determinados
iones y alterando las proporciones iniciales (por ejemplo la formación de CO3Ca Y SO4Ca, incrementando
+
Na en la solución suelo y elevando el PSI).
La calidad del agua de riego varía significativamente según su composición (tipo de sales) y
concentración (cantidad) de sales solubles, ya que ambos afectan directa o indirectamente el
crecimiento de las plantas y por tanto, el rendimiento. Asimismo, también variará la calidad, si se
considera para el riego las aguas residuales municipales cuya composición ha sido alterada por los
productos del metabolismo y por las actividades domésticas, con presencia de sustancias o
cuerpos orgánicos o inorgánicos disueltos, en suspensión o emulsionados, y de seres vivos (virus,
bacterias, protozoos, helmintos, nematodes etc). Asimismo, la cantidad y el tipo de sales disueltas en el
agua de riego también afectan ciertas propiedades fisicoquímicas del suelo, que a su vez pueden
influir en la aptitud del mismo. Dos índices importantes para evaluar la calidad del agua de riego
son la concentración de sodio (Na+) y el pH.
Niveles elevados de sodio (concentraciones relativas de sodio respecto de calcio y magnesio) generan
hinchamiento y dispersión de la arcilla coloidal del suelo (minerales de arcilla), determinando que los
agregados se rompan (con mayor intensidad si la salinidad del agua es baja y el pH elevado) y como
resultado final se presenta la reducción de la capacidad de infiltración y de la conductividad
hidráulica del suelo, deteriorando gravemente sus propiedades físicas.
Por otro lado, ciertos iones, principalmente sodio, cloro y boro contenidos en el agua de riego (o en
el suelo) son absorbidos por los cultivos, acumulándose en los tejidos vegetales, en concentraciones
suficientemente altas para causar desórdenes fisiológicos y alterar el metabolismo celular,
reduciendo finalmente el crecimiento y el rendimiento de los cultivos.
El objeto principal del riego es proporcionar a los cultivos, en el momento oportuno, la cantidad de
agua necesaria para su óptimo crecimiento y rendimiento. Con el riego, sin embargo, las sales
contenidas en el agua se acumulan en la zona radicular, disminuyendo la disponibilidad del agua e
incrementando su escasez.
Un alto contenido de sales disueltas en las aguas de riego, tiende a incrementar la concentración
salina en la solución suelo y por tanto aumenta la presión osmótica en el sistema (disminuye el
potencial osmótico), y exige a las raíces un esfuerzo adicional para absorber agua. Ese esfuerzo
consume energía, disminuyendo la energía necesaria para el crecimiento y desarrollo de la planta
y en consecuencia disminuyen los rendimientos, disminución directamente proporcional al
incremento de la concentración salina.
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PELIGRO DE SALINIDAD
CLASIFICACIÓN DEL LABORATORIO DE SALINIDAD DE LOS EE.UU. – RIVERSIDE - CALIFORNIA
Las plantas absorben agua del suelo cuando las fuerzas de imbibición de los tejidos de las raíces
son superiores a las fuerzas de retención de agua del suelo, es decir cuando:
ABSORCIÓN DE AGUA
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En general, la afinidad de los iones por el agua, determina que las plantas deban ejercer una
mayor fuerza de absorción para extraer del suelo una unidad de agua con sales, que para extraer
agua exenta de sal.
Cuando mayor sea la concentración salina del agua del suelo mayor será la presión osmótica que
las plantas han de superar, hasta un punto en que la absorción de agua se detenga. Si las plantas
absorben agua salina, el esfuerzo se traduciría en gasto de energía metabólica, la cual disminuirá
la energía de la planta en otros procesos que requieren energía: crecimiento, floración,
fructificación etc.
El siguiente ejemplo ilustra el efecto osmótico en la disponibilidad del agua del suelo para las plantas:
En un suelo de naturaleza física uniforme, se irriga dos sectores con aguas de diferente calidad. En el
sector A, el agua de riego presenta una CEa = 1.0 dS/m y en el sector B la CEa = 5.0 dS/m.
Si:
Ψ T = Potencial total del agua del suelo
Ψ m = Potencial mátrico del agua del suelo, y
Ψ o = Potencial osmótico del agua del suelo.
y donde:
PO = Presión Osmótica = - Ψ0
PO (bar) = CEa (dS/m) x 0.36 (Richards, 1965)
PO SUELO A = 1.0 dS/m x 0.36 = 0.36 bar
PO SUELO B = 5.0 dS/m x 0.36 = 1.80 bar
SUELO A SUELO B
ΨT = - Ψm + - Ψo ΨT = - Ψm + - Ψo
ΨT A > ΨT B
Por tanto, las plantas extraerán y consumirán más agua del suelo A (baja salinidad) que del suelo B (alta salinidad),
aún cuando ambos sectores de idéntica matriz se encuentren después de aplicado el riego y luego que el agua se
ha redistribuido en la zona radicular, a nivel de su máxima capacidad de retención de humedad (CC).
En general los síntomas de la salinidad coinciden con los de la sequía, lo que explica el porque las
plantas experimentan déficit de agua en suelos salinos o irrigados con aguas salinas, ya que la
energía requerida para absorber agua de una solución suelo salina es adicional a la energía
requerida para absorber agua de una solución suelo no salina.
Si bien es cierto que los efectos de la salinidad y de la sequía son homólogos provocando escasez
de agua en la planta, y por tanto; reducción del crecimiento vegetativo, floración y fructificación
disminuida y precoz, los efectos consecuentes como quemaduras en el follaje, necrósis y
defoliación, aparecen después que los tejidos han estado expuestos a condiciones de alta
salinidad por un tiempo prolongado.
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En áreas bajo riego, la concentración de sales aumenta con la profundidad de la zona radicular y
disminuye con el aumento de la fracción de lixiviación o de lavado. A medida que el contenido de
agua en el suelo disminuye por las pérdidas por evapotranspiración, la disponibilidad de agua para
las plantas cambia constantemente en cada capa de la zona radicular, ya que tanto el contenido de
agua (potencial mátrico) como la concentración de la solución suelo (potencial osmótico) cambian
continuamente entre dos riegos consecutivos.
Las plantas, extraen agua a través de la zona radicular, de los lugares en donde se encuentre más
disponible (mayor potencial hídrico). La menor resistencia a la absorción se encuentra en la parte
superior de la zona radicular. Esta parte es la más frecuentemente humedecida por el riego y por
ella pasa además una mayor cantidad de agua, siendo la mejor lixiviada y por tanto la que contiene
menor cantidad de sales. Asimismo, la parte superior de la zona radicular contiene mayor
proporción de raíces fisiológicamente activas y por tanto se deseca más rápidamente. Así, la planta
tiene que extraer agua de mayores profundidades para satisfacer la evapotranspiración del cultivo,
llegando la zona radicular a contener una mayor concentración salina y por tanto un potencial
osmótico menor, es decir más negativo (mayor presión osmótica)
Para condiciones de riego por gravedad (extensivo a riego por aspersión), el patrón normal de
extracción de humedad por los cultivos (40%-30%-20%-10%) se ajusta bien a situaciones normales
(50% de la humedad aprovechable como criterio de riego, en áreas de buen drenaje) y está íntimamente
relacionado con la frecuencia de los riegos (figura 8.5). Para situaciones de riego localizado de alta
frecuencia (R.L.A.F), El patrón de extracción es diferente (65% - 35%), siendo la mayor cantidad de
agua extraída y transpirada de la capa superior.
Cuando la parte superior de la zona radicular está bien abastecida, la salinidad de la parte inferior
es menos importante. Sin embargo, llegará a ser crítica cuando el cultivo deba extraer, de la parte
inferior de la zona radicular, una parte significativa de sus requerimientos hídricos, lo que puede
ocurrir en periodos de alta demanda de agua. La salinidad reduce la disponibilidad de agua en
forma similar para todos los cultivos, sin embargo, no todas las plantas son igualmente afectadas
por el mismo nivel de salinidad. Algunos cultivos muestran una mayor resistencia que otros y
pueden extraer agua con mayor facilidad, lo cual está directamente relacionado con la mayor
concentración osmótica a nivel de vacuola (iones, azucares, ácidos orgánicos etc.).
La mayor capacidad de adaptación osmótica les permite a algunos cultivos absorber, bajo
condiciones salinas, una mayor cantidad de agua. Esta característica es muy importante (selección
de cultivos) cuando no se puede mantener la salinidad del suelo al nivel de resistencia de las
plantas que se cultivan.
Con el riego, ingresan sales a la zona de raíces y su concentración se incrementa a medida que
los cultivos consumen el agua. Esta concentración salina en la zona radicular puede llegar a
reducir los rendimientos. Por tanto, para evitar la excesiva concentración de sales en la zona de
raíces, una parte debe ser eliminada por lixiviación con un determinado volumen de agua.
Después de varios riegos sucesivos, la concentración de las sales acumuladas se aproxima a una
concentración de equilibrio, cuyo valor depende de la fracción de lavado y de la concentración
salina del agua de riego. La fracción del agua de riego que atraviesa y percola la zona radicular se
conoce como fracción de lavado (FL) y se determina en base a la relación de la lámina que
percola fuera de la zona de raíces, respecto de la lámina de riego necesaria para satisfacer la
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evapotranspiración del cultivo. Asimismo, conociendo la salinidad del agua de riego (CEa) y la
fracción de lavado (FL), se podrá estimar la salinidad del agua de drenaje (CEd) que percola debajo
de la zona de raíces (CEd = CEa / FL).
Cuando la acumulación de sales en la zona de raíces es excesiva, o cuando la salinidad del agua
de riego es elevada y el peligro de salinización del suelo es inminente, se debe lixiviar el exceso
aplicando a la zona de raíces más agua que la que necesita el cultivo durante su periodo de
crecimiento. La cantidad extra de agua percolará fuera de la zona de raíces, desplazando una
parte de las sales acumuladas en ella. Este proceso, es el factor básico en el control de las sales
solubles aplicadas con el agua de riego.
El requerimiento de lixiviación (RL) o fracción de lavado (FL) es la proporción del agua aplicada con
el riego por superficie que debe redistribuirse a través de la zona radicular para mantener las sales
a un nivel determinado. Para estimar el RL o FL se necesita conocer la salinidad del agua de
riego (CEa) – derivada del análisis de laboratorio - y por otro lado, el umbral de resistencia del
cultivo en términos de la salinidad del suelo (CEe), nivel de salinidad del suelo que induciría una
disminución aceptable del rendimiento de un determinado cultivo. Se considera que una
disminución no significativa o aceptable es igual o menor al 10%.
Para cultivos específicos y aproximaciones más exactas del RL se utiliza la ecuación de Rhoades
(1976): RL = CEa / 5CEe – CEa (donde: RL = es el requerimiento mínimo de lixiviación que se necesita
para controlar el nivel de salinidad del suelo dentro del umbral de resistencia del cultivo en mención. CEa =
Salinidad del agua de riego y CEe = Salinidad del extracto de saturación del suelo).
Finalmente, la lámina por campaña de riego (LA), que debe aplicarse para satisfacer tanto la
demanda evapotranspirante de los cultivos, así como el requerimiento de lixiviación, puede
estimarse por la ecuación : LA = ETc / 1 - RL (donde LA = lámina de riego en mm/campaña, ETc =
evapotranspiración del cultivo en mm/campaña y RL = requerimiento de lixiviación).
En las zonas semiáridas como la región de la Sierra, los cálculos de los requerimientos de
lixiviación deben tomar en cuenta la intensidad, duración y frecuencia de las lluvias, debido a que
el agua de lluvia que se infiltra y almacena en la zona radicular puede satisfacer total o
parcialmente las demandas evapotranspirativas de los cultivos (lluvia efectiva), y puede además,
atravesar la zona de raíces y percolar hacia niveles inferiores, satisfaciendo total o en parte las
necesidades de lixiviación. Las lluvias son extremadamente eficaces para lixiviar las sales de la
zona radicular, debido a su uniformidad de aplicación (característica que comparte el riego por aspersión)
y a la ausencia casi total de sales (CE lluvia < 0.05 dS/m). El proceso de lixiviación es más eficaz
cuando la intensidad de lluvia es menor que la velocidad de infiltración del agua en el suelo.
Además, si se infiltra una altura significativa de agua de lluvia, la concentración promedio de sales
en la zona radicular será menor, lo cual disminuirá proporcionalmente el requerimiento de
lixiviación.
El cuadro 8.6 detalla los cambios en la zona de raíces, de la salinidad del agua del suelo. La concentración salina
se incrementa conforme el agua infiltrada se redistribuye en profundidad. De cada cuarta parte de la zona de raíces
hacia la siguiente, la salinidad se calcula conociendo la fracción de lavado: fl = lámina de lixiviación/lámina de riego
y, con esta fracción de lavado calculada se estima la salinidad del agua de drenaje: CEd = CEa/fl. El procedimiento
para determinar la salinidad promedio del agua del suelo en la zona de raíces de un cultivo dado, requiere de los
siguientes datos: 1/ Salinidad del agua de riego (dS/m), 2/Evapotranspiración del cultivo (mm/campaña), 3/ Patrón
de extracción de humedad_ El patrón normal bajo los supuestos básicos para el cumplimiento de las directrices
técnicas para el uso correcto del agua es 40%-30%-20%-10%, desde el primer cuarto superior al cuarto inferior
respectivamente. 4/ La fracción de lixiviación necesaria para la conservación del suelo evitando su degradación por
salinidad. El procedimiento considera la salinidad en 5 puntos, desde la superficie del suelo hasta la línea final del
cuarto inferior. Asimismo, La = ETc/ (1 – fl). Finalmente, como el agua aplicada se infiltra a través de la superficie, y
a partir de este punto lixivia sales, se considera que la salinidad en la superficie del suelo es igual a la salinidad del
agua de riego. Los cálculos muestran que la salinidad promedio del agua del suelo en la zona radicular es 3.2 veces
la salinidad del agua de riego.
361
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
CE1
40 % 1er. cuarto
CE2
30% 2do.
CE3
20% 3ero.
CE a = 1.2 dS m –1 CE4
FL = 15 % 10
PATRON DE CE5
EXTRACCIÓN
40 – 30 – 20 – 10 %
R = 212 mm FL = 0.15
362
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
Como todo fenómeno en el que se ven implicados procesos biológicos, la respuesta de los cultivos
a la salinidad del suelo, es difícil de cuantificar (sistemas disímiles; suelo, planta, clima. Diferente
solubilidad y toxicidad de las sales, etc.).
En base a los trabajos de Richards (Laboratorio de Salinidad de Riverside- California, 1954), de Berstein
(1964), del Comité Californiano de Consultores (1974) y de Ayers y Westcot (1976), Maas y
Hofman (1976) ha propuesto una formula que relaciona Producción de los Cultivos (%) con la
salinidad del suelo, expresada como Conductivilidad del Extracto de Saturación en dS/m.
Las sales del suelo y del agua de riego, reducen la disponibilidad de agua a las plantas afectando
los rendimientos de los cultivos. El tipo y la intensidad depende del suelo y del clima y de la
habilidad y conocimiento en el manejo del sistema Agua – Suelo - Planta, por parte del usuario.
Las distintas especies de plantas difieren ampliamente en la respuesta a la salinidad del agua de
riego o del suelo. Algunos cultivos producen rendimientos aceptables a niveles altos de salinidad y
otros son susceptibles a niveles relativamente bajos. Esta diferencia debida a una mejor capacidad
de adaptación osmótica de algunas plantas les permite absorber, bajo condiciones de salinidad,
una mayor cantidad de agua. Esta capacidad de adaptación es muy útil y permite la selección de
cultivos capaces de producir cosechas económicamente aceptables, cuando no es posible
mantener la salinidad del suelo al nivel de tolerancia de las plantas.
La capacidad de algunas plantas de soportar la salinidad del agua de riego o del suelo, puede
alcanzar valores 10 veces mayores que la capacidad de otras. La amplitud de esta tolerancia
relativa permite un mayor uso de las aguas de salinidad moderada y aumenta el rango de uso de
las aguas salinas consideradas adecuadas para riego (ver tablas de valores de resistencia y sensibilidad
de cultivos extensivos, hortalizas, frutales y forrajeras).
A partir de datos reales de campo Maas y Hofman, encontraron que el crecimiento vegetativo y
por tanto el rendimiento de los cultivos, disminuye linealmente con el aumento de la salinidad por
encima de la salinidad umbral.
Donde:
El potencial de producción de los cultivos regados con una determinada calidad de agua puede
variar de 100% a cero (0%). Sin embargo, aparte del factor de calidad de agua existen otros
factores que afectan también los rendimientos de los cultivos. La capacidad de tolerar la salinidad
363
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
durante las etapas de germinación y de plántula son generalmente menores para la mayoría de los
cultivos. Valores de salinidad en la superficie del suelo, por encima de 4 dS/m, inhiben o retardan
la germinación y el crecimiento inicial de los cultivos, motivo por el cual se reduce
significativamente la densidad de plantas.
Patrones de injerto para algunos frutales (cítricos, frutales de hueso o vid) modifican la resistencia a la
salinidad incrementando el umbral permitiendo una mejor producción bajo condiciones de aguas o
suelos salinos. Asimismo, nuevas variedades comerciales de cultivos anuales y perennes se
seleccionan genéticamente, en base a su mayor resistencia a la salinidad, aunque siempre es
necesario probarlas experimentalmente para establecer su competitividad con las variedades
actuales.
La disminución del potencial mátrico (incremento de la tensión de humedad: agotamiento del agua) y
disminución del potencial osmótico (incremento de la presión osmótica de la solución suelo: acumulación de
sales) determina generalmente menor capacidad de extracción de agua. En estas condiciones los
cultivos pueden mostrar síntomas de escasez o déficit antes de lo esperado, pudiendo ser crítico
en periodos prolongados de vientos secos.
Finalmente, la fertilización, tiene efectos variados en la resistencia a la salinidad por los cultivos.
Niveles adecuados de fósforo incrementa la capacidad de las plantas para soportar múltiples
estreses y por otro lado, la adición de sales muy solubles; nitrogenadas y potásicas, aplicadas en
momentos no oportunos y en cantidades y lugares no apropiados pueden contribuir a sensibilizar a
los cultivos.
Una buena medida de la resistencia a la salinidad por las plantas es el parámetro “a”,
denominado umbral de la salinidad. Si el cultivo progresa en niveles de salinidad, por debajo de
“a”, su crecimiento y rendimiento no es afectado. Sin embargo, en la resistencia a la salinidad por
los cultivos interviene también su sensibilidad, establecido por el parámetro “b” (inclinación de la
recta producción –salinidad).
Por tanto, es más representativo de la resistencia de una planta el valor de la CEe que da lugar a
una reducción del 10% del rendimiento. (Por ejemplo, en el cuadro para cultivos extensivos se aprecia que
para el cultivo de cebada el valor umbral es 8.0 dS/m. Sin embargo, una CEe de 10.0 dS/m, que establece una
pérdida del 10% del rendimiento, define mejor la resistencia a la salinidad por el cultivo)
Las figuras 8.1 y 8.2 presentan gráficamente en los cultivos de algodón –tomate y en maíz – cebada, sus
características de resistencia y sensibilidad. Las líneas verticales señalan en el eje de las abcisas, valores de
resistencia a la salinidad de: 7.7 dS/m - 2.5 dS/m y de 1.7 dS/m – 8.0 dS/m, respectivamente. Asimismo, cuando
más sensible es el cultivo más vertical es el tramo inclinado (este tramo forma con la horizontal un ángulo cuya
tangente es b).
364
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
Cuadros 8.7 y 8.8 Relación entre la salinidad del suelo (CEe-d S/m) y el potencial de producción de cultivos
Extensivos y Frutales
C U L T IV O S PARAM ETROS P O R C E N T A J E D E L A P R O D U C C IO N
E X T E N S IV O S a b 100 90 75 50 0
CEBADA 8 ,0 5 ,0 0 8 ,0 1 0 ,0 1 3 ,0 1 8 ,0 2 8 ,0
(H o rd e u m v u lg a re )
ALGODÓN 7 ,7 5 ,3 8 7 ,7 9 ,6 1 3 ,0 1 7 ,0 2 7 ,0
(G o s sip iu m h ir su tu m )
M ANI 3 ,2 2 9 ,4 1 3 ,2 3 ,5 4 ,1 4 ,9 6 ,5
(A ra c h is h y p o p a e a )
ARROZ 3 ,0 1 1 ,9 0 3 ,0 3 ,8 5 ,1 7 ,2 1 1 ,5
(O riza sa tiv a )
PAPA 1 ,7 1 1 ,9 0 1 ,7 2 ,5 3 ,8 5 ,9 1 0 ,0
(S o la n u m tu b e r o su m )
CAÑA DE AZUCAR 1 ,7 5 ,8 8 1 ,7 3 ,4 5 ,9 1 0 ,2 1 8 ,7
(S a c c h a ru m o ffic in a ru m )
M A IZ 1 ,7 1 1 ,9 0 1 ,7 2 ,5 3 ,8 5 ,9 1 0 ,0
(Z e a m a y s )
F R IJ O L 1 ,0 1 9 ,2 3 1 ,0 1 ,5 2 ,3 3 ,6 6 ,5
(P h a se o lu s v u lg a ris )
HABA 1 ,6 1 0 ,0 0 1 ,6 2 ,6 4 ,1 6 ,8 1 1 ,6
(P h a se o lu s lu n a tu s L )
SO RG O 4 ,0 7 ,8 1 4 ,0 5 ,1 7 ,2 1 1 ,0 1 8 ,0
(S o r g h u m b ic o lo r )
T R IG O 6 ,0 7 ,1 4 6 ,0 7 ,4 9 ,5 1 3 ,0 2 0 ,0
(T r itic u m a e s tiv u m )
SO YA 5 ,0 2 0 ,8 3 5 ,0 5 ,5 6 ,2 7 ,5 1 0 ,0
(G ly c in e m a x )
PARAM ETROS P O R C E N T A J E D E L A P R O D U C C IO N
FRUTALES
a b 100 90 75 50 0
V ID 1 ,5 9 ,6 2 1 ,5 2 ,5 4 ,1 6 ,7 1 2 ,0
( V iti s s p .)
M ANZANO 1 ,7 1 5 ,8 7 1 ,7 2 ,3 3 ,3 4 ,8 8 ,0
( M a l u s s y l v e s t r is )
PALTO 1 ,3 2 0 ,8 3 1 ,3 1 ,8 2 ,5 3 ,7 6 ,0
(P e r se a a m e ric a n a )
M ELOCOTONERO 1 ,7 2 0 ,8 3 1 ,7 2 ,2 2 ,9 4 ,1 6 ,5
(P r u n u s p e r sic a )
PERAL 1 ,7 1 6 ,1 3 1 ,7 2 ,3 3 ,3 4 ,8 8 ,0
( P y r u s c o m m u n is )
ALM ENDRO 1 ,5 1 8 ,8 6 1 ,5 2 ,0 2 ,8 4 ,1 6 ,8
( P r u n u s d u lc is )
C IT R IC O S 1 ,7 1 6 ,1 3 1 ,7 2 ,3 3 ,3 4 ,8 8 ,0
( C itr u s s p .)
M ANGO 1 ,3 2 0 ,8 3 1 ,3 1 ,8 2 ,1 4 ,2 6 ,1
( M a n g u if e r a i n d i c a )
O L IV O 2 ,7 8 ,7 7 2 ,7 3 ,8 5 ,5 8 ,4 1 4 ,1
( O le a e u r o p a e a )
C IR U E L O 1 ,5 1 7 ,8 6 1 ,5 2 ,1 2 ,9 4 ,3 7 ,0
( P r u n u s d o m é s t ic a )
FRAM BU ESA 1 ,0 2 2 ,7 3 1 ,0 1 ,4 2 ,1 3 ,2 5 ,4
( R u b u s id a e u s )
FRESA 1 ,0 3 3 ,3 3 1 ,0 1 ,3 1 ,8 2 ,5 4 ,0
( F r a g a r ia s p )
P A L M A D A C T IL E R A 4 ,0 3 ,5 9 4 ,0 6 ,8 1 0 ,9 1 7 ,9 3 1 ,8
(P h o e n ix d a c ty le r a )
365
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
Cuadro 8.9 y 8.10 Relación entre la salinidad del suelo (CEe – dS/m) y el potencial de producción de cultivos
Hortícolas y Forrajeros
C U L T IV O S PARAM ETROS P O R C E N T A J E D E L A P R O D U C C IO N
H O R T IC O L A S a b 100 90 75 50 0
ESPARRAG O 5 ,6 7 ,2 0 5 ,6 7 ,0 9 ,1 1 2 ,5 1 9 ,5
(A sp a ra g u s o fficin a lis)
BROCOLI 2 ,8 9 ,2 6 2 ,8 3 ,9 5 ,5 8 ,2 1 3 ,5
(B ra ssica o lerá ce a )
M ELON 2 ,2 7 ,2 5 2 ,2 3 ,6 5 ,7 9 ,1 1 6 ,0
(C u c u m is m elo )
TOM ATE 2 ,5 9 ,8 0 2 ,5 3 ,5 5 ,0 7 ,6 1 2 ,5
(L y c o p e rsic u m esc u letu m )
E S P IN A C A 2 ,0 7 ,5 8 2 ,0 3 ,3 5 ,3 8 ,6 1 5 ,0
(S p in a c ia sa tivu s)
P IM IE N T O 1 ,5 1 3 ,8 9 1 ,5 2 ,2 3 ,3 5 ,1 8 ,5
(C a p sic u m a n n u u m )
LECHUGA 1 ,3 1 2 ,8 2 1 ,3 2 ,1 3 ,2 5 ,2 9 ,0
(L a c tu c a sa tiv a )
CEBOLLA 1 ,8 1 6 ,1 3 1 ,8 2 ,4 3 ,6 4 ,9 8 ,0
(A lliu m c e p a )
Z A N A H O R IA 1 ,0 1 3 ,8 9 1 ,0 1 ,7 2 ,8 4 ,6 8 ,0
(D a u c u s c a ro ta )
CALABAZA 4 ,1 9 ,1 7 4 ,1 5 ,8 7 ,4 9 ,5 1 5 ,0
(C u c u rb ita p e p o )
ZAPALLO 3 ,2 1 6 ,1 0 3 ,2 3 ,8 4 ,8 6 ,3 9 ,4
(C u c u rb ita sp )
A P IO 1 ,8 6 ,1 7 1 ,8 3 ,4 5 ,8 9 ,9 1 8 ,0
(A p iu m g ra v eo len s)
P IM IE N T O -A J I 1 ,5 0 1 4 ,0 8 1 ,5 0 2 ,2 0 3 ,3 0 5 ,1 0 8 ,6 0
(C a p sic u m a n n u u m )
NABO 0 ,9 0 9 ,0 1 0 ,9 0 2 ,0 0 3 ,7 0 6 ,5 0 1 2 ,0 0
(B ra ssica ra p a )
COL 1 ,8 9 ,6 2 1 ,8 2 ,8 4 ,4 0 7 ,0 0 1 2 ,0 0
(B ra ssica o lera ce a c .)
C U L T IV O S PARAM ETROS P O R C E N T A J E D E L A P R O D U C C IO N
FO R R AJER O S a b 1 00 90 75 50 0
366
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
a
100 TOMATE
ALGODÓN
75
%
PRODUCCION
PRODUCCIÓN
50 1 = 100 %
2 = 50 %
3 = 0 %
T3 A3
25
T2 A2
T1 A1
5 10 15 20 25 30
SALINIDAD CEe (dS/m)
La figura muestra gráficamente los valores de resistencia a la salinidad del suelo (CEe) para producciones del 100%
en tomate: T1 = 2.5 dS/m y en algodón: A1 = 7.7 dS/m. Asimismo, para valores de sensibilidad a la salinidad de
9.80 para tomate y de 5.38 para algodón, una disminución del rendimiento del 50% se presentará a valores de CEe
de T2 = 7.6 dS/m y de A2 = 17.0 dS/m respectivamente. Finalmente, estos cultivos no serán vialmente productivos
a valores de CEe de T3 = 12.5 dS/m para el cultivo de tomate y de A3 = 27 dS/m para el cultivo de algodón.
367
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
a
MAIZ
100
CEBADA
75
%
PRODUCCION
50
25
M2 M3
C2 C3
C1
M1
2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 26 28
SALINIDAD - CEe (dS/m)
La figura muestra gráficamente los valores de resistencia a la salinidad del suelo (CEe) para producciones del 100%
en maíz: M1 = 1.7 dS/m y en cebada: C1 = 8.0 dS/m. Asimismo, para valores de sensibilidad a la salinidad de 11.90
para maíz y de 5.00 para cebada, una disminución del rendimiento del 50% se presentará a valores de CEe de M2 =
5.9 dS/m y de C2 = 18.0 dS/m respectivamente. Finalmente, estos cultivos no serán vialmente productivos a
valores de CEe de M3 = 10.0 dS/m para el cultivo de maíz y de C3 = 28.0 dS/m para el cultivo de cebada.
368
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
El peligro de alcalinización que entraña el uso de un agua de riego, queda determinado por las
concentraciones absolutas y relativas de los cationes. Si la proporción de sodio es alta, será mayor
el peligro de alcalinización y por el contrario si predomina calcio y magnesio el peligro no existirá
o este será menor.
Un alto contenido de iones sodio en las aguas de riego pueden inducir elevados valores en el
Porcentaje de Sodio Intercambiable (PSI = Na+ (meq/100 g)/CIC (meq/100 g), con sus efectos de
pérdida del estado estructural por dispersión e hinchamiento de la fase coloidal del suelo. (el riesgo
de dispersión es elevado cuando el PSI es alto y disminuye cuando es mayor la CEe).
Sobre los coloides del suelo: arcilla – humus, actúan fuerzas de atracción (del tipo de fuerzas de Van
Der Waals) y otras de repulsión (fuerzas de naturaleza electrocinética). Cuando dominan las primeras, los
coloides floculan y se forman agregados. La porosidad se incrementa, los poros son grandes y por
tanto, el suelo presenta buena permeabilidad, aireación, infiltrabilidad y en general buenas
propiedades físicas.
Las fuerzas del tipo de Van Der Waals, son fuerzas de atracción entre partículas. atracción de polos opuestos que
se forman por asimetría en el reparto de cargas. Las fuerzas de Van Der Waals son de corto alcance, pero aditivas
para cada par de átomos de las partículas coloidales. Estas fuerzas son independientes de la concentración salina
de la solución suelo.
Por otro lado, las fuerzas de repulsión radican en la constitución y naturaleza de la doble capa eléctrica difusa de
los coloides. El aumento del espesor de la doble capa- solución micelar o interna de los coloides – incrementa las
fuerzas de repulsión, inversamente un aplastamiento de la doble capa disminuye las fuerzas de repulsión). Entre
los factores que afectan las fuerzas de repulsión está: 1. La concentración salina de la solución suelo - cuanto
mayor es la concentración salina del agua del suelo, menor es el espesor de la doble capa eléctrica difusa y por
tanto menores las fuerzas de repulsión. 2. La valencia de los cationes adsorbidos - cuanto mayor es la valencia
de los cationes, menor es el espesor de la doble capa y por tanto menores las fuerzas de repulsión. Asimismo,
para cationes de igual valencia, cuanto mayor sea el radio del ion hidratado mayor será su poder dispersante. 3. El
tipo de mineral arcilloso - a igual PSI la montmorillonita muestra mayor fuerza de repulsión que la ilita y esta
arcilla, que la caolinita. Esta característica esta ligada al espesor de sus celdas cristalinas; 10 °A > 50 °A > 400 °A
respectivamente. y 4. El pH, cuando se incrementa mayores son las fuerzas de repulsión, característica ligada al
incremento de la carga negativa del coloide que permite una mayor adsorción de cationes.
Las características del suelo, y en particular la fase líquida, vienen lógicamente afectadas por las
características del agua de riego. El deterioro de las propiedades físicas del suelo es debido
principalmente al efecto combinado de baja salinidad de la solución suelo (por baja salinidad del agua
de riego) y elevadas proporciones de sodio con respecto de calcio y magnesio en las posiciones de
cambio del suelo (elevados valores del PSI). Los cationes de cambio están sometidos a dos fuerzas
contrapuestas, la primera derivada de la atracción electrostática inducida por las cargas negativas
de las partículas, y la segunda derivada de la tendencia a la difusión de los cationes desde la
superficie de las arcillas (donde su concentración es elevada) hacia la solución suelo (donde su
concentración es baja). Ambas fuerzas conducen a la formación de una doble capa cuyo grosor o
espesor depende de la Conductividad Eléctrica (CEe) y de la Relación de adsorción de Sodio (RAS)
de la solución suelo. Así, las Dobles Capas Eléctricas Difusas (DCED) son de mayor espesor
conforme menor es la CE (aumenta la fuerza de difusión) y conforme mayor es el RAS (menor adsorción
de cationes divalentes; Calcio y Magnesio respecto de sodio), lo que genera repulsión electrostática,
induciendo a la dispersión coloidal. Asimismo, se produce el hinchamiento de las arcillas debido a
la imbibición de agua por las partículas para disminuir la concentración de cationes de cambio
presentes en sus dobles capas difusas. Dicho hinchamiento reduce el tamaño de los poros del
suelo y promueve su inestabilidad estructural.
369
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
La gran esfera de hidratación del Sodio (7.90 °A de radio iónico hidratado con 4 mol H20/ión), genera el incremento
en el espesor de la Doble Capa Eléctrica Difusa determinando el hinchamiento de los agregados y facilitando así la
dispersión de la partículas individuales (efecto de estallido de los agregados, lo cual genera a su vez disminución
de la permeabilidad del suelo, encharcamiento, falta de aireación, dificultad física de penetración radicular, etc.).
La estabilidad estructural de los suelos depende fundamentalmente de la características de su fase sólida
(mineralogía de las arcillas, presencia de materia orgánica etc.) y de su fase líquida. En función de estas
características las arcillas pueden hincharse y/o dispersar y los agregados del suelo destruirse, afectando al
tamaño y distribución de los poros del suelo y, por tanto, la conductividad hidráulica e infiltración del suelo
Un alto contenido de sodio en el agua de riego puede inducir a elevados valores del Porcentaje de
Sodio Intercambiable del suelo (PSI), afectando la estructura, disminuyendo la permeabilidad y
elevando el pH. La posibilidad que un agua de riego ocasione estos problemas es evaluada por
medio del índice denominado Relación de Adsorción de Sodio – RAS, el cual establece la
actividad relativa de los iones sodio en las relaciones de intercambio del suelo.
Na+ (meq/lt)
RAS =
Ca++ + Mg++ (meq/lt)
2 USDA,1954
En la literatura inglesa este índice se denomina Sodium adsortion relation – SAR, siendo el procedimiento
matemático para establecer la concentración relativa de sodio con respecto a los cationes Calcio y magnesio:
El efecto de la calidad del agua de riego sobre la estabilidad estructural del suelo, sin embargo
debe analizarse en base a los valores conjuntos de CE y RAS. De hecho la velocidad de infiltración
y la conductividad hidráulica del suelo tienden a disminuir al aumentar el RAS y disminuir la CE del
agua de riego. Incluso aún para valores de RAS = 0, se precisa una cierta concentración de sales
en el agua infiltrada para evitar la pérdida de estabilidad estructural. En este sentido debe
resaltarse el efecto potencialmente negativo de aguas de riego o de lluvia de muy baja CE, que
pueden producir la dispersión y el encostramiento de los suelos. Aguas con conductividad eléctrica
inferior a 0.2 dS/m (aguas corrosivas) causan siempre problemas de infiltración, por este motivo, las
aguas de lluvia de muy baja salinidad ocasionan con frecuencia graves problemas de escorrentía.
El índice RAS considera los problemas de dispersión coloidal, encostramiento e infiltración como
resultado de un contenido excesivo de sodio en el suelo, con respecto al calcio y magnesio. Sin
embargo, no tiene en cuenta la variación del contenido de calcio, que puede aumentar (por
disolución de minerales de calcio) o disminuir (por precipitación, generalmente en forma de carbonato de calcio).
La disolución del calcio se favorece con el aumento del contenido de agua y con la presencia de
dióxido de carbono (CO2) disuelto en el agua, mientras que la precipitación se produce con la
presencia de calcio abundante junto con carbonatos, bicarbonatos y sulfatos.
El RAS del agua de riego, será similar al RAS de la solución suelo si: a) Se trata del suelo
superficial, b) La salinidad del agua de riego tiene una CE menor de 1 dS/m y c) La fracción de
lavado es igual o superior al 20% (FL = o < 0.2). Sin embargo, si estos requisitos no se cumplen, la
predicción del RAS de la solución suelo (y por tanto el PSI) a profundidades mayores del suelo, debe
efectuarse en base al parámetro propuesto denominado RAS ajustado del agua de riego.
El inconveniente del índice RAS (USDA, 1954) de no reflejar los precipitados dio lugar a distintos índices que
intentaban subsanar dicho problema. Eaton (1967) introdujo el índice denominado Carbonato de Sodio Residual
(CSR) y Bower et al (1968) crearon una modificación del índice RAS y propusieron el índice RAS ajustado (este
índice fue recogido por Ayers y Westcot, 1976 y propuesto a FAO)
370
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
PELIGRO DE SODICIDAD
CLASIFICACION DEL LABORATORIO DE SALINIDAD DE LOS EE.UU - RIVERSIDE – CALIFORNIA
RELACION DE
INDICE DE SODIO ADSORCION DE SODIO RIESGO DE SODICIDAD
(RAS)
S1 0 - 10 BAJO
S2 10 - 18 MEDIO
S3 18 - 26 ALTO
El cálculo del RAS ajustado del agua, se efectúa en función de las concentraciones de los
cationes Na+, Ca++ y Mg++, y de la concentración de los aniones Carbonatos (CO3--) Y Bicarbonatos
(HCO3-), y se define según:
Es decir, es igual al RAS multiplicado por un factor de ajuste que depende del pHc, el cual a su vez viene dado por
la expresión: pHc = (pK2 - pKc) + p(Ca + Mg ) + p(Al K), donde pK2 y pKc son los logaritmos con signo
cambiado de la segunda constante de disociación del CO3H2 y de la constante de solubilidad del CO3Ca, ambas
corregidas para el valor de la fuerza iónica.
371
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
Asimismo, p(Ca + Mg) es el logaritmo negativo de la concentración molar de (Ca + Mg) y p(Al k) es el logaritmo
negativo de la concentración equivalente de CO3 + HCO3. El CO3Ca en agua destilada da un pH = 8.4. Por eso, en la
formula aparece el término (8.4 - pHc). Cuando ese término es positivo indica tendencia a precipitar el CO3Ca del
agua aplicada; cuando es negativo indica tendencia a disolver el CO3Ca del suelo. Los valores parciales para el
cálculo de valor pHc pueden encontrarse en la tabla desarrollada por FAO,1976. Finalmente, la clasificación de la
FAO relaciona el riesgo de pérdida de estructura no solo con el RAS ajustado sino también con la conductividad
eléctrica del agua de riego: a) Sin problemas; CEa > 0.5 dS/m y RAS aj < 6 . b) Problemas crecientes; CEa = 0.5 -
0.2 dS/m y RAS aj de 6 a 9 y c) Problema grave; CEa < 0.2 dS/m y RAS aj. > 9.
La clasificación del agua de riego de Richards (1954 – U.S. SALINITY LABORATORY) ampliamente divulgada en
muchos libros texto sobre la materia, ha sido ampliamente utilizada, a pesar de las nuevas clasificaciones más
adecuadas. En primer lugar esta clasificación supone que Ca y Mg tienen la misma selectividad de intercambio,
lo cual no es correcto. Para un mismo RAS, la absorción de Na crece al aumentar la relación Mg/Ca debido a la
menor energía de retención del Mg. En segundo lugar si la solución suelo incrementa su volumen, sin que
cambie su contenido de sales, es decir se diluya, su RAS disminuye y por tanto disminuye también el PSI del
suelo. Finalmente, existe la posibilidad de precipitación de sales poco solubles, principalmente CO3Ca, lo cual
incrementa el riesgo de sodicidad. El la gráfica, Richards comete un error de concepto. Las sales de las aguas
para riego y por tanto de la solución suelo, tienen efecto floculante (el incremento de la concentración salina
de la solución suelo trae como consecuencia la disminución del potencial electrocinético en la Doble Capa
Eléctrica Difusa). Micelas con capas delgadas permiten el acercamiento y unión con sus pares. Este efecto se
opone al efecto dispersante del sodio. Así, para un mismo valor de RAS, el riesgo de sodicidad será menor
cuanto mayor sea la concentración salina del agua de riego. En la gráfica, la inclinación de las líneas de arriba
hacia abajo es equivocada, debiendo dirigirse de abajo hacia arriba.
372
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
Después del riego, el contenido de calcio disuelto en la solución suelo puede modificarse (por
dilución o por precipitación), mientras que la cantidad de sodio soluble permanece constante, ya
que su solubilidad o precipitación no son afectados por factores externos. En cambio, su
concentración puede variar, aumentando (por efecto de extracción de agua por la planta) o
disminuyendo (por efecto de aumentar la cantidad de agua). El índice RAS (USDA, 1954), no tiene en
cuenta las modificaciones del contenido de calcio ocurridas después del riego.
Este índice, y consecuentemente la clasificación de FAO, tiene la ventaja respecto al RAS tradicional de que tiene
en cuenta la formación de precipitados de CO3Ca. Adolece, sin embargo, de ignorar los posibles precipitados de
SO4Ca y de igualar la evolución de Ca y Mg.
La infiltración se refiere a la facilidad con que el agua atraviesa la superficie del suelo y se mide en
términos de velocidad, se refiere específicamente a la facilidad con que el agua aplicada entra y se
desplaza en los primeros centímetros de suelo.
Figura 8.3 Reducción Relativa de la Infiltración, provocada por la Salinidad y la Relación de Adsorción de Sodio
SEVERA REDUCCIÓN
REDUCCION
30
DE LA LIGERA
INFILTRACION
25
Relación
de 20
Adsorción
de Sodio
15
SIN
RAS REDUCCION
DE LA
10
INFILTRACION
1 2 3 4 5 6
Salinidad del Agua de Riego (CEa) – dS/m
(Rhoades, 1977; y Oster y Schroer, 1977). La infiltración en general, aumenta con la salinidad y disminuye con
una reducción en salinidad, o un aumento en el contenido de sodio en relación al calcio y magnesio.
Una velocidad de infiltración de 3 mm/h se considera baja, mientras que un valor por encima de 12
mm/h es relativamente alto. Además, de la calidad del agua, la infiltración está determinada por las
características físicas del suelo, como la textura, la estructura y el tipo de arcilla y las
características químicas, incluyendo los cationes intercambiables.
373
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
Las aguas corrosivas (de salinidad inferior a 0.2 dS/m) tienden a lixiviar las sales y minerales solubles,
incluyendo el calcio, reduciendo su influencia sobre la estabilidad de los agregados y por tanto
afectando la estructura del suelo. Independientemente de valores elevados de RAS, aguas de baja
salinidad (de riego o lluvias) invariablemente causan problemas de infiltración (esta sería la razón del
porque las lluvias provocan excesos de escorrentía). Sin embargo, la dispersión coloidal de los suelos y
la destrucción de su estado estructural se produce únicamente cuando el contenido de sodio
supera al de calcio en una proporción por encima de 3:1. El deterioro del estado estructural del
suelo provoca serios problemas de infiltración de la misma manera que un baja salinidad del agua.
Esto se debe a la falta de suficiente calcio para contrarrestar los efectos dispersantes del sodio.
Cuadro 8.12 Relaciones entre el problema de alcalinidad del agua de riego y el deterioro físico del suelo.
♦ Graves problemas de naturaleza física se presentan en los suelos irrigados, cuando la velocidad
de infiltración del agua disminuye significativamente. Como consecuencia, el agua permanece
sobre el suelo un tiempo prolongado evaporándose directamente o se infiltra muy lentamente
determinando niveles disminuidos de disponibilidad del agua del suelo.
♦ La velocidad de infiltración del agua en el suelo presenta valores muy disímiles. Depende básica-
mente de la calidad del agua de riego y de factores del suelo que afectan sus propiedades físicas.
Entre ellos los más importantes son el sellamiento superficial debido al la fijación de partículas
muy finas (arcillas) sobre la superficie del suelo, por degradación de la estructura y compactación
del suelo, características físicas que se ven afectadas por el disminuido contenido de materia
orgánica y composición química del suelo.
♦ Los factores de calidad del agua de riego que influyen en la velocidad de infiltración son la
concentración total de sales (peligro de salinidad) y el contenido de sodio en relación a los
contenidos de calcio y magnesio (peligro de alcalinidad). Una elevada concentración salina del
agua de riego incrementa la velocidad de infiltración, mientras que una proporción grande de sodio
en condiciones de baja salinidad del agua, la disminuye significativamente.
♦ Los problemas en la velocidad de infiltración derivados del uso de aguas de mala calidad ocurren
por lo general en los primeros centímetros y están ligados al deterioro de la estabilidad estructural
del suelo por efecto de un nivel alto de sodio respecto a calcio y magnesio. Cuando los cultivos
son regados con este tipo de aguas, el sodio se acumula en parte superficial del suelo, dispersando
los agregados en partículas individuales que obturan el espacio poroso del suelo.
Uno de los procedimientos para detectar problemas de infiltración fue la determinación del
Carbonato de Sodio Residual (CSR- de Eaton y Richards, 1950 - 1954). El método más utilizado, sin
embargo, es el de la Relación de Adsorción de Sodio – RAS (Richards, 1954), el cual considera los
problemas de infiltración como un resultado de un exceso de sodio respecto de calcio y magnesio
Este método sin embargo, no toma en cuenta los cambios en el contenido de calcio en el agua del
suelo que pueda resultar debido a su precipitación o disolución durante o después del riego. La
disolución del calcio a partir del CO3Ca es fomentada por la presencia de HCO3- , mientras que su
precipitación ocurre debido a la presencia de suficiente calcio, junto a carbonatos, bicarbonatos y
sulfatos, en cantidades suficientes como para exceder la solubilidad del carbonato de calcio (10
meq/l) o sulfato de calcio (30 meq / l).
374
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
Después de un riego, la cantidad de calcio puede variar debido a la disolución o precipitación del
calcio contenido en el agua del suelo, estableciéndose un nuevo equilibrio con la nueva
concentración de calcio, diferente al equilibrio en el agua aplicada. La ecuación del RAS no toma
en cuenta estos cambios y puede, por consiguiente dar resultados equivocados.
El calcio, a diferencia del sodio, no se mantiene completamente soluble o en cantidades constantes, sino que
cambia continuamente hasta alcanzar un equilibrio. Estos cambios ocurren debido a la disolución de minerales
como el yeso, aumentando el contenido de calcio en la solución suelo, o a su precipitación generalmente en forma
carbonato de calcio.
El RAS ajustado (Ayers y Westcot, 1976) fue propuesto para corregir el valor RAS (Richard,1954), sin
embargo, se concluyó que sobreestima (en 100%) a peligrosidad del sodio, recomendándose
afectarlo por el factor 0.5 para así evaluar correctamente los efectos del HCO3 sobre la
precipitación del calcio.
Un nuevo valor se a propuesto; el RAS corregido (RAS°: Suaréz, 1981) que considera el equilibrio
esperado después del riego, teniendo en cuenta los efectos del CO2, del CO3--, HCO3- y de la
salinidad. Este RAS corregido presupone la existencia en el suelo de minerales de calcio y la
ausencia de precipitados de magnesio. La expresión matemática es similar a la utilizada para
determinar el RAS, excepto que el valor del Ca++ en la formula, se convierte en Ca° que representa
la concentración final de calcio que permanece en la solución del suelo, teniendo en cuenta la
salinidad del agua aplicada (CEa), la concentración de bicarbonato en relación a su propio contenido
de calcio (valor HCO3-/Ca++) y la presión parcial del CO2 cerca de la superficie del suelo.
El RAS corregido (RAS°) prevé mejor los problemas de infiltración causados por concentraciones
relativamente altas de sodio, o bajas de calcio, en las aguas de riego y se calcula mediante la
siguiente expresión:
Na+ (meq/lt)
RAS° =
2
Suárez,1981
Los tratamientos químicos incluyen la adición de enmiendas, como el yeso (SO4Ca 2 H2O) al agua de
riego o al suelo con la finalidad de aumentar el contenido de calcio con lo cual se disminuye el RAS
y se incrementa la salinidad. Estas enmiendas actúan proporcionando calcio directamente o
provocando la disolución de la caliza contenida en el suelo. Por razones económicas, en el primer
caso se utiliza yeso, y en el segundo, ácido sulfúrico y azufre. Los tratamientos físicos incluyen las
prácticas de cultivo para mejorar la infiltración, o mantenerla dentro de ciertos límites aceptables
375
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
Cuadro 8.13 Comparativo entre los valores RAS calculados según Richards, 1954, Ayers y Wescot, 1976 y
Suárez, 1981, para determinar la peligrosidad del sodio en el agua
Ejemplo # 1
Datos del Análisis de Agua: pH = 7.5, CEa = 4.3 dS/m.
++ ++ + +
Ca = 6.9 meq/l, Mg = 14.2 meq/l, Na = 22.2 meq/l, K = 0.6 meq/l,
Suma de cationes = 43.9 meq/l.
-
CO3 = 0, HCO3- = 4.3 meq/l, Cl = 26.3 meq/l, SO4- - = 12.8 meq/l.
Suma de aniones = 43. 4 meq/l,
Boro = 0. 3 ppm.
1) RAS (Richards,1954)
RAS corregido = Na (Ca° + Mg)/2 donde: CEa = 4.3 dS/m y HCO3/Ca = 0.62
Las enmiendas aplicadas al agua de riego son más eficaces cuando ésta tiene una baja salinidad
(CEa < 0.2 dS/m) o un RAS alto con salinidad media (CEa = 1 dS/m). Las enmiendas al suelo se
utilizan en aguas de RAS elevado y salinidad superior a 1 dS/m.
El yeso es la enmienda más utilizada, tanto para el agua como para el suelo. La disolución del calcio contenida en
el yeso se facilita cuanto más baja sea la salinidad del agua y cuanto mayor sea el grado de finura de las partículas
de yeso. Normalmente se utilizan cantidades de yeso que proporcionan de 1 a 4 meq/litro de calcio.
Dado que el problema de infiltración, inducido por la mala calidad del agua de riego, es un
problema que se presenta en la capa superficial del suelo, las aplicaciones de yeso en cantidades
relativamente pequeñas son más eficaces cuando la enmienda se incorpora en los primeros
centímetros del suelo. Las aplicaciones frecuentes y ligeras son más eficaces para solucionar el
problema de deficiente infiltración provocada por la calidad del agua de riego, mientras que
aplicaciones de una gran cantidad de yeso en una sola oportunidad es más eficaz para la
recuperación de suelos con fuerte alcalinidad (suelos sódicos).
376
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
Tabla 8.1 Valores de Ca, Mg, Na y de CO3 y HCO3 que permiten calcular el pH c del agua de riego.
EL pHc es el pH teórico calculado para el agua de riego que permite el cálculo del RAS ajustado. El RAS ajustado
es igual al RAS tradicional multiplicado por un factor que depende del pHc dado Por la expresión : pHc = (pk2 –
pKc) + p(Ca + Mg) + p(Alk).
Las aplicaciones de yeso directamente al agua requieren, por lo general, menor cantidad de la enmienda cálcica
por unidad de área, que las aplicaciones al suelo. La velocidad de disolución del yeso depende del área superficial
o finura de las partículas (< 0.25 mm), siendo el yeso finamente molido de buena calidad, más satisfactorio para
aplicaciones en el agua. Los yesos de inferior calidad y de partículas gruesas, se utilizan para su aplicación directa
al suelo. La eficacia de la aplicación del yeso se estima mediante los cambios en la conductividad eléctrica del
agua (CEa) y en el valor del RAS.
Por otro lado, la aplicación de enmiendas ácidas o las que forman ácidos (azufre, H2SO4) solo serán eficaces en
suelos que contienen caliza (CO3Ca) en cantidades significativas. El azufre no es adecuado en aplicaciones con el
agua de riego, Asimismo, no es eficaz para mejorar la infiltración del agua y es de reacción lenta, debido a que
tiene que ser oxidado por bacterias para formar ácido sulfúrico o sulfuros, los cuales luego reaccionarán con la
caliza, liberando el calcio. El proceso de oxidación es muy lento, requiere de suelos calientes, húmedos y bien
aireados. Demora no menos de 30 días. El ácido sulfúrico es un ácido fuerte y corrosivo que se aplica directamente
al suelo a su máxima concentración o bien con el riego para reducir la concentración de bicarbonatos del agua y
contribuir con la acidez del suelo para liberar calcio. Es una enmienda rápida, ya que no requiere oxidación previa,
sin embargo, la aplicación requiere mucho cuidado y ser ejecutado por personal competente. El uso de una u otra
enmienda para la recuperación de suelos alcalinos (suelos sódicos) depende principalmente del costo ,
disponibilidad y características físico – químicas del medio edáfico.
377
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
Tabla 8.2 Representa la concentración final de calcio que permanece en la solución del suelo, teniendo en cuenta
la conductividad del agua aplicada, el contenido de bicarbonato en relación a su propio contenido de calcio y la
presión parcial del CO2 ejercida en los primeros milímetros del suelo.
0,10 0,20 0,30 0,50 0,70 1,00 1,50 2,00 3,00 4,00 6,00 8,00
0,05 13,20 13,61 13,92 14,40 14,79 15,26 15,91 16,43 17,28 17,97 19,07 19,94
0,10 8,31 8,57 8,77 9,07 9,31 9,62 10,02 10,35 10,89 11,32 12,01 12,56
0,15 6,34 6,54 6,69 6,92 7,11 7,34 7,65 7,90 8,31 8,64 9,17 9,58
0,20 5,24 5,40 5,52 5,71 5,87 6,06 6,31 6,52 6,86 7,13 7,57 7,91
0,25 4,51 4,65 4,76 4,92 5,06 5,22 5,44 5,62 5,91 6,15 6,52 6,82
0,30 4,00 4,12 4,21 4,36 4,48 4,62 4,82 4,98 5,24 5,44 5,77 6,04
0,35 3,61 3,72 3,80 3,94 4,04 4,17 4,35 4,49 4,72 4,91 5,21 5,45
0,40 3,30 3,40 3,48 3,60 3,70 3,82 3,98 4,11 4,32 4,49 4,77 4,98
0,45 3,05 3,14 3,22 3,33 3,42 3,53 3,68 3,80 4,00 4,15 4,41 4,61
0,50 2,84 2,93 3,00 3,10 3,19 3,29 3,43 3,54 3,72 3,87 4,11 4,30
0,75 2,17 2,24 2,29 2,37 2,43 2,51 2,62 2,70 2,84 2,95 3,14 3,28
Valor 1,00 1,79 1,85 1,89 1,96 2,01 2,09 2,16 2,23 2,35 2,44 2,59 2,71
de
HCO3/Ca 1,25 1,54 1,59 1,63 1,68 1,73 1,78 1,86 1,92 2,02 2,10 2,23 2,33
1,50 1,37 1,41 1,44 1,49 1,53 1,58 1,65 1,70 1,79 1,86 1,97 2,07
1,75 1,23 1,27 1,30 1,35 1,38 1,43 1,49 1,54 1,62 1,68 1,78 1,86
2,00 1,13 1,16 1,19 1,23 1,26 1,31 1,36 1,40 1,48 1,54 1,63 1,70
2,25 1,04 1,08 1,10 1,14 1,17 1,21 1,26 1,30 1,37 1,42 1,51 1,58
2,50 0,97 1,00 1,02 1,06 1,09 1,12 1,17 1,21 1,27 1,32 1,40 1,47
3,00 0,85 0,89 0,91 0,94 0,96 1,00 1,04 1,07 1,13 1,17 1,24 1,30
3,50 0,78 0,80 0,82 0,85 0,87 0,90 0,94 0,97 1,02 1,06 1,12 1,17
4,00 0,71 0,73 0,75 0,78 0,80 0,82 0,86 0,88 0,93 0,97 1,03 1,07
4,50 0,66 0,68 0,69 0,72 0,74 0,76 0,79 0,82 0,86 0,90 0,95 0,99
5,00 0,61 0,63 0,65 0,67 0,69 0,71 0,74 0,76 0,80 0,83 0,88 0,93
7,00 0,49 0,50 0,52 0,53 0,55 0,57 0,59 0,61 0,64 0,67 0,71 0,74
10,00 0,39 0,40 0,41 0,42 0,43 0,45 0,47 0,48 0,51 0,53 0,56 0,58
20,00 0,24 0,25 0,26 0,26 0,27 0,28 0,29 0,30 0,32 0,33 0,35 0,37
30,00 0,18 0,19 0,20 0,20 0,21 0,21 0,22 0,23 0,24 0,25 0,27 0,28
2 Supone : a) una fuente de calcio proveniente de silicatos o caliza (CO3Ca); b) no existe precipitación del
magnesio; y c) la presión relativa al CO2 cerca de la superficie del suelo es 0,0007 atmósferas.
La presencia de iones en los tejidos de las plantas, a concentraciones superiores a las toleradas
origina, dependiendo de la naturaleza y concentración de iones, las lesiones características en
ellas. La diferencia con el efecto osmótico es que la toxicidad se produce como resultado de la
absorción y acumulación de determinados iones.
Los efectos de toxicidad generados por la presencia de iones tóxicos en el agua de riego, a
diferencia del problema de salinidad, no es provocada por la falta de disponibilidad del agua. La
378
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
toxicidad resulta cuando iones; sodio, cloro y boro principalmente son absorbidos por las plantas
con el agua del suelo y se acumulan en las hojas en cantidades suficientes como para provocar
daños fisiológicos a las plantas, los cuales reducen significativamente los rendimientos. La
magnitud de los daños dependerá de la sensibilidad de los cultivos, del volumen de agua absorbida
y transpirada y de la concentración de uno u otro ión en el agua de riego.
PELIGRO DE TOXICIDAD
L. A. Richards (1954)
+
SODIO (Na ) < 3 me / l 3 - 9 me / l > 9 me/l
-
CLORO (Cl ) < 4 me/l 4 - 10 me/l > 10 me/l
BORO (B) < 0.7 mg/l 0.7 - 2.0 mg/l > 2.0 mg/l
Estos iones producen efectos tóxicos en algunas plantas, incluso a concentraciones muy bajas
como para no generar efectos negativos vía efecto osmótico (salinidad) o vía dispersión de coloides
(Sodicidad).
SODIO
Relacionada directamente con el RAS, la toxicidad por Sodio muestra como síntomas típicos
quemaduras o necrosis a lo largo de los bordes de las hojas más viejas desplazándose
progresivamente en el área intervenal hacia el centro (cítricos, paltos, frijol, pecanos).
CLORO
El anión cloruro es rápidamente absorbido y traslocado vía corriente transpiratoria y acumulado en
las hojas, produciendo quemaduras y necrosis primero en las puntas y posteriormente
desplazándose hacia los bordes. Finalmente, se produce intensa defoliación (palto, cítricos, vid,
fresa).
BORO
Microelemento esencial que genera toxicidad cuando sobrepasa sus niveles críticos, en todos los
cultivos. Los síntomas aparecen primero en las hojas mas viejas como manchas amarillas o secas
en los bordes o ápices, para progresivamente avanzar por el área intervenal hacia el centro de las
hojas.
No todos los cultivos presentan la misma sensibilidad. Las plantas perennes, frutales
principalmente, son en extremo sensibles a la acumulación de sodio, cloro, boro y otros
microelementos presentes en las aguas de riego (Hierro, Zinc, Manganeso y Cobre entre los esenciales y
Arsénico, Cadmio, Cobalto, Aluminio, Plomo entre los no esenciales contenidos en aguas contaminadas). La
379
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
Se han descrito muchos síntomas fisiológicos asociados a la toxicidad de los iones a partir de
determinados niveles críticos tales como:
3. Inhibición de la fotosíntesis.
La toxicidad generada por el sodio (Na) se debe a elevadas concentraciones de este ion en el agua
de riego (alto RAS). Los síntomas típicos del sodio aparecen en forma de quemaduras o necrosis a
lo largo de los bordes de las hojas más viejas. A medida que aumenta la acumulación de sodio en
la hoja, la necrosis se desplaza progresivamente en el área intervenal, hacia el centro de las hojas.
Entre los cultivos sensibles al sodio, además de los frutales de hoja caduca (melocotón, durazno,
manzano, vid etc.), se encuentran los cítricos, el palto, y los Phaseolus (frijol). Valores de 0.25 – 0.50
% de Na en base a la materia seca de la hoja, estable el límite del nivel tóxico en general para las
especies sensibles.
El mecanismo común por el cual se altera la nutrición mineral de las plantas es la interacción
directa del sodio sobre la absorción y translocación de nutrientes dentro de la planta. A menudo la
toxicidad del sodio es incrementada por la deficiencia de calcio en el suelo, siendo posible que el
problema de exceso de sodio en los tejidos vegetales se acompleje con la carencia de calcio en la
planta. Respecto a la nutrición del potasio, se ha establecido que la concentración de este
elemento en la planta disminuye al aumentar la relación Na/Ca en la solución suelo. En este caso
la reducción en la absorción de K en la planta por el Na es un proceso competitivo. Aunque las
plantas tienen una selectividad alta de K con respecto a Na, cantidades excesivas de Na tienen un
efecto negativo sobre las plantas. Asimismo, los efectos aparentes de la toxicidad del sodio pueden
ser creados y agravados por la deficiente infiltración del agua en el suelo.
El anión cloruro (Cl-) no es adsorbido por la fase coloidal de los suelos, movilizándose libremente
con el agua del suelo. Este anión se encuentra en todas las aguas naturales y en todos los suelos
de las zonas áridas y semiáridas. Su carácter de elemento esencial para la mayoría de especies
vegetales es discutible, sin embargo, es absorbido por las raíces y translocado por la corriente
transpiratoria a las hojas donde se acumula. Si su concentración en el tejido vegetal excede el
límite de tolerancia de la planta se producen daños, cuyos síntomas característicos son necrosis y
380
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
quemaduras en el tejido foliar. El daño se manifiesta inicialmente en la punta de las hojas para
posteriormente desplazarse hacia los bordes a medida que se incrementa la concentración en los
tejidos. La toxicidad severa va acompañada generalmente de detenimiento del crecimiento y de
defoliación grave. En cultivos sensibles estos síntomas se aprecian cuando se alcanza
concentraciones mayores del 0.3% de cloruro en base a la materia seca del tejido foliar.
El problema de la toxicidad específica es mucho más acentuado en el caso de riego por aspersión.
Las plantas mojadas con aguas con niveles altos de cloruros pueden absorber grandes cantidades
de Cl- y producir necrosis. Los cloruros son muy tóxicos, sobre todo para árboles frutales,
recomendándose el uso de aguas de riego con menos de 3 meq/l de cloruros.
El boro (al igual que el cloro y a diferencia del sodio), es un microelemento esencial para el crecimiento
y desarrollo de las plantas. Su deficiencia ocasiona la acumulación de azucares, de nitrógeno
soluble y ciertas enzimas que producen detenimiento del crecimiento y del desarrollo,
deformaciones de órganos y tejidos y muerte de tejidos meristemáticos. Sin embargo, cuando la
concentración del elemento en el tejido vegetal es mayor de 200 - 300 ppm (mg de boro por kilogramo
de materia seca) el elemento se vuelve tóxico. Estos niveles de boro en las plantas están
relacionados con la presencia de elevadas concentraciones de boro en los suelos y principalmente
en las aguas de riego.
La toxicidad de boro afecta prácticamente a todos los cultivos, aunque la gama de tolerancia es
amplia. Los síntomas aparecen generalmente en las hojas viejas, como moteaduras o manchas
secas en los bordes y ápices de las hojas. A medida que el boro se acumula, los síntomas se
extienden por las áreas intervenales hacia el centro de la hoja.
En algunos frutales de hoja caduca, severamente afectados, se observa exudación gomosa en las
ramas y el tronco. En estos cultivos (melocotonero, duraznero, ciruelo, almendro y también en manzana y
peral) la acumulación de boro en las hojas no es significativo, como para que el análisis foliar
detecte el problema de toxicidad. En estos casos el análisis de aguas, así como la sintomatología
de la planta, se convierten en herramientas imprescindibles para detectar la toxicidad de este
elemento.
OTROS CONTAMINANTES
♦ EXCESO DE NITRÓGENO
Un anión poco frecuente en las aguas de riego superficiales o subterráneas es el N-N03 (y aún más
rara es la forma N-NH4 presente sólo en aguas residuales, provenientes de uso doméstico y de las fabricas
procesadoras de alimentos). Cuando las aguas de riego presentan Nitrógeno, en su forma más común,
como nitrato, el contenido es casi siempre menor de 50 mg/l (1 kg. de Nitrógeno en 1000 m3), lo que
hace recomendable controlar su contenido periódicamente para incluirlo como parte integral del
programa de fertilización en muchos cultivos los cuales resultan afectados por concentraciones de
nitrógeno superiores a 5 mg/l, al incentivar y prolongar el crecimiento vegetativo, disminuyendo los
rendimientos en cantidad y calidad. En estos casos, las cantidades de nitrógeno aplicados en la
381
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
fertilización deben reducirse en una cantidad de nitrógeno similar a la incorporada con el agua de
riego. Una práctica que da buenos resultados es la de planificar la rotación de cultivos para
aprovechar el nitrógeno residual durante los periodos fuera de las campañas de riego.
Concentraciones menores de 5 mg/l de nitrógeno en el agua de riego, que tienen poco efecto en
los cultivos, pueden estimular el desarrollo de algas y otras plantas acuáticas, principalmente en
canales de riego y reservorios, lo cual puede resultar en la obstrucción de válvulas, accesorios,
tuberías y disipadores en los sistemas de riego presurizados.
♦ pH ANORMAL
En la mayoría de las aguas de riego el pH normal se encuentra entre valores de 6.5 – 8.2, este
índice caracteriza el grado de acidez y basicidad del agua, por lo que aguas con valores fuera de
este rango pueden crear desequilibrios de nutrición o contener elementos tóxicos y por tanto, el
análisis químico completo en aguas de pH anormal necesario para conocer la causa. Estas aguas
originan pocos problemas en los suelos, sin embargo el mayor peligro está en el deterioro de los
equipos de riego, pues pueden corroer rápidamente los componentes metálicos como tuberías,
aspersores, medidores y demás accesorios.
♦ PRECIPITADOS.
Aguas que contienen una alta proporción de sales poco solubles, como carbonatos o sulfatos de
calcio (CO3Ca, SO4Ca) pueden generar problemas de incrustaciones, en forma de depósitos
blancos sobre las hojas, flores o frutos, cuando se riega por aspersión. Aunque potencialmente
estas sales no constituyen peligro por toxicidad, la calidad comercial de los productos es
severamente reducido.
El tratamiento para evitar estas incrustaciones depende de la concentración de las sales, del uso
de materiales ácidos y del método de riego. El ácido sulfúrico (H2SO4) agregado al agua reduce el
bicarbonato, disminuyendo así la precipitación del CO3Ca (se recomienda aplicar suficiente ácido
sulfúrico para equilibrar químicamente el 90% del bicarbonato del agua). El ácido, es de acción inmediata
pero de difícil y costosa aplicación además de requerir personal con experiencia.
♦ EXCESO DE MAGNESIO.
El magnesio (catión divalente, al igual que el calcio) es fuertemente adsorbido por la fase coloidal de los
suelos. Sin embargo, cuando las aguas de riego (o la solución suelo) presentan una proporción
Ca/Mg inferior a la unidad, los efectos potenciales del sodio (Na) son mayores. Esto quiere decir
que un determinado valor de RAS es más peligroso cuando la cantidad de magnesio es mayor que
la de calcio y que cuanto más baja sea la proporción Ca/Mg, mayor será la peligrosidad de ese
RAS. Los rendimientos de los cultivos son menores cuando los suelos o el agua de riego
contienen altos niveles de magnesio, lo cual se debe a la deficiencia de calcio inducida por un
exceso de magnesio intercambiable en el suelo. Así mismo, el exceso de Mg en el agua o en el
suelo incrementa el efecto tóxico de otros iones (Na, B).
♦ PRESENCIA DE MICROELEMENTOS
382
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
Estas concentraciones se basan en la aplicación de 10,000 m3/ha/año o menos. Si el riego excede esta cantidad los
niveles de toxicidad deben ser corregidos. Los valores dados son para suelos permanentemente irrigados.
Para resolver uno o más problemas relacionados con la calidad del agua de riego, se debe evaluar
las posibilidades de que cree condiciones de suelo que puedan restringir su uso. El análisis de
estas aguas se convierte, por tanto, en la herramienta básica para la solución a los problemas que
se deriven de su uso.
383
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
Las alternativas principales de manejo para controlar los problemas de salinidad, alcalinidad, y
toxicidad que pueda generar el uso de aguas de mala calidad, en términos de prácticas
apropiadas de manejo para un control a largo plazo, se dividen de acuerdo a la complejidad del
problema. Por lo general, la combinación de dos o más problemas afectan la producción de
cultivos de forma más grave que un problema aislado. Cuanto más complejo sea el problema
resultante, más difícil será el formular como solución un programa de manejo.
Cuadro 8.3 Supuestos básicos para interpretar la calidad del agua de riego.
Rendimiento Potencial
Cuando no existe restricción en el uso del agua, los cultivos tienen la capacidad para alcanzar
su máximo potencial de producción, sin la necesidad de emplear prácticas especiales. una
restricción de uso indica una limitación en la selección del cultivo ó para mantener producción
optima es necesario prácticas especiales de manejo del suelo y del agua. una restricción de
uso no implica que el agua no sea adecuada para ser utilizada.
Para suelos, las texturas varían de franco arenoso a franco arcilloso, con buen drenaje interno
y un freático por debajo de 2m. para climas ; desde semiárido a árido . Las restricciones son
muy severas para climas húmedos.
Métodos de Riego
Los cultivos se riegan por métodos de superficie (melgas, surcos) o por aspersión, con la
frecuencia necesaria para permitir la extracción del 50% o más del agua disponible y por lo
menos 15% del agua aplicada percola por debajo de la zona radicular (fracción de lixiviación o
lavado: fl = 0.15). La directriz es restrictiva para riego localizado de alta frecuencia: goteo,
microaspersión, exudación, etc.).
El patrón base de extracción de humedad normal establece que el 40% del total de agua
extraída por los cultivos, es de la cuarta parte superior de la zona radicular, el 30% de la
segunda, el 20% de la tercera y el 10% restante de la cuarta parte inferior. Cada riego lava las
sales de la porción superior de la zona radicular y la mantiene a un nivel relativamente bajo de
salinidad. La salinidad aumenta con la profundidad y alcanza su mayor nivel en la parte más
baja de la zona radicular. Bajo estas condiciones, la salinidad promedio del agua del suelo en
la zona de raíces es tres veces mayor que la salinidad del agua de riego.
Restricciones de Uso NN
N
La restricción de uso se presenta con tres grados de severidad: ninguno, moderado (ligero) y
severo (alto). Los límites son arbitrarios ya que los cambios son graduales y no existe una
división abrupta entre los varios grados. Una variación del 10% por encima o por debajo de los
valores dados, no tiene importancia.
Las directrices para evaluar la calidad del agua de riego que se refieren a los efectos a largo
plazo del agua de riego sobre la producción de los cultivos, las condiciones del suelo y el manejo
agrícola son de carácter práctico y se utilizan con éxito en la agricultura de riego, para evaluar los
componentes del agua superficial, agua subterránea, agua de drenaje, efluentes de desagues y
otras aguas residuales.
384
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
Tabla 8.3 Directrices para Interpretar la calidad de las aguas para riego.
SALINIDAD
ALCALINIDAD
TOXICIDAD
Las directrices para valorar la utilización de un agua para el riego, se refieren a los efectos a largo plazo sobre el
suelo, la planta y las prácticas de manejo y conservación agrícola. Las directrices se basan en supuestos básicos
relacionados con: a) Rendimiento Potencial de los Cultivos, estableciéndose limitaciones en la selección de los
cultivos o de prácticas especiales de manejo; b) Condiciones del Medio Ambiente; para suelos medios, de buen
drenaje interno y nivel freático por debajo de los 2.5 m. Y solo para climas áridos o semiáridos. c) Frecuencia y
Métodos de Riego; los cultivos se riegan por superficie o por aspersión, siendo el criterio de riego el de consumir
el 50% de la humedad útil o disponible y por lo menos el 15% del agua aplicada percola fuera de la zona de raíces(
fracción de lixiviación = > 15%). d) Patrón de Extracción de Humedad por los cultivos; siendo el patrón de
extracción normal de 40% - 30% - 20% - 10% de la 1ra, 2da, 3ra y 4ta parte de la zona de raíces, y donde cada riego
lava las sales de cada porción superior, drenando finalmente por la 4ta parte como fracción de lixiviación. e.
Restricciones de Uso; se presentan tres grados de severidad: ninguna , moderada y severa.
El drenaje, la lixiviación y el cambio de un cultivo por otro más resistente y menos sensible a la
salinidad son prácticas comunes para evitar el impacto de la acumulación de sales en los campos
agrícolas a largo plazo. Sin embargo, la salinidad temporal ocasiona la mayoría de las veces
significativas pérdidas en la producción de los cultivos, por lo que se deben realizar prácticas
culturales tales como riegos más frecuentes, nivelación de los campos, uso de enmiendas
orgánicas, fertilización específica, siembras oportunas, y en lo posible, mezcla de aguas de calidad
diferente para obtener un agua que no reduzca los rendimientos por debajo del 90% de su
potencial de producción.
385
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
La lixiviación se considera la práctica básica, es la alternativa principal aún con aguas de buena
calidad. Se realiza para evitar la acumulación significativa de sales, que pueda afectar la
producción de cultivos. Sin embargo, esta práctica sólo es posible si el drenaje (natural o creado)
evita el ascenso de agua. Cuando la acumulación de sales en la zona radicular es excesiva, se
debe lixiviar las sales aplicando a la zona radicular más agua que la que requieren los cultivos para
completar su ciclo vegetativo. Esta agua suplementaria percola por debajo de la zona radicular
desplazando parte significativa de las sales acumuladas.
El proceso de lixiviación se convierte en factor básico en el control de las sales que ingresan al suelo con el agua
de riego. A largo plazo, la cantidad de las sales desplazadas por lixiviación debe ser igual o superior a las sales
aplicadas con el riego. De esta manera se evita su concentración a niveles que afecten el rendimiento de los
cultivos.
Ejemplo # 2
En un suelo franco arenoso irrigado por surcos, se cultiva maíz. El agua de riego presenta una
conductividad eléctrica (CEa) de 3.2 dS/m. La eficiencia de aplicación es de 40%. La Evapotranspiración
del Cultivo (ETc) por campaña agrícola es de 600 mm. Determinar la lámina requerida para satisfacer el
requerimiento de riego del cultivo y la lixiviación de sales.
Solución:
a. La Conductividad Eléctrica del Extracto de Saturación ( CEe), para un rendimiento potencial del
maíz del 100% es de 1.7 dS/m, y para un rendimiento del 90% es de 2.5 dS/m. (Tabla: Relación
Salinidad – Producción de los cultivos).
b. La lámina total por campaña del cultivo de maíz, con una eficiencia de aplicación del 40% es: 1500
mm (600/0.4).
c.1 Para un Rendimiento potencial del 100%; RL = 3.2 / (5 (1.7) - 3.2) = 0.60
d. La lámina por campaña necesaria para satisfacer la ETc del cultivo y el RL , para el control de la
salinidad en la zona radicular se obtiene mediante;
LA = ETc / (1 - RL)
Para un rendimiento del 100 % del cultivo la Lámina será : LA = 600 / 1 - 0.60) = 1500 mm., y
Para un rendimiento del 90 % del cultivo la lámina será : LA = 600 / 1 - 0. 34) = 909 mm.
e. Dado que la lámina que se está aplicando (1500 mm.) es igual a la lámina necesaria para cumplir
con los requerimientos de la ETc y del RL para un rendimiento potencial del 100% (1500 mm),
quedaría sólo por determinar si de las pérdidas que determinan la eficiencia de aplicación:
percolación profunda, escorrentía y evaporación directa antes de la infiltración en el suelo, la
cantidad de agua percolada es suficiente para cumplir con el requerimiento de lixiviación del 60%.
En las zonas semiáridas con riego complementario, los cálculos del requerimiento de lixiviación, se
debe tener en cuenta las lluvias. En primer lugar la lluvia es extremadamente eficaz para lixiviar
sales de la zona radicular debido a la casi ausencia de sales (CE lluvia < 0.05 dS/m) y a su
uniformidad de aplicación. En segundo lugar, el efecto en la lixiviación depende de la intensidad de
386
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
lluvia y del momento en que se produce. Por otro lado, el proceso de lixiviación es más eficaz
cuando la intensidad de lluvia es menor que la velocidad de infiltración del agua. Además, la
mezcla de aguas de riego y de lluvia disminuye significativamente la concentración promedio de
agua en el suelo, lo que disminuye proporcionalmente el requerimiento de lixiviación.
Los sistemas de riego por aspersión bien diseñados pueden aplicar el agua con alta uniformidad y
eficiencia, a velocidades suficientemente bajas como para evitar la escorrentía, permitiendo al
mismo tiempo una adecuada y uniforme lixiviación de sales (el viento sin embargo es el factor más
importante que puede influir en la uniformidad de aplicación del agua).
El cambio de cultivo por otro más resistente a la salinidad, es una estrategia importante a tomar
en cuenta para enfrentar el problema de la salinidad. Se aplica cuando con alternativas menos
severas (drenaje, lixiviación) no se ha logrado una agricultura económica. Muchos cultivos responden
mejor a determinadas condiciones de salinidad del suelo o del agua de riego, produciendo
rendimientos económicamente aceptables, esta diferencia se debe a su mejor capacidad de
adaptación osmótica, capacidad muy útil al momento de la selección de especies para una
situación dada que requiera una menor lixiviación.
Las prácticas culturales para el control de la salinidad (nivelación y emparejamiento de tierras para el
incremento de la eficiencia de riego, programación de los riegos con la finalidad de mantener un elevado potencial
hídrico en la zona de raíces, distribución espacial de la plantas evitando concentraciones excesivas de sales y
fertilización controlada) se aplican de forma continua y adquieren mayor importancia a medida que la
salinidad del agua de riego se incrementa.
Cuanto mayor sean las frecuencias de aplicación mayor será la disponibilidad del agua en el suelo.
Sin embargo, un programa apropiado de riegos requiere de sólidos conocimientos de las
necesidades de agua de los cultivos de acuerdo a su estado fenológico.
Una mejor alternativa a la siembra con dos o tres veces más semilla de la necesaria, con la
finalidad del control de la salinidad, es la ubicar la semilla en aquellos espacios con menor
concentración salina. En riego por gravedad por surcos, las sales se acumulan normalmente por
capilaridad en el centro superior del camellón, la cual se convierte en una zona con presiones
osmóticas elevadas que restringen la germinación.
La ubicación de las semillas en las partes laterales de los camellones y por encima del nivel de
agua de los surcos es una de las prácticas más eficaces para el control de la salinidad. También la
siembra al fondo del surco proporciona excelentes resultados sin embargo, la presencia próxima
del piso de arado o fondo de labor puede limitar el crecimiento radicular.
Finalmente, las prácticas de fertilización en condiciones de suelos salinos o uso de aguas salinas
pueden agravar el problema. Fertilizantes y enmiendas químicas contienen generalmente altas
concentraciones de sales solubles, cuando en la práctica estas sales se ubican cerca de las
semillas o plántulas, se puede intensificar los problemas de salinidad y/o toxicidad, reduciendo
significativamente la germinación o el desarrollo vegetal.
387
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
Los problemas de infiltración originados por el uso de aguas de calidad inferior, están
relacionados con la salinidad del agua usada (CEa) y por la concentración relativa de sodio
respecto a concentración total de calcio más magnesio. La recuperación de estos suelos (afectados
por exceso de sodio) implica tratamiento químico o físico. El tratamiento químico se refiere a la
adición de enmiendas, para modificar la composición química del suelo, del agua de riego o de la
mezcla de dos o más aguas de distintas calidades. Los tratamientos físicos incluyen la adición de
arena o de prácticas de cultivo para mejorar la infiltración, o mantenerla dentro de los límites
aceptables.
Cuadro 8.17 Cálculo de la cantidad de yeso como enmienda química para el mejoramiento de suelos alcalinos.
Suelo : franco
CIC : 25 cmol(+) kg-1 = 25 (meq/100 g)
Na+ : 7.55 cmol(+) kg-1
3
da : 1 ,55 g / cm
h : 20 cm.
Solución
( 30.2 - 7 ) * 25 * 86 * 20 * 1,55
E. Dosis Teórica = = 15,462. 8 kg/ha
100
La aplicación de enmiendas al suelo o al agua de riego tiende a mejorar la infiltración reducida por
el bajo contenido de sales o el alto valor del RAS del agua de riego. El Sulfato de Calcio (yeso) y el
Cloruro de Calcio aumentan el contenido de calcio del agua y por tanto, reduce la concentración
relativa de sodio (disminución del RAS), al mismo tiempo que elevan la CEa. Sin embargo, estas
enmiendas no tendrán efecto positivo, si la reducida velocidad de infiltración se debe a la presencia
388
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
La adición de enmiendas directamente al agua de riego es más eficaz cuando el problema de baja
infiltración se debe a una disminuida salinidad del agua (CEa < 0.2 dS/m). Asimismo, la aplicación
directa de yeso y azufre al suelo son altamente eficaces cuando el agua tiene una salinidad de
media a elevada (CEa > 1.0 dS/m) y un RAS elevado (RAS> 9.0). Como el problema de baja velocidad
de infiltración inducida por el uso de agua de mala calidad es un problema que se presenta en la
superficie del suelo, las aplicaciones de yeso en cantidades relativamente pequeñas son más
eficaces, cuando la enmienda cálcica se aplica en los primeros centímetros del suelo.
Las aplicaciones ligeras y frecuentes de yeso u otra enmienda, son más eficaces cuando los problemas de
infiltración son causados por la mala calidad del agua de riego, en cambio, aplicar grandes cantidades de la
enmienda en una sola oportunidad, es más eficaz cuando se trata de recuperar suelos severamente afectados por
alcalinidad.
Tabla 8.4 Cantidades equivalentes de diversas fuentes para el mejoramiento de suelos alcalinos.
AZUFRE ( S ) : 16 0.186
H2SO4 : 49 0.569
CO3 Ca : 50 0.580
El uso de las enmiendas ácidas o que forman ácidos (Azufre, Acido Sulfúrico, Sulfato de Hierro, Sulfato
de Aluminio etc.) son eficaces sólo en aquellos suelos que contienen caliza (CO3Ca) en cantidades
significativas. El azufre y el ácido sulfúrico son las enmiendas más usadas. El azufre, sin embargo,
no es adecuado en aplicaciones con el agua de riego.
389
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
del suelo y que contengan residuos fibrosos y de difícil descomposición (gramíneas). Por otro lado,
estas aplicaciones pueden traer consigo consecuencias negativas como desequilibrios
nutricionales, principalmente deficiencia de nitrógeno y toxicidad.
Los problemas de toxicidad por iones específicos se presentan cuando se usa aguas para el riego
de fuentes potenciales: aguas residuales de uso municipal, industrial o minero. Cuando no es
posible hacer uso de otras fuentes, se debe recurrir a alternativas de manejo para reducir los
efectos tóxicos en los cultivos. Los iones cloro (Cl-), sodio (Na+) y boro fácilmente lixiviables, el
cambio en sistema agrícola del predio adoptando cultivos tolerantes y la mezcla de aguas de
fuentes de mejor calidad son las prácticas más importantes.
El único método práctico para el control (prevención y corrección) del problema de toxicidad es la
lixiviación de iones no esenciales o de microelementos esenciales que se han acumulado en la
zona radicular. El boro es más difícil de lixiviar que el sodio y el cloro, requiriendo hasta tres veces
más la fracción de lavado en comparación con el que, cloro que se desplaza rápidamente en el
agua del suelo (el sodio se desplaza más lentamente que el cloro).
El cambio de cultivo por otro más tolerante es otra alternativa. Sin embargo, el efecto tóxico de un
ión específico a un cultivo en particular está también relacionado con el clima, el manejo del riego y
con su estado fenológico. También, las prácticas culturales que favorecen el buen manejo del
riego (nivelación y emparejamiento del suelo, modificación del perfil del suelo, drenaje artificial y adecuado
régimen hídrico) y la fertilización (principalmente nitrogenada - fosforada) son importantes prácticas
complementarias a aquéllas para el control de la salinidad y de la alcalinidad.
A medida que el cultivo extrae agua de transpiración de la zona radicular y el suelo se deseca
entre riegos sucesivos, la salinidad y los iones tóxicos incrementan su concentración en el menor
volumen del agua edáfica, haciendo más severos los efectos de tóxicidad.
Por tanto, el aumento en la frecuencia de los riegos, permite a los cultivos extraer una mayor
cantidad de agua de la parte superior del suelo, agua siempre con un tenor menor de sales
comparado con estratos más profundos y por lo tanto con reducidos efectos. Asimismo, las
aplicaciones de enmiendas no tienen ningún efecto directo sobre la toxicidad del cloro, sodio o
boro u oligoelementos pesados, a menos que las enmiendas mejoren significativamente la
infiltración y consecuentemente faciliten la lixiviación de estos iones.
Solo en el caso de que se disponga de una nueva fuente de agua de buena calidad y en
cantidades suficientes para suplir el requerimiento de riego de los cultivos en producción, el cambio
de una agua por otra es la única solución real al problema de salinidad, alcalinidad y toxicidad.
Cuando la calidad de agua de riego es menor que el requerido para el normal crecimiento y
rendimiento de los cultivos, la alternativa práctica es la de mezclar dos aguas de calidad diferente
con la finalidad de obtener una mezcla con una menor concentración de sales, sodio, y elementos
tóxicos que permitan lograr rendimientos iguales o mayores al 90% de su potencial de producción.
Los mayores volúmenes que se logran con aguas mezcladas, de calidad mejorada, posibilitan el
riego de una mayor área. Las directrices de la tabla 8.3 se utilizan también para evaluar la mezcla
resultante (es importante tener en cuenta que los volúmenes totales obtenidos por la mezcla no sean inferiores a
la cantidad de agua requerida para el proceso de lixiviación de acuerdo a la nueva fracción de lavado)
La tabla de directrices para interpretar calidad de las aguas para el riego muestra que para aguas
con un RAS de menos de 3, el grado de restricción es severo, por reducción de la infiltración, si se
390
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
usan aguas con conductividad eléctrica menores de 0.2 dS/m. Si el RAS llega hasta 12 el mismo
grado de restricción lo tienen las aguas con CEa de 0.5 dS/m. Finalmente, solo con aguas con una
CEa mayor de 2.9 dS/m, la infiltración no se reduciría, con aguas de 20 de RAS. Esto significa
que se puede mejorar la infiltración disminuyendo el RAS del agua (por mezcla con aguas de
mejor calidad) o, para un mismo valor de RAS, aumentando su salinidad (por mezcla con aguas de
mayor salinidad).
Cuadro Nº 8.18 Expresión matemática y componentes para el cálculo de aguas en mezcla de determinada
concentración salina.
DETERMINACIÓN
Qa1 Q a2
CE m = [ CEa1 X ----------- ] + [ CEa2 X --------- ]
Qt Qt
Una dilución provoca una reducción del RAS (El numerador de la ecuación (Na) utilizada para calcular el
–2
RAS ( RAS = Na / (Ca + Mg / 2) ) se reduce en proporción directa a la dilución y en un mayor grado que el
denominador (Ca + Mg), que se reduce en proporción a la raíz cuadrada de la dilución.)
391
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
Cuadro Nº 8.19 Solución al problema de salinidad por mezcla de aguas de diferente calidad.
Se riega maíz con agua superficial de 0.35 dS/m de CEa, cumpliendo los supuestos básicos para el uso
correcto del agua de riego. Se desea regar una mayor área y por tanto se realiza la práctica de mezcla de aguas
con agua subterránea de calidad marginal, que contiene 3.9 dS/m de CEa. El requerimiento de agua del cultivo
es de 600 mm/campaña y la conductividad eléctrica del extracto de saturación (CEe) para un rendimiento del
90% es de 2.5 dS/m.
Solución
1. Para un potencial del 90% de rendimiento, la fracción o requerimiento de lixiviación (RL) es:
La = ETc / ( 1 – RL)
♦ Como el RL calculado del agua superficial (2.8%), es menor que el RL del supuesto básico (15%) para
un manejo eficiente del agua y conservación del suelo, el agricultor estaría aplicando agua en exceso
(de acuerdo con el RL calculado, el agricultor debería aplicar una lámina / campaña de 617.3 mm. Sin
embargo, una RL menor del 15% en la práctica del riego es extremadamente difícil de lograr).
♦ Si el agricultor irrigara sólo con el agua subterránea, el RL calculado de 45.3% indicaría que la lámina de
riego requerida sería significativamente mayor y representaría un incremento del 55.4% con respecto a
la lámina requerida con el agua superficial. Incremento necesario para obtener rendimientos similares.
3. De acuerdo con la tabla 8.7 la CEe máxima para un rendimiento del 90% es 2.5 dS/m. Si los supuestos
básicos se cumplen, la relación : CE del extracto de saturación del suelo / CE del agua de riego es = 1.5
por lo que la CEa máxima del agua de la mezcla para un rendimiento del 90% en maíz es de 1.7 dS/m.
4. El cálculo del requerimiento de lavado (RL) del agua mezclada: 1.7 (5 x 2.5 - 1.7) = 0.15, permite
apreciar que aplicando la misma lámina de riego (705.9 mm), con una agua de mayor salinidad, sin
disminución significativa del rendimiento, el agricultor puede irrigar una mayor área.
1.7 dS/m = (0.35 dS/m x 1 - Qa2 / Qt) + (3.9 dS/m x Qa2 / Qt)
5. La mezcla final (para obtener una CEa = 1.7 dS/m ) debe contener 38% del agua subterránea y 62 % del
agua superficial, siendo la cantidad total de agua mezclada de 1,138.5 mm (705.9 mm de agua superficial
y 432.6 mm. de agua subterránea). Esta mezcla permitirá un rendimiento potencial de maíz del 90% ,
y permitirá ampliar el área de riego en un 61.2 %.
392
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
Cuadro 8.20 Solución al problema de alcalinidad por mezcla de aguas de diferente calidad
En un zona árida se usan aguas superficiales de excelente calidad pero en cantidad insuficiente para
satisfacer la demanda total de los cultivos. Por tanto, se decide por la práctica de mezclar aguas. La mezcla
calculada contiene 62 % de agua superficial y 28 % de agua subterránea de calidad marginal.
1. Agua superficial : CE1 = 0.35 dS/m, Cationes (me/l) ; Ca = 2.14, Mg = 0.72, Na = 0.53 y K = 0.10, ∑ = 3.49
Aniones (me/l); NO3 = 0, CO3 = 0.2, HCO3 = 2.20, SO4 = 0.68, Cl = 0.44, ∑ = 3.52
B= 0 ppm. RAS = 0.44
Agua subterránea : CE2 = 3.90 dS/m, Cationes (me/l); Ca = 3.54, Mg = 2.88, Na = 32.6, y K = 0.42 ∑= 39.44
Aniones (me/l); NO3 = 1.1, CO3 = 0, HCO3 = 10.75, SO4 = 2.25, Cl = 25.2 ∑ = 39.30
B = 4.2 ppm. RAS = 18.8
Solución:
1. La concentración final para cada uno de los componentes solubles en la mezcla se calcula mediante:
++
Cationes : Ca = ( 2.14 x 0.62) + (3.54 x 0.38) = 1.327 + 1.345 = 2.672 me/l
++
Mg = ( 0.72 x 0.62) + (2.88 x 0.38) = 0.446 + 1.094 = 1.540 me/l
+
K = (0.10 x 0.62) + (0.42 x 0.38) = 0.062 + 0.159 = 0.222 me/l
+
Na = (0.53 x 0.62) + (32.6 x 0.38) = 0.328 + 12.388 = 12.716 me/l
-
Aniones: NO3 = ( 0 x 0.62) + (1.1 x 0.38) = 0 + 0.418 = 0.418 me/l
--
C03 = ( 0.2 x 0.62) + ( 0 x 0.38) = 0.124 + 0 = 0.124 me/l
-
HCO3 = (2.20 x 0.62) + (10.75 x 0.38) = 1.364 + 4.085 = 5.449 me/l
--
SO4 = (0.68 x 0.62) + (2.25 x 0.38) = 0.421 + 0.855 = 1.276 me/l
-
Cl = (0.44 x 0.62) + (25.2 x 0.38) = 0.273 + 9.576 = 9.849 me/l
–2
RAS m = 12.716 / (2.672 + 1.540/2 ) = 8.76 ∼ 9
4. De acuerdo con las directrices para interpretar la calidad de las aguas para el riego se establece que el
Agua superficial, si bien no presenta ningún grado de restricción de uso por salinidad, respecto del RAS
la restricción es moderada, es decir, a mediano plazo el uso de esta agua puede afectar la infiltración.
Asimismo, las bajas concentraciones de sodio, cloro y boro en esta agua posibilita su uso para riego,
aún en cultivos muy sensibles sin que se presenten problemas de toxicidad.
El agua subterránea, en cambio, presenta un severo grado de restricción por salinidad y por el elevado
RAS. Es agua no apropiada para el riego. Puede usarse en circunstancias muy especiales, solo en suelos
de excelente drenaje y en cultivos altamente resistentes a la salinidad y al efecto tóxico por sodio, cloro
y boro.
Finalmente, el agua de mezcla, con una CEa de 1.7 dS/m, un RAS de 9 y con 12.7 meq/l de Na, 9.8 meq/l
de cloro y 1.9 ppm de B, puede usarse solo en suelos de buen drenaje y textura gruesa, con plantas
resistentes a la salinidad y toxicidad, necesitándose prácticas especiales para el manejo del riego.
393
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
Si luego de usar aguas de buena calidad que han lixiviado las sales del suelo, se usan aguas de
calidad marginal, los suelos modificarán sus características físico – químicas, disminuyendo su
capacidad de infiltración y elevando su concentración salina al final del ciclo del cultivo,
condiciones que generalmente no posibilitarán la implantación de cultivos en la próxima campaña.
Así, la mezcla de aguas de diferente calidad evitan los problemas primarios del exceso de sales,
de un RAS incrementado y de iones tóxicos altamente concentrados en la solución suelo y
resuelven problemas secundarios, tales como encostramientos superficiales, disminuida
permeabilidad en la zona de raíces, reflujos de sales, etc.
Para evitar los problemas de infiltración, derivados del uso de aguas de elevado RAS, la práctica
de mezclar estas aguas con otras de mejor calidad es la mejor opción. En el caso de que se decida
su uso alternado, se debe considerar la aplicación suplementaria de enmiendas cálcicas.
La dureza del agua es un parámetro físico - químico de gran interés para el uso de aguas para
riego. Calcio, magnesio y carbonatos y bicarbonatos intervienen a la dureza total del agua. Las
cantidades relativas de estos iones son factores determinantes en la selección del tipo más
económico de proceso de ablandamiento cuando se diseña un sistema de tratamiento de agua. La
determinación de la dureza es útil como medida analítica de la calidad del agua, siendo de interés
en procesos industriales o cuando se utilizan aguas para la aplicación de insumos agrícolas,
(disminuyen significativamente el efecto del producto activo del agroquímico) debido a la posibilidad de
causar la precipitación de calcio y magnesio en forma de bicarbonatos.
La Dureza del agua se expresa en grados hidrométricos franceses o ppm de CO3Ca (ppm de CO3Ca
= grados franceses x 10). En sistemas de riego por gravedad, el uso de aguas duras no representa
ningún inconveniente, aún más, estas aguas aportan cantidades significativas de calcio y
magnesio, elementos esenciales de primer orden para el crecimiento de las plantas, además son
cationes responsables de mantener en estado de floculación el complejo coloidal del suelo y por
tanto son extremadamente útiles en suelos con problemas de alcalinidad. Sin embargo, el uso de
aguas duras con sistemas de riego localizado de alta frecuencia, es peligroso si la dureza excede
de 30 grados franceses (> 300 ppm de CO3Ca) pues pueden producir obturaciones en las tuberías y
emisores del sistema. El uso de estas aguas con sistemas de riego a presión implica el uso de
enmiendas ácidas.
La precipitación del calcio en el agua se puede anticipar mediante el índice de saturación de Langelier, según el
cual el carbonato de calcio precipita cuando alcanza su límite de saturación en presencia de bicarbonato. Este
índice se define por la diferencia entre el pH actual del agua (pH a), determinado en el análisis de laboratorio, y el
pH teórico que el agua alcanzaría en equilibrio con el CO3Ca (pH c) ; Indice de saturación = pH a - pH c.
La dureza del agua puede ser dividida en dos tipos; la dureza temporal, denominada dureza de carbonatos debido a
que está constituida principalmente por bicarbonatos de calcio y magnesio, los cuales precipitan en forma de
carbonatos de estos iones (por ebullición, por incremento en la concentración de las soluciones, por altas
temperaturas y por valores elevados de pH que favorecen la precipitación química) y la dureza permanente
constituida por nitratos y cloruros de calcio y por sulfatos, nitratos y cloruros de magnesio, sales en disolución
que no precipitan por los factores antes mencionados. La dureza total del agua está constituida por tanto por la
suma de la dureza temporal y la permanente.
En sistemas de riego localizado la dureza del agua genera graves incrustaciones en las tuberías y emisores
producidos por la precipitación de carbonatos de calcio y magnesio y por la precipitación de sulfatos de calcio
(Bucks et al ,1979 y Nakayama, 1982). Las obstrucciones provocadas por las precipitaciones químicas de carbonato
y sulfatos de calcio, se producen gradualmente y por tanto son difíciles de localizar.
La dureza del agua juega papel fundamental sobre el éxito de las aplicaciones de agroquímicos
(fertilizantes foliares, fertilizantes solubles para fertirrigación, insecticidas, fungicidas, herbicidas etc.) Las
soluciones químicas de los productos agrícolas presentan un pH al cual expresan su mayor
potencial; por arriba o por debajo de este valor se forman sustancias con propiedades diferentes
que alteran parcial o totalmente su efecto. En general el pH en el que hay una mayor eficiencia de
los agroquímicos está entre 4.0 y 6.5. Niveles elevados en la dureza del agua de riego puede
394
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
transformar los ingredientes activos de los agroquímicos y por tanto su comportamiento. Aguas
muy duras (> 530 ppm), aguas duras (530 – 320 ppm) y aguas semiduras (320 – 140 ppm) de CO3Ca,
afectan seriamente la eficiencia de las aplicaciones de los agroquímicos al conferir al agua una alta
resistencia para cambiar de pH.
Cuadro 8.21 Expresión matemática para la determinación de la dureza del las aguas para riego.
DETERMINACIÓN
CLASIFICACIÓN
Los sistemas de riego a presión (micro – irrigación), caracterizados con un gran número de emisores
o goteros que presentan micro conductos de salida, se obturan con gran facilidad, por efecto de la
presencia en el agua de riego de sólidos no solubles (tratamiento físico) y sólidos solubles que
precipitan (tratamiento químico). Así muchas aguas requieren de algún tipo de tratamiento previo a su
uso, para asegurar que el sistema pueda mantenerse en buenas condiciones.
395
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
Entre los problemas que requieren atención, para evitar situaciones derivadas, esta la presencia en
el agua de riego de elevadas concentraciones de partículas con diámetros de la fracción arena,
limo y arcilla. Asimismo, crecimiento de lodo bacteriano en el interior del sistema de riego,
crecimiento de algas dentro o fuera del sistema y precipitación de carbonatos de calcio, hierro o
sulfuros.
Gran cantidad de partículas inorgánicas presentes en el agua, como arenas y limos, además de
escamaciones de las paredes de tuberías de hierro, o materiales orgánicos como semillas de
malas hierbas, algas, rastrojos de cosecha en diferente estado de descomposición se eliminan con
cierta facilidad por acción de su peso por medio de depósitos de decantación o separadores
centrífugos de arena. Los materiales orgánicos de menor densidad suelen ser eliminados por filtros
de arena o de malla, y los que permanecen flotando por métodos mecánicos simples.(la cantidad y
clase de sólidos suspendidos influyen en la selección del método para retirarlos, así como en la selección y
calibración del equipo)
Tabla 8.5 Elementos físicos químicos y biológicos que provocan obstrucciones en los sistemas de riego
localizado de alta frecuencia. Fuente: BUCKS et al 1979.
Los filtros de arena pueden eliminar partículas con diámetros mayores de 70 micras (0.07 mm) Sin
embargo, cuando las aguas de riego contienen grandes cantidades de partículas en suspensión (>
200 ppm) como arenas muy finas (φ = 70u – 50u), limos (φ = 50u – 20u limos gruesos y de 20u - 2u limos
finos) y arcillas gruesas (φ = 2u - 1u) los filtros de arena quedan bloqueados rápidamente, siendo
396
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
ineficaces. Por tanto, para eliminar partículas con estos diámetros, es necesario decantarlas antes
que ingresen a los filtros. El uso de agentes químicos floculantes se hace necesario debido al
tiempo de sedimentación de las partículas el cual está determinado por el tamaño, forma y
densidad de las partículas.
Tabla 8.6 Condiciones de naturaleza física, qúimica y biológica del agua de riego que pueden crear problemas de
obstrucción en los sistemas de riego localizado de alta frecuencia.
Físicos
Químicos
pH < 7 7 - 8 > 8
Sólidos solubles totales ppm (mg/l) < 500 500 - 2000 > 2000
Hierro y Manganeso ppm (mg/l) < 0.1 0.1 - 1.5 > 1.5
Biológicos
Nota: las concentraciones de Manganeso y Hierro con las que se produce obstrucción en los emisores de los
sistemas de RLAF, generalmente producen toxicidades y desequilibrios nutricionales en los cultivos a
concentraciones menores.
Las arcillas silicatadas (φ < 1u) son suficientemente pequeñas como para no producir efectos
adversos en el sistema de filtrado y en el sistema de aplicación (sin embargo, siempre es conveniente
tomar precauciones adecuada) y su eliminación no es económica por medio de un sistema de
decantación. Sin embargo, Arcillas finas (φ = 1u - 0.1u) y arcillas coloidales (φ < 0.1u) que pasan a
través de los sistemas de filtrado, se depositan en los laterales porta goteros y en los goteros,
donde pueden cementar por acción de bacterias ferrosas, formando grandes masas de lodos que
impiden el flujo de agua (La ausencia de luz genera el crecimiento bacteriano dentro del sistema, lo cual
produce masas de lodos y precipita el hierro. Los lodos ferrosos actúan como adhesivo de partículas de arcilla
agregándolas en partículas secundarias, lo suficientemente grandes como para producir obturaciones). Para
controlar este problema se utiliza cloro que frena el crecimiento de cualquier organismo biológico,
posteriormente se debe hacer circular agua a presión para lavar los sedimentos acumulados en las
tuberías.
Uno de los problemas más importantes que deben afrontar los proyectos de riego con sistemas
localizados y que hacen uso de aguas superficiales (escurrimiento, depósitos, canales, estanques y lagos)
es el crecimiento de algas y otras plantas acuáticas. El crecimiento de estas plantas es exuberante
(formando grandes colonias flotantes) sobre todo si las aguas contienen niveles altos de nitrógeno y
fósforo. En la mayoría de casos, las algas causan problemas al sistema primario de filtración,
debido a su retención en las mallas de los filtros o en los filtros de arena, lo que da lugar a su
397
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
constante lavado. El control de estos organismos (algas verdes, verdes – amarillentas o verdes azuladas)
es posible mediante la adición de sulfato de cobre o quelatos de cobre, siendo estos últimos más
efectivos (los sulfatos de cobre no deben ser usados en ningún caso con sistemas con tuberías de aluminio y en
embalses donde se crían peces, debido a la reducción significativa de oxígeno disuelto en el agua. La
recomendación de la concentración de sulfato de cobre a usar para el control de algas en reservorios o embalses
varía de 0.5 a 2.0 ppm. Asimismo, el tratamiento para evitar el crecimiento de algas dentro de los sistemas de riego
(tuberías y emisores) consiste en la aplicación de cloro a concentración de 10 – 20 ppm, por un tiempo de 30 a 60
minutos).
O B TU R A C IÓ N D E N A T U R A LEZA FIS IC A
D E O R IG E N IN TER N O
PA R T ÍC U LA S G R U ESA S PA R T ÍC U LA S FIN A S
( AREN AS Y LIM O S ) ( C O LO IDES : A RC ILLA S –H U M U S )
SED IM EN TAN AL PRIN CIPIO DEL SED IM EN TAN SO BRE LA PARED DEL
CO N DU CTO DE DISIPACIÓ N DE PRESIÓ N CO N DU CTO DEL EM ISO R
DEL EM ISO R
D E O R IG EN EX TER N O
398
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
Los depósitos de decantación eliminan de las aguas superficiales las partículas sólidas
inorgánicas de mayor tamaño. Es un tratamiento primario y económico para las aguas turbulentas
de avenida, reduciendo en gran medida los sedimentos que arrastran.
Los hidrociclones, (separadores por centifugación), se usan para eliminar partículas inorgánicas
gruesas y otras partículas más pesadas que el agua. En condiciones normales de funcionamiento,
los hidrociclones eliminan partículas con diámetros mayores de 70 micras. Estos separadores se
instalan generalmente en la parte de aspiración de las estaciones de bombeo para reducir el
desgaste del equipo de bombeo. Son autolimpiantes y requieren un mínimo de mantenimiento (la
arena de estos separadores deben ser anualmente renovada mediante su limpieza de varios contaminantes
sólidos). No eliminan las materias orgánicas ni tampoco algas y una gran desventaja es que la
pérdida de carga es mayor en comparación con otros tipos de filtros.
Los filtros de arena son básicamente tanques llenos con arena fina. Son filtros tridimensionales
usados para separar sólidos en suspensión tales como algas y partículas inorgánicas y orgánicas.
La eficiencia de estos filtros depende del caudal que pasa a través de ellos y del diámetro
equivalente de la arena usada. En general cuanto más bajo sea el caudal y menor el tamaño de la
arena, el filtrado será mejor. Sin embargo, un caudal más bajo da lugar a más filtros, y a mayor
costo. Una arena más fina da lugar a una pérdida de carga mayor y a lavados más frecuentes.
Estos filtros se limpian por reflujo (la dirección normal de la corriente de agua se invierte, pasando hacia atrás
y corriente arriba a través de la arena, fluyendo por su techo y eliminando así los contaminantes retenidos). A
continuación de los filtros de arena deben colocarse filtros de malla para evitar la posibilidad de
que la arena del filtro penetre en la instalación
Los filtros de malla a presión (cribas, mallas o tamiz en compartimentos cerrados) son imprescindibles
en toda instalación de riego moderno. Las mallas son generalmente de acero inoxidable o nylón,
siendo las primeras más resistentes, sin embargo las mallas de nilón por su flexibilidad contribuyen
al efecto separador de partículas sólidas (arenas, limos y otros). Se encuentra una amplia gama de
tipos, según capacidades, con tamaños de malla que variando entre 20 y 200 mesh (número de
aberturas por pulgada cuadrada), sin embargo los más utilizados comercialmente tienen mallas de 80
mesh (175 micras), 100 mesh (147 micras), 150 mesh (104 micras) y 200 mesh (74 micras). El tamaño
de la abertura de la malla debe estar entre un séptimo y un décimo del tamaño del orificio del
emisor.
Estos filtros además de actuar como separador primario de partículas, también actúan como filtros
protectores por recoger partículas que hayan ingresado accidentalmente al sistema por fallas en
los hidrociclones. Estos filtros requieren una limpieza periódica de su malla, eliminando los
materiales retenidos. Se recomienda que la limpieza se realice cuando la pérdida de presión a
través del filtro sea alrededor de un 10% ó 15% de la presión de trabajo del sistema. Una variante
de estos separadores de partículas son los filtros de malla por gravedad, denominados así
porque utilizan la gravedad en vez de la presión del agua. La pérdida de presión que producen
raramente excede de 1 mca. Estos filtros son sumamente eficientes y se usan generalmente
cuando el agua de riego se encuentra en una cota mayor. Son además sencillos, de bajo costo,
fácil instalación y mantenimiento.
Las aguas de riego contienen cantidades variables de sales en solución que precipitan en los
emisores cuando el agua se evapora durante el intervalo entre dos aplicaciones. Las obstrucciones
provocadas por la precipitación de carbonatos y sulfatos de calcio se producen gradualmente en el
interior de los sistemas de riego. Concentraciones elevadas de calcio, magnesio y carbonatos en
las aguas de uso agrícola favorecen los depósitos calcáreos. La presencia de aniones sulfato
determina la formación de yeso que obtura los emisores. Muchas aguas subterráneas contienen
399
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
hierro y manganeso en solución, que al entrar en contacto con el aire se depositan en forma de
óxidos insolubles de hierro y de manganeso, que obturan emisores. Aguas ricas en sulfuros
también forman precipitados insolubles. El uso de fertilizantes solubles y agroquímicos en general
aplicados vía el sistema de riego generan problemas de obturación, por ejemplo si la concentración
de Calcio en el agua es superior a 6.0 meq/l, la aplicación de fertilizantes fosforados formarán
precipitados.
Cuadro 8,23 Obturaciones en R.L.A.F. de naturaleza química.
O B T U R A C I O N D E N A T U R A L E Z A Q U Í M IC A
O B T U R A C IO N E S P R O V O C A D A S P O R L A P R E C IP I T A C I Ó N E N E L IN T E R IO R D E L
S IS T E M A D E R IE G O , D E S U S T A N C IA S E N D IS O L U C IÓ N Q U E A T R A V IE Z A N L O S
F IL T R O S O P O R L A E V A P O R A C IÓ N D IR E C T A D E L A G U A E N L O S E M IS O R E S
E N T R E R IE G O S S U C E S IV O S
P R E C IP I T A C IÓ N D E C A L C IO P R E C IP I T A C IÓ N D E H IE R R O
C O M O C A R B O N A T O S D E C A L C IO Y M ANGANESO
Y S U L F A T O S D E C A L C IO
C A L C IO S O L U B L E E N E L A G U A D E
R IE G O P R E C IP IT A C O M O C O 3 Y S O 4 .
L O S P R E C IP IT A D O S S E P R O D U C E N H IE R R O Y M ANGANESO
CUANDO LA C O N C E N T R A C IÓ N P R E C IP IT A N EN AGUAS DE
SOBREPASA EL PRO DU CTO DE R E A C C IÓ N Á C ID A QUE
S O L U B IL ID A D P A R A EL pH y LA T R A N S P O R T A N H IE R R O (F E R R O S O )
TEM PERATU RA DEL AGU A Y O CURRE D IS U E L T O ( > 0 .1 p p m d e F e y M n )
CU ANDO EL AG UA PERM ANECE EN Y Q U E A L O X ID A R S E P A S A A L A
R E P O S O E N T R E R IE G O S Y E N L A S FORM A F É R R IC A FORM ANDO
S A L ID A S D E L O S E M IS O R E S C U A N D O G E L E S E N E M I S O R E S Y F IL T R O S
L A E V A P O R A C IÓ N IN C R E M E N T A L A
C O N C E N T R A C IÓ N D E S A L E S .
EL T R A T A M IE N T O P R E V E N T IV O
L O S T R A T A M IE N T O S P R E V E N T IV O S SE C O N S IS T E EN PROVOCAR LA
R E A L IZ A N M E D IA N T E UN A N T I- P R E C IP IT A C IÓ N A IR E A N D O E L A G U A
IN C R U S T A N T E , O M E D IA N T E M E D IA N T E A G I T A C IÓ N M E C Á N IC A . E N
A C ID IF IC A C IÓ N D E L A G U A A V A L O R E S C A S O S G R A V E S S E A P L IC A A G E N T E S
EN QUE LA P R E C IP IT A C IÓ N NO SE O X ID A N T E S ( PERMANGANATO DE
PRODUSCA ( pH < 7 .5 ). Á C ID O S P O T A S IO A R A Z O N D E O .6 p p m P O R
EM PLEADOS: Á C ID O C L O R H ÍD R IC O , C A D A 1 p p m d e F e Ó 1 .3 p p m d e M n .
Á C ID O F O S F Ó R IC O , Á C ID O N Í T R IC O Y S E A C O N S E J A L IM P IE Z A S P E R IÓ D IC A S
Á C ID O S U L F Ú R IC O A P R E S IÓ N
El método más eficaz para evitar los problemas derivados de la precipitación del CO3Ca, es
controlar el pH del agua y tratar periódicamente el sistema con ácido clorhídrico, ácido sulfúrico
o ácido fosfórico lavándolo después. Sin embargo, el empleo de estos ácidos además de ser de
costo elevado, son también peligrosos. Su uso implica agregar cantidades suficientes de ácido
como para mantener el pH del agua de riego a 6.5 (no más bajo). En caso de obstrucciones graves
se recomienda la inmersión de los emisores en una solución ácida al 1%.
400
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
El procedimiento es el siguiente:
1. Calcular la cantidad de ácido a inyectar. Se necesitará conocer el volumen total de agua a ser tratada, tipo y
concentración del ácido, pH del agua y pH deseado después del tratamiento.
2. La inyección debe comenzar con el sistema en funcionamiento
3. Colectar muestra de agua de un emisor elegido al azar y determinar el pH con un equipo portátil o papel
indicador. Repetir las lecturas hasta una estable.
4. Ajustar la dosis de inyección.
5. Repetir los pasos 3 y 4 hasta obtener la concentración deseada.
6. De 30 a 60 minutos después de la inyección del ácido, cerrar el sistema durante 24 horas.
7. Limpiar con agua a presión todas las tuberías.
El cálculo de la cantidad de ácido a inyectar al agua de riego para lograr el pH deseado requiere la elaboración de
una curva de titulación lo cual se logra con un instrumental adecuado. Sin embargo, en condiciones de campo se
puede calcular en base a la adición de volúmenes pequeños del ácido elegido en un volumen dado del agua de
riego (generalmente un cilindro de 200 l). De la mezcla homogénea se toma muestras y se determina el pH y se
repite la operación hasta que se logra el pH deseado. La suma de las fracciones de ácido añadido al cilindro con
agua podrá convertirse al volumen total de agua a aplicar mediante una operación matemática simple.
El tratamiento químico de la cloración (adición de cloro al agua) es uno de los métodos más eficaces
para controlar el desarrollo de organismos en el agua de riego, sin embargo, requiere un manejo
muy cuidadoso. El cloro (aplicado como hipoclorito de calcio, de sodio y gas cloro) disuelto en el agua
actúa como un importante agente oxidante, atacando vigorosamente a los microorganismos (algas,
hongos y bacterias), siendo una solución efectiva y económica contra el problema de obturación de
los emisores.
Disuelto en el agua el cloro se hidroliza produciendo ácido hipocloroso, el cual se ioniza generando
hipoclorito (OCl-). Ambos, el ácido hipocloroso y el hipoclorito se denominan en conjunto cloro libre
disponible. Las dos formas coexisten en una relación de equilibrio que esta influenciada
principalmente por el pH. En condiciones de acidez predomina el ácido hipocloroso y en basicidad
un alto porcentaje de cloro está en forma de hipoclorito. El ácido hipocloroso presenta una eficacia
para eliminar microorganismos de 40 a 80 veces superior, por lo que la eficiencia de la cloración
como biocida depende principalmente del pH.
Otra característica del cloro libre disponible es el hecho que reacciona intensamente con
sustancias altamente oxidantes como el hierro, manganeso y sulfuros, produciendo compuestos
insolubles, los cuales deben ser posteriormente eliminados.
401
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
la aplicación de cloro hasta alcanzar una concentración de 500 ppm, con el sistema de riego
cerrado y en reposo durante 24 horas, para posteriormente proceder al lavado a presión.
TRATAMIENTOS
Los equivalentes de cloro libre en términos de producto activo, indican que una unidad de gas cloro (1.0 kg) con
100 % de Cl2 disponible actúa igual a 1.5 unidades (1.5 kg) de hipoclorito de calcio (65% - 70% de Cl2 disponible) y a
6.8 unidades de hipoclorito de sodio (15% de Cl2 disponible.
402
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
Cuadro 8.25 Niveles para establecer la sensibilidad de los R.L.A.F. a obturaciones por la calidad del agua.
CE SÓLIDOS EN POBLACIÓN
NIVEL (dS/m) SUSPENSIÓN MICROBIANA
--1
(mg. l ) nº / ml
0 0.15 10 100
1 0.30 20 1000
2 0.45 30 2000
3 0.60 40 3000
4 0.75 50 4000
5 0.90 60 5000
6 1.25 80 10,000
7 1.50 100 20,000
8 1.85 120 30,000
9 2.25 140 40,000
10 2.50 160 50,000
El nivel 0 - 0 - 0 es agua excelente para el riego con sistemas localizados de Alta Frecuencia y
el nivel 10 - 10 - 10 es agua no apropiada o no válida.
Cuando la suma de los tres índices es menor de 10, se presentarán pocos problemas, estos
serán c recientes entre 10 y 20 y graves entre 20 y 30.
Con aguas alcalinas, con pH mayores de 7.5 , los niveles de salinidad se deben considerar
el doble .
La agricultura sostenible constituye uno de los mayores desafíos. Esta sostenibilidad supone que la
agricultura no solo es capaz de garantizar un suministro sostenido de alimentos, sino que sus efectos
ambientales, socioeconómicos y sanitarios se reconocen y contemplan en los planes nacionales de
desarrollo.
E. D. Ongley 1997 – FAO/55.
403
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
erosión y escorrentía. 70% de todos los suministros hídricos superficiales, a nivel mundial, se
emplean para fines agrícolas. La agricultura se convierte al mismo tiempo en causa (descarga de
contaminantes y sedimentos en aguas superficiales y subterráneas, pérdida neta de suelo como resultado de
deficientes prácticas agrícolas y mal drenaje y anegamiento de las tierras irrigadas) y víctima de la
contaminación de este recurso (por el uso de aguas residuales y aguas superficiales y subterráneas
contaminadas, que a su vez contaminan las plantas y estas a los consumidores).
Las medidas adecuadas (Sagardoy, 1993 – FAO) para evitar que las actividades agrícolas
deterioren la calidad del agua e impidan posteriores usos para otros fines son:
1. Prevenir los efectos negativos de las actividades agrícolas mediante el aprovechamiento óptimo de los
insumos agrícolas y la reducción de insumos externos.
3. Establecer los criterios biológicos, físicos y químicos de calidad del agua para los usuarios.
4. Establecer y operar sistemas eficaces en función de los costos que permitan supervisar la calidad del agua
de riego.
5. Eliminar de manera eficiente las aguas residuales procedentes de centros urbanos y la actividad pecuaria.
6. Reducir los efectos negativos de los agroquímicos mediante la utilización de sistemas integrados de plagas.
7. Educar a los usuarios de las aguas de riego en lo relativo a los efectos contaminantes del uso de
agroquímicos sobre la calidad y la higiene de los alimentos.
• Escorrentía de todas las categorías de actividades agrícolas que contaminan las aguas superficiales y
subterráneas (sales, nutrientes y plaguicidas).
404
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
• Descarga de deshechos líquidos procedentes de efluentes municipales, lodo cloacal, lodo industrial
y aguas de desecho procedentes de sistemas sépticos domésticos descargados en áreas de cultivo y
cursos de agua (agentes patógenos, metales pesados y compuestos orgánicos)
• Escorrentía urbana de zonas residenciales, comerciales e industriales, que da lugar a la sobrecarga de los
centros de depuración que reciben aguas de la red de alcantarillado (fertilizantes, grasas y aceites, materias
fecales y agentes patógenos, metales pesados, plaguicidas, nutrientes, sedimentos, sales, demanda biológica
y química de oxígeno, aseo de calles etc.).
• Sobrecarga y perturbación de los sistemas técnicos (sistemas de alcantarillado rural) que genera escorrentía
superficial y/o infiltración directa en aguas subterráneas. (fósforo, nitrógeno, agentes patógenos).
• Escorrentía de las minas y deshechos de las mismas, canteras y pozos. (extracción de minerales que
generan sedimentos, ácidos, metales pesados, aceites, sales, materiales orgánicos).
• Contaminación de las aguas superficiales y subterráneas por los productos lixiviados y gases al eliminar
residuos sólidos (nutrientes, metales pesados, patógenos, contaminantes orgánicos).
• Dispersión de sedimentos contaminados por filtración desde zonas de confinamiento (metales pesados,
contaminantes orgánicos)
• Contaminación de las aguas subterráneas mediante la inyección profunda de desechos líquidos, en partículas
y salmueras en los yacimientos petrolíferos y desechos industriales líquidos (sales, metales pesados,
contaminantes orgánicos).
En general, en la mayor parte de los países, todos los tipos de prácticas agrícolas y formas de
utilización de la tierra, incluidas las operaciones pecuarias de alimentación animal en granjas de
engorde, se consideran como fuentes no localizadas.
La agricultura de riego a nivel mundial representa el 17% del total de tierras agrícolas, sin embargo,
produce el 36% de los alimentos mundiales. La agricultura de riego será componente esencial en la
405
“MANEJO Y CONSERVACIÓN DEL SUELO” Fundamentos y Prácticas PRONAMACHCS
Además de los problemas de mal drenaje, salinización, erosión y degradación en general que
repercuten en las superficies irrigadas, uno de los efectos ambientales más graves es la
degradación de la calidad de los recursos hídricos, aguas abajo, por efecto de la sales,
agroquímicos y lixiviados tóxicos. Hoy se reconoce que la salinización de las aguas de riego es uno
de los problemas más graves para la sostenibilidad de la agricultura de riego que la misma
salinización del suelo (las características físico – químicas de los suelos irrigados se relacionan directamente
con la físico – química de las aguas de riego).
• Incremento de los sedimentos en las aguas superficiales por efecto de las prácticas de labranza los cuales
transportan fósforo y plaguicidas adsorbidos superficialmente.
• Las pérdidas por escorrentía y percolación profunda de nutrientes aplicados en la fertilización, y en las
enmiendas orgánicas, especialmente nitrógeno y fósforo originan eutrofización en las aguas superficiales
originando desoxigenación del agua. La lixiviación de nitratos contaminan las aguas subterráneas, lo cual
se convierte en una amenaza a la salud pública.
• Las actividades pecuarias de granjas de engorde contaminan las aguas superficiales con plaguicidas, metales
y numerosos agentes patógenos (lo que origina graves problemas de salud pública).
• La escorrentía de plaguicidas y fenoles que contaminan las aguas superficiales, causa disfunción de la flora y
fauna principalmente por inhibición del crecimiento. Contamina también las aguas subterráneas provocando
graves problemas de salud pública a través de pozos.
• Salinización de las aguas superficiales y aguas subterráneas por efecto de las deficientes prácticas del riego
y drenaje.
• Los procesos erosivos que degradan los suelos de zonas agrícolas marginales, dan lugar a la elevada turbidez
de los ríos y al incremento de la concentración de metales pesados de las aguas superficiales.
• El uso de aguas residuales urbanas en la agricultura de riego genera contaminación microbiológica de los
cultivos.
La contaminación de las aguas de escorrentía (de los ríos), las aguas quietas (de lagos y lagunas),
como las del mar, es producto, principalmente de las acciones del hombre; actividades
domésticas, industriales, agrícolas y mineras (particularmente el procesamiento de minerales). Las
industrias y los procesadores de minerales, con sus vertidos de tóxicos en ríos y quebradas. La
agricultura con sus plaguicidas y fertilizantes arrastrados por las lluvias.
En el Perú, las principales fuentes de contaminación son los relaves procedentes de las
actividades mineras, los desagües domésticos y las actividades agrícolas. El primero por su
incidencia en el ámbito acuático por metales pesados y otras sustancias nocivas, producto del
procesamiento de los minerales; y el segundo por la presencia de organismos patógenos
provenientes de las excreciones y también por los detergentes y jabones de uso doméstico.
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Numerosos ríos están en la actualidad seriamente afectados por la contaminación de sus aguas. El Mantaro, el San
Juan, el Huarón, el Carhuayacán, el Yauli y el Azulcocha en la cuenca del Mantaro. Asimismo, el Rimac, el Aruri, el
Moche y también el Santa, Cañete, Pisco, Locumba, Huallaga, Hualgayoc y Huancapeti. En la costa el río más
contaminado es el Moche y en la sierra el Mantaro. Las aguas quietas de muchos lagos y lagunas también
presentan niveles elevados de contaminación. Se considera que las lagunas más afectadas son las de Quillacocha,
Huascacocha, Antauta, Llacsacocha y el lago Junín.
El desarrollo sostenible del país reclama que sus recursos hídricos sean protegidos, un buen
principio sería racionalizar sus aguas con fines agrícolas
Las decisiones que debe adoptar el sector agricultura para el combate de la contaminación
de fuentes agrícolas no localizadas debe inspirarse en las prácticas más adecuadas de
ordenación del territorio y en las técnicas más eficientes de aprovechamiento de la tierra, en
particular la utilización de fertilizantes y plaguicidas. El objetivo debe ser la protección del
medio ambiente sin olvidar el incremento de la rentabilidad económica de los agricultores.
El problema que se presenta para lograr una agricultura eficiente y limpia es la de movilizar
la necesaria base de conocimientos y ponerla a disposición de los agricultores. Asimismo,
las decisiones relativas al aprovechamiento de aguas residuales para su uso en agricultura
deben adoptarse teniendo en cuenta los conocimientos generales sobre los efectos
conocidos y las medidas más eficaces para mitigarlos o reducirlos.
Los beneficios aportados por la utilización de agroquímicos han ido acompañados por una serie de
daños, muchos de ellos tan severos que hoy representan una seria amenaza para la supervivencia
de los ecosistemas como consecuencia del desequilibrio o la pérdida de la biodiversidad. La
agricultura es una de las pocas actividades donde se descarga deliberadamente al medio
ambiente una gran cantidad de productos químicos para acabar con muchas formas de vida. En el
control o destrucción de plagas, la agricultura utiliza herbicidas, insecticidas, fungicidas,
nematicidas etc. con el objetivo de evitar la disminución del volumen y calidad de la producción
agrícola. Sin embargo, existe pruebas contundentes que el uso agrícola de los plaguicidas tiene
importantes efectos en la calidad del agua y provoca serias consecuencias ambientales.
El dilema entre costo/eficacia e impactos ecológicos, incluidos los efectos a larga distancia
como consecuencia del transporte atmosférico, y el acceso a las formulaciones de
plaguicidas modernos de bajo costo continúa siendo un problema real de alcance mundial.
♦ TOXICIDAD
Para mamíferos y no mamíferos, expresada en forma de DL50 (dosis letal media o concentración del plaguicida
que provoca la muerte de la mitad de los organismos de prueba durante un periodo especificado). Cuanto más
baja es la DL50, mayor es la toxicidad; los valores de 0 a 10 son extremadamente tóxicos.
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♦ PERSISTENCIA
Medida en términos del tiempo necesario para que la concentración ambiental disminuya un 50 %. La
persistencia esta determinada por procesos bióticos (biodegradación y metabolismo) y abióticos (hidrólisis,
fotólisis y oxidación) de degradación. Los plaguicidas modernos tienen vidas – mitades breves que reflejan el
periodo durante el cual la plaga debe ser controlada.
♦ DEGRADACION
El proceso de degradación puede llevar a la formación de productos degradados, cuya toxicidad puede ser
mayor, igual o menor que la del compuesto original.
♦ DESTINO AMBIENTAL
El comportamiento de un plaguicida depende de la afinidad natural del producto químico con respecto a la
materia sólida (materia mineral y carbono orgánico), a la materia líquida (solubilidad en aguas superficiales y
agua del suelo), a la materia gaseosa (volatilización) y a la materia viva (biota).
Los plaguicidas se incluyen en una gran variedad de contaminantes orgánicos que tienen efectos
ecológicos, siendo distinta la repercusión sobre los organismos vivos. El principal medio de daños
ecológicos es el agua contaminada por la escorrentía de los plaguicidas. Los mecanismos más
importantes son: la bioconcentración o movimiento de un agroquímico desde el medio circulante
hasta el exterior del organismo. Generalmente se acumulan en los tejidos grasos (DDT) y otros se
metabolizan y eliminan a través de las excreciones (por ejemplo el glifosato). El segundo mecanismo
es la bioampliación que designa la concentración creciente de un agroquímico a medida que la
energía alimentaria se transforma dentro de la cadena trófica (es observable concentraciones muy
elevadas en los depredadores que se encuentran en el ápice de esa cadena, incluido el ser humano).
Los efectos ecológicos de los plaguicidas y de otros contaminantes orgánicos son en general
crónicos no letales, pasan con frecuencia desapercibidos al observador superficial, sin embargo,
tienen consecuencias en toda la cadena trófica. Los efectos ecológicos de los plaguicidas van más
allá de los organismos individuales y pueden afectar a los ecosistemas; son los que más afectan a
la biodiversidad. Influyen significativamente en la fertilidad del los suelos. Afectan negativamente a
los microorganismos del suelo, responsables de la degradación de la materia orgánica de origen
vegetal, estos efectos son:
• Deformidades físicas.
Además de las reacciones químicas y fotoquímicas, hay dos mecanismos biológicos principales
que son causa de la degradación de los plaguicidas.
Muchos plaguicidas se mineralizan (por hidrólisis o fotólisis) en los suelos hasta compuestos más
simples (H20, CO2, NH3), sin embargo el principal instrumento de mineralización es el metabolismo y
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catabolismo microbiológico (el metabolismo de los plaguicidas en los animales es un mecanismo importante
mediante el cual los organismos se protegen de los efectos tóxicos de las sustancias xenobióticas que se
encuentran en su suministro alimentario. En el organismo el producto químico se transforma en una forma menos
tóxica o bien se elimina mediante las excresiones o se almacena en el organismo, afectando diversos órganos, en
especial el hígado). Algunos agroquímicos se descomponen rápidamente, en cambio otros como la
atrazina son muy persistentes y tardan mucho tiempo en degradarse.
Los procesos erosivos condicionados, principalmente por las actividades agrícolas al alterar la
cubierta vegetal y las condiciones del suelo son los causantes de gran parte del aporte mundial de
sedimentos a los ríos, lagos y océanos. Asimismo, la erosión representa también un elevado costo
a la agricultura por la pérdida de cantidades significativas de suelo, de materia orgánica y de
nutrientes.
La contaminación provocada por los sedimentos tiene dos dimensiones principales. La dimensión
física; pérdida de la capa arable del suelo y la degradación de las tierras como consecuencia de
los procesos erosivos, que dan lugar a niveles excesivos en la turbidez de las aguas receptoras y a
repercusiones ecológicas y físicas en los lechos de los ríos y lagos, en donde se produce la
acumulación de los sedimentos. La dimensión química; sedimentos constituidos por limo y arcilla
(< 50 u de diámetro equivalente) son potenciales transmisores de agroquímicos adsorbidos
superficialmente a estas partículas. Fósforo, plaguicidas clorados y la mayor parte de los metales
pesados, son transportados por los sedimentos al sistema fluvial – lacustre.
Las estimaciones globales sobre la erosión y transporte de sedimentos en los ríos del Perú
presentan enormes discrepancias, debido a la dificultad de obtener valores fiables de
concentración y descarga de sedimentos, a la adopción de supuestos diferentes por los distintos
investigadores y a los diferentes efectos de la erosión acelerada debida a las actividades humanas
de deforestación y deficientes prácticas agrícolas.
Limitan la penetración de la luz solar en la masa de agua, lo que impide el crecimiento de algas y
plantas acuáticas. Asimismo, la acumulación de sedimentos (que en gran parte proceden de la erosión
severa de las microcuencas como consecuencia de deficientes prácticas de uso del suelo y el agua y la
biodiversidad) en el lecho de los ríos causa perturbación del ecosistema acuático por destrucción del
hábitat.
Que dan lugar, a la modificación física de las características hidráulicas del cauce, lo cual la
mayoría de las veces favorece las inundaciones por la reducción de la capacidad del flujo de agua,
además de disminuir la capacidad del transporte fluvial y de los servicios hidráulicos de las obras
de riego.
Las fracciones minerales químicamente activas, son aquellas con diámetros equivalentes menores
de 50 micras (arcilla + limo). La gran superficie específica (Area superficial por unidad de volumen o por
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unidad de peso - cm /cm ó cm /gr.) y la carga eléctrica asociada a la superficie determinan la gran
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La repercusión del uso de los fertilizantes en el deterioro de la calidad del agua, es citado por
FAO/CEPE (1991). La contaminación de los recursos hídricos por fertilizantes de uso agrícola,
denominado eutrofización (enriquecimiento de las aguas superficiales con nutrientes esenciales para las
plantas) da lugar al crecimiento explosivo de algas que ocasiona trastornos en el equilibrio biológico.
Si bien el fenómeno se produce en forma natural, está principalmente asociado a fuentes
antropogénicas de nutrientes que genera el proceso de cambio de un estado trófico a otro nivel
superior; eutrófico, por adición de nutrientes. La agricultura es uno de los factores principales de
eutrofización de las aguas superficiales.
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MEDIDAS DE CONTROL
Para evitar el uso excesivo de nitrógeno, la tasa del fertilizante aplicado deberá calcularse en
función del balance del nitrógeno, teniendo en cuenta las necesidades de este elemento por las
plantas cultivadas y la cantidad del nitrógeno en el suelo.
Los métodos deficientes de riego por gravedad son una de las causas que más contribuyen al
deterioro de la calidad del agua. La tecnificación de la agricultura de las zonas áridas y semi
áridas, comienza con la tecnificación del riego que disminuye la contaminación y además reduce el
costo neto del agua utilizada.
Los rendimientos máximos se logran generalmente con un uso no racional de los recursos
fundamentales de la agricultura. En cambio, los rendimientos óptimos que se logran mediante la
utilización equilibrada de los componentes del agroecosistema, generan un mínimo de efectos
negativos en la calidad del agua y del medio ambiente
• Planificación agrícola.
Las prácticas culturales de riego, siembra, cultivo y cosecha deben ceñirse a los planes
elaborados técnicamente, en consonancia con la potencialidad de los recursos agua, suelo y clima
y los recursos económicos. La pérdida de nutrientes como nitrógeno, está estrechamente asociada
a las precipitaciones y la escorrentía. En el caso del fósforo, suele estar relacionado con la pérdida
por erosión de la fase sólida. En consecuencia los aspectos económicos del manejo agrícola deben
estar relacionados con los costos que representan en el control de la escorrentía, la lixiviación y la
erosión.
El control de la calidad del agua en la agricultura es un problema cada vez más complejo y
multisectorial, que presupone la capacidad de prever las consecuencias ambientales, analizar las
medidas correctoras, tanto a nivel de los predios como de las microcuencas y cuencas y efectuar el
análisis de costo – beneficio de otras necesidades para el control y de las funciones de
comprobación para determinar la eficacia de las decisiones puestas en práctica.
Los efectos de la contaminación de los recursos hídricos por las actividades agrícolas
deben ser objeto de permanente supervisión integrando sistemáticamente las medidas
preventivas. Se precisa por tanto, poner en funcionamiento sistemas de seguimiento de los
recursos hídricos previa definición de indicadores, parámetros, límites de tolerancia,
frecuencia y puntos de muestreo, combinando esta información con datos cuantitativos.
Toda información generada debe difundirse ampliamente, con la finalidad de sensibilizar y
motivar al sector público y a la sociedad en lo relativo a los efectos de la agricultura en el
medio ambiente. Asimismo, se deberá permanentemente intercambiar información y
conseguir cooperación horizontal entre instituciones. Finalmente se deberá tratar de
armonizar el modelo agrícola con las necesidades socioeconómicas de la población dentro
de los límites y vocaciones ambientales.
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