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EL SACRIFICIO DE PROMETEO

Prometeo, el mito de un titán que desafío la autoridad divina de Zeus al robar y


entregar a los hombres el dominio del fuego, se convierte hoy en una
exhortación a la reflexión sobre el papel que cumple el ser humano frente a la
sociedad, que aunque no fue dotado de agilidad y fuerza, su capacidad de
adaptación se fue desarrollando con la evolución del tiempo.

Como lo relata el mito, Epimeteo equipó con precaución a todos los animales
ideando estrategias que le permitieran a las especies conservar su existencia,
al llegar Prometeo a supervisar la distribución, encontró al hombre desnudo, sin
calzado, en un estado de vulnerabilidad total frente a los desafíos del mundo y
en su afán de brindarle la salvación, decide robarle a Hefesto y Atenea la
sabiduría de las artes y el fuego, sin medir las consecuencias que traería
consigo este acto benevolente.

En la antigüedad, se destaca la aparición de comunidades primitivas que


platean una estructura homogénea entre los miembros de dichos grupos, allí
hombres, mujeres y niños están en capacidad de aprender las diferentes
labores, ritos y costumbres que identifican a la población, dando paso a un
aprendizaje instintivo, espontáneo e innato, limitado y aislado de los procesos
evolutivos, pero con el transcurrir del tiempo se marca la necesidad de distribuir
labores, se abre paso a las jerarquías, se crean instituciones y aparecen los
primeros educadores, personajes trascendentales de la historia que abren la
brecha generacional del proceso cognitivo que revoluciona a la humanidad.
Actualmente el hombre ha demostrado que tiene la capacidad de crear,
construir, organizar y su interés por prepararse e ir a la vanguardia de la
tecnología le ha permitido explorar habilidades descubriendo mundos
inimaginables y aunque Epimeteo le haya negado la posibilidad de contar con
ciertas facultades, el sacrificio de Prometeo ha sentado un precedente en la
trascendencia humana.

En el diario vivir el docente tiene la responsabilidad de ser escultor de infinidad


de obras que debe moldear, detallar, hasta lograr la perfección de aquellas
almas que a veces sin rumbo vagan por las aulas de clase, pero para llegar a
esta finalidad se necesita una vocación intensa que corra por las venas,
además de poseer goce frente a la labor que se realiza para dejar huella en
cada ser; He ahí la diferencia entre ser profesor transmisor de información y ser
maestro, guía, facilitador del aprendizaje, conquistador de corazones rebeldes
que tienen sed de conocimiento, pero durante este arduo y continuo proceso el
mejor maestro será aquel que explore ese tesoro que se esconde detrás de
cada debilidad de un estudiante, que muy seguramente con el paso del tiempo
se transformará en cumulo de cualidades que le darán luz en la búsqueda de la
felicidad y la autorrealización.

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